EL SIGNIFICADO DE LAS COINCIDENCIAS
Publicado en
abril 03, 2010
Por Francesc MirallesExiste un orden profundo y misterioso que se manifiesta en las casualidades significativas de la vida diaria y que debemos tomar como un valioso mensaje.
Hay un territorio brumoso entre la casualidad y la causalidad, es decir, entre el azar y la causa-efecto, que ha desatado desde siempre todo tipo de cabalas e interpretaciones. Se trata de las casualidades significativas que Carl Gustav Jung denominó "sincronicidad": dos fenómenos o situaciones independientes que se enlazan misteriosamente creando lo que parece un mensaje orquestado por el azar.Aunque todo el mundo ha experimentado alguna vez este tipo de coincidencias, una que se cita a menudo para ilustrar el tema es lo que sucedió al actor Anthony Hopkins al firmar el contrato para la película La mujer de Petrovka. Al saber que el filme estaba basado en una novela del norteamericano George Feifer, dedicó un día entero a recorrer sin éxito las librerías de Londres. Desanimado, finalmente abandonó la búsqueda del libro y bajó a la estación de Leicester Square para regresar a casa. Mientras esperaba la llegada del metro, descubrió un libro abandonado en el banco en el que estaba sentado, precisamente La mujer de Petrovka.Esta coincidencia le dejó tan turbado que apenas miró el libro en el viaje a casa. Una vez allí, descubrió que el ejemplar estaba lleno de curiosas anotaciones al margen de su anterior propietario. Pero los caprichosos engranajes del azar darían, dos años después, un nuevo giro. Al iniciarse finalmente el rodaje de la película, Hopkins conoció al autor de la novela, quien le dijo que había perdido su ejemplar anotado durante un viaje a Londres. Cuando el actor le enseñó el que había hallado en el metro, resultó ser el mismo.LA SINCRONICIDAD DE JUNG
Al enfrentarnos a una casualidad tan impactante como ésta -aunque lo cierto es que se producen con frecuencia-, lo primero que nos preguntamos es: ¿qué probabilidad había de que el libro extraviado por Feifer en una estación por la que pasan millones de personas fuera a parar a las manos de Hopkins? Si analizamos el caso racionalmente, la probabilidad es tan remota que no po-demos evitar pensar que hay un orden oculto que mueve a su manera los hilos invisibles de la realidad, una enigmática inteligencia dentro del azar.
Carl GustavJung exploró a fondo esta cuestión tras vivir en su casa de Zurich una experiencia parecida a la del libro extraviado. El psiquiatra que había colaborado con Freud en sus inicios soñó con un martín pescador y, al día siguiente, estuvo intentando dibujar las alas de esta ave marina sin lograrlo.Enfadado por su torpeza, salió a tomar aire al jardín, donde encontró un pájaro muerto. Era justamente un martín pescador, un ave marina muy rara en una ciudad como Zurich.Jung entendió que había una conexión íntima entre su deseo de dibujar las alas del martín pescador y la caída del animal. Aunque el pájaro no había caído porque él quisiera dibujarlo, lo que sería una causalidad, costaba de creer que aquella coincidencia fuera sencillamente fruto del azar, es decir, una casualidad. Era más bien una cuestión de sincronicidad.El autor trató por primera vez este tema en un artículo publicado en 1952. Allí exponía que más allá de la casualidad y la causalidad hay un orden misterioso que se manifiesta en las coincidencias de la vida diaria. Esta fue su definición de sincronicidad: "Citando dos incidentes se producen de forma sincronizada, aunque no parezca que exista una relación causa-efecto, puede haber una conexión significativa entre ellos."RECORDAR EL FUTURO
En relación con este fenómeno -André Bretón y los surrealistas lo denominaban "azar objetivo"-, a Jung le gustaba mencionar un fragmento de la segunda novela de Alicia escrita por Lewis Carroll, A través del espejo:
