Publicado en
mayo 12, 2013
Los SEMINARISTAS, formados en fila para recoger su almuerzo, se encontraron con un letrero colocado encima de la fuente de manzanas, que decía: "Toma una sola manzana. Dios te está observando".
Un poco más allá había una gran bandeja de galletas, con este mensaje garabateado: "Toma todas las galletas que quieras. Dios está ocupado cuidando las manzanas".
—G.U.
LA POLICÍA sorprendió a mi amiga Jill conduciendo con exceso de velocidad en su prisa por volver a la universidad. Cuando telefoneó a sus padres para informarles del incidente, Jill se esmeró en restarle importancia al asunto:
—Les tengo una noticia buena y una mala —dijo—. La buena es que, a pesar de sus 16 años, mi coche todavía puede correr a 120 k.p.h. La mala es que ya se enteró de esto la policía.
—H.K.
NUESTRA CLASE de literatura norteamericana exigía leer mucho en muy poco tiempo. Un día, mi amigo Steve se presentó a clase sin haberse preparado:
—¡Pronto, dime algo sobre Las uvas de la ira! —le pidió con urgencia a la chica que se sentaba enfrente de él.
—¡Está bien! —aceptó ella—. Yo leí el libro, y tú no.
—A.R.
EN EL AULA de la clase de ciencias había un cartel con la imagen de la Tierra flotando en el espacio, y la siguiente leyenda: "Es el único planeta que tenemos".
Abajo, un estudiante de astronomía había anotado con lápiz: "¿Qué les pasó a los otros ocho?"
—D.L.M.
SEMANAS antes de la ceremonia de graduación, oí sin proponérmelo esta conversación, sostenida por unos estudiantes:
—Yo voy a graduarme con diploma de excelencia —presumió uno de ellos.
—Yo voy a graduarme con mención honorífica —se apresuró a decir el segundo, que no deseaba quedarse atrás.
Esbozando una sonrisa, el tercero señaló:
—Yo voy a graduarme con la ayuda de Dios.
—R.M.
ILUSTRACIÓN: TERRY SIRRELL