CUAL ES SU MEJOR MOMENTO DEL DIA
Publicado en
septiembre 11, 2011

Los ritmos biológicos nos hacen una persona diferente a las 9 de la mañana de como somos a las 3 de la tarde. He aquí una guía acerca de cuándo nos sentimos, pensamos y trabajamos mejor.
CONDENSADO DE "THE SECRETS OUR BODY CLOCKS REVEAL". © 1988 POR SUSAN PERRY Y JIM DAWSON. PUBLICADO POR RAWSON ASSOCIATES MACMILLAN PUBLISHING CO., DE NUEVA YORK, NUEVA YORK. ILUSTRACION: MANOS.Por Susan Perry y Jim DawsonCada otoño. Jane, joven madre y bibliotecaria de medio tiempo, empieza a comer más, y a menudo está soñolienta. Su humor es más bien sombrío, en especial cuando despierta por la mañana; necesita hacer acopio de toda su energía sólo para salir de la cama. Estos síntomas persisten hasta abril, cuando un clima más cálido y los días más largos parecen aligerarla y disminuyen sus ansias perentorias de comida y sueño.
Joseph5,. ingeniero de 48 años que trabaja en una compañía de computadoras, se siente irritable las primeras horas matutinas. Pero, a medida que pasa el día. es más amistoso y complaciente.Todos los organismos vivos, desde los moluscos hasta los hombres y las mujeres, presentan ritmos biológicos peculiares. Algunos son breves, y se pueden medir en minutos o en horas. Otros duran días o meses. El punto más alto de la temperatura corporal, que en la mayoría de las personas ocurre en las últimas horas de la tarde, es un ritmo biológico diario. El ciclo menstrual es un ritmo biológico mensual. El incremento del impulso sexual en otoño —no en la primavera, como los poetas nos harían creer— es un ritmo biológico anual, o estacional.La idea de que nuestro organismo está en flujo y reflujo constante es relativamente nueva, y va en contra del saber médico tradicional. En el pasado, muchos médicos aprendieron que el cuerpo tiene un ambiente interno relativamente estable, u homeostático. Se consideraba que las posibles fluctuaciones eran casuales, y sin la suficiente importancia para estudiarlas.Pero ya desde principios de los cuarentas algunos científicos pusieron en tela de juicio el punto de vista homeostático del cuerpo. Franz Halberg, joven científico europeo que trabajaba en Estados Unidos, notó que el número de glóbulos blancos de los ratones de laboratorio era muchísimo más alto o más bajo a determinadas horas del día. Gradualmente, la investigación se extendió al estudio de otros ritmos en otras formas de vida, y los descubrimientos fueron a veces asombrosos. Por ejemplo; la hora del día en que una persona es irradiada con rayos x o ingiere fármacos contra el cáncer puede afectar los resultados y, a la postre, significar la diferencia entre la vida y la muerte.Esta nueva ciencia se llama cronobiología, y las pruebas en que se apoya son cada vez más persuasivas. Ahora, las comunidades médicas y científicas están reconsiderando sus ideas sobre la forma en que funciona el organismo humano, y lo que se había considerado una ciencia menor hace sólo unos años, hoy se está estudiando en las universidades y centros médicos más importantes de todo el mundo.Con sus nuevos descubrimientos, los cronobiólogos nos están enseñando aspectos que literalmente pueden cambiar nuestra vida, ayudándonos a organizarnos de tal manera que podamos trabajar con nuestros ritmos naturales, y no contra ellos. Esto puede mejorar nuestra perspectiva de la vida, así como nuestro rendimiento en el trabajo y en el deporte.Como son fáciles de detectar y de medir, se tienen más conocimientos sobre los ritmos biológicos diarios —o circadianos (del latín, "alrededor de un día")— que sobre otras clases de ritmos. El más obvio es el ciclo sueño/vigilia. Pero también hay otros ciclos diarios: temperatura corporal, presión sanguínea, concentraciones de hormonas. En medio de estos y de los otros ritmos corporales que están cambiando constantemente, usted es una persona diferente a las 9 de la mañana de la que es a las 3 de la tarde. Cómo se siente, cuan bien trabaja, su agudeza