REFLEXOLOGÍA: LA SALUD A TUS PIES
Publicado en
diciembre 25, 2011

La reflexología es una disciplina milenaria, originada en Oriente, que académicos en medicina convencional de Occidente se encargaron de traer y estudiar, a lo largo de la historia, comprobando que, lejos de ser algo perjudicial para la salud, la mejoraba por completo. Hoy, la reflexología, goza del prestigio y reconocimiento de casi todos los ambientes de la sociedad a nivel mundial, incluso los universitarios.
Por Carlos Adolfo OribeEtimológicamente, reflexología deriva de una palabra madre: reflejo. El reflejo es un efecto orgánico a un estímulo determinado. Se trata de una respuesta corporal que tiene lugar en un área alejada, más o menos distante, de aquella que fue estimulada. Este efecto se produce involuntariamente, puesto que ante un estímulo cualquiera, las vías o los canales nerviosos y energéticos que conectan todas las partes de nuestro cuerpo reaccionan sin que podamos hacer nada para evitarlo. En consecuencia, podemos definir al reflejo como una respuesta involuntaria o inconsciente a un estímulo determinado. Pero aunque no estemos en condiciones de evitar el efecto, sí podemos predecirlo, inducirlo a través de un estímulo que, en este caso, sí será voluntario, consciente, deseado, buscado.
La primera definición de reflexología, entonces, podría ser: se trata del estudio de los reflejos biológicos que se producen a través de los estímulos corporales.Pero la reflexología es, además, un arte curativo y preventivo, una terapia natural, una rama de la medicina alternativa, un complemento de la medicina tradicional y, porqué no, una ciencia cuyas bondades están al alcance de todos.Ahora bien, ¿de qué forma se produce un efecto a un estímulo determinado? Son los pies y, en menor medida las manos, las zonas del cuerpo que permiten ser estimuladas con el fin de provocar un efecto en otras zonas de nuestro ser. Y este estímulo se realiza mediante las técnicas que utiliza un terapeuta a través de sus dedos pulgar e índice, los cuales son empleados para proporcionar una suerte de masajes que originan el estímulo deseado. De esta forma, el estímulo viajará por los canales nerviosos y energéticos alojados en el interior de cada organismo hasta provocar en una zona determinada el efecto anhelado.Surge, aquí, otra pregunta importante: ¿Con qué fin es utilizada la reflexología?. La reflexología sirve para tratar y prevenir diversos trastornos o enfermedades, pero también para proporcionar placer. Es decir, la reflexología sirve tanto para curar como para suministrar placer, bienestar.Cinco son los conceptos básicos que deben ser aprendidos, de manera teórica, para encarar de lleno los aspectos prácticos de la reflexología:■ La reflexología es una disciplina mediante la cual es posible ejercer estímulos corporales precisos con el fin de conseguir un efecto determinado.■ El cuerpo humano está conectado por numerosos canales nerviosos y energéticos. De ahí que sea posible la unión de una zona corporal con otra más alejada a través de la técnica de la reflexología.■ Las zonas del cuerpo que permiten ser estimuladas son los pies y, en menor medida, las manos. A partir de pies y manos es posible acceder a todas las otras zonas del cuerpo.■ Existen terapeutas calificados que conocen la técnica de la reflexología, los cuales, a través de masajes en los centros reflejos (en pies y manos), producen la acción estímulo-efecto.■ La reflexología sirve para curar, prevenir y suministrar placer y bienestar.LOS PIES, CIMIENTOS DE NUESTRO SER
Pensemos en un gran edificio, alto, imponente, majestuoso, sólido, de fachada firme, en apariencia indestructible, compuesto en su interior por un sofisticado sistema de energía y de seguridad, con ascensores veloces y herméticos que conectan cada piso con sólo presionar un botón. En síntesis, pensemos en un edificio importante, moderno, insuperable. Tanta solidez y tecnología, sin embargo, están sustentadas en sus cimientos, en sus raíces, en su base capaz de sostener todo lo demás. Sin una base firme, sin ese sostén, el edificio, por más bonito que parezca, se desmoronaría con la misma velocidad con que lo haría un frágil castillo de naipes. Pensemos ahora que ese edificio somos nosotros mismos. Que ese edificio es nuestro cuerpo y todo lo que lo integra: piel, carne, sangre, huesos, órganos, nervios, energía, mente, espíritu. Y pensemos que los cimientos son, ni más ni menos, que nuestros pies. A través de ellos, todo lo demás cobra sentido. La reflexología, ciencia sabia, no hizo más que darse cuenta de eso y de concederle a los pies la importancia que no todo el mundo logra ver.
