Publicado en
diciembre 09, 2012
"Los hombres discuten por su derecho a ser libres, mientras que las mujeres lo hacen por su derecho a sentirse fastidiadas", asegura Gray.
Las mujeres nos jactamos de ser muy sensibles y de intuir lo que los demás piensan, sienten y necesitan. No obstante, nuestras riñas matrimoniales indican lo contrario. Aprende a entender y a amar a tu esposo.
Por Lucia Paola Carrano Caruso
Un día, los marcianos descubrieron a las venusinas. El simple hecho de verlas a través de sus telescopios despertó en ellos sentimientos que no habían tenido nunca. Se enamoraron e inventaron los viajes espaciales para volar hacia Venus. Las venusinas los recibieron con los brazos abiertos. El amor entre ellos fue mágico. Disfrutaban estando juntos y comunicándose entre sí. Aunque eran mundos diferentes se deleitaron en sus diferencias. Pasaron meses aprendiendo uno acerca del otro, explorando y valorando sus necesidades y pautas de comportamiento. Durante años vivieron enamorados y en armonía. Luego decidieron volar a la tierra. Al principio todo fue maravilloso pero con el paso del tiempo olvidaron que eran de planetas distintos y empezaron los problemas.
MARTE CONTRA VENUS
Con esta sencilla fábula John Gray, en su libro Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus (editado por Atlántida Océano) explica de una manera muy clara los conflictos que ocurren entre las parejas. La verdad es que ni las mujeres comprendemos bien a los hombres, ni ellos nos entienden a nosotras. Y los malentendidos que surgen entre los dos sexos son la causa principal de sus problemas (e inclusive de los divorcios). No se trata de que unos sean buenos y las otras malas o a la inversa. Es una simple deficiencia en la comunicación interpersonal. Desafortunadamente, esto es más común de lo que todos quisiéramos. Según Gray, "cada año millones de parejas se unen por el amor y luego se separan dolorosamente por haber perdido ese especial sentimiento de afecto. De aquellos que son capaces de mantener el amor el tiempo suficiente como para casarse, sólo el 50% permanece casado. De esos matrimonios que deciden permanecer juntos, posiblemente otro 50% no se siente realizado. Se quedan juntos por lealtad o por obligación o por el miedo de tener que volver a empezar". En realidad, "muy poca gente es capaz de crecer en el amor. Sin embargo, ocurre", asegura este sicólogo.
LA RAIZ DEL ENIGMA
Los hombres no sólo piensan de ma nera diferente a las mujeres, sino que sienten, reaccionan y perciben las cosas de una forma distinta. Esto se debe a varias causas. "En primer lugar, su cuerpo es diferente. Son más fuertes y eso los hace seguros e independientes. Además, su ciclo hormonal es más sencillo que el nuestro (no sufren síndrome premenstrual ni depresiones de origen biológico). En consecuencia, sus emociones son estables. Por otra parte, el condicionamiento cultural y social acentúa estas diferencias", dice Angela Mary Rives, sicóloga del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
NO TIENES CULPA (NI EL TAMPOCO)
A las mujeres les cuesta mucho trabajo entender la necesidad de distanciamiento de los hombres porque ellas no la experimentan con la misma frecuencia ni de la misma forma. Por lo general, una mujer se aparta cuando se siente decepcionada, incomprendida o traicionada. A veces los varones lo hacen por las mismas razones; sin embargo, en la mayoría de las ocasiones lo que los motiva es su instinto. Es muy importante que las mujeres comprendan la situación y se olviden de cualquier sentimiento de culpa. Ya que como la mayoría no entienden las causas del distanciamiento de sus maridos, empiezan a creer que ellas hicieron algo malo y que por eso fueron abandonadas. Nada hay más falso. Este malentendido es muy común en las parejas. Desafortunadamente, los hombres no saben explicarles a sus mujeres por qué reaccionan así. Para ellos es obvio; además, nadie les enseñó a decir "necesito distanciarme para asimilar la situación, pero volveré". Por lo general, las mujeres nunca saben si ellos van a volver o no, en consecuencia, el miedo a perderlos y el sentimiento de culpabilidad las torturan todo el tiempo.
