SAL Y PIMIENTA EN LA VIDA SEXUAL
Publicado en
septiembre 16, 2012

Muchísimas parejas son incapaces de deleitarse en el lecho, opina esta consejera. ¿Acaso ignoran que el 90 por ciento de lo que ocurre durante el acto sexual tiene su origen en la mente?
Por Ruth WestheimerES ASOMBROSA la cantidad de gente que cree que la actividad sexual no tiene por qué ser divertida! En cuanto se meten en la cama, estas personas pierden el sentido del humor y el ansia de aventura.
Una de las cosas que más reprimen el goce sexual es la exagerada preocupación por la técnica. Yo no digo que la técnica carezca de importancia; la tiene, pero sólo parcialmente. A veces, los hombres y las mujeres se concentran tanto en tratar de hacer gala de su habilidad, que ello les impide relajarse y disfrutar. Olvidan que el sexo y la diversión van juntos.En ocasiones conviene anticiparse y hacer planes. Ahora bien, esto no significa que acueste usted a los niños a las 9:30, se quite la ropa a las 9:57 y llegue a la culminación a las 10:12. Lo que propongo es más o menos esto: si su marido se ha ido, por ejemplo, a un viaje de negocios, pida permiso para no ir a trabajar el viernes, deje a los niños en casa de la abuela y tome un avión. Identifíquese en la recepción del hotel, ordene una botella de champaña, póngase su estupenda lencería... y espere. Cuando su esposo abra la puerta, se topará con una gratísima alternativa para la conferencia de aquella noche... a la que de todas maneras no deseaba asistir.Algo que me escribió una mujer al programa de televisión del que soy anfitriona viene mucho a cuento. Su esposó estaba internado en un hospital, pues, se iba a someter a una operación menor. La noche anterior a la intervención, ella convenció a una de las enfermeras de que le prestara un uniforme. El marido recibió en su oscura habitación la visita de su nueva "enfermera", que iba a tomarle la temperatura. Lo que sucedió después debió de acelerarle el pulso.Estas aventuras pueden parecer espontáneas, pero en realidad requirieron de mucha previsión. Una de las claves para mantener fresca y divertida la actividad sexual de la pareja es darle sorpresas al cónyuge. En esta vida activa, atareada, es preciso allanar el camino para las aventuras impulsivas. ¿Cuándo fue la última vez que usted y su pareja sacaron al jardín de su casa una bolsa para dormir e hicieron el amor en la tienda de campaña de los niños?Existe un profundo abismo entre la vida erótica plena y los problemas psicosexuales, abismo que impulsa a muchas parejas a buscar la ayuda de un profesional en la materia; llamémosle "la palabrería sexual". Usted conoce los síntomas: poca preparación; falta de comunicación de los gustos y desplaceres; rápidas caricias previas; la misma posición en la cama, la cama de siempre; antes de dormirse: "Buenas noches dulces sueños ... ¿Revisaste que las puertas estén bien cerradas?"Una linda y ordenada rutina, como la mayor parte de la vida. Pero, con el tiempo, esos pequeños hábitos pueden volverse muy aburridos. Entonces surgen las dudas: "¿Me querrá todavía?" "¿Tendrá una amante en la oficina?"No es que yo recomiende la variedad como un medio para salvar su vida, pero sí como algo que le ayudará a ponerle fin a algo que puede convertirse en una rutina peligrosa. Ensaye una postura nueva; si no le resulta agradable, dígalo y descártela. De esta manera le comunicará a su pareja mensajes importantes: que acepta ideas nuevas, que las pone a prueba y que, si algo no le agrada, se lo hace saber.Cambie la hora del día en que hace el amor. Pregúntese: ¿Qué tal en aquella playa, o en ese sofá?, e imagínelo. Mantenga la mente abierta, y una pícara sensibilidad... Unas caricias leves pueden aumentar enormemente el deleite mutuo.Si antes y después de la cópula suele haber jugueteas y caricias es porque alguien, sabiamente, debe de haber considerado el acto sexual una forma de entretenimiento y diversión. La gente olvida con mucha frecuencia esta lección cuando hace el amor.Cada pareja cuenta con un repertorio de técnicas para excitarse, como por ejemplo mordisquearse las orejas, acariciarse y tocarse ciertos lugares del cuerpo. No obstante, los mejores jugueteos previos comienzan desde mucho antes de ir a la cama. Puede ser un pie envuelto en una media bajo la mesa de un restaurante, o una mano maliciosamente posada durante el viaje de regreso a casa. También; un insinuante telefonema cuando el cónyuge llega a su trabajo, o esas expresiones de ternura y cariño que se prodigan durante toda la semana y que no tienen relación directa con el sexo. Es decir, cualquier cosa que haga al hombre sentirse deseable y le sugiera que su mujer está a su disposición. Si ella puede expresar esto con actitud juguetona, y se divierte al hacerlo, tanto mejor.Los momentos que siguen al acto sexual son igualmente importantes. Evite darse vuelta para dormir, y no se levante de un salto para meterse en la ducha. Durante este periodo final, cuando se tiene la maravillosa sensación de volver a la calma, la pareja puede abrazarse, reír, tomar un baño de burbujas y darse masaje mutuamente. Si usted disfruta al máximo un encuentro sexual, lo recordará la siguiente vez que se le despierte el deseo, y ese recuerdo le motivará para iniciar un nuevo jugueteo previo.Es muy conocido el dicho de que hasta el 90 por ciento de lo que ocurre durante el acto sexual tiene su origen en la mente. Al hacer el amor resulta conveniente cierta fantasía, que puede elevar el "tono" sexual y ayudar a asimilar mentalmente algunos aspectos agresivos, acaso prohibidos, de usted y de su pareja. No suponga que se trata de deseos que le gustaría ver realizados, y no los tema. Con el tiempo verá que cambian. Usted desechará algunos y fomentará otros. Permítase disfrutarlos; sáqueles provecho; así descubrirá que resultan benéficos para su sexualidad y un útil complemento de sus habilidades al hacer el amor.En mi programa de televisión, recibí cierta vez un telefonema que me dejó un buen sabor de boca durante varias semanas. Una mujer de edad avanzada me contó la historia abreviada de más de 50 años de relaciones sexuales en su matrimonio. Su esposo y ella habían consumado el acto sexual en barcos de vapor y trenes, en todos los rincones de varias casas... y en la cama. Durante años, habían concertado "citas sexuales". Ninguno de los dos tenía reservas para tomar la iniciativa, y ambos habían superado problemas ocasionales en la cama. Al concluir la conversación, aquella mujer me dijo: "Todavía lo hacemos, doctora Ruth". ¡Me dieron ganas de otorgarle una medalla!Lograr que la vida sexual vuelva a ser divertida no es cuestión solamente de nuevas posturas ni de ocurrencias ingeniosas. Los secretos de unas relaciones sexuales felices y divertidas son una buena relación de la pareja, buena comunicación, una mente abierta, un corazón joven, espíritu de aventura y deseo de que el acto sexual se convierta en fuente de gozo para toda la vida.© 1986 POR RUTH WESTHEIMER. CONDENSADO DE "REDBOOK" (AGOSTO DE 1986). NUEVA YORK, NUEVA YORK.