Publicado en
abril 03, 2010
El proceso químico para elaborar jabones, llamado saponificación, es conocido desde tiempos más antiguos. Resulta, además, muy simple. Cualquiera puede hacer un jabón de calidad y de bajo coste en casa, con la ventaja de que no contendrá derivados del petróleo ni sustancias artificiales de los productos comerciales, contaminantes y a menudo perjudiciales para la salud.
Vale la pena recuperar el arte de hacer jabón, una habilidad que actualmente ya sólo conoce la gente del campo. En el siglo XXI era el secreto de las personas interesadas en el reciclaje, la simplicidad y la autosuficiencia. ¿Por qué no ponerse de acuerdo con la familia o los amigos para proveerse de jabón natural?INGREDIENTES NECESARIOS● 380 ml de agua destilada y fría, casi helada.● 134 g de sosa cáustica.● 1.000 g de aceite de orujo de oliva o reciclado.● 5 ml de aceite esencial.UTENSILIOS● Guantes de látex y gafas.● Un recipiente de vidrio apto para altas temperaturas.● Dos cucharas de madera.● Una olla de acero.● Un molde pastelero.● Papel de hornear o encerado.● Batidora.● Papel de embalar.ELABORACION, PASO A PASO
1) Antes de empezar, hay que determinar las proporciones de los ingredientes. Para hacerlo se utiliza el índice de saponificación, que indica la cantidad de sosa que se necesita para hacer jabón con una cantidad determinada de grasa. En la fórmula de ejemplo se multiplica la cantidad de aceite (1.000 g) por su índice de saponificación (0,13 4) y el resultado (134) es la cantidad de sosa que se necesita.Si se desea mezclar aceites hay que realizar el cálculo para cada uno y luego sumar las cantidades obtenidas. Es habitual, por ejemplo, combinar aceite de oliva con aceite de coco. En realidad, sirve cualquier grasa, incluso la que se ha utilizado para cocinar, siempre que no se haya enrancia-do o no contenga demasiadas impurezas. Hacer jabón es una manera eficaz de reciclar una sustancia que de otra forma suele acabar en los desagües y se convierte en un problema ambiental. En cuanto al agua que se incluye, la proporción debe ser del 38 por ciento del peso del aceite.2) El primer paso es el más delicado. Con las manos enguantadas y gafas, hay que dejar suavemente la sosa cáustica en el agua con la ayuda de la cuchara de madera en el recipiente de vidrio, tenien-do cuidado de no salpicar (en ese momento las gotas pueden producir quemaduras en la piel y los ojos, así como desperfectos en las superficies sintéticas). Al instante se eleva la temperatura y se liberan durante un par de minutos gases que resultan muy irritantes. Por ello, es imprescindible utilizar guantes, mascarilla y realizar la operación en un lugar bien ventilado o al aire libre. Se remueve hasta que la sosa se disuelve completamente.3) El agua con la sosa se echa en la olla del aceite cuando ambos líquidos alcanzan la misma temperatura. La ideal se sitúa en torno a los 43° C. Así, mientras el agua se enfría, se calienta un poco el aceite. Lo mejor es utilizar un par de termómetros, aunque los jaboneros expertos se fían de su tacto. La operación se realiza lentamente, removiendo el aceite mientras se vierte un chorro fino de sosa.4) Es muy importante no dejar de remover ni un segundo y siempre en el mismo sentido mientras la mezcla se va espesando y hasta que el jabón está hecho. Lo está cuando se puede hacer un trazo que no desaparece con la punta de la cuchara sobre la superficie. Pero hasta que llega este punto puede hacer falta remover haciendo círculos y ochos con una espátula, sin olvidar recoger la mezcla del fondo y de los bordes del recipiente, durante tres cuartos de hora. No obstante, se puede hacer más rápidamente, en tres minutos, recurriendo a una batidora (es conveniente que el aparato o la cuchilla se pueda dedicar sólo a la elaboración del jabón porque limpiarlo a fondo al acabar la operación resulta bastante difícil).5) En el último momento se añade el aceite esencial, mezclándolo con un par de movimientos. También se pueden agregar colorantes (10 g de tempera infantil, por ejemplo), pétalos de flores o hierbas.6) Se vierte la mezcla en el molde y se tapa durante 24 horas con un trapo de algodón grueso para que el calor no escape rápidamente y la reacción química se produzca de manera correcta.7) Se limpian inmediatamente todos los instrumentos y las superficies de trabajo con guantes y una esponja empapada en una mezcla de agua y vinagre al diez por ciento.Al día siguiente, se corta el jabón en pastillas del tamaño deseado, se envuelven en papel de embalar y se almacenan durante dos semanas en un lugar fresco. Luego, pueden volver a manipularse, pero no están listas para ser utilizadas hasta después de un mes.CON SAPONARIA
Aunque la sosa se utiliza en la elaboración tradicional del jabón desde que los árabes inventaron el método en el siglo VIl, se le han buscado alternativas porque es una sustancia irritante.
La sosa (hidróxido de sodio, NaOH) es una sustancia utilizada para producir papel, tejidos o jabones. Al disolverse en agua libera gases irritantes, pero cuando se ha descompuesto se transforma en productos inocuos.La saponaria (Saponaria officinalis) es la alternativa a la sosa por su contenido en saponinas, que producen espuma en contacto con el agua. Pero desde 2004 está prohibida la venta de la planta entera por considerarse potencialmente tóxica. Se puede buscar en estado silvestre o cultivarla.Para obtener jabón líquido a partir de la saponaria se cuecen 50 g de raíz por cada litro de agua 45 minutos. Se pueden añadir hierbas (romero, lavanda) para aromatizar. El resultado de la decocción se cuela.Fuente:
REVISTA INTEGRAL - ENERO 2008