LOS HOMBRES SON COMO "BANDAS ELASTICAS"
"Una banda elástica constituye la metáfora perfecta para comprender el ciclo de la intimidad masculina", dice Gray. En este ciclo el hombre primero se acerca a la mujer, luego se aleja y después se aproxima a ella nuevamente, pero de una forma más íntima. Es como si el hombre fuera una liga: primero está en una posición normal, se estira y luego salta y se repliega sobre sí misma con una gran intensidad. "A la mayoría de las mujeres les sorprende darse cuenta de que, incluso cuando un hombre ama a una mujer, periódicamente necesita retirarse para poder acercarse más", asegura Gray. "Los hombres sienten en forma instintiva esa urgencia de retirarse. No es una decisión o una elección. Simplemente sucede. No es culpa de él ni de ella. Es un ciclo natural". En términos generales, los hombres se alejan para satisfacer su necesidad de independencia y de autonomía. Cuando se apartan totalmente, empiezan a necesitar amor e intimidad y retoman la relación como si nada hubiera ocurrido (ellos no requieren pasar por ningún reajuste).
¡NO VAYAS TRAS EL!
La reacción más común de una mujer ante el desapego de su marido es ir corriendo detrás de él y pedirle perdón (sabrá Dios por qué). Cuando esto sucede, el varón insiste en alejarse, por lo tanto, emprende la huida. "Si un hombre no tiene la alternativa de distanciarse, jamás tendrá la oportunidad de sentir un fuerte deseo de acercarse", dice Gray. Una vez que un varón se aleja lo más posible, se transforma con rapidez. "Ese hombre a quien su pareja parecía no importarle, repentinamente siente que no puede vivir sin ella", dice Gray. Esto confunde a las mujeres porque ellas necesitan un reacomodamiento. En consecuencia, reaccionan con desconfianza y recelo.
¡CUIDADO CON EL DRAGON QUE CUIDA LA CUEVA!
Hay una tribu india norteamericana en la que las mujeres les enseñan a sus hijas que cuando un hombre se encuentra perturbado o tenso tiende a retirarse a "su cueva" y que ellas no deben tomarlo como algo personal. Pero sobre todo, les advierten que nunca lo sigan, porque de lo contrario el dragón que cuida la cueva las quemará irremediablemente. Según John Gray, la mejor manera de apoyar a un varón que se aparta, enmudece o se encierra es:
• No desaprobar su necesidad de retirarse.
• No tratar de ayudarlo a resolver sus problemas ofreciéndole soluciones.
• No preguntarle sobre sus sentimientos.
• No esperar fuera de la cueva a que salga.
¿QUIEN COMPRENDE A LAS MUJERES?
"Cuando un hombre ama a una mujer ésta comienza a brillar de amor y satisfacción. La mayoría de los hombres creen con ingenuidad que dicho brillo durará para siempre. Pero esperar que la naturaleza afectuosa de ella sea constante equivale a querer que el clima no cambie nunca y que el sol brille siempre", dice Gray. "Así como los hombres se retiran y luego se acercan, las mujeres suben y bajan en cuanto a su capacidad de amarse a sí mismas y a los demás", enfatiza. Y de la misma manera en la que las mujeres cometen el error de querer sacar a sus maridos de sus cuevas, ellos fallan cuando tratan de sacar a sus esposas del profundo pozo de emociones entremezcladas (mismas que no siempre pueden ser justificadas por la razón) en el que caen periódicamente.
¿CUANTO TIEMPO VA A ESTAR EN EL POZO? ¡YA ME CANSE!
Cuando los hombres toman conciencia de la naturaleza ondulante y variable de la mujer, a veces caen en el error de impacientarse. "El pensamiento práctico de los varones los estimula a buscar resultados inmediatos", dice Rives. Si una mujer le explica a su marido que necesita que él la abrace cuando se siente deprimida, él esperará que ella se reponga inmediatamente en cuanto termine de darle el abrazo. Sin embargo, la mujer suele necesitar más tiempo, para lograr una mejoría real. No obstante, el cariño y el afecto de su esposo (cuando son incondicionales) la ayudan a reducir la intensidad y la duración de estos lapsos de crisis y mudanza interna. "Es muy importante que la mujer le explique esto a su marido detalladamente para evitar que él se forme expectativas irreales sobre su recuperación. También es básico que le aclare que dichos estados anímicos no son responsabilidad de él, ni son causados por lo que él haga o deje de hacer. Esto disminuye la presión que siente ella de mejorarse lo más pronto posible y la tensión que sufre él al sentirse impotente para ayudarla a salir de su pozo", dice Rives.