Los pies son una puerta de entrada. Si el cuerpo humano está integrado por canales que conectan cada zona, cada célula, cada organismo, cercanos y distantes, como si fueran las vías de un ferrocarril, pues los pies, entonces, son el andén principal de esas vías; la estación central, el origen de ese maravilloso recorrido por el interior de nosotros mismos.Los pies nos sostienen en un sentido mucho más profundo que el físico. Nos sostienen de pie, claro, pero también nos sostienen ante la vida, nos enseñan un camino, nos muestran una ruta de salud y belleza, elementos imprescindibles para vivir mejor. La reflexología, nexo entre los pies y las demás partes de nuestro ser, sirve para mejorar la calidad de vida. No debe, pues, ser desdeñada.Caminando hacemos camino. Y dejamos huellas, las marcas de nuestro andar. Esas huellas nos explican. Recorrerlas es repasar nuestra vida, como si miráramos un álbum de fotografías por el cual reconocemos, hoy, lo que fuimos y, de alguna manera, seguimos siendo. Como un mapa trazado a fuerza de peregrinar. Cada huella es una línea que se conecta con la que sigue; nosotros, los artífices de esas huellas, siempre, indefectiblemente, iremos un paso adelante. Jamás, nuestras huellas nos alcanzarán. Pero es posible detenerse, darse vuelta y mirarlas. Acaso observemos que estas huellas cercanas difieren de aquellas, las primeras. ¿Por qué motivo, si son los mismos pies quienes las originaron?. Tal vez, en un punto del camino, la reflexología haya hecho su milagrosa aparición en nuestra vida, modificando para bien cada paso que damos, perfeccionándolos.Hay quien dijo que se puede conocer un país, y el mundo entero, observando los pies de quienes lo caminan. De la misma manera nos podemos reconocer, como individuos, en nuestros pies. Suaves, ásperos, rígidos, flexibles, los pies nos explican física, mental y emocionalmente, y constituyen, además, la estructura por la cual es posible proporcionar y recibir bellos masajes según las técnicas de la reflexología, disciplina que, como un cartero incansable, lleva sus enseñanzas a quienes las necesiten, caminando incansablemente a lo largo de su rica historia. La reflexología, al igual que los pies, hace camino al andar.Los pies no son el final de nuestro cuerpo, las extremidades inferiores. Los pies son el comienzo, aunque en apariencia estén abajo. Por los pies empieza todo. A partir de ellos se entiende todo lo demás. Los pies son el primer capítulo del libro de la vida, las palabras iniciales, el ,"había una vez...”Los pies poseen su propio lenguaje y, a partir de sus signos y grafías, nos comprendemos. Así lo ha interpretado la reflexología, lectora avezada de tan importantes páginas.A modo de mandamientos reflexológicos, he aquí tres puntos fundamentales para tener en cuenta:• Descreer de aquellos que desdeñan las bondades del pie y su conexión con todo el organismo.• No dejarse contaminar por quienes culturalmente dividen al mundo (a la vida) en dos partes opuestas, contradictorias, enemistadas. Arriba (mejor o superior) y Abajo (peor o inferior). Norte y Sur. Cabeza y Pies. El mundo (la vida, nuestra vida) es uno solo y cada uno de sus imprescindibles componentes se encuentran conectados entre sí, necesitándose como un pez necesita al agua o un hombre el aire que respira cada día.• De nosotros depende encontrar el justo equilibrio que nos permita una sana armonía entre cada parte de nuestro ser. La reflexología viene a nuestro rescate como una acertada terapia para dicho fin. Sepamos aprovecharla.
