Publicado en
diciembre 09, 2012
Texto y fotos: María Teresa García.
Empequeñecida por sus hermanas mayores en extensión como Sumatra, Borneo (Kalimantán), Sulawesi y Java, Bali es una de las 16.000 islas que constituyen el archipiélago de Indonesia.
Hoy en día la isla es uno de los puntos más visitados en el mundo por su singular belleza, su gente, su talento culinario, artístico y su fabulosa tradición que a pesar de la influencia que el visitante podría tener, se la lleva muy asentada.
HABITADA DESDE LA EDAD DE PIEDRA
El balinés es seguramente una mezcla de los grupos mongoloides, animistas y agricultores. Existe evidencia de que ya en la Edad de Piedra, Bali se encontraba habitada y su presencia humana se expresó muy fuertemente durante la Edad del Metal durante la cual ya tenían prácticas comunales como convivir en grupos y sepultar a sus difuntos en vasijas de barro.
El concepto de Dios-Rey es introducido por los hindúes, quienes ejercen gran influencia en religión y política; la creencia de que los pueblos únicamente prosperan cuando su líder se conduce en conformidad con las leyes naturales y divinas y cuyas capitales reflejan los esplendores y perfecciones del cielo los condujeron a construir fabulosos palacios y templos.
El hindú introdujo también la literatura, el arte y los modelos sociales, teológicos y políticos los cuales han sido adaptados a las necesidades del balinés habiendo retenido la esencia de lo genuino.
La isla resistió intentos de ser colonizada por los holandeses, al punto del suicidio en vez de rendirse; al final tuvieron que aceptarlos pero se permitieron establecer muy pocos negocios y se exigió el respeto hacia la cultura y la protección a los campesinos balineses.
En los años veinte empezó a llegar el turismo y artistas entre los cuales figuraron Miguel Covarrubias cuyo estudio La Isla de Bali está aún considerado como único; el músico y pintor holandés Walter Spies y sus colegas introdujeron una nueva estética que, similar el caso haitiano, fue tomada y aplicada ingeniosamente con elementos propios de la cultura balinesa.
La segunda guerra mundial trajo consigo tropas japonesas que ocuparon la isla hasta su derrota; una vez expulsados, los holandeses pretendieron tomar las riendas nuevamente y Bali jugó un papel muy activo formando guerrillas que finalmente y liderados por Sukamo (quien llegó a ser el primer presidente) alcanzaron la independencia para Indonesia.
LOS PODERES DE LA NATURALEZA
Para que su cultura y sociedad sean entendidas, es menester leer en el contexto de la naturaleza: la "natural" naturaleza y la naturaleza elaborada por el hombre. La naturaleza posee "poderes" o dioses los cuales deberán ser provistos de ofrendas y grutas...
Los árboles más sagrados son además utilizados para hacer máscaras que se usan en ceremonias especiales y por su intermedio se dice que el balinés llama a los dioses.
Cuando le llega la muerte a un balinés se cree que "ha retornado al hogar" en el "viejo país" que se sitúa en la cumbre de la montaña que ocupa el polo de la pureza en el sistema de orientación, el polo de lo impuro es el mar.
Los antepasados que no han alcanzado la deidad arriban en diferentes formas o como la sombra de su alma original a visitar a sus parientes durante los festivales del templo y a pedir arroz. De no alcanzar la deidad o reencarnación por no haber hecho buenas obras durante su vida, se convierten en almas errantes que causan caos entre los vivos. El ciclo de reencarnación continúa hasta que el espíritu esté liberado del deseo alcanzando moksa o la liberación. Así atman, o la esencia de algo existe en todas las cosas.
DIOS Y DIOSES
El balinés no conoce el concepto del absolutismo religioso. Para él no existe la religión verdadera, sino una relativa: cambia de acuerdo al sitio (desa), tiempo (kala) y circunstancia (patra).
Todas las religiones son lo mismo, el balinés dice, son como ríos distintos flotando en una misma montaña. Dios tiene varios nombres en Bali, pero un concepto más claro es aquel del dios Sol. Tal como el sol, a Dios no es posible conocerlo porque es enceguecedor, lo que sabemos de Dios son sólo manifestaciones como los rayos del sol. Así, Dios es único y es múltiple. Las ofrendas del balinés están compuestas de diferentes pétalos correspondientes a diferentes dioses y direcciones del compás que eventualmente convergen en la parte central, simbolizando Siwa y el mundo.
El simbolismo de la ofrenda principal compuesta de muchos cuchillos labrados para representar armas de diferentes dioses, forma la figura fálica de Siwa como Dios representa el número total de los dioses.
Este sistema permite la integración de los dioses locales Balineses dentro del contexto Hindú: son otros rayos del Dios Sol. Su espiritualidad da cabida asimismo a la magia negra y blanca, la cual es extensamente usada por el balinés para lograr sus propósitos.
ESPIRITU Y MATERIA
La cosmología balinesa integra los conceptos indígenas balineses de su mundo natural, dentro del contexto hindú. Para el balinés, el mundo es la unión de espíritu y materia, y es tripartito: 1.- el nivel superior o suarga, moksa o nirwana es el cielo al que el espíritu del buen hombre finalmente arribará en su perfección, donde habita Ida Sanghyang Wasa y las fuerzas positivas del cosmos y el más puro y sagrado. 2.- el mundo humano y 3.- el infierno, o bhur.