―(...) vivir hacia atrás -dijo la Reina con afabilidad- siempre produce un poco de vértigo al principio...―¡Vivir hacia atrás! -repitió Alicia con gran asombro-. ¡Jamás había oído nada semejante!―Sin embargo, tiene una gran ventaja: la memoria funciona en las dos direcciones.―Desde luego, la mía sólo funciona en una -comentó Alicia-. No puedo recordar cosas antes de que hayan sucedido.―Es mala memoria la que funciona sólo hacia atrás, comentó la Reina.Si la memoria pudiera operar de algún modo en ambas direcciones, no sólo hacia atrás, quedaría explicado el fenómeno del deja vu. En este caso, cuando tenemos la sensación de que una situación presente, como una conversación o una escena determinada, ya se ha producido, se debería a que en ocasiones logramos recordar cosas que sucederán en el futuro. Esto explicaría esta sensación de familiaridad con el momento concreto. Ahora bien, aceptar una meritoria hacia delante equivale a entender toda nuestra existencia, la pasada y la futura, como algo ya vivido: una especie de película que estamos visionando en tiempo presente de la que podemos recuperar escenas pasadas y que, accidentalmente, nos revela acontecimientos que deberíamos ver más adelante.EL CUADERNO ROJO DE AUSTER
Volviendo al territorio de las casualidades significativas, quizás el escritor que más se ha centrado en su exploración es Paul Auster. De hecho, en su breve ensayo El cuaderno rojo recogía todas las sorpresas que el azar objetivo le había deparado hasta aquel momento.
Su propio éxito como novelista estuvo muy ligado a un error casual que acabaría siendo altamente fructífero. Al parecer, en los inicios de su carrera recibió una llamada telefónica nocturna de un hombre que preguntaba por la agencia de detectives Pinkerton. Auster le respondió que se equivocaba de número, pero el hombre llamó de nuevo al día siguiente con la misma consulta. Tras darle una contestación similar, el escritor de Brooklyn decidió que si la llamada se repetía, le diría al desconocido que llamaba al número adecuado y que él era el detective que estaba al cargo de su caso.Esta tercera llamada nunca se produjo, pero sí tuvo lugar en su novela Ciudad de cristal, que proseguía lo que el azar no quiso terminar. El protagonista de esta insólita novela negra que le procuró fama mundial sigue el juego a su anónimo interlocutor, lo que a la larga desata una investigación que le llevará a un mundo de locura.Aunque en menor medida, el japonés Haruki Murakami también se ocupa en sus novelas de los extraños cruces de líneas que tienen lugar en el entramado de la realidad. Quizás se deba a que los escritores, en general, son más sensibles a las sincronicidades. No es que les sucedan más a menudo que al resto de personas, sino que al desarrollar para su profesión una mayor capacidad de observación -siempre van en busca de historias— conectan más fácilmente esta clase de fenómenos. Por este motivo, anotar en un cuaderno los pequeños incidentes curiosos que nos suceden puede ayudarnos a detectar muchas sincronicidades que de otro modo nos pasarían por alto.CUESTIÓN DE AFINIDAD
Ernesto Sábato planteaba que las coincidencias que se producen entre personas tienen más que ver con la afinidad que con una oscura lógica del azar. Imaginemos dos amigos que han estado muy unidos y luego se separan para trabajar en países diferentes. Por difícil que parezca, tendrán una alta probabilidad de encontrarse en cualquier lugar del mundo que visiten. Y eso ocurre por una razón muy sencilla: si coinciden en gustos e incluso en costumbres, no es difícil que escojan viajar a una misma ciudad -pongamos por ejemplo, Tokio- en un mismo momento del año. Una vez allí, puesto que comparten mitos y referentes, es fácil que se encaminen exactamente a los mismos lugares en determinados momentos del día.
