Publicado en
enero 21, 2010
Los guias hablan de nuevo.
En la presente obra, el autor nos lleva de la mano por el fascinante mundo de los contactados y de los contactos; narra las experiencias del grupo RAMA a partir de 1985, hasta 1990; es el complemento y la continuación del primer volumen "Los guías Extraterrestres y la Misión Rama".
A lo largo del libro SIXTO PAZ WELLS, nos introduce poco a poco, en la maravillosa aventura en la que la raza humana está involucrada, haciendo parte de un drama cósmico o mejor de un poema épico, producto de la inspiración divina, en el cual el Creador le da la responsabilidad a los humanos de sacar del estancamiento a todo el universo mediante el desarrollo de las facultades y potencialidades dormidas que subyacen dentro de cada ser; le dio pues, toda la herencia de su divina esencia, la cual quedó encerrada en la conciencia dormida de cada hombre, pero le entregó las llaves para que él mismo pueda por su propio esfuerzo, cumplir con su compromiso milenario y mediante su propia Cristificación, propiciar la REDENCION, por amor de un universo en peligro de estancamiento espiritual.
Al narrar las experiencias de 17 años de contacto extraterrestre, las visitas a la Base Azul, base submarina frente a la costa peruana; a Morlen, Luna de Júpiter más conocida como Ganímedes; a las Pirámi—des de Egipto; al Paititi en el corazón de la selva peruana, lugar de retiro interior de la Hermandad Blanca, donde escuchó de labios de ellos, la alentadora esperanza de que no estamos solos, que ellos nos están apoyando en esta labor, nos vamos familiarizando con esta excitante y maravillosa realidad de la existencia de seres que con infinita paciencia con una dulzura, ternura y amor inimaginados por nosotros, están guiando los pasos y el acontecer de los muchos hermanos que fueron preparados para actuar en este momento en que la tierra se aproxima al final de un estado caótico de cosas y a los albores de un nuevo amanecer, el nacimiento de una nueva HUMANIDAD.
El gran descubrimiento para el lector es llegar a la conciencia plena de que el único contacto que necesita es el contacto CONSIGO MISMO, con su propio ser, porque después de esto, todo lo demás le será dado por añadidura.
PROLOGO
Parece que fue ayer cuando empezó todo. Con mi madre y mi hermana, intentamos, como jugando, una primera comunicación psicográfica o conexión telepática, con un ser extraterrestre en la casa de Barranco, en Lima (Perú).
Habían transcurrido los años con una gran intensidad, suce—diéndose toda clase de experiencias; desde las más tangibles y concretas, hasta las más sutiles. Pero aún no había llegado la oportunidad en que pudiésemos subir físicamente a una nave. Ello de ninguna manera nos desalentaba. Pues habían ocurrido tantos otros innumerables acontecimientos extraordinarios (Hoy, han llegado a ser de conocimiento público), que poco a poco habíamos ido comprendiendo que era otra la dirección a la que debíamos dirigir nuestras expectativas. Y fue así que cuando menos lo procuramos conseguir, fue cuando más fácilmente se logró concretar dicho encuentro.
Nuestro pensamiento ha ido madurando a la luz del tiempo en edad y conocimiento con el contacto y en el contacto, encon—trándose actualmente en la realización del propósito final de RAMA: "Poder llegar algún día, a un real despertar de concien—cia, que muestre la alternativa de un futuro positivo y viable a. través de nuestro propio esfuerzo de transformación."
Pero RAMA es una experiencia colectiva, vivida desde la realidad individual de cada participante, que en la medida de su avance e interiorización empieza a percibir una uniformidad de sentimientos, percepciones y vivencias, que le permiten mantener una relación de síntesis e integración con los demás miem—bros de esta cruzada de cambio y liberación del estado actual de ignorancia; siendo la gran batalla a enfrentarse, no la que se produce contra las fuerzas ocultas de este planeta, sino contra nosotros mismos......
A través de los años, hemos acumulado infinidad de aciertos y errores, que nos permiten ahora, estar cada vez más cerca de la parte de verdad, que se nos tenía reservada, pudiendo rechazar lo inseguro; distinguir lo mentiroso; prevenir lo falso y hasta cuestionar lo dudoso.
Nos ha tocado vivir en carne propia, acontecimientos que hoy sabemos, no pocos han tenido la oportunidad de vivenciar a lo largo de los siglos; pocos sí, el valor de testificar. Pero no por ello, nos hemos llegado a considerar superiores o elegidos en la tarea del despertar conciencias; pues como obreros, obedecemos voluntariamente a un Plan Cósmico.
El contacto no cambia la vida de nadie, lo hemos podido vivenciar, aunque muchos piensen lo contrario. Más bien la actitud con que cada cual lo enfrenta. Es la que inicia el cambio que podría llevarlos a fronteras inimaginables.
Hoy en día nos encontramos frente a muchos grupos y personas con mensajes comprometidos con el cambio, bajo formas distintas; pero en ellas podemos verificar la complemen—tación de esfuerzos.
No podemos ser ajenos al momento actual que nos exige integrarnos, sin que necesariamente esto signifique andar juntos, ni perder la propia identidad. Pero debemos procurar la unidad entre los misioneros de la luz, trabajando en una real comunidad mental de sintonía, que no requiere pensar igual, mas sí de una forma constructiva, solidaria, permeable y desprendida, que concilie alternativas.
Por todo lo que ha significado el aprendizaje recibido de las Jerarquías Superiores, es que he considerado como un deber y obligación, el poner a consideración de todos los sinceros buscadores en el camino, esta nueva obra que como vela encen—dida, se suma a otras muchas que resplandecen en la terrible noche oscura en que vivimos, y nos recuerde a todos, que hay necesidad de permanecer vigilantes frente a lo que está aconteciendo para bien de la humanidad y que es para lo que venimos siendo preparados en el tiempo y en el espacio.
En este segundo volumen actualizamos las experiencias acon—tecidas a partir de 1985 hasta la fecha de publicación de la presente obra "CONTACTO INTERDIMENSIONAL"; pro—curando dar a conocer con ello, la dinámica del contacto y su proyección futura.
Aventurémonos entonces por el fascinante, extraño y muchas veces incomprensible mundo de los contactos y los contactados y descubramos juntos: la naturaleza y propósito del Plan Cós—mico para con la tierra y la humanidad.
CAPITULO I
LA INVITACIÓN
La noche estaba hermosamente despejada, como pocas veces suele ocurrir en Lima. El auto verde escarabajo de propiedad de Pedro y Juanita Santos (Coordinadores de Misión Rama en la Capital), recorría la distancia que separa la ciudad, de los polvorientos arenales de Chilca, 63 Kilómetros al Sur.
¡Cuántas veces había realizado dicho trayecto! innumerables oportunidades, difícilmente podía retener de manera particular, cada una. Sin embargo, todas ellas me habían permitido acumu—lar tanta experiencia, que en aquel instante a doce años del primer contacto debían haberme servido de preparación para la invitación que meses antes me habían hecho llegar los hermanos mayores, a través de mensajes recibidos anecdóticamente por mi hija mayor, YEARIM y mi esposa MARINITA.
Tenía muy presente el contenido de las comunicaciones que me citaban al desierto para el 18 de Abril de 1986 y las circunstancias en las que se recibieron los mensajes el 16 de diciembre de 1985.
Había llegado en aquella ocasión a las 8.00 de la noche a mi hogar, luego de un ininterrumpido día de trabajo en las oficinas del Banco. Era tanta mi fatiga, que de inmediato me senté a la mesa a comer, con la sola ambición de ingerir mis alimentos y luego ir a ducharme para acostarme y descansar.
Marinita—siempre hacendosa—, estaba arreglando las camas de las niñas para hacerlas dormir luego de haberme servido la cena.
Fue entonces cuando se me acercó YEARIM a la mesa, y me dijo:
¡Papi... me han dado un mensaje los guías!
En aquel momento me sorprendí, pero con cierta incredulidad ante su fantasía infantil. Ella, al verme extrañado, sonrió y se marchó cuando no halló en mí una respuesta más favorable que mi silencio y también porque escuchó la voz autoritaria de su mamá llamándola a dormir.
Ciertamente fui lento en reaccionar porque surgieron evocaciones de todo cuanto me había venido sucediendo en los últimos meses. Recapacité de mi estado absorto. Pensé: YEARIM no es de fantasear, a pesar de su corta edad (7 años), además, era la primera vez que decía algo así. Nosotros nunca le habíamos motivado al respecto. Ni siquiera nos permitíamos recibir mensajes delante de ella como para sugestionarla.
Nuestro ambiente es el de una familia normal, con una gran integración producto del amor y el diálogo.
Pero ciertamente, el permanente asedio de personas interesa—das pudo haber influenciado a las niñas sin quererlo. Por otro lado, no sería extraño que con el reconocible apoyo y manifiesta cercanía de los Hermanos Mayores conmigo, y mi hogar, se hubiera fomentado la percepción extra—sensorial de las niñas. ¿Pero cómo saber si el mensaje era real o no?
Mientras ingería mis alimentos, preparados con el cariño de mi amada compañera, observaba una y otra vez dos pequeños papeles escritos a mano, extraídos de una libreta de notas, y que la niña emocionada, había colocado delante de mí sobre la mesa del comedor, antes de correr hacia la habitación ante el llamado a dormir.
Algo en mi interior me hizo recapacitar, sobre el posible significado de ello, en el caso de que no fuera simple imagina—ción producto de su edad. Es más, me pareció extraño intuir tan claramente que en aquellas palabras manuscritas —que me puse a leer con atención cuando ya me encontraba sólo —se encerraba un mensaje cierto, que por algún motivo no estaba llegando a través de otro medio.
Siendo sincero conmigo mismo, reconocía silenciosamente que hacía un tiempo me hallaba bloqueado por diversos motivos, ya fuera el cansancio provocado tanto por el trabajo físico y mental, como por la tensión acumulada surgida de los proble—mas vivenciados en el seno de diversos grupos del extranjero que pedían continuamente mi consejo.
Se sumaba a lo anterior las continuas invitaciones de viaje para asistencia directa, orientación y asesoría, no pudiendo hacer mayor cosa, pues eran evidentes las limitaciones materiales. Tenía en mi trabajo del Banco, responsabilidades de horario y calendario que me obligaban a frenar todo exceso de entu—siasmo, y en algunos casos—sobre todo cuando estaba en el extranjero—, me seducía ampliar los periplos.
El volver a la realidad de una condición económica con compromisos típicos e ineludibles para con mi familia, me hizo reaccionar, como para procurar extraer de mí aquella idea martillante, que desde mi interior y con diversas comunicacio—nes recepcionadas, se confabulaban repitiendo en coro: "... el futuro de la Misión exige más tiempo y mayor entrega".
Regresé de mis pensamientos y me encontraba allí; frente al pequeño comunicado, el cual atiné a coger con mis manos, alejándolo de los platos y vasos desparramados sobre la super—ficie del mantel.
Dudé unos segundos y me levanté, dejando los papelitos sobre un mueble y empecé a recoger los trastos sucios, llevándolos al fregadero de la cocina, donde los lavé.
La escena de los últimos juegos así como el coro de las risas y morisquetas de las niñas, mientras se ponían sus pijamas, se repetía como todas las noches, no pudiendo dejarles de escuchar desde donde me encontraba. Esa noche no pude contarles su acostumbrado cuento al pié de las camitas—el mismo que siempre era aguardado con gran expectativa—, pues mi agotamiento fue evidente y los continuos bostezos no me permitían retener mucho la atención. Fue entonces —cuando levantaba los platos—, que al voltearme vi el mensaje a la distancia y me detuve. Estaba allí, delante de mí, como exigiéndome en silencio que lo revisara más detenidamente y lo cogiera entre mis manos. Era una fuerza invisible que quería convencerme de que era una señal plasmada en él.
Una vez despejado el comedor, volví a sentarme para— enfrentarme al contenido de los dos papelitos. En ambos se repetía el siguiente escrito "De OXALC para YEARIM: En Ganímedes la luna de Júpiter, necesitamos tu..."
Terminaba el mensaje misteriosamente con puntos suspen—sivos, como queriendo dejar sobre—entendido algo que sentí que a mí me concernía.
De pronto, creí captar el contenido del escrito, estremecién—dose mi cuerpo..... Había completado en mi mente la frase no culminada. Pero la rechacé de inmediato por lo que de ella se concluía. Creí entender que me querían decir que me prepara a ir con ellos, quizás fuera de la Tierra. Me rebelé entonces frente a aquella posibilidad, deducida de forma apresurada, porque la juzgué sumamente descabellada.
Lo que se anteponía en mi mente eran las responsabilidades materiales y familiares, que ya bastante estaban expuestas por los viajes continuos que realizaba en la difusión del mensaje del Contacto Extraterrestre, como para que de pronto se me pudiera estar sugiriendo, marcharme fuera del planeta. El irme significaría dejar una familia huérfana de padre y esposo, porque de ser cierto ¿A qué tiempo y distancias podría ser sometido?.
—No! Grité, oponiéndome. Allí, sólo en el comedor, en una lucha conmigo mismo, ante la posibilidad de que aquello pudiera ser real y correcta la interpretación del comunicado sobre una abducción programada.
Aguardé a que llegara Marinita para que me confiara los detalles de la recepción de la niña, y lo que también ella pudiera haber percibido durante la misma.
Marinita vino a la cocina media hora después, encontrándome preocupado y envuelto en mis pensamientos mientras lavaba la vajilla. Se me acercó y dándome un beso en los labios, y ofreciéndose a ayudarme, le respondí con una sonrisa no muy convincente y antes de volver a hundir la cabeza entre los hombros.
Recapacitando, aproveché para preguntarle lo sucedido, a lo que ella me explicó: Cuando veníamos por la Avenida Principal, caminábamos de regreso de hacer las compras, observamos con Yearim y Tanis, un objeto de forma lenticular en el cielo que cruzaba el horizonte. Nos entusiasmamos mucho, y esperando podértelo contar más tarde a tu regreso a casa. Entonces, ni bien llegamos al departamento, Yearim sintió el impulso de ir a la habitación y abrir la mampara de vidrio que comunica con el pequeño Jardín. Era, según me dijo, como si alguien la llamara. Le pasó esa sensación y volvió hacia el comedor, sentándose al lado de la mesa, y fue allí que le sobrevino nuevamente la extraña ansiedad que esta vez se tradujo en un fuerte deseo de escribir, dando como resultado la psicografía que por dos veces se vio interrum—pida y en el mismo punto por la niña menor Tanis, quien había estado molestando a la mayor durante su recepción.
El mensaje se hallaba repetido idénticamente en dos hojitas, estando inconcluso en ambos, curiosamente interrumpido cuan—do iba a revelar un nombre...
Los ojos de Marinita mostraban una luz especial. Ella, había narrado el suceso con una honda emoción; y no era para menos porque era la primera vez que Yearim protagonizaba una psico—grafía o recepción telepática por medio de la escritura automá—tica, cosa que como dije antes siempre evitamos alentar en los niños, pues fácilmente pueden ser perjudicados por la falta de experiencia y la preparación para canalizar energías, así como madurez para sobrellevar el fenómeno.
A lo largo de todo este tiempo he podido conocer diversos grupos de personas, entre los que se ha propiciado el contacto "Utilizando" en las recepciones —muchas veces psicofónicas o mediúmnicas— a niños y adolescentes. Esto ocurre por ignorancia la mayoría de las veces— que no permite medir las consecuencias y peligros a que esto conduce. En otros, a sabiendas, llevados por la mezquindad y ambición de obtener información y conoci—mientos, aún a costa de exponer el equilibrio de la persona, que cuanto más joven, su personalidad frágil y sensible fácilmente puede canalizar pero también desequilibrarse, quedando el daño permanentemente, aún a pesar de que pudiese luego abandonar dichos trabajos.
Recordé durante la conversación que hacía algunos meses venía presintiendo algo así; una invitación a una experiencia mucho más intensa que todas las anteriormente vividas, y que estaban tratando de comunicarme; pero me había mantenido últimamente bloqueado. De esto naturalmente, no había infor—mado a nadie en casa para no crear expectativas que perjudicaran la objetividad con que hay que enfrentar todo esto. Pero también sabía que me había bloqueado como antena voluntariamente porque algo intuía; sentía un ligero temor a recibir algún mensaje en el que me comprometiera en algo mayor de lo que hasta ese entonces nos había tocado enfrentar.
Habían sido meses de cierta intranquilidad sin saber por qué, interiormente ya daba por sentado que lo que querían los Guías iba por ese lado. Pensaba que la preparación me estaba condu—ciendo hacia una etapa nueva del proceso y que de hecho esto afectaría mi relación familiar. Sabía que de ser cierta la invita—ción a viajar a las colonias de Ganímedes, el viaje no sería definitivo porque lo habrían hecho desde el principio o me lo habrían comunicado anticipadamente. Mi presentimiento confuso luchaba con la confianza que tenía en el amor y sabiduría de aquellos seres.
Conociendo algo de la relatividad del tiempo, que ocurriría al viajar a otro mundo y volver, el tiempo transcurrido me hiciese encontrara una familia envejecida y descuidada injustamente..., o simplemente no hallarla.
No era cuestión de apegos —creo yo—, sino de responsabilida—des para con una esposa e hijas que no estarían siendo considera—das en la invitación. Esto desde luego me martirizaba al extremo de rehuir toda recepción que pudiera esclarecer definitivamente el asunto; por lo que había pasado buen tiempo sin que captara nuevos mensajes. Pero ello lo guardaba con suma discreción.
Los Guías en el caso de mi hija, me demostraron que ellos pueden usar cualquier medio para hacer llegar una comunica—ción y que nadie es indispensable para mantener activa la conexión, así como para vivir una experiencia que redunde en beneficio de toda la misión; aunque siempre habrá respeto al libre albedrío.
Internamente se ahondaba día a día la lucha, pues percibía que la experiencia que pudiera estar reservada para ese momento era importante, y había sido preparado para ello durante doce años. Conocía además a los Extraterrestres, ellos jamás permitirían que ocurriese nada que nos pudiese perjudicar. Era una prueba de confianza y fe en el Plan.
Volví de mis pensamientos que a gran velocidad surcaban mi mente, para ubicarme delante de Marinita, pues se había que—dado observándome, mientras duró el silencio de mi abstracción.
¿Dónde fuiste?—preguntó ella—. te estaba hablando y tu mirada lucia perdida, como si estuvieras en otro lugar.
—Reflexionaba sobre lo que decía y lo relacioné con ciertas intuiciones que he tenido últimamente, contesté como discul—pándome.
—Hace tiempo que no consultas a los guías. Deberías hacerlo. Pues están ocurriendo muchas cosas extrañas —intervino Marinita... recuerdas hace dos días cuando Yearim nos dijo que sentía voces de ángeles que la llamaban al jardín, y cuando fue, vio a un joven alto y bello... ¡Sí!, también en tu cumpleaños ¿recuerdas? cuando les tomé la foto sentados alrededor de la mesa del comedor, en el revelado apareció una inexplicable bruma brillante azulada, con la forma del contorno de una persona, sentada y saludando en el asiento contiguo, precisa—mente cuando tenías en tus piernas a nuestras dos hijas.
Y ayer mismo, mientras mirábamos la televisión y cenába—mos, eran como las 7:30 p.m. —¿hiciste memoria? — entró por la ventana que estaba cerrada un rayo de luz como un fluorescente de 30 centímetros, se mantuvo por escasos segundos sobre nosotros, casi al nivel del techo, lanzando un par de fogonazos deslumbrándonos. El haz tenía forma cilíndrica, de color azul brillante, desapareciendo así como apareció.
—¡Claro que sí lo recuerdo! cuando me acerqué de inmediato a las cortinas y descorrí los tapasoles, nada vi. El cielo estaba despejado y era imposible que hubiese sido un automóvil que se estuviera colocando enfrente del edificio, por cuanto la avenida principal corre paralela al mismo. ¡Sí! ... son muchos misterios juntos y muy seguidos.
—Creo que te quieren decir algo y no saben cómo llegar.... ¿pero qué raro no? Tú siempre has recibido los mensajes con fluidez ¿qué podría estar ocurriendo ahora?— precisó Marinita. La intuición de Marinita estaba funcionando perfectamente, y sería ella misma la puerta por donde vendría tiempo después, la invitación definitiva.
Un intercambio de miradas, y unas caricias sellaron la con—versación de aquella noche, esperando que los acontecimientos explicaran por sí mismos, aquello que pudiese estar dispuesto.
La conversación me produjo una gran paz y tranquilidad, permitiéndome un descanso reparador en el sueño.
El fin de año se iba acercando y coincidió esto con el arribo a Lima de diversas personas de grupos del extranjero, que anualmente se han venido multiplicando, centrando sus expectativas en llegar a Lima, como la "Meca" del peregrinaje en tomo al contacto extraterrestre; en donde se piensa ingenuamente que los ovnis desfilan por el cielo como aviones en un aeropuerto concurrido. Algunos de estos curiosos peregrinos se ven atraídos por el éxito de librería y mundialmente conocido Boro "Ovnis S.O.S. a la Humanidad" del escritor y periodista Juan José Benítez, en el que narra su participación en un encuentro programado de un avistamiento en el año de 1974, que lanzó a la popularidad las vivencias del grupo Rama, aunque confun—diéndolo con las actividades del IPRI (Instituto Peruano de Relaciones Interplanetarias que dirige mi padre Carlos Paz García).
Otras personas no directamente vinculadas al tema extrate—rrestre, llegan atraídas por el exotismo del Perú y los encantos de sus contrastados paisajes. En el lugar se relacionan con gente que les conduce hasta nosotros, como por ejemplo lo que ha venido haciendo "La Mochi" (Rose Marie Wells de Paz, mi Madre) desde su casa y local del IPRI.
Toda clase de personas viajan tras una aventura, una expe—riencia que les cambie su vida o les llene de anécdotas para tener de qué hablar y alardear. Entre tantos visitantes, hay quienes son personas positivas y equilibradas; otros son más bien desequili—brados, vehementes, tendientes al fanatismo o a la distorsión de la realidad. No faltan los ambiciosos y malintencionados, que van tras la cacería del show, de la riqueza fácil lo que egoísta—mente les pueda beneficiar.
Hemos así conocido a tantos seres humanos, tan distintos unos de otros...y a cada cual y a cada quien!
Pero aquel año nuevo nos reservaba la llegada de Lourdes, Shambu y Nuria, españoles que frecuentaban los grupos de Rama de Vigo y Lugo, en la zona de. Galicia, y que habían sentido una creciente necesidad de encaminar sus pasos hasta el Perú. La primera era una señora madura de impresionantes ojos claros y rubia cabellera, que coronaba su mediana altura y regular peso; Shambu era mas bien, un joven esbelto de agrada—ble apariencia y transparenté mirada; Nuria era la expresión misma de la dulzura y solidaridad humana, quizás por su profesión: enfermera. Lourdes era acupunturista y profesora de metafísica, mientras que Shambu era instructor de Yoga; disci—plina en la cual había logrado un gran desarrollo y dominio.
Desde un primer momento sentimos una gran afinidad con este grupo, experimentando diversos grados de profundidad, que se fortalecieron con la amistad y el cariño compartidos. Pudimos también vivir intensas experiencias, en la zona del desierto al sur de Lima y también en el Norte, en una playa a 100 Kilómetros de la capital. Llegamos hasta allí en transportes contratados por la comisión de organización Rama Lima. Además de alguna que otra movilidad particular que serviría como apoyo en caso de urgencia.
Durante la reunión a cielo abierto en un ambiente natural árido que inducía a la contemplación, realizamos diversos tra—bajos que el grupo acostumbra a efectuar como rutina típica, en las innumerables salidas al campo que suelen realizar, entre las que incluimos ejercicios de: respiración, relajación, concentración, meditación, proyección astral y mental, etc.
Como la salida hala sido programada a través de comunicaciones recibidas días antes por la vía psicográfica, no tardó en hacer su aparición alrededor del campamento unas esferas blancas y anaranjadas llamadas canéplas, que son cáma—ras de televisión o monitores controlados a distancia; también hicieron acto de presencia las naves extraterrestres.
El tiempo y la experiencia continua de la observación— sin la expectativa del show—, nos ha permitido evaluar las diversas clases de presencia o apoyo que los guías realizan avalando una salida y el significado de la misma. La no—aparición podría interpretarse entonces como un mentalismo, lo mismo que una falsa conexión (no hubo contacto) los hermanos mayores esta—ban en desacuerdo con la actuación del grupo.
En un cielo usualmente nubloso, empezaron por movilizarse aparentes estrellas que hasta unos instantes, permanecían fijas en la inmensidad de la vía láctea. El cielo se había despejado y los movimientos característicos en zig—zag se iban incrementan—do, así como la velocidad de los objetos. Se produjeron cambios de luz y coloración en los puntos observados y la aparición de otros blancos independientes, uniéndose a los anteriores. A una distancia de unos diez kilómetros de la playa, en dirección suroeste y sobre el horizonte, apareció como una nube oscura de forma cilíndrica claramente definida, contrastando con la clari—dad de la noche estrellada. El mar debajo de la "nube" se empezó a iluminar inexplicablemente, saliendo luces ascendentes que se introducían en el extraño cilindro que bien podía ser una nave nodriza o madre, como se les suele llamar. De pronto, el cielo se fue cubriendo con neblina muy baja, quedando el casi centenar de asistentes sumidos en una total oscuridad.
Habíamos recibido la indicación a través de los mensajes recepcionados en el lugar; debíamos disponer que algunos miembros presentes que no hubiesen recibido los cristales de Cesio (Pirámides cristalinas que son materializados sobre las palmas de ambas manos, siempre con la cercanía de una nave Extraterrestre, y que son incorporados al cuerpo a través del pecho activando facultades psíquicas), las recibiesen en aquella ocasión. Los Cristales de Cesio han sido considerados siempre dentro de los Grupos Rama, una iniciación cuya finalidad es la de activar la conciencia que busca ser despertada en el individuo hacia compromisos mayores.
En medio de aquella penumbra en la que nos hallábamos expectantes, apareció una intensa luz azul brillante, proyectada por entre las nubes a manera de un cono, envolviendo a la decena de personas que habíamos seleccionado para la recepción debido a que habían asumido correctamente su preparación con una dieta y ayuno de limpieza orgánica. Entre los participantes seleccionados se hallaba Isabel Casanova de Medina, una joven señora embarazada que recibió los Cristales previa consulta mediante una comunicación a los Guías, confirmándose que la experiencia no la perjudicaría.
Era impresionante observar cómo en medio de la oscuridad de aquella noche, y sólo interrumpidos por el romper constante de las olas del mar, todos los congregados allí —en un ambiente de mucha energía y espiritualidad— éramos testigos de aquella iniciación. Se podía ver a simple vista cómo en las palmas de las manos de quienes estaban en círculos, dándose las espaldas, esto es de cara a todo el resto que los rodeábamos, empezaba a aparecer como un polvo brillante o escarcha que caía. A conti—nuación se formaba en las manos con un copo de helado blanquísimo, siguiendo luego el moldeado de una estructura sutil azulada, erigiéndose hasta manifestarse como una pirámide de base cuadrada de energía. Las sensaciones que acompañaban esta captación van desde un peso creciente en las palmas; frío y calor, con quemazón como la que produce el hielo seco. Los cristales se pueden recepcionar tanto en local cerrado como en una salida al campo, donde es más usual; incluso hasta en sueños ha habido personas que los han recibido.
No necesariamente se requiere que una persona esté en el grupo Rama o forme parte de él para recibirlos; son muchos los casos de quienes han vivido sensaciones similares a las nuestras, y sin saber finalmente qué les ocurrió.
Una vez integrados los Cristales se percibe un gran calor en el pecho que puede ser permanente o incentivarse, dependiendo de la situación. También ocurre que en determinadas ocasiones se siente como si se tuviese algo atravesado a la altura del esternón y ello podría preocupar a alguien; pero no hay que temer, es algo normal y significa que aquellos cristales están activados.
La activación de Cristales consiste en ejercitarse canalizando energías a través de nuestro pecho, mediante la concentración de nuestra mente; tomando conciencia de que los cristales — que forman una estrella integrada de seis puntas en cuarta dimensión en nuestros vehículos internos—,puede servir para apoyar la transmutación de nuestra actual condición y permitir así una real alquimia interna en los tres planos, en una época en que se han acelerado los acontecimientos para un gran cambio planetario.
Quien tenga estimulada la clarividencia —ésta facultad síquica, comúnmente conocida como: "Tercer Ojo". Que consiste en la acción estimulante de las energías sobre las glándulas Pituitaria y Pineal; podrá visualizar en el pecho de la persona que ha recibido la iniciación, unos destellos de luz y hasta la imagen de la estrella con variaciones de color, de acuerdo al grado de compenetración con el Plan Cósmico y el rol personal a asumir en el programa superior a desarrollar al lado de las fuerzas positivas. Así los Cristales podrían verse transparentes, azules o dorados.
Lejos de una alucinación colectiva o la búsqueda del auto—engaño y la fantasía, las experiencias de recepciones se han ido confirmando una y otra vez; aunque no podemos negar que la vehemencia de quienes no han trabajado internamente, ha lleva—do a muchos a asistir a seudo—recepciones, donde las vivencias son muy cuestionables, ya sea por la falta de preparación previa, de una actitud adecuada o de mensajes confirmados que las avalen. Al término de la recepción de Cristales se procedió a seleccionar a quienes les correspondería aquella noche fran—quear los umbrales del espacio—tiempo conocidos por nosotros como "Los Xendras" (Puertas Dimensiónales). Estas experien—cias como recordaremos (fueron detalladas en el libro: "Los Guías Extraterrestres y la Misión Rama", pueden permitir viven—cias a un nivel físico, mental o astral dependiendo de la prepara—ción y de la clase que sea porque hay varios tipos de Xendras. Y como en el caso de la experiencia de los Cristales, las puertas abiertas hacia otra dimensión pueden ser traspuestas tanto en el campo como dentro de un local cerrado o casa particular; adquiriendo diversas formas que van desde una media luna dorada, hasta una nubosidad azulosa brillante.
La presencia de estas manifestaciones para—normales obede—ce a la estrecha relación de los Extraterrestres con la humanidad, en la que estos seres procuran facilitar una formación especial a aquellos que pueden servir de puente útil y constructivo para con sus congéneres, creando las condiciones para una conexión a niveles cada vez más profundos con otros planos y dimensiones donde, se procure una ayuda a la presente humanidad. Para que se manifiesten los umbrales interdimensionales debe previamente haberse registrado en la zona la presencia de naves que hayan ido cargando de energía el lugar, la casa o también por la concen—tración de energías efectuada por el trabajo continuo de un grupo de personas en el lugar. Siempre influirán las condiciones ambientales y la composición geológica y magnética del lugar.
Una experiencia Xendra podría proyectar a una persona a una nave o a algún planeta de nuestro sistema solar, promoviendo facultades internas, del ser como la bislocación o don de ubicui—dad. Esta experiencia de acuerdo a la intensidad y preparación, podrá ser repetida varias veces, tantas como sea necesario para el progreso del individuo; además nunca habrá dos experiencias exactamente iguales.
Sobre una colina baja que se erguía cerca del sitio del campamento, en una amplia extensión de arena y tierra, cerca de la playa, se materializó la estructura brillante del Xendra. Las primeras personas llamadas a atravesarlo fueron Carlos Chykam y su esposa Jesús. Ambos muy bien predispuestos, ingresaron en la luz desapareciendo instantemente a la vista de los que allí nos encontrábamos.
Mientras les veía caminar hasta que sus pasos se perdieron en el interior del umbral, meditaba el camino de llegada a Rama de mucha gente igualmente comprometida con ellos; y valoraba la importancia de un movimiento que nos ha permitido descubrir tanta gente que está vibrando en el amor y con la que se está estableciendo una comunidad mental de afinidad y sintonía. Esta joven pareja había colaborado decisivamente en la redacción y composición del libro anterior; y su experiencia de aquella noche significaba el reconocimiento a su esfuerzo por servir a la humanidad.
