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diciembre 02, 2012
Dice ser una religión, pero ha dado suficientes pruebas de que en realidad es un fraude sumamente lucrativo.
Por Richard Behar
A JUZGAR POR LAS APARIENCIAS, Noah Lottick, de Kingston, Pensilvania, era un joven normal de 24 años de edad que andaba buscando un lugar en el mundo. Luego descubrió la Iglesia de Cienciología, y en menos de un año pagó a ese grupo más de 5000 dólares. Su conducta se tomó extraña. En una ocasión comentó con sus padres que sus mentores de Cienciología realmente podían leer el pensamiento. Cuando su padre sufrió un grave ataque cardiaco, Noah insistió en que era un mal puramente psicosomático. Un día irrumpió muy disgustado en casa de sus padres y les exigió que le explicaran por que estaban difundiendo "falsos rumores" acerca de él. Este delirio de persecución finalmente movió a su padre a consultar a un psiquiatra.
Pero ya era demasiado tarde: a los pocos días, este joven especialista en cultura rusa saltó desde la ventana del décimo piso de un hotel neoyorquino y rebotó en la tapa del motor de una limosina. Al llegar la policía, el suicida aún empuñaba 171 dólares, casi el único dinero que aún no había entregado á los cienciólogos.
Sus padres, casi catatónicos por el pesar, trataron de reconstruir los últimos días de Noah. Un poco antes, un líder de la Cienciología le había dicho a la señora Lottick que había oído que Noah estuvo en la iglesia horas antes de desaparecer. Pero, después de la identificación del cadáver, los cienciólogos declararon que no tenían ningún registro de esa visita. Incluso discutieron porfiadamente con los Lottick sobre 3000 dólares que su hijo había pagado por servicios que jamás utilizó, y que, según la iglesia, Noah había entregado en calidad de "donativo".
La Iglesia de Cienciología, fundada por el escritor de ciencia ficción L. Ron Hubbard para "librar" de la infelicidad a la gente, se considera a sí misma una religión. En realidad es un fraude mundial inmensamente lucrativo, que sobrevive intimidando a sus afiliados y a sus críticos muy al estilo de la Mafia.
Algunas de las denuncias que se hicieron en los medios de comunicación y algunos de los juicios que se instruyeron contra la Cienciología en el decenio pasado parecieron contrarrestar su peligrosidad.* Pero ahora el grupo, que busca reconocimiento público, amenaza volverse más insidioso y penetrante que nunca.
Al mismo tiempo que los secuaces de Hubbard hacen estragos por todo el mundo, los gobiernos invierten sumas y esfuerzos considerables para contenerlos. "Se trata de una organización criminal, por dondequiera que se le vea", declara Vicki Aznaran, quien fue una de las seis dirigentes de la Cienciología hasta 1987, fecha en que desertó.
ENGRAMS Y THETANS
El fundador de esta empresa, quien murió en 1986, era mitad escritor y mitad embaucador. Nacido en Nebraska en 1911, Hubbard mintió cuando se describió a sí mismo en los folletos de su iglesia como un héroe de la Segunda Guerra Mundial "muchas veces condecorado" que se había quedado inválido y ciego a consecuencia del combate; decía, además, que había sido declarado muerto dos veces y que se había curado milagrosamente gracias a la Cienciología. Su "doctorado" de la "Universidad Sequoia" era un grado académico falso, de los que se consiguen por correo.
Hasta 1950, Hubbard escribió varios libros de ficción científica que se vendieron bastante bien. Luego compuso uno de los textos sagrados de la Cienciología: Dianetics: The Modern Science of Mental Health ("Dianética: la ciencia moderna de la salud mental"). En esta obra propúso una burda técnica psicoterapéutica a la que llamó "auditoría". Hubbard argüía que la infelicidad se derivaba de aberraciones mentales (o "engrams") causadas por traumas tempranos. Creó incluso un polígrafo o detector de mentiras simplificado (llamado "medidor-E") para medir los cambios eléctricos de la piel mientras los sujetos hablaban de detalles de su vida íntima pasada. Aseguraba que las sesiones de orientación con la ayuda del medidor-E podían eliminar los engrams, curar la ceguera e incluso mejorar la inteligencia y la apariencia física de las personas.
