PARA BRILLAR EN EL TRABAJO
Publicado en
noviembre 20, 2011
CONDENSADO DE "HOW TO THINK LIKE A BOSS AND GET AHEAD AT WORK", © 1990 POR BARRY EIGEN, Y PUBLICADO POR LYLE STUART, DIVISIÓN DE CAROL PUBLISHING GROUP, DE NUEVA YORK, NUEVA YORK. FOTO: © OPTICAL ARTISTS/WESLIGHTPara conservar su empleo y prosperar en la incierta economía de hoy, necesitará toda la ayuda que pueda allegarse. He aquí los consejos de un profesional.
Por Barry Eigen¿POR QUÉ tantos hombres y mujeres que trabajan con ahínco se quedan estancados en sus empleos y jamás progresan como lo habían esperado? ¿Por qué algunos empleados parecen ser tan productivos en opinión de sus jefes, mientras que otros aportan tan poco? En los veintitantos años que fungí como presidente de una compañía, descubrí que los empleados que tienen éxito se comportan de manera semejantes y tienen en común ciertas actitudes. También he intercambiado puntos de vista con algunas personas que dirigen sus propias empresas, y pude confirmar que todas ellas desean las mismas cosas de sus empleados.
Si quiere ascender en su trabajo, he aquí varios principios que, en mi opinión, necesita usted conocer:PREVEA LOS PROBLEMAS Y PROPONGA SOLUCIONES
En nuestra compañía, yo siempre traté de seguir una política de "puertas abiertas": a menos que estuviera en una reunión, cualquiera podía entrar a mi oficina a exponer sus problemas. Una empleada, Rita, lo hacía con frecuencia.
Un día, Rita se presentó en mi oficina y se dejó caer en la silla frente a mi escritorio. Trabajaba en el departamento de servicio a clientes, y desde hacía varias semanas había estado recibiendo numerosas llamadas de clientes que se quejaban de haber recibido envíos equivocados. Harta de la situación, me exigió hacer algo al respecto. En caso contrario, estaba dispuesta a renunciar."Todo se arreglará, Rita", le contesté, como de costumbre. "Veré qué está pasando". Me dio las gracias y salió.Rita siempre conseguía lo que iba a buscar —un poco de consuelo, alguna garantía de tranquilidad—, pero siempre reforzaba también un mensaje sobre sí misma que decía: "Soy una niñita. No quiero encargarme de la situación. Sólo deseo venir a trabajar y que todo marche bien".En efecto, los empleados que adoptan una actitud infantil dan a entender a sus jefes que no están preparados para asumir mayores responsabilidades.Supongamos que Rita hubiera dicho algo como: "Nos han estado llamando muchos clientes para informarnos que les llegan las entregas de otras personas. Pues bien, esto es lo que creo que deberíamos hacer…"¡Qué diferencia! Si Rita hubiera acudido a mi oficina con una solu-ción, y no con un problema, sin duda se habría hecho merecedora de un ascenso.Todos tenemos problemas; lo importante es qué hacemos para resolverlos. Le aconsejo que comience usted a detectar problemas. Estos constituyen oportunidades para que demuestre su capacidad y haga una aportación valiosa al crecimiento de la compañía.En realidad, muchas promociones son el reconocimiento que se les da a empleados inteligentes que han trascendido los límites formales de la descripción de su puesto.Nada agrada tanto a un jefe como los empleados capaces de resolver las dificultades.RECUERDE QUE NADIE ES PERFECTO
El presidente de una gran empresa me comentó que había rechazado a cierto aspirante a un puesto, que en otros sentidos satisfacía los requisitos necesarios para ocuparlo, porque se excedía en su arreglo personal.
"Pienso que la buena presentación es importante", explicó el ejecutivo. "Pero este hombre era tan perfecto, que asustaba. Su ropa, su pelo, sus uñas y hasta sus dientes eran perfectos. Parecía un figurín de plástico, y eso no me inspira confianza. ¡Nadie es perfecto!" Muchos creen que, si el jefe advierte algunas imperfecciones, se evaporarán sus oportunidades de progresar. Se cuidan al hablar, se sientan en la última fila durante las juntas y tratan de pasar tan inadvertidos como les sea posible, por temor a cometer un desliz que revele la terrible verdad: que no son perfectos.La única manera de no cometer errores consiste en no hacer nada nuevo. Desde mi punto de vista, el empleado que nunca comete errores da a entender que su creatividad se encuentra estancada, que está inmerso en los detalles cotidianos de su trabajo y no piensa en el futuro. Quien no se arriesga no llega a ningún lado.NO CREA QUE BASTA CON CUMPLIR
Lo que más me desconcertó a lo largo de los años fue la enorme cantidad de empleados que estaban convencidos de que el solo hecho de hacer bien su trabajo y tener cierta antigüedad les daba derecho a un aumento de sueldo o a una promoción.