Cuando al cabo de quince minutos salieron nuestros amigos del Xendra, sus rostros aún a pesar de la oscuridad, resplan—decían. Había tanto gozo y emoción en sus corazones que no cabía la menor duda de que habían vívido algo muy especial, y nadie mejor que ellos podrían expresarlo. Así Carlos entusias—mado dijo:
—Al final de la luz, vimos como si fuese un pasillo y después de éste una ciudad. Pero era algo diferente a todo cuanto conocemos. Sabía que no era de la Tierra.
Las Construcciones, los jardines, ¡todo!... Era tan hermoso..., tan bello que no hay palabras para describirlo... Y yo estaba allí, me sentía en el lugar: ¡Fue físico!.Jesús, su esposa, también estaba muy contenta, coincidiendo en muchos detalles con lo vivido por Carlos, su esposo.
Se sucedieron varias personas atravesando la puerta dimen—sional aquella noche; algunos en grupos pequeños y otros compuestos hasta por siete personas, entre quienes se encontra—ban nuestros amigos españoles.
Tarde en la noche, y como un corolario de los acontecimientos vividos, todos los asistentes fuimos testigos del avistamiento relativamente cercano de una nave que salió de detrás de las Colinas y manteniendo en todo momento su baja altura, iluminó con un potente reflector hacia el suelo, alumbrando todo el campamento con una luz blanca.
Todo el grupo allí reunido quedó muy emocionado y edificado interiormente.
En lo personal, cuando en las salidas hay éste tipo de experiencia, a menos que los mensajes lo especifiquen, me abstengo de ingresar en el Xendra, por cuanto ya anteriormente he tenido el privilegio de vivirlo muy intensamente. Por ello pienso que hay que darle la oportunidad a otros. En aquella ocasión, como Marinita estaba conmigo y ambos nos sentíamos preparados y particularmente inquietos, nos dispusimos al final del trabajo de todos cuando ya era avanzada la madrugada, a ingresar a aquella solitaria pared de energía azul, que una vez en su interior podía verse formando un círculo que se extendía en un radio de siete metros. Sobre el lugar había un gran resplandor que crecía en intensidad a manera de pulsaciones. Nos cogimos de las manos, transmitiéndonos todo el amor que nos tenemos como queriendo ayudarnos mutuamente a estar lo más concientemente posible, y nuestros pasos se unieron al atravesar el umbral, pasando hacía el interior de la puerta dimensional. Inmediatamente un vértigo profundo acompañado de mareos nos sobrecogió, teniendo que soltarnos... Quedamos parados uno frente al otro con los ojos cerrados por la brillantez que allí dentro aumentaba. Me encontré pronto al final de un amplio pasillo con paredes como de cristal, una decoración compuesta por planos geométricos muy variados y una coloración azul oscuro y violeta. Frente a mí se formó una puerta, de cuyo interior salió un ser alto con una especie de túnica blanca, quién me llamaba a acercarme cada vez más hacia él. Su apariencia me era familiar, pero inmediatamente como un abismo de Cristales que se tornaban cada vez más oscuros me impedían acercarme. En aquel momento no comprendía el sentido de la experiencia ni reconocí la identidad de quien me había salido al paso... Tiempo después lo llegaría a saber.
Marinita me narró al salir de la luz y del Xendra que le resultaba difícil de expresar en palabras todas las emociones y sensaciones que había experimentado, pero que todo ello la había fortalecido para seguir adelante. Ella me dijo entonces:
—Ahora se más que nunca, que debo apoyarte pase lo que pase...
Durante la salida y después en las siguientes semanas, procuré evitar que llegaran hasta mi mente otros pensamientos y mensajes
que no fueran los estrictamente referentes al trabajo del momento. En otras palabras, me bloquee para no captar lo relativo a la posible invitación pendiente de los guías para viajar, pues seguía sin superar los temores que me embargaban al respecto.
Siendo el mes de Enero la fecha en que se recuerdan las primeras comunicaciones recibidas en el año de 1974, se celebra cada año una actividad de gran magnitud que procura integrar todos los grupos. Aquel año 1986, los grupo de Rama Lima dispusieron la realización de la primera convención de Misión Rama a efectuarse en la zona de Chaclacayo, localidad atravesada por la carretera central con penetración al interior del País, en las faldas mismas de la Cordillera de los Andes.
La organización del evento fue excelente gracias a la entrega por entero de los hermanos de Lima, los cuales crearon las condiciones para que el certamen se viviera a diversos planos y niveles, lográndose una gran integración y compenetración con el mensaje. El lugar fue facilitado por Electrolima gracias a los buenos oficios de Pedro Santos, hermano comprometido en el servicio desinteresado por los demás integrantes. El lugar se adecuó perfectamente a los trabajos a realizarse con las casi trescientas personas asistentes, entre quienes se encontraban personas venidas de Estados Unidos, España y Chile. Misión Rama de todo el Perú también se hizo presente a través de numerosas delegaciones, cuyos representantes trajeron intere—santes planteamientos y novedosos programas de acción para difundir el mensaje, e integrar la misión a nivel mundial. No faltaron relatos de experiencias vividas en el seno de los grupos y diferentes lugares, lo cual fue seguido con mucha atención por todos los allí reunidos.
El grado de compenetración alcanzado en la convención, permitió el que se recibieran iniciaciones tal como estaba previs—to según comunicaciones anteriores. Pero con los nombres cósmicos lamentablemente se produjeron confusiones a la hora de su recepción, debido al alto número de participantes que llevó a exponer innecesariamente la seriedad del trabajo. Quienes funcionamos de antenas en aquella ocasión no contamos con la colaboración de los asistentes, perjudicando éstos el esfuerzo por precisar las captaciones. Debo reconocer que nos faltó imponer el orden reduciendo la participación a un mínimo manejable, lo que habría exigido de nosotros seleccionar y limitar para bien de todos.
Al cabo de unas horas, todo volvió a adquirir un desarrollo y ritmo normal, pues colectivamente se aceptó y asumió el error de generalizar experiencias tan íntimas.
El tiempo y los errores nos enseñan a entender que lo que fácilmente se obtiene, difícilmente se valora; en lo relativo a las iniciaciones, éstas deben procurarse después de cierto camino recorrido en esta existencia y en anteriores; pero sólo cuando podamos hacer buen uso de lo que recibimos.
La iniciación supone una expansión de conciencia, y ello trae como consecuencia un compromiso mayor. Por ello en vez de exigir experiencias, ó luchar por ellas, hay que procurar prepa—rarse para sacar el mejor provecho de los acontecimientos que conforman nuestra actual existencia, así sean grandes o peque—ños, lo importante es que aporten una enseñanza valiosa para nuestra madurez personal.
Durante la convención se dispuso de un lugar para efectuar una salida de campo, fue una colina de origen aluviónico, en la parte superior de un complejo de terrazas edificadas para la protección del Centro de Esparcimiento de Electrolima, de la posible erosión fluvial.
En la noche, cuando los grupos se hallaban meditando se llegaron a manifestar en la colina los domos de luz o Xendras, de cuyo interior incluso llegaron a asomar las siluetas perfectamen—te definidas de los Guías Extraterrestres, qué fueron vistos por una gran mayoría entre los asistentes.
En la parte más baja del Centro de Esparcimiento se realiza—ban durante las mañanas prácticas de Yoga y deporte; en la zona media eran los alojamientos y en la parte más alta estaban los lugares de trabajo de las comisiones de estudio en las que habían sido divididos los asistentes.
Durante la Convención se tocaron muchos temas de interés grupa¡ en lo relativo a organización; uno fue planteado por el hermano de Lima quien fuera iniciado en provincias, y que es conocido de todos por su generosidad y definición espiritual, el hermano Lucho Bemedo. Él planteó la necesidad de una direc—ción única de la misión a cargo de alguien representativo, y que pudiera dedicarse de tiempo completo a ordenarla, dirigirla y según él fuese como un misionero del mensaje.
Fue bochornoso para mí, cuando todas las miradas apuntaron hacia mi persona. Siguiendo en su exposición, Lucho hizo un llamamiento a todos aquellos que se sentían comprometidos y conscientes de la importancia trascendental de nuestro movi—miento, para apoyar dicha moción. Propuso entonces que la persona seleccionada se dedicara de tiempo completo y por entero a la Misión y a su familia, como ejemplo para todos de unidad; despreocupándose del aspecto económico, que sería cubierto con un fondo internacional de apoyo a la difusión. Y sería reunido y suministrado con suma discreción, siendo admi—nistrado y colectado entre los más definidos, guardando en secreto los nombres de los participantes que aportarían.
¡Y propongo... dijo en voz alta Lucho a nuestro hermano Sixto!
Los comentarios favorables y los aplausos se generalizaron, armándose un gran alboroto, mientras yo me hallaba hundido en el asiento.
El pedido a que renunciara a mi trabajo material y el que recibiese un aporte económico de los grupos, por la difusión de algo que hasta ese entonces había hecho gratuitamente, me supo muy mal y me avergonzó; obligándome a hablar en contra de dicha idea, argumentando la necesidad del mejor ejemplo en mi trabajo material y entrega con limitaciones y privaciones. Hasta aquel instante las vacaciones del trabajo se diluían en viajes al extranjero y provincias, incluso muchos fines de semana y otros que coincidían con días festivos eran aprovechados en maratónicos viajes sin descanso. El trabajo del Banco no bajada de 12 a 14 horas diarias y ello iba limitando cada vez mi participación en los grupos. Quise por ello ceder la oportunidad a que fuese otro hermano o hermana la que con mayor disponibilidad de tiempo y mayor capacidad, se acogiera a dicho patrocinio; pero incluso los extranjeros asistentes, insistieron en la necesidad de que debía ser yo. Ello me angustió, agradeciéndoles su consideración pero preferí rechazar la oferta.
En Febrero haciendo uso de quince días de mis vacaciones anuales viajé a la República Dominicana y a los Estados Unidos, coincidiendo mi actividad Rama con una serie de sueños que se iban repitiendo como queriendo armar un rompecabezas, pues todos ellos estaban muy ligados entre sí a pesar de su naturaleza simbólica. Las experiencias oníricas fueron tan intensas que tuve que hacer un alto en mis habituales meditaciones para reflexionar sobre las mismas y su significado.
La mayoría de mis sueños en aquella época empezaban con una clara conciencia y sensación inicial de mareo, luego un intenso sonido como un pito en los oídos y una fuerte vibración corporal que hacia temblar la cama. Cuando menos lo pensaba se producía la separación de mi cuerpo físico, desdoblándose el astral, acompañado de un extraño calor que invadía todo mi ser; a esto le seguía una brisa que me arrastraba sintiendo claramente, la sensación de movimiento. Algunas veces podía observar mi cuerpo mientras flotaba a la altura del techo. Hacía ya buen tiempo que había perdido el temor a verme a mí mismo acostado en la cama.
El recordar los sueños es parte de un proceso de entrenamien—to en que lo importante es poseer una actitud positiva, la cual parte de saber que existe el plano astral como una realidad paralela a la vida diaria y el poner en práctica conocimientos de los que sí es posible guardar conciencia previa, durante y posteriormente al desdoblamiento, si entrenamos la voluntad a través de la disciplina. El esfuerzo que debemos aplicar no es tan grande como pensamos, porque cada noche nos desdoblamos; lo que se requiere es constancia en nuestros pequeños esfuerzos.
Para recordar los sueños podemos recurrir a las siguientes reglas genérales:
1—No acostarse demasiado cansado, pues el déficit de sueño produce el olvido del contenido de los sueños.
2 —Hacer alguna práctica de meditación u oración antes de dormir.
3 —Acostarse temprano.
4 —Evitar la televisión y lecturas hasta altas horas de la noche que alimentan nuestro subconsciente con imágenes que distor—sionan el recuerdo del sueño.
5 `Irse a dormir por lo menos una hora después de haber ingerido alimentos que puedan caer pesados en la noche.
6 —No ingerir alimentos que puedan caer pesados en la noche.
7 —Dormir con ropa suelta evitando lo apretado.
8 —No temer al desdoblamiento por más que la sensación de mareo que lo acompañe pueda ser desagradable.
9 —Dejar siempre a mano sobre la mesa de ¡noche, un lápiz y papel para anotar inmediatamente lo que recordemos al desper—tar.
Para recordar los sueños podemos recurrir al conocido ejerci—cio que requiere estirarse en la cama, boca—arriba. Los brazos se colocan a los lados flexionándolos, las manos con los dedos sobre el pecho, a la altura del plexo solar, ligeramente por encima del ombligo. Talones juntos. Durante cinco respira—ciones profundas tomadas por la nariz, retenemos el aire en nuestros pulmones lo más que podamos sin forzarnos demasia—do, y luego exhalamos por la nariz; mientras uno va repitiendo mentalmente cinco veces también programaciones, como podría ser' "Voy a dormir profundamente y quiero recordar mis sueños y voy a recordar mis sueños... Sabré que estoy dormido..... Y seré asistido por seres de luz."
Al cabo de las programaciones, podemos abandonar la posi—ción y acomodarnos según sea nuestra costumbre, siendo reco—mendable procurar dormir al lado derecho, para evitar la opresión sobre el corazón y así facilitar la salida ya sea por la cabeza, por los lados, el pecho, los pies o por la espalda. La regla importante siempre será en todo lo que hagamos en la vida, el creer positivamente que conseguiremos el resultado que buscamos.
Sabemos que todos los sueños son viajes astrales, pero no todos los viajes astrales son sueños. Se pueden tener desdoblamientos sin necesidad de estar dormidos, por ejemplo: en una relajación, concentración o meditación. En los sueños hay que distinguir entre lo que no llega a ser más que un afloramiento de la imaginación (del subconsciente), o las verda—deras experiencias en otra dimensión y plano de la existencia; recuerdos de vidas anteriores, mensajes simbólicos del incons—ciente (real ser o maestro interno) y hasta sueños premonitorios (visiones del futuro).
El propósito de recordar los sueños y estar consciente durante los mismos justifica el hecho de querer conocer otros planos y dimensiones. El astral es una dimensión mucho más sutil en dónde la persona puede acelerar los procesos de aprendizaje y recuerdo, clave del retorno a su origen y puede a su vez tomar conocimiento de su rol en a creación, así como de su propia misión personal.
Desde que me inicié en Rama he tenido una creciente facili—dad para salirme del cuerpo por los lados o por la cabeza. Pero durante Febrero vi aumentar de una manera poco usual mis sueños conscientes cumpliéndose aquel mensaje de los guías que decía: "No descuidaremos ni vuestros sueños para haceros llegar la preparación".
Siendo el astral un vehículo sutil, no está sujeto a las leyes de la física, por lo que se puede volar, atravesar una pared, trasladarme grandes distancias y a velocidades increíbles sin sufrir ningún riesgo; es la fuerza de la convicción y el poder mental despertado al servicio del desarrollo del espíritu. La diferencia entre una persona común y quién practica estas cosas, es el velo de la ignorancia. Pero la idea no es gastar energías por gusto, sino tener un derrotero constructivo y trascendente, que permita aprovechar nuestra vida cuando nos encontramos durmiendo; lo cual contando las horas constituye más de la tercera parte de nuestra vida.
Tomar conciencia en el astral es el primer paso a mantener conciencia en otros planos y dimensiones de nuestra existencia, no menos reales que la vida cotidiana, a la que precisamente en oriente se la considera la "real ilusión" (Maya).
Muchas veces cuando me hallaba parado al pie de la cama, al girar veía mi cuerpo allí atrás, tendido y cubierto bajo sábanas, comprendía entonces el por qué, tanta gente huye del sueño debido a su similitud con la muerte. Existe pues un "síndrome de la muerte", que lleva a que muchas personas traten de extender el día, al máximo, llegando hasta altas horas de la noche y de la madrugada; agotándose y hasta procurando enlazar un día con el otro para no tener que acostarse, por el temor y recuerdo grabado en el inconsciente a no levantarse jamás. Muy por el contrario, hay quienes temerosos de la vida cotidiana desilusionados en ella, buscan refugio en el_ sueño como escape_
Nosotros vivimos no sólo en una dimensión. Somos seres pluridimensionales; pero nuestra conciencia no está desarrolla—da.
Esta limitación artificial se da por desconocimiento, y contribuye a que no vivamos todo el tiempo dándonos cuenta de nuestra real existencia, y que más sea el tiempo que transcurri—mos en una rutina mecanicista de autómatas.
¿Cuántas veces nos ha ocurrido que no recordamos si aquel día comimos o desayunamos? olvidamos cual fue el menú; lo que teníamos que hacer ó cómo fue que llegamos al trabajo, pues enrejamos automáticamente el coche. Un día salimos a la puerta de nuestra casa y descubrimos por primera vez, que allí enfrente había un árbol del cual nunca antes nos habíamos Percatado. ¿De cuántas cosas no nos enteramos no sólo en éste mundo, sino también de otros?.
Se dieron muchas ocasiones en que soñaba y sabia que estaba soñando, me veía dormido. Esto la mayoría de las veces refleja el recuerdo de un sueño en el propio sueño.
En una de las múltiples salidas conscientes durante la—medi—tación, me vi llegando a Morlen (La luna de Júpiter, llamada Ganímedes), y descendiendo en uno de los centros superiores de instrucción, que tenía una forma de media luna, cerca de grandes parques y de los observatorios de la ciudad Cristal, metrópoli que congrega a las más altas autoridades de la colonia de Orión ubicada en el lugar. El ambiente era como el aula de una universidad sólo que semicircular con asientos en terrazas a diferentes niveles. Los colores del lugar lucían intensos y brillantes. Había otras personas como yo, y de pronto ingresó a la habitación un ser alto y bello, de contextura robusta al lado de otro de apariencia femenina; ambos se dirigieron al colectivo allí reunido. No me demoré en hacerme al ambiente, sintiéndome tan a gusto y natural, que me parecía como si siempre hubiese estado, y que cada noche durante cierto tiempo tendría volver allí, para recibir un conocimiento que después habría de trasmitir.
Me impresionó particularmente escuchar al ser que hablaba, cuando citó algo que ya conocía en comunicaciones recibidas telepáticamente a lo largo de la misión, y que decía: "El sueño es una prolongación de la vida material y un puente para ,empezar a ascender a otros planos y dimensiones ". ..Pero lo que más me llamó la atención fue que en una de tantas sesiones, pero en sueños, el guía Sordaz como instructor de aquella reunión se permitió comentar una comunicación debido a la consulta que formuló uno de los participantes. Sordaz entonces repitió el fragmento conocido: "Antes de nacer a ésta última encarnación vivisteis en los planetas de la confederación“.
— Cuando la persona muere comentó el guía, se desprende de su cuerpo, el cual queda como un cascarón vacío. Se interrumpe el fluido de energías hacia el vehículo material, quebrándose el nexo de luz que lo constituye el cordón de plata que es un apéndice a manera de cordón umbilical que une al cuerpo físico con el astral, interrumpiéndose la conexión con los otros cinco cuerpos restantes: el mental inferior, el mental superior, el Alma, el Espíritu y el cuerpo Esencial. Cada uno viene actuando como el envase del otro; así el físico guarda al astral, éste al mental inferior, etc.
Al poco tiempo de haber muerto el cuerpo físico, empieza también a morir el astral y luego el mental inferior; los tres constituyen el Ego inferior, quedando al final de éste proceso, el mental superior y lo otros tres que le siguen.
Cada vida supone un proceso de aprendizaje del Yo superior a través del ego inferior éste Yo Superior ó Ego Superior (llamado también: Maestro interno ó Real Ser) está constituido por tres cuerpos, que son: el Mental Superior, el Alma y el Espíritu. En cada encarnación el ser acumula una gran cantidad de información vía experiencias, las cuales quedan grabadas dentro de él, y le acompañaran permanentemente.
La persona difícilmente se haya conciente de lo que fue en anteriores existencias simplemente porque no podría vivir dos vidas a la vez. El recuerdo afectaría su actual proceso condu—ciéndolo a estados de esquizofrenia como le llaman ustedes en la tierra. '
El Hombre en el proceso de la reencarnación olvida quien es, de dónde viene y hacia dónde va; pudiendo recordarlo como parte de su proceso de desarrollo evolutivo y de madurez, cuando ya esos recuerdos no le afecten, sino le proporcionen una información útil. Esto es lo que llamaríamos: "La gran Aventura Humana"...
¡Hay —que ser bienaventurado, bien—aventurado!... ¡Bien arriesgado!, para caminar este camino comenté yo en voz alta.
—¡Ciertamente! — Contestó el guía de más de dos metros de altura, —de blanca cabellera de corte medieval y bellos ojos almendrados— El hombre es como un actor de una obra teatral...
—Como en el "Gran Teatro del Mundo" de Calderón de la Barca— pensé en silencio.
—Una gran obra teatral en la que todos son actores, y la vida es una nueva actuación con su propio guión, vestuario, maquillaje y escenografía, que la constituyen sus relaciones, forma y apariencia que forman un nuevo carácter y personalidad. Cuan—do la obra termina, el actor se quita el maquillaje, cuelga su vestuario y se olvida del guión dejando de ser el protagonista, que ha dejado atrás el papel asignado por la necesidad de la experiencia; volviendo a ser la persona que evalúa su propia actuación hasta una próxima oportunidad... A una obra le sigue otra:
En el momento en que se fecunda un óvulo, queda enganchado en esa chispa eléctrica un espíritu, el cual a través del Mental Superior, empieza a vaciar sobre el proyecto físico, el arquetipo o modelo diseñado idealmente en base a las necesidades Kármicas.
—¿Por qué siempre arrastrar un castigo o una suma de errores de vidas anteriores? — Preguntó uno de los asistentes a la reunión. —¿Es eso el pecado original? —Se apresuró a cuestionar una mujer de apariencia Sudamericana.
—Les diré que la Ley de Causa Efecto que Ustedes conocen como Karma ó la Ley del Talión según la Biblia, no significa necesariamente castigo; es más bien "Experiencia". Cuando una vivencia no ha sido completada o vivenciada explotándosele al máximo, .. hay que repetirla.
Muchas son las cosas que van quedando pendientes en el camino, y muchas más, las experiencias que aún les faltan vivir. Erróneamente creen que siempre que les toca una desgracia, enfermedad o sufrimiento es porque en una vida anterior algo hicieron mal; pero esto no es necesariamente cierto. Habrá veces que ocurrirán situaciones duras y difíciles, que son parte necesaria e indispensable para que desarrollen madurez, y lle—guen a poseer una conciencia universalista, por cuanto han vivido en todas las razas, pueblos y lugares. Han tenido los diferentes sexos en diversos momentos, para que con ellos sean más respetuosos, comprensivos y amplios, así como vivan el amor mediante la solidaridad con el prójimo y para con la vida.
El pecado original no existe como tal, más bien lo original del pecado' es que éste se— inicia en el proceso del aprendizaje, como errores asumidos dentro de los riesgos de las existencias; que deberán superarlos — eso está claro, — pero ello no constituye de manera alguna una desgracia, aclaró el Guía.
Se ha hablado mucho de que los seres humanos somos imperfectos... —Apuntó alguno de los presentes bastante con—fundido.
—¡No!... —Dijo el Guía con una tranquilidad imperturbable, mientras abandonaba su ubicación en la parte frontal del Salón, y empezaba a recorrer los asientos donde nos hallábamos como público. — ¡No, no son imperfectos... son seres perfectos como tales. Tomen como ejemplo la semilla. Ella, no es imperfecta por no ser un árbol. como semilla es perfecta y potencialmente un árbol.
La perfección no es un grado, es un estado de equilibrio difícil de conservarse y mantenerse en un universo dinámico como es el nuestro, donde hay que buscar adaptarse a cada nuevo estado. Hay perfección en cada cosa en el momento en que se es, lo que se es, siempre y cuando haya armonía y en los seres pensantes, la mínima conciencia del servicio que constituye la creación de nuestra existencia en aquella ubicación transitoria.
Nada hay imperfecto, todo es perfecto y potenciable en éste universo de formas...
—Nos han dicho que vivimos en otros planetas antes de nacer en ésta última encarnación....¿ Qué significa esto, nos lo pueden explicar? —Preguntó ansioso alguien inquieto por saber la respuesta.—
Vivieron con nosotros... Eso ya está dicho„, Pero el asunto es cómo y en que dimensión vivieron allí.
Hay en la actualidad muchos espíritus con potencial de cambio que están siendo enviados a vuestro mundo para apro—vechar la oportunidad del trampolín de la evolución que la Tierra ofrece. Ellos vienen de planetas como la Tierra y pueden hacerse de un cuerpo físico de acuerdo a su nivel. El caso de ustedes es diferente, durante los meses de embarazo que los contuvo, cuando aún no habían nacido a la actual encarnación, aprove—chando de aquella clave numérica qué constituye el número nueve número del nacimiento del ser y de la integración que lo equilibra en sus tres planos, y como el tiempo no corresponde a un nivel de cuarta dimensión; no habiendo simultaneidad en ese espacio—tiempo: estuvieron con nosotros lo que correspondería a algunos años.
Pero no físicamente, sino al nivel de sus vehículos sutiles, en los planetas de la Confederación preparándose.
Como en muchos casos no supe cuándo el sueño terminó. Ya era de mañana y la luz del Sol violentaba la ventana de la casa en la que estaba alojado en la Isla Caribeña de República Dominicana.
En las conferencias que estuve dando por aquellos días, traté de sintetizar las experiencias e información recibida, por considerarlas gravitantes para entender el programa de contacto y para ello citaba el ejemplo siguiente "El hombre es como un globo de aire caliente inflado, que posee siete bolsas de arena que son su lastre. Para elevarse cada vez más, deberá estar dispuesto a desprenderse de cada una de las bolsas que lo atan al mundo denso; pero deberá siempre conservar la última, pues es la que le permitirá descender a voluntad cuando lo considere necesario y oportuno".
El tema me resultó cada vez más claro en la medida en que iba dejando que aflorasen los conocimientos en mí sembrados durante tantas e interminables noches, que procuraban aparte de prepararme, darme el valor para seguir adelante. Percibía en mi que como en muchos se establece una especie de válvula que libera información cada vez que es presionada correctamente de acuerdo a las condiciones y circunstancias. El peligro que también se presenta, es que el antena fuerce las cosas y no deje que fluya el contacto, sino que empiece a adornar y colocar infor—mación propia, que contamina y distorsiona la real experiencia. Un contactado es aquel que deja pasar como un conducto la información; cuando éste se cierra u obstruye, si no puede ser limpiado es desechado. Nadie es imprescindible en la canaliza—ción de mensajes y ello hay que reconocerlo siempre.
En Santo Domingo me reuní con los grupos, manifestándome su apoyo total en la labor desplegada, pidiéndome que aceptara de tiempo completo las propuestas de entrega a la misión como misionero. Esto me volvió a contrariar, rechazando la propuesta que se me planteaba con insistencia. Cual no sería mi sorpresa cuando llegué a Nueva York, y los hermanos de esa ciudad y Nueva Jersey habían preparado una moción idéntica.
Tenía claro que en la entrega de todos esos años al servicio del Plan Cósmico me había limitado mucho económicamente y que la situación familiar— por las condiciones mismas de crisis de mi país— exigía que tomara más en serio la responsabilidad de mi trabajo en el banco y aprovechara en ese momento las ofertas de promoción que me tentaban, aunque sabía que ello exigía de mí mayor tiempo, impidiéndome en consecuencia seguir dando lo que antes entregaba a la misión. Pensé entonces que si mi situación se iba complicando y el panorama de mi participación en Rama se oscurecía, ello podía deberse a que quizás mi labor hacia p1 exterior e interior del país había llegado a su fin, y habría, que aceptarlo así.
La presencia de los Guías en proyecciones y la aparición de sus naves seguía multiplicándose en cada lugar. Y si bien en Rama se había buscado siempre evitar las dependencias, los grupos solicitaban insistentemente que alguien los orientara y asesorara en comprender el proceso que estaban viviendo. Por esto, las llamadas y cartas a la casa con pedidos para visitas y conferencias se incrementaban cada día.
De retorno al Perú seguí por un tiempo combinando el trabajo material con la visita a los grupos, cayendo en etapas de cansancio excesivo y peligroso stress; regresando siempre tarde a casa, con muy poco tiempo para descansar y compartir con mi familia. En esta etapa empezaron a ocurrir cosas que cambia—rían definitivamente mi vida y mis relaciones materiales con la misión y el mundo.
Un sueño nuevamente anticipó los acontecimientos. Marinita se despertó inquieta incorporándose rápidamente en la cama haciéndome tomar conciencia de la situación bruscamente...
Ella, muy nerviosa, me hizo reaccionar para que mirase hacia el pie de la cama; y allí, erguida delante de nosotros, aparecía la silueta oscura y tenebrosa de alguien estático, de un ser claramente definido que no hacía otra cosa que observarnos.
Al igual que Marinita, e primera impresión me asusté; pero en la medida que pasaban los segundos, recuperé el control de mi mismo, abrazándola fuertemente para que se tranquilizara pues se hallaba temblando. Nos pusimos a orar entonces enviándole amor y paz a dicha entidad desconocida.
Al cabo de un rato la figura fue desmaterializándose y otra entró en escena, mucho más grande y brillante. Marinita agota—da por el cansancio de la noche, se había vuelto a dormir entre mis brazos.
Aquella otra presencia había desplazado a la anterior. Sus contornos irradiaban destellos dorados y todo él, lucía azul hermoso, inmediatamente se produjo un mensaje procedente de la proyección del ser hacia mi mente que decía:
“ La importancia de la labor y capacidad de alguien se mide la mayoría de las veces, por la oposición que enfrenta... Pero no estáis solos”.
La luminosidad se esparció por toda la habitación y yo también caí sumido en un profundo sueño. Muy temprano por la mañana nos despertamos recordando ambos de una manera vívida la primera aparición, más no la segunda. Marinita me contó que antes de que la entidad oscura se pusiera al pié de la cama, ella la había sentido a su lado como queriendo extraerle algo de su pecho. La sensación de acechanza me dijo, fue sumamente desagradable, haciéndola reaccionar e intentar entonces despertarme.
Marinita me aseguraría luego que ella sintió que aquella figura era de alguien "desencarnado" (persona fallecida y sin cuerpo físico) atrapado en nuestra dimensión a niveles astrales y mentales, que habría querido sustraerle energía, parte de su vida ó algo así. Reflexionando sobre ello, pensé que como Marinita tenía los cristales integrados a su pecho desde hacia varios años, pudiese ser que hubiese un cierto interés en quitárselos ó tam—bién, que por ser ella un ser bastante evolucionado, podría estar queriendo usar su cuerpo como envase apetecible. Pero todo ello me parecía muy extraño.
En los días siguientes me vendría el recuerdo completo de lo vívido aquella noche, así como habrían de ocurrir muchos otros sucesos vinculados. Por ejemplo: durante un fin de semana me hallaba en casa trabajando en la redacción de un inventario de materiales de la misión. Mientras tanto Marinita había salido con las niñas a un parque de diversiones instalado cerca del edificio. Ya estaban de regreso, cuando pudieron observar a la distancia por la ventana, que me encontraba rodeado de unas ocho perso—nas de blanco... Las tres tuvieron la misma impresión, e incluso comentaban con cierta tristeza el que siguiese ocupado ahora atendiendo gente.
Marinita no había llevado llaves en esa ocasión, tocó el timbre y al salir a abrirles me preguntó con quiénes estaba. Se sorprendió mucho cuando le contesté que con nadie, molestán—dose por mi negación ante lo evidente. Habían sido ellas tres, testigos a la distancia, por largo rato, de la reunión en torno a la mesa del comedor, que podía verse desde la calle durante el atardecer. Ellas entraron inmediatamente pensando que jugaba, percatándose de que realmente no había nadie.
Marinita se puso pálida de la impresión y las niñas no lo podían creer. Ciertamente era extraño verse de pronto rodeado y envuelto en la actuación de muchas entidades que deambulaban alrededor de nosotros sin que pudiésemos controlarlo, ni compren—der su razón y motivo.
