EL TRONCO, EJE VITAL Y EMOCIONAL
Publicado en
febrero 12, 2012
Vivimos tan enclaustrados en la cabeza que lo que sucede de cuello para abajo, por así decir, nos resulta extraño o incluso ajeno. Pero vivir mejor a veces requiere decir ¡hola tronco!... mirando adentro.
Por Juan José Plasencia (www.masajeplasencia.com)Para los antiguos samuráis, la capacidad de mantenerse estable dentro de la movilidad era uno de los ejes de su formación. El trabajo corporal realizado para alcanzar esta cualidad de estabilidad móvil se centraba esencialmente en el tronco. El aspirante debía mantener su tronco erguido y resistente. Para comprender su importancia, se le comparaba con el tronco de un árbol, que independientemente de su grosor o tamaño, constituye el centro y la médula de su estructura; elementos determinantes para mantener el equilibrio energético y estructural entre las fuerzas opuestas del cielo y la tierra.
Sin pretender ser samuráis, la armonía y el equilibrio de nuestros movimientos también depende de la estabilidad que nos ofrece el tronco. De él arranca el impulso inicial para todas las acciones. La energía que nace en el tronco se irradia hacia las extremidades y es vital tanto para desplazarse como para interactuar con las fuerzas energéticas de la naturaleza.Conocido como torso en lenguaje corriente, el tronco comprende desde la base del cuello hasta la cadera. Constituye la parte más voluminosa del cuerpo y puede llegar a pesar alrededor de la mitad del peso corporal. Su contorno está definido por tres zonas claramente diferenciadas: pecho, cintura y caderas, correspondientes en su morfología con los espacios internos del tórax, el abdomen y el vientre. En estos espacios se aloja el pulso constante de la vida.Como si se tratara de una importante sede de laboratorios secretos, el exterior del tronco aparece estable y protegido por una extraordinaria estructura compacta, formada por la columna vertebral, la caja torácica, la pelvis y la vasta musculatura que la recubre. La coordinación de los distintos grupos musculares, con su perfecto entramado de capas, ofrece sujeción, movilidad y estabilidad a todo el sistema óseo que conforma el tronco.UN SISTEMA CON TRES CENTROS
● En su parte anterior, el pecho es la zona con que hacemos frente a las situaciones de la vida. A manera de escudo, resguarda y representa al yo/mio o al tu/tuyo, con sentido de identidad/propiedad, como cuando nos tocamos en el centro del pecho para indicar lo que nos concierne o cuando señalamos al otro en su centro para indicarle lo que le atañe. La imagen del Tarzán, el mitico hombre-mono golpeándose el pecho, transmite la sensación de vigor que podemos alcanzar en esta zona del cuerpo, donde albergamos los anhelos de triunfar y conseguir nuestras metas. Nos sentimos seguros y sacamos pecho para presumir, desafiar, mostrar entusiasmo o pasión. Por el contrario, la inseguridad. la vergüenza, el temor, la tristeza, la melancolía llevan a hundir el pecho, dando evidencia del abatimiento que nos invade.● La zona abdominal, sostenida por paredes musculares largas y planas, es la región donde se procesan el alimento y las emociones. En su centro, el ombligo indica la primera cicatriz que nos depara la existencia, dejando en esta parte del cuerpo una relación constante con el modo en que nos vincularnos al entorno. El abdomen es el lugar donde se digieren, bien o mal, las experiencias que la vida nos ofrece. En él se manifiestan claramente las sensaciones físicas de vacío y plenitud. Desde sus profundidades nos despertó por primera vez el hambre y seguramente en ellas hemos ahogado más de una rabieta o un impulso visceral. La cintura abdominal proporciona un centro de fuerza que se extiende hasta las extremidades, a partir de la cual se distribuye el equilibrio y se coordinan las fuerzas corporales para mantener la postura y el movimiento.● En la parte más baja, la región del vientre nos conecta con nuestro yo ancestral. Los instintos primarios e inconscientes generalmente surgen desde el vientre sin siquiera consultar a la mente. Sede del arraigo y la supervivencia, encarna la potencia vital. Es el recipiente de la energía sexual y la fecundidad, el recinto donde se origina la vida.UN PAISAJE PROTECTOR
En la parte posterior, la espalda es la gran protagonista del tronco. Inaccesible a los ojos, constituye nuestro respaldo. Su extenso territorio nos ofrece amparo, descanso y movilidad, sin olvidar su protección cuando nos enroscamos sobre el vientre, buscando resguardarnos en nuestro ser interior. Representa el eje central del cuerpo, definido por la columna vertebral o ”vara de la vida” para los tibetanos. Como una cadena articulada, la columna permite los movimientos del tronco, amortiguando los golpes en los desplazamientos y en los saltos. Cumple también la delicada función de proteger la médula espinal, por la que discurren las dos grandes ramas del sistema nervioso autónomo: el sistema simpático y el parasimpático. El primero estimula la actividad física y mental, predisponiendo a la persona a salir al exterior y proteger el interior. El segundo calma el cuerpo y la mente, estimulando las funciones básicas e induciendo estados de relajación y bienestar.
