PODEROSA TERAPIA, EL HIPNOTISMO
Publicado en
julio 21, 2013
El poder de la mente se emplea hoy en día para el tratamiento de muchos trastornos, desde el dolor hasta las fobias, prueba de que aún se le considera eficaz.
Por Emily y Per Ola D'Aulaire.
UN MÉDICO de 30 años acudió hace poco al consultorio de Harold Wain, sicólogo del Hospital Militar Central Walter Reed en Washington, D. C. Pocos años antes, se había lesionado la nariz en un partido de baloncesto y el daño producido en el cartílago y el hueso obstruía ahora su respiración. Le aconsejaban una septoplastia, dolorosa operación en la que el cirujano reconstruye la estructura de la nariz mediante martillo, escoplo y escalpelo. Inquieto ante esta perspectiva, pidió a Wain que le ayudara a vencer su ansiedad.
Wain, especialista en los aspectos sicológicos de los trastornos físicos, es uno de los numerosos profesionales que se valen de la hipnosis como importante ayuda de la tecnología médica. Guiado por Wain, el paciente aprendió a lograr un estado de profunda tranquilidad, durante el cual desapareció su miedo a la cirugía. Después de sólo dos sesiones de 45 minutos adquirió tal confianza, que no sólo se sintió dispuesto a operarse, sino que solicitó además, que esta se llevara a cabo bajo hipnosis, sin que lo sometieran a la anestesia convencional.
Con la aprobación del cirujano, Wain provocó en el paciente un estado de trance.
INSTRUMENTO PODEROSO
El fenómeno de la hipnosis es un arte curativo que se remonta miles de años a tiempos de los egipcios y los griegos, cuyos sacerdotes trataban a los enfermos valiéndose principalmente del trance y de la sugestión. Pero en Europa, durante la Edad Media, aquellos dotados de la habilidad de inducir a trances hipnóticos eran considerados brujos. En el siglo XIX el hipnotismo, contaminado por tonalidades místicas, se consideró cosa de charlatanes y magos de espectáculos.
Hoy, sin embargo, datos de laboratorio y experiencia clínica en aumento prueban cada vez más la eficacia de esta práctica, y se sabe que, para ciertas personas, la hipnosis puede ser un instrumento poderoso para aliviar el dolor y controlar hábitos y fobias.
Aliviar el dolor es la ventaja más valiosa que deriva del trance. En un estudio con quemados que se realizó en el Centro Médico Castrense de Fort Houston, Texas, el empleo de hipnosis con sugestiones destinadas a evocar imágenes mentales positivas y agradables redujo en forma dramática la cantidad de drogas necesarias para aliviar la agonía diaria del desbridamiento, limpieza y escisión de tejido muerto, indispensables para prevenir la infección. Los pacientes que recibieron hipnoterapia, requirieron menos de la mitad de los medicamentos analgésicos para obtener la misma cantidad de alivio que aquellos sometidos a hipnosis. Al recibir menos drogas, se alimentaban mejor, estaban físicamente más activos y se recuperaron más fácilmente.
Los que padecen migraña también se beneficiaron con el hipnotismo. En una ocasión, un hombre que había sufrido durante 23 de sus 51 años jaquecas unas seis horas diarias, logró aliviar su padecimiento y reducir la cantidad de calmantes hasta casi eliminarlos. Con la ayuda de la hipnosis, una mujer de 38 años que había tenido agudos dolores de cabeza desde su infancia, pudo librarse del síntoma. Y en Gran Bretaña, un reciente estudio, que duró un año realizado con pacientes que padecían de migraña, demostró que la hipnosis es casi cuatro veces más eficaz para eliminar los ataques que el tratamiento con fármacos.
Insomnio, ansiedades, presión arterial alta, hemofilia, asma y síntomas postoperatorios respondieron, en diversos grados, favorablemente a la hipnosis.
CAMBIO MENTAL
¿Qué es, con exactitud, la hipnosis? Dice el Dr. Herbert Spiegel, profesor de clínica siquiátrica en el Colegio de Medicina y Cirugía de la Universidad de Columbia:. "Quizá la mejor manera de comprenderla es darse cuenta de lo que no es..."
• La hipnosis no es sueño. Aunque el término deriva de la palabra griega hypnos, que efectivamente significa sueño, la hipnosis es en realidad algo muy diferente. Explica Spiegel: "En la escala del entendimiento humano, la hipnosis se halla en el extremo opuesto al coma, con la conciencia común en el sitio medio. El trance es una franja de atención intensamente enfocada y concentrada que excluye todo estímulo externo". En la vida diaria se producen con frecuencia experiencias de tipo hipnótico, como por ejemplo cuando soñamos despiertos, o cuando nos ensimismamos en la lectura de un libro o viendo una película.
• La hipnosis no es estar bajo el poder de alguien. No se le "hace nada" al sujeto. Según Spiegel, la capacidad de entrar en trance es inherente a un individuo, como lo es la de tocar el piano, y puede aguzarse mediante instrucción y práctica. El hipnólogo simplemente ayuda al paciente a hacer uso de una condición que ya tiene.