Teniendo el vínculo de los mensajes, cada vez que podíamos, aprovechamos para insertar consultas, pidiendo la interpretación de los hechos; pero la respuesta en muchas ocasiones era demasiado escueta ó ambigua: "Hay muchas más cosas en vuestro mundo y en vuestra vida de las que podéis comprender aún sin la debida información previa. Ustedes son la humanidad en éste instante, la encrucijada de las expectativas cósmicas... No saben ni lo que son, ni lo que podrían ser.
La única ventaja que aún mantiene las fuerzas negativas sobre ustedes es que mientras ellas conocen sus limitaciones, ustedes, aún no conocen ni siguiera sus posibilidades. Y no saben más porque aún no se han comprometido lo suficiente con su cambio. Cambio es madurez.
Están siendo acechados, porque se está queriendo impedir que se produzca una definición en sus vidas. Antes eran unos más en la masa dormida de los inconscientes; pero ahora son algo diferente y peligroso porque su esfuerzo creciente ha iniciado un proceso de interiorización que empieza a despertar conciencias, enfrentándose al caos impuesto en el mundo. Ahora están activando reacciones violentas que los enfrentan, quedándoles sólo la alternativa de que se comprometan más, para que se recupere en ustedes el conocimiento, surja la comprensión, que no es gratuita, viene como parte del caminar.... como subir una colina, sólo cuando se ha llegado a la cima es que se puede abarcar el amplio horizonte; para ello hay que esforzarse en ascender y ser humildes, tener paciencia y saber esperar al momento... Requiere sentir y dejar actuar la fe en el Plan”
CAPITULO II
UNA ABDUCCION ADVERTIDA
La llegada de un viajero que periódicamente visita nuestro mundo atrajo la atención del periodismo Internacional de Chile y Perú, países que serían privilegiados observadores del fenó—meno celeste que cada 76 años viene produciéndose ininterrumpidamente. Era la llegada del más famoso de los cometas: El Halley.
Un cometa está compuesto por hielo de agua hielo de metano y algo de hielo de amoníaco. En el caso de que un pedazo de cometa impactara en nuestra atmósfera, produciría una radiante gran bola de fuego, con su correspondiente ola explosiva que incendiaria todo a su paso escuchándose el estruendo a gran distancia. Pero los cometas a diferencia de los meteoros o aerolitos, no dejan cráter de impacto, pues todos sus hielos se derretirían en el ingreso, quedando muy pocas huellas e indicios Y la naturaleza de la explosión. Sólo unos pequeñísimos dia—mantes procedentes del núcleo cometario quedarían esparcidos como mudos testigos del suceso.
Los cometas se van evaporando poco a poco en la medida en que son calentados continuamente cerca del Sol, fragmentándose una y otra vez.
Desde la antigüedad se ha pensado que los cometas traían malos augurios y eran sinónimo de presagios desastrosos.
El mismo Nostradamus (Médico Francés del Siglo XVI) habla en sus profecías de que ocurrirían grandes desastres como erupciones volcánicas, terremotos, sequías e inundaciones "cuando el cometa corra"..... Los interpretes de sus cuartetas lo han relacionado con el Halley y debía manifestarse nuevamente en el año de 1986, recordando que a comienzos de este siglo se manifestó causando pánico, pues hubo quienes vieron en él, el heraldo del fin del mundo y se creyó que chocaría con nuestro planeta.
Hoy en día, aún a pesar de los grandes avances de la ciencia, es poco lo que se conoce acerca de los cometas, dando lugar a la especulación. Hay quienes afirman que los cometas son algo así como "espermatozoides cósmicos" que van fertilizando los planetas con simientes de vida, con sus caídas fragmentadas, transportando gases, hielo e incluso roca con moléculas orgánicas, como muchos de los meteoros que caen a diario. Se dice también que probablemente toda el agua que existe actualmente en nuestra atmósfera y océanos sería la contribución de algún cometa impactado.
Debido a la expectativa en torno al cometa, llegaron al Perú algunos periodistas, y entre ellos alguien muy especial.
Recientemente había sido invitado en los Estados Unidos a un programa de televisión del Canal 41 en Nueva York, que se llamaba "Nueva York Ahora", dirigido en aquel entonces por Josie Mejía, una simpática periodista Puertorriqueña.
Ella se había interesado en las informaciones del contacto de Rama, desde sus tiempos de Universidad en Chile a través del libro de Juan José Benítez. Y lo anecdótico del caso es que su tesis profesional fue basada en una ¡imaginaria entrevista al grupo Rama.
Cuando lo del Halley, Josie Mejía fue comisionada para realizar un especial a filmarse en Chile y Perú. Ya en Lima, de regreso del importante observatorio del Tololo, ella nos buscó para que la ayudáramos, orientándola en relación con los lugares de interés para su documental. Se incluiría para esto una entre—vista en el mismo Desierto de Chilca donde ocurrieron los acontecimientos del contacto extraterrestre.
Luego de recorrer las ruinas de la impresionante ciudad religiosa Inca de Pachacamac, a donde se dirigían los peregri—najes en las épocas prehispánicas, y en cuyo emplazamiento destaca la majestuosa pirámide escalonada del templo del Sol, llegamos a la zona de los contactos.
Josie junto con sus acompañantes quedaron fascinados con el desierto por su aridez y soledad, que son parte de su encanto. En el lugar se filmaron escenas del relato de los hechos tal como ocurrieron y en su precisa ubicación. Posteriormente toda esta grabación formó un capítulo del especial de diez que presentó la periodista bajo el título "Los misterios del Perú, un Eterno Desafío".
Cuatro meses más tarde, el 9 de Abril de 1986 mientras Marinita se encontraba en casa haciendo unas anotaciones en un cuaderno del Colegio de Yearim, sintió el impulso de escribir un mensaje, recepcionándolo sobre el propio cuaderno. Ella misma se sorprendió al leer el contenido de la psicografía en un momento en que su mente se encontraba completamente ajena a la idea. El mensaje decía "Dile al hermano Tell — Elam que lo esperamos el Viernes 18 de Abril a las 8:30 PM. en Santo Domingo de los Olleros, para un encuentro con nosotros. Podrán acompañarlo los esposos Santos, pero sólo si él lo desea. Con amor Oxalc.
De inmediato Marinita cogió el teléfono llamándome al trabajo para informarme de lo ocurrido. Cuando le escuché me quedé anonadado, pues a pesar de los meses transcurridos, seguía repitiéndose en mi interior aquella invitación que nunca quise traducir en un mensaje escrito. Pero de un momento a otro, todo lo percibido durante tanto tiempo venía a concretarse; pero.. no podía precipitarme, a pesar de que internamente reconocía la veracidad del contenido de la recepción. Preferí entonces tomar las cosas con cautela.
— ¡Marinita, me alegro por tí pues desde el 77 no recibías mensajes!
Le dije mostrándole mi apoyo.
—¡Gracias! — Contestó ella por teléfono — pero bien sabes que dejé de recibir comunicaciones desde hace tiempo, por temor a los mentalismos. Considero que es algo muy serio y no se puede jugar con estas cosas.
—Aló, Marinita... Sí, pero ahora tenemos que aguardar la confirmación. Esta podría darse quizás en la reunión de antenas que se realiza todas las semanas; allí podría consultar esperando que, sin advertirles a todos de qué se trata, recepcionen algo similar.
La confirmación no se hizo esperar. Días después, reunidos en el local de la Avenida Brasil, en el Distrito de Magdalena en Lima —mientras meditaban el medio centenar de personas reuni—das, seis de ellas preparadas previamente, canalizaban las respuestas mediante la psicografía. Eran las respuestas a las preguntas que se formularon al inicio de la reunión y entre las que incluí una alusión al contenido del mensaje de Marinita; pero de la manera más velada posible para que no hubiesen respuestas prefabricadas.
Y la contestación llegó, repitiéndose en la mayoría de los comunicados que la invitación era real y estaba vigente. Ahora sólo faltaba yo...
Mis pensamientos se interrumpieron nuevamente y me encontré sentado en la parte posterior del auto de los esposos Santos, cuando pasábamos cerca de la que fuera la Capital religiosa de la antigüedad, la Ciudad de Pachacamac. A la velocidad a la que marchábamos, las Colmas que ocultan las derruidas pirámides de barro y adobes iban rápidamente quedando atrás en medio de la oscuridad de la noche.
Los amigos y hermanos en misión que tan gentilmente se habían prestado para trasladarme hasta Chilca, me habían ido a buscar en su automóvil a mi casa a las 7. 00 PM, del día Viernes 18 de Abril de 1986, a fin de estar llegando a más tardar a las 8.30 PM, al lugar definitivo.
Habíamos coincidido en la puerta del departamento cuando regresaba de mi trabajo. Pude observar entonces en el pocas veces despejado cielo de Lima, un gran lucero que se desplazaba lentamente por encima de los árboles del parque que estaba al frente nuestro. Pensé de inmediato en un avión, pero algo internamente me decía que allí había algo más. Verificando mi sentir, el objeto se detuvo en el aire al instante mismo que mencioné el hecho a la pareja allí presente. Interpreté entonces que los guías me estaban haciendo recordar la importancia de aquella ocasión y el interés tan especial que tenían ellos de que se realizara el encuentro para beneficio de la Misión.
Me sentí estremecido de emoción por el apoyo manifiesto, así que con gran alegría y deprisa me cambié la ropa, preparándome rápidamente para salir.
Un beso y unas caricias fueron el más grande apoyo que me prodigó Marinita y las niñas, impresionándome sus miradas que parecían decirme en voz alta: ¡Estamos contigo!
Al cabo de un instante tomando el cuaderno de comunica—ciones donde recopilo los mensajes importantes y el libro de los símbolos (—donde extracto la simbología que acompaña las recepciones y experiencias —), me embarcaba rumbo al sur por la carretera Panamericana en el vehículo de mis acompañantes.
La intranquilidad y el temor de meses anteriores inexplicablemente habían desaparecido, cedido el paso a un estado de paz interior, con la convicción creciente de que todo se daría tal como habría sido dispuesto y bien aprovechado.
En los años transcurridos, había tenido junto con otras personas, la oportunidad de varios contactos físicos; pero en ninguno de ellos me habían invitado a ingresar al interior de una nave. Me parecía increíble ahora estar tan cerca y aún no creía encontrarme totalmente listo.
Una experiencia de contacto físico es, como lo definen los propios Guías extraterrestres...” El encuentro de viejos amigos”
Es una invitación para mayores compromisos, pero en mi caso en aquella situación — me preguntaba a mí mismo —, qué más podría ofrecer y arriesgar por el mensaje, si ya todo lo había expuesto una y otra vez.
Durante el camino, Juanita me preguntó en tres ocasiones cómo me sentía; y las tres veces extrañado por su insistencia, le contesté.... ¡bien!
Cerca de nuestro destino final después de haber pasado por los balnearios costeños de: Punta Negra y Punta Hermosa, el Silen—cio; de la noche nos embargó a todos, siendo interrumpidos por el ruido del motor en marcha.
Me hallaba abstraído mirando por las ventanillas del auto, las sombras de la noche cubriendo las colinas desérticas, cuando de repente me vi proyectado mentalmente al lugar definitivo. Me encontraba en la visión, parado al lado de unas rocas, en medio de las quebradas de Chilca cuando una luz dorada cayó sobre mí y una voz me repetía insistentemente que no tuviera temor. Me sentí elevado hasta que la luz varió, ubicándome delante de un ser cuya mirada me sobrecogió; entonces reaccioné una vez más, volviendo mi conciencia a la carretera y al auto. No me parecía haberme imaginado aquella visión; por el contrario hubiera jurado que aquello lo había vivido intensamente como si se tratara del fenómeno de bislocación, esto es, estar en dos o más sitios a la vez. Tenemos un ejemplo en la historia, del muy famoso y ampliamente conocido, Fray Martín de Porres. Este santo Peruano tenía fama de ser observado simultáneamente en varios lugares, muchas veces distantes entre sí, tal como nos lo cuenta las crónicas del Convento de Santo Domingo de Lima en el Siglo XVII.
La similitud de experiencias en el caso de un ser común y corriente como yo, no presupone de ninguna manera un grado superior de espiritualidad, debido a que el fenómeno que se estaba produciendo en mí, ocurría sin que mediase mi voluntad.
También podía pensar que lo vivido fuera una forma de precognición o anticipó de acontecimientos; o sea una visión de un futuro inmediato, visiones que en los últimos años se habían venido dando y confirmando, como cuando uno sueña que algo va a acontecer cumpliéndose al poco tiempo.
Pasando el Pueblo de Papa León XIII llegamos a las afueras de Chilca donde se encuentra el desvío hacia el este montañoso; hacia la Quebrada de Santo Domingo de los Olleros. Seguimos entonces por el polvoriento camino afirmado, que en algunos tramos no pasa de ser una simple huella que se confunde en la inmensidad del accidentado terreno. Al lado corre paralelo, el cause seco del Río Chilca, cuyas aguas hoy desaparecidas pasan a decenas de metros de profundidad, en forma subterránea.
Al pié de las quebradas se han venido incrementando las granjas avícolas y pequeñas zonas de cultivo, extrayendo el agua a través de profundos pozos perforados en las milenarias capas de arcilla, arena y conglomerados de cantos rodados.
Avanzamos en la oscuridad de aquellos parajes desolados, por la amplia quebrada que es flanqueada por altos cerros rocosos ajenos a toda vegetación, que abren en sus faldas pequeños cañones aluviónicos.
Habíamos alcanzado a avanzar una regular distancia, cuando percibí la clara sensación de una gran cantidad de energía que bajaba por mis hombros hacia mis manos a manera de chorros.
Mientras esto ocurría, se podía apreciar por encima de los resplandores y fogonazos, concentrados especialmente, en el lugar que sabía era el elegido para el contacto. Todo ello lo tome como una señal evidente de la presencia de las naves sobre el lugar.
Había aquella noche, una hermosa luna que permitía observar todo el panorama con suma claridad. El cielo despejado de nubes lucía el decorado de brillantes estrellas salpicadas; confabulándose todo el ambiente para crear el marco propicio para una gran experiencia.
Ya introducidos en el Valle y dejando atrás las granjas y la civilización, pedí a los esposos Santos que detuvieran el vehí—culo al lado del camino. Pedro estacionó el auto sobre una colina cerca del lecho del río.
Estábamos exactamente enfrente al lugar escogido y señala—do en una anterior salida por algunos avistamientos, para que allí se produjeran encuentros especiales; además, coincidía ese sitio en todos sus detalles con anteriores visualizaciones.
Bajé del automóvil. La temperatura era agradable y no había el viento frío de otras ocasiones. Se podía ver a simple vista sin que tuviera que recurrir a una linterna.
Juanita y Pedro, quienes con sincero aprecio e interés me habían acompañado hasta allí, se quedaron realizando trabajos de concentración como apoyo a lo que estuviese dispuesto que habría de ser vivenciado.
Para subir a las faldas de los cerros que estaban al frente mío y luego seguir por la quebrada que se abre entre ellos, tenía que atravesar el ancho cauce que en aquel lugar era hondo; sembrado de hoyos por los agricultores que buscan la humedad de las capas de arcilla. Se podían apreciar por doquier, las huellas de los aluviones que habían bajado por dicho torrente en otras épocas, dejando diferencias de nivel en el terreno a manera de desordenadas —terrazas.
El barro seco que cubría las piedras y grandes extensiones de arbustos resecos, daban con el juego de las sombras a la luz de la luna, un panorama nocturno alucinante.
Me despedí de mis acompañantes cuando bajé por la colina, me hundí hasta la cintura en el polvo y la tierra excavada para eventuales sembrados y de inmediato consideré más prudente regresar y recoger una linterna. Comprendía que no podía perder tiempo ni arriesgarme a tropezar en la engañosa penumbra.
Inicié mi recorrido casi exactamente a las 8.30 P.M., hora señalada para el contacto. Después de vadear por largo rato los desniveles del suelo, pude llegar al otro lado y ascender ente las rocas.
Me sorprendí bastante cuando alcanzando la primera colina, me hallé frente a un vehículo en movimiento. Muy iluminado que se encontraba sobre el suelo a unos quinientos metros de donde me encontraba. Estaba frente a mí y se oía que de él provenía el ruido de un motor.
Pasada la sorpresa inicial, reconocí en él a un camión que echaba desmonte de las granjas vecinas que han sobrepoblado la zona. Esperé a que se marchara y luego tras unos interminables minutos, pude seguir avanzando, subiendo cuesta arriba.
A las 9:00 P.M. llegué hasta un descampado en lo alto de la quebrada, al pié de uno de los cerros. Allí había un círculo de piedras de unos veinte metros de diámetro. Algunas de aquellas rocas eran de gran tamaño, y parecían ser restos de habitación y corrales para ganadería de tiempos prehispánicos.
Los grandes bloques de piedras aparecían hincados a propósito sobre la tierra, con un ingreso al círculo o puerta, adicionado a uno de los lados.
Entré en el recinto pétreo y me puse a meditar durante un rato, al cabo del cual sentí que nuevamente recibía energía, predispo—niéndome a recepcionar un mensaje. Me relajé y la comunica—ción recibida decía:
"Sí, con amor Oxalc.
Desde la nave que está ya muy cerca de ti. Confía, en breves instantes llegaremos a tí.
Relájate pues estás muy tenso. Deja todas tus preocupaciones.
Hablarás con confianza a los hermanos y esto te ayudará a trabajar con tranquilidad, aprovecha que sus corazones están abiertos y sé sincero, eso disipará aún más todas tus dudas.
Debes llegar a cambiar el trabajo actual que desempeñas por otro más importante, por la humanidad, no lo hagas con vehemencia, ni por apuro; pues todo ello es mal consejero. Recuerda que tú compromiso sigue un orden y éste es: primero con Dios; luego con tu familia y contigo mismo.
No te intranquilices, a vibración que escuchas es nuestra nave que se acerca. Ten confianza, pues estás preparado, aunque siempre tendrás que mejorar tus logros internos.
Nos consultas acerca de la diferencia ente mensajes mentales telepáticos y los mensajes espirituales. Te diremos que debes saber diferenciar ente una cosa y la otra. Es perfectamente posible y aceptable que El Profundo Amor (Dios), comunique o revele a sus hijos, ya que poseen en su interior la chispa de su propia naturaleza, y que tales mensajes sean llenos de amor y esperanza, ente los que se combina dulzura y firmeza.
Estos mensajes deben circular de una forma reservada ente pocas personas muy comprometidas, que con la experiencia que poseen y con amplitud de criterio puedan reconocer en ellos el grado de validez.
Te diremos que debes afrontar la decisión de orientar la misión en todos los lugares de tu planeta, porque hay mucha desorientación, dejadez e indisciplina, además luchas internas que hacen peligrar la confianza en el mensaje.
Ahora levántate porque subirás.
Eran las 925 PM, cuando se interrumpió la comunicación.. . repitiéndose en mi mente la insistencia de ascender más arriba. Me puse inquieto por la cercanía de aquella vibración que había llamado mi atención hacía un rato, pues ahora se hacía más fuerte.
Sudaba con un calor muy intenso en mi pecho, produciéndose un ligero mareo que me obligó a recostarme sobre el muro rocoso del cerro. Fue entonces cuando en el firmamento (—hasta hacia unos instantes limpio y claro—), aparecieron unas extrañas nubes de un ligero color amarillo en forma de grumos o pedacitos de algodón, reuniéndose en tomo a un centro que las cohesiona—ba. Esa masa amarillenta se concentró, colocándose exacta—mente por encima de donde me encontraba, sin que yo despegara mi vista de ella. Observé nuevos resplandores y fogonazos que salían de dentro del cúmulo. En aquel momento observé un objeto luminoso que hizo su aparición desplazándose de este a oeste, e ingresando a las nubes. Entonces todo el cúmulo se movió quedando yo en diagonal a éste.
Fue quizás la primera vez que la ansiedad no iba acompañada de temor —es más—, no sentí miedo alguno hasta ese instante. Trataba de mantener mi mente muy lúcida y atentos mis sentidos para no dejarme embargar por lo traumático de la experiencia.
De pronto un haz de luz a manera de tubo de energía cayó sobre mí, siendo arrastrado por una extraña fuerza que procedía al parece de la parte inferior del objeto que había empezado a asomar de entre las pequeñas nubes coma un anillo de pequeñas luces intermitentes. La luz que me envolvía alumbraba metro y medio en torno a mí, con una coloración—blanco azulada brillante.
No sentía en ese momento ni frío ni viento, ni nada a mí alrededor. La atmósfera dentro de la luz era diferente a la del ambiente exterior; era como si allí se estuviese creando un vacío y anulando la gravedad. Esto estaba ocurriendo en menos de un minuto, cuando fui elevado de mi ubicación perdiendo todo contacto con el suelo. Suspendido en el aire podía percibir una fuerza que me arrastraba hacia adelante, acompañada de una brisa caliente desplazándome a través de la luz.
Fui transportado hacia el interior de la nave, quedando des—lumbrado por la potencia de la luz con la proximidad del aparato, llegando a cegarme un poco después de alcanzar a divisar su estructura plomizo—plateada, con muchísimas pequeñas luces redondas en pares, que daban la impresión de pertenecer a un borde circular de un objeto grande.
De pronto la luz se tornó mas clara pero menos brillante y escuché un sonido metálico lejano, cerrándose bajo mis pies al ingresar a manera de una escotilla o losa circular como tapa de alcantarilla de unos tres metros de diámetro, sobre la que se contemplaban tres rayos que se repartían hacia el borde.
La sensación de ingravidez había sido hasta ese momento en extremo desagradable, a tal punto que casi me mareo. Allí comprendí el valor de haber mantenido por indicación de los mensajes, tres días antes una dieta de frutas y un ayuno.
Con la disminución de la intensidad de la luz fui descendiendo sobre la tapa que había aparecido debajo de mí. Suavemente pisé primero con el pié derecho y caí de inmediato con el izquierdo.
Fue entonces cuando pude observar la luz que procedía de un gran cristal en forma romboidal suspendida en lo alto de un techo abovedado. Sentía ya la gravedad normal, encontrándome de pronto en penumbras al apagarse la luz. Estaba en una sala circular cuyo piso como un espejo, reflejaba unas luces rectan—gulares rojas de un metro de largo, espaciadas entre sí, y adosadas en la pared. A la distancia escuchaba un zumbido como el del motor de una congeladora.
Hasta ese instante me encontraba sólo, percatándome enton—ces de la existencia de una puerta de forma ovalada que estaba abierta a mi izquierda, en un nivel más alto que el suelo, al que se llegaba por una pequeña rampa lateral. Avancé hacia allí, caminando despacio, pues aún me quedaba la sensación de flotar y estaba como entumecido. Seguía sin ver a nadie por lo que después de pensarlo tomé valor para asomar tímidamente y con precaución la cabeza por la puerta, llamándome la atención un amplio e iluminado salón hexagonal.
Transpuse la puerta; y a pesar de que no divisaba a ninguna persona sentía que me estaban observando. La sala despedía luz en sus paredes sin que fuese evidente la fuente de la misma. Arriba se observaba un falso techo de vidrio como pirámide invertida de ancha base cuadrangular de un color naranja; el piso era como alfombrado con un material de color mostaza. El lugar de por sí parecía ser la sala de mandos, en el corazón mismo de la nave; a ambos lados salían desbordándose de las paredes como unos escritorios blancos con su superficie lisa y oblicua, dejando ver cientos de puntos brillantes como pequeños discos, no se veían asientos. En el centro del salón se apreciaban dos grandes cilindros, oscuros hasta la mitad inferior y transparentes en la parte superior que remataban en una especie de burbuja, en cuyo interior había una colección de recipientes metálicos como tubos, llenos de fragmentos minerales.
Sobre los escritorios, y repitiéndose a ambos lados (derecha e izquierda) había en la pared tres niveles de pantallas de televi—sión c& la variación que en vez de ser convexas, era ligera—mente cóncavas, unas cuatro o cinco por cada nivel sin imagen alguna.
Me acerqué por curiosidad hacia los escritorios del lado izquierdo y en determinado momento, no sé porqué, coloqué mi dedo índice de la mano derecha sobre uno de aquellos discos brillantes o botones, sin que se produjera ninguna alteración en las pantallas. La sensación que tenía era la de una superficie fría y quemante como el hielo seco. Cuando quise retirar el dedo de allí no lo pude hacer, poniéndome muy nervioso por el contratiempo.
Empecé a sudar frío, angustiándome el que alguien pudiera aparecer, encontrándome en esa situación. Quería retirar el dedo y no podía; sentía como si se me despellejara la piel y el brazo comenzó a dormirse como cuando no hay circulación sanguí—nea....
En determinado momento en que se cruzaron otros pensa—mientos que no eran los de estar atrapado allí, pude retirar mi mano quedando muy asustado y molesto.
Me encaminé hacia el centro del hexágono llamando en voz alta a aquellos que me habían invitado, conminándolos a que aparecieran.
De pronto todo el salón empezó a brillar, descorriéndose como una puerta que correspondía a la pared. De adentro salió un potentísimo fulgor cegándome... En breves segundos mi vista se acostumbró al resplandor pudiendo apreciar cómo a través de la luz aparecían unos seres, observé sólo sus siluetas. Pude recono—cer que eran cuatro de forma humanoide, uno de ellos más alto que el resto. Se hallaban estáticos mirándome y aguardando alguna reacción.
Tome la iniciativa rompiendo el desesperante silencio que reinaba en el ambiente, que se inundó de una fuerte fragancia de flores.
Levanté entonces mi mano derecha en señal de saludo, sin que se produjera una respuesta por parte de ellos... Fue una tensa espera, hasta que el ser más alto se encaminó hacia mí, acercán—dose lentamente.
Salió de entre la luz, luciendo rasgos bien definidos y fami—liares. Era de un metro 0.80 centímetros, ojos oblicuos, cara cuadrada, pómulos pronunciados y tez clara; todo él vestía una malla blanca brillante de apariencia metálica ceñida al cuerpo, cubriéndole en una sola pieza la cabeza y el cuerpo. Sólo permanecían descubiertas la cara y las manos, pudiéndose apreciar a simple vista que era varón de unos cincuenta años.
Su mirada compasiva destacaba aquellos ojos claros que me resultaban en extremo familiar. ¿Cuántas veces había observado aquellos ojos en mis meditaciones? ...... Cada recepción de mensajes; cada comunicación había sido siempre precedida por aquella imagen mental que cual patrón de sintonía o señal previa de salida al aire de un canal televisivo, anticipaba un contacto telepático.
Ya delante de mí, sus gestos y actitudes se me revelaron como propios de alguien muy conocido; ¡Oxalc! Sí, era él. Y ante mi sorpresa movió los labios y habló, expresándose perfectamente en castellano, pronunciando inicialmente mi nombre y dijo: — .. ¡Six... to!
Pensé de inmediato que al no tener la costumbre de manifestarse por medio de una conversación hablada, por ello vocalizaba y lo hacía excesivamente lento y pausado. Me sorprendió el que me llamara por mi nombre terrestre y no por el nombre cósmico, clave vibratoria personal, que ellos conocían por habérmelo leído en mi propia aura, años atrás.
La pronunciación de Oxalc producía una resonancia en el ambiente que hacía agradable y solemne el escucharlo. Gran parte de lo que sentí que quería transmitirme lo iba captando más rápidamente en forma mental. Fue así que me dijo:
Vemos con preocupación el devenir de los acontecimientos, pues aún las causas, que conscientemente van generando, no son lo suficientemente fuertes como para contrarrestar las aún vi—gentes.
La humanidad con su ignorancia e indiferencia, es cómplice de su manipulación por parte de quienes integran el gobierno interno negativo de este planeta y sus intermediarios.
Hace muy poco del tiempo terrestre que la "nave" estalló y ello fue un aviso... En este mes ocurrirán otros "accidentes" ¿Qué nave? ¿Qué tipo de aviso? ¿Qué accidentes.? — Pregunté preocupado,
—Las grandes potencias están gobernadas por verdaderos actores, pues los Directores y Productores se encuentran tras las bambalinas, como lo dirían ustedes, en lenguaje teatral.
El sembrar tensión en el planeta, contribuye a seguir enfer—mando y destruyendo la resistencia mental de la humanidad. Enero de este año es la primera señal; Abril y Mayo seguirán llamando la atención, hasta que reaccionen.
—Pero... ¿Qué nave? ¿De qué podía él estar hablando?.
—Era una misión netamente militar: — Oxalc se puso serio— — colocar orbitando alrededor de la tierra una estación espacial permanente que además de situar un escudo espacial, incluiría el emplazamiento de cañones láser que pudieran desintegrar los mísiles nucleares en el momento mismo en que salieran de sus silos; y finalmente un arma que podía perforar la capa de ozono, para que los rayos ultravioleta y gamma, no desintegrasen la vida sobre extensas zonas del planeta.
— ¿El Challenger? ¡Grité sobresaltado al repetirse la escena del estallido de la nave en mi mente. Estos locos, juegan en el mundo remedando sus películas de Hollywood. Incluso hasta le ponen los mismos nombres: "Guerra de Galaxias"... ¿Ustedes lo destruyeron? Acabaron con el trasbordador espacial? ..... ¡Aquellos tripulantes eran gente inocente!
—¡No! ... No fuimos nosotros los que lo destruimos. Pero si se hubiese llegado a la situación en que no quedase más remedio, hubiésemos actuado fríamente.
Se destruyó solo, debido a la carga de negativismo que llevaba y también porque iba contaminado con el estado mental alterado de quienes lo planearon y construyeron. La carga de negatividad acumulada en ese proyecto trajo este natural desen—lace, además no se podía permitir que se consolidara tal amenaza al futuro (1)
(1) Fue el 28 de Enero de 1986 en que la humanidad había sido testigo del estallido en cientos de miles de fragmentos, del gigantesco aparato, que no duró más de un minuto en el aire; y en el que iban siete tripulantes: Dos mujeres y cinco hombres.
Se sabía que la misión era secreta y militar, pues Ronald Reagan Presidente Norteamericano en ese entonces, había sus—crito un documento con el Pentágono, en el que se limitarían los viajes de transbordadores a actividades militares exclusivamen—te.
¿Los tripulantes, por qué murieron ellos?
—No murieron..., están con nosotros en bases submarinas en la tierra. Fueron rescatados en el preciso instante en que se producía la tragedia.
—¡Eso es increíble! .... La nave no duró un minuto y medio en el aire. Pero qué podía ser más increíble que estar en una nave de otro planeta hablando con un Extraterrestre..! (2)
De cara a la opinión pública ellos eran héroes representando los falsos valores, y como cubierta romántica, el que una profesora viajara para dar clases desde el espacio a todos los niños de los Estados Unidos.
—¡Qué paradójico! ¿No es cierto? Cuando de por sí todo el proyecto era una lección del desprecio que tienen las grandes corporaciones, empresas, mandos militares —y políticos por la vida humana.
Pero..... ¿Aviso de qué era todo esto?
—Aviso que se ha permitido llevar las cosas hasta cierto extremo, pero ya no más. Algo va ha ocurrir y muy pronto, que les llevará a destruir toda la maquinaria que han construido para la destrucción; y dependerá de la masa humana, si es bien o mal orientada, inclinar la balanza de los acontecimientos mediante la canalización de las energías a través de las actitudes.
—¿Ustedes, podrían impedir que se cumplieran las cosas profetizadas?
(2) En la revista "Somos" del diario "El comercio" de Lima —Perú, salió la fotografía publicada de un Ovni que estuvo muy cerca del Trasbordador Espacial en el justo instante del estallido. Además no puede dejar de tenerse en cuenta el dominio que poseen estas civilizaciones de la desmaterialización y los pasos dimensiónales.
Con fundadas sospechas podemos interpretar ahora el por qué las autoridades no permitieron la presencia de periodistas en los trabajos de rescate de los restos.
—¿Ustedes, también... Dijo el Guía. — Es el propio hombre el llamado a salvarse a sí mismo.
