EL PODER DE LA MENTE SUBCONSCIENTE
Publicado en
febrero 23, 2014
El principio básico de la ciencia de la mente radica en controlar los pensamientos.
Según los que proponen la ciencia de la mente, puedes gozar de buena salud y prosperidad, y tener mejores relaciones con tus seres queridos, si así lo "decretas"...
Por Giselle Balido.
¿Qué pensarías si te dijeran que tienes, literalmente al alcance de la mano, la posibilidad de llenarte de salud, amor, dinero y felicidad? Seguramente creerías que se trata de una broma, o de alguien que trata de pasarse de listo e intenta venderte alguna fórmula o varita "mágica". Sin embargo, esto es exactamente lo que aseguran los proponentes de una antigua disciplina llamada la ciencia de la mente: que puedes atraer a tu vida todas las experiencias positivas que desees, desde gozar de buena salud y prosperidad económica, hasta disfrutar de las mejores relaciones con tus seres queridos... si así lo decretas. Y como verás más adelante, decretar es la palabra correcta.
Según los principios de esta ciencia, que combina conceptos de la sicología con las leyes básicas de la espiritualidad, cada persona es, literalmente, el resultado de sus pensamientos y de cómo estos influyen en su mente subconsciente. En otras palabras: las condiciones que imperan en su vida —el estado de su salud, de sus relaciones afectivas o de su cuenta bancaria— son el resultado directo de cómo utiliza el poder de la mente subconsciente. Y esta es la parte a la que, según ellos, se le debe prestar mucha atención: todos, sin excepción, utilizamos ese poder. Aquellos que saben usarlo correctamente, recogen sus beneficios, mientras que los que desconocen sus secretos, dependen de la "buena" o "mala" suerte.
¿DE DONDE PROVIENE ESE PODER?
El principio básico de la ciencia de la mente es muy fácil de comprender; pero entender cómo funciona y tener fe absoluta en él, es la clave de esta filosofía de vida.
Según el doctor Joseph Murphy, autor de El poder de la mente subconsciente, el ser humano tiene una sola mente, que se divide en dos partes, cada una con sus propios atributos y poderes: la mente consciente y la subconsciente. La primera es la que piensa, razona y mantiene un monólogo interior constante con el propio yo: "Tengo que comprar pan... Creo que el jefe me odia... Comienzo a sentirme acatarrada... Qué preciosa blusa, pero es muy cara y no está a mi alcance...", etc. La segunda se encarga de todas las funciones biológicas automáticas, o que están fuera de nuestro control consciente: hacer que el corazón lata normalmente, que la sangre circule por el cuerpo, etc. Al mismo tiempo, explica el doctor Murphy, la mente subconsciente no piensa ni razona por sí misma; se limita a aceptar los dictados de la mente consciente y a trabajar para llevarlos a cabo, sin determinar si son positivos o negativos. Es por eso que si una persona dice con total convicción: "Soy enfermiza", la mente subconsciente comienza a crear las condiciones necesarias para convertir este pensamiento en realidad. De la misma manera, si cree a cabalidad: "Soy capaz de vencer todos los obstáculos profesionales que se me presenten", el subconsciente obedece esta orden y trabaja para que sea así.
UNA CUESTION DE FE
El doctor Murphy compara la mente subconsciente con un jardín; los pensamientos conscientes son la semilla. Por lo mismo, si siembras semillas de tomate, no esperes recoger rosas. Precisamente por creer una cosa y esperar otra, explica, las personas sufren innecesariamente, pues no entienden este principio. Es por eso que la fe juega un papel fundamental en la ciencia de la mente. Su lema podría ser, en lugar de "ver para creer", todo lo contrario, "creer para ver". Según las palabras de Wayne Dyer, autor de Manifiesta tu destino: "Créelo, y solo entonces lo verás".