• La disposición al hipnotismo no es un signo de debilidad mental. "Por el contrario", según Spiegel, "es un índice de inteligencia y de habilidad para concentrarse". Las personas más dotadas de capacidad para el trance son aquellas de imaginación vívida; las de razonamiento analítico son las menos aptas para dejarse hipnotizar. La mayoría de los expertos estiman que un 50 a 90 por ciento de la población puede beneficiarse en alguna medida con la hipnosis; un 10 por ciento es capaz de entrar en un trance lo suficientemente profundo como para bloquear el dolor por completo.
• El hipnotismo no es sólo un fenómeno sicológico sino también biológico. Spiegel cree que ocurren cambios reales en las ondas cerebrales que el electroencefalógrafo puede medir durante el trance. Además, estudios recientes indican que el cerebro es capaz de producir sus propios calmantes para mitigar el dolor, elementos químicos llamados endorfinas, o sustancias endógenas (autoproducidas) del tipo de la morfina. Algunos siquiatras suponen que en la profunda concentración que posibilita el trance, una persona puede inducir la producción de estas drogas naturales.
Spiegel cree también que la hipnosis pone la parte analítica del cerebro en punto muerto, y en cuarta velocidad la parte impresionable. Esto permite que el sistema de circuitos del cerebro acepte una sugestión verbal sin la censura del juicio crítico o del pensamiento "lógico", razón por la cual las instrucciones recibidas bajo hipnosis pueden asimilarse en forma directa y producir efectos físicos, como cambios de tensión arterial, temperatura de la piel y variantes en el sentido de la percepción.
DESTRUCCION DE UN HABITO
La hipnosis, cuando da resultado, puede producir grandes efectos en una gama de áreas muy amplia. En buenas manos, por ejemplo, las fobias responden en muchos casos rápida y efectivamente. El sicólogo clínico Melvin Gravitz de Washington, D. C., cuenta de una mujer que deseaba asistir a la boda de su sobrino en Suiza, pero la aterraba la idea de volar. Le dio un tratamiento en tres sesiones durante las cuales la hipnotizó y luego, por imágenes mentales, la acercó, y después la hizo subir, a un avión imaginario, quitándole así progresivamente el miedo. "La señora viajó sin problemas y desde entonces vuela sin ningún temor", relata Gravitz.
El uso potencial del trance hipnótico parece ser tan amplio como las necesidades humanas. Investigadores rusos informan que tuvieron éxito aplicando hipnosis para aumentar la creatividad en músicos, artistas y ajedrecistas. "Moviliza potencias que podrían, en circunstancias corrientes, no manifestarse en una persona", comenta un siconeurólogo de Moscú.
La terapia sexual es también un creciente campo para esta técnica. Explica el Dr. Milton Kline, del Instituto de Investigaciones sobre Hipnosis, del estado de Nueva York: "Bajo hipnosis volvemos al período inicial del trauma sexual, cosa que el paciente a menudo no recuerda conscientemente. Luego hablamos de todas las buenas experiencias que pueden bloquear las malas. A menudo, para mejorar la actitud del paciente basta localizar el origen del trauma, y hablar sobre ello durante el trance".
La aplicación que crece con mayor rapidez es el uso de la hipnosis para controlar los hábitos. Spiegel, quien la aplica en aquellos que desean dejar de fumar, dice que un 30 por ciento de sus pacientes lo logran después de una sola sesión. Kline extiende el tratamiento a través de varias sesiones, y obtiene éxito con un 80 por ciento de sus pacientes que desean destruir el hábito del cigarrillo.
En el Hospital Walter Reed, Wain, quien se describe a sí mismo como un comilón reformado, consiguió mediante autohipnosis reducir la medida de su cintura de 103 a 86 esbeltos centímetros. "Para disminuir el peso, hacemos hincapié en el autodominio, y tratamos que el paciente, durante el trance, deje de pensar en sí mismo como recipiente de desperdicios, y comience a considerarse un conocedor que disfruta de cada bocado, satisfecho de haber disminuido la cantidad de lo que consume". Alrededor del 60 por ciento de los pacientes de Wain logró adelgazar. En un caso excepcional, uno de ellos perdió casi 90 kilos.
Este médico utilizó con éxito el hipnotismo para combatir la tartamudez, el dolor de la angina cardiaca, y la náusea causada por la quimioterapia contra el cáncer. Sin embargo, como otros profesionales serios, advierte que el hipnotismo por sí solo no es una panacea. Debe adaptarse a cada paciente y combinarse con un tratamiento responsable.
En resumen, el creciente interés en la hipnosis puede ser beneficioso para sociedades, que consumen demasiados medicamentos. Dice Spiegel: "En la lucha contra la enfermedad y el dolor, dependemos demasiado de médicos que emplean exclusivamente cosas materiales: píldoras, escalpelos, instrumentos electrónicos. Estos son necesarios, pero falta un elemento esencial. Por mucho tiempo hemos descuidado el poder de la mente como agente terapéutico."
PARA AQUELLOS que buscan una ayuda en la hipnosis, los expertos aconsejan precaución al elegir terapeuta. La mejor manera de encontrar un hipnoterapeuta calificado es consultar con el médico, o escribir a un organismo profesional.