EL MANTRA, UNA PODEROSA HERRAMIENTA ESPIRITUAL
Publicado en
octubre 23, 2011
Un mantra es una poderosa fórmula espiritual que -cuando se repite mentalmente, en silencio- posee la capacidad de transformar la conciencia. No tiene nada de mágico, simplemente se trata de una cuestión práctica.
El mantra es una fórmula espiritual simple y eficaz para conjurar el poder más elevado que somos capaces de concebir, con el mantra invocamos lo mejor y más profundo de nosotros mismos.
Entonces, para valerse del poder benéfico de los mantras, el primer paso consiste en elegir uno que se adecué a la personalidad y los deseos de cada uno. Una vez elegido el mantra, no se debe cambiar por otro.
El mantra resulta más efectivo cuando se lo repite mentalmente, en silencio. No importa dónde ni cuándo, la fórmula espiritual se puede invocar en cualquier momento del día y en cualquier sitio: mientras se trabaja, cuando se vuelve caminando a casa, antes de acostarse o mientras se intenta conciliar el sueño. Así se descubrirá que el mantra no es una repetición al azar, sino una verdadera fuerza que brinda energías y relajación.
Por último, el mantra guarda relación con un cuerpo mayor de disciplinas espirituales: técnicas comprobadas que todos podemos poner en práctica para que nuestra vida resulte más rica y gratificante. Con estas técnicas, comenzando por la meditación, podemos dominar los inmensos recursos que poseemos en nuestro interior para unificar nuestra personalidad y hacer una contribución perdurable a la vida
EL MANTRA Y OTRAS DISCIPLINAS ESPIRITUALES
Cuenta la leyenda que, en una ocasión, había en la India un escultor que se dedicaba a construir estatuas de elefantes. Los trabajos de este hombre eran famosos por su tremendo realismo: las tallas parecían verdaderos animales, y más de un compañero le preguntó cómo hacía para conseguir una copia tan fiel de la realidad. "Muy simple", les respondió. "Solo encuentro una gran piedra, tomo un martillo y un par de cinceles y saco todo lo que no es del elefante."
Del mismo modo, las personas pueden acercarse cada vez más a la plenitud quitando de sus conciencias todo rastro de separación y egoísmo. Así, lo que queda es el verdadero Yo, que se asemeja a una obra de arte que necesita ser pulida. Porque la verdadera felicidad consiste en hacer de toda la existencia una perfecta escultura, tallando cada palabra y cada hecho con cuidado y amor, para que sea cada día mejor. Este es el arte más elevado que existe, y todas las grandes religiones del mundo han entregado las herramientas necesarias para practicarlo, en un cuerpo abarcador de disciplinas espirituales, de las cuales el mantra es sólo una.
Estas disciplinas se denominan de diversas maneras según cada tradición, pero todas se proponen conducir al ser humano a la misma meta: al encuentro consigo mismo y a la plenitud.
LA MEDITACION
La meditación ocupa el primer lugar entre las disciplinas espirituales. No es una religión, sino una técnica que permite darse cuenta de la unidad de la vida dentro de cualquiera de las grandes tradiciones religiosas del mundo. Existe un concepto errado muy generalizado de que la meditación consiste en poner la mente en blanco y vagar libremente. No es así: la meditación es una disciplina muy dinámica que permite unificar la conciencia por completo.
La mayoría de las personas vive en el nivel superficial de la conciencia, y la meditación ayuda a extender el control sobre las capas más profundas del ser. Así como un buzo se sumerge cada vez más hondo y llega a caminar por el lecho del mar, el hombre es capaz de conocerse a sí mismo cada vez más y transitar por sus rutas más interiores. La meditación puede realizarse en cualquier momento del día, aunque muchos afirman que la mañana es ideal para relajarse y meditar. Es importante dedicar diez o quince minutos diarios a la meditación, ya que ayuda a liberar las tensiones de la vida cotidiana y conecta con lo más profundo del ser.
