LA RISA, REMEDIO INFALIBLE
Publicado en
diciembre 07, 2013
"Acabamos de aprender a caminar, ¡¿y tú ya quieres que te lleve a bailar?!"
RECONOCE usted haber asaltado tres veces el mismo almacén? —le preguntó el policía a un ladrón.
—Sí.
—Y ¿por qué se llevó sólo un vestido de mujer
—Porque no le gustaron los otros a mi esposa.
—Colaboración de BENJAMÍN BURBANO (CALI, COLOMBIA)
HAY UN NUEVO TIPO de despertador en el mercado. No hace el menor ruido y usa una luz cuya intensidad aumenta poco a poco hasta sacar del sueño a la persona. Yo ya tengo uno. Se llama ventana.
—JAY LENO, The Tonight Show (NBC)
UNA MUJER le cuenta a una amiga a la que no ha visto en algún tiempo que su hijo y su hija se casaron con un mes de diferencia. Después de felicitarla, la amiga le pregunta:
—¿Y qué tal es tu yerno?
—¡Es maravilloso! La deja dormir hasta tarde, constantemente le ruega que vaya al spa y todas las noches la lleva a cenar fuera.
—¡Qué bien! —exclamó la amiga—. ¿Y tu nuera?
—Con ella no estoy tan contenta —respondió la mujer dando un suspiro—. Se levanta tarde, se pasa el día en el salón de belleza y todas las noches quiere ir a cenar fuera.
—Colaboración de SABEEN (ESTADOS UNIDOS)
EL PROFESOR interrumpe su disertación literaria:
—¡Silencio, señores! Si los jóvenes del fondo que hablan muy fuerte tuvieran la bondad de leer revistas, como los del centro, yo podría seguir dictando mi clase y los de los primeros bancos seguirían durmiendo en paz.
—Colaboración de MARÍA CLARA SORENSEN (BUENOS AIRES)
EN UN taller mecánico había un letrero que informaba de las tarifas:
Precio normal:$ 50,00
Si mira:$ 60,00
Si pregunta:$ 70,00
Si ayuda:$120,00
—Colaboración de JOSÉ ALFREDO SODA (BELL, ESTADOS UNIDOS)
AL LLEGAR A CASA, una pareja sorprendió en su alcoba a un ladrón, el cual sacó una pistola y les dijo:
—Como ya me vieron, voy a tener que matarlos. —Le apuntó a la mujer y añadió—: Me gusta saber el nombre de mis víctimas. ¿Cómo se llama?
—Isabel —respondió ella sin dejar de temblar.
—¡Válgame! —exclamó el maleante—. No puedo matarla porque se llama usted como mi difunta madre.
Entonces le apuntó al marido y le preguntó cómo se llamaba.
—José —contestó él, aterrado—, pero mis amigos me dicen Isabel.
CIERTA JOVEN iba trotando por la calle con ropa de ejercicio cuando, al pasar frente a una casa, un anciano canoso y arrugado le sonrió desde la entrada. Ella se detuvo y le dijo:
—¡Qué contento se ve usted! ¿Cuál es el secreto para llegar tan pleno a su edad?
A lo que él respondió:
—Bueno, pues fumo tres cajetillas de cigarrillos al día, bebo una caja de whisky a la semana, no como más que comida grasosa y nunca hago ejercicio.
—¡Es increíble! —exclamó la joven—. ¿Y cuántos años tiene?
—Treinta y dos.
—Colaboración de GAYLA BLACKLEY (ESTADOS UNIDOS)
DOS VACAS conversaban junto a la cerca que dividía sus respectivos pastizales.
—Estoy verdaderamente aterrada con esta enfermedad de las vacas locas —se quejó una—. ¡Dicen que ya les dio a algunas reses de un rancho vecino!
—A mí me da igual —contestó la otra—. Los patos no nos enfermamos de eso.
DÁN LLEGÓ A CASA a altas horas de la noche, y Eva, recelosa, le preguntó:
—¿Tienes otra mujer?
—Claro que no, querida —repuso él—. Tú eres la única mujer de toda la creación.
Ya tranquila, Eva se acurrucó junto a él, pero en cuanto se quedó dormido le contó una por una las costillas.
—Colaboración de BILL SROKA (ESTADOS UNIDOS)
UN NIÑO a otro:
—Oye, ¿sabes qué significa coincidencia?
—No sé, pero, ¡qué curioso!, ¡lo mismo iba a preguntarte yo!
—Colaboración de MÓNICA REYES (GUADALAJARA, MÉXICO)