Publicado en
agosto 11, 2013
De izq. a der.: Primera fila: Orquídeas, Tuta mono, Mariposa. SEGUNDA FILA: Quilico, Sapito en huaycundo, Cangrejo Fantasma. TERCERA FILA: Insecto Palo, Gallito de la Roca, Culebra verde.
Correspondiente a la edición de Febrero de 1994
Por Enrique Laso González, Fotos: Jorge Juan Anhalzer.
QUÉ SOMOS Y QUÉ TENEMOS
El Ecuador es un país pequeño, no mayor en extensión que el estado de Colorado en USA, o que Inglaterra; sin embargo, posee cerca del "doble de especies de plantas y animales que toda Norteamérica (Mc Neely 1990)".
De los 12 hot spots definidos por Myers en 1988 como de diversidad biológica superlativa y la más amenazada del mundo, el Ecuador es el único país con más de 3 "puntos calientes", situados en las estribaciones de los Andes hacia la Costa y la Amazonía.
El número de especies de aves (1550), de mamíferos (320), de reptiles (350), de anfibios (3785), de peces marinos (450) o de agua dulce (800), de mariposas (4.500), se compara fácilmente, y a veces con ventaja, con las existentes en países como Brasil que es 30 veces más grande que el Ecuador. Del planeta, donde el país representa en superficie el uno por ciento, en número de especies de plantas vasculares cuenta con el 10% (25.500), y en aves el 18%.
Todavía no se ha descubierto todo el mundo ecuatoriano de plantas, animales o espacios, que ahora se llaman ecosistemas y que constituyen su millonaria biodiversidad.
Ese gran descubrimiento de la biodiversidad se ha realizado poco a poco, en miles de años, por sus pobladores, gente sencilla que pacientemente domesticaba una planta o animal o los aprovechaba como alimentos, elementos de construcción, medicinas, adornos, aromas y más usos que ahora se pierden u olvidan con la modernidad.
En el país existen 100 especies nativas domesticadas y se aprovechan más de 1000 especies de flora nativa como medicinas, alimentos, maderas, tintes, artesanías y demás usos básicos para la vida.
Luego de esos descubridores indígenas, vinieron cronistas, viajeros y científicos que advirtieron aquello que los aborígenes habían adquirido en su conocimiento de la naturaleza, con la cual mantenían una relación de consanguinidad. Plantas y animales, seres dotados de vida y espiritualidad para los indígenas, entraron a formar parte del acerbo científico y, desechando mitos y creencias, se expropió la cultura para su explotación económica.
El caucho, la quinina (para el tratamiento de la malaria), el cacao, la papa, el tomate, la naranjilla, el tomate de árbol, la quinua, los frijoles, la zanahoria blanca, el aguacate, la chirimoya, son tan sólo ejemplos conocidos de especies que se han dispersado por el mundo; aunque ocasionalmente vuelvan los científicos para encontrar otras variedades silvestres resistentes a tal o cual plaga o tipo de clima para hacer nuevos cruzamientos.
El naturalista Charles Darwin, elaboró en las islas Galápagos su teoría de la evolución de las especies, cambiando la dirección de la ciencia; ahora, la Fundación que lleva su nombre continúa descubriendo la biodiversidad que atrae a los 50.000 turistas que visitan anualmente las islas, convertidas en Parque Nacional por el Gobierno del Ecuador y declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Y como indicábamos anteriormente, aún falta mucho por decubrir. Científicos nacionales y extranjeros registraron recientemente 473 especies de peces en un sector del curso superior del río Napo, mientras en Europa hay apenas cerca de 100 especies.
Selva inundable
Los habitantes indígenas de las cuatro regiones del Ecuador, en evidente contribución a la ciencia, fueron inventariando naturalmente plantas y animales en su lugar, y aprovechándolos en sus comidas, artefactos, construcciones y vestidos. Luego los mezclaron y combinaron con los que trajeron los conquistadores, incluyéndose ellos mismos y su raza para aumentar aún más la biodiversidad de etnias que, con sus culturas diversas, son otro de los grandes atractivos del país.
