LOS SALAS, UNA DINASTÍA DE PINTORES
Publicado en
noviembre 17, 2013
Virgen de la Fuente. Antonio Salguero Salas (F.). Oleo sobre lienzo, 1888. 57x40 cms. Colección Paéz Paredes.
Correspondiente a la edición de Noviembre de 1998
Por Ximena Escudero de Terán.
Caso sui géneris en la historia del arte ecuatoriano son los Salas, ya que alrededor de veintiocho de sus miembros se han destacado en la plástica desde fines del siglo XVIII hasta el presente. Brindan la posibilidad de realizar un viaje por los tiempos de las luchas libertarias, los primeros años de la República, los albores del presente siglo y alcanzar los umbrales de la actualidad.
La trayectoria familiar de los Salas abarca alrededor de doscientos años de producción artística, por eso su obra se dilata en una relativa variedad de estilos y temática.
Antonio, fundador de la dinastía, fue hijo de Juan Salas, y de Josefa Avilés. Nació y fue bautizado en 1784 y murió en 1860. Contrajo matrimonio dos veces, la primera con Josefa Cansino y la segunda con Mercedes Estrada Sotomayor y Balseca.
De su descendencia algunos de sus hijos se dedicaron a la pintura, sobresaliendo Ramón Salas Cansino; Josefa, Rafael, Brígida, María Gabina, Jerónimo y Diego Salas Estrada. Manuel y Domingo Salas.
Fueron también pintores, sus nietos Alejandro y Camilo Salas Estrada; Rafael Salas Oquendo; Antonio, Isabel, Rafael y Manuel Salas Alzamora; Antonio Salguero Salas; Agustín y Gertrudis Salas.
De los bisnietos se destacaron, Francisco, Carlos, Rafael, Manuel y José Salas Salguero; Marco Salas Yépez; y Luis Salguero.
Cuarto nieto del "Viejo" Salas, Oswaldo Ribadeneira Salas, cierra con broche de oro esta ilustre dinastía de pintores.
India. Rafael Salas Alzamora (F.) Oleo sobre lienzo. Siglo XX. 56x32 cm. Colección: Museo del Banco Central.
EL FUNDADOR DE LA DINASTIA
Es interesante no solamente desde el punto de vista de la investigación artística sino también de la genealógica, anotar como dato referencial un extracto de la semblanza que Ernesto Charton -artista francés del siglo XIX- trazara del taller del "Viejo" Salas.
"En la época que visité Quito, un pintor gozaba de gran renombre: se llamaba (Antonio) Salas... y le felicité por haber adquirido tanta reputación como para haber reunido tantos discípulos... El anciano se echó a reir: los jóvenes que acabais de ver son mis hijos.
—¿Vuestros hijos? Pero yo he contado por lo menos quince.
—He tenido veinte, y diecisiete trabajan conmigo... Os voy a presentar a mis mayores...
Entramos a una pieza vecina y encontré a dos jóvenes artistas, Rafael y Domingo, pintando grandes lienzos."
En Antonio Salas Avilés, se observan dos tendencias iconográficas definidas resultantes de la influencia de dos épocas políticas diferentes, la una de inclinación hacia lo religioso -rezago colonial- y la otra de clara orientación por la representación del personaje que de alguna manera se ha involucrado con la actividad político-militar de la República; transformándose en el iniciador de un hito plástico vanguardista.
Alumno de Bernardo Rodríguez, máximo representante de la pintura barroca, y del afamado pintor Manuel Samaniego, heredó de ellos la habilidad por la armonía cromática y el gusto por la simbología cristiana como motivo primario de sus obras, tema al que dedicó sus primeros años como pintor y del cual no se separaría totalmente a lo largo de su fructífera vida profesional.
Salas tradujo sutilmente el sentir de su mundo e inmortalizó con su pincel a aquellos héroes de la Independencia, quienes se integraron a la vida republicana del naciente país y son en cierto modo, los forjadores de la política ecuatoriana.
En la alcoba. Marco Salas Yépez Oleo sobre lienzo, 1979. 89x63 cms. Colección Salas Yépez.
LOS HIJOS
Ramón Salas Cansino se dedicó principalmente a la acuarela, aunque sus óleos sobre lienzo merecen el mejor calificativo. Un alto porcentaje de su producción está orientada hacia el costumbrismo.
En sus acuarelas costumbristas se desdobla y su personalidad adquiere facetas insospechadas, es el maestro que combina matices y juega con la luz. Mediante colorido, da gran vistosidad a sus trabajos. Se observa una clara tendencia personalista cuyo valor radica precisamente en el afianzamiento de los valores populares y en un afán por la liberación de la temática europea. Es el defensor de la nacionalidad.
Rafael Salas Estrada (1824-1906), además de artista fue renombrado diplomático que representó al Ecuador en misiones internacionales. Este aspecto de su vida hizo posible que penetrara en la esencia misma del arte europeo y que visitara el París nocturno de ToulouseLautrec.
