Publicado en
julio 13, 2014
Cuando el deseo sexual sobrepasa los límites normales, aparece la ninfomanía. Aprenda a reconocerla y a tratarla a tiempo.
Por Alessandra M. Rampolla (Sexóloga Clínica Certificada, exclusiva para Revista Hogar)
Querida Alessandra:
Mi problema es que siento que tengo una adicción al sexo, lo que me trae conflictos con todas mis parejas. Parece como si solo quisiera a los hombres para tener sexo y se me ha hecho bien difícil entablar una relación duradera, creo que como consecuencia de esta actitud insaciable que tengo. ¿Es esto lo que se conoce como ninfomanía?, ¿realmente existe la adicción sexual o es que no he encontrado un hombre con tanto deseo como yo?, ¿cómo hago para mejorar esta situación? Ayúdeme por favor,
La desesperada
Esta es una de muchas cartas que he recibido con respecto a este tema. Pese a todo lo que se comenta y a la controversia que existe en torno a la "ninfomanía" o adicción sexual femenina, una cosa debe quedar clara: La adicción sexual es real y existe.
Para la adicta, el sexo llega a convertirse en una obsesión. La compulsividad sexual va más allá del control de la persona enferma, quien ve su vida dirigida completamente por el sexo y repite ciertas acciones, aún cuando está consciente de los peligros que está corriendo al ser dominada por sus impulsos carnales, los que pueden llevarla a perder tanto su estabilidad emocional y psicológica, como la económica.
CRUZANDO LA LINEA
El diagnóstico de una ninfómana resulta muy difícil. En primer lugar, porque no muestra síntomas visibles -no quedan marcas de agujas, como en el caso con algunos drogadictos, o aliento alcoholizado, como en los alcohólicos-. Asimismo, la determinación de cuándo el apetito sexual saludable se convierte en excesivo exige que tengamos una línea divisoria bien clara entre lo que es "normal" y lo que es "anormal" dentro de la sexualidad. Pero, ¿quién puede realmente establecerlo con absoluta certeza? Hay que recordar que la normalidad en temas de sexualidad es muy relativa, lo que conlleva a una gran confusión en lo que se refiere a adicción sexual.
En ocasiones escuchamos a hombres decir que sus parejas son ninfómanas, las describen como "insaciables, enfermas, viciosas" y cuando el sexólogo las evalúa, encuentra que el comportamiento de ellas es considerado normal y saludable. Casos como este suele darse porque la persona que se preocupa por los supuestos excesos carnales tiene creencias religiosas muy arraigadas o ha desarrollado una actitud negativa hacia la sexualidad, lo que hace que surja en ella sentimientos de culpa hacia una conducta humana que es normal. Nuevamente, a veces resulta muy difícil discernir entre una libido alta (que tal vez no sea compatible con el de la pareja) y una real adicción al sexo.
RASGOS DE LA PERSONA "ENFERMA"
Existen algunas características que pueden ayudar a distinguir a una adicta sexual:
• Cuando está en busca de una aventura, esta persona cae en una especie de trance en el que no toma en consideración las consecuencias de su comportamiento. No piensa en nada más que en sexo, nada le importa... ni el trabajo, ni la familia, ni las finanzas, ni su salud (los riesgos de contraer enfermedades de transmisión sexual),... nada.
• Quien padece de esta patología es incapaz de ejercer control ante un estímulo sexual. Físicamente, no se trata de frecuencia, sino de un problema de control, pues su vida está totalmente dominada por el sexo.
• La adicta sexual, rara vez tiene la necesidad de alcanzar un orgasmo en sus encuentros físicos. El placer se deriva principalmente en la seducción.
• Generalmente, esta mujer proviene de una familia desequilibrada, con alcohólicos, jugadores compulsivos o con adicciones de otro tipo. También es común que en la familia de origen siempre se haya visto la sexualidad como un tema tabú.
• La adicción sexual a menudo es "una adicción más". Quienes presentan esta condición, muchas veces también son personas alcohólicas, drogadictas o con alguna otra adicción alterna. Recuerde que el problema es la compulsión y la actitud obsesiva, no la sexualidad como tal.
EN BUSCA DE SOLUCIONES
La ninfomanía se trata con psicoterapia. El objetivo de este método no es que la paciente renuncie completamente a tener relaciones sexuales, sino que la actitud hacia el sexo sea más equilibrada y positiva.
La recuperación es parecida a la de la adicción por comer excesivamente (bulímicas o anoréxicas), en la que la meta es lograr que se desarrolle un patrón de alimentación saludable, no que se elimine la comida. Actualmente se utilizan tratamientos parecidos al de los alcohólicos anónimos, ya que también es importante reconocer que existe un problema y atravesar por un período inicial de abstinencia, reincorporando la actividad sexual paulatinamente. Asimismo, las terapias en grupo suelen ser muy eficaces para tratar esta anomalía.
Si usted se siente identificada con esta información, busque ayuda de un profesional calificado. No hay razón para que sufra las consecuencias negativas de esta adicción, cuando hay alternativas para aprender a manejarla. El sexo debe ser una actividad de placer y disfrute tanto individual como en pareja, pero no puede manipular la vida de nadie. Por lo tanto, encuentre un balance cómodo y saludable para integrar la sexualidad como parte esencial e importante de su vida.
Fuente:
Revista HOGAR, Junio 2008