—Pero Oxalc, disculpa que te refute, es que nuestras religiones nos enseñan que no podemos salvarnos a nosotros mismos. Que debe ser alguien exterior el que nos salve. En el caso del Cristianismo es el propio Cristo quien nos salvó en la cruz. Lo que tú dices contradice mi fe.
—De ninguna manera amado hijo... No es así. La comodidad de los hombres les hace pensar que debe haber alguien que viva, muera y resucite por ellos... Pero quien realmente ama, lo libera a uno de toda dependencia material y espiritual, ya que el camino de la iluminación es personal e intransferible. Nadie lo puede recorrer por tí, ni debe intentarlo; la liberación viene a través de la transmisión de una verdad, aquella que te da la luz frente a la ignorancia; pues es muy difícil para quien está en la oscuridad salir sin un estímulo externo o un apoyo inicial. Pero el resto lo tienes que hacer tú.
Cristo salvó a la humanidad del error y lo liberó de la ignorancia abriéndole el camino al desarrollo de su potencialidad de amor; también lo hizo conocer su real enemigo; su propio interior. Que al no estar desarrollado es fácilmente manipulado. Cristo dio, como muchos otros grandes seres de luz (pero guardando las distancias), — el primer gran paso para la humanidad, el segundo y los siguientes le corresponden a cada cual en forma individual.
—Oxalc, ¿Qué es el Cristo?
—Es un estado de conciencia del que te hablaremos pronto; pero también es una Entidad. Ya llega el tiempo en que les enseñemos al respecto sin que ello les confunda.
—¿Qué pasará si no llegamos a cambiar los posibles aconte—cimientos.?
—No te preocupes de lo que aún no ha ocurrido pues puede no ocurrir; preocúpate de lo que ya está ocurriendo, pues en ello puedes colocar la siembra de tus futuras cosechas...
Deben recuperar la fe en ustedes mismos... Dios cree en ustedes, si no no existirían las expectativas que hoy aprecian a su alrededor.
—¿Qué puedo hacer yo.?
Bien sabes que no se puede recorrer el camino espiritual sin sacrificio y sin renuncia... Conocemos tanto de tu vida actual como de las anteriores. Tú como otros, fueron forjados en el dolor, la desesperación y angustia de sus pueblos; pero también en la esperanza.
Eres inteligente como para percibir que el llamado de esta Misión no tendría éxito si no fuese dado a través de personas como tú.
Sé firme y justo contigo mismo. Toma el gobierno de los acontecimientos, con voluntad, sabiduría y disciplina, y maneja el futuro de los grupos sin alentar dependencias; pero pide consejo siempre que lo necesites, que si estás abierto de mente y corazón, éste llegará.
Sabrás que el nombre de Rahma no es el de Rama, pues e primer nombre posee cinco letras y ello recoge una clave numérica activadora de determinadas mentes y espíritus. Señala el trabajo que compromete y el cumplimiento próximo de la operación Redención del Hombre.
En "Rahma" se integran los conceptos de: "La unidad, la dualidad, la creación, el triple equilibrio, la correspondencia cósmica y la integración total.
Rahma _ ha de colaborar grandemente en la liberación del hombre para que pueda dejar de lado la ignorancia que sumerge al individuo en la prisión del temor y la superstición; significa esto que la real Misión aportará los elementos para la supresión —del egoísmo y la necedad, que le hace negar el sentido común y traicionar su propia libertad.
El Cristo Cósmico, manifestación de la Energía Divina en los planos densos, se ha hecho presente cinco veces en éste planeta, en diversos grados y a lo largo de cinco humanidades. La sexta humanidad sufrirá los dolores de su nacimiento, en el embate final de las fuerzas de la oscuridad, que concluirán con su transformación en su adolescencia precoz de un tiempo acelera—do. Y triunfará, sabemos que será así.
Veo en tu mente la inquietud persistente por saber sobre El Señor Jesús. Te diré solamente al respecto que su cuerpo fue encargado a los Ingenieros Médicos Estelares de las Pléyades, por los nueve Ancianos del Consejo de la Galaxia Central de Andrómeda, el cual tenía que ser especialmente adaptado y compatible al Programa Genético 2, 2, 2. Dualidad— Equilibrio previsto en su Purísima Madre carnal a través de generaciones.
Te hemos adelantado todo esto amado hijo, porque ustedes, con sus vidas anuncian su próximo retorno y venida en las Naves de la Confederación, mientras continúan los tristes aconteci—mientos que el hombre va desencadenando.
Cuanto hagan preparándose para todo esto, sepan visualizarlo sin ambiciones personales de ningún tipo que no sean las espirituales de conquista interior.
No teman actuar, teman el no hacerlo, si se unen en el servicio a la humanidad, les decimos en verdad, que todo lo positivo que se propongan, se dará tal cual, porque no están solos.
Hasta ese momento le había escuchado atentamente como me fue posible de acuerdo a las circunstancias en que me encontra—ba.
Quería retenerlo y memorizarlo todo. No podía dejar que se me escapara ningún concepto vertido, pues sabía que me encontraba allí para vivir algo muy grande en representación de muchos.
No pude dejar de notar en el rostro sereno de mi interlocutor, un cambio. En lo que había manifestado, sus ojos poco a poco habían ido traduciendo una cierta contrariedad. Me atreví a preguntarle si todo estaba bien, a lo que me respondió.
"Estamos preocupados, ciertamente lo estamos, debido a que rechazan nuestro consejo y pierden oportunidad sin razón para profundizar en conocimientos así como desperdician su vida en pleitos y discusiones que no procuran nada constructivo.
Aún no hallamos el suficiente sentido común, ni cariño, ni amor sincero, ni desapego en todos ustedes, como para garanti—zar el paso de etapas; y en aquellos que empezamos hallarlo, éste aparece como veta del más fino metal en bruto, bajo una montaña de roca.
Quienes están llamados a dar ejemplo no lo dan.
Tu mundo está atormentado por la ausencia de metas y por la abundancia de falsos valores. Y lo peores que quienes participan de los diversos contactos propiciados por la Confederación, se dejan envolver fácilmente por el mundo de la materia que ahoga su despertar
Pierden su armonía demasiado pronto y se faltan mutuamente en pensamientos, palabras y acciones. Recuerden el poder constructivo y destructivo que poseen los pensamientos forma y las vibraciones de sonido por la palabra.
Si entre ustedes no logran la convivencia fraterna, ¿debemos creer acaso, que todo intento fracasará?. No sean intransigentes, ni ciegos ¡razonen!. Hay entre ustedes quienes sin mucho decir se afanan por amar sirviendo— que el Espíritu del Señor les acompañe siempre —, pero lamentamos que quienes asumiendo responsabilidades en los grupos, estén cayendo en el error del protagonismo y la figuración.
Lamentamos también el que haya quienes asumiendo roles directivos se marean con la autoridad y exigen a otros, sin antes haber cumplido ellos mismos con sus propias exigencias.
RAMA es ejemplo, sólo a través de él pueden enseñar y tener autoridad, fuerza y convicción en sus palabras.
Tememos por los consejos y consejeros en varios países, por la organización que han creado. Es preocupante que sus egos se vean afectados por el papel que les asigna la posibilidad de un mayor servicio, y lo distorsionen con falsas posturas de sapien—cia y autoridad, cohibiendo el buen ánimo de trabajo de los demás.
No apoyamos el desorden ni la anarquía. Habrán de respetar al que con más experiencia y mejor ejemplo vaya adelante de ustedes. Pero no para que lo sigan, sino para que tengan en cuenta su consejo, para mantener la fuerza del mensaje y evitar la desviación y la contaminación.
No olviden jamás que son liberados "Liberadores" que habrán de restaurar un orden que estaba interrumpido y alterado, ver—tiendo toda su experiencia al cosmos innovador.
¿—Y qué puedo hacer yo al respecto — pregunté?, inquieto por sus comentarios.
— Lo que de tí se espera! — sentenció tajante el Guía. ¡—Bueno! — dije ¿qué se espera de mí?
—Que trabajes con tu familia, enseñando y guiándoles espiri—tualmente.
No puedes descuidar tu hogar por el que muchos se orientan.
IZRAHEL (marinita), tu esposa es tu primera obligación en cuanto a discipulado se refiere y ahora junto con ella SELAH y EZRIAH (Yearim y Tanis), tus hijas materiales. No descuides tu segundo amor, que es el físico, porque bien sabemos que tu primer amor es el Señor Dios.
Sigue por donde sientas ir, pero procurando al asumir tu rol comprometido, trabajar en la dirección y mejor orientación de los grupos; así como en la supervisión de los instructores del interior y del extranjero.
—Oxalc, levantó sus manos interrumpiendo sus propias palabras, pronunciadas con una gran resonancia en la extraña cabina. Puso su mano derecha sobre mí, a lo cual reaccioné hincándome sobre el suelo, de rodillas; fue entonces que colocó también la izquierda sobre mi cabeza, y me dijo:
"Eres y serás como un hijo para mí; pero un hijo espiritual. Estaremos siempre unidos con la protección del Profundo Amor". Sentí de inmediato mi cuerpo estremecerse. Un gran calor y mucha energía se desprendían de las manos del Guía. Hizo que a continuación me levantara para acercarme hasta una de las pantallas que se hallaban insertadas en la pared sobre los aparentes tableros de controles. La imagen que era proyectada parecía la del lugar de dónde había sido extraído allí en Chilca; pero visto desde lo alto.
—¡ Ven aquí y ve éste lugar! — dijo Oxalc, como queriendo ganar tiempo. Este será el lugar de las próximas salidas tuyas y de los grupos de Lima. Esto porque sabemos lo penoso que es para ustedes desplazarse lejos en medio de una situación económica difícil, y porque así nos aseguramos que podrán asistir en un esfuerzo equitativo al que exige cada experiencia.
No queriendo interrumpirle, le pregunté:
—¿A qué se debe el tipo de vestimenta que llevan puesto.? —Hemos venido desde la Antártida en ésta nave, y volveremos allá inmediatamente sea culminada ésta experiencia; pero habrá otra oportunidad posterior en que no solo te quedarás más de una hora con nosotros, sino que nos acompañarás como bien lo has venido presintiendo, a Morlen! ..... Además — prosiguió el Guía, hay un Anciano de los Doce que desea hablar contigo. Tú sabes quien es él. También conocerás la Ciudad Confraternidad donde viven muchos terrestres. Pronto llegará esa oportunidad. —Prepárate para ello y prepara en cada lugar a algunos herma—nos de los más comprometidos, que es necesario comunicarles a cada uno cosas importantes, y así unidos complementen y compartan la información.
—Me percaté de que Oxalc hacía buen rato que no apartaba su vista del cuaderno de los símbolos que llevaba bajo el brazo, el cual había cargado conmigo precisamente a pedido de los mensajes.
Reaccioné tomando el cuaderno y acercándoselo para ver si quería revisarlo; pero inmediatamente hice esto, el Guía se hizo a un lado. Apareció entonces uno de aquellos seres que le acompañaban, vestido con una malla similar. Pero éste era más pequeño, como de 1.60 metros, muy delgado y pálido. Su rostro era ovalado con pequeños ojos alargados de forma horizontal, con dos orificios por nariz y el labio superior cubriendo el inferior, dando la impresión de no tener boca. Todo él parecía un monigote dibujado por un niño.
El ser que entró en la habitación, portaba entre sus manos unas grandes láminas rectangulares a manera de un gran libro con grandes anillos a un lado.
Oxalc al lado mío, me explicó que yo debía cotejar la exactitud de los símbolos, confrontando el cuaderno de nuestras recopilaciones de símbolos, con las láminas que lucían repletas de los mismos caracteres.
Me sorprendió observar como el ser delgado y pálido, cargaba sin mayor esfuerzo el extraño y aparentemente pesado registro de informaciones. Y mientras lo observaba, sacó una mano de debajo del bulto que formaban las amontonadas láminas y aprovechó en cambiar con su mano ligeramente palmeada de dedos largos, una tras otra las láminas de reluciente metal que a Pesar de verse delgadas no se doblaban.
Después verifiqué que la mayoría de los símbolos que nosotros teníamos eran una fiel reproducción de lo existente; me preocupó el hecho de que lo que guardábamos en nuestro cuaderno, era nada comparado con el volumen de lo que se nos mostraba. Era como tener unas pocas páginas de una enciclopedia de varios tomos.
El Guía se apresuró a consolarme mientras el otro ser se retiraba hacia el fondo de la habitación, precisamente por el lugar donde había aparecido. Oxalc me quiso levantar el ánimo, diciéndome que con fe y trabajo constante recibiríamos el resto.
Con el fortalecimiento de la voluntad mediante la disciplina interior, tendríamos la capacidad de recibir, entender, proteger y saber aguardar el momento de compartir, administrando sabia—mente el conocimiento.
Me explicó Oxalc que en aquellos textos había una parte que trataba específicamente sobre el proceso de Misión Rama en la historia terrestre. Señaló entonces hacia el cuaderno que con mayor cuidado que nunca seguía sujetando entre mis manos; hizo que lo abriera una vez más, y rebuscando con el dedo, señaló un grupo de símbolos recepcionados en comunicaciones del lo. de Enero de 1980. Me dijo luego:
—Observa bien... Activa tus cristales para que estos símbolos despierten en tu mente el recuerdo y el sentido que tuvieron las experiencias vividas.
Mi mente se transportó al recuerdo de los viajes de Agosto de 1981, que describí en el libro anterior (Los Guías Extraterrestres y la Misión Rama). Puse la atención debida a la explicación que se me estaba suministrando. Era una sucesión de imágenes en mi mente muy nítidas que procuraban darme el significado real de aquellos viajes que durante tantos años habían sido un enigma para nosotros; y que en su momento intuimos que sólo nos pedían disposición mediante humildad y entrega con fe sincera en el plan para desarrollarlos. Visualicé cavernas, una en cada lugar en donde estuvimos aquel año y empecé a escuchar:
"Las puertas entre las dimensiones son halladas por quienes se sensibilizaron para ello. El poder para cerrar lo abierto inconvenientemente está en el mismo lugar donde el poder para abrir y establecer la conexión adecuada.
En el pasado se abrieron puertas a otras dimensiones, pero a los planos y niveles más bajos de las mismas; manifestándose los bajos astrales y toda clase de entidades negativas que se alimen—taron de la energía y las potencialidades del hombre. El miedo y la superstición fueron alentados para hacer del hombre una víctima.
Hoy la conciencia humana debe permitir hacer la selección correcta. El momento ha llegado para que establezca la conexión con la cuarta dimensión superior.
Se acerca la liberación de la humanidad del estancamiento en el que se encuentra por acción de las fuerzas oscuras. Todo vuelve a recuperar su movilidad y dinámica, retornando todo a su justo orden.
Era necesario que ustedes, llegaran venciéndose a sí mismos con humildad, renunciando a la comprensión inmediata de ciertos trabajos, para así protegerlos de la acechanza a que estaban expuestos.
Debían prepararse para que la intuición les guiara, sólo así se produciría la autoselección que va creando las condiciones para que al final se reúnan los 24 receptores y los 120 del puente de difusión de la luz, para tener acceso definitivo al libro que asegurará en parte la transición de la Quinta Humanidad hacia la cuarta dimensión junto con el planeta plano, y el surgimiento de la Nueva Humanidad, ¡La Sexta!
—¿Qué son esas puertas? — Interrumpí aún confuso por las afirmaciones.
—"Diferentes estados vibratorios...., diferentes realidades y diferentes planos de conciencia, que pueden ser interconectados entre sí. Para bien o para mal". — Respondió Oxalc, extrayén—dome de la visión con la vibración de su voz.
—¿Adónde conducen? ¿Dónde se encuentran?.... Pregunté atropellando con mis interrogantes.
—Concéntrate una vez más en tus cristales y en esos símbolos. —Oxalc me volvió a tocar con sus manos.
Sentí un gran calor en el pecho que me sofocaba y las visiones volvieron con mayor fuerza que antes, acompañadas de una fuerte presión en la frente.
—Veo la Tierra como si fuese desde el espacio — Dije entusias—mado.
—¿Y ahora que más?,— Me inquirió el hermano mayor.
—Veo un gran triángulo de luz. En sus vértices hay como columnas de luz azul y una energía especial.
¡Es energía piramidal(3)! ¡Y está descendiendo sobre Suramé—rica!
—¡Sí pero cuidado!, porque traerá toda clase de reacciones, incluso las más violentas y negativas, intentando las fuerzas oscuras aprovechar para contrarrestar la importancia de lo que allí va a ocurrir.
—¿ qué va a ocurrir? — Pregunté ingenuamente.
—¡Habrá luz!... ¡Luz en la tercera dimensión!. Ingreso cons—ciente en la cuarta (dimensión. Acceso directo pero esporádico y por breve tiempo a la frontera con el universo mental a través de las entidades de servicio. Se podrá establecer también la conexión con la Entidad Mayor.
—¡Lo estoy viendo! ... Allí viene. Es un ser de luz con forma humana; todo alrededor de él es de cristal... ¿Quién es él? ... Todo esto me recuerda una experiencia anterior.
—Todo está unido, aguardando respuestas y actitudes...
La entidad que ves no se encuentra en la tercera dimensión si no en la séptima, pudiéndosele contactar a través de una cuarta consciente, porque una vez ubicado allí no es tan difícil transitar por las dimensiones del Alma y el Espíritu.
Ubicarse de una manera consciente en el Mental Superior requiere un trabajo constante, reconociendo y manifestándose cada día más al real ser. Los trabajos de meditación y concen—tración deberán ser enfocados a un alejamiento progresivo de la búsqueda de sensaciones, emociones y espejismos propios del mental inferior, el astral y el físico.
La vibración personal habrá de afinarse en el silencio y en la soledad, para que así el Maestro Interno haga su aparición aportando: Unidad en la dualidad (cuerpo—mente); y equilibrio en la trinidad (cuerpo—mente — espíritu). El resultado del trabajo permitirá la síntesis por el amor.
(3)La energía piramidal brota del seno de las estrellas centrales y constituye el fuego purificador, representando a la fuerza creadora.
Esta energía conecta el centro de cada Galaxia con sus partes, que son los sistemas y los planetas. Especialmente los planetas vienen a ser la base de la pirámide imaginaria, que se forma al recibirla energía vibrando a niveles de cuarta dimensión.
Jamás olvidéis la preparación integral, cuya base práctica requiere del empleo de la respiración y el ayuno. El ayuno terapéutico purificador de los vehículos sutiles, aportará la fortaleza para conseguir y mantener la voluntad firme.
Las imágenes se iban dispersando, cuando desfilaron un grupo de números que se asociaban con los nombres de lugares a los que habíamos viajado en Agosto de 1981
— Ahora comprendo los números que señalaban el programa de los viajes a Marcahuasi, Nazca y Huarochiri.— Manifesté entusiasmado al producirse en mí una pequeña expansión de conciencia.
Las comunicaciones y mensajes habían estado plagados de números como el: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 22, 24, 33, 120, 144, etc., y no podía ser que se refirieran sólo a cifras como cantidades caprichosas., Tenían un sentido profundo mas allá de un orden.
Los números pueden llegar a ser activadores de la conciencia; verdaderas ideas—fuerza con utilidad y significación propia. Los números vienen a relacionar entidades; a identificarse como símbolos y actuar como llaves de compuerta para conectarnos con realidades superiores y trascendentes.
En los inicios de Rama, los mensajes decían que para el cumplimiento de los objetivos finales de la Misión y como forma de evaluación general del nivel de conciencia adquirido, debía reflejarse en el desapego y la superación del protagonismo— se debían realizar unos viajes. Habría que llegar a Sillarhuasi en el Cuzco y a Huarochiri de regreso (Sierra Central del Perú) y después prepararse para el encuentro con los tres Ancianos de la Caverna, en Marcahuasi, Ica y Huarochiri.
Según las instrucciones, se habrían de conectar dos lugares; tener un encuentro en tres; llegar a cuatro sitios diferentes en cinco viajes.
El número dos representaba el enfrentamiento de la dualidad por la que nuestro mundo está sujeto a un círculo vicioso de auto—destrucción. También significa una etapa de madurez en la que se pueden ligar los opuestos, buscando la complementación y rechazando el enfrentamiento.
En Sillarhuasi de una manera más clara que en Huarochiri se trabajó con la dualidad y la polaridad, abriéndosenos la puerta a otra dimensión, al subir la montaña y encontrándonos con otra puerta abierta por la negatividad del medio.
Con el tres llegamos a la síntesis espiritual que es la supera—ción del dualismo, mediante la vivencia del equilibrio. También significaba la ubicación del justo punto medio. Con el tres veíamos la aparición de la unidad restaurando el orden armónico en la dualidad.
El tres se relaciona con la caverna, depósito oculto de la sabiduría eterna, que es a la vez nuestro propio interior; y se proponía también un encuentro místico con un rol comprome—tido en el Plan Mayor.
Serían tres lugares, tres cavernas y tres Maestros, lo cual nos sugería el 333 o sea el 9, número del nacimiento.
Eran cuatro lugares a visitar, y cuatro es el símbolo de la cruz de lados iguales a la vez símbolo de la Tierra, lugar en donde los cuatro elementos se manifiestan en una forma armónica y constructiva. El cuatro es el número de la preparación e instruc—ción; de la organización y de los puntos cardinales. Este número plantea la necesaria ubicación de la persona en el espacio—tiempo de la tercera dimensión, para que después se pueda ingresar en la cuarta dimensión.
En los cuatro lugares a donde se había llegado, había montañas que poseen su contenido simbólico, por cuanto la preparación del hombre se encamina a escoger su propio clima espiritual.
El cinco tenía sentido en cuanto representa al hombre, a la presente humanidad y a la protección de la que podría echar mano, al darse cuenta que ésta existe.
Por un lado estábamos conectando las montañas, que representaban el ascenso espiritual y el vencerse a uno mismo; por otro lado estaban las cavernas que simbolizaban la interiori—zación y el auto—conocimiento; y luego el desierto que habla de soledad y silencio.
La simbología del desierto se relaciona con la mención bíblica de que es en el desierto donde Dios forja a sus profetas, donde los hace receptores de su revelación. También el desierto es el reino del sol y la luz, lugar donde el fulgor solar ayuda a que uno pueda llegar a abstraerse de todo menos de la Presencia Divina.
En el desierto de Ica están las líneas de Nazca, la huella de la presencia foránea, que marcó un lugar y un tiempo, que ahora volvía a acoger a los contactados.
Con todos estos elementos se podía comprender que los viajes de agosto poseían un significado más que profundo. El realizarlos había sido el cruzar el umbral de la conciencia humana temporal a la supraconciencia. Con humildad propia del ascético peregrino nos habíamos expuesto a todo peligro, revestidos por la fe y la confianza en el hasta entonces incomprensible Plan Mayor, para demostrarnos a nosotros mismos que merecíamos ser tomados en cuenta en el nuevo contingente de "servidores".
En la medida en que fuimos ascendiendo las montañas físicas, w fue produciendo en nuestro interior, de una manera proporcional al esfuerzo físico, un ascenso espiritual, por cuanto nuestra motivación principal era servir a la humanidad. Llegados a la cima, se nos ofrecía el panorama amplio de un horizonte vastí—simo, que debíamos también recorrer con nuestra visión interna. Debíamos llegar a abarcar lo "Inabarcable", renunciando a una comprensión inmediata del significado de la parte para poder entender en su momento la globalidad. Mientras, habíamos tenido que conformarnos con intuir que el proceso era bueno y trascendente.
—Pregunté entonces a Oxalc:
—¿ por qué 144 personas? ¿Qué incluye ese número?
—Una llave... — respondió aquel robusto hombre de otro planeta, mientras sonreía dejando entrever una dentadura completa, fuerte y blanca.
—¿Qué clase de llave? — pregunté no queriendo desaprovechar la oportunidad.
—De reconexión...., volviendo a enlazar los tres Universos; restableciendo la movilidad fluida entre las doce dimensiones; También es la llave de paso entre la tercera y cuarta dimensión.
Ocurrirá que en su momento cada doce personas de aquellas 144 relacionadas, serán conectadas por diferentes entidades de cada universo para que se produzca el puente completo. Siete grupos con el Universo material tres grupos con el Universo Mental y dos con el espiritual
— Ahora entiendo menos que nunca... Pero será acaso y lo digo por intuición que los 24 de los 144 son los que tendrían a su cargo el nexo con lo espiritual? Y allí habría otras claves numéricas, por ejemplo están el 7, 3, y 2; y por otro lado el 7x l2 = 84 que suman 12; 3 x l2 = 36, sumando da 9; y el 2x 12 = 24, que sumando da 6.
—¡Ya empiezas a intuirlo Tell—Elam.
En esas claves numéricas que tú has mencionado están las pistas que necesitan descifrar para ubicar las terminaciones cósmicas, las que les permitirán trabajar con las conexiones de los tres planos.
Ahora podrán empezar a entender todos, cómo es que los viajes de agosto (Mes identificado con el número 8)— en el año de los símbolos —, representan el camino inicial repetido una y otra vez entre las escuelas del conocimiento oculto. Un camino donde se halla inmerso el rol sagrado otorgado al hombre de éste planeta y las dificultades que le fueron impuestas para llevar a cabo su misión. La misión era recordar, y las condiciones estuvieron dadas desde el principio como para que cada paso les obligara a interpretar y sentir...
—Pero en aquella ocasión (Agosto 1981), no completamos los 24, sólo se reunieron 22 personas cuyas terminaciones coinci—dían con las variantes de la palabra "RAHMA"... no estaban todos los que debían!
—¡Ni eran todos los que estaban! — Acotó el Guía. — Por eso se marcharon algunos y otros, sólo lo vivieron como una aventura. Operativamente cumplieron con los requisitos de aquella tarea, pero a un nivel profundo dejaron varias cosas pendientes. Entre ellas, un nivel de conciencia que aún no madura en ustedes, una difusión que aún no ha relacionado ni atraído a todos los que son y finalmente un puente que aún no se ha terminado de construir para que se relacione definitivamente con la Herman—dad Blanca de los retiros interiores.
—¿Dónde encajan las comunicaciones del Nuevo Tiempo en todo esto?
—¡Encajan perfectamente! .... Dijo Oxalc pues el primero de los Antiguos eres tú... Tú recibiste el primer mensaje, y has tenido el valor de continuar, a pesar de los errores. Ello no te hace más importante, pero eres la primera pieza que se colocó en el ensamblado de la estructura, y sobre la cual muchas otras han hallado su soporte. Fortalécete allí, cumpliendo tu rol.
Cuando asumas la entrega total y por fe al Plan, dando tu confianza integra como acto de amor que te corresponde, los tiempos empezarán a verse cumplidos para ésta misión. Tu decisión apresurará muchas definiciones, sucediendo muchos acontecimientos en el interior de Rama que permitirán el cumpl—imiento de las etapas pendientes.
Rama ha demorado su tiempo, pero no tanto, como para que se pusiera en peligro su participación en el Plan Cósmico. Estaba previsto que pudiera dilatarse el proceso, habiendo recuperado poco a poco nuevamente el orden primordial.
Me quedé absorto meditando cada una de las palabras de Oxalc, y venían a mi mente, asociándose automáticamente, las frases que recordaba de la comunicación del 19 de Junio de 1. 975 que decía:
"Los tiempos serán cumplidos cuando el Primero de los 'Antiguos salga en la búsqueda de la Décima campana, que retronará hasta anunciar a los hombres su última gran prueba, antes del día... "
Sabía que el número diez simboliza los ciclos que empiezan y terminan; algo así como cambios de ciclo o del orden impe—rante.
Diez habían sido las plagas de Egipto que marcaban el fin de un ciclo de esclavitud, que terminaba para quienes habían sido escogidos para desarrollar un programa dentro del Plan Cósmico y diez fueron los mandamientos que señalaron un nuevo ciclo, pero de "Libertad", ya que el conocimiento de la ley aunque parezca paradójico, reafirma el libre albedrío.
—¡El rol que asumirás a partir de ahora, será el que despertará definitivamente conciencias y hará que se asuman roles cada vez más comprometidos! — Habló Oxalc trayéndome rápidamente de mis pensamientos.
—Comprendo que todo este proceso que se ha dado con nosotros ha seguido un orden, y todo se da a su tiempo, pero... ¿No podríamos saber algo más antes?.... No nos hubiésemos ilusionado con tanta gente que pasó por el grupo.— (Sentía molestia y desasosiego en aquel instante).
Oxalc, interpretándome mejor llamó mi atención con dulzura y firmeza diciéndome:
—¿Y crees realmente que algo habría cambiado o más tiempo se habrían quedado, quienes sólo estaban de paso? El plan requería autoselección, y ustedes con sus actitudes fueron crean—do solos, las condiciones para ello. Ocurrió lo que más de una vez pidieron, esto es la definición de personas; y fue mejor que así fuera.
Hoy la misión es para pocos, diáfanos y transparentes, cons—cientes y constantes.
—¿Recordaré todo esto que he vivido? — Había sido tanto en tan poco tiempo!
—La energía que recibiste antes de subir a la nave y que produ—jo el mareo en tí, elevó tu vibración. Sentirás mucho calor y canalizarás una gran fuerza que vendrá a través tuyo.
Aprovéchala, ayudando y concentrándote en aquello que hagas en beneficio de todos. Nada olvidarás, porque todo es im—portante.
Un ruido como el del vapor que sueltan las locomotoras antes de partir (las antiguas), y una ligera baja en la intensidad de luz en la sala hexagonal, habían acompañado el descenso de la nave.
Pronto todos los botones a manera de discos brillantes del tablero ó escritorio blanco de la derecha, se encendieron con una luminosidad impresionante que contrastaba con la penumbra reinante. Parecían pequeñas estrellas en un firmamento ordena—do.
Fue entonces cuando se me acercaron, dos de aquellos seres que acompañaban a Oxalc. Observé que en sus extraños rasgos faciales parecían reproducir gestos de dulzura, cuando me indi—caron con sus manos que les acompañase porque tenía que marcharme.
Como eran más pequeños que yo, me resultaban graciosos y sospechosamente artificiales, como si fuesen androides. Esto se me confirmaría cuando los vi transformarse, creciendo en tama—ño y en contextura al colocarse una especie de cristal en la frente.
Cuando ya habían alcanzado mi tamaño me cogieron de los brazos llevándome hacia una habitación, que resultaba pequeña y oscura, se abrió, al acercamos a la pared lateral.
Quise despedirme de Oxalc pero al voltear a verle por última vez, él ya se había desplazado al extremo opuesto. Desde allí me despidió, cruzando sus manos a la altura del pecho, inclinando ligeramente su cabeza hacia adelante. Sentí en ese momento que me transmitía con ello todo su amor y apoyo.
Con la impresión de apuro que parecían tener los seres, fui dejado sólo en el interior del cuarto contiguo, cerrándose el ingreso inmediatamente cuando estos seres lo transpusieron.
Al nivel del suelo se encendieron unas pequeñas luces rectan—gulares: rojas y verdes, del tamaño de un toma—corriente.
Sentí inmediatamente un hormigueo por todo el cuerpo, además de una gran sed, como si a gran velocidad me estuviese deshidratando.
Se abrió luego una puerta trapezoide con un sonido parecido al que hacía poco escuchara. Había delante de mí extendida una pequeña rampa de vidrio o plástico que bajaba hasta casi tocar el suelo.
— Bajé entonces por ella, deslizándome, hasta entrar en contacto el pedregoso suelo de Chilca. Quise entonces voltear a ver la nave que se hallaba a mis espaldas, divisando unas patas de aterrizaje flexionadas sobre el terreno, las mismas que remataban en algo parecido a grandes ventosas circulares metálicas.
Algo me decía internamente que me apartara rápidamente, por lo que me apuré en alejarme mientras el calor ambiental aumentaba.
Llegué hasta la falda rocosa del ceno y en segundos la nave da forma de lenteja, se encendió en una luz destellante. Se elevó a gran altura y a gran velocidad en forma oblicua, dirigiéndose al banco de nubes de donde originalmente había salido y que inexplicablemente no se había apartado para nada del lugar de donde apareció.
