Publicado en
junio 15, 2014
Esta es una guía de pequeñas cosas que tanto tú como él pueden implementar en su vida de pareja para mejorar la convivencia.
Por Wendy Salazar. Fotos: Fotolia.
SITUACION 1
Cuando ambos trabajan demasiado y, como es normal, cada uno quiere conservar algo de sus rutinas personales, ejemplo: ir al gimnasio, el café con las amigas, el fútbol con los amigos.
La vida de hoy en día es generalmente bastante ajetreada, ya que cada miembro de la pareja cumple con muchos roles en el día a día. Es decir, son esposos, padres, personas trabajadoras, hermanos, etc. Ante ello, la sicóloga guayaquileña Andrea Garibaldi manifiesta: "Es normal que se busquen actividades de ocio, lo que además es muy sano para la psiquis. Esos momentos no deben ser siempre compartidos con la pareja, ya que son dos personas diferentes, con gustos distintos. Si los dos hacen todo juntos, terminarían sofocándose. Sin embargo, también hay que otorgar un tiempo que sea de pareja, un tiempo para salir juntos y para conversar. Eso es vital, pues de lo contrario, habría un distanciamiento entre ambos". Hay que buscar un equilibrio.
"No tenemos las mismas preferencias. Aunque suponemos similitud, porque es lo más fácil, si fuéramos más realistas consideraríamos con más cuidado las preferencias del otro". (Los 100 secretos de las parejas felices, de Editorial Norma).
SITUACION 2
Cuando ella gana más que él.
Esta puede ser, sin duda, una situación algo complicada de asimilar. Sin embargo, "la pareja debe hablar, y comprender que no tiene nada de Malo que la mujer gane más, ya que si sale a trabajar y logra una buena remuneración, la familia es la que sale ganando. No debe haber rivalidad entre esposos, sino más bien complicidad; no se trata de quién gana más, sino más bien, qué consiguen juntos por el bien de la familia".
SITUACION 3
Cuando, ante una pelea, él o ella pueden pasar días sin hablarse y prefieren ignorarse en vez de tratar el problema y solucionarlo.
Toda dificultad que se dé en una relación de pareja debe ser puesta sobre el tapete, y dialogada a plenitud. De no ser así, sólo se crean malentendidos y resentimientos. No hablar de un problema no significa que este vaya a desaparecer, sino más bien puede ir creciendo. "Lo ideal es esperar un momento en el que la pareja no esté atravesando por ninguna crisis, para dejar en claro esta 'regla' sobre conversar siempre luego de una pelea, respetando incluso los turnos para hablar. Además deben tratar únicamente el tema que ha surgido en ese instante y no volver a problemas del pasado, pues se pueden desviar del asunto inicial y originar un conflicto mayor", recalca la especialista.
SITUACION 4
Cuando cada uno maneja cuentas separadas, o su dinero independientemente.
Esto no está del todo mal, siempre y cuando se maneje correctamente. En este punto, la sicóloga advierte: "Puede ocurrir que se dividan los gastos del hogar, por ejemplo: él paga los colegios, y ella, el supermercado. Y suele pasar que, en el momento, uno de los dos no tenga el dinero disponible y se lo pida prestado al otro, lo que, si no se trata responsablemente conlleva a reclamos. He visto muchos casos así en consulta, en los que las cuentas separadas terminan distanciando a la pareja. Aunque es posible que cada uno tenga sus ahorros, esto debe ser bien conversado por ambos para que no afecte la relación". Según el libro: "El dinero no compra amor, pero sí estrés". El factor monetario no es lo más importante, los acuerdos acerca de cómo gastar, distribuir e invertir el dinero son fundamentales.
SITUACION 5
Cuando las familias de origen de ambos tienen diferentes opiniones respecto a una determinada situación.
Es común que, sobre todo al inicio de una relación de pareja, se consulten muchas cosas a los padres de cada uno. A veces, ellos opinan de manera distinta, e incluso tratan de introducir sus ideas en las vidas de sus hijos. "Para evitar un conflicto en este sentido, los esposos deben consolidarse como una unidad aparte que, aunque escucha consejos de los padres, terminará decidiendo, en conjunto, sobre lo que sea mejor para ellos, sin herir a quienes quieren aconsejarlos. Cuando los padres o suegros intervienen lo hacen pensando en que ellos saben lo que es mejor para sus hijos, pero, la decisión final será siempre de los nuevos esposos.
SECRETOS QUE NO FALLAN
El poder de lo cotidiano: Esas pequeñas acciones del día a día: escuchar al otro o compartir momentos, enriquecen de manera considerable una relación.
Oportunidades en los obstáculos: Los problemas siempre estarán ahí. Es tarea de ambos aprender de ellos y fortalecer su unión.
Establezcan reglas claras: Fijen, antes de la tormenta, maneras claras de sobrellevar esas tempestades que irán apareciendo durante la convivencia.
No se trata del máximo esfuerzo: Trabaja por tu relación con lógica y razón, no con el esfuerzo máximo.
Comienza contigo mismo: Si no estás contento contigo mismo, una relación amorosa no cambiará eso; y de hecho se te dificultará poder mantener relaciones sanas.
Compartan las tareas domésticas: Las relaciones son mejores cuando los dos integrantes de la pareja comparten el trabajo doméstico.
La actitud por encima de los resultados: No importa cuán viejo o joven seas; tu actitud ante tu vida en pareja, tu familia y tu matrimonio puede ayudarte a tener el éxito que buscas.
El pasado No es el futuro: Si tus relaciones pasadas fueron un fracaso ¿Por qué pensar que la actual también lo será? A virar la página, aprender de las experiencias y a ser felices!
Necesidades a largo plazo: Vean la búsqueda de una relación feliz, no como un proceso de satisfacción inmediata sino como un medio de satisfacer las necesidades fundamentales.
Nadie puede leer la mente: Si necesitas apoyo o consuelo, habla siempre con la verdad.
No esperen para seguir la dirección correcta: ¿Por qué esper un momento difícil que los sacuda para mejorar y examinar su actitud en la relación? Es hora de hacerlo ya.
La confianza es vital: Di lo que piensas y haz lo que dices que vas a hacer. Así habrás dado un gran paso hacia una relación y una comunicación positivas.
Tú estás completo: Recuerda esto: Tu salud y bienestar no requieren de una relación de pareja. Cree en ti mismo.
Somos más parecidos que diferentes: Ya sea en cuanto a los miedos o sentimientos. No permitan que las diferencias superficiales eclipse las similitudes internas.
Presten atención: Los problemas casi siempre tienen solución, pero el peor problema de una relación es no comunicarse. No permitan que les ocurra.
Nunca es fácil: ¿Quieren saber la verdad? A todos les cuesta trabajo mantener una buena relación de pareja. Hay que luchar, y mucho, para ser felices.
Buscar la perfección es inútil: Lo sano y satisfactorio existe, lo perfecto, no.
Tomado del libro "Los 100 secretos de las parejas felices"
Asesoría: Andrea Garibaldi. Sicóloga Clínica.
Cel.: 099609774. Libro: Los 100 secretos de las
parejas felices, de David Niven.
Grupo Editorial Norma.
Fuente: Revista HOGAR, Febrero 2010