LECCIONES QUE DEJAN HUELLA
Publicado en
enero 29, 2012
CONDENSADO DE LA REVISTA "GUIDEPOSTS" (ABRIL DE 1983, ENERO DE 1983, MAYO DE 1984, MARZO DE 1983). © 1983 Y 1984 POR GUIDEPOSTS ASSOCIATES. INC., DE CARMEL, NUEVA YORK. "IGNORE THE WRONGS AGAINST YOU" TAMBIÉN SE TOMÓ DE "JOY OF LIVING" © 1982 POR WILLARD SCOTT. REPRODUCIDO CON LA AUTORIZACIÓN DE BILL ADLER BOOKS. DE NUEVA YORKDe cómo cuatro célebres figuras norteamericanas del ámbito del espectáculo descubrieron el valor perdurable de estas sencillas... LECCIONES QUE DEJAN HUELLA.
¡CUIDADO CON LAS ZONAS GRISES!

Cuando era yo muchacho,en Houston, Texas, puse los ojos en un reloj que vi en la vitrina de la farmacia de nuestro barrio. Costaba un dólar. Como no tenía ni esa suma ni la esperanza de reunirla pronto, solicité al boticario que me permitiera llevármelo, con el compromiso de pagárselo poco a poco. Aceptó el trato.
Al día siguiente, aquel señor le habló casualmente del arreglo a mi madre. Ella se opuso terminantemente, pues, según ella, me había aprovechado de la confianza del vendedor. Pagó el reloj al boticario y regresó a casa a amonestarme."¿Te das cuenta?", empezó. "Tus intenciones son honorables, pero ni tú mismo sabes cómo vas a ganar ese dinero. Aunque no hay falta de honradez deliberada de tu parte, estás casi en el límite de lo correcto. En una de esas zonas grises, Walter: Ten cuidado con lo gris: puede ser algo sucio".Luego, me quitó el reloj y lo guardó hasta que pudiera pagarlo.A través de los años, he recordado esa advertencia. En mi profesión de periodista y comentarista radiofónico siempre he procurado tener cuidado con las zonas grises, evitando presentar la mitad de los hechos y rechazando algunos reportajes interesantes que no me parecían del todo veraces.En cierta ocasión, un grupo de especuladores de terrenos ofreció regalarme un predio de gran extensión. No me ponían la condición de que yo hablara en mis programas de su fraccionamiento; sólo querían decir que yo era uno de los terratenientes allí. Pero el asunto me pareció un tanto gris, y no acepté la oferta.La rectitud, como todas las demás virtudes, requiere de vigilancia. Eso era precisamente en lo que pensaba mi madre cuando me enseñó a rehuir la ambigüedad: las zonas grises que pudieran ser sucias.—Walter Cronkite, reportero corresponsal especial de la CBSHAZLO MIENTRAS PUEDAS

En 1930, actuaba yo en Nueva York, en la obra The Up and Up, en que había una escena muy difícil, donde yo me en-frentaba simultáneamente a dos personas encolerizadas: una a través del teléfono, y la otra frente a mi escritorio.
Los críticos teatrales no coincidieron en el mérito de nuestra representación. Tuvimos que mudarnos a un teatro más pequeño y aceptar menor paga, con la esperanza de salvar la obra, aunque las perspectivas eran escasas.Muchas noches, mientras actuaba, estuve tentado a trabajar con descuido, sin esforzarme en la difícil escena. Después de todo, pensaba, no vale la pena agotarme por algo sin porvenir.Pero de repente escuché el eco de un versículo de la Biblia que había aprendido en el catecismo: "Todo lo que encuentres a mano, hazlo mientras puedas" ( Eclesiastés, 9:10 ).Siguiendo este precepto, en todas las funciones me entregaba a esa escena; terminaba empapado en sudor. A veces me sentía un tanto ridículo. A los pocos meses, se quitó la obra de la cartelera. Seguí haciendo otros pequeños papeles hasta que, un día, me habló por teléfono un representante de Howard Hughes: "El Señor Hughes va a filmar la obra teatral The Front Page (Primera plana), y desea que usted partícipe en la película", me dijo.Después, Lewis Milestone, el director de la cinta, me explicó lo que había sucedido. Él y un grupo de amigos que visitaban Nueva York tenían unas entradas para el teatro que presentaba un éxito de la temporada. Pero les faltó un billete, por lo que el anfitrión Lewis cruzó la calle y entró a otro teatro a ver The Up and Up."Había una escena que me impresionó profundamente", me confió Lewis. "La que ocurre en el escritorio". Por tanto, me recomendó para desempeñar el papel en una escena similar en The Front Page. Ese fue el comienzo de mi carrera fílmica.Aunque la tarea le parezca ingrata, hágala mientras pueda.—Pat O'Brien, actorAPRENDA A ESCUCHAR DE VERAS