La dirección seguida por el aparato fue primero noreste e increíblemente sobra la marcha, giró hacia el Este, formando un ángulo agudo impresionante, adentrándose en el cúmulo nubloso que se encendió en relámpagos y se extendió instantánea—mente sobre la zona, dejándola totalmente cubierta como suele verse en la Costa Central.
Entre las rocas, aún no lograba coordinar mis reacciones físicas con los pensamientos. Pensaba en la importancia de aquella cita y lo increíble de la experiencia, así como lo difícil que sería transmitirla con la misma naturalidad con la que se habían dado los acontecimientos. Me recosté nuevamente en el suelo, procurando que mi mente también aterrizara. Vi mi reloj y marcaban las 10.30 PM, habiendo permanecido una hora dentro de la nave. Pensando en quienes me aguardaban y habían estado apoyando a la distancia, decidí emprender el camino de regreso.
Llegué a las 11.00 PM, al automóvil de los esposos Santos, en cuyo interior les encontré inexplicablemente dormidos. Mi presencia despertó a Juanita, quien avisó a su esposo: que yo, ya me encontraba allí.
Marchamos de inmediato de aquella polvorienta y desolada zona, procurando llegar a Lima antes de la Una de la madruga—da, hora en que empezaba el toque de queda por el estado de emergencia contra el terrorismo de la Capital.
Sobre las doce llegamos a mi casa, siendo recibido con suma expectativa por Marinita. A ella le conté en líneas generales los sucesos de aquella noche. Al oírlo se maravilló, a la vez que con su acostumbrada sinceridad, me refirió que si cualquier otra persona le hubiese contado la misma experiencia, no la habría creído. Y no era para menos... Aún a mí me resultaba tan difícil conciliar la realidad diaria y cotidiana con cosas como esa.
Al día siguiente 19 de Abril — El Gobierno de los Estados Unidos vehemente e impulsivo, lanzó otro colosal Proyectil, el Titán D—34 desde la Base Aérea Militar de Vandenberg en California. El cohete viajaría transportando "partes" del Proyec—to de la Guerra de las Galaxias. Pero a los dos minutos del lanzamiento, cuando aparentemente todo iba sobre ruedas, esta— estalló en el aire, desintegrándose por completo y dejando unos 58 heridos en la base.
Esto que ocurrió, fue una clara demostración de cuán difícilmente se aprenden las lecciones cuando es la ambición, los intereses creados y el miedo los que gobiernan nuestros actos.
El 3 de Mayo de 1986 estalló otro cohete, pero esta vez un Delta en la base de Cabo Cañaveral... ¡El aviso seguía vigente! Otra señal que finalmente reorientaría los acontecimientos fue un desastre nuclear; de grandes proporciones. Se inició en la madrugada del 26 de Abril, con una explosión en el reactor número 4 de la Central Termonuclear de Chernobyl en Ucrania, Unión Soviética.
Bajo la apariencia de una productiva e ineficiente Central de Energía Nuclear, se ocultaba una fuente de suministro de "Plutonio" para las ojivas múltiples, de los mísiles nucleares. Y fue precisamente por los túneles secretos de salida del plutonio hacia el puerto de embarque— para ocultarlos de los Satélites Espías Norteamericanos —, zona de débil protección en el reactor, donde se produjo la fuga radioactiva y la explosión con su respectivo incendio, arrojando a la atmósfera cincuenta millones de curies de radioactividad. Hizo desértica por años una zona de más de 30 kilómetros alrededor de la Central, muriendo 31 personas, irradió con gravedad a varios cientos y contaminó más de dos millones, muchos de los cuales se encuentran en la actualidad en campos de concentración esperando su turno para morir irremediablemente.
La catástrofe de Chernobyl— ciudad con un nombre que traducido significa anecdóticamente "Ajenjo o Amargo", térmi—no paradójicamente, bíblicamente ligado al Apocalipsis de Juan el Apóstol—; por primera vez hizo tomar conciencia a Europa de los verdaderos riesgos de la Energía Nuclear; Energía que no justifica sus beneficios con los peligros que trae consigo. Porque además de los riegos de un accidente, siempre existe la imposi—bilidad de deshacerse de los desechos radioactivos. Pero lamen—tablemente en ello también están los intereses creados de aque—llos que suministran la tecnología de las Centrales y producen los Mísiles Nucleares.
Los extraterrestres nos han enseñado que en el Espacio y alrededor de Planetas como el nuestro, hay una gran fuente de Energía ilimitada, y mejor "gratuita" que es llamada "Unificada" de la que Albert Einstein habló. Esta energía permitiría alcanzar velocidades cercanas a la de la luz sin necesidad de que existie—sen estaciones de servicio en el Cosmos.
En el caso de Chernobyl también hubo ayuda extraterrestre, pues la nube radioactiva que le dio la vuelta a Europa no llegó a precipitarse a Tierra, volviendo inexplicablemente al lugar de donde partió Se sabe que los avistamientos de Ovnis se multi—plicaron en el viejo mundo, coincidiendo con esos momentos.
Este último hecho, sumado a lo del trasbordador espacial Challenger, y los contactos con naves extraterrestres que se produjeron previamente desde las estaciones espaciales soviéticas Mir y Salyut —que orbitaban el Planeta—, precipitaron el que los líderes de las grandes potencias se reunieran de emergencia.
Primero en Helzinski y luego en Ginebra, se produjeron las minicumbres de Junio de 1986, en las que representantes de los Estados Unidos y la Unión Soviética firmaron un "pacto" de ayuda mutua en el caso de una: ¡Agresión Extraterrestre!
Es curioso que las grandes naciones no pudieran ponerse de acuerdo en diversos temas trascendentales para la humanidad, pero sí puedan acordar algo tan "descabellado", como puede ser un tratado para apoyarse mutuamente en el caso de una hipoté—tica acción de parte de civilizaciones interplanetarias en nuestro mundo. Y resulta mucho más raro, el que ocurra después que han pasado muchísimos años en los que se ha hecho lo imposible por desmentir la posible existencia de ovnis y extraterrestres, gastan muchísimo dinero en proyectos manipuladores y desinformadores.
El pronunciamiento en torno a este tratado dejaba intrínseca aceptación de que "algo" existe; una realidad que está causando temor creciente en los mandos militares de las grandes naciones. Y es que siempre juzgamos usándonos a nosotros mismos como reflejo en el espejo; por ello bien dice el adagio " El que es ladrón, cree que todos son de su misma condición ". Así, pensamos que nos pueden invadir algún día porque de estar nosotros en su situación tecnológica privilegiada, no hubiéramos esperado nada para imponemos sobre entidades más débiles que nosotros; ¿acaso esto no refleja la historia de los innumerables procesos coloniales?.
Ronald Reagan sería interrogado por periodistas, tiempo después acerca de este tema y él mismo declaró:
"Yo no puedo decirles si es que existen o no los Extraterres—tres, pero lo que sí les puedo informar es que si existieran.... No vienen con buenas intenciones".
¿Por qué esta última afirmación tan categórica, si es que el tema Ovni ha sido ridiculizado una y otra vez, a través del oficialismo norteamericano?. Además, si pensamos en la probable existencia, presencia y participación de los "visitantes" en nuestra historia, veremos que ellos siempre han alentado procesos culturales; y si hubiesen querido hacernos daño, lo hubieran hecho sin pedirnos permiso, engañándonos o procurando dialogar, por cuanto contaban con la ventaja de la fuerza sobre nuestra ignorancia. A menos que no vengan con ninguna mala intención o por lo menos la gran mayoría de los que nos visitan, sino que por el contrario como en el caso de Rama y otros grupos de contacto que lo confirman, vienen a traernos un mensaje de aliento y una enseñanza.
.En el mes de Julio el líder soviético Mikhail Gorbachov recibe una carta de Ronald Reagan en respuesta formal a las proposi—ciones sobre el control de armas nucleares, formulado por Moscú. Pero ¿qué era esto?
De la noche a la, mañana se iniciaría un gran cambio insospechado. Se desmantelarían arsenales de atómicos(4), se retirarían los ejércitos soviéticos de Afganistán; se daría una moratoria de cien años a los países deudores de la URSS; se aceptaría la devolución de partidas de compras de armas; se hablaría de elecciones libres; autonomía, etc.
Octubre marca el momento en que se produce el encuentro definitivo pero al nivel de Gobernantes. Gorvachov y Reagan se reúnen los días 11 y 12 en Reikiavik (Islandia), y preparan una agenda que intuirá una próxima reunión en Estados Unidos. Durante los dos días se llegaron a ciertos acuerdos sobre el control de armas y sobre los derechos humanos. Pero los artífices de estos grandes pasos hacia una posible Paz Mundial no fueron los gobernantes, a quienes incluso se les postuló para el Nóbel de la Paz, después de largos años de ser abanderados de la muerte e injusticia. Los autores intelectuales—llamémoslo así—, del cambio que hoy nos asombra cada vez más, han sido los "vigilantes y guardianes Extraterrestres”
(4) El 22 de septiembre de 1986 durante la 41 Asamblea General de las Naciones Unidas, las grandes potencias ofrecieron celebrar un acuerdo para demorar en años la realización del proyecto de la Guerra de las Galaxias e iniciar de inmediato todo esfuerzo conducente hacia la reducción de armamentos nucleares.
Mediante una comunicación constante en base a luces, soni—dos y ondas telepáticas en el espacio, diversos astronautas de las grandes potencias fueron contactados durante sus respectivas misiones por inteligencias superiores, alertándoles sobre el inminente peligro en el que se halla la humanidad por la situación de "Guerra Fría" ó tensión máxima que envuelve a nuestro mundo.
El estado mental alterado existente está generando ya en la actualidad: enfermedades, accidentes, catástrofes y hasta con—ducta antisocial y autodestructiva en el común de la gente (movimiento punk, homosexualismo, guerrilla, terrorismo, sui—cidios, droga, pornografía, masacres en estadios de fútbol, manifestaciones políticas, represión, etc.)
Existe una reconocida perforación en la capa de Ozono, que es el escudo de protección natural del Planeta frente a los Rayos Solares, descomponiéndolos y reduciendo su efecto e intensidad.
Este agujero está provocando un recalentamiento de la at—mósfera y cambios climáticos, y está calificado como el produc—to de la deforestación, las pruebas atómicas en la atmósfera; la propulsión y combustible de los aviones modernos; los sprays, la contaminación ambiental y los incendios. Pero como vemos, no se incluye la tensión mundial como elemento que contamina y llega a destruir. Pensemos en el efecto devastador de la angustia y la tensión sobre la salud de un individuo, llegando a materializarse sus preocupaciones en úlceras, taquicardia, infartos, estreñi—miento, etc. Si la cólera, la tristeza, las frustraciones, la ira, el miedo pueden llegar a destruir el tejido interno del organismo. ¿Qué podría ocurrir con mil millones de personas tensas y angustiadas de los Cinco mil Millones que existen sobre el Planeta?
Seguro, más de una úlcera al Planeta.
Y así como ha aparecido este hueco en la capa de ozono so—bre los polos también podría darse el fenómeno inverso, pero tendría que lograrse antes que sea irremediable el proceso degenerativo. Pero ¿cómo?. Fácil es decirlo, difícil pero no imposible lograrlo; y esto a través de una actitud mental positiva, que incluya el retomar el interés por la vida en general, redoblando esfuerzos por cuidar la ecología, empezando por subsanar en uno mismo actuales y futuras catástrofes.
Debemos sembrar conciencia de la importancia de crear sin destruir; de amar respetando; de preservar cuidando. El mundo fue dado en administración al hombre al igual que su cuerpo, nunca es tarde para un cambio si éste es sincero. El cambio, consiste en desarrollar esfuerzos en función del bien común; y esto nos exige trabajar siempre con miras puestas en las futuras generaciones que puedan beneficiarse de un mundo rebosante de vida natural, con aires, mares, ríos, desiertos, montañas y suelos limpios.
Muchísimos han sido los astronautas de los Estados Unidos ó de a la URSS, que han visto producirse cambios significativos en sus vidas posteriormente a sus viajes, que han determinado incluso el que algunos hayan escogido tendencias místicas y espirituales. Otros más bien han profundizado en el terreno de las investigaciones; pero coincidiendo todos en presionar a sus gobiernos en torno a que se libere la información relativa a los Ovnis.
El repetido mensaje vía astronautas consistía en una alerta frente a un acontecimiento cósmico que se avecina y que nosotros los seres humanos estamos apurando con nuestros Pensamientos negativos. Dicho acontecimiento habría sido ampliamente profetizado en el pasado, como una advertencia para que el hombre se esfuerce en neutralizarlo, sabiendo que es el efecto de una causa conocida, nuestro propio egoísmo. El compromiso por el cambio y el fortalecimiento de la voluntad, poniendo en funcionamiento los potenciales dormidos podría evitarlo o minimizar su efecto, y todo ello no por temor sino por amor.
La posibilidad de la caída de un gran asteroide sobre la Tierra no es una ficción por cuanto hay datos científicos que manifies—tan el ingreso en el Sistema Solar de un cuerpo extraño hace unos diez años, y que no es un cometa, sino más bien un asteroide errante. Este intruso estelar tiene un desplazamiento muy parti—cular que se acelera y desacelera sólo, posiblemente por la fuerza de atracción de los planetas cuando ingresa en sus áreas de influencia gravitacional.
Los estudios realizados expresan la preocupación de que pudiera llegar a pasar muy cerca o hasta chocar. Su manifesta—ción en el pasado bien pudo acompañar e influir en la desapari—ción de continentes, algunos ampliamente mencionados en la antigüedad como la Atlántida.
En el Apocalipsis como en los Evangelios se menciona éste intruso celeste, así leemos:
"Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna perderá su resplandor, las estrellas caerán del cielo y las fuerzas de los cielos serán conmovidas... (Mateo 24.29)"
Seguía mirando, cuando abrió el sexto sello; y se produjo un violento terremoto, el sol se puso negro como un paño de crin, y la luna toda como sangre, y las estrellas del cielo cayeron sobre la Tierra, como la higuera suelta sus higos aún verdes al ser sacudida por un viento fuerte; el cielo fue retirado como un libro que se enrolla, y todos los montes y las islas fueron removidos de sus asientos.... (Apocalipsis 6,12,14)
"Entonces fue arrojado al mar algo como un enorme montaña ardiendo y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. Pereció la tercera parte de las criaturas del mar que tienen vida, y la tercera parte de las naves fueron destruidas, tocó el tercer ángel... Entonces cayó del cielo una estrella grande, ardiendo como una antorcha... Cayó sobre la tercera parte de los ríos y sobre los manantiales de agua. La estrella se llama "Ajenjo"... Apocalipsis 9.12)
Vemos pues con insistencia la advertencia ante un suceso que va siendo programado con nuestra actitud mental negativa, crisis de valores y desarmonía vibratoria; pero así también vemos que podemos crear causas nuevas, que generen nuevos efectos y logren alterar nuestro futuro. El futuro no es inalterable ni inamovible, por ello, siendo impredecible, los seres humanos tenemos la potencialidad de la que ya hemos hablado, que podría alcanzar lo que hasta hace poco pensábamos era imposible, variar los acontecimientos.
Pasaban los días, las semanas entre el trabajo, la familia y los grupos. A pesar de que resultaba difícil convivir con la realidad del contacto y quehaceres cotidianos, me esforzaba en sobrelle—varlo lo mejor posible y con la mayor naturalidad, cosa que sorprendía grandemente a quienes estaban a mi alrededor. Y es que era cosa de locos..... Haber subido a una nave de otro planeta, conversado con sus tripulantes; haber vuelto de tan singular odisea y seguir viviendo como todos los días, trabajando en una oficina bancaria de la capital; era como para no creerlo.
Fue en aquella época en que los acontecimientos fueron precipitando decisiones que determinarían cambios irreversibles en mi vida. Así llegó a fines de Mayo una invitación para España y con la venía de mis siempre pacientes y comprensivos Jefes del Banco quienes desde un primer momento me brindaron su amistad, aprecio y respeto, pude viajar haciendo uso del resto de mis vacaciones. Uno de mis superiores me había recomendado que aquel año no insistiera en nuevos permisos, por cuanto tenía "planes" para mí. Me había propuesto para un ascenso y aumen—to, para descargar sobre mí nuevas y mayores responsabilidades.
Mis compañeros de trabajo creaban sin quererlo un ambiente hostil a un mensaje trascendente y espiritual, por cuanto allí mismo se respiraba tensión. Pero sabía que allí me encontraba para dejar una semilla, y no me iría antes de haber cumplido con el papel que allí debía realizar.
No pasó mucho tiempo sin que fuera llamado a la unidad de Instrucción del banco a dar conferencias sobre los "contactos" a jefes y empleados, consiguiendo gran aceptación entre los asistentes.
Pero como si todo se hubiese confabulado para que llegase el momento de la ruptura con el banco, en el mes de Julio me llegó, una invitación oficial de la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York. El interés de este importante organismo Internacional se produjo a raíz de la serie televisiva de Josíe Mejía del Canal 41 de T.V. "Los misterios del Perú: Un eterno Desafío" y por expectativa creada por la película de la Actriz Norteamericana Shirléy Mac Laine sobre contactos extraterrestres en el Perú. La invitación era para dar una conferencia el día 13 de Agosto de ese año.
No pudiendo hacer nada para que se alterara la agenda de la ONU, presuroso me dirigí a mis jefes, quienes se disculparon de no poder atender mi pedido, debido a requisitos de personal en esa parte del año, por haber agotado mis vacaciones; y el estar inscrito por mi superior en un curso de capacitación para la primera quincena de Agosto.
La respuesta negativa no excluía el que pudiera ir a la instancia más alta, como era el Jefe de Personal. Sabía que aquella oportunidad de dar nuestro mensaje no se repetiría, así que intenté convencerlo, usando mis mejores argumentos.
Las sensaciones que acompañaron esas largas horas de espera a ser atendido en la gerencia, fueron tan diversas. Me encontraba frente a una gran disyuntiva: si se me contestaba que no podía viajar, tenía que ponerme en las manos de Dios y dejarme guiar.
Era para mí una gran responsabilidad el atender la invitación de las Naciones Unidas, porque no querían que fuese otra persona quien disertara; pero tampoco podía echar por la borda mi profesión y el futuro material familiar, ya bastante afectado por las continuas privaciones.
Mi corazón latía agitadamente y me sudaban las manos cuando la secretaría me informó que podía pasar a la oficina del Gerente.
A pesar de mis argumentos, el Jefe de Personal se disculpó de no poder acceder a mi petición. Le agradecí sin inmutarme su atención marchándome enseguida. Cuando salí a la calle me sentí inexplicablemente liberado de un terrible peso y aunque su respuesta había sido negativa caminé con paso firme cruzando las avenidas esbozando una sonrisa que debió haber arrancado más de un comentario entre los transeúntes.
En los primeros días de Agosto se inició el curso de capacitación y desde el primer momento mis calificaciones fueron excelentes, pero para coincidencia, el día del examen final era el mismo fijado para el vuelo a Nueva York y en el mismo horario. El pasaje me había llegado y lo tenía en mis manos, aun cuando no hubiese aceptado tácitamente.
Cuando llegó el día del viaje y del examen, consulté con Marinita, quien visiblemente preocupada acertó a decir: ¡Haz lo que sientas, lo que debes!. Esto fue suficiente como para que sin mirar atrás, soltara las riendas cómo en el ejemplo de Ignacio de Loyola (guardando las distancias) y dejara que me guiara el espíritu. Fuí al Aeropuerto y viajé!
Marinita como buena mujer, esposa responsable, trató de conseguir que no me despidieran por abandonar el puesto. Presionados por los sucesos, mis jefes a regañadientes, le exi—gieron que me presentara el día lunes sin falta, y ese día era Viernes.
La conferencia en la ONU el día 13 de Agosto de 1986 fue de un éxito realmente sorpresivo, que incluso motivó que se repitiera la misma el día 22 del mismo mes, algo inusual en éste Foro Internacional. Ello me complicó aún mas el panorama.
Durante las disertaciones, un Delegado Diplomático Sovié—tico me preguntó lo siguiente:
—¿Por qué considera usted, Sr. Paz, que los Gobiernos de las grandes potencias piensan que es necesario ocultar la existencia los Extraterrestres?
La pregunta era de por sí un reconocimiento tácito de la existencia de la vida fuera de nuestro planeta; de la presencia en nuestro mundo de otras civilizaciones; y del ocultamiento de común acuerdo, de una realidad que conmocionaría la civiliza—ción.
En aquella ocasión le contesté:
—Considero que el silencio que se mantiene no tiene que ser necesariamente interpretado como complicidad arreglada, sino por el contrario el silencio podría obedecer a un acto responsable frente al hecho de que aún no estamos preparados para aceptar que compartimos la existencia consciente en el Universo.
Es obvio, lo que se teme es el "choque cultural", que la presencia extraterrestre cuestione toda nuestra forma de vida, incluyendo la política, la religión, la economía, la historia, la ciencia en general, ¡todo!
El periodista Chileno Antonio Huneus presente allí se refirió al punto de vista extraterrestre sobre nuestra situación actual. Su pregunta fue:
—¿Cómo nos ven ellos a nosotros?
—Como a un suicida que desea acabar con su vida por un paradójico apego a la existencia material. Ellos nos quieren ayudar para que no llegue nuestra destrucción, pero sin crear dependencias, ni siendo ellos los desencadenantes de los aconte—cimientos. Por ello guardan sus distancias.
El hombre debe salvarse a sí mismo. Tiene la capacidad para hacerlo.
Un funcionario de la ONU aprovechó para insistir, pidiendo que se le contestara si era que la humanidad tenía esperanza o no. De pronto ya sería tarde.
Le dije en aquel momento algo que brotó en mi interior y fluyó por mi garganta de manera incontenible, con una fuerza sorprendente: — ¡no me lo pregunte... Créalo! Sólo así podrá llegar a ser.
Esta respuesta y muchas otras que se produjeron ante las múltiples preguntas que se sucedieron en aquellas reuniones, arrancaron interminables aplausos y dejaron muy complacidos a los asistentes. El mismo Dr. William Simons eminente miem—bro del Club de Místicos del personal de la ONU me dijo que las puertas estarían permanentemente abiertas para nosotros y nues—tro mensaje de esperanza para la humanidad; y acotó a conti—nuación el ilustre representante, que quizás yo no era totalmente consciente de la importancia de haber dado la conferencia en tan importante palestra, pues me había desenvuelto notablemente.
Le dije mejor que así fuese, pues sin desmerecer el momento y el lugar, el mensaje compartido es lo realmente importante. Al encontrarme en situación de transmitirlo, procuro dejarme guiar por la conexión que con las fuerzas superiores se establece en ese momento, prefiero evitar todo lucimiento personal y procurar que la emisión trascienda al receptor o canal.
El retorno al Perú fue en medio de un mar tormentoso de inseguridades en las que veía naufragar mi vida. Marinita estaba desolada por cuanto no había cumplido regresando inmediatamente después de la primera conferencia y entonces su esfuerzo había sido inútil. Sin embargo, al llegar todo parecía arreglarse, ya que en vez de despedirme los Jefes hicieron un trato conmigo perdonándome la grave falta si me comprometía a no tomar vacaciones en los próximos dos años ni a viajar pidiendo permisos. Les solicité tiempo para pensarlo y me otorgaron sorpresivamente seis meses de licencia sin goce de haber, para pensarlo. Esto me resultaba conveniente por cuanto podría dedicarme todo ese tiempo a la difusión si todavía estaba en pié la ahora imprescindible ayuda internacional y luego dejar que ya todo siguiera su propio rumbo, retornando a mi trabajo después.
La ayuda empezó a llegar ininterrumpidamente como apoyo económico por parte de generosos hermanos comprometidos con la Misión y el mensaje.
Quedando una vez más demostradas las sabias y proféticas máximas de la Biblia que dicen: "El obrero es digno de su salario"... Y el estar al servicio del Plan Cósmico y del Padre Universal, es estar a buen recaudo.
Los meses siguientes abundarían en viajes al interior exterior multiplicándose geométricamente las conferencias y entrevistas de radio, televisión y periódicos, sin tener que cobrar por ellas.
CAPITULO III
LA BASE SUBMARINA
Eran las 9.30 PM, del 23 de Diciembre de 1986, y la calle que se ubicaba delante de la fachada de la casa de la familia Santos, lucía deshabitada y silenciosa, vacía. San Borja es un distrito residencial de Lima con zonas y calles poco transitadas por la noche.
Repetidamente sonaba el timbre, obligando a Pedro a cruzar el amplio jardín que separaba el portón de la cochera de las marmóleas escaleras que daban hacía el interior del recibidor.
Uno tras otro, los miembros del grupo Rama que se reunían allí, se iban congregando en la sala, interrumpidos ocasional—mente por la llegada de alguien más que era sujeto de abrazos y saludos.
En vez de la acostumbrada reunión de los días martes habría de efectuarse en aquella ocasión, un agasajo a los egresados de un curso de capacitación en la guía de prácticas de Rama.
Aprovechando la masiva asistencia, se realizó la práctica habitual de relajación y meditación, previa cúpula de protección, que suele ser invocada al principio aplicando la ley de Menta—lismo. Todo esto creó las condiciones para la recepción de comunicación, en la cual habría una cita contacto.
En medio de la reunión, cubiertos por la penumbra, las manos de los antenas empezaron a registrar cierto movimiento com—pulsivo.
Se percibía en el ambiente, aquel inexplicable olor a flores que acompaña cierta recepción de mensajes y presencia a diversos niveles de los seres superiores.
La comunicación recibida decía lo siguiente:
"Sí, estamos con ustedes.
Lo que en el tiempo fue señalado, llega el momento que sea dado y vivido... Podrás ir acompañado por no más de seis personas, pero la experiencia tú bien sabes cual es, y que requiere de tí. No pierdas tiempo y aprovecha el viernes que viene tarde en la noche; como fue en el principio de este año vuestro, asimismo será. No temas, estarás preparado y todo se dará como deba ser.
Toma conciencia de la Misión y de tu labor en este tiempo, para que Rama vibre y se realice. Acelera lo que se tiene inconcluso.
Con amor Sampiac y Oxalc"
Al término de la meditación de apoyo a la recepción, se encendieron las luces y en la medida que todos reaccionábamos, se iban confrontando las sensaciones y experiencias así como el contenido de los mensajes captados.
A partir de ese momento, me quedé pensando en cómo se daba una nueva invitación de los Guías, que habría de complementar lo de Abril. Habría que prepararse para ello, y esa fue mi tarea inmediata.
No hice mayores comentarios a la comunicación, consideran—do que era preferible no crear expectativas entre los hermanos, en lo que se refería a quien me acompañaría.
Con Marinita conversamos tarde esa misma noche, buscando comprender el significado de esa nueva cita, que me permitiría en nombre de todos estar con los maestros y guías de otros planetas y dimensiones, aprendiendo, para poder transmitir luego lo recibido.
Volviendo a las reflexiones que siguieron a aquel día, todas ellas se circunscribían a lo que sería la próxima salida, en la que seríamos siete personas los testigos de una experiencia impor—tante para el entendimiento del proceso colectivo en el 74.
El testimonio posterior sería de gran utilidad para la mejor evaluación del momento actual; por ello se requería también de una adecuada selección entre todos los miembros, o dejar que la intuición y las circunstancias ayudaran a precisar esto.
No tuve que hacer mayor esfuerzo para hallar a los acompa—ñantes a la cita en el desierto, pues fueron apareciendo solos, quienes sin conocer la existencia de la salida se ofrecieron a participar insistentemente en la próxima que hubiese, donde fuese y en la fecha que se dispusiera. A estas personas que sentí libres del protagonismo, no les informé inmediatamente de los planes futuros, por el contrario: dejé pasar los días para conse—guir evaluar con ello su disposición.
En la noche anterior a la salida me comuniqué con cada uno de los voluntarios incondicionales, empecé por Jorge y Julio Anaya, dos jóvenes mellizos que durante bastante tiempo se habían esforzado en publicar una pequeña revista de integración Rama a nivel Internacional. los cité para reunimos al día siguien—te en la puerta del local de la Misión que funcionaba en aquel entonces en la Avenida Brasil No.33—30, a las 7.30 PM.
Ese mismo día de navidad me llamaron por teléfono a casa, Carlos De la Torre, coordinador en ese entonces de Rama Puerto Rico, que se encontraba de paso por Lima; al igual Ernesto Carhuaz de Rama Talara; y ambos solicitaron—sin saber nada del mensaje— que se les tomara en cuenta para una próxima salida. Una nueva llamada pero realizada por mí a cada uno por separado durante la noche, les confirmaba su participación en la cita, contando con su concurso inmediato.
El viernes 26, día de la salida, le confirmé temprano en la mañana a Héctor Boceta del grupo de egresados de San Borja; y entrando el mediodía concreté al último invitado: Willy López, miembro del Consejo de Tierra de Rama Lima, siendo el último en ser invitado y tomándolo desprevenido, respondió con el mejor ejemplo de disposición.
Llegué al local Rama a las 7.00 PM, y me encontré con dos personas de uno de los grupos que se reunían en la Avenida Brasil, quienes por no saber nada del mensaje sobre la salida, se extrañaron con mi presencia allí. Al poco rato se me unieron Carlos de la Torre y Ernesto Carhuaz; luego a los cinco minutos legó Willi López muy animado, cargando su mochila sobre las espaldas. Fuimos entonces recibidos en el local por la hermana Consuelo de Concha, quien siendo dueña de la casa que alberga gentilmente nuestras reuniones, nos refirió un sueño que había tenido la noche anterior, en el que veía varias personas entre las que me encontraba yo en una importante salida, la cual había producido una interesante emoción.
Nos miramos unos a otros reconociendo aquello como una coincidente señal de que la salida a realizar estaba bien auspi—ciada. Llegó en aquel mismo instante Héctor Boceta con su propia movilidad ofreciéndola generosamente para utilizarla en la salida. aún cuando desde un principio habíamos pensado partir del local al centro de la Ciudad para coger un autobús hacia el sur.
Haciendo tiempo hasta las 8.00 PM, para darle la oportunidad de llegar a los hermanos Anaya, que inexplicablemente no se habían presentado hasta el momento. Willy le enseñó a Héctor un folleto de la Misión Rama editado en España por la Asocia—ción Adonai, para la Fraternidad Cósmica, basándose en una entre—vista que me hicieron en Desojo (Navarra) España ese año; Héctor le narró a Willy que hacía varias semanas el número 33 le rondaba y martillaba obsesivamente, incluso dos — noches seguidas se había despertado y al mirar el reloj, éste marcaba las 3.33 de la madrugada; también en los baños turcos a los que él asiste, le habían entregado esa mañana el número 33.
Mientras esto ocurría, le facilité a Carlos los últimos boletines informativos Rama editados en Perú.
Pasadas las 8.00 PM, y no pudiendo aguardar más para partir, llamé la atención del resto del grupo para que recogiese sus mochilas para irnos, quedando al margen de la experiencia los dos muchachos.
Subidos en el automóvil, partimos con rumbo a Chilca; y desde el mismo instante en que doblamos la esquina hacia la Avenida Brasil, tanto Héctor como yo, fuimos presas de una fuerte presión en la cabeza. Era algo muy parecido a lo que ya habíamos sentido en salidas anteriores igualmente importantes, se acentuaba a medida que el auto se deslizaba por la carretera.
Como oposición a la trascendencia positiva de la salida a la que acudíamos, tuvimos un contratiempo con un neumático justo cuando nos acercábamos al desvió para tomar la carretera hacia el sur.
Una de las ruedas había golpeado en un hoyo provocándose de inmediato el que se reventara.
El auto que no poseía gato para el cambio, quedó sospechosamente detenido a la puerta de una reencauchadora de llantas en el preciso instante que cerraban por lo avanzado de la noche. Nos atendieron diligentemente y en breves instantes nos hallábamos nuevamente en ruta.
Las pequeñas o grandes dificultades nos recuerdan que no por estar en este camino espiritual dejamos de ser probados; muy por el contrario las pruebas resultan siendo muchas veces, mayores, como serán nuestros argumentos para sobrellevarlas. Pero el principal argumento para enfrentar cualquier tropiezo es el conocimiento de las leyes que todo lo regulan.
