Publicado en
octubre 23, 2011
Los rayos benéficos del sol han madurado en estos meses frutas y hortalizas jugosas que invitan a prolongar el verano.
EL APETITOSO LOLLO ROSSO
El color burdeos de esta bonita lechuga rizada de origen italiano, que llega al mercado entre primavera y otoño, no solo da un toque decorativo a las ensaladas sino que revela la presencia de antocianinas, un pigmento antioxidante que protege frente al cáncer. Aporta asimismo dos vitaminas antioxidantes, la A y C, pero sobre todo ácido fólico (100 gramos cubren el 18% de las necesidades diarias). Con su abundante agua (95%) y escasas calorías (15 cal/100 g), se considera depurativa y remineralizante. Su textura suave admite aliños densos y el contraste del queso tierno y los frutos secos.
OCRA SANA Y DIGESTIVA
Esta exótica verdura se conoce también con nombres como gumbo o quingombó, cuya musicalidad delata sus orígenes africanos. De aspecto parecido a un pimiento pequeño, desprende al cocerse una sustancia gelatinosa que se aprovecha para espesar guisos, a veces sin reparar en que se debe a uno de sus grandes tesoros: sus abundantes mucílagos. Esta fibra protege la mucosa gástrica, alivia el estreñimiento, ayuda a regular el colesterol y retrasa la absorción de la glucosa. En conjunto las ocras son, además, muy ricas en vitaminas y minerales. Son una gran fuente de ácido fólico, vitaminas C y del grupo B, calcio, fósforo y magnesio. Se añaden a guisos, sopas y curries, con un breve remojo previo en limón para que no revienten.
SEMILLAS DE AMAPOLA CON CALCIO
El destino de la amapola parece ir unido al del trigo. Del mismo modo que sus flores salpican de rojo los trigales en primavera, las semillas visten luego panecillos y bastones con su negro azulado. De sabor dulzón y aroma almendrado, las semillas de amapola suponen una deliciosa forma de enriquecer la dieta con calcio: 30 gramos cubren más de la mitad de las necesidades diarias de este mineral tan importante para la salud de los hue-sos. También aportan abundante fósforo, magnesio, hierro, cinc y manganeso, además de vitamina B... Entre sus grasas -más de la mitad de su composición- predominan los ácidos grasos poliinsaturados omega-6. Se emplean ante todo en bollería y repostería, aunque pueden añadirse a legumbres, hortalizas al vapor, cremas y ensaladas.
BERENJENAS, UNA LIGERA EXQUISITEZ DE VERANO
Originaria de la India, la berenjena es muy apreciada en toda la ribera mediterránea, donde protagoniza recetas ya clásicas como el mutabal o la moussaka. Al estar formada principalmente por agua y apenas contener carbohidratos, proteínas o grasas, resulta muy ligera (aporta solo 21 cal/100 g, menos que la alcachofa o la fresa). Ahora bien, eso es asi siempre y cuando no se cocine con mucho aceite, pues la berenjena tiene una gran capacidad para absorber las grasas y eso dispararía su aporte calórico. La responsable de que actúe como una esponja es su fibra soluble, que le otorga, sin embargo, sus ventajas: en el inteslino absorbe parte del colesterol de los alimentos a los que acompaña, reduciendo su paso a la sangre. Además, la berenjena se considera diurética y laxante, y procura pequeñas dosis de potasio, ácido fólico y vitamina B. Resulta exquisita asada y triturada con ajo, limón y aceite.
EL DULCE AROMA DE LOS HIGOS
A finales de verano la brisa se impregna a ambas orillas del Mediterráneo del aroma dulce de los higos, que acaban de madurar en estos días. Los atletas griegos no los consumían antes y después de competir solo por capricho: esta fruta frágil y suculenta, rica en azúcares y fibra, constituye una buena fuente de energía, como el plátano o la uva, aunque fresco no aporta tantas calorias como se suele pensar: 74 cal/100 g, tres veces menos que cuando está seco. Proporciona calcio, magnesio y varias vitaminas del grupo B. Aunque es un placer degustar los higos al natural recién recogidos de la higuera, con el calor del sol todavía latiendo en su interior, también resultan deliciosos en ensaladas, con quesos suaves, semillas y frutos secos. Alivian el estreñimiento y combaten la fatiga.
UVAS DEPURATIVAS Y RICAS EN ANTIOXIDANTES
Las vides rebosan de uvas a finales de verano a la espera de que dé comienzo la vendimia y se pueda disfrutar de esta jugosa fruta en su estación natural, cuando está más sabrosa. Las uvas llegan así al mercado en septiembre, justo a tiempo para aprovechar su poder diurético y desintoxicante en una cura depurativa para recibir mejor el otoño. De su composición el 80% es agua, mientras que el resto atesora valiosos nutrientes. Ricas en azúcares fáciles de asimilar (16%) que explican su dulzor, ofrecen energía de forma inmediata. Su fibra, concentrada en el hollejo, mejora el estreñimiento ayuda a depurar. Y aunque aportan pequeñas dosis de minerales y vitaminas, su mayor baza es su riqueza en antioxidantes, que protegen frente a las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Dan un toque alegre y exquisito a ensaladas, mueslis y salteados de verduras.
Fuente:
CUERPO MENTE - ESPAÑA - AGOSTO 2008
En la página web de CuerpoMente podras conocer lo esencial de cada alimento y la época más natural para consumirlo.