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diciembre 26, 2010
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... y otras confesiones gatunas
Por Marty BeckerUsted quizá crea que los felinos nos damos la gran vida porque dormimos el día entero y parrandeamos de noche. Pero no todo es hierba gatera y caviar. ¿Que tenemos siete vidas? ¡Ja! ¿Compartir el espacio con un perro? ¡Por favor! Y que quede claro: Garfield no me representa. El otro día leí ese artículo sobre perros, y ahora me toca charlar con el doctor Marty Becker, profesor de mascotas.
Usted dice que los perros son más populares que los gatos.
¡Hey, que no se te pongan los pelos de punta! Me baso en meras estadísticas: en efecto, hay más familias que tienen perros que aquellas que prefieren gatos.Bueno, y ¿qué hay de que los perros son más listos que nosotros? ¡Miauuu! Hasta aprendemos a hacer trucos, lo que pasa es que no nos dan ganas de demostrarlo.
Ya lo creo. Y hay incontables ejemplos de gatos que aprenden a encontrar objetos, saludar, abrir puertas y llaves de agua, e incluso a usar el inodoro.Muchos perros poseen baja autoestima y buscan reconocimiento. Tú sabes... hacen malabares para que los elogien. En cambio, los gatos no necesitan palmadas, pues tienen una imagen de sí más sana; basta con ver a un gato luego de un mal salto. Muy quitado de la pena, empieza a acicalarse, como diciendo: "¿Que yo cometí ese tonto error? ¡Alusinas!"Pero no te ensañes con tus prójimos caninos. Podrían ser tus hermanos.![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhx3925kGWtAEOxgH6fm9ZHW1ruWjfovkn_IL3_ydsmmdisxbA4VqOTOK6qvfZHHGllpQ1qcrIoHDTNUAt_Ue_XI4wmxiG3CzXSu6eiJDJKyPxYZoACzXpn302kjzjp4m577sBaohp-XA/s400/LO+QUE+ME+ERIZA+EL+PELO2.jpg)
¡¿Qué diablos está diciendo?!
¡De verdad! Los gatos y los perros están emparentados. Por lo menos eso piensa Amy Shojai, experta en felinos y autora de Complete Kitten Care ("Cuidado total de gatos"). Los felinos (desde los leones hasta los gatos domésticos) y los perros provienen de los miácidos, criaturas parecidas a las comadrejas que habitaron la Tierra hace más de 50 millones de años. A eso se debe que los gatos y los perros compartan ciertas características, como almohadillas en las patas y dientes de carnívoro. Los gatos de hoy surgieron hace apenas 3 millones de años.Pero los perros babean, y yo soy muy delicado. ¿Por qué me esmero en lamerme y asearme?
Según el doctor Nicholas Dodman, de la Escuela de Veterinaria de la Universidad Tufts y autor de If Only They Could Speak ("Si pudieran hablar"), no es sólo por higiene. Cuando tus antepasados vivían en su hábitat, acicalarse meticulosamente era básico para sobrevivir, ya que de esa manera eliminaban los olores de la carne que acababan de comer, los cuales podrían dar aviso de su presencia a los enemigos.Mullirte el pelaje también te protege de las condiciones exteriores, lo que, considerando tu tamaño, es importante. Y por lo visto te has acostumbrado al placer que te proporciona lamerte. Tu lengua áspera sabe dar un delicioso masaje.Pero detesto las bolas de pelo.
Hay maneras de reducir esas desagradables acumulaciones de pelo en tu estómago. Tus dueños podrían cepillarte todos los días. Si no te gustan los cepillos, existen guantes especiales con pequeñas protuberancias en la palma que quitan el pelo y te dan el masaje que te gusta.El doctor Robin Downing, columnista de mascotas del Post de Denver, recomienda un gel con saborizante hecho para ti. Lubrica el pelo y lo hace deslizarse a través de tu intestino hasta la caja de arena. También te puede ayudar una dieta rica en fibra, especialmente diseñada para controlar las bolas de pelo.Me encanta la hierba gatera.. ¿Cómo funciona? ¿Debo evitarla?