Los lados del tronco están formados por los músculos intercostales, que unen con forma cilíndrica la espalda con el frente, lugar donde descansan los brazos cuando caen libremente a ambos lados del cuerpo. Es en estos espacios donde los niños buscan cobijo bajo nuestras ”alas”. También en ellos atesoramos plácidas sensaciones de los brazos que nos levantaban en la primera infancia. para abrazarnos y permitirnos ver el mundo con seguridad desde las alturas.TESOROS INTERNOS
Interiormente, el tronco es un continente en constante actividad. En él se alojan los principales órganos vitales, encargados de cumplir con las funciones fisiológicas necesarias para mantener la vida. Al igual que se puede escuchar a través de las paredes de una habitación cerrada, si acercamos el oído a cualquier zona del tronco de una persona podremos percibir los sonidos de este laboratorio orgánico-emocional: el aire que entra y sale de los pulmones, la sangre que impulsa el corazón en cada latido, los movimientos gástricos que transforman el alimento en sustancias nutritivas y hasta el latir de una nueva vida en una mujer embarazada.
Dispuestos a superar las situaciones extremas a las que los sometemos a menudo, cada órgano ocupa su lugar dentro del tronco. Desde allí trabajan unidos con la noble finalidad de ayudarnos a mantener una mejor calidad de vida. Conocer las funciones y relaciones orgánicas de estos órganos, así como los síntomas que alertan de sus desequilibrios, ayuda a cuidar de la salud y a apreciar los tesoros que guarda el tronco.EL CORAZÓN Y LA ALEGRÍA
Es el centro de la circulación sanguínea, controla el movimiento de la sangre y asegura un flujo sanguíneo uniforme por todo el cuerpo, que se refleja en el cutis y la piel. Tradicionalmente se le ha atribuido gran influencia sobre la actividad mental y espiritual, la conciencia, la memoria emocional, la nobleza de los pensamientos y el sueño. Por el origen común y el continuo intercambio que existe entre la sangre y los fluidos corporales, el corazón controla el sudor. Según la medicina tradicional china, se le asocia con la alegría, el calor, el verano, el sabor amargo y el color rojo. Su órgano sensorial es la lengua y su secreción el sudor, sobre el cual ejerce su control. Sus tejidos corporales son los vasos sanguíneos. Cuando el corazón está débil, algunos de los síntomas que se pueden presentar son: alteraciones psíquicas, trastornos digestivos, endocrinos o sexuales, abatimiento, sudoración espontánea o anormal, palidez y vértigo.
LOS PULMONES Y LA TRISTEZA
Los pulmones gobiernan la energía vital que procede del aire y la energia de los alimentos. Estas dos energías se acoplan en el pecho, asegurando la respiración y el ritmo cardiaco. También rigen la circulación energética e influyen en el movimiento de la sangre y de los líquidos orgánicos, además de desempeñar un papel importante en el equilibrio de los movimientos ascendentes, descendentes, de interiorización y exteriorización.