LA HORA DE LA LIMPIEZA
Así como es muy importante que la mujer le permita al hombre tener espacio y tiempo libre, también es básico que él permita que ella experimente sus crisis sin represión alguna. Cuando la ola de una mujer rompe es un momento de renovación interna. "Sin esa limpieza o catarsis emocional, la mujer pierde lentamente su capacidad de amar y de crecer en el amor. A través de la represión controlada de sus sentimientos su naturaleza ondulante se ve obstruida y gradualmente queda desprovista de sentimientos y de pasión", afirma Gray. Esto se debe a que "cuando se suprimen los sentimientos negativos, también se suprimen los sentimientos positivos y el amor muere. El hecho de evitar las discusiones y las peleas ciertamente resulta saludable, pero no es bueno reprimir los sentimientos", concluye el prestigiado sicólogo.
CUANDO TU ESTAS EN "TU POZO" Y EL EN "SU CUEVA"
Indudablemente, el mejor momento de una relación ocurre cuando la mujer está en una cresta de su ciclo ondulante y cuando el hombre tiene la disposición y la necesidad de acercarse a ella. Sin embargo, hay momentos en que ocurre todo lo contrario. Ella se encuentra sumida en las contradicciones emocionales de su pozo y él está encerrado en su cueva. En esos momentos ella necesita que él la cuide, la proteja y la mime, pero él necesita terriblemente distanciarse y ser dueño de su tiempo. Según Gray, en estos casos ambos cónyuges tienen que esforzarse para mantener la armonía.
Para lograrlo es necesario que él trate de:
• Aceptar sus limitaciones. Es decir, que entienda que necesita distanciarse y que no tiene nada que ofrecerle a su esposa.
• Comprender el dolor de ella. Lo que equivale a reconocer que los sentimientos de ella son válidos y, a la vez que él exprese los propios. El podría darle una respuesta como: "Entiendo que te sientas herida. Necesito tiempo para pensar en ello", sugiere Gray.
• Dar tranquilidad y evitar discutir. Es importante que el hombre le asegure a su mujer que volverá más tarde y que le dará el apoyo que merece. Por su parte, ella debe apoyarse en sus amistades en los momentos en los que él necesita espacio.
¡NO TE PREOCUPES POR EL!
Tu esposo quiere que confíes en su capacida de resolver sus propios roblemas. Eso es importante para su honor, orgullo y autoestima. Así que cuando se encierre, no lo compadezcas. Haz tu vida.
Los hombres quieren espacio y las mujeres quieren comprensión. Si él apoya su necesidad de ser escuchada, ella podrá apoyar su deseo de libertad.
EL SEXO EN MARTE Y EN VENUS
"Los hombres sólo quieren sexo, no les interesa ninguna otra cosa en una relación de pareja", se lamentan muchas mujeres. Por su parte, los varones se quejan de que sus esposas no comparten su gusto por la sexualidad y que los tienen en "ayunas" por periodos muy prolongados. Al respecto, Gray, ahora en su libro Marte y Venus en el dormitorio, explica una vez más que las diferencias sexuales en las parejas tienen mucho que ver con la esencia de cada uno. La mujer juzga con dureza al varón por sentir necesidad de tener sexo porque ignora que "para muchos hombres, la excitación sexual es la clave que los ayuda a conectarse con sus sentimientos amorosos y a darles realidad", dice Gray. Paradójicamente, a la mujer le ocurre exactamente lo contrario, recibir amor es lo que la ayuda a sentir su necesidad de sexo. Es por eso que para ella el romanticismo es un requisito básico para entregarse a la sexualidad.