Esta hierba gris verdosa pertenece a la familia de las mentas y está emparentada con hierbas de uso común como la salvia y el tomillo. Los primeros colonizadores la trajeron a América a fin de preparar té para aliviar males estomacales. La hierba gatera contiene una sustancia llamada nepetalactona, que al parecer es alucinógena, observa la veterinaria Elaine Wexler-Mitchell, de Los Angeles.Los gatos comienzan a sentir sus efectos más o menos desde los seis meses de edad. Es un placer estrictamente para adultos, disfrútalo sin culpa. No causa adicción, pero su intensidad disminuye si abusas de ella. Lo mejor es usarla una vez por semana.¿Por qué me vuelvo loco en la noche? ¿Por qué trepo por las cortinas, corro dentro de una habitación y tiro la arena de mí caja?
La juventud tiene mucho que ver. Pero a algunos gatos, sin importar su edad, simplemente les gusta correr de un lado a otro. Dormir y contemplar todo el tiempo las mismas cuatro paredes te pueden poner muy inquieto. Al dormir en el día, tus baterías se recargan y por la noche transformas el dormitorio en cuarto de juegos.Si te estás volviendo incontrolable, tus dueños podrían intentar mantenerte ocupado en el día (¡buena suerte!) y alimentarte en la noche como última actividad.Ahora bien, esparces la arena por el suelo debido a tu extravagante intento de cubrir tus "depósitos", ya que tu caja es demasiado pequeña para contener la estela que dejas, que es el equivalente felino de la que deja un esquiador.A diferencia de otras mascotas, yo me gano el sustento. ¿Por qué no me lo agradecen mis dueños?
Es cierto que ellos quizá no aprecien los ratones que llevas a casa. El doctor Rolan Tripp, fundador de AnimalBehavior.net, señala que tu deseo de cazar es independiente de tu necesidad de alimentarte. Tu objetivo al llevar al clan el fruto de la cacería es proporcionar comida a los desvalidos humanos. Además, disfrutas exhibiendo tus "trofeos".Mis dueños me cortan las uñas. ¿Es malo?
No, si lo hacen correctamente. Lo único que afectarán será quizá tu orgullo. Sin embargo, deben disminuir, o mejor dicho, encauzar, tu impulso de arañar, aunque lo lleves en los genes. Larry Lachman, autor de un libro sobre gatos, dice que ustedes rasguñan para esparcir los aromas que se localizan en sus patas y para hacer marcas en árboles y otros sitios a fin de delimitar el territorio. Tratar de impedir que un gato arañe es como pedirle a un adolescente alejarse del teléfono. Si tus dueños quieren que dejes de hacer jeroglíficos en el sofá, lo mejor es que te proporcionen los medios para satisfacer tu compulsión natural. Pueden —y deben— animarte a limitar los zarpazos a los postes de arañar puestos estratégicamente en la casa.Y dígame, ¿para qué sirve mi cola?
Es uno de tus principales medios de comunicación. Eres tan listo que tú y tu dueño pueden establecer un código basado en ella. Un azote con la cola podría significar: "Date prisa con el abrelatas" para un gato, y "Eso me interesa, cuéntame más" para otro.Katherine Houpt, del Colegio de Veterinaria de la Universidad Cornell, ha estudiado todo lo relacionado con tu cola. Comenta que la levantas para saludar, y das azotes con ella si estás frustrado. Mueves la punta cuando acechas. Y durante el ataque arqueas hacia abajo la cola, pero alejada de tus patas traseras y con el pelo erizado.Si me comunico con la cola, ¿por qué ronroneo?
El ronroneo es producto de una especie de motor interno que permanece encendido. Los humanos creemos que es sinónimo de satisfacción, pero no siempre es así. Tanto el placer como el dolor propician que el cerebro libere sustancias químicas que te hacen ronronear; de modo que los gatos enfermos o heridos también ronronean.¿Qué está diciéndole mi cola en este momento?
¡Ah, gracias! También para mí fue un placer conversar contigo.