Hubbard siguió añadiendo etapas o pasos, cada uno más costoso que el anterior, por los que sus seguidores debían ascender. En los años sesentas, el gurú decretó que los humanos estaban formados por enjambres de espíritus (o "thetans") que fueron expulsados de algún lugar del cosmos y enviados a la Tierra hace 75 millones de años por un tirano galáctico muy cruel llamado Xenu. Por supuesto, a esos thetans se les tenía que practicar una auditoría.
En uno de sus boletines que envió a los funcionarios del culto, Hubbard les imploraba: "Asegúrense de que pasen muchos cuerpos por el establecimiento". En otro escribió: "Ganen dinero; ganen más dinero. No me importa cómo metan a la gente ni con qué pretexto; háganlo".
Cuando, en 1971, un tribunal federal estadunidense declaró que los pretendidos remedios médicos de Hubbard eran patrañas, este buscó protección para los extraños ritos de la Cienciología amparándose en la garantía constitucional de la libertad de cultos. Sus consejeros se pusieron alzacuellos clericales. Se construyeron capillas, las franquicias se convirtieron en "misiones" y la cosmología de historieta cómica de Hubbard se elevó a la categoría de "sagradas escrituras".
De tanto en tanto, Hubbard llenaba de seguidores fanáticos un trasbordador convertido en yate, y zarpaba con ellos a difundir su evangelio. Uno por uno, los países que visitaba —Inglaterra, España y Portugal—le fueron cerrando sus puertos, movidos generalmente por un clamor público en contra de la secta. Un tribunal francés lo declaró culpable de fraude, en ausencia.
A principios de los setentas, el Servicio Interno de Recaudación Fiscal de Estados Unidos (IRS) probó que Hubbard estaba apropiándose de millones de dólares de su iglesia, que "lavaba" el dinero por medio de una empresa fantasma en Panamá y que lo depositaba en cuentas bancarias suizas. A principios de los ochentas se envió a la cárcel a 11 prominentes cienciólogos (entre ellos, la tercera esposa de Hubbard, Mary Sue) por infiltrarse en más de 100 organismos privados y gubernamentales para robar documentos e intervenir instalaciones telefónicas con el fin de bloquear las investigaciones que estaban llevando a cabo. A finales de 1985, el IRS estaba preparándose para acusar formalmente a Hubbard de defraudación fiscal. Este, que llevaba escondido cinco años, murió en 1986, antes de que se le pudiera procesar penalmente.
La mayoría de los cultos no sobreviven a sus fundadores; pero la Cienciología ha prosperado desde la muerte de Hubbard. Los adeptos de alto nivel que han desertado declaran que la organización matriz ha escamoteado y depositado en cuentas de bancos extranjeros una suma calculada en 400 millones de dólares.
El jefe máximo del culto es actualmente David Miscavige, de 31 años, quien desertó de la escuela de segunda enseñanza y pertenece a la segunda generación de cienciólogos. Su objetivo principal es darle credibilidad a la Cienciología en el decenio de los noventas.
ENGAÑOS Y FRAUDES
Poco después de la muerte de Hubbard, la iglesia contrató a Trout & Ries, respetada firma de consultores en mercadotecnia con sede en Connecticut, para que la ayudara a quitarse la imagen de grupo extremista. Jack Trout dice al respecto: "Les aconsejamos que depuraran sus prácticas, e incluso que dejaran de ser una iglesia; pero eso era lo último que querían escuchar".
La Cienciología recurrió entonces a una amplia gama de prácticas que le sirvieran de pantalla y a numerosos fraudes para lograr sus objetivos. Entre ellos, destacan:
1. La publicación de libros. Desde 1985, por lo menos diez libros de Hubbard han figurado en la lista de éxitos de librería. La Cienciología asegura que en todo el mundo se han vendido hasta la fecha más de 90 millones de ejemplares de estos títulos. La realidad es que la Cienciología compra enormes cantidades de sus propios libros, para que aparezcan en las listas de éxitos de librería.