"A toda fuerza se le opone otra de igual intensidad". Esto opera continuamente mientras uno se va adentrando en el misterio de nuestro origen y razón de existir. Es como la gran aventura del explorador de lo aparentemente insondable, fuerzas hay que se confabulan en torno del esfuerzo para dificultar al máximo el éxito; pero esto no amilana para nada al valiente, que no cuenta mas que con su voluntad y la fe para seguir avanzando.
Las dificultades son a la sazón, el síntoma de que andamos por buen rumbo, y ello no nos debe desanimar, por el contrario nos debe estimular a entregarnos por entero a lograr la culminación de las etapas del viaje mágico y alquímico hacia lo más recóndito de nuestro ser interno.
El método para mantenerse despierto y consciente en el proceso, no posee secreto alguno ni requiere de plantas alucinó—genas, drogas, ejercicios exóticos o grandes meditaciones; sim—plemente si uno se esfuerza por estar atento a leer en los acontecimientos con inteligencia combinada con intuición e imaginación pueden llegar las respuestas. Y llegamos a darle la importancia relativa que todo tiene y como un juego interesante de rompecabezas, coleccionamos una serie de "coincidencias aparentes", que empiezan a multiplicarse alrededor de nosotros.
Conste que no es el asunto llegar a crear la ilusión de que todo se mueve en tomo nuestro porque queremos creernos seres especiales y predestinados, es sólo que estamos despertando fuerzas y generando efectos por una causa mayor que constituye nuestra búsqueda.
Sea cual sea la forma que escojamos para avanzar por el camino de la autorrealización, el secreto "sin secreto", es la actitud mental creativa y positiva, que reconociendo la libertad inherente al hombre, libremente se somete al Plan Cósmico para acelerar el proceso en uno, para que esto ayude a la totalidad.
Se nos hizo muy corto el viaje por las conversaciones que mantuvimos durante el trayecto, llegamos así a las afueras de Chilca, avanzando en medio de la oscuridad hasta alcanzar el desvío conocido hacia el desierto.
En la penumbra del paisaje resaltaban a la distancia las luces de las pocas granjas avícolas adyacentes a la ruta. Rápidamente íbamos dejando atrás los últimos rezagos de la civilización, para internarnos en la soledad de un ambiente que de primera impre—sión, resultaba tenebroso. El cielo, tapado como de costumbre con un grueso manto de nubes bajas impregnaba de humedad todo el lugar, pero en la medida en que nos acercábamos al sito de la cita, empezaba a despejarse, dejando entrever un cielo claro y estrellado.
Al fondo de la conocida cañada, podía apreciarse una nube oscura muy particular, pues su forma era rectangular con sus extremos perfectamente definidos e inclinada ligeramente sobre un cerro. Fue entonces cuando dejamos el auto porque ya no se podía avanzar por la polvorienta senda, donde las llantas se venían enterrando. Al ir bajando los equipos que cargaríamos sobre nuestras espaldas, percibimos un intenso olor a rosas — imposible y sin justificación en aquel desierto, tomándolo como la cercanía de una presencia superior.
Iniciamos el avance tan pronto Héctor cerró con llave su movilidad, iluminando nuestro avance con linternas. Mientras caminábamos con cuidado para no tropezar con las piedras, conversaba con Willy acerca de la credibilidad de la experiencia anterior del 18 de Abril, la que algunos hermanos habían cuestionado y desmerecido sólo porque no estuvieron conside—rados como testigos de la misma y otros sí lo fueron; ciertamente que todo me entristecía, y no porque dudaran de mí sino porque se preocupaban más de cuestionar la experiencia de otro, des—cuidando las suyas propias que podrían multiplicarse con el desprendimiento.
Aún faltaba mucho para que pudiéramos superar la etapa de la envidia y la ambición.
Cuando caminábamos percibimos el singular apoyo y presen—cia de los Hermanos Mayores en la zona, de repente, una aparente gran estrella, que había sido de las primeras en asomar entre las nubes, comenzó a moverse inconfundiblemente en zig——zag, a varios miles de metros por encima de nosotros. Luego la luz, como una pelota de ping—pong, bajó violentamente para ingresar á la nube rectangular que cada vez se veía más consistente.
Veníamos sintiendo y veíamos confirmarse que los detalles de la reunión estaban dispuestos, para el mejor aprovechamiento de la misma, por parte de nuestros anfitriones.
Nos aguardaban preparados y así pensábamos, llegando con cada paso, a un encuentro con el Cosmos.
Nos reunimos en la explanada que sirvió de punto de concen—tración a citas anteriores. Nos fuimos acomodando, tomando asiento en el irregular terreno y luego de un intercambio de comentarios y opiniones, hicimos una cadena de protección del grupo, envolviendo el lugar mentalmente en un domo de luz: A continuación realizamos una meditación para entrar en conexión y sintonía telepática con los guías. Al final del trabajo me disculpé del resto apartándome del grupo para avanzar por la quebrada hasta la parte más alta dónde se venían multiplicando unos extraños resplandores.
Luego de que me retiré, el grupo se organizó para trabajar leyendo y analizando los mensajes. Siguieron después con ejercicios de visualizaciones y concentraciones de apoyo.
Durante esto último todos los allí reunidos apreciaron un fuerte zumbido sobre sus cabezas, que duro largo rato. En aquel momento Willy visualizó claramente un círculo muy grande en el cual, seis luces muy potentes distribuidas una al centro, y las cinco restantes alrededor. De cada una de estas luces, salía una espiral que le rodeaba llegándose a unir con el espiral de las otras.
Willy recibió el siguiente mensaje:
"Sí, hermanos, nos vieron y estamos cerca vuestro, no se preocupen, trabajen.
Tell—Elam esta siendo preparado para la experiencia que? pasará y de la que serán testigos si continúan trabajando. Todos ustedes han sido reunidos aquí por su entrega y preparación; que han recibido deforma contundente y también sutil. Todos` han vivido experiencias personales que les han conducidó hasta este momento.
No se preocupen por su amigo, nosotros estamos cerca y lo protegeremos. Dejen de inquietarse. Trabajen en meditación procurando no dormirse. Es necesario su apoyo. El hermano lo necesita. El recibirá mensajes nuestros que después compartirá con ustedes. Trabajen y esperen ".
Con amor, Sampiac
Mientras andaba solo por aquel vasto campo de restos aluviónicos, mi emoción crecía frente a los posibles sucesos, a los que no llegaba a acostumbrarme, y siempre me sentía como si fuese la primera vez que lo enfrentara. En mi mente, quizás por la soledad del lugar, me fueron apareciendo algunas preocupacio—nes por la situación de los grupos y personas que en el interior de la misión en el mundo, reflejaban una total ignorancia de la verdadera esencia del mensaje, habiéndose quedado sólo en la parte exterior del fenómeno. La falta de identificación con el amor multiplicaba las tensiones y entorpecía el diálogo integra—dor, tan necesario para una convivencia fraterna; esto lo veía ocurrir una y otra vez en los diferentes lugares que visitaba, pero sobre todo después que me marchaba, y aparecían los protago—nismos. Era una contradicción la falta de diálogo entre los hermanos, cuando procurábamos llegar a mantener contacto y diálogo con seres de otros mundos., Aún recordaba al respecto, las palabras de Oxalc cuando decía: "Procura asumir tu rol comprometido, la dirección y mejor orientación de los grupos..." Y qué mejor orientación que dirigir sin que nadie se sienta dirigido, repartiendo responsabilidades, compartiendo la idea de que toda labor es importante, por cuanto Rama es una experien—cia colectiva que resume los aportes de todos sus participantes, apoyándose para avanzar; sólo así se puede oponer una fuerza poderosa de unión frente a los acontecimientos profetizados para la humanidad.
Dos canéplas o monitores controlados a distancia de un color anaranjado, me sacaron rápidamente de mis pensamientos. Ambas esferitas de un metro de diámetro, descendieron vertiginosa—mente colina abajo por el lado derecho de la quebrada. Una de ellas llegó a acercárseme tanto que si daba unos pasos podía tocarla. Allí pude apreciar que su forma real era ovalada con un increíble parecido a un ojo felino. Reaccioné queriendo tocar el monitor que me observaba flotando en el aire, el objeto mantenía una ligera oscilación de abajo hacia arriba, percibiendo mis intenciones hizo un brusco movimiento hacia atrás que me asustó, rehuyéndome. Pensé de inmediato en lo sensible que era, y mientras lo observada aumentó su brillantez como si su luz me traspasara y caí tropezando con una piedra, levantando una nube de polvo. Fui reaccionando, bastante apenado por lo ridículo de la situación cuando al voltear hacia atrás, me encon—tré frente a frente con el otro objeto que miraba detenidamente.
Las canéplas me habían rodeado y por su comportamiento parecía que su intención era que las siguiera, juntándose y marchando ambas a gran velocidad hacia los cerros cercanos, elevándose después hasta las nubes.
Ya parado, me sacudí el polvo, y caminé en la dirección que habían seguido esas unidades robóticas, sin perder de vista la zona de los resplandores. De entre las nubes empezó a salir una gran nave circular, en cuya base se producían resplandores, y al ir acercándose conservando una altura de unos 800 metros pude apreciar como una enorme espiral azul brillante, y en los bordes del aparato se destacaban unas grandes esferas naranjas. Cuando aún estaba frente a mí, se inclinó de lado mostrando su base; recibiendo gran cantidad de ideas en mi mente. Entre ellas se me preguntaba si ya me consideraba listo para acompañarles.
Con mucho respeto les dije que aún no, y que tampoco el grupo estaba para asimilar la experiencia.
Era lamentable tener que aceptar que por querer mantener un número grande de miembros en el grupo Rama, en vez de ganar ''fuerza e integración, por el contrario veíamos cada vez más diluirse el resultado de la preparación, ya que la entrega total se encuentra en pocas personas.
La mayoría de las religiones, sectas, fraternidades, escuelas, filosofías, etc., cifran su poder e importancia en la cantidad de miembros que las componen que en la mayoría de los casos permanecen ignorantes y ajenos al real proceso. Un nivel con—veniente para su autoridad jerárquica, donde la superficialidad, ignorancia y superstición permiten fácilmente manipularlos y controlarlos.
La misión procura aportar una información que no necesaria—mente inquiete a la persona a pertenecer al movimiento, ni siquiera a creer sino a pensar. Esto es, motivarlas a que se definan espiritualmente y busquen la forma y el lugar para desarrollarse.
Eran las 12.30 de la noche cuando me encontré debajo del objeto suspendido a baja altura. Y escuché después de un largo silencio, un ruido que procedía de la nave, y luego una voz que presentí podía venir del Guía Sampiac, que decía:
"Te comprendemos y respetamos tu decisión. Debes venir tú sólo la próxima vez, y deberá ser pronto."....
Un gran estruendo se produjo, y el disco marchó por el valle proyectando un potente reflector sobre el suelo, el mismo que me había envuelto durante todo el rato. Miré el reloj y habían pasado dos horas.
Regresé tranquilo por entre las piedras, volteando de vez en — cuando la mirada hacia el lugar del contacto, sintiendo el peso de aquellos años de experiencias, sin entender la mayor parte de las cosas. Se debían aceptar las bondades de un programa extraño poniendo la intuición y la humildad. El tiempo me había de—mostrado que hasta ese momento no me había equivocado en cuanto a mi sentimiento, y que todo va adquiriendo sentido lentamente, por lo que no estaba lejano el momento en que se sabría por qué de todo.
El cielo se había cerrado tras de mí, sobrepoblándose de oscuras nubes. Pero después volvió a abrirse dejando ver las estrellas. Fue entonces cuando me reuní con los hermanos que habían apoyado el trabajo. y consultamos a través de la psicografía los alcances de la salida, el mensaje decía:
"Fueron reunidos a compartir una experiencia que enriquece a la Misión en Información. Sepan valorar el contenido de la misma, pues la clave del nuevo tiempo viene marcada por el número 3333. El cual es un código matemático, y del mismo se —desprende el significado del 33, que es la Alianza Galáctica, que mantiene la Confederación para con la Merla (Tierra); para ayudarla en su transición dimensional evolutiva.
El número 33 representa la madurez del hombre espiritual en un compromiso responsable y voluntario por la salvación de su humanidad, a través de la entrega total en el servicio desinte—resado y consciente. El 33 es la clave numérica del sello de la estrella y la cruz interior. Es la estrella conformada por los triángulos que se cruzan; es el ascenso mediante el despertar.
Sampiac.
Se alcanzó una buena vibración de conjunto tanto para la recepción como para toda la experiencia en sí, pero la prepara—ción y la constancia en alguno no era la óptima, porque hubo quien se durmió y con sus ronquidos turbaba el trabajo de los demás.
Eran las tres de la mañana cuando decidimos regresar al automóvil para descansar allí, pues el frío iba aumentando. No podíamos regresar de inmediato a Lima, por cuanto seguía el Toque de queda.
En el auto después de un regreso entre comentarios, preferi—mos hacer el recorrido hasta Chilca, y allí esperar el amanecer. Nos quedamos en una estación de servicio (gasolinera), dejando aparcado el coche, mientras el grupo en su interior procuraba sacar el mejor provecho a las pocas horas que quedaban de la madrugada.
En el lugar había varios camiones de carga que también estaban estacionados, haciendo un alto en su largo andar por todo el territorio nacional, hasta que despuntara el día y pudieran seguir su camino.
Fuera del auto se encontraban Willy y Carlos, conversando sobre la situación de los grupos de Puerto Rico y Perú. Habían decidido salir de la movilidad por cuanto se sentían incómodos por la estrechez. Fue entonces cuando de entre los camiones, hizo su aparición un orate. Era uno de aquellos pobres dementes que abarrotan las ciudades del país por la falta de sensibilidad de nuestra sociedad. El loco venía caminando hacia el auto, y cuando ya estuvo muy cerca de los muchachos sin que mediara razón o estímulo alguno, empezó a gritar fuertemente:
—¡Treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres..... Ovnis: Uno, dos, tres!...
Los gritos y el extraño monólogo hicieron que Héctor, que dormía en el auto, saliera despavorido, y los demás lo seguimos. Nuestro asombro fue inmenso, quedándonos mudos de la impre—sión y sin poder hacer de inmediato ningún comentario.
Sobre las 5.00 AM, partíamos destino a Lima cruzándonos en la despejada carretera con una camioneta pick—up cargada de gallinas, que nos llamó la atención por cuanto en su matrícula se observaba el número 33.
La reiterada observación del número 33 en las placas de los autos, señales del camino y otros, superando los índices de coincidencia ó cálculo de probabilidades, venía a transformarse de simple juego a una confirmación automática en muchas ocasiones, de los avances y pasos positivos que veníamos dando hasta aquel momento.
Cuando llegábamos a Barranco, observamos estacionado un camión con la placa 3333, lo cual causó una algarabía general. Toda la salida resultó marcada por aquel cabalístico número, como clave de un conocimiento oculto que estaba próximo a ser interpretado. Ese número siendo un activador numérico de la conciencia, que junto con otros que pueden empezar a manifes—tarse repetidamente, marca un momento en el proceso de grupos e individuos.
El viernes 2 de Enero de 1987, volvimos a recepcionar comunicación en paralelo con otras personas. Allí, los guías recordaban la necesidad de que pronto se realizara la salida que en definitiva marcaría el momento de la Misión Rama para un despertar colectivo. En el mensaje se insistía en que se apurara la preparación y se trabajaran las condiciones para que en el menor tiempo posible, la experiencia se consolidara, ya que ésta debía producirse en el interior de una nave nodriza, que ya se encontraba en su tiempo límite para regresar a Morlen.
Como sabemos las naves que usualmente observamos son de tipo explorador y de corto alcance, por lo que siempre es necesaria la presencia de una mayor, nodriza o madre, que es la verdadera nave interplanetaria, para que las otras se aparezcan. Las nodrizas generalmente permanecen a gran altura (Estratosfera) o algunas llegan a sumergirse en el fondo de los océanos, a grandes profundidades y depresiones constituyéndose en bases submarinas y resistiendo grandes presiones.
La ciencia extraterrestre puede interferir nuestros sistemas de defensa, o pasar desapercibidos a voluntad. Incluso se sabe que aprovechan el ingreso a nuestra atmósfera de meteoros, para introducirse sin llamar la atención; aunque ya los radaristas están acostumbrados a captar los objetos no identificados bautizados como fantasmas, porque así como aparecen en las pantalla, desaparecen de las mismas a velocidades increíbles.
Muchos han sido los submarinos nucleares que han zozobrado siendo aplastados por la presión al perseguir un Ovni a gran profundidad, quedando demostrado que nuestra tecnología es aún muy limitada, frente a estos objetos, que tienen autonomía de funcionamiento tanto en el cielo como en el agua. Y cuántas leyendas y relatos del siglo XVI en adelante, nos mencionan extrañas luces; barcos fantasmas e islas sumergidas, así como extrañas ciudades bajo el mar, que tendría el asidero real en la presencia extraterrestre.
Tendría que ser entonces en una nave mayor, en que se produjese el viaje a las colonias, y no podía esperar que fuese un viaje especialmente fletado para mí sólo o por mí.
Ello lo comprendía muy bien, así como que para realizar la travesía debería coincidir con uno de aquellos viajes ocasionales que cumplen esa ruta y que pudieran incluirme.
El asunto era que pronto una nave iba a marchar de la Tierra y querían contar conmigo para aprovechar la oportunidad. Mis temores al respecto no me permitían la total disponibilidad, aún me costaba mucho aceptar el posible hecho.
Los primeros meses del año sirvieron para multiplicar los viajes al interior del Perú, aprovechando de las coordinaciones realizadas con los grupos y gente interesada que así me lo manifestó en la segunda convención de Misión Rama, realizada en la Ciudad de Trujillo, importante Metrópoli del Departamento de la Libertad al norte de la costa, cercana a la otrora capital pre—inca del reino Chimú: Chan —Chan.
Chan—Chan es una ciudad de barro de varías decenas de kilómetros, con murallas, pirámides y rampas. Fue conquistada por el Inca Pachacutec en el siglo XV. Sus habitantes se decían hijos y descendientes de un Dios llamado Naylamp, quien habría llegado procedente del mar varios siglos antes.
Tenía su cuerpo dorado como el oro, ojos marcadamente rasgados y un casco o tocado a manera de un aura brillante. La figura mítica de esta divinidad es siempre representada con alas en la espalda como cuenta la leyenda: "Llegado el tiempo en que marchara, el gran Dios Naylamp se despidió, prometiendo retornar. De su espalda brotaron dos hermosas alas doradas que lo prepararon para subir en un gran pájaro que descendió del cielo para recogerlo, dejando tras de sí toda la riqueza de su enseñanza y sabiduría."
Los grupos de Trujillo siempre se han destacado entre los más importantes del Perú, con muchísimos años de trabajo activo y con muy interesantes experiencias entre las que se incluyen algunas de contacto físico.
Una experiencia en especial fue vivida por este grupo con carácter de primicia, antes que en ningún otro grupo en el mundo. Es el caso de los "Cristales de Luz" también llamados "tercer cristal", cuya primera recepción se produjo el 7 de septiembre de 1985 en un lugar privilegiado de los contrafuertes andinos, llamado Collambay.
La recepción de esta singular "iniciación" se realizó en una salida que congregó a 25 personas, luego de que en días previos se recibiesen comunicaciones y confirmaciones con sendos avistamientos.
El modo de la recepción de los cristales de luz consistía en ubicarse en círculo con los demás participantes, extender los brazos y mantener la concentración mientras uno permanece parado. Empezaban entonces a materializarse sobre las palmas de las manos, unas pequeñas pirámides doradas en cuyos vérti—ces podía observarse algo así como reducidas cruces blancas, luego, las manos eran llevadas sobre la frente, una encima de la otra.
A través de las manos se podía llegar a ver el resplandor y las cruces que se consolidaban en una especie de rombo dorado. La sensación en más de uno fue de algo pegajoso y frío.
Algunas personas del grupo que no pudieron asistir a aquella salida vivieron en sus propios hogares, sensaciones y percep—ciones del mismo cristal con la cruz inserta.
El 15 de Febrero de ese mismo año, en una nueva salida de los grupos a aquella misma zona, se repitió con buen éxito una recepción similar.
Con el correr del tiempo y sin que mediase intercambio de informaciones, en distintas partes de otros grupos, habían empe—zado a vivir experiencias parecidas, como fueron la recepción de un haz de luz en el entrecejo; previamente se percibió calor en las manos y aparición de un cristal de base octagonal como si fuese un diamante de intensa coloración azul.
La repetición de ciertos hechos hace posible el que se acepte y generalice en todo el movimiento una experiencia. La misma puede tener variantes que a veces se consideran mínimas por guardar ello, estrecha relación con las diferencias de apreciación de las personas.
El significado de esta iniciación sería la de estimular nuestro proceso de auto—conocimiento, para que se inicie la real trans—mutación que proponían los alquimistas, la de la conciencia.
Los hermanos de Trujillo tienen en su haber el descenso de una nave a escasos doscientos metros y otras interesantes expe—riencias, que justifican el entusiasmo que demostraron en la organización de la Convención de Chiquitoy. Desde ya nuestro reconocimiento a las bases fundamentales de la Misión en la zona: Carlos Granados, Alejandro Pinedo, Eduardo Paz Esquerre, Lili Ramos de Paz, Alicia Paz, Gino D'angelo, Wilmer Moreno, Jorge Zelada. Elizabeth de Zelada, entre otros.
Volviendo a la Convención diremos que el 24 de Enero por la noche, luego de un ayuno de limpieza y purificación orgánica y en cumplimiento de los mensajes recepcionados en simultáneo durante la tarde, efectuamos una salida a las 7.00 PM, con todos los participantes, más de doscientas personas procedentes de siete países. El lugar fue señalado y ubicado en las afueras de Chiquitoy, en lo que fuera un derruido templo pre—hispánico de forma piramidal, de adobe y barro.
La marcha se realizó a manera de un peregrinaje por el vasto desierto de dunas, limitado por rocosas montañas. Por el camino guardábamos todos, una actitud receptiva en concordancia con las indicaciones de los guías y las exigencias de la ocasión.
Llegamos a una especie de plazoleta al pié de la construcción principal, que lucía como un helado derretido, por haber estado sometida a la inclemente acción de las lluvias estaciónales y a alguna que otra inundación.
La noche estaba tranquila y a pesar del cansancio existente, los hermanos reunidos participaron de manera entusiasta en los trabajos de meditación que allí se realizaron. Algunos se pararon en el centro de la reunión y recibieron sus cristales de cesio en una experiencia hermosísima enmarcada por un cielo estrellado. Mientras los trabajos se desarrollaban, se pudieron observar en el cielo los conocidos resplandores y fogonazos que acompañan la presencia de las naves. Y de pronto, el lugar empieza a verse envuelto en pequeñas nubes bajas y espesas que lo cubrieron todo. Quedamos sumidos en penumbras hasta que todo a nuestro alrededor empieza a iluminarse producto de la brillantez azuli—na, como una fosforescencia peculiar. Aparecieron entonces unas siluetas humanas ajenas al grupo, sobre uno de los extremos del círculo que conformábamos todos sentados en el suelo. El viento empezó a soplar y la gran mayoría pudo reconocer dichas presencias, sintiendo internamente la seguridad de que eran ellos. Sin embargo algo nos detenía para no acercamos.
En ese instante a muchos nos embargó un sueño incontrola—ble, mientras se percibía en el ambiente: olor a flores. Las presencias desaparecieron y el lugar se fue despejando poco a poco.
El resultado de la Convención fue excelente debido al trabajo muy organizado: satisfaciendo las expectativas de quienes vi—nieron de todo el Perú y el Extranjero a profundizar conceptos e intercambiar opiniones y experiencias.
Más adelante, los continuos viajes me dificultaban trabajar las condiciones para la salida a la que me invitaban los guías. Debo reconocer que yo tampoco cooperaba mucho. Pero una vez, de regreso a Lima, comenzaron a darse una serie de avisos procedentes de los hermanos del espacio, señalando que llegaba el momento, dándole ellos cada vez más, un carácter "suma—mente importante", porque con ello — y lo llegaron a explicar —, se consolidarían las etapas del compromiso en Rama, y permi—tiría una evaluación de los resultados hasta el momento.
Sabiendo entonces la premura del tiempo, procure orientar mis meditaciones y entender las razones profundas de todo cuanto me esperaba.
Cada vez más, me iba sintiendo envuelto en una fuerte ansiedad que habría de desaparecer sólo cuando llegara el contacto. Traté de hacer coincidir el posible encuentro con una salida para reconocimiento de la zona, contando con la partici—pación de un grupo de hermanos de otros países, que se encon—traban en Lima todavía, luego de la Convención.
Sin mayor indicación por parte de los guías —pues no hubo comunicación de por medio, sólo instrucciones, — hicimos una salida a terreno el día 31 de Enero de 1987. Se incorporaron a la misma, un número de 18 personas todos ellos Ramas; quedando muchos otros sin poder participar en la improvisada salida de campo, a la que la mayoría fue en estricto ayuno sin antes haberse puesto de acuerdo para ello.
En cuatro automóviles atravesamos el polvoriento camino rumbo a nuestro destino final: la quebrada de los contactos. Lugar difícilmente accesible para quienes no conozcan bien la zona, y sepan reconocer la cambiante y escurridiza huella de tierra en la inmensidad de un milenario lecho de río.
Sólo una persona más —aparte de mí—, sabía de la importancia trascendental que podría alcanzar dicha salida; pero indepen—dientemente de ello, sabemos que toda experiencia de campo es importante como para que la sepamos valorar, asistiendo lo mejor preparados posible, en una actitud de sensible recogi—miento.
Pasadas las cinco de la tarde, dejamos los autos estacionados a escasos metros del reciente aluvión que había bajado por el hasta hace poco, cauce del río Chilca. Estas bajadas de agua, lodo y piedras son poco frecuentes en la zona, pero de ocurrir, se producen en el verano de la costa que coinciden con el invierno de la Sierra. Debido a las lluvias en la Cordillera, las lagunas al pié de los glaciales tienden a rebasarse, al igual que se derriten los hielos o se desprenden en forma abrupta paredes de hielo que caen sobre éstas lagunas, formando olas que bajan por los valles interandinos arrasando todo a su paso. (Huaico).
Con la puesta del sol, nuestro ánimo iba creciendo, y desbor—daba en todos la alegría y la paz interior; mientras que en mí el nerviosismo crecía minuto a minuto.
Un agradable perfume ya conocido en otras oportunidades nos envolvía y acompañaba a nuestro paso. Se podía percibir en el ambiente una tranquilidad única y exquisita, que nos motivó a trabajar desde el primer momento, cosa que hicimos una vez se hubieron instalado los participantes cerca de las huellas que dejara la nave posada el 18 de Abril de 1986. El trabajo consistió en la rutina típica: protección, respiración, vocalizaciones, rela—jación, concentración y meditación, durando la práctica más de una hora y media, al cabo de lo cual abrimos los ojos.
Aún era de día y el ambiente estaba cargado de una fuerte tonalidad naranja y violeta. Fue entonces cuando todos obser—vamos en el cielo, un objeto blancuzco y alargado, inclinado de forma oblicua. Era al aparecer cilíndrico, y se ubicaba ligera—mente por encima de los cerros, hacia el oeste de la quebraba. Lucía estático, por lo que supusimos que probablemente estuvo allí toda la meditación, como observándonos.
Estábamos todos atentos a la nave suspendida en el cielo, cuando obedeciendo a una llamada interna que actuaba como un impulso, me levanté y miré a todos. Les informé que sentía alejarme del grupo, por lo que inicié mi ascenso por el cañón.
El espacio diáfano y claro de aquella tarde, dejaba asomar tímidamente las primeras estrellas. Mis pasos eran lo único que se escuchaba en la inmensidad de aquel campo sembrado de piedras.
Por entre los cerros vi asomarse a gran velocidad un manto de nubes azuladas que rápidamente cubrieron el lugar. Quedó el cielo tapado por un manto nuboso impenetrable que sumió el lugar en una profunda oscuridad. De pronto, como un lucero que salió de entre los cúmulos lanzó un impresionante fogonazo que alumbró toda la quebrada. Recordé en ese instante, cómo algunos de los del grupo me habían contado que percibieron fogo—nazos durante la meditación. Todo parecía indicar que debía llegar hasta un recodo de las colinas, donde se veía una intensa luminosidad que se distinguía a la distancia. Entonces se repitieron las canéplas de salidas anteriores, como asegurando que la salida contaba con los suficientes argumentos como para considerarla importante.
Al lado derecho y a unos veinte metros de donde yo me encontraba, se había formado un Xendra de regular tamaño en cuyo interior se apreciaba una especie de remolino destellante. Parecía que la energía se condensaba e irradiaba hacia adelante. Mientras, a mi izquierda, percibí las proyecciones de dos seres, que mentalmente indicaban me introdujera en el umbral para que aquella energía me purificase y ayudase a mantener la concien—cia durante toda la experiencia. Caminé decidido a todo, hasta estar en el medio mismo de la concentración y como si hubiese sido una esponja, absorbí la mayor parte de ella, debiendo de inmediato, despojarme del abrigo que llevaba puesto para contra—rrestar el frío del desierto.
No estuve más de un minuto en el interior de aquel Xendra, cuando ya me encontraba nuevamente en camino hacia la zona más alejada. Al rodear una colina, pude ver a cierta distancia, un grupo de luces que descendían dentro de una gran luminosidad azul eléctrica; éstas luces eran verdes y naranjas, alineadas todas hasta llegar al suelo. Del interior de aquella presencia salió un potente haz luminoso que me deslumbró envolviéndome; abrién—dose delante de mí como un pasadizo metálico al final del cual, una voz varonil y amable me atraía. Aparecieron las siluetas de tres personas. Todos ellos eran de similar tamaño —calculo 1.85 metros,—los cuales hacían gestos con las manos indicándome que me acercara.
De pronto, me encontré en el interior del objeto. Era una nave de formas idénticas a las de la experiencia de Abril, sólo que el salón circular abovedado estaba totalmente iluminado en ésta ocasión. Enfrente de mí, había un ser de apariencia humana manipulando una máquina rectangular, y otros dos se veía que estaban como revisando unos compartimentos en las paredes. Uno de aquellos se me acercó, y aprovechando que me encontraba inmóvil y sin respirar casi, debido a la impresión, me tocó el hombro y me dijo:
—"El tiempo se está cumpliendo, y ya no se puede esperar por más tiempo. Comprende que no es nuestra intención hacerte daño, ni perjudicarte a tí ni a tu familia; tienes que confiar en nosotros, no te defraudaremos...
Todo está previsto como para que un viaje a Morlen signifi—que un verdadero y contundente mensaje a la obra emprendida en la Tierra, a través del contactismo en su versión actualizada como son los grupos Rama"
La comunicación había sido mental pero era difícil reconocer cuándo me hablaban y cuándo me transmitían ideas. Me exigie—ron allí mismo que me cambiase de ropa, para lo cual me facilitaron un traje como el de ellos, debiendo desnudarme a un lado para ponérmelo.
El traje era delgado y de una sola pieza; no tenía cierres ni botones dando la impresión de un traje de buceo pero de color dorado. Por dentro era como de algodón o tejido vegetal, mientras que por fuera parecía metálico.
Ante una indicación de los seres cuyos rostros lucían orienta—les, les seguí, subiendo por una rampa lateral hacia una puerta ovalada, entrando así en el salón hexagonal que conocía de la experiencia anterior.
Allí me sorprendí cuando observé cómo extraían de las paredes y debajo de los escritorios, unos asientos plegables„ en uno de los cuales me sentaron, colocándome en un extremo de la habitación, lejos de los paneles de mando.
El asiento en el que me encontraba era de color negro, de marroquín acolchado, pero no muy grueso. En él se sentía uno como atrapado por una ventosa que lo succionaba. No había cinturón de seguridad.