Las comidas son la muestra diaria de la gran biodiversidad del país; en ellas se combinan productos de diferentes regiones, climas y estaciones, en fechas indígenas o religiosas. Pero antes de pasar a la mesa, en los mercados indígenas o supermercados, los productos naturales asombran a los turistas por su variedad y colorido, como les ocurrió a los primeros cronistas.
Por otra parte, las artesanías representan la biodiversidad en materiales diferentes: de madera de cedro, nogal, balsa, naranjillo; textiles de lana de llama, alpaca o fibras naturales; cortezas y colores de plantas y animales; plumas y semillas como la tagua o marfil vegetal y un sinfin de elementos que combinan la utilidad, el arte y el colorido con la espontaneidad y la diversidad que se expresa en cada pueblo, región y mercado.
Aunque la biodiversidad aumenta desde los polos hacia el Ecuador, la pregunta que surge es ¿por qué aquí existe tanta biodiversidad? ¿Cómo se reunieron y diversificaron plantas, animales y paisajes más que en otro lugar de los trópicos?
La respuesta a dichas preguntas no es fácil y hasta ahora se encuentran nuevos elementos que se van sumando a las explicaciones básicas. Así, por ejemplo, según Gentry en Status of Forest Remnants in the Cordillera de las Costas and Adjacent Areas of Southwestern Ecuador, trata de explicar la existencia de uno o dos niveles de bosques nublados al Norte y Sur del Ecuador, a través de la ocurrencia correspondiente de una o dos capas de nubes. Esta "cruda generalización" es por ahora menos cierta que la existencia de la gran cordillera de los Andes, que como una escalera con entrepeldaños de valles interandinos, divide la Costa y la Amazonía.
Bosque nublado
Es también indudable la gran influencia de las corrientes fría de Humbolt y cálida del Niño que vienen de Sur a Norte, se tocan, empujan y sobreponen periódicamente para producir sequías, lluvias e inundaciones; luego, cansadas de su esfuerzo, van hacia Galápagos donde una corriente opuesta, la de Cronwell, interrumpe su camino. Todas ellas traen desde lejos climas, plantas y animales nuevos.
En los recovecos de la costa, donde salen hacia el mar los ríos, por la influencia marina y terrestre se formaron los manglares (162.000 hectáreas). El hombre, desde hace veinte años, aprovechando la gran biodiversidad de los manglares y talando lo que recibió como herencia natural, ha instalado 150 mil hectáreas de piscinas camaroneras, tercera fuente de ingresos ecuatorianos.
La historia geológica es otra razón para que el país tenga esa fabulosa reunión de plantas y animales. El Ecuador, como el Arca de Noé, trata de proteger ese patrimonio de la depredación colonizadora y de la explotación petrolera, minera y demás aprovechamientos conflictivos de una población creciente .
No se puede terminar en una o dos generaciones aquello que millones de años se demoraron en traer, cambiar, reunir y hasta caracterizar como propio, ya que las especies de plantas y animales "endémicos" o solamente existentes en este país pasaron de un 5%, porcentaje bastante elevado en cualquier parte del mundo a 15% - 20% y hasta 27% - 65% de endemismo de las aves y peces de Galápagos.
En 17 Parques Nacionales y reservas equivalentes, administradas por el Estado, se busca proteger los ecosistemas existentes en el Ecuador; así también, en las múltiples reservas privadas que en algunos casos incluyen albergues situados en el bosque tropical y generalmente a orillas de ríos.
La superficie de los Parques Nacionales y reservas representa el 14.5% de la superficie del país, uno de los mayores porcentajes del mundo.
Galapagos, fin y principio, cielo perpetuo
Económicamente la biodiversidad le representará al Ecuador no menos de 1.000 millones de dólares anuales, según una estimación bastante difícil de confirmar, por la valoración de intangibles como las funciones ecológicas de la biodiversidad y el uso que da la gente a los recursos.
Esperamos que el uso sustentable de todos esos maravillosos recursos, sea posible también para las generaciones futuras.