Publicado en
septiembre 30, 2012
Juiciosas precauciones pueden salvarle de desfigurarse, y hasta de una enfermedad mortal.
Por Stanley Englebardt.
GEORGE Cardozo, fotógrafo de Connecticut, nunca se consideró un entusiasta de las asoleadas. No obstante, su afición de toda la vida a navegar en velero representó muchas horas de exposición al inclemente sol. Cada verano, adquiría un intenso color bronceado. "Y me hacía sentir bien tener un aspecto saludable", comenta.
Todo terminó en 1980, cuando Cardozo, que a la sazón tenía 60 años, advirtió una persistente molestia en la nariz. "Formaba costra como si fuera a sanar, pero luego volvía a supurar", recuerda. Primero, probó remedios comerciales. Tras pasar dos meses sin mejorar, consultó a un dermatólogo. ¿Le preocupaba el cáncer de la piel? "No", declara George. Por eso se asombró, al saber que la muestra tomada de la lesión revelaba la presencia de un carcinoma de las células basales: el tumor maligno más común de la piel.
¡Bueno!, pensó Cardozo, generalmente no es grave este tipo de cáncer. "Eso es cierto, si se solicita atención médica poco después de descubrir las alteraciones cutáneas", advierte el doctor Perry Robins, presidente de la Fundación contra el Cáncer Cutáneo de la Ciudad de Nueva York; pero, en este caso, los meses de aplazamiento de Cardozo habían permitido que el carcinoma se infiltrara en los tejidos vecinos y también en los más profundos. Resultado: el cirujano tuvo que dejar una horrible muesca permanente en la fosa nasal izquierda de Cardozo.
Cardozo es sólo uno de cientos de miles de pacientes que cada año contraen el cáncer cutáneo, principalmente como consecuencia de la excesiva exposición a los rayos ultravioleta del sol. La mayoría de las víctimas sufre el carcinoma de las células basales, forma de la enfermedad que no es fatal y que por lo general aparece en la nariz o cerca de los ojos. En un número reducido de pacientes, se ha identificado el carcinoma de células escamosas, que brota en cualquier parte de la cara y del cuerpo, y se extiende más y con mayor rapidez que el de las células basales: con frecuencia, la extensión del tumor exige una intervención quirúrgica mayor. Y son mucho menos los pacientes que presentan el melanoma maligno, cáncer de rápida propagación, que mata al 25 por ciento de sus víctimas. Más aún: está aumentando la incidencia de todas las formas de cáncer cutáneo.
¿Por qué? "No es necesario buscar mucho la respuesta", aclara el doctor William Robinson, jefe del departamento de investigación del melanoma, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, en Denver. Con el aumento de los periodos de vacaciones, son cada vez más las personas dedicadas a actividades que implican más tiempo de exposición al sol. Y quienes se broncean a propósito están dañando inexorablemente las frágiles células de la epidermis, al grado en que algunas inician el proceso de crecimiento anormal.
¿Significa esto que se debe evitar por completo la exposición al sol? "No", aclara el doctor Robinson. "Lo único que se necesita es tener sentido común, examinarse con cuidado y tener cierto conocimiento básico acerca de la enfermedad".
Fotos: Fundación contra el cáncer cutáneo.
• El cáncer cutáneo se inicia cuando una sola célula comienza un crecimiento rápido y desordenado. Aunque varias cosas —como la excesiva exposición a los rayos X y a ciertas sustancias químicas— pueden provocar esto, los rayos solares son los causantes en casi todos los casos. Aún se ignora por qué la repetida exposición a los rayos ultravioleta provoca un desorden en las hebras del ADN (ácido desoxirribonucleico), de las cuales depende el mecanismo del crecimiento celular.
Aunque la sobreexposición al sol no siempre origina cáncer, invariablemente envejece la piel. Hace poco, a los estudiantes que asistían a un curso de Biología del Cáncer en la Universidad de California en Los Ángeles se les enseñó una foto con gran acercamiento del arrugado y manchado tórax de una persona, que ellos supusieron que sería una anciana. Una foto de cuerpo entero reveló que era de una de las modelos más conocidas, del mundo, de unos 30 años, en quien aparecieron lesiones precancerosas en cara y cuerpo: fue preciso extirpárselas. Causa probable: años de diligente bronceado para conservar "el saludable aspecto de quien vive al aire libre".
• Todos podemos contraer el cáncer de la piel; desde los escandinavos de ojos azules hasta los africanos más oscuros. No obstante, las personas de piel clara presentan una incidencia diez veces más alta que la normal en otros tipos de personas. "Son especialmente sensibles las personas que tienen el cabello rubio, rojo o castaño claro y ojos azules, verdes o grises", señala el doctor Perry Robins.
• Por fortuna, el cáncer cutáneo se anuncia con anticipación suficiente para que sea curable en virtualmente todos los casos, si se atiende con eficacia. Sin embargo, es indispensable que usted sepa lo que debe buscar. Los dermatólogos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York aconsejan que uno mismo se examine cada dos meses, cuando menos. Emplee usted un espejo para ver su imagen de cuerpo completo, por el frente y por detrás. No olvide revisar la planta de los pies y el cuero cabelludo. Propósito: familiarizarse con el tamaño, la forma y el color de todos los lunares y manchas del cuerpo. De este modo, si sufren algún cambio, usted lo advertirá en la etapa inicial, cuando pueden ser curables.
"Cualquier cambio de color, tamaño, espesor, textura o contorno, ya sea que deje de ser un lunar perfectamente redondo para volverse irregular, por ejemplo, o que se vuelva cóncavo en el centro, vale la pena que lo examine un médico", indica el doctor Robins. Otros indicios: un sitio que de manera persistente da comezón, duele, tiene costras, se raspa o sangra; nuevas lesiones que persisten más de cuatro semanas, que con frecuencia se encostran y vuelven a abrirse.
• Es posible prevenir el cáncer cutáneo. Si usted "se quema" con facilidad o tiene antecedentes familiares a este respecto, evite la exposición a los rayos directos del sol entre las 10 de la mañana y las 3 de la tarde, cuando son más intensos los rayos ultravioleta. Use sombreros de ala ancha, camisas o blusas de mangas largas, pantalones largos y guantes, si es imprescindible que pase mucho tiempo al sol. Póngase una loción protectora en la piel expuesta al sol.
Aunque usted sea de piel oscura y no tenga antecedentes familiares de cáncer en la piel, la información médica sugiere que se tome siempre este tipo de medidas al exponerse al sol. Evite broncearse con reflectores o lámparas de sol, ya sea en su casa o en las salas que ofrecen este servicio. Inculque estos hábitos a sus hijos: las investigaciones han relacionado las quemaduras de sol en temprana edad con el cáncer cutáneo en la vida posterior.
• El tratamiento del cáncer de la piel depende del tipo de malignidad y del momento en que se diagnostica. Normalmente, el primer paso consiste en extirpar el tumor, con bisturí o electrocauterio, por congelación o la cirugía microscópica de Mohs. En los casos de melanoma, es probable que el médico recomiende una extirpación más amplia, y también otros análisis.
AUNQUE el sol sea la causa principal del cáncer cutáneo, el sentido común y ciertas medidas que aconseja la prudencia le darán, en muchos casos, toda la protección que se necesita para conservar el aspecto juvenil de la piel, evitar el daño que provocan los cosméticos y, posiblemente, hasta salvarle la vida.