Cuando, tras años sin verse, se encuentren de repente en una librería para extranjeros del barrio de Ginza, los dos exclamarán: "¡Qué casualidad!". Pero, de hecho, no podía haber sucedido de otro modo. Nosotros vemos el resultado final. Sin embargo, así como el aleteo de la mariposa provoca una oleada de acontecimientos, lo cierto es que ha habido un largo proceso hasta llegar aquí.En cambio, apunta Ernesto Sábato, dos personas que no tengan nada que ver entre sí podrían vivir una al lado de la otra durante muchísimo tiempo y no encontrarse jamás, ni siquiera paseando por su propia calle, por extraño que parezca. Y es también podemos decir que la afinidad ordena el azar.EL EFECTO MARIPOSA
Todo lo que hacemos, incluso los actos más insignificantes, generan consecuencias que afectan a nuestro entorno y acaban regresando a nosotros.
La idea parte del proverbio chino: "El aleteo de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo". Este proverbio tiene su variación moderna en: "El aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar una tormenta en Nueva York". Hace referencia a una dinámica continua de causa-efecto que siempre se encuentra activa, aunque no seamos conscientes de ella.Tal vez quien mejor plasmó este hecho fue Ray Bradbury en su cuento El ruido de un trueno, que se refiere justamente al efecto mariposa. Está protagonizado por unos cazadores que logran viajar a la prehistoria, donde pisan un insecto sin darse cuenta. Al regresar a su época, se encuentran con un mundo totalmente diferente debido a esa muerte minúscula que ha desencadenado enormes cambios en toda la historia.La enseñanza de este relato de ciencia-ficción es que debemos cuidar siempre los detalles, porque lo pequeño acaba generando lo grande. Bajo el caos aparente del universo, existe un orden infinito del que todo y todos participamos, y ese orden se manifiesta intermitentemente a través de las sincronicidades.Por eso es importante prestar atención a las coincidencias cotidianas, ya que a menudo son mensajes llenos de significado. Si aprendemos a leer los hilos invisibles de la realidad, descubriremos pistas que nos conducen a lugares, situaciones y personas que pueden dar un vuelco decisivo a nuestra vida.DESCIFRAR EL AZAR Si anotamos en un cuaderno las sincronicidades que nos ocurren, podremos detectarlas más fácilmente y tratar de descifrar el mensaje que ocultan.LA AFINIDAD Y EL AZAR Las coincidencias entre ciertas personas tienen más que ver con sus afinidades que con una oscura lógica del azar: al compartir gustos y costumbres, es más fácil que se den sincronías.Cuando dos incidentes se producen de forma sincronizada, hay una relación causa-efectoTras los hilos invisibles de la realidad, hay pistas que nos conducen a personas o lugaresMANEJANDO EL AZAR PARA QUE NOS FAVOREZCA
Partiendo de la creencia de que cada acción y pensamiento influye para que alcancemos o nos alejemos de nuestras metas, Joaquín de Saint-Aymour plantea en su libro El efecto mariposa las claves de una técnica jungiana para hacer girar la rueda de los acontecimientos de la vida cotidiana a nuestro favor.
HACER CONSCIENTE LO INCONSCIENTE.Prestar atención a pequeñas cosas que hacemos sin fijarnos nos ayuda a controlar el efecto que tienen posteriormente.DEPURAR NUESTROS PENSAMIENTOS.Los pensamientos y emociones negati-vas acaban generando más negatividad. Por consiguiente, para obtener un cambio de signo en nuestra vida hay que eliminar prejuicios, envidias y rencores.VISUALIZAR OBJETIVOS.Proyectar en nuestra mente lo que queremos lograr facilita que los engranajes cotidianos giren en ese sentido y eso nos acercará a nuestro objetivo.AFIANZAR LAS CREENCIAS.Lo que llamamos golpes de suerte suele favorecer a las personas que tienen la convicción de que son capaces de lograr lo que se han propuesto. Al creer en un proyecto, creamos el escenario adecuado para que el azar conspire para impulsarlo.REGISTRAR LAS SINCRONICIDADES.Un cuaderno de notas donde apuntemos las casualidades significativas nos ayudará a detectar un mayor número de ellas.DESCIFRAR EL AZAR.Además de familiarizarnos con las sincronicidades, para que actúen como guía, debemos revisar e interpretar regularmente nuestras notas. La pregunta sería: ¿cuál es el mensaje?Fuente:
REVISTA INTEGRAL - ENERO 2008