En el ambiente se respiraba orden y organización. Se veía que cada quien sabía lo que tenía que hacer, y cuándo hacerlo; y aunque hubiese querido levantarme en aquel instante, no hubiera podido debido a que sentía cómo crecía la fuerza que me sujetaba al asiento, el cual había adquirido una forma anatómica.
Había observado que mis ropas las pusieron dentro de una Máquina que luego fue colocada en la habitación hexagonal, introduciendo el artefacto en un espacio disimulado en la pared. El traje que llevaba puesto me quedaba ceñido y era idéntico al que usaban mis anfitriones.
Mientras veía como maniobraban con sus aparatos y luces, me empecé a sentir como uno de ellos.; Nada parecía ajeno, por cl contrario, era como si muchas veces hubiese estado allí, participando a su lado. Sentía por todos esos seres un gran amor, a tal punto que me embargaba una especie de ternura.
Me rodeaban las pantallas de lo que parecían televisores, proyectando imágenes de un acoplamiento en el cielo oscuro. Una nave pequeña— que yo suponía era en la que me encon—traba y una más grande, de forma cilíndrica. Se escuchó luego una vibración en todo el aparato, que me inquietó, sudándome las manos del sobresalto. Procuré serenarme entonces, haciendo ejercicios de respiración, pero a cada momento me distraían los juegos de luces, ruidos y movimientos de los ocupantes.
Vi abrirse una puerta en uno de los lados del hexágono, del interior y en medio de una potente luz fue asomando la silueta de un ser muy alto; calculo de más de dos metros. Su porte era impresionante y su aparición algo espectacular.
Superada la primera impresión, este ser me ubicó con la mirada y se dirigió hacia mi. Pensé que podría haber abordado recién la nave, procedente de aquella otra cilíndrica que mostra—ban los monitores. Me cogió del brazo, haciendo que me levan—tara. Me llevo a una habitación contigua donde aparecían más controles y todo un grueso ventanal, donde se traslucía el exterior, que daba la impresión de un gran hangar brillante. Mientras observaba hacia afuera, el ser me hizo un comentario hablán—dome perfectamente en castellano. Me dijo:
—"Durante siglos las naves de la confederación han visitado continuamente vuestro sistema solar donde por condiciones muy especiales y que están en relación directa con la influencia del astro, los seres se ven orientados hacia el egoísmo y la violencia. La agresividad es entonces un condicionamiento del plano, la cual tienen que superar con un desarrollo de las energías y de la conciencia, mediante el fortalecimiento de la voluntad, asumiendo libremente y de forma responsable una disciplina inte—rior.
La inteligencia y el raciocinio deben acompañar el amor, pues son necesarios como mecanismos que regulen el actuar. Debéis controlar en vosotros la violencia, tanto en el hablar como en las ideas, orientando vuestros actos hacia realizaciones constructi—vas y positivas. No os dejéis llevar por los impulsos, pues éstos os conducirán a situaciones que después lamentaréis por el resto de vuestra existencia. La preparación es la parte más importante del trabajo interno en Rama, pues el autocontrol —que se consigue con la constancia y la perseverancia—, os permitirá enfrentar todas las pruebas que os sobrevengan cuando las fuerzas oscuras os enfrenten. Y tened cuidado, porque las mismas energías que en éste camino de búsqueda se van despertando, pueden resultar tremendamente contraproducentes, si no hay preparación y control. Hallad fortaleza en el ayuno y la meditación, que es la forma más sincera de incursionar en lo espiritual, y de orar al Profundo que habita en cada uno y en todo.
Cuidaos de dar margen a la agresividad que se amplifica cuando camináis el sendero de la luz. Si no asumís los riesgos, las fuerzas os pueden superar y destruir. Recordad que el cambio puede originar el que canalicen energías que por no estar debidamente purificados ni preparados os traigan consigo des—trucción, tensión y aversión en vosotros y contra los demás. Aprended la importancia de la mansedumbre, la caridad, la sencillez para con todo y con todos los que os rodean... Amor y Paz Tell—Elam"
Le contesté automáticamente pues aún me encontraba absor—to en los conceptos vertidos, diciéndole:
—¡Amor y Paz... Antarel! — A lo cual yo mismo me sorprendí de haberlo reconocido. Sus facciones eran agradables. Nariz aguileña, ojos grises y almendrados que resaltaban en un rostro blanco marfil. El traje que llevaba era de un color plateado que le dejaba al descubierto sólo su faz y las manos.
Lucía en su pecho un adorno que a la distancia parecía un medallón, pero de cerca era como un distintivo sujeto al traje; era circular y el símbolo en su interior parecía un tridente.
Me impresionaba de él la amistad espontánea que me tribu—taba, a pesar de que a mi lado se veía como un gigante acompa—ñado de un enano. Se preocupaba mucho de que llegase a comprender lo que me había transmitido.
Finalmente Antarel me sonrió, se dio media vuelta y se dirigió hacia el salón hexagonal por el estrecho pasillo, viniendo hacia mí en su reemplazo otro de los seres que allí se encontraban.
Uno de los asientos plegables de debajo del escritorio frente al ventanal y me senté a seguir viendo hacia afuera. Estaba distraído en ello, cuando se me aproximaron otros dos seres pero esta vez algo más bajos, delgados y de tez cobriza, cuyos ojos claros y hendidos destacaban en un rostro macilento y ovalado. Los pude observar de lado cuando se me acercaban, sentándose uno a cada lado, en asientos que se procuraron con la facilidad habitual de estos mandrakes o cósmicos. Al encontrarme de un momento a otro rodeado de estas personas me hundí en el asiento acelerándose mis palpitaciones.
Había visto durante parte del proceso de acoplamiento, cómo descendíamos en una especie de estructuras similares a los colmenares de las abejas, donde aparecían varios otros discos en plataformas a manera de taludes, que bajaban hasta un gran espacio abierto, en donde se veía a un pequeño grupo de seres que se arremolinaban en torno al lugar aparentemente marcado por luces rojas y azules, para efectuar descensos en un perfecto, círculo de regular tamaño.
Sentí una ligera opresión en el pecho, luego en la cabeza y debajo del ombligo como si algo girase dentro de mí y un sonido o vibración que generaba dichas sensaciones. En el instante mismo en que la nave tocara suelo, los acompañantes que tenían a ambos lados pusieron sus manos sobre mis hombros, recorrién—dome un fuerte calor por mi espalda, que me hizo voltear y ver en dirección a la puerta, donde se hallaba parado nuevamente Antarel, que con sus manos juntas a la altura del pecho, formaba un triángulo con sus dedos con el vértice superior hacia arriba. Estaba como concentrado enviando energía, siendo yo el receptor de la misma.
Mirándome a los ojos sentí que me indicaba que me levantara. ese momento el ser que estaba a mi izquierda se presento como Mardorx de Xilox, guía técnico y de apoyo, quien estaba encargado de informarme del propósito final de la experiencia y de los alcances de la misma, así como de los detalles para la preparación en el mes de Marzo de ese año, de una nueva y trascendental cita
Mardorx para expresarse recurría mucho a los gestos, mo—viendo sus largos y delgados brazos. Su boca más bien pequeña se movía muy rápido al comunicarse conmigo.
Fui llevado de nuevo al salón de mandos y me indicaron que me ubicara en el lugar donde originalmente fui colocado al ingresar a la nave; a mi lado se ubicó también el ser de Xilox. Las hileras de pantallas al frente mío, comenzaban a mostrar imá—genes de cuanto estaba ocurriendo fuera de la nave hangar. En alguna se apreciaba la oscuridad de la noche y de pronto acercándose a gran velocidad: !el mar! ... Hubo la percepción muy reducida del sonido exterior propio de una inmersión y luego el contraste con otra oscuridad, la de las profundidades oceánicas interrumpida sólo por poderosos reflectores y una infinidad de pequeñas esferas de color blanco, amarillo y naranja que cruzaban, como jugando entre ellas. El panorama submarino había adquirido una coloración azul eléctrico, mientras extraños sonidos aumentaban en el interior de la nave; parecían ser emisiones de delfines y ballenas.
Me avisaron que ya me podía levantar lo cual también hizo Mardorx, yendo juntos hacia el extremo del salón, ingresando por una puerta a la antesala con el exterior que correspondía al interior del hangar. Bajamos por una rampa hasta el suelo que parecía como un vidrio de color naranja. Habremos caminado unos cien metros mirando hacia los lados y hacia arriba, deslum—brado por el sin fin de luces de todos los tamaños y colores.
Llegamos al final de una pista, descorriéndose una puerta transparente de ingreso a un lugar parecido a un invernadero o gran jardín al final del cual se abría como una media cúpula cuadriculada por divisiones metálicas y desde donde se podía observar el fondo del mar.
Al final de un profundo abismo submarino y en medio de grandes montañas sumergidas, aparecía ante mis ojos lo que aparentaba ser una pequeña ciudad, toda ella iluminada, desta—cándose construcciones en forma de cúpulas y prismas diversos colores intensos, entre ellos el verde y el amarillo dorado. Me sorprendió ver a la derecha de esta base, una colosal nave nodriza en forma alargada como un torpedo o aspiradora antigua, muy iluminada, asentada en las profundidades como si fuera un submarino. Era varias veces más grande que la nave cilíndrica que nos había transportado primero.
Estábamos aún observando por el mirador cuando vinieron por nosotros dos seres de gran tamaño de apariencia Apuniana, vestidos con buzos azules en los que reconocí intuitivamente a los guías Sum y Reges. Me pidieron que volviera a la pequeña nave exploratoria, porque una vez en ella seríamos trasladados a la nave principal.
Por las pantallas verifiqué que se repetía la escena de la maniobra de encaje, pero ésta vez saliendo de una para entrar a la otra. En determinado momento, un ser que estaba en los paneles se me acercó, era de apariencia Morleana y me dio una palmada en la espalda con su mano izquierda, señal de que me podía levantar y que terminara de observar los movimientos de la nave enfrente mismo de los escritorios, bajo las pantallas. Me di cuenta que todo ese continuo jaleo de hacerme levantar y sentarme, llevándome de aquí para allá, tenía un objetivo y no obedecía a que no se terminaran de poner de acuerdo en dónde ubicarme. Me tenían a propósito en continuo movimiento como que por ello podría soportar mejor muchas cosas relativas al nivel vibratorio de ellos y del ambiente. Fue entonces cuando de una manera muy suave y casi imperceptible nos desplazamos entrando en la gran nodrizas. Mardorx se me acercó una vez más y me dijo: — Así como observas que una estructura es absorbida por otra mayor, así llegará el momento en que haya que reno—varse y dejar lo temporáneo, para asumir formas más elevadas y sutiles. El trabajo menor será involucrado dentro del gran plan y para ello debéis prepararos. No es bueno mantenerse estático en un universo dinámico de cambio y renovación continúa.
No descuiden el volcar el trabajo Rama hacia adentro, hacia la interiorización. Llegará el tiempo en que la única luz que les podrá alumbrar será su propio ser, que es el maestro interno, el mental superior; por lo que deben redescubrirlo, conocerlo significará acceder a la misión individual y a la porción de partici—pación en la misión colectiva.
Al franquear la puerta de salida me encontré en un ambiente bañado de luz verde y celeste brillante. Había enfrente de mí una pequeña comitiva de bienvenida integrada por parte de la tripu—lación del disco que me llevó y de la gente de la nave principal. Me informaron los nombres de algunos de los que allí se encontraban: Olea, Oletano y Oesceve, todos ellos de Morlen. Al salir a su encuentro me saludaron tocándome los hombros y los brazos, algo que hace percibir la importancia que ellos le otorgan al cariño manifestado, que de ninguna manera representa signo alguno de debilidad.
Oesceve me dijo:
— ¡ Bienvenido a la nave Arton III Tell—Elam ...Te estábamos esperando. Te demoraste mucho tiempo en crear las condiciones para aceptar esta invitación y adquirir la confianza necesaria.
Como sabrás esta nave no podía permanecer por más tiempo en la Tierra pues a la tripulación le corresponde regresar a Morlen y de allí a sus planetas de origen. El estar acantonados en tu mundo representa para todos nosotros un sacrificio por la aceleración del proceso de envejecimiento celular y por la influencia inarmónica de la vibración del plano Tierra. Intervino Olea diciendo:
—Te habíamos pedido que vinieras solo y con tiempo, porque lo dispuesto por los mayores es que pases varios días en la ciudad de la Confraternidad, donde se encuentra la colonia terrestre. Se procura, con ello el que te identifiques de una vez por todas a plenitud con el programa del contacto y el plan de la Misión Rama y así lo puedas transmitir á todos.
Recuerda que el amor a la humanidad debe manifestarse en el ofrecer alternativas de trabajo responsable y vivencia práctica. Se requiere valor para asumir la disciplina interior y exterior. No es bueno omitir detalles, pues aunque no conozcan el significado de una recomendación, no piensen que la misma carece de importancia o sentido. Si a través de los mensajes les pedimos algo, mediten sobre la importancia de la confianza que han depositado en nosotros y de la humildad necesaria para traducir los consejos y pautas en una forma de vida acorde con su propio sentir.
No podemos explicarles todo en el momento. Sois como los obreros que han sido contratados para construir un puente; en una primera etapa les importa saber que es un proyecto necesa—rio, porque los puentes unen dos extremos separados. Más adelante, en la medida en que las diversas cuadrillas de traba—jadores van cumpliendo con sus respectivas tareas y el proyecto va adelantándose, los responsables: Ingenieros y Arquitectos habrán de reunirse con el personal, dándoles cada vez mayores alcances sobre la dimensión de la obra emprendida, arengándo—los a culminar de una forma eficiente lo iniciado. Quizás cuando ya sea muy poco lo que falte, se produzca la revelación del por qué en ese lugar, en ese momento y de esa forma. Hasta aquel instante los obreros han ido creciendo con la obra; se han ido forjando con el esfuerzo y sacrificio que ha demandado. Ahora sí están capacitados para entender, porque aman su trabajo, su creación y han alcanzado la mística necesaria.
Aunque sea paradójico, te diremos que se te insistía en que vinieras solo, porque la experiencia es para el colectivo de personas que están representadas en tí, que requieren tu madurez y sabiduría. Eres como el capataz de la obra que ha sido llamado alas oficinas de la constructora para fijarlos planos, marcar las pautas y recibir el reconocimiento de que cuanto se ha logrado cumple con las metas previstas y algo más.
A toda la gente que está detrás de ti no les afectará el que hayas subido o no a una o más naves, ni que vayas a viajar con nosotros a otro planeta. Muchos no saben del significado y la importancia que tiene la responsabilidad que personas como tú han asumido, realmente no lo saben. Tú sigue ofreciendo el ejemplo de tu ecuanimidad, de la sencillez, la fe y la confianza en el plan, así como la fidelidad a la bandera del amor.
No intentes convencer a nadie de nada, ni siquiera intentes confiarles los detalles de las mismas, pues no la apreciarán correctamente y habrá quienes te colocarán en pedestales de admiración egolátrica, como ya ha pasado anteriormente, con—fundiendo el mensaje con el mensajero. Habrá también los que se burlen, duden y rechacen, evítalos; y no faltará quienes carcomidos por la envidia procurarán la destrucción de tu persona y de todo lo que representas.
No se te permitirá procurarte una prueba por cuanto debes mantener la discreción, y nosotros no podemos alentar depen—dencias; además, bien sabes que ello sólo apresuraría tu destruc—ción, porque nunca faltan los emisarios de la oscuridad, que persiguen implacables extinguir la luz esté donde esté.
Sabemos lo que te decimos, debes aprender a dejarte guiar.... Un comentario, una infidencia, la ingenuidad de un relato te generarán grandes problemas.
Aprende a callar ciertas cosas, y a transmitir en silencio las verdades a las que has tenido acceso, para que otros se vean estimulados a hallar su propia porción de las mismas. Debes hablar lo justo, lo necesario y así serás oportuno, exacto y no confundirás a nadie... ¡Sé prudente!
Oletano que lucía el más serio participó:
El amor no es lo que ustedes piensan que es en la tierra. Confunden amor con cariño y afecto, como también con complacencia, alcahuetería hipocresía y mentira. Hay muy poco de divino en el amor que ustedes manifiestan...
Allí no pude aguantarme y le dije al guía:
—Pero si Cristo mismo nos enseñó que hay que darle a todo el que pide. Si alguien te requiere la túnica dale hasta el manto; si alguien te solicita caminar un kilómetro con él camina dos..
Y así, entonces digo yo: ¿Cómo ahora, se nos puede acusar de equivocar el concepto de amor?
—Cuando das lo mejor de tí, procurando lo mejor para el otro sin pensar en beneficio propio, amas; pero no puedes ni debes actuar por un impulso vehemente que esconde vanidad y sober—bia, sino con espontánea naturalidad brindando lo más útil, lo realmente necesario. Y aunque te parezca paradójico hay veces que con contestar con un "No" rotundo estas dando más, porque de pronto dicha negativa a satisfacer el deseo de alguien que busca complacerse, lo librará de perjudicarse y perjudicar a otros.
El amor verdadero obliga a discernir entre lo que quieres, puedes o debes dar a alguien. Siempre entregarás lo justo, sólo así aprenderás a amar. Sí, porque para amar hay que aprender.
Y si de amor a la humanidad hablamos (risas de los presentes) Hay entre nosotros alguien que la ama como pocos...
Fue en aquel instante que los guías se hicieron de lado, empujando al frente a uno entre ellos, tomándolo todos del brazo.
Ese ser de pelo amarillo oro que le caía largo sobre los hombros, de verdes ojos y rostro triangular naranja rozado, era mas bajo que los demás. Calculo uno sesenta y cinco, vestido con un buzo verde brillante, de rostro agradable y risueño; y de contextura algo robusta.
—¡Aquí lo tienes, a Sampiac!... (risas)
Me pareció increíble que los guías actuaran con tanta natura—lidad y buen humor, pasando tan rápidamente de la seriedad de una amonestación a la alegría, creando una situación jocosa sobre la base de un comentario, que más bien se sentía como un halago.. No había sombra alguna de sarcasmo ni mala intención en la broma que hacían los guías a su compañero, que al parecer se destacaba por ser quien más aboga e intercede por la humanidad.
Sampiac me saludó cogiendome con una mano parte de la muñeca y el antebrazo con fuerza, luego con la otra me tocó el hombro.
Sonriente me dijo, en aquel momento:
—No tomes muy en serio lo que te decían, ya que son dema—siado generosos en su apreciación... Aunque siempre he pensado que deberíamos procurar las condiciones como para que pudié—semos hacer algo más efectivo y concreto por ustedes, y no sólo darles advertencias sobre las posibilidades futuras. Pero luego reflexiono acerca de la gran responsabilidad que tienen y la necesidad de que alcancen sus metas con la menor ayuda posible, entonces mi inquietud se reduce. También siento compartir la expectativa de muchos que aguardamos el que ustedes, sé comprometan más con su propio cambio se acerquen al con—tacto con su real ser, mediante la preparación, para que esto nos permita actuar, en beneficio de todos aquellos que se hayan involucrado en está parte del Plan.
Le pregunte aquello que brotó espontáneo en mi interior:
—¿Qué debemos hacer en este momento?
—Sigan adelante, no se detengan más de lo necesario a evaluar errores; afróntenlos sobre la marcha, ya que el camino aún es largo y cada vez se hace más difícil avanzar manteniendo y superando los niveles alcanzados.
Si empiezan por tratar de conocerse, descubrirán la importan—cia de la tolerancia y comprensión para con ustedes mismos y los demás, así como el significado del respeto, pero si pierden la continuidad en su proceso de auto—conocimiento, se tornarán conflictivos y agresivos.
Les aconsejamos que no miren hacia atrás en sus logros, sólo miren hacia adelante en sus metas que cuando menos lo imagi—nen habrán alcanzado la cumbre de sus realizaciones.
Aquí hay quienes esperan saludarte... Ellos te recuerdan de cuando en el Norte del Planeta, en el país de los Estados Unidos se les presentaron en una salida que los congregó a tí y otras 13 personas, hace ya varios años de los vuestros. Son nuestras hermanas Anitac y Titinac.
De detrás de la reunión se fueron acercando dos jóvenes mujeres, de buen ver y apariencia juvenil. Sus rostros lucían una singular belleza exenta de todo maquillaje. Sus caras eran triangulares con ojos rasgados e impresionantemente claros; su tez rosada rojiza. Me llamó particularmente la atención los pabellones de sus orejas, que se escondían tímidamente en su grueso y abundante pelo lacio. Eran más largo de lo normal alcanzándoles a rozar los hombros. Esta particularidad de sus lóbulos me hizo recordar las costumbres de algunas culturas antiguas, de lucir las orejas alargadas grotescamente como fue el caso de los Incas en donde en la corte hallada por los Conquistadores Españoles, llamó la atención aquel preciso detalle, bautizándoles los "orejones".
También en los orígenes legendarios de la Cultura Tiahuanaco asentada en el Altiplano Boliviano, se habla de Orejera u Orejona, una mujer de orejas largas venida de Venus quien se unió a un campesino y dio nacimiento a una civilización mestiza.
Las orejas largas y grandes fueron consideradas en muchos pueblos de la antigüedad como señal de nobleza, a imitación de los Dioses del Cielo, incluso muchas de las deformaciones y alargamientos craneales eran una expresión como remedo de los "cráneos" de los visitantes extraterrestres.
Las dos mujeres extraterrestres me saludaron, pudiendo apre—ciar que Titinac era más delgada que Anitac, así como que la diferenciaba el que su pelo era más grueso y algo cano; también los ojos de la primera eran más largos que los de la segunda.
Me vi entonces rodeado de más seres que me observaban haciéndome sentir extraño e incómodo, pues se veía en sus rostros la avidez por hacerme preguntas y escuchar de mí lo que sentía, aún cuando sabía que ellos podían leer mi mente. Percibía realmente su respeto, lo cual dice mucho del nivel alcanzado por estos seres.
Pude descubrir entre todos ellos a los guías Oscim, Omuni y Oxlam; todos ellos de Morlen, quienes me consultaron por los distintos grupos y antenas con quienes ellos han venido contac—tándose, como si de pronto los papeles se hubieran invertido y yo hubiera pasado a la condición de guía.
¡Qué gran lección de humildad y sencillez la que me daban estos seres!
En ningún momento me hicieron sentir inferior a ellos sino que por el contrario, me dieron un trato cordial, amistoso y siempre fraterno.
Un guía de Alfa Centauro me tomó del brazo, como cuando un adulto coge a un niño pequeño y disculpándose del resto me extrajo de la comitiva de bienvenida, refiriéndose a que ya era tiempo de que fuera a cumplir con el objetivo de aquella ocasión. Yo era aún ignorante del desenlace que podía tener dicha experiencia tampoco vislumbraba la esencia de lo que allí se trataría.
Fuimos caminando hasta una puerta circular y transparente, la cual se descorrió, siguiendo por unos largos pasadizos y corre—dores cilíndricos, hasta que llegamos a una imponente entrada, que revelaba un área importante de aquella nave. Salió a nuestro encuentro otro guía de similares características. Intercambiaron miradas, gestos y luego algunas palabras incomprensibles para mí, pudiendo sólo rescatar la idea de que uno de ellos era Anrar.
Veía a estos seres envueltos en una especial aura de tranqui—lidad y paz, imperturbables cuando les consultaba acerca de lo que iba a ocurrir.
Al pedirles que me adelantaran algo, su reacción fue una sonrisa y uno de ellos contestó:
—Quienes te esperan, tú los aguardaste... Ellos están aquí para que alguien viniera voluntariamente y llegase con su propio esfuerzo para escuchar lo que ellos mismos tienen, que transmitir a la humanidad.
—Pero, ¿qué puedo hacer yo? Mi voz no es tan importante en el mundo. Soy inadecuado para una labor o misión como ésta. Exige mucha capacidad y mayor notoriedad y prestigio, así como de una personalidad más firme porque todo lo anterior marea y hace perder la dimensión humana de la misión. Hasta ahora he hecho lo mejor posible la transmisión del mensaje, aunque reconozco que he cometido muchos errores y hasta quizás no me esforcé lo suficiente; pero en ésta oportunidad si creo que se equivocaron de persona, y esperan demasiado de un terrestre común y corriente.
—Bien sabes que no es así.— Replicó uno de aquellos gigantes—cos instructores.— El entendimiento se produce cuando se conju—gan la madurez, la oportunidad y la voluntad en un compromiso mayor; si te sigues dejando guiar, con el tiempo comprenderás, cómo a partir de algo pequeño se pueden construís grandes cosas. Todo en el principio es pequeño, imperceptible y humilde, hasta que producto de la constancia va alcanzando fuerza.
Has tenido el valor de llegar a los más importantes forums mundiales, y eso no es poco; y para ello no tuviste reparo en renunciar y sacrificarte.
El momento ha llegado en que podrás entender los propósitos superiores que están detrás de todo esto.
Anda y ve lo que los Mayores te mostrarán, y que no decaiga tu ánimo. Se fueron ellos y me dejaron solo frente a aquella entrada, la cual, al cabo de unos segundos, abrió sus puertas lentamente invitándome a cruzar el umbral. Una vez dentro de la habitación, la puerta se fue cerrando detrás mío sin hacer el menor ruido y quedándome en una oscuridad y silencio total. De pronto una suave y agradable melodía musical fue llenando el ambiente de un sutil colorido; me parecía increíble poder sentir y apreciar los colores de la música. También percibí un agrada—ble aroma de flores inundando la habitación. Adelante observé un gran círculo oscuro que se iba precisando en la pared, el cual se fue iluminando poco a poco. A mi derecha pude apreciar una figura humana sentada en medio de la penumbra, al irme acostumbrando al ambiente, distinguí a un anciano de túnica blanca larga. Del techo se desprendió una luz oblicua alcanzando el rostro del extraño anfitrión.
En la parte opuesta de la sala, similar al anterior, apareció otro anciano que quedaba ubicado mirándose frente a frente con el primero.
Ambos permanecían sentados en unos sillones que parecían hojas de una planta. Parecía que no se percataban de mi presen—cia, hasta que escuché una voz:
—"Están en una etapa en la que deben confiar plenamente en aquel que ha dispuesto el plan de ayuda a la humanidad. No se confundan y no busquen más apoyo en los intermediarios de los que se les ha podido brindar hasta ahora, pues existen restricciones en beneficio de la propia humanidad.
El Profundo Amor de la conciencia cósmica ha dispuesto que ya llega el momento en que el hombre madure su adolescencia y avance hacía una responsable juventud, en la que deje de una vez de ser un peligro para sí mismo y para los demás. Las condiciones del planeta pronto serán muy distintas, por ello preparen sus conciencias y cuerpos.
El propósito del hombre es llegara su propia cristificación. Es él la llave del universo; el cristal que canaliza la energía motriz del Cosmos. Su misión es ser puente para que otros lleguen y pasen; es, ser luz, en la tercera y entre las dimensiones. Por ello no dejaremos de insistir sobre la necesidad de que se esfuercen en prepararse y en vencerse".
Al terminar la intervención, aquellos ancianos habían girado sobre sus asientos y me estaban mirando de frente. En sus pechos aparecían unos medallones bastante grandes sobre aquellas túnicas blanco azuladas que hacían destacar sus largas cabelleras y barbas que profusamente sobresalían de sus rostros macilentos, con miradas de ojos oscuros y penetrantes.
Mientras meditaba cuanto me decían sus voces, la pared del fondo se encendió con luz clara, dejando visible un complicado vitral multicolor, en el que sobresalía una cruz simétrica, compuesta por cuadrados de diferentes tamaños, siendo los más grandes los cercanos al centro. En el medio de la figura podía percibirse la estrella de seis puntas con una cruz lineal en su interior.
Mi observación fue interrumpida por un nuevo comentario de una voz, que sabía que procedía de alguno de aquellos dos maestros a quienes identifiqué intuitivamente como miembros del Consejo de los Doce Menores de Morlen. Después me enteraría que aquellos ancianos eran ASINT y ANUR. Escuché entonces que me decían:
—En ésta oportunidad no llegarás a las Colonias, ya que no se puede condicionar el regreso de la nave, y todo el viaje deman—daría mínimo de tres a cuatro días de los tuyos. El temor que tenían en tu hogar es natural, pero en éste caso, injustificado, ya que no es nuestro propósito el que te quedes con nosotros, sino hasta donde te sea posible y llegue tu compromiso te arriesgues una vez más, a saber más.
Nadie quedará desprotegido cuando todo se dé. Aún hoy, valoren las fuerzas que los protegen y apoyan frente a las pruebas.
Te decíamos que la próxima nave de transporte no volverá de Morlen a la Tierra antes de dos meses así que es tu decisión. O te preparas para acompañamos pronto, o respetando tu decisión, descartaremos la propuesta.
Ahora harás un trasbordo y volverás al lugar de donde viniste...
Pero recuerda amado hijo, no es tu tiempo, es el tiempo de la misión el que retrasas; para ella no hay peligro, más en lo concerniente a tí y a otros vinculados a tu persona se les perjudica su participación consciente en este especial momento.
—Señor... con mucho respeto, no sé que decirle. No quiero perjudicar los planes y metas del programa de contacto, y quizás piense que soy tonto, pero realmente aún no empiezo a entender el propósito de un viaje a Morlen e incluso quisiera entender el plan mayor que está detrás de todo el esfuerzo que ustedes despliegan al venir aquí. ¿Por qué no han escogido a otra gente, o buscan políticos, líderes religiosos, militares, etc.?
No te menosprecies. Está muy bien que exijas saber, pues el momento ha llegado en que comprendas lo mejor posible. Muchos son procurados para un contacto pero pocos los dispuestos a asumir sus consecuencias y enfrentarlas en la forma más madura posible.
El sentido de un viaje en este momento a Morlen cumple con el objetivo de que en representación de todos, constates el proceso por tí mismo. Nos referimos a la preparación de aquellas 12.000 personas llevadas en diferentes momentos de la historia humana para ser preparadas y que están establecidos en las Colonias, para volver en el tiempo, en que su presencia puede significar un apoyo para el cambio y el despertar de conciencia.
Es bueno que sientas y veas la buenas y mejores intenciones de parte de la Confederación. Son necesarias de ser constatadas por alguien que se ha destacado en su percepción y sensibilidad. Esto porque hay fuerzas oscuras que procuran engañar cada día más, de tal manera que no puedan reconocer quien es su real apoyo.
Los terrestres en Morlen, si es bien cierto, que hay quienes fueron llevados contra su voluntad, no ocurrió ello por culpa nuestra, ya que fueron rescatados de las manos siniestras de quienes son cómplices con la Jerarquía oculta negativa en la Tierra. Regimientos completos en el siglo XVIII y XX, fueron sustraídos por naves gigantescas de la Osa Mayor, en empresa audaces y terribles por constituir ejércitos de esclavos guerreros que pudieran ser reinsertados en una ofensiva final material y síquica para destruir toda la luz y el conocimiento en tu planeta.
La influencia nefasta de las fuerzas demoníacas alentó la cons—titución de proyectos inmorales de ejércitos de clones y de androides en la Alemania Nazi y posteriormente en los Estados Unidos.
—Perdón por lo ingenuo de la pregunta, pero ¿tengo que verificar que ustedes son buenos? Siento, no sólo que no son malos sino que hasta confío en su amor protector y en la intención desinteresada de su ayuda.
—¡No es suficiente! — Replicó uno de aquellos dos ancianos. —Existe una campaña infame iniciada hace muchos años por quienes sirven en el mundo a lo diabólico, tergiversando las intenciones de los diversos visitantes, generalizando los pocos casos que han escapado a nuestro control, de quienes no llegan con buen propósito procurando crear una psicosis colectiva y una aversión a todo lo que significa foráneo. También hay quienes usando los mismos mecanismos de transmisión de menajes y ayuda, hacen todo lo contrario, desequilibrando a las personas y empujándolas al suicidio colectivo.
Es importante que sepan reconocer quien procura lo mejor para ustedes, así como en quien pueden confiar, debido a que la intuición humana aún es intermitente por falta de estímulo y trabajo.
