Publicado en
noviembre 25, 2012
De las almendras dulces se extrae el aceite para masaje por excelencia, suave, ligero y muy valorado en cosmética por sus propiedades hidratantes y nutritivas. Aprende a sacarle partido en casa.
Por Maripi Gadet
El aceite de almendras dulces, rico en vitaminas antioxidantes, se ha utilizado desde épocas remotas con fines cosméticos. Sus ácidos grasos esenciales esconden principios activos beneficiosos para el cuidado de la piel y el cabello, y resulta adecuado hasta para las pieles más sensibles, como la de los bebes. Los masajistas lo emplean casi siempre en sus masajes, pues su ligereza y viscosidad les permiten deslizar las manos con facilidad, ayudando a relajar y desinflamar los tejidos. Y en aromaterapia se usa como aceite vehicular, para diluir aceites esenciales.
El proceso de obtención del aceite determina su calidad y como consecuencia, su precio. Aun así, el extraído de las almendras dulces es uno de los más económicos y fáciles de encontrar. El virgen se extrae de la primera presión en frío de la almendra. Su color es amarillo dorado y su aroma, suave. El refinado presenta una tonalidad más clara y propiedades más diluidas. Ambos pueden aplicarse puros, directamente sobre la piel o el cabello, o mezclados con otros aceites como el de rosa mosqueta, germen de trigo o aguacate. También forman parte de numerosas fórmulas cosméticas.
ALIMENTO BALSÁMICO
El aceite de almendras satisface las carencias nutricionales de la piel. Su alto contenido en vitaminas A y E lo convierte en un aliado magnífico para luchar contra los signos visibles del envejecimiento cutáneo, pues mejora el aspecto de la piel y atenúa las pequeñas arrugas. Es un regenerador natural que estimula la producción de colágeno y elastina, aportando elasticidad y suavidad. También favorece la hidratación, ya que ayuda a retener la humedad formando sobre la piel una barrera impermeable que, además de proteger la epidermis de las agresiones externas, evita que la humedad se evapore sin impedir la transpiración.
Sin embargo, la lista de propiedades del aceite de almendras no se acaba aquí. Es emoliente, con lo que ablanda las durezas de la piel, y previene la aparición de estrías, por lo que se aconseja durante el embarazo. Se utiliza, además, en el tratamiento de eccemas, ictiosis, psoriasis y otras irritaciones cutáneas, ya que puede aliviar picores e inflamaciones.
CABELLOS CASTIGADOS
El aceite de almendras dulces proporciona brillo y suavidad a los cabellos maltratados por agentes químicos o castigados por el sol. También revitaliza los cabellos secos y quebradizos, y alivia el prurito producido por el exceso de sequedad en el cuero cabelludo.
Para aplicarse el aceite sobre el cabello. puro o mezclado con otros aceites. se extiende, previamente templado, sobre la masa capilar sin dejar de masajear. A continuación se cubre la cabeza con un gorro de ducha y se deja actuar durante al menos quince minutos. Finalmente se lava con un champú suave.
Mascarilla para cabello seco. Para cabellos ásperos y apagados se mezclan dos cucharadas soperas de aceite de almendras, dos de aceite de germen de trigo y una cucharadita de aceite de sésamo. Otra opción es pelar un aguacate maduro y triturarlo junto con una cucharada de aceite de almendras hasta conseguir una mezcla homogénea. Se aplica a lo largo y ancho de la masa capilar, intentando no engrasar demasiado el cuero cabelludo, y se lava a los 25 minutos.
Muchas mujeres, a lo largo de la historia, han impregnado sus pestañas antes de acostarse con aceite virgen de almendras, a fin de dejarlas sedosas, nutridas y brillantes. Para hacerlo basta con aplicar una cantidad mínima en un bastoncillo de los oídos y pasarlo sobre las pestañas previamente desmaquilladas. Se ha de procurar que no entre en contacto con los ojos, pues podría irritarlos.
AROMATERAPIA EN CASA
El aceite de almendras sirve como vehículo ideal para diluir aceites esenciales. La aromaterapia utiliza estas sustancias volátiles, que actúan a través del sentido del olfato, para armonizar los estados físicos, psíquicos y emocionales, pero al estar muy concentradas no pueden aplicarse directamente sobre la piel.
Cada aceite esencial tiene un uso específico: la manzanilla relaja y calma; el clavo alivia el agotamiento mental; la mandarina es sedante; el incienso reduce la hiperactividad y calma la mente; el árbol del té es antiséptico y regenerador de la piel; la menta tonifica y refresca; el romero activa la circulación y revitaliza; el geranio es refrescante y euforizante, y el limón aporta energía.
3 RECETAS CASERAS A BASE DE ALMENDRA
Mascarilla exfoliante. Afina la piel y ayuda a eliminar células muertas. Está recomendada para pieles ásperas, secas y sin brillo natural. Se trituran seis o siete almendras tres fresas maduras y veinte gotas de aceite de almendras. Se aplica masajeando suavemente en círculos, se deja actuar quince minutos y se retira con abundante agua fria.
Leche limpiadora. Se trituran cinco o seis almendras sin cáscara y se mezclan con tres cucharadas de leche entera. Adecuada para pietes secas.
Mascarilla hidratante. Se trituran dos cucharadas de aguacate bien maduro, una de pétalos de caléndula y otra de aceite de almendras. Se aplica veinte minutos y se elimina con abundante agua. Ideal para pieles envejecidas muy secas y faltas de vitalidad.
Fuente:
CUERPO MENTE - ESPAÑA - OCTUBRE 2008