Es en este punto que la ciencia de la mente entra en contacto directo con los principios espirituales. En su libro El milagro del poder mental, Dan Custer explica que el poder de la mente subconsciente no es otra cosa que el poder infinito de la creación. "Dios no está fuera de nosotros; lo llevamos dentro y está disponible en todo momento. El reino de Dios está en uno mismo", asegura. Wayne Dyer lo explica así: "El océano se compone de muchas gotas de océano; así somos en relación a Dios; como una gota del océano. Todos somos parte de Dios y, por lo mismo, podemos manifestar milagros".
El requisito para lograrlo es la fe absoluta en que obtendremos todo aquello que deseamos. Pero, ¿qué pasa si tienes poca, o ninguna fe? De acuerdo con el doctor Murphy, ninguna persona tiene más fe que otra; todos tenemos la misma cantidad de fe, solo que unos la depositan en la creencia absoluta de que recibirán lo que piden, y otros ponen esa misma cantidad de fe en la creencia absoluta de que no lograrán sus sueños. Y nos invita a mirarlo de esta forma: Si vas a una entrevista de trabajo con el convencimiento absoluto y total de que causarás una mala impresión, eso es lo que decretas... y tu mente subconsciente se encargará de que sea así. De nuevo, tu mente trabaja para crear en tu mundo exterior, lo que crees en tu mundo interior.
Pero, ¿cómo, exactamente, funciona esto? No se trata de magia, explica el doctor Murphy, sino de una ley universal, que opera de la misma forma y con la misma consistencia que lo hace la ley de la gravedad: el universo es ilimitado en sus recursos; su estado natural es la abundancia. Tiene de todo, para todos... y es el ser humano el que le pone un límite a lo que recibe de él; en otras palabras: somos un imán que atrae exactamente lo que espera de la vida. Apenas crees, por ejemplo, en la abundancia, empiezas a descubrir —o quizás a ver por primera vez— oportunidades para obtener más de lo que deseas; en el mismo instante en que crees firmemente en que triunfarás, la vida te ofrece oportunidades para hacerlo... que quizás siempre estuvieron cerca, pero que solo fuiste capaz de reconocer cuando comenzaste a creer que el éxito era inevitable.
PROGRAMA TU MENTE
Si crees que "la fe mueve montañas", ya estás aceptando el principio básico de la ciencia de la mente. Para "programarte" para el éxito, sigue estos pasos:
1. Sé positiva. Si piensas: "No puedo", inmediatamente cancela ese pensamiento y afirma con convicción: "Yo sí puedo".
2. Crea las afirmaciones que expresen tus deseos en forma positiva. Nunca digas: "No tengo sobrepeso", porque tu mente no entiende la palabra "no", y solo escucha "tengo sobrepeso". Afirma más bien, siempre usando tu nombre: "Yo, Fulana, mantengo un peso saludable". Repite las afirmaciones en silencio varias veces durante el día, y escríbelas por lo menos 10 veces durante 21 días consecutivos.
3. Antes de dormir, y justo al despertar, cuando tu mente está en estado alfa, con ondas más lentas y receptivas, visualiza exactamente lo que deseas, como si estuvieras viendo una película en la que tú eres la protagonista. Trata de sentir intensamente la emoción, ya sea alegría, paz o felicidad, que deseas atraer a tu vida. Sentir esa emoción opera como un imán cósmico.
4. Si tienes un problema o una pregunta a la que no le hallas respuesta, antes de dormir, pídele a tu mente subconsciente que te ofrezca la solución. Sé paciente y mantente receptiva y, en algún momento, quizás en el más inesperado, sentirás como si la respuesta "cayera del cielo".
5. Evita las quejas, pues estas solamente encierran negatividad. Mantener una actitud positiva no quiere decir que ignoras los problemas o los aspectos difíciles de la vida, sino que los ves como una oportunidad para aprender una lección y mejorar.
Fuente:
REVISTA VANIDADES, ECUADOR, MAYO 09 DEL 2006