Publicado en
mayo 05, 2013
Comprar es un placer, pero comprar compulsivamente puede ser una tortura. Lo que se nos antoja no siempre es necesario o resulta ser un fraude. Aprende a encontrar el justo medio.
¿Quién no sueña con poder comprar todo lo que le gusta? Tristemente, los antojos pocas veces tienen que ver con nuestras necesidades básicas, o con nuestro presupuesto. No se trata de tener mucho dinero para gastar y aunque lo tuvieras, no vas a regalarlo. De todas maneras tienes que tratar de pagar al precio más conveniente. El secreto de saber comprar consiste en pagar menos por los artículos indispensables para el hogar. De este modo, podremos ahorrar para otras cosas y hasta para darnos algunos lujos. ¿Suena sencillo, no? Sigue leyendo...
Primero vamos a echar por tierra los mitos. MITO 1. Preferir las marcas reconocidas. Si te quedas siempre con la misma te perderás de conocer otras que están pugnando por desbancarlas y que, por lo tanto, procuran ser mejores. Además, según algunos estudios, ciertas marcas reconocidas son de menor calidad que las "patito". MITO 2. Lo barato cuesta caro. Esto te hace creer que si un artículo es caro necesariamente es de buena calidad. Sorprendentemente, los estudios han demostrado que no es así. Lo que puedes hacer es comparar precios y calidad para obtener lo mejor. MITO 3. Los empaques tamaño familiar son más económicos. Bueno, eso depende. Si es demasido producto pero es perecedero, acabarás tirando la mitad así que, ¿cuál ahorro? Consulta la información al consumidor que algunas dependencias gubernamentales ofrecen.
En lo que más invertimos es en comida. Estos consejos te ayudarán a comer bien sin gastar más:
■ Ve de compras después de comer, así no te guiarás por tus impulsos.
■ No lleves a los niños, ellos te harán comprar más de la cuenta.
■ Para comparar con exactitud, lleva una calculadora de bolsillo.
■ Revisa las fechas de caducidad para saber si ese artículo es en realidad una oferta.
■ Verifica el ticket. Aunque los precios están computarizados con el código de barras, a veces hay errores que afectan tu bolsillo.
En cuestión de muebles y electrodomésticos las cosas son más sencillas porque cuando no podemos pagarlos nuevos tenemos la opción de comprarlos usados. Considera estas ideas:
■ Las mueblerías grandes cambian mercancía cada temporada. Es el momento ideal para visitarlas porque tienen rebajas importantes. Ve a diferentes lugares y compara.
■ Si acudes directamente a la fábrica, puedes conseguir mejores precios. Tanto en el caso de los muebles como de los electrodomésticos, a veces te ofrecen algunos que tienen defectos mínimos, como pequeñas abolladuras, a cambio de un precio irresistible. Claro, analiza si vale la pena.
■ Compra muebles rústicos, tapízalos y píntalos a tu gusto. Si no tienes talento para esto y los vas a mandar a tapizar, piénsalo bien. A menos que lo hagas tú misma no ahorrarás nada; al contrario.
El único modo de obtener el mejor precio es comparando un mismo artículo, en varios lugares. Te llevará más tiempo pero, a la larga, el beneficio será mayor que la molestia.
En cuestión de ropa, la clave es multiplicar tu clóset:
■ No compres lo que está de moda. Mejor adquiere piezas clásicas de buena calidad, en colores neutros. Combínalas con otras, que no sean tan caras, para que las puedas renovar cada temporada. Además, antes de adquirir algo, primero piensa con qué piezas de las que ya tienes en casa lo vas usar. Si sólo le va a una, mejor olvídalo.
■ Lee las etiquetas para saber qué cuidados necesitan. Si toda tu ropa es de tintorería, gastarás una fortuna en eso.
■ Las ofertas sólo son reales en los almacenes de prestigio. De todas formas, ve antes para que tengas un punto de comparación entre la época normal y la de venta especial.
■ No conviene comprarles ropa de marca a los niños.
■ Los zapatos y cinturones de cuero cuestan un poco más, pero a la larga representan un buen ahorro; considéralo.
Fuente: Revista BUENHOGAR, Octubre 1997.