mental, su sensibilidad ante los sabores y olores, el grado con el que disfruta de la comida o de la música; todo ello está cambiando a lo largo del día.La mayoría de nosotros parece alcanzar el máximo grado de alerta o agudeza mental al mediodía. Poco después, esta declina, y es posible que tengamos sueño a media tarde.La memoria de corto plazo es más brillante por la mañana; de hecho, es como un 15 por ciento más eficiente que a cualquier otra hora del día. Así que tomen nota, estudiantes: cuando vayan a sustentar un examen académico matutino, realmente sirve de algo revisar los apuntes un poco antes.La memoria de largo plazo es diferente. La tarde es la mejor hora del día para aprender material que deseamos recordar días, semanas o meses después. Los políticos, los ejecutivos de empresas u otros que deben aprender discursos, harían bien en memorizarlos en ese lapso del día. Si es usted estudiante, le conviene programar las clases más difíciles por las tardes. También debería estudiar principalmente por la tarde, y no en horas avanzadas de la noche. Muchos estudiantes creen que memorizan mejor si se queman las pestañas, porque su memoria de corto plazo es mejor durante las primeras horas de la madrugada que por la tarde. Sin embargo, la memoria de corto plazo no les ayudará muchos días después, cuando tengan que presentar el examen.En contraste, tendemos a hacer mejor las tareas cognoscitivas —las que requieren de usar palabras o números mentalmente— durante las horas matutinas. A esas horas convendría, por ejemplo, ajustar el talonario de cheques.La destreza manual —velocidad y coordinación con la que se llevan a cabo complejas tareas manuales- tiene su punto más alto durante las horas vespertinas. Trabajos tales como la carpintería, escribir a máquina o coser serán más fáciles a esas horas del día.¿Y los deportes? Durante las tardes, y hasta poco antes de empezar la noche, la coordinación está al máximo, y es usted capaz de reaccionar más rápidamente a un estímulo exterior; como cuando le lanzan una pelota. También han demostrado los estudios que tarde, en el día, cuando la temperatura corporal está en su punto máximo, sentirá que es más fácil hacer un ejercicio físico y que se cansa menos, sea verdad o no. Eso significa que probablemente haga un ejercicio más intenso a finales de la tarde o al iniciarse la noche y, por tanto, le beneficiará más. Los estudios con nadadores, corredores, lanzadores de bala y los equipos de remo han demostrado que su rendimiento es mayor por la tarde que por la mañana.En realidad, todos los sentidos —el gusto, la vista, el oído, el tacto y el olfato —quizá se agudicen más durante las últimas horas de la tarde y en las primeras de la noche. Tal podría ser la razón de que la cena nos sepa mejor que el desayuno, y de que las luces brillantes nos irriten por la noche.Hasta la percepción del tiempo cambia de hora en hora. No sólo parece volar el tiempo cuando estamos divirtiéndonos, sino que parece también volar, y hasta más de prisa, si nos divertimos en las últimas horas de la tarde o primeras de la noche, cuando el cuerpo está en su temperatura máxima.Si bien todos seguimos la misma pauta general de altas y bajas, el biorritmo preciso varía de persona a persona. Todo depende de cómo esté estructurado nuestro día "biológico": hasta qué punto somos personas diurnas o nocturnas. Cuanto más temprano se inicie nuestro día biológico, más temprano entraremos —y saldremos— en los periodos óptimos para cumplir diversas tareas. Una persona mañanera, o diurna extrema, y una nocturna extrema pueden tener ciclos circadianos que estén separados sólo por unas cuantas horas.Cada uno de nosotros puede incrementar el conocimiento sobre sus ritmos individuales. Aprenda a escuchar el compás interno de su cuerpo; permítale que marque el paso del día. Tendrá así una vida más saludable... y más feliz. Como dice nada menos que la Biblia: "Todo tiene su momento, y cada cosa su hora bajo el cielo".