2. Consultoría. Para reclutar a profesionales ricos y respetables, la Cienciología trabaja a través de una red de grupos de consultoría que ocultan sus nexos con la secta. En toda Alemania, ciertas compañías de consultoría administrativa ligadas a esa iglesia se han infiltrado en empresas pequeñas y medianas para adoctrinar a los empleados utilizando los métodos de Hubbard.
La firma Sterling Management Systems, una de las compañías privadas de más rápido crecimiento en Estados Unidos, constituye un ejemplo típico de cómo opera la iglesia. La Sterling envía periódicamente un boletín gratuito a más de 300,000 profesionales de la salud, en el que les promete incrementar sus ingresos de manera espectacular. La empresa ofrece cursos y seminarios que cuestan en promedio 10,000 dólares. Pero el verdadero objetivo de la Sterling consiste en enganchar clientes para la Cienciología. "La iglesia vende un producto nocivo, así que lo empaqueta de modo que parezca algo distinto", declara Peter Georgiades, abogado de Pittsburgh que representa a las víctimas de la Sterling.
Robert Geary, de 45 años, dentista de Medina, Ohio, quien asistió en 1988 a un seminario de la Sterling, dice al respecto: "Nunca me había enfrentado a una táctica de ventas en la que se me presionara tanto". Según Geary, los instructores lo convencieron de que él y su esposa, Dorothy, tenían problemas personales que necesitaban "auditoría". En cinco meses, los Geary pagaron por estos servicios 130,000 dólares.
Geary asegura que los cienciólogos no sólo telefonearon a su banco para que ampliara el límite de su tarjeta de crédito, sino que también falsificaron su firma en una solicitud de préstamo de 20,000 dólares.
3. Asistencia médica. La HealthMed, una cadena norteamericana de clínicas operadas por los cienciólogos, promueve un tratamiento de saunas, ejercicio físico y vitaminas que ideó Hubbard para purificar el organismo. Esta cadena es objeto de insistente publicidad en el libro
Diet for a Poisoned Planet (
"Dieta para un planeta envenenado"), de David Steinman, cuya conclusión es que muchísimos alimentos comunes son peligrosos.
"La HealthMed es una puerta de entrada a la Cienciología, y el libro de Steinman, un mecanismo de selección", declara el profesor William Jarvis, director del Consejo Nacional contra Fraudes en la Atención Médica. Pero Steinman niega tener nexos con la Cienciología.
4. Tratamiento contra la toxicomanía. Los tratamientos de purificación de Hubbard son la columna vertebral de Narconon, cadena de más de 30 centros de rehabilitación de alcohólicos y drogadictos operada por la Cienciología en 12 países. En algunos casos, funcionan en las cárceles con el nombre de
"Criminon".
Narconon, vehículo muy socorrido para atraer a drogadictos al culto de la Cienciología, proyecta ahora abrir lo que llama el centro de tratamiento más grande del mundo, una clínica en una reservación india cercana a Newkirk, Oklahoma (cuya población es de 2300 habitantes). En una ceremonia celebrada cerca de Newkirk en 1989, la Asociación para el Mejoramiento de la Vida y de la Educación entregó a Narconon un cheque por 200,000 dólares y un estudio en que se elogiaba su labor. La asociación resultó ser parte de la Cienciología misma. Hoy, esa población está luchando por expulsar de allí a la secta.
ENTERRANDO A LOS ENEMIGOS
La Cienciología también dedica vastos recursos a aplastar a sus críticos. Una de las políticas de Hubbard era que todas las personas consideradas como enemigas de la secta podían ser perseguidas "en buena lid" y ser objeto de "trampas, demandas judiciales, engaños o destrucción".
A quienes se oponen a las actividades de esta iglesia —ex afiliados a ella, periodistas, abogados y hasta jueces— los envuelven a menudo en litigios, les mandan detectives privados para acecharlos, los incriminan de delitos ficticios, los golpean o los amenazan de muerte. La psicóloga Margaret Singer, de 70 años, ex profesora adjunta de la Universidad de California en Berkeley y crítica decidida de la Cienciología, viaja en la actualidad con un seudónimo a fin de evitar que la hostilicen.