Había un programa de televisión: ¿Cuál es mi ocupación?, en el que los concursantes hacían preguntas al invitado para descubrir su ocupación. Al príncipio de los 25 años que duró la serie, yo, como conductora del programa, tenía cierta dificultad en hacer las preguntas pertinentes. Finalmente, mi esposo, Martin Gabel, me aconsejó: "Cuando veo el programa, me das la impresión de estar impaciente y ansiosa de hacer tu pregunta. Deberías escuchar atentamente lo que dicen los demás. Aprende a escuchar de veras".
Seguí su consejo... y dio resultado. Al concentrarme en lo que otros decían, fui adquiriendo práctica hasta convertirme en diestra conductora de programas de televisión. En realidad, mi principal característica profesional más provechosa ha sido mi habilidad para escuchar.Pero escuchar es mucho más que captar información. Una anciana de más de 70 años me enseñó que también puede ser un camino para expresar amor a nuestro prójimo.A menudo me topaba con esa viejecita en la tienda de abarrotes. Sus ojos eran alegres y vivarachos, y cada vez que nos encontrábamos, charlaba y charlaba sin cesar. Cuando tenía yo prisa, tenía que reprimir mi impaciencia.—Dentro de unos días me iré a Arkansas —me contó un día—. Las aguas termales son buenas para mi artritis. Pero antes de que me extrañe usted, estaré de regreso.Por primera vez observé sus dedos rígidos y deformes.—¿Irá usted sola, señora? —le pregunté.—Sí —me respondió—. Desde hace muchos años enviudé, pero siempre he tenido la fortuna de conocer a gente amable como usted, con quien charlar.Sentí remordimiento. ¡Ella era siempre tan alegre... y jamás se quejaba! Sólo le gustaba conversar con la gente, en cualquier sitio, para avivar su solitaria y sosegada existencia. Lo único que pedía era un oído atento.De pronto, mis oídos se volvieron más complacientes y, desde entonces, me he propuesto escuchar de veras a todas las personas como ella.—Arlene Francis, actriz y anfitriona del programa de televisión Prime of Your LileNO HAGAS CASO DE LOS AGRAVIOS

EN 1958, regresé a Washington, D. C., después de dos años de servir en la Marina. Como lo había previsto, mi viejo empleo en la radio, con la National Broadcasting Company, me estaba esperando. Lo que no había previsto era un nuevo jefe. Por motivos que yo ignoraba, no le era simpático, y parecía estar contra mí y dispuesto a molestarme con el menor pretexto.
Sin embargo, me mantuve imperturbable, hasta que un día ordenó cambiar el horario de Joy Boys, el programa cómico que hacíamos mi amigo Eddie Walker y yo. Nos asignó el peor de los horarios de la radio: desde las 20 horas hasta la medianoche.Yo estaba furioso y, a riesgo de perder mi empleo, me preparé para un enfrentamiento. Pero antes de responder agresivamente, mis sentimientos se calmaron al recordar el consejo bíblico del rey Salomón: "La cordura del hombre está en ser paciente; su gloria, en pasar por alto las ofensas" (Proverbios, 19:11).Eddie y yo nos resignamos al pésimo horario; al cabo de tres años de intenso trabajo, logramos que Joy Boys se convirtiera en el programa radiofónico más popular en Washington.Pero más importante para mí fue aprender que yo también era culpable de la situación; en el trato con mi jefe era yo quien había agravado la situación. Sabía que no le era simpático y, en venganza, me comportaba con fría cortesía con él y lo evadía cuanto podía. Pero cierto día me invitó a una fiesta en la estación de radio, y no pude negarme a asistir.Allí conocí a su prometida. Era inteligente, vivaz y equilibrada. ¿Cómo era posible que una mujer como ella se enamorara de alguien tan carente de cualidades? A través de su conversación me enteré de muchos detalles que ignoraba, y logré entender el verdadero carácter de mi jefe.Con el paso del tiempo, mi actitud cambió... y también la de él. En realidad, nos hicimos buenos amigos. He permanecido en la NBC y, desde hace muchos años, soy el meteorologista en el noticiario Today.¡Te doy las gracias, rey Salomón!—Willard Scott