Después de la meditación, la repetición del mantra es quizá la más poderosa de las técnicas espirituales cuando se la practica como parte de un enfoque abarcador destinado a llevar una existencia espiritual. Mientras que la meditación es una disciplina que requiere sostenido esfuerzo y gran voluntad, el mantra no necesita -para ser eficaz- de ninguna de estas dos condiciones. Los grandes maestros espirituales sostienen que repetir el mantra es como hacer a Dios una llamada a cobrar. Uno llama a su dios y le dice: "No tengo dinero, así que no me envíes ninguna cuenta; no tengo voluntad, así que no me pidas que me someta a ninguna disciplina", y el Señor responde con infinita paciencia: "No importa, yo pagaré la cuenta. Ya es bastante que hayas pensado en mí".
En la mayoría de las tradiciones hinduístas, e incluso según algunos místicos de las iglesias católica y ortodoxa, el mantra se utiliza para meditar.
LAS CLAVES: AMINORAR EL RITMO Y CENTRAR LA ATENCION EN UNA SOLA COSA
Si bien la meditación y el mantra son dos poderosas herramientas para alcanzar la plenitud, es cierto que a veces el ritmo acelerado de la vida moderna no es precisamente el más indicado para favorecer la práctica de estas técnicas espirituales.
Aminorar el ritmo cotidiano contribuye a la eficiencia, la concentración y la salud, tanto física como emocional. La calidad de vida sufre cuando se vive bajo presiones, siempre mirando el reloj y tratando de sacar provecho de cada segundo. Así que antes de emprender la práctica de cualquier técnica espiritual se recomienda aminorar el ritmo de vida, hacer una pausa y relajarse.
Para aminorar el ritmo es de gran ayuda comenzar el día temprano. Levantarse con suficiente tiempo para desayunar tranquilo y tomar energías para encarar el día. Si se empieza el día a las apuradas no habrá mantra ni meditación que valgan: la jornada se transformará en una frenética carrera contra el reloj. Así que el primer paso es levantarse tranquilo y sin prisas, así también habrá tiempo para meditar mientras el sol asoma en el horizonte y repetir el mantra individual mientras amanece.
Una vez que el día ya está en marcha, no olvide encarar cada cuestión o proble-ma con mucha paciencia, de modo que la concentración sea la clave de cada actividad. Nada de decisiones apresuradas ni urgencias implacables: hay que proponerse vivir sin prisas, y recordar repetir el mantra cada vez que lo necesitemos.
La segunda clave es centrar la atención en una sola cosa, de manera tal que la mente no se disperse y el espíritu no se turbe tratando de atender demasiadas cuestiones a la vez.
Es cierto que la vida moderna impone una gran división de la atención: nos he-mos acostumbrado a hacer cinco o seis cosas a la vez, y así no podemos ocupar-nos de cada asunto en profundidad. Pero, en realidad, debemos pensar que cual-quier cosa que valga la pena merece que le prestemos nuestra total atención. Así como la luz del sol concentrada mediante una lupa puede prender fuego un pa-pel, la concentración en un sola cosa por vez mejora la eficiencia en el trabajo o el estudio, elimina las tensiones y destierra el aburrimiento.
EL MANTRA: UNA PARTE MÁS DE NOSOTROS
Si de verdad se quieren aprovechar los beneficios del mantra, es necesario incorporarlo como una porción más de nuestro ser. No hay que ver al mantra como algo externo, sino que se debe ligar a la vida cotidiana hasta sentir que está dentro del yo. Repetir el mantra es sencillo y no hace falta preparación previa: se lo puede emplear en el trabajo, mientas esperamos que se caliente el café de la mañana, en la sala de espera del médico o cuando caminamos por la calle.
Si estamos enfermos o recuperándonos de alguna dolencia, el mantra puede ser una herramienta útil para revitalizarnos. Concentrar la mente en el dolor no es bueno y tampoco ayuda al organismo a reestablecer el equilibrio; concentrarse en el mantra sí es efectivo y hace que la conciencia se aleje del dolor.
Fuente: Revista MEDICINAS ALTERNATIVAS, Argentina Abril 2002
Libros sobre Mantras:
EL LIBRO DE LOS MANTRAS (Samael Aun Weor)
LOGOS, MANTRAS Y TEURGIA (Samael Aun Weor)