Los más temibles defensores de esta iglesia son sus abogados. Hubbard mismo advirtió a sus seguidores: "Desconfíen de los abogados que desaconsejan entablar demandas... El propósito de un juicio es acosar y desanimar, más que ganar".
La meta de la Cienciología es llevar a la quiebra a sus detractores o enterrarlos bajo una montaña de legajos judiciales. El abogado bostoniano Michael Flynn, que de 1979 a 1987 representó a varias víctimas de la Cienciología, sufrió en carne propia 14 demandas judiciales infundadas, todas ellas declaradas improcedentes antes de iniciarse los juicios.
En Canadá, la Cienciología está recurriendo a un equipo de abogados del que forma parte Clayton Ruby, uno de los abogados más prestigiosos del país en materia de derechos civiles, para defenderse y defender a diez afiliados suyos que tendrán que comparecer ante los tribunales este otoño en Toronto. Entre otras cosas, se les acusa de sustraer documentos referentes a la Cienciología de la oficina del Procurador General, de la Asociación Canadiense de Salud Mental, de dos cuerpos policiacos y de otras instituciones. El equipo de Ruby, cuyas maniobras legales retrasaron el proceso durante años, trató de que se dejara sin curso el juicio por "demorarse más de lo razonable".
Los críticos de la Cienciología sostienen que los gobiernos necesitan asestar a esta iglesia un golpe más contundente. Declara al respecto Toby Plevin, abogado de Los Angeles que lleva los casos de muchas víctimas: "No debe dejarse este asunto en manos de litigantes privados. A la mayoría de nosotros nos asusta meternos con esta organización".
En Estados Unidos, el IRS y la Oficina Federal de Investigación (FBI) llevan tres años interrogando a desertores de la Cienciología, en parte para obtener pruebas que sustenten un juicio en gran escala por conspiración, el cual parece haberse congelado. Algunos agentes federales se quejan de que el Departamento de Justicia no quiere gastar el dinero necesario para librar una guerra sin cuartel contra la Cienciología.
En Francia, fue necesaria una muerte para que el gobierno tomara cartas en el asunto. Más de quince cienciólogos fueron acusados el año pasado de "complicidad en fraude y en la práctica ilegal de la medicina", a raíz del suicidio de un diseñador industrial de Lyon. Entre los acusados figura el ex presidente de la Cienciología en Francia.
Fuera de Estados Unidos, el país donde al parecer está más activa la Cienciología es Alemania. En 1984, casi 100 policías hicieron una redada en la iglesia de Munich; en aquel tiempo se decía que los funcionarios municipales estaban tratando de probar que la secta era en realidad un negocio lucrativo. Mientras, los partidarios de Hubbard han tratado de contraatacar infiltrándose en la política alemana. El pasado marzo, los Demócratas Libres, compañeros del canciller Helmut Kohl en la coalición que hoy gobierna en Bonn, acusaron a los cienciólogos de intentar introducir a algunos simpatizantes suyos en la rama de ese partido que tiene su sede en Hamburgo.
Por supuesto, el verdadero objetivo de los cienciólogos es seguir acumulando millones de dólares. Porque, a final de cuentas, el dinero es la razón de ser de este culto.
"Las susodichas terapias no son otra cosa que recursos para manipular a la gente", asevera el doctor Edward Lottick, padre de Noah. "En algún tiempo pensamos que la Cienciología era algo como los cursos de Dale Carnegie. Pero ahora estoy convencido de que es una escuela para psicópatas".
*Selecciones puso al descubierto a este organismo en los artículos "Cienciología: anatomía de un culto aterrador" (septiembre de 1980) y "Dianética: los tentáculos de una mentira" (noviembre de 1981), ambos escritos por Eugene Methvin, editor del Reader's Digest.
CONDENSADO DE "TIME" (8-V-1991), © 1991 POR THE TIME INC. MAGAZINE CO., DE NUEVA YORK, NUEVA YORK.