No se obtienen promociones por hacer bien el trabajo. El jefe espera que todos trabajen con ahínco y se desempeñen productivamente. Para eso les pagan. Se trata de rebasar las expectativas de los superiores.Los jefes nunca promueven a sus empleados porque fueron encientes en el pasado; los ascienden porque esperan que lo sean en el futuro. Y no consideran las promociones como trofeos por los logros de ayer, sino como medios para alcanzar los objetivos de mañana. Si el jefe no cree que usted sea capaz de desempeñar un puesto nuevo, por muy arduamente que trabaje no conseguirá que lo promuevan. Esta actitud de sentirse con derechos no reditúa nada bueno.HAGASE NOTAR
En un día de trabajo normal, mi atención se centraba en incrementar las ventas, en prepararme para alguna inminente junta de consejo o en disponerme a atender a los contadores. No era raro que también pensara en algunos asuntos personales. Con tantas cosas que competían por mi aten-ción, era fácil que viera como lo más natural del mundo los esfuerzos que hacían incluso mis mejores colaboradores.
En otras palabras, no basta que un empleado tenga algo que ofrecer. Su jefe tiene que notarlo. Es responsabilidad de usted hacerle ver sus logros, sus talentos, su competencia y su potencial.Un joven empleado de nombre Andrew solicitó verme una mañana por algo que calificó de asunto de suma importancia para él, para mí y para la compañía.¿De qué se tratará?Andrew entró rápidamente en mi oficina y anunció con aplomo: "Voy a decírselo sin rodeos: tengo el talento y la capacidad para echarme a cuestas más trabajo y más responsabilidad. Estoy preparado para ello".¡Me encantó su actitud! Fueron sólo tres frases breves, claras, sin rodeos y al grano. Pero lo que no dijo era igualmente importante. Era indudable que Andrew quería ganar más dinero. Pero lo pidió en el lenguaje del jefe: en términos que hacían hincapié en que estaba dispuesto a trabajar para ganárselo. Porque utilizó este método una y otra vez, Andrew llegó a ser vicepresidente de administración en mi empresa. Ahora dirige su propia compañía.DESE UNA OPORTUNIDAD
Seguramente usted ha oído decir que "la oportunidad llama sólo una vez". No lo crea. La oportunidad siempre está llamando. El problema es que muchas veces toca a nuestras puertas demasiado pronto. ¿Recuerda esa oferta de trabajo que no aceptó, esa invitación a pronunciar un discurso para el que no se sentía preparado, o esa casa que iba a comprar?
A menos que usted se sienta seguro de no tener la competencia necesaria, esté dispuesto a aceptar más trabajo y responsabilidades, y confíe en que poco a poco estará a la altura de su nuevo puesto. No espere hasta que todo sea perfecto. Cuando su jefe le pregunte: "¿Cree que podrá desempeñar un nuevo puesto?" , debe responder sin vacilar: "¡Por supuesto!" CULTIVE AMISTAD CON LAS PERSONAS APROPIADAS
Nunca subrayaré suficientemente la importancia de las relaciones que se establecen dentro de la compañía. La mejor estrategia es tener amigos de todos los niveles. No limite su trato amistoso a empleados de su misma jerarquía. Con ello corre el riesgo de adoptar una actitud en que la gerencia y los empleados son bandos contrarios.
Cultive amistad con personas de niveles superiores, que puedan ayudarle a comprender la perspectiva de la gerencia. Y establezca relaciones con gente positiva que tenga buena opinión de la compañía, de otros empleados y de sí misma. Apártese de los quejumbrosos; lo único que logran es minar el optimismo de los demás. Y una última sugerencia: no ventile sus dificultades cotidianas con sus compañeros de trabajo. Esto puede volverse en su contra. No sé cuántas veces me enteré de lo que Beth le contó a Harold la noche anterior en el bar.No ES PRECISO que usted se vuelva un esclavo del trabajo para progresar. Pero no puede limitar su día laboral a un horario de 9 de la mañana a 5 de la tarde. Cuando los jefes tienen una tarea importante que realizar, buscan personas dispuestas a comprometerse hasta la médula. Quieren gente que esté ansiosa por llegar temprano a trabajar cada mañana, porque tiene cosas que hacer y objetivos que alcanzar.
Estas son las personas que brillan en el trabajo y que, por lo mismo, prosperan.