Publicado en
julio 13, 2014
Para aquellas madres que se inician en la dentición, de sus hijos. A continuación una guía que facilitará esta etapa.
Por la Dra. Olga Saltos de Rigaíl (Cirujana Dentista).
Nuestro pequeño Danielito, ese inquieto, vivaracho e inteligente personaje: hijo, nieto o sobrino de todas las familias lectoras de HOGAR, deberá pasar por algunas etapas en relación a sus dientecitos desde su nacimiento hasta completar la segunda y definitiva dentición.
Primero, entre los 8 y 12 meses le comenzarán a salir las primeras piezas llamadas de leche, hasta completar veinte, que a su vez se caerán o mudarán desde los seis años y simultáneamente le saldrán los permanentes hasta los doce años aproximadamente, debiendo hacer hincapié en que estos plazos son relativos, no hay exactitud matemática en esta erupción y caída de los unos y los otros, porque depende de muchos factores el que caigan y salgan, meses más, meses menos, hasta completar en la edad adulta 32, siendo las cordales o "del juicio" las últimas en salir, ¿cuándo?, desde los 16 hasta... los 25, 30 y más.
Hasta llegar a este punto, el largo camino recorrido ha sido de atención y cuidados, que han comenzado ¡increíblemente!, apenas la mamá se entera de que una nueva vida anida en su seno y en su primera visita al médico, éste le da indicaciones precisas sobre su alimentación y suplementos vitamínicos y minerales que deberá adicionar a su dieta.
EL FLUOR Y SU NIÑO
Junto con el indispensable calcio, se recetará un elemento químico que siempre debe estar presente: el flúor, cuyo propósito es evitar que el esmalte sea atacado por la caries. Cuando un niño crece, este flúor le será administrado en forma de fluoruro, ya sea en pastillas o gotas, en el agua (en las ciudades donde el agua potable no lo contiene) y después en aplicaciones tópicas como gel de variados sabores a frutas, en enjuagues y en pastas dentales. Naturalmente las dosis las proporcionará su doctor y luego el odontopediatra -el dentista especializado en odontología infantil- de su elección, para evitar la fluorosis o exceso de flúor, que se manifestará como manchas amarillas en la superficie del diente. Y hablando de manchas, es necesario que la mamá sea instruida sobre el efecto que causan ciertos antibióticos sobre la delicada estructura de los gérmenes dentarios que al erupcionar, lo harán con manchas oscuras que debilitan su estructura, lo que los hace poco estéticos y difíciles de conservar hasta la hora de su caída.
LA CAIDA DEL PRIMER DIENTE
"¡Mamá, se me mueven los dientes!". Danielito está desconcertado, porque comiendo un dulce y mascando un caramelo, sintió algo raro, se tocó con sus deditos los dientes inferiores y al notar que se movían, sintió algo de susto, y corrió donde su mami. En este momento ella debe estar preparada para calmar la ansiedad del niño y explicarle en sus propias palabras, el cambio que se efectuará en su boquita como algo natural. Conviene estimularlo premiándolo por su valentía, y el "ratoncito" de la casa le dejará al día siguiente bajo la almohada un premio, generalmente en metálico.
Casi simultáneamente, a partir de los seis años, comienza a erupcionar el primer molar definitivo llamado el molar de los seis años, detrás del último molar de leche.
EL MOLAR DE LOS SEIS AÑOS
Es quizás la pieza más importante de la boca y si no se la cuida, será la primera en sufrir los embates de la caries, porque sale en la etapa en que el niño va a la escuela, donde abusa de las golosinas, y si a esto se suma que sus hábitos de higiene oral no son lo suficientemente buenos y además la alimentación no ha sido la adecuada, balanceando los nutrientes que requiere en esta importante etapa de su crecimiento, las consecuencias no se harán esperar.
EL CANINO Y SU IMPORTANCIA
Al llegar a los nueve años, ya casi está terminado el cambio armonioso de los dientes de leche por los permanentes, quedando generalmente, los caninos, que son capítulo importante en esta etapa de formación y crecimiento del niño. ¿Por qué? Porque es el diente más grande y fuerte de la boca, tiene una sola raíz que se la puede palpar a nivel del ala de la nariz, contribuyendo a mantener la armónica posición de los labios y, al sonreír, su llamativa puntita es la primera que asoma, su poder de desgarrar los alimentos duros es notable y su permanencia en la boca es muy, muy larga. En fin, como es el último en salir y a veces el de leche no cayó a tiempo, bien sea porque el niño no lo advirtió o su mamá se descuidó, comienza a salir en forma por demás anómala, montado, como suele decirse, sobre los vecinos.
LA PRIMERA VISITA AL DENTISTA
Muchas madres se preguntan, ¿cuándo deberá ser la primera visita al dentista? Y en efecto, es necesario que sepan lo importante que es llevar al niño desde muy temprana edad donde el odontopediatra para que se instaure una relación de amistad y confianza entre este pequeño ser, predispuesto para todo lo que sea manipulación con instrumentos y aparatos ruidosos, nada menos que en su boca, y esa persona para él desconocida, que por instinto el niño rechazará y temerá. En nuestro medio hay magníficos especialistas que han decorado hermosamente sus consultorios especialmente para niños y ya no se oyen los gritos y resistencias con que la caricatura clásica pintaba a los profesionales y sus "víctimas".
Se estima que el niño hará su primera visita al dentista antes de comenzaR su primera dentición y posteriormente, deberá ir cada seis meses.
DANIELITO SE CHUPA LOS DEDOS ¿QUE HACER?
En los primeros meses de vida, chuparse el pulgar tranquiliza al niño en sus momentos de ansiedad, pero este hábito se pierde tan pronto se adapta al medio, su persistencia puede ser perjudicial para la correcta posición de los dientes, llegando al extremo de deformar el hueso, naturalmente, hay correctivos adecuados que se los indicará su especialista.
A DANIELITO NO LE GUSTA LAVARSE LOS DIENTES
Los niños en general tienen un irreverente rechazo a las reglas de aseo que les signifique una rutina obligada porque les resta minutos para ver la televisión o jugar y, lo que es peor, la prohibición de comer absolutamente nada después de la cepillada, los subleva, pues su gusto es acostarse con el caramelo en la boca y de allí que al llegar al baño y si está solo, se cepillará somera y rápidamente, se enjuagará más rápido aún y ¡zas!, se acabó en cuarenta segundos. Nuestro consejo a las mamás y a los papás (depende de quién tiene más autoridad en el asunto): háganselo hacer ustedes mismos, cómprenles pastas sabrosas de las que existen en el mercado y, sobre todo, no permitan alimentos azucarados después de esta rutina.
DANIELITO Y SU PRIMERA OBTURACION: LA TURBINA
Si a pesar de los cuidados prodigados llegare el momento de su enfrentamiento con la turbina, es importante que esté preparado y saldrá indemne y sin lágrimas, pues se le habrá evitado un mal mayor, que es la extracción.
Por eso, es buena práctica y ahora se lo utiliza en forma rutinaria, colocar sobre los molares, una capa que a manera de barniz, cubrirá las superficies masticatorias, se llaman "sellantes" y son resinas altamente resistentes que protegen el esmalte.
Engreír y amar a un niño engloba mil elementos relacionados a su armónico crecimiento físico, mental y espiritual, mas no es doblegarse a su incontrolado deseo de golosinas, que ningún bien le harán y que atentarán, en el tema que nos ocupa, a una mala salud dental.
Ilustración: Franklin Heredia
Fuente:
Revista HOGAR, Diciembre 1995