COMO LOGRAR UN ENTENDIMIENTO SEXUAL
Es un hecho que cuando el sexo mejora en una pareja, automáticamente mejoran todos los aspectos del matrimonio. Según Gray, "una espléndida relación sexual ablanda a la mujer y le permite experimentar el amor de su corazón y recordar, de un modo muy definido, el amor que le tiene a su pareja". En contraparte, este tipo de contacto "libera al hombre de sus frustraciones y le permite reavivar su pasión y su compromiso emocional con esa relación. Experimenta de un modo muy inmediato el resultado de sus esfuerzos", dice Gray. Para lograrlo, es necesario que la pareja tenga una buena comunicación interpersonal. Es importante que ambos expresen mutuamente sus necesidades y sus fantasías y que lo hagan de una forma positiva (no con afán de recordarle o reclamarle al otro sus errores ni durante la relación sexual). Es conveniente que ambos cónyuges hablen en términos de "me gustaría tal cosa", en lugar de decir "no me gusta que hagas esto o aquello" y que reconozcan mutuamente el placer que ambos se ofrecen.
LAS MUJERES SON COMO LAS OLAS
Si una mujer se siente amada, su autoestima sube y baja como un movimiento ondulante. Cuando se siente realmente bien alcanza un pico, pero luego su humor cambia de pronto y su ola termina rompiéndose. Sin embargo, dicho rompimiento es temporal. "Después de alcanzar el fondo, su humor variará en forma súbita y se sentirá bien de nuevo. Automáticamente, su ola comenzará a levantarse", dice Gray. "Cuando la ola de una mujer sube, siente que tiene mucho amor para dar, pero cuando cae, siente un vacío interior que tiene que ser llenado con amor". Es precisamente en la etapa de descenso en la que la mujer desea que su esposo la escuche, la comprenda y la mime. Desafortunadamente, no todos los hombres están preparados para dar ese tipo de afecto. La lógica masculina opera de otro modo. "Cuando una mujer empieza a hablar de sus preocupaciones o problemas, los hombres inmediatamente comienzan a sentirse responsables de la situación y se desesperan (e incluso se enojan) si no logran encontrar soluciones", asegura Rives. "Los hombres no cuentan con mucha paciencia. Puede ser que escuchen atentamente los problemas de su mujer una o dos veces, pero a la tercera o cuarta tratan de minimizar o cambiar (mediante argumentos racionales) los sentimientos negativos que ella experimenta". Una frase muy común que todas las mujeres hemos oído de la boca de un varón alguna vez es: "no deberías sentirte así, no tienes por qué". No hay nada más frustrante, ¿no es cierto? La verdad es que cuando no hay una buena comunicación en una pareja y cuando ninguno de los dos ha aprendido a entender al otro, ambos terminan por distanciarse emocionalmente. Para evitarlo, es preciso que se tengan paciencia y expresen sus necesidades y sentimientos sin criticarse ni ofenderse.
LO QUE LAS MUJERES ESPERAN DE LOS HOMBRES
Según John Gray, autor del libro Los hombres son de Marte las mujeres son de Venus, el sexo femenino necesita:
• Cuidado
• Comprensión
• Respeto
• Devoción
• Reafirmación
• Tranquilidad
ERRORES DE LOS VARONES
• No escuchan, se distraen con facilidad y no hacen preguntas que demuestren interés alguno.
• Toman los sentimientos de las mujeres de manera literal y las regañan. Piensan que ellas están pidiendo soluciones.
• Escuchan, pero luego se enojan y terminan culpando a las mujeres por perturbarlos.
• Minimizan la importancia de los sentimientos de su pareja. Consideran que los niños o el trabajo son mucho más importantes.
• Después de escuchar, enmudecen o se alejan.
Fuente: Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus de John Gray.
LO QUE LOS VARONES ESPERAN DE LAS MUJERES
Según John Gray, autor del libro Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus que edita Atlántida océano, el sexo masculino necesita que le tengamos:
• Confianza
• Aceptación
• Aprecio
• Admiración
• Aprobación
• Que le demos aliento
ERRORES DE LAS MUJERES
• Tratan de mejorar el comportamiento de sus esposos o de ayudarlos, ofreciéndoles consejos que no les solicitaron.
• No reconocen lo que ellos hacen por ellas y, en cambio, se quejan de lo que no han hecho.
• Corrigen su comportamiento y les dicen lo que deben hacer como si fueran unos niños.
• Expresan sus sentimientos de perturbación indirectamente con preguntas retóricas. "¿Cómo pudiste haber hecho eso?"
• Cuando ellos toman decisiones ellas los critican o los corrigen.
Tomado del libro: Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus de John Gray.
Fuente: Revista BUENHOGAR, Noviembre 1998.