Para la medicina china están asociados con la aflicción y la tristeza, el clima seco, el otoño, el sabor picante y el color blanco. Su órgano sensorial es la nariz y con ello el sentido del olfato y la secreción nasal. Sus tejidos corporales son la piel y los pelos. Los problemas pulmonares producen disnea, debilidad en la voz, dolores en el pecho. También pueden originar perturbaciones en el metabolismo de los líquidos y de la circulación energética y sanguínea, así como acumulación de flemas o mucosidades y edemas. Igualmente se pueden presentar trastornos en la piel, como poros dilatados y transpiración espontánea.EL HÍGADO Y LA IRA
El hígado almacena la sangre y regula su caudal. Es responsable de que la energía vital circule por todo el organismo, equilibrando sus movimientos de ascenso y descenso, de exteriorización y de interiorización. Está relacionado con la capacidad de movimiento y flexibilidad, ya que la sangre del hígado nutre a los tendones y ligamentos, entre los cuales se encuentran las uñas, por lo que las mantiene fuertes e hidratadas. También nutre los ojos, permitiendo ver con claridad.
La medicina china lo vincula con la cólera y la irritabilidad, el viento, la primavera, el sabor agrio y el color verde. Sus órganos sensoriales son los ojos y la secreción lagrimal. Sus tejidos, los ligamentos y tendones. Las disfunciones hepáticas pueden reflejarse en trastornos oculares, sequedad o lagrimeo y secreciones oculares amarillentas. Pero también en estados de nerviosismo, descontrol emocional, susceptibilidad o depresión, trastornos menstruales, dificultades en el embarazo, limitación de movimientos, temblores y espasmos en las articulaciones.EL BAZO Y LA PREOCUPACIÓN
Según la medicina china, asegura que el flujo sanguíneo esté controlado dentro de los vasos, ya que retiene la sangre en ellos. Su función de transportar la energía refinada garantiza que los músculos y las extremidades posean el tono y forma correctos. Se asocia con la reflexión y la comprensión, la humedad. la canícula o el estío, el sabor dulce y el color amarillo. Su órgano sensorial es la boca y su secreción, la saliva fluida. Sus tejidos, los músculos. Las alteraciones del bazo se reflejan en trastornos digestivos o del metabolismo de los líquidos, disminución del apetito, inflamaciones abdominales, falta de energía, fatiga muscular, cansancio y posibles hemorragias, como hematomas espontáneos. Las varices también se vinculan con él.
LOS RIÑONES Y EL MIEDO
Regulan el equilibrio del agua y de los líquidos del cuerpo, desempeñando la función de transformar y eliminar los residuos líquidos del organismo. Según la medicina china, nutren el cabello, y atraen y recogen la energía de los pulmones, para conservarla y permitir una respiración amplia y un buen proceso respiratorio. Almacenan tanto la energía vital heredada como la adquirida de la esencia de los alimentos que el organismo no ha utilizado en la nutrición. Controlan la maduración de las funciones sexuales, la fecundidad, el crecimiento y el desarrollo, desde el nacimiento hasta la edad adulta. Contribuyen a la producción de sangre a través de la médula ósea e intervienen en la constricción de las defensas orgánicas.
Están asociados con el mie do, las fobias, el frío, el invierno, el sabor salado, y el color negro. Su órgano sensorial es el oído y la secreción, la saliva viscosa. Sus tejidos vinculados son los huesos. Los problemas renales pueden comportar trastornos del crecimiento y del desarrollo, envejecimiento prematuro, disminución de la energía sexual, esterilidad, incontinencia urinaria, dolor de espalda, debilidad en las rodillas, distrofias óseas, caries crónicas en los dientes, acúfenos, sordera, cabellos secos y frágiles.MÁS ALLÁ DE LA CABEZA
Externa e internamente el tronco vibra, se expande y se contrae respondiendo a nuestras necesidades y a los estímulos que recibimos. Nos contiene y nos conmueve. En él se arremolinan todas las emociones que en ocasiones nos asfixian. Pero incluso, en los momentos de calma, cuando con satisfacción nos acariciamos el vientre… resulta imposible obviar la importancia determinante que tiene en nuestra vida.
EL PODER RENOVADOR DE UN ABRAZO
El tronco es un territorio de vital importancia para la salud emocional. Los abrazos ejercen un poder terapéutico que nos renueva y fortalece emocionalmente. Abrazarse equivale a tocarse de manera amplia y profunda, liberar sentimientos y compartirlos, desatar nudos entre dos. Al abrazarse los cuerpos se comunican sin necesidad de palabras. Cuando nos entregamos en el abrazo, aprovechamos ese momento para transmitir lo que sentimos, permitiéndonos acompañar y estar acompañados en el palpitar y la respiración. Hay muchas maneras de abrazarse: es importante reconocer los verdaderos abrazos, cuando podernos permanecer en ellos y disfrutar de ese momento en que nos atrevemos a bajar la guardia para permitirnos sentir y ser sentidos.
SESIÓN DE EJERCICIOS PARA GANAR CONCIENCIA DEL TRONCO
CENTRO Y EQUILIBRIO. De pie, con los pies separados a la anchura de las caderas, inspira y, al soltar el aíre, flexiona una pierna sujetando la rodilla con la mano contraria. Gira la cadera manteniendo el torso en el eje central, como en la foto. Utiliza el otro brazo para mantener el equilibrio. Realízalo por ambos lados.ESTIRAR LOS COSTADOS. Sitúate de rodillas, con los glúteos sobre los talones, los pies levemente separados y los empeines apoyados en el suelo, con el torso erguido y los hombros relajados. Entrelaza los dedos como en la foto. Inspira profundamente y al soltar el aire eleva los brazos por encima de la cabeza. Estira la musculatura intercostal y aumenta la conciencia respiratoria.ABRIR EL TÓRAX. Mantén la posición anterior. Sitúa los brazos por delante del pecho, los codos a la altura de los hombros y las palmas de las manos hacia abajo. Respira profundo, y lleva los codos hacia atrás: al exhalar regresa a la posición inicial. Realízalo de 5 a 10 veces, siguiendo el ritmo respiratorio. Libera la tensión psico-emocional y relaja la parte alta de la espalda y el pecho.EXTENSIÓN DEL TRONCO. A partir del ejercido anterior, con los dedos entrelazados coloca las manos en la nuca y apoya la cabeza en ellas. Inspira mientras llevas despacio la cabeza hacia atrás, arqueando ligeramente la espalda. Libera lentamente el aire al regresar a la posición inicial. Este ejercicio abre el diafragma y estimula la energía. No lo realices si tienes molestias en la espalda.FLEXIÓN LATERAL. Manteniéndote de rodillas, coloca una mano en la cintura y lleva el otro brazo estirado formando un medio arco por encima de la cabeza. Inspira y al soltar el aire inclina el torso, como se observa en la foto. Al regresar al centro coge aire, cambia la postura de los brazos y realízalo por el otro lado. Estira la musculatura baja del tórax y libera la tensión de los órganos vitales.FLEXIBILIZAR LA ESPALDA. De pie, con los pies separados a la anchura de los hombros, flexiona las rodillas hasta que queden en la vertical de las puntas de los pies. Lleva los brazos por delante de los hombros completamente estirados. Inspira profundamente y al soltar el aire, con los brazos estirados proyecta el tronco hacia delante. Flexibiliza la musculatura y tonifica los órganos internos.TORSION DEL TRONCO. De pie, con las piernas separadas al doble de la anchura de los hombros, inicia el ejercido con los brazos estirados hacia los lados. Lleva el torso hacia delante. Inspira profundamente y gira el torso hacia un lado mientras sueltas el aire. Acompaña el movimiento con los brazos, como en la foto. Activa la energía de los órganos internos y moviliza la columna vertebral.ROTACIÓN DEL EJE VITAL. De pie, con los pies separados a la anchura de los hombros, eleva los brazos y coloca las manos una frente a otra por encima de los hombros. Respira profundamente y con un movimiento lento, gira el torso hacia un lado y retén el aire unos segundos. Exhala el aire despacio, relajando la postura. Reduce la tensión muscular y orgánica. Estimula la energia.ESTIRAMIENTO OPUESTO. De pie, con una pierna adelantada, lleva un brazo por encima de la cabeza con la palma hacia arriba y la otra hacia abajo y hacia atrás, como en la foto. Inspira mientras giras lentamente el torso hacia el lado de la mano que mira hacia abajo. Relaja y suelta el aire. Realiza el ejercicio varias veces por ambos lados. Tonifica el tronco y equilibra la energía interna.LIBROS RECOMENDADOS
LA ARIMONIA DEL GESTOPatrick Germain. Ed Liebre de MarzoVIVE TUS EMOCIONESJuan Jose Plasencia. Ed. UranoLA RESPIRACIÓNB. Calais-Germain. Ed. Liebre de MarzoFuente:
CUERPO MENTE - ESPAÑA - NOVIEMBRE 2008