Publicado en
septiembre 04, 2011
IMAGEN AGREGADA
Día tras día, más y más consumidores se enlazan, enganchan o quedan... prendidos del velcro.
CONDENSADO DE "DISCOVER" (MAYO DE 1988). © 1988 POR DISCOVER PUBLICATIONS. INC DE NUEVA YORK. NUEVA YORK
Por Judith Stone
El ingeniero suizo George de Mestral se vio de pronto en un predicamento. Un día, a fines de los cuarentas, regresaba de una caminata por el bosque, meditando en los cardillos que se habían adherido a sus pantalones y a su perro. Al examinar los cardillos al microscopio, descubrió que se componían de centenares de ganchitos que se prendían de cualquier cosa que tuviera rizos o lazos. De Mestral ideó entonces una forma de tejer el nailon de modo que miles de diminutos ganchos en una pieza se engancharan en miles de pequeños lazos en otra. Llamó Velcro al extraño producto, valiéndose de las palabras francesas velours (terciopelo) y crochet (ganchillo).
En nuestros días, el característico rasgueo de dos tiras de velcro, al despegarse, puede oírse en todas partes, conforme este sujetador infalible va sustituyendo a cierres de cremallera, botones y broches de presión. Incluso el Ejército de Estados Unidos ha descartado los botones, y ahora emplea tela de velcro en algunos bolsillos de sus uniformes. Empero, en combate, el ruido delator podría significar la muerte al revelar la posición de un soldado. De ahí que el Ejército estadunidense esté muy interesado en contar con una versión silenciosa del producto.
El equipo de investigación y desarrollo de velcro USA, Inc., la empresa que fabrica el sujetador original de ganchitos y lacitos, ha disminuido ya ese ruido en más del 95 por ciento. La mecánica del nuevo producto es ultrasecreta, pero podemos confiarle esto: el ruido se debe en un 60 por ciento al gancho, y en un 40 por ciento al lazo.
Sus aplicaciones militares son la mejor prueba de que el velcro es un producto serio. "Muchas personas nos identifican erróneamente como un artilugio de moda", dice Manny Cardinale, vicepresidente de ventas de velcro USA. Pero, ¿se utilizarían artilugios en el trasbordador espacial estadunidense?
Había más de 65,000 centímetros cuadrados de velcro en cada trasbordados. Los paquetes de comida se sujetaban con velcro de nailon normal; a veces los astronautas eran detenidos con Astro-velcro, hecho con lazos de Teflón, ganchos de poliéster y una base de fibra de vidrio. ¡En velcro USA se tiene la sensación de que todo el programa espacial de Estados Unidos ha resultado de la investigación en Velcro!
Este producto siempre aparece en los lugares más inesperados. En el tanque de guerra M1 A1, funciona como engranaje de rueda dentada y cadena para hacer girar la torreta de la ametralladora; en centrales nucleoeléctricas, sostiene las capas aislantes sobre tuberías de agua caliente. Los médicos verían entorpecida su labor sin sus diminutos ganchos y lazos. (¿Qué usaban antes para sujetar los brazaletes al medir la presión arterial? ¿Clavos?)
El velcro ha cautivado la imaginación popular. "Gozamos de una enorme aceptación por parte del público, aunque a veces la gente nos acusa de impedir que los niños aprendan a amarrarse los zapatos", comenta el vicepresidente de mercadotecnia de velcro USA, Richard Kuhl.
Cada semana, Kuhl recibe un montón de sugerencias de aplicación del producto. "La mayoría ya se han desarrollado, como en llaveros, portaplumas, soportes para cuadros o carteras", dice. Algunas de estas sugerencias incluyen planos detallados; otras son sólo garabatos trazados al calor de la inspiración.
El velcro normal tiene una resistencia al esfuerzo cortante (fuerza aplicada en dos piezas paralelas que siguen sentidos opuestos) de alrededor de un kilo por centímetro cuadrado, lo que hace que 1300 centímetros cuadrados tengan la resistencia de una tonelada.
Algunos productos con velcro ofrecen resistencia al esfuerzo cortante de siete kilos por centímetro cuadrado. Recientemente, un equipo de ingenieros de velcro y de la General Motors usaron este material en un Pontiac 6000 en tantas formas como fue posible: para fijar el forro de tela a los asientos; para sujetar el cielo raso, el acumulador, los tubos de combustible y el neumático de refacción. Se ensayó también este material como dispositivo sujetador en una salpicadera delantera. Después de que el auto se puso a prueba durante el equivalente de 80,000 kilómetros de recorrido, el tornillo utilizado para colocar la salpicadera se había aflojado; la salpicadera misma, en cambio, apenas se había movido un par de milímetros. A diferencia del tornillo, el sujetador de velcro aumenta su fuerza con la vibración.
Actualmente velcro USA está en tratos con uno de los tres grandes de la industria automovilística estadunidense para fabricar un automóvil equipado con dispositivos de velcro. ¿Y qué tal un avión? Un grupo de investigadores está examinando el posible uso del velcro en los carenados de las alas, lo cual disminuiría la resistencia al avance y haría, por tanto, más aerodinámico al avión. Normalmente, estos aditamentos se mantienen en su lugar con 14,000 remaches de titanio; se trata ahora de remplazarlos parcialmente con sujetadores velcro.
¿Qué falta por hacer? Cualquier material que se pueda hilar como filamento puede tejerse en ganchos y lazos. Entonces, ¿por qué no velcro comestible? ¿Cuándo fue la última vez que trató usted de envolver en una crepa una generosa porción de moo-shoo (cerdo picado y sazonado) en un restaurante chino? ¿Acaso el moo-shoo y los tacos mexicanos no merecen la misma atención que los zapatos tenis flojos?