—¿ Por qué de todo esto? ¿Por qué permiten que vengan aquellos que nos perjudican? — Pregunté angustiado y algo enfadado.
—Ya están aquí, lo estaban desde hace mucho... recuerdas el relato de Job en la Biblia?. Allí aparece cómo el Señor autoriza que el hombre sea puesto a prueba como parte de su purificación y superación.
El plan Mayor es la Cristificación del hombre y la restaura—ción de un orden interrumpido. La humanidad de este planeta ha sido elegida como el plano de evolución, como la llave del Santuario Cósmico; son ustedes la garantía de que los Universos queden nuevamente interconectados y seamos empujados todos los que nos hallamos en un relativo estancamiento peligroso hacia la dinámica del cambio, la perfección y el ascenso.
No te escogimos a tí, tú te vas autoselecionando día a día al igual que muchos otros. Nosotros escogemos los momentos, las zonas y los grupos de personas que mantienen uniones kármicas como colonias de espíritus, para que a través de ellos se lleve a cabo el plan.
Sabíamos que más de uno te seguiría y a las circunstancias mismas del contacto. Saber quién llegará y continuará era en cierta medida impredecible, pues empezar es fácil, lo difícil es continuar y culminar. La constancia crea, la disciplina, la voluntad, garantiza el triunfo. Nunca lo olvides.
¿Quieres saber por qué ustedes..... porque todo compromiso trae renuncias y entregas y pocos hay quienes están dispuestos a asumir un rol que exige vocación de servicio y desapego. Y quién mejor que jóvenes sencillos y humildes de un país considerado por las grandes naciones como tercermundista, sin nada trascen—dental qué ofrecer a los demás.
Hoy los ojos del mundo lentamente están dirigiéndose a ustedes.
Estén seguros que así como se da un programa de apertura y de cambio, por ley de opuestos, va creciendo la negatividad que busca neutralizar todo accionar. Tengan confianzas no están solos.
Hay también importantes razones kármicas entre Europa y América que habrán de influenciar en las relaciones y situacio—nes futuras, por lo que deberán estar atentos a los acontecimien—tos que se producirán y a la evolución de los mismos.
—Ahora veo que el viaje que se tiene previsto plantea el tener acceso a una confrontación con los resultados parciales del trabajo para el cambio terrestre... ¡Será una importante evalua—ción!, dije, decidido a incrementar mi preparación y volver muy pronto.
—¡También verás el libro, aquel que se te señaló que se recibiría!
—Pero no era ello lo reservado, para que 24 personas lo recibieran, para asegurar con ello el que la humanidad no volviera a cometer los mismos errores, debido a la ignorancia de la que era víctima. Es el Libro de los que llevan Vestiduras Blancas, el registro Akáshico de la Tierra, la síntesis vibracional impregnada, donde ha quedado registrada toda nuestra historia. ¿Por qué ahora debo verlo yo? ¿Qué sentido puede tener el que sólo yo tenga acceso a él?
—Tendrás acceso a parte de él, y ello ocurrirá para que sea apurada la marcha, por cuanto si siguen al ritmo actual, los acontecimientos los cogerán desprevenidos e inconscientes.
Después de esto, todos se sentirán conmovidos y fortalecidos. El programa original no ha sido alterado. Aún se aguarda que la difusión que puedan realizar permita el que sean conectadas las 144 personas preparadas hace miles de años para que se reúnan en éste tiempo, y de entre ellas 24 recepcionen el conocimiento completo y los otros 120 lo difundan a toda la humanidad. No es importante que quienes conforman aquel grupo de misioneros sepan conscientemente que constituyen un grupo especial, pues es vital en el camino espiritual, evitar tropezar con los egos y los protagonismos, que como has observado ya han venido haciendo estragos en los grupos a lo largo de todos estos años. Cuando sea el momento en el que operativamente se les necesite, todos ellos sentirán y escucharán el llamado, empezando a recibir cada cual la parte a la que tendrá acceso; además poco a poco irá creciendo la capacidad de convocatoria que permitirá que quienes deban ser reunidos, lo estén en el momento y en el lugar oportuno.
Ahora ya se va haciendo tarde, sentimos mucho que estés demorando en decidirte, recuerda amado hijo, eres uno de los hombres del tiempo, un eslabón abierto que llama a los demás a reunirse y cenar la cadena, para el encuentro con los guardianes del templo.— Comprendo que más que nunca debo prepararme para ir, pero ahora debo quedarme.... Aún no estoy listo, Fue lo que respondí hundiendo el rostro entre los hombros.
Uno de los ancianos, sonriéndome con ternura y comprensión — a pesar de su visible preocupación — me contestó:
—Haz como piensas. Es tú responsabilidad las decisiones que tomes; pero prepárate y prepara a los de casa, y vuelve a fines de marzo cuando una nave de las de la base de Sudamérica lleve otro grupo de recambio y el margen de regreso sea también corto.
No olvides que Joaquín te espera y Rama te requiere. Es importante que constates lo cerca que estáis de recibir y vivir los símbolos conscientemente; tenéis ya en vuestras manos los cristales para trabajar con ellos interpretando. El día que lleguen a estar sellando ésta etapa, los deberá encontrar liberados de esquemas, estructuras y apegos. Sólo así se producirá en voso—tros el renacimiento espiritual.
Hijo ve en paz, y déjate guiar por quien conoce el momento de la apertura de los Sellos...
Venerable padre....permítame saber solamente,¿De qué se—llos habla?
—Aún no es el tiempo de hacer precisiones, éstas vienen con los riesgos asumidos. El conocimiento tiene el precio del ries—go.
Sólo te diremos que siete son los sellos, que como etapas y niveles habrán de ser alcanzados y superados mediante siete virtudes que acercan a una vida perfecta.
¿Por dónde empieza todo?
—Por la pureza, sigue con la humildad, continúa por la fe.. (silencio)
—¿Y por dónde concluye?
—Por la esperanza— Se levantaron ambos ancianos de sus asientos, sonriendo y comentando entre sí. Alzaron sus brazos en señal de despedida mirándome a los ojos. Sentí que mi rostro era bañado por la comprensión de aquellas miradas sabias. También me despedí, retirándome inmediatamente, quedando con un sentimiento de agradecimiento.
La puerta se abrió, por lo que me dirigí hacia allí. Fuera me aguardaban pacientemente los dos gigantes de Alfa Centauro, quienes me invitaron a que los siguiera con cierto apuro hacia el mirador, donde se apreciaba la inmensidad de un océano en penumbras, sólo interrumpido por las luces de las construcciones y con los desplazamientos ocasionales de algunos objetos. Me distraje mirando, cuando aprecié que el mar empezaba a revolverse, con grandes burbujas y hervía como si estuviésemos dentro de una válvula a presión y al parecer íbamos ascendiendo.
Miré inquieto a mis acompañantes que permanecían imper—turbables, observando igualmente hacia la lejanía, como dándo—me la oportunidad de dar un último vistazo a aquel espectáculo indescriptible. En pocos segundos el mar removido quedaba debajo nuestro, y nos encontrábamos flotando sobre él mientras los reflectores alumbraban las olas dándoles un color verdoso. Vi que el mar cada vez menos agitado se iba alejando pues se estaba produciendo un repentino ascenso. Extasiado por las imágenes, me demoré en reaccionar ante la invitación a marchar hacia el salón cercano, donde según los guías me estaban esperando otros compañeros suyos presentes en la nave.
Por un pasadizo iluminado con placas rectangulares en el suelo, nos dirigimos hacia una cámara que abrió sus puertas automáticamente, ingresando en una amplia estancia que lucía varios niveles en semicírculo a manera de un parlamento en el que permanecían sentados detrás de unos escritorios, alrededor de una veintena de seres, que mostraban entre sí diferencias de apariencia y de vestimenta. Se veía que habían estado aguardan—do allí hacía buen rato.
Al entrar en el lugar se hizo un inmediato silencio. Tímida—mente me había quedado atrás sin avanzar más de lo necesario; pero las sonrisas y miradas afectuosas me dieron la confianza para acercarme hasta el centro del salón.
Tomó de inmediato la palabra el guía Oscim, quien se hallaba en primera fila, mas cerca de mí y por debajo de los otros. —Estuvimos con ustedes físicamente en aquella reunión du—rante la salida de la Convención de Trujillo. Vinimos precisa—mente de ésta cercana base submarina, que se encuentra al norte de tu país.
Durante los trabajos que se efectuaron en aquella ocasión con buen éxito, pero su cansancio no supo aquilatar la importancia de cuanto allí estaba ocurriendo. Se formó un Xendra colectivo.
Si hubiesen estado mejor preparados hubiesen percibido la proyección de nuestras naves, que estaban sobre aquella niebla brillante que les cubría.
—¿A qué se debe tal despliegue de parte de ustedes y la Confederación sobre la Tierra? ¿Cuándo nos van a explicar con claridad el sentido de todo esto? ¿Qué saben ustedes, que no nos han querido decir hasta ahora?— Pregunté sin tratar de ser irrespetuoso.
—En gran medida lo descubrirán ustedes mismos, participó otro extraterrestre del extremo izquierdo del segundo nivel. En su interior están todas las respuestas y todo el conoci—miento; ustedes mismos poseen la llave de su despertar y la llave es...
Inexplicablemente guardó silencio un robusto ser de aparien—cia Morleana que estaba en la última fila, que en ese momento no identifiqué quién era.
¿Cúal es la llave de nuestro despertar colectivo? — Insistí dejando de lado toda timidez. ?
Se levantó de su asiento una mujer de grácil belleza y cuerpo esbelto descendiendo por unos escalones laterales hasta llegar enfrente de mí.
Todos guardaban silencio como si esperaran de ella una respuesta reveladora.
—La llave es una sucesión numérica: 33, 44 y... También guardó silencio aquella joven de casi dos metros de altura que identifiqué como METH.
—Treinta y tres, cuarenta y cuatro y ¿Qué mas?. Esto parece como la combinación de la cerradura de una caja fuerte.¿Que significa?
Significa amigo nuestro, que dentro de un año sabrán la respuesta a través de la clave completa. Pero el sentido real de todo esto es que "Rama" es una cosa y "Rahma" es otra; para una, la clave es cuatro y para la otra, el cinco. Rama posee cuatro fases que habrán de ser vividas por muchos antes de que culmine la etapa de preparación, para que crezca vuestro discernimiento y comprensión así como el compromiso. Las cuatro fases que constituyen la adaptación a un proceso superior son el cimiento, base para el estadio siguiente. Estas fases no pueden esperar a nadie.
Ellas mismas son operativas y activas, lo cual significa que una vez que se cumplan al nivel de misión, darán lugar a la fase siguiente, pero aún muchos podrán seguir pasando por ellas, por eso son activas. Son puertas que se abren para que muchos aún las sigan usando.
METH me había ametrallado con informaciones que me resultaban difíciles de digerir, por lo que pregunté.
¿Cúal es el nivel superior o quinta fase? — Estaba interesado en eslabonar las respuestas y obtener conceptos claros.
—¡El quinto de Rama ó Rahma mismo! Es la preparación de la quinta humanidad en la antesala del cambio. — Habló otro guía apuniano parado en un extremo.
¿Hay posibilidad de cambiar? No estaba ya todo dicho ¿Y qué de las Profecías?
—Ustedes están demostrando que no solo es posible el cambio sino que éste ya esta operando. Dentro de muy poco tiempo veréis resultados palpables.
La humanidad posee en sí misma la llave y es ella a la vez una llave cósmica... Vuestra existencia material está identificada con un código de apertura, que comunica con el Santuario Interno donde habrá de ser colocada el Arca de la Alianza Nueva, donde morará el conocimiento adquirido en mérito a las virtudes alcanzadas que los inscriben en el Libro de la Vida. La humani—dad representada en algunos de ustedes ha sido seleccionada para apertura de los sellos del Gran Archivo. La apertura sólo se logrará viviendo el mensaje, siendo de por sí vuestra vida "un mensaje para todos"
La clave de su despertar a la misión profunda, se identifica también en la clave sagrada "RAHMA", nombre oculto de la misión colectiva que los agrupa y que tienen entre manos. Cuando vibren en Rahma y sus objetivos como lo mas impor—tante para ustedes, como el que despierta de un largo sueño, recordarán y reconocerán lo que falta.
Cuando las tres series actualizadas a partir de 1974 sean completadas sus nombres cósmicos vibrarán con alguna de las terminaciones señaladas, identificando en ustedes, según sus terminaciones la labor a realizar y el lugar a efectuarlo.— Acotó una guía mujer que se hallaba sentada en la primera fila.
—¿Por esto muchas personas ven repetirse de manera obsesiva delante de sus ojos, en las matrículas de los coches, en los documentos, en sus cuentas y pagos, etc... esos códigos numéricos 33, 44 etc.? — Pregunté entusiasmado.
—¡Ciertamente!... Coincidieron en coro, alrededor de una decena de guías ubicados en el salón auditorio.
— Pero nunca permitan que la falta de comprensión los lleve a la obsesión, para todo hay tiempo, incluso para comprender; pero ello requiere disposición y compromiso. —Aseguró Sampiac que se encontraba allí.
—¿Y mi país— Pregunté, cambiando de tema y con cierta angustia.
—La situación de tu país se irá agravando cada día más, hasta cuando llegue a un punto, en el que quienes siempre fueron indiferentes y egoístas, se conmuevan y entiendan que su actitud ha llevado a la angustia y a la desesperación a grandes mayorías de seres humanos, así como a la locura destructiva de quienes se refugian en el fanatismo. Sólo la solidaridad, el amor y el buen ejemplo sacarán a tu país adelante, pues las fuerzas oscuras se aprovecharan de la situación actual para neutralizar su misión. Había hablado Oesceve.
—¿Habrá cambios positivos pronto? — pregunté ingenuamen—te.
—Sí los habrá, pero después de fuertes crisis; y las soluciones vendrán por las vías menos pensadas—. terció un guía del lado izquierdo.
La conversación fue interrumpida por una señal luminosa y una fuerte vibración que inundó el ambiente. Todos los guías se empezaron a marchar del lugar, en un ejemplar orden. A mí, se acercaron Antarel y Sum para conducirme hacia una especie de tubo para efectuar el trasbordo hacia la nave en que retorna—ría al lugar de la salida en Chilca.
La experiencia duró tres horas y treinta minutos, al cabo de lo cual y tal como lo podrán atestiguar los asistentes a la cita, aparecí en el desierto muy cerca de los hermanos que ya se regresaban, pero en la oscuridad de la noche habían perdido la huella y andaban extraviados.
Llamé la atención de todo el grupo hacia el lugar dónde me encontraba, pues por allí quedaba el camino de retorno hacia las movilidades. El grupo me observó a distancia, envuelto en una intensa luz azul eléctrico, sirviéndoles como faro en la oscuridad y maravillándose por el hecho.
Ni bien llegaron a mi ubicación, nos estrechamos todos en un fuerte abrazo que traducía la emoción de aquella experiencia, y la alegría del re—encuentro. Ya en casa conversé con Marinita parte de la experiencia, confesándome ella que había dudado que regresara de la misma. Fue así que su alegría fue doble, ya sea por la experiencia como por el retorno inmediato que le dio a ella la tranquilidad como para apoyarme una vez más en la próxima oportunidad en la que se culminaría el encuentro en Morlen.
CAPITULO IV
EL VIAJEA A MORLEN
Habían transcurrido dos meses desde la experiencia de Enero y la invitación seguía en pié, siendo reiterada una y otra vez por los guías a través de las comunicaciones. Se insistía sobre la debida preparación que debía acompañar a una aventura de semejante magnitud. La premura de los guías señalaba a fines de Marzo como fecha prevista para la cita.
Viviría una nueva y extraña experiencia al lado de los guías, visitando una colonia que alberga a seres humanos de todas las razas, y de diferentes momentos de la historia. En aquella ciudad sabía que se hallaba el consejo de los Doce Menores de Morlen, por lo que debía esperar consecuencias trascendentales de dicho periplo. A través de diversos antenas se había estado recalcando la necesidad del viaje y la conveniencia de la fecha escogida, por lo que traté de disponerme lo mejor posible para marchar hacia el desierto.
Reflexionando sobre ciertas cosas vinculadas a la experien—cia, recordé como en el año de 1974 en la puerta dimensional Xendra, los guías me explicaron que no me llevaban físicamente pues podría querer quedarme y ello no debía ser así; ahora trece años después, ellos me insistían para que les acompañara física—mente. Pienso que ahora sí tenía demasiadas razones para quedarme en la Tierra, y la madurez alcanzada me hacía ver que el gran compromiso estaba aquí.
En el camino rumbo a Chilca presentía y visualizaba todo cuanto se daría, como si estuviese viéndolo por anticipado. Era una situación extraña que me permitía sobrellevar el aconteci—miento sin ser víctima de la tensión. Quizás debido a la prepara—ción integral que mantenía, pude tomar todo como algo natural. Llevaba una dieta de una semana de frutas, y el día anterior estuve en ayuno de limpieza interior; también había descansado perfectamente y temprano durante las noches previas.
Los guías me habían pedido que fuese sólo a la cita, por lo que no debía llevar a nadie conmigo a la quebrada en el desierto. La reunión exigía mucha reserva y discreción, pero tanta era la preocupación de Marinita porque no fuese sólo al lugar, que ella se permitió comentarlo con Tito Boceta, ofreciéndose él a llevarme en su movilidad. Me negué, pero fue tanta la insistencia de mi esposa que al final accedí siempre y cuando me dejara y se marchara.
Llegados al lugar el día 30 de Marzo de 1987, avanzamos en el automóvil por las riberas del cauce seco del río Chilca adentrándonos por la inmensidad del montañoso paisaje, La tarde había caído ya y eran necesarios los faros encendidos para atravesar el polvoriento camino.
Detenido el coche me quise despedir de mi eventual compa—ñero de viaje, pero él se mostró insistente en querer acompañar—me en parte del recorrido a pié. Al final lo dejé caminar a mi lado un buen rato, sin poder conseguir que se retirara.
Subimos por una colina hacia la quebrada lateral que se abre al lado izquierdo del cauce seco, y al querer recordarle la necesidad de que avanzara y sólo, él me decía... "Un poquito más".
Teníamos buen camino recorrido cuando entre las sombras de la noche se empezaron a multiplicar los fogonazos y resplando—res, en un cielo nuboso y cerrado. Seguimos subiendo cuando nuestros cuerpos se empezaron a iluminar con la conocida tonalidad azul brillante; pero curiosamente, así como despedía—mos luz, hacíamos sombra. Era difícil entender lo que ocurría mientras el calor corporal ascendía a extremos no soportables, mi compañero fue el primero en percatarse que adelante de nosotros se estaban materializando las siluetas de alrededor de cinco seres altos y espigados, de un color plomizo brillante, como cortándonos el paso para que no siguiéramos avanzando. El temer hizo presa en Tito, quien me dijo: ¿Estás viendo lo que yo?... ¡Son varios y nos cortan el paso!
— Sí, y ya es hora de que te regreses... Tú no debes estar aquí. — Fui categórico, no queriendo ofenderle, pero sabía que su presencia exponía el buen éxito de la salida.
— Creo que tienes razón. Disculpa que te deje solo pero pienso que es mejor que me retire. —Tito estaba nervioso y las frases entrecortadas así me lo revelaron. Se alejó entonces, volviendo por donde habíamos venido, y hasta que no encendió las luces de su coche y partió, yo no seguí.
Una vez solo en el lugar, volví al camino pero ya las proyec—ciones habían desaparecido. A cada paso que daba por entre las piedras y la polvorienta cañada, crecía mi entusiasmo y percibía que me acompañaba una fuerza increíble que me daba una gran seguridad y serenidad. Me sentía atraído hacia las faldas de unos cerros al final de la quebrada.
Mi cuerpo nuevamente se iba transformando en una especie de lámpara de la que se desprendía una intensa brillantez. Por momentos dejaba de percibir el suelo bajo mis pies, mi paso era a un solo ritmo, concentrado en evitar las piedras y los desniveles del terreno. Vestía para tal oportunidad: un pantalón vaquero azul, camisa blanca, abrigo plomo y tenis blancos; Además cargaba conmigo una mochila pequeña marrón, donde incluía entre otras cosas un cuaderno de mensajes, otro de recopilación de símbolos una Biblia pequeña y una cámara fotográfica senci—lla. Al llegar a un recodo del cañón, los resplandores en el cielo se multiplicaron exageradamente, y entonces hizo su aparición entre las nubes un potente haz de luz amarillo que se proyectaba oblicuó a Tierra. De entre las nubes que se iban abriendo formando un círculo dejando entrever las estrellas, asomó una llave que era la que mantenía el haz sobre el suelo.
Se encontraba a unos quinientos metros de donde yo me hallaba y caía de una altura de un centenar de metros, salió algo... Era como un ser humano, por la silueta que era lo único que yo podía distinguir. Se empezó a movilizar en línea recta hacia mí, como flotando, sin tocar el suelo.
Confieso que en aquel momento me puse nervioso, y temero—so a pesar de todo. Aquella forma humana era imprecisa. Al acercarse a mí, pude apreciar que no tenía rostro evidente; me observó por unos instantes y luego se me aproximó extendiendo sus probables brazos, tocándome los hombros; escuché entonces que me decía: ¡Acompáñanos! Se dio la vuelta y regresó inme—diatamente por donde vino. Fui detrás de éste ser hacia aquella columna de luz, a donde se había vuelto la proyección, el ambiente se hallaba inundado de una fuerte vibración, sin que se pudiese distinguir ningún otro ruido.
Cuando estuve frente a la luz, decidí ingresar en ella. A gran altura veía un objeto discoidal que parecía girar sobre sí mismo, aunque bien podía ser el efecto de decenas de pequeñas luces que se prendían y apagaban intermitentes en todos los bordes de la base. Cálculo que el objeto tendría entre 15 a 20 metros de diámetro.
Dentro de la luz, sentía que mi cuerpo se expandía percibien—do también una fuerte presión y calor. Al cabo de unos segundos me vi sometido a la ingravidez, siendo succionado hacia arriba por la fuerza que acompañaba la luz.
Como en una experiencia anterior, debajo de mí se fue cerrando como una escotilla y al bajar la intensidad de la luz queme contenía, fui depositado sobre la misma. En esta oportunidad la habitación circular abovedada se hallaba iluminada, pudiendo distinguir con toda claridad el cristal suspendido en el techo desde donde manaba la fuerza centrípeta elevadora; también apreciaba el piso que reflejaba como un espejo. Al frente mío se encontraban cinco seres todos ellos en apariencia varones, de similar estatura y raza. Mi impresión inmediata fue que eran oriundos de Ganímedes.
Aquellos individuos estaban todos parados formando un semicírculo alrededor de una consola blanca y rectangular, que les llegaba casi hasta la barbilla y de ancho, era algo más gruesa que el cuerpo de un hombre. La cara que lucía hacia mí era totalmente lisa, y no se veía que debajo de ella hubiesen ruedas o algún mecanismo de transporte.
Uno de los guías levantó el brazo y escuché su voz hablándo—me que me pedía me acercara, a lo cual respondí caminando hacia ellos. Me detuve a escasos dos metros de esta gente y los miré detenidamente. Con voz firme y de afán, uno de ellos que identifiqué como OXMALC me dijo: —Has venido para ser testigo de cómo la esperanza activa da frutos. Esta llegando el tiempo en que las palabras deben dejar paso a los hechos.
No hay tiempo que perder, todo él, es aprovechable para lograr lo que se propongan.
Ponte este traje, la nave partirá inmediatamente.
Me extendió en aquel momento un traje similar al de ellos, corno aquel que había usado dos meses antes en la experiencia de la Base Submarina.
Estaba bien doblado y lo había extraído de un cajón de la consola. Al cogerlo con las manos observé que era un pijama enterizo, como aquellos que usan los niños en el Invierno, y que incluía hasta el gorro.
Me explicaron que debía quitarme toda la ropa rápidamente no había cuarto de baño o lugar reservado para cambiarme, por lo que tuve que hacerlo delante del grupo. Introduje mi cabeza por el cuello del traje qué era de una sola pieza, y de un material elástico que no se deformaba.
Cuando me desprendía de mis ropas, dos de ellos cogían mis cosas y las introducían en la especie de escritorio— máquina.
Esto me preocupó pensando en que pudiera ser en esta ocasión como una especie de incinerador, y por lo tanto cómo volvería a casa. Me quité el reloj de pulsera, pero no lo puse entre mis cosas sino que lo oculté en el puño de mi mano, fijándome bien la hora que marcaba. Traté de que ellos no se percataran del mismo; incluso hasta traté de bloquear mi mente para que no lo descu—brieran en mis pensamientos. Suponía que tendrían muchas cosas en que pensar para fijarse en ciertos detalles, pero era mucha mi ingenuidad.
Me sentía ridículo con aquel traje con gorrito, que me daba la sensación de una armadura livianísima.
Estaba distraído arreglándome el traje, cuando los seres se empezaron a retirar del recinto. Uno de ellos mantenía la palma de la mano delante de la consola, con el dedo pulgar ligeramente separado del resto de los dedos, los cuales permanecían juntos. Con ello el guía lograba que el aparato se deslizase ligeramente sobre el suelo y avanzara como flotando.
Seguí a la comitiva por la rampa lateral que unía la planta baja en donde nos hallábamos, con una puerta ovalada en la parte superior, que conducía hacia la habitación hexagonal que ya conocía.
OXMALC estaba a cargo del objeto rectangular que había trasladado hacía el extremo izquierdo del salón de mandos, ingresándolo en un lugar de la pared al final de los escritorios blancos llenos de discos brillantes. El aparato atravesó la pared y desapareció. De inmediato el guía se dirigió al Centro de la habitación donde se hallaban dos cilindros romos, puso sus manos a cierta altura sobre ellos y empezaron a reflejar una intensa luz.
Los demás se habían colocado frente a los escritorios del lado derecho y se sentaron sobre sillas plegables que extraían de debajo de los mismos.
Al final de los escritorios del lado izquierdo había un asiento de marroquín negro que había sido colocado allí, en la misma ubicación de la experiencia anterior, y Oxmalc con su mano me hizo la indicación de que fuese allí y me sentara, lo cual hice rápidamente.
Me encontraba de espaldas a la pared y mirando hacia el centro de la habitación, donde Oxmalc seguía como en una especie de trance. De sus manos salía un ligero resplandor que a veces se confundía con la luz que despedían los cilindros. Su acción terminó y se encaminó a sus compañeros, colocando la palma de la mano derecha frente a las pantallas, con el brazo flexionado. Yo sólo veía cuanto acontecía en las tres filas de pantallas que tenía delante de mí sobre los escritorios. Las panta—llas cinco por fila— medían según mis cálculos unos ochenta centímetros de largo por unos sesenta de ancho, separadas entre si unos veinte centímetros.
Los que estaban sentados extraían de debajo de los escritorios unos tubitos largos que parecían de vidrio, y los iban colocando por encima de los discos brillantes sobre los paneles, viendo cómo se iban derritiendo o achicándose. La intensidad de la luz de la habitación decreció y Oxmalc vino a mi lado, extrayendo un asiento parecido al mío pero con un símbolo en el espaldar que mi silla no tenía. El símbolo era un triángulo grueso con un círculo pequeño en su interior de un color blanco.
Las pantallas encendidas empezaron a rotar en la pared, arrojando imágenes de un punto blanco que se iba acercando en contraste con un fondo totalmente oscuro.
Un sonido muy intenso que parecía provenir de fuera me puso nervioso, por lo que el guía me colocó la mano sobre el hombro buscando serenarme, mientras me susurraba en voz baja y en perfecto castellano:
— ¡Tranquilo, cálmate...! Ah, y cubre bien tu reloj bajo la ropa no lo saques por ningún motivo, porque si no la alta vibración en la nave te lo va a descomponer.
Me avergoncé del pequeño secreto entre manos, pero ya mismo lo estreché contra mi pecho para que no resultara dañado. No sentí sensación alguna de movimiento en la nave, pero por lo que veía en los monitores, aparentemente nos estábamos desplazando en el espacio. Y mientras el punto crecía y se acercaba, el techo hasta hace poco compuesto por pirámides invertidas de ancha base cuadrangular, se tornaba completamen—te liso, como masa de cristal ahumado. Luego se transformó en una cúpula por dentro y finalmente se hizo totalmente transpa—rente creando la sensación de estar flotando en el espacio; a esto se le sumó el que todas las pantallas se unieron dejando de rotar, formando tres imágenes largas y diferentes según el nivel en que se encontraban, para finalmente agruparse todas y consolidar una vista única, como una sola gran pantalla. En medio de la penumbra de la habitación, la sensación visual de vacío fue impactante.
De pronto la luz blanca era un objeto de increíbles proporcio—nes, que lucía un frente atiborrado de luces multicolores, como crestas sobresaliendo del fuselaje. Debajo se destacaban venta—nales múltiples y una gran compuerta que estaba rodeada de potentes reflectores.
La nave en que iba, parecía estar ingresando—según la imagen que se me proporcionaba—dentro de una nave base. Por dentro era como un hangar, pero mayor al que había observado anterior—mente en Enero antes de ir hacia la estación Submarina. Sobre los lados había inmensas terrazas en donde se observaban objetos más pequeños y de diferentes formas, todos allí estacio—nados. Me sorprendió admirar al fondo del hangar dos objetos que considero debían ser inmensos, en forma de esferas lisas y metálicas, como suspendidas en el gran espacio central, y en medio de ellas otro objeto, que sí era una nave, era la cosa más extraña que hubiese visto jamás pues tenía forma piramidal y aunque se veía que era metálica, en algunos momentos parecía traslúcida por los reflejos de luz.
El disco en que me hallaba comenzó a maniobrar para aterrizar en uno de los grandes estantes o terrazas existentes del lado izquierdo. Las terrazas no eran todas iguales y describían semicírculos de tal manera que las que se hallaban en la zona media eran más retiradas que las que aparecían en las zonas altas y bajas. En la parte baja se observaba gente trabajando a manera de un gran taller o fábrica.
En el momento mismo en que la pequeña nave aterrizó, el falso techo volvió a aparecer en su forma original que según me explicó Oxmalc posee además de las pirámides visibles, otras no visibles en un entre—techo que complementan estructuras rom—boidales como octaedros.
Al irse normalizando todo internamente en el salón hexagonal que ya lucía iluminado, pensé que todo el viaje que habría de hacerse dentro de la nodriza, no demandaría mayores sensacio—nes. Pero estaba equivocado.
Al cabo de unos minutos, cuando me aprestaba a iniciar un diálogo con mi compañero de al lado, me sobrevino una sensa—ción terrible; era como si algo me subiera a gran velocidad desde los pies hasta la cabeza. Sentí un gran calor en el rostro y las manos, acompañado de un fuerte golpe sólo en estas partes que permanecían descubiertas de mi cuerpo y fue tan instantáneo y violento que me hizo perder el sentido.
Después de un buen rato reaccioné, mientras a mi lado el guía me acariciaba con respeto y cariño. Al ir recobrando el sentido, mi vista fue aclarándose pudiéndole ver, sorprendido por lo acontecido le pregunté: —¿Dónde estoy? ¿Qué me ha ocurrido? — Estas con nosotros, en la nave... Hemos salido del planeta, y todos tus átomos y moléculas han sido alineados y ajustados a energías cósmicas.
Ha habido una transferencia mediante grandes cristales y fuerzas electromagnéticas, encontrándonos ahora en los conduc—tos de líneas de fuerza que atraviesan y entrelazan éste sistema solar.
La conmoción experimentada por tí nunca más la volverás a sentir, y a lo largo del viaje te irás adaptando a las ondas vibratorias de influencia de cada uno de los planetas por donde "fluimos".
—¿Cómo pueden recorrer las increíbles distancias que nos separan?
No es difícil si existe la sintonía y el conocimiento necesario Depende mucho con cual de tus vehículos quieres viajar, qué tipo de percepciones y emociones buscas o esperas tener. Si pretendes viajar con todos tus cuerpos, incluyendo el material es_ importante que sepas que el Universo es como un cuerpo humano que posee su sