EL EFECTO MOZART PARA NIÑOS
Publicado en
febrero 12, 2012
Don Campbell es una de las autoridades internacionales más reconocidas en el campo de la educación musical. Músico, pedagogo y escritor, su último libro se titula El efecto Mozart para niños. Allí, el autor presenta una guía básica para entender la importancia de la música en el desarrollo físico e intelectual de los chicos. Y explica por qué las melodías del compositor austríaco Wolfgang Amadeus Mozart son las más indicadas para la estimulación de bebés y niños.
Desde el principio de los tiempos, la humanidad ha percibido el poder de la vibración, el ritmo y el sonido. Incluso en muchas culturas, el mito de la creación describe un sonido primordial que dio origen, de la nada, al mundo. Los antiguos chinos y egipcios consideraban a la música como un elemento fundamental que reflejaba los principios rectores del Universo. Se creía que las melodías tenían el poder de elevar o degradar al ser humano, y hasta de cambiar el destino de toda una civilización. Por eso es que los seres humanos han hecho música a lo largo de toda la historia para celebrar sus fiestas religiosas, para implorar a la tierra y para alabar a sus dioses.
Han pasado los siglos y la ciencia confirma la verdad que se manifestó desde que el hombre dominó la tierra: los sonidos ayudan a crear estructuras en el espacio y tiempo. Sus efectos son claros y medibles, no sólo en los objetos sino también en los seres vivos.Tal vez por eso los bebés, los recién nacidos y los niños pequeños tienen una extraordinaria receptividad a la música. En diversos estudios se ha comprobado que el cerebro del bebé es capaz de reconocer unidades estructurales de la música tales como la tonalidad, al altura y el ritmo. El músico, pedagogo y escritor Don Campbell reconoce todas virtudes y ventajas de la estimulación pre natal e infantil con música, pero agrega un dato más que interesante: la mejor música para bebés y chicos es la de Mozart.¿POR QUE MOZART?
La respuesta de Campbell es la siguiente: los ritmos, las melodías y altas frecuencias de la música de Mozart estimulan y recargan las regiones creativas y motivadoras del cerebro. Pero tal vez lo esencial en la grandeza de Mozart es que todos sus sonidos son puros y simples, y que su música es a la vez misteriosa y accesible.
La estimulación con música clásica puede comenzar durante el embarazo, y es especialmente importante después de los cinco meses de gestación. Una vez fuera del útero es muy importante continuar con esta práctica. El recién nacido abandona un ámbito cálido y tranquilo para introducirse en un medio que está lleno de estímulos sensoriales: luces, ruidos, olores, sensaciones nuevas a las que debe acostumbrarse.Durante las primeras semanas de vida, el bebé comienza a percibir semejanzas entre los ritmos de este mundo y el mundo que Había conocido dentro del útero. Por eso es tan importante que la mamá le haga escuchar las mismas melodías que oía durante el embarazo, ya que éstas pueden ser un maravilloso puente entre su primer hábitat y el que será su medio de ahora en adelante. Numerosas investigaciones han demostrado que durante las semanas posteriores al parto, nada alivia tanto al bebé como el sonido grabado de los latidos del corazón de la madre o la música clásica que oía antes de nacer.Algunas de las melodías recomendadas para embarazadas y bebés recién nacidos son:• Variaciones en do mayor sobre la canción Ah! Vous diraije, maman (K. 265).• Andante sostenuto de la Sonata para violín y piano en do mayor (K. 296). Es una hermosa canción de cuna que ayuda a equilibrar la mente y el corazón.• Andante de la Sinfonía n° 25 en sol menor (K. 183). No es una canción de cuna tradicional sino una pieza que invita a hablar y cantar mientras se escucha. Es ideal para la hora del baño del bebé, por ejemplo.JUGUETES PARA EL OIDO
Ya que el bebé ha estado aprendiendo sonidos vocales desde antes de salir del útero materno, nunca es demasiado pronto para presentarle las alegrías del lenguaje mediante la música y las canciones. Por ejemplo, una de las primeras habilidades que ha de dominar el recién nacido en su nuevo entorno es descubrir de dónde procede un sonido. Para esto, un adulto puede mover ligeramente un sonajero para captar su atención y luego situarlo en diferentes partes alrededor de su cabeza, de modo que el bebé tenga que descubrir de dónde procede el sonido que escucha.
La música y los sonidos tienen un papel fundamental en el desarrollo del pequeño, por eso es muy importante preocuparse porque el bebé escuche una amplia gama de estilos y géneros musicales. Si en casa hay algún instrumento musical (no importa cuál), sería bueno que la mamá o el papá le tocaran alguna melodía a su hijo. Para esto no hace falta que sean músicos, basta con que interpreten sonidos suaves que el bebé pueda reconocer. Y si además se animan a cantarle, mejor aún. El bebé reconocerá las voces familiares y les prestará más atención aún que si se lo pone frente a una grabación. También es una buena idea asociar determinadas melodías con ciertos momentos del día. Por ejemplo, puede amanecer siempre con la misma canción, jugar en su cuna escuchando otra melodía y escoger una tranquila para la hora del sueño. Los bebés reaccionan con mucha precisión y eficiencia a la sincronización musical. Y aprovechando este fenómeno, el poder de la música también puede guiarlo dulcemente hacia la armonización de una rutina diaria y de horarios más o menos fijos. Si acostumbramos a marcar con música los ritmos cotidianos del pequeño, es muy probable que sus horarios y hábitos sean más regulares.Así, la combinación de melodías caseras con otros ritmos (que por supuesto incluyen a Mozart) será una excelente estimulación para el recién nacido.MÚSICA PARA BEBÉS
Durante las últimas décadas, los científicos han trabajado incansablemente para probar la hipótesis de que el feto oye, reacciona ante el sonido y aprende de él. Por los resultados de sus trabajos, ahora sabemos que:
■ El oído es el primer órgano sensorial que se desarrolla dentro del útero.■ El sistema auditivo empieza a funcionar de tres a cuatro meses antes del nacimiento.■ Entre las semanas 28 y 30 de gestación, el feto comienza a reaccionar a los sonidos exteriores mediante alteraciones en su ritmo cardíaco.■ Determinados sonidos pueden afectar a la estructura y funcionamiento del sistema auditivo del feto.■ Los bebés prematuros que escuchan música clásica en la unidad de cuidados intensivos aumentan más de peso en menor tiempo que aquellos que no son estimulados con música.■ La familiarización con sonidos concretos antes del nacimiento podría inducir una preferencia por esos sonidos después del nacimiento.MOVIMIENTO AL COMPAS: DE SEIS A DIECIOCHO MESES
Cuando el pequeño se siente, empiece a mantener el equilibrio y a estirar los brazos, puede ser muy estimulante elegir las Variaciones (K. 265) de Mozart y volverlas a escuchar.
La melodía evoca la broma traviesa de la canción popular, pero además, la propia estructura de esta breve pieza es una lección sobre cómo aprenden naturalmente los bebés y chicos. Después de introducir la melodía original, Mozart la recrea en un plano ligeramente más complejo; la reinventa con embellecimientos rítmicos y melódicos y luego vuelve a recrearla hasta que es casi irreconocible en el estallido de juego melódico con que acaba. Mozart, a través de su música, parece reproducir la manera en la que los niños entienden al mundo, tomando un objeto o concepto nuevo, explorando sus posibilidades, volviéndolo de un lado a otro y jugando de mil maneras. Además, el proceso de adquirir control sobre sus músculos significa que también comenzará a reaccionar físicamente a la música. Alrededor del momento en que empiece a sentarse con facilidad, comenzará a expresar lo que siente con la música, saltando o agitando los brazos cuando escuche melodías que le resulten familiares. A los ocho meses ya podría intentar batir las palmas. Una vez que haya cumplido un año, sus reacciones a la música varían aún más, y es posible que a los dieciocho meses ya domine el ritmo de la música, meciendo todo el cuerpo y saltando al compás.Durante todo este período, el sonido y el ritmo le sirven para coordinar su cuerpo con su cerebro. El menú Mozart para esta etapa puede incluir:√ Minueto de la Sinfonía de los juguetes de Leopold Mozart. Es una pieza compuesta por el padre de Wolfgang unos meses antes de que naciera su hijo.√ Danza alemana n° 2 en sol mayor (K 605).√ Rondó (Allegro ma non troppo), de la Serenata n° 9 en re mayor (K. 320).√ Andantino del Cuarteto para flauta en do mayor (K. 320). Adagio (tercer movimiento) del Cuarteto n° 20 en re mayor (K. 499).√ Variaciones en do mayor sobre la canción Ah! Vous diraije, maman (K. 265). Es una melodía ideal para conciliar el sueño y tranquilizar al niño antes de acostarse.√ Marcha en re mayor (K. 335/320a, n° 1). Es una buena melodía para invitar a la acción: puede ser para el momento del juego, o a la hora de prepararse para salir a la calle. (La letra K y el número que figuran entre paréntesis después del nombre de la sinfonía hacen referencia al catálogo Kochel, en el que aparecen ordenadas las más de seiscientas composiciones de Mozart.)Para más información, ver los libros
• El efecto Mozart, Don Campbell, Editorial Urano.• El efecto Mozart para niños, Don Campbell, Editorial Urano.Fuente: Revista MEDICINAS ALTERNATIVAS, Argentina Abril 2002