¿QUÉ PASA SI TENEMOS LOS PIES LESIONADOS?
Atención: no deben recibir estímulo aquellos pies que presenten lesiones (heridas, gangrena, callos, hongos, fracturas, esguinces, entre otros males). Hay que entender que el pie es el terreno en el que el terapeuta debe desplegar sus técnicas. Si están dañados, difícilmente logre los resultados que la reflexología está en condiciones de proporcionar, y hasta, en ocasiones, podrían llegar a agravarse las lastimaduras que los pies presenten. Cuidando nuestros pies, le allanaremos el camino al reflexólogo. En casos de pies dañados, el reflexólogo sabrá qué alternativas utilizar, sin perder de vista que las manos pueden ser una acertada salida.
LA TERAPIA TOTAL
La reflexología, al igual que otras terapias alternativas, reciben la calificación de holísticas. Esto significa que en los tratamientos no convencionales suele verse al paciente como un ser humano en su totalidad, para nada desligado del ambiente que lo rodea, el universo que lo contiene, el espíritu que lo explica y el interior y exterior de su cuerpo hasta el más mínimo detalle o remoto rincón. De este modo, se tienen en cuenta absolutamente todos los aspectos de su vida y la existencia milagrosa que lo trasciende.
Precauciones a la hora del tratamientoPor lo general, la reflexología posee escasas contraindicaciones de importancia. Su misión (la autorregulación del organismo a través de los flujos de energía), y su tratamiento (a través de la presión en determinados puntos del pie para provocar el estímulo deseado), colocan a la reflexología como una de las ciencias más bondadosas y menos riesgosas para el paciente. Al tratarse de una disciplina natural que no requiere de ningún agente externo (salvo el terapeuta) para proporcionar la cura, sus efectos negativos son mínimos, casi nulos.La reflexología puede ser empleada en cualquier persona, niño o adulto, hombre o mujer, con idéntico resultado. Sin embargo, existen algunas precauciones que deben ser tenidas en cuenta a la hora de encarar el tratamiento.Son varios los cuidados que es conveniente adoptar para evitar cualquier tipo de sobresaltos:¿Qué cuidados hay que tener con niños o embarazadas?Repetimos que la reflexología no hace distinciones; todo el mundo puede ser partícipe de sus bondades. Sin embargo, no todas las personas son iguales y, por lo tanto, el tratamiento deberá, también, adoptar las diferencias que cada caso requiera. Los niños, los convalecientes por alguna enfermedad, los ancianos y las embarazadas son pacientes que responden de manera muy efectiva y rápida al tratamiento en las áreas reflejas. Son personas que están expuestas a reaccionar de forma exagerada ante el estímulo. Así, el reflexólogo deberá cuidarse -y el paciente tendrá que estar atento de que esto suceda- de emplear sus técnicas de manera especial, haciendo gala de toda la sutileza, delicadeza y precisión que esté en condiciones de emplear. Como en cada aspecto de la vida, la exageración, en vez de conseguir mayores beneficios, provoca el efecto contrario. En materia de salud, fundamentalmente, lo que se requiere es un equilibrio, una armonía, un balance casi perfecto, ingredientes básicos que no pueden faltar en a reflexología.
¿CUÁNDO PRACTICAR LA REFLEXOLOGÍA?
La reflexología no debe ser aplicada inmediatamente después de alguna de las dos comidas importantes del día (almuerzo o cena). Lo mejor es esperar al menos dos horas después de haber ingerido los alimentos, para evitar una indigestión, dolor de estómago, náuseas o vómitos, que el estimulo provocado por el terapeuta pudieran ocasionar.
Que así sea.Fuente: Revista MEDICINAS ALTERNATIVAS, Argentina Abril 2002