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El secreto está en acelerar el ritmo metabólico
MUCHOS CONSIDERAMOS al metabolismo un enemigo, pues con la edad se va volviendo perezoso y sabotea nuestros intentos de bajar de peso, pero no tiene por qué ser así.
Estimule su metabolismo desde temprano tomando un desayuno nutritivo que lo deje satisfecho, aconseja el endocrinólogo C. Wayne Callaway.
Para quemar unas tres calorías adicionales por minuto, sostenga pesas de medio kilo y mueva los brazos de adelante hacia atrás mientras realiza las caminatas.
Es más barato que contratar a un entrenador personal. Cuando Fido quiera salir, no podrá usted negarse. Si lo saca a pasear 15 minutos, quemará unas 60 calorías.
Si consume alimentos en menores porciones, pero a intervalos más breves, quizá engorde menos que con dos o tres comidas abundantes al día, siempre y cuando vigile cuidadosamente su ingestión total de calorías. Un beneficio adicional es que su grado de energía se mantendrá constante a lo largo de la jornada.
El cuerpo gasta menos calorías a asimilar grasas que carbohidratos.
Hable por teléfono de pie y quemará unas cuantas calorías más por minuto.
Busque motivos para acelerar su metabolismo durante la jornada de trabajo. Por ejemplo, use el baño de otro piso; salga a recoger el almuerzo en vez de pedir que se lo lleven, y vaya a hablar en persona con sus compañeros en lugar de hacerlo por teléfono.
Moverse al compás de la música (del tipo que sea, con tal de que lo anime a bailar) ayuda a quemar casi la misma cantidad de calorías que la mayoría de los ejercicios aeróbicos.
Si la jardinería no le parece una buena actividad para mantenerse en forma, sepa que con sólo dedicar 40 minutos a cavar, arrancar malas hierbas, rastrillar hojas y realizar otras labores parecidas, se gastan unas 200 calorías.
Ante la posibilidad de una privación de calorías considerable o prolongada, el organismo reacciona volviendo más lento el metabolismo a fin de ahorrar energía. Al decir de la dietista Kathleen Zelman, para bajar de peso y mantener estable el ritmo metabólico, el hombre medio debe ingerir entre 1600 y 2000 calorías diarias, por lo menos, y la mujer media, entre 1200 y 1600. Las personas más activas deben apegarse al extremo superior de estos intervalos.
Gastará alrededor de cinco por ciento más calorías si lee o ve la televisión erguido que tumbado.
Aprovéchelos para ejercitarse con una silla. Colóquese de pie a unos 60 centímetros de la silla, con los brazos extendidos y las manos apoyadas en el respaldo. Entonces incline lentamente el cuerpo hacia delante y después vuelva a enderezarse (cerciórese de que la silla esté bien asentada para no resbalar).