Publicado en
febrero 07, 2010

PERÚ
EN UN PUESTO DE AVANZADA enclavado en una montaña de los Andes azotada por el viento, 25 hombres se cuadran ante un cabo primero instructor con una mano apoyada en el pecho, a la altura del corazón.
—Han pasado la prueba —vocifera éste con orgullo.En eso se oye un disparo de fusil y los soldados exclaman al unísono:—¡Por Dios, por la patria y por la vicuña!Se trata de una selecta brigada de reservistas a quienes se ha encomendado una misión de defensa especial: la protección de la vicuña, ese grácil rumiante de pelaje lanudo que desde hace siglos es símbolo de identidad de Perú. En 1990, mientras la policía y el ejército peruanos combatían al grupo guerrillero maoísta Sendero Luminoso, los cazadores furtivos aprovecharon la falta de vigilancia para diezmar salvajemente la población de vicuñas y reducirla tan sólo a 15.000 ejemplares.Pero hoy que el grupo rebelde casi se ha quedado sin efectivos, la campaña contra la caza ilícita está rindiendo frutos: la población de vicuñas ha aumentado a 100.000 y el gobierno peruano ha decidido incluir a este animal en el proyecto de recuperación económica del país. Muchos de los pueblos de las montañas que sufrieron los estragos del conflicto armado, ahora están obteniendo ganancias de la apreciada lana del rumiante. "La vicuña es nuestra aliada en la siguiente guerra", declaró Alfonso Martínez, funcionario del Ministerio de Agricultura, "que es contra la pobreza".—Matt Moffett, en el Wall Street JournalJAPÓN
UN DIPLOMÁTICO ESTADOUNIDENSE estaba de visita en casa de un japonés cuando de pronto se disculpó y fue al baño. Allí, una vez que terminó, no supo qué hacer con los numerosos botones de colores de un pequeño teclado que había en el cuarto. ¿Cuál servía para desalojar el agua del excusado? No tenía la menor idea.
No era el primer extranjero que se quedaba estupefacto al usar uno de los inodoros ultramodernos que actualmente hay en todo Japón. Los modelos más populares se limpian en forma automática, tienen un revestimiento que protege contra los gérmenes y lanzan chorros de agua intermitentes. Unos botones abren y cierran la tapa del excusado: el de hombres alza la tapa y el asiento; el de mujeres, solamente la tapa.Al decir de Yojiro Watanabe, portavoz de TOTO, una de las empresas fabricantes, estos inodoros (que cuestan hasta 3600 dólares) han tenido gran aceptación porque convierten el baño en un sitio para relajarse. "En nuestro país", comenta, "la mayoría de las casas son tan pequeñas, que el baño suele ser el único lugar donde uno puede estar a solas".—Mary Jordán y Kevin Sullivan, en el Post de WashingtonLUXEMBURGO
QUIENES SOSTIENEN que uno no se lleva nada al morir deberían reconsiderar su punto de vista. Una casa de bolsa de Luxemburgo, Prometh Societé, está ofreciendo "cuentas para la reencarnación" para las personas que no quieran comenzar de cero la próxima vez. Esta base para la próxima vida (cuyo monto mínimo es de 30.000 dólares) puede redimirse en un plazo de 23 años a partir del deceso, siempre y cuando el nuevo cuentahabiente conozca ciertos datos personales clave.
Prometh les recomienda a sus clientes una cartera de inversiones conservadora, ya que, como lo señaló uno de sus voceros, "uno no debe andar especulando mientras su alma yerra".—NewsweekEGIPTO
NASR ABU ZEID, profesor de estudios islámicos de la Universidad de El Cairo, vive felizmente al lado de su esposa, pero, aun así, el supremo tribunal de justicia de Egipto acaba de pronunciar un fallo que lo obliga a separarse de ella. ¿Cuál es el motivo? El tribunal declaró que por haber escrito unos libros "que promueven el debate religioso", Ábu Zeid cometió apostasía y no puede seguir viviendo con su esposa, pues la ley islámica prohíbe a las mujeres musulmanas desposarse con "infieles".
El sorprendente veredicto causó pesadumbre entre los intelectuales egipcios, que desde hace tiempo resienten el acoso del islamismo mutante. Incluso algunos musulmanes ortodoxos se mos-traron alarmados. Fahmy Howeidy, columnista conservador, se sintió consternado tanto por el fallo como por la forma en que se dictó. Puesto que ya nadie discute los problemas, señala, única-mente quedan dos opciones: las armas o los jueces.Ábu Zeid, huelga decirlo, se fue con su esposa a vivir en otro país.—The EconomistFRANCIA
ALGUNOS SERIALES POLICIACOS estadounidenses que se transmiten por la televisión francesa tienen una influencia negativa en el público. De acuerdo con algunas encuestas, la mayoría de los franceses piensa ahora que debe dárseles el tratamiento de "Su Señoría" a los jueces en un tribunal, en vez del tradicional "Señor Presidente". Y muchos acostumbran pedir que les muestren una orden judicial cuando la policía quiere registrar sus casas —lo cual no es necesario en ese país—. "¡Es una catástrofe cultural! Los ciudadanos franceses ya ni siquiera entienden su propio sistema legal", dice un alto funcionario.
—Gail Russell Chaddock, en The Christian Science Monitor