La coexistencia de factores de variada índole: el ambiente vanguardista del "artnouveau" todavía en gestación y la intranquilidad política de su patria, moldearon la personalidad de Rafael inclinándole hacia una expresión peculiar dentro de su género.
Si bien estos contactos enriquecieron su interior, Salas mantuvo un estilo conservador y a la vez personal. Sus obras ofrecen un claro ejemplo de reminiscencia académica.
Diego Salas Estrada fue un profesional que obtuvo su título académico en medicina, pero pese a ello jamás abandonó la pintura, disciplina que aprendió de muy joven. Aunque su producción es relativamente escasa, la calidad de sus obras denota un dominio absoluto del oficio.
De las hijas de Antonio, se destacó Brígida que fue muy apreciada en el ambiente artístico de la época. De su vida y obra, poco es lo que se conoce. Una singular muestra de su producción se encuentra en la Capilla de Santa Rosa, del Convento Máximo de Santo Domingo.
Juan Montalvo. Manuel Salas (F.). Oleo sobre lienzo. Siglo XIX. 30x20 cms. Colección Viteri Paredes.
LOS NIETOS
Con una factura magistralmente sencilla, Alejandro Salas Estrada transita en el costumbrismo.
Antonio Salguero Salas incursionó en el retrato, en el costumbrismo, pero su producción esencial se encuentra dentro de la temática religiosa. Parte de su producción de clara tendencia impresionista, es sobresaliente.
En la historia de la pintura ecuatoriana la presencia de Salguero, determina un hecho fundamental ya que él es quien utiliza por primera vez la espátula, además del tradicional pincel.
Con Rafael Salas Alzamora, el hombre común y el personaje anónimo cobran importancia. Rostros de expresiva mirada surcados por las dolorosas huellas del paso de los años, constituyen rasgos idiosincrásicos de su habilidad creadora.
Sus obras son un acabado modelo, en las que el pincel y la espátula se fusionan creando una multifacética amalgama tonal.
Mujer indígena. Alejandro Salas Estrada (F.). Oleo sobre cobre. Siglo XIX. 11x9 cms. Museo del Banco Central.
OTRAS GENERACIONES
Carlos y Manuel Salas Salguero se caracterizaron por los magníficos retratos, en los que el sentido estético reforzado por el manejo de la artesanía, ha sido el fundamento que ha posibilitado la creación de obras naturalistas por esencia. Los dos hermanos combinaban sus tareas artísticas con las de la docencia.
José Salas Salguero se trasladó de muy joven a Roma donde contrajo matrimonio con una pintora italiana. Desgraciadamente su prematura muerte acaecida en esa metrópoli, impidió que su talento continuara brindando los frutos esperados, dado su ingenio.
Rafael Salas Alzamora viajó a Bogotá donde enseñó a sus hijos -nacidos en Quito- el arte de la pintura manteniendo viva la tradición familiar. De ellos sobresalió Marco.
Marco Salas Yépez determina la continuación de la trayectoria familiar encausada no sólo en el afán artístico, sino en la música como preparación complementaria.
Retratista de fama internacional ha incursionado también en la pintura de género enriquecida con un marcado impresionismo, en el desnudo femenino, en el paisaje y en bodegones. En general su creación oscila entre diversas tendencias: expresionismo, surrealismo y aún en el cubismo.
Oswaldo Ribadeneira Salas, cuarto nieto de Antonio, cierra con broche de oro el largo transitar de esta fructífera familia. Dedicado a la docencia universitaria introdujo en su cátedra la enseñanza del grabado calcográfico, siendo el pionero de esta especialidad en el país. A la facultad de enseñar se auna una larga experiencia en el difícil arte del grabado.
Es indudable que cada artista tiene su estilo, una manera de expresión que se reencuentra en todas sus obras. A lo largo del presente análisis se ha observado que todas las obras estudiadas tienen un denominador común: el respeto por la técnica tradicional. Pese a que la producción de los Salas alcanza alrededor de doscientos años, el afán por la utilización de medios académicos es notorio.
Los cambios estilísticos de las generaciones de pintores Salas son a simple vista imperceptibles. Ciertos rasgos iconográficos, y un profundo estudio de la técnica utilizada, son los que permiten una cabal apreciación y una lógica ubicación cronológica de cada una de las obras analizadas.
De manera coincidencial -porque en ningún caso es congénito- desde Antonio Salas Avilés, nació en cada generación una vocación por la pintura. Una especial habilidad o suficiencia para transformar una idea en algo tangible. La influencia del medio familiar ha sido primordial pero no indispensable.
Retrato de la esposa del pintor. José Salas (F.). Oleo sobre lienzo. Siglo XX. 59x45 cms. Colección Ribadeneira Salas.
Fotos: Cortesía Galería de Arte del Banco de los Andes