La meta de la vida humana es alcanzar moksa o nirwana donde lo material del hombre se integran a sus equivalentes cósmicos: el cuerpo desaparece en el cuerpo cósmico el alma desaparece dentro del alma cósmica. Para alcanzarlo uno debe vivir de acuerdo al orden cósmico, es decir que los objetos y acciones sean estructuradas en un modelo cósmico en el patrón cósmico y humano.
Teniendo presente el concepto tripartito, los pueblos, templos, casas y otros elementos deben ser situados hacia la cabeza de los dioses, y los pies y genitales, hacia los demonios. Dentro de los rituales las oraciones deben ser dirigidas hacia los dioses y hacia los demonios con los elementos y ofrendas apropiadas.
El comportamiento individual del hombre contribuirá además a alcanzar nirwana. El hindú balinés cree que sus acciones, su karma debe estar en armonía con su dharma, su "obligaciones" o su "orden".
Si sus acciones (karma) logran su dharma durante su vida, habrá contribuido al orden y armonía en el mundo. Si no lo hace, el habrá contribuido al desorden y al caos, fracasando en mantener equilibrio entre dharma y adharma, o sea, entre el orden y el desorden.
CEREMONIAS Y RITUALES
Todo balinés juega un papel activo en su comunidad: templos regulares, del arroz y mortuorios, grupos comunitarios, barrios, aldeas territoriales, etc. Los festivales a los que acude la familia entera vestida con sus mejores batik, moños con adornos y ofrendas de hasta un metro de altura compuestas de arroz, pollo y fruta, y ocurren cada 210 días.
Ellos dedican gran cantidad de tiempo para la preparación de estos eventos; el dejar de participar conlleva la expulsión de los grupos y el menosprecio de la comunidad.
Todos los eventos religiosos tienen tres aspectos: el dios, el humano y el demonio. Ellos son considerados testigos del mundo y las ofrendas deben mantener el balance entre los tres. El festival del templo es la ceremonia común más importante. En ella son llamados los dioses y sus. compañeros (demonios, etc.) y el balinés percibe su presencia en los hombros de los sacerdotes. A más de las ofrendas, se ejecutan rituales entre los cuales la danza y agua bendita son de rigor.
La cremación es muy importante porque es el ritual que permite al cuerpo dejar la tierra. Es una gran ceremonia para la cual se ahorra muchos meses: en ciertos casos utilizan un caballo de madera el que es transportado el difunto.
Las cenizas son echadas al mar mientras en una canoa se coloca la figura del difunto que "representa al alma que va acompañando al cuerpo". La figura es incinerada luego de un mes para que el alma pueda morar en el cielo y una nueva efigie es construida para que more entre sus descendientes y los proteja.
DIVINA INSPIRACION
La danza es parte de la religión en cuanto las máscaras, disfraces y danzantes, bendecidos en una ceremonia antes de ser usados son "animados" por fuerzas del otro mundo.
Los danzantes visitan ciertos templos para conseguir "divina inspiración". Cada participante ha ensayado su papel desde niño para representar uno de los caracteres de las épicas o leyendas: los movimientos van de lo lento hasta lo extremadamente ligero en el caso de vuelo de aves; utilizan todos los miembros de su cuerpo incluyendo los ojos, el cuello, y la cabeza.
Las danzas más representadas son los del Ramayana, el Legong, que es el baile celestial de ninfas divinas, el Baris, que es un baile guerrero netamente masculino que glorifica la masculinidad el héroe Balinés, el Kecak, en el cual toman parte ciento cincuenta danzantes que representan el ejército de Rama derrotando al demonio rey Rawana. El Topeng, en el cual usan de treinta a cuarenta magníficas máscaras para representar a diferentes caracteres. El vestuario y maquillaje es suntuoso, utilizan el batik colorido y el oro en abundancia: las diademas son de metal dorado repujado con complicados diseños, o construidas de jazmín recogido ese mismo día. Los pies los llevan descalzos, las mujeres con largas uñas pintadas de rojo y en los tobillos varias pulseras que emiten graciosos sonidos al bailar.
Y no hay que olvidar el Teatro de las Sombras o Wayang Kulit, un fascinante espectáculo en el que toman vida de ochenta a cien títeres complejamente elaborados en cuero y cuyo drama ha servido para educar y mantener las tradiciones orales vivas.
Con una lámpara contra el telón, el dalang o animador recita en varias voces el drama y los espectadores lo miran desde el otro lado, es decir, lo que se ven son las sombras animadas.
El Wayang Orang o títeres humanos cuyas danzas se llevan a cabo en templos de complicada arquitectura adornada con tallados, espléndidos portones y esculturas monumentales cubiertas con tela de batik. Estas dan paso a imponentes torres para los tambores, baños públicos, capillas independientes y galerías de arte. Se han construido templos de acuerdo a las castas: mientras más alta la casta (Braham) más numero de torres tiene el templo.
Los más imponentes e importantes de los cuales el epítome es el de Pura Besakih que pasa de los mil años de construido, son públicos, y constan de numerosas capillas en su complejo que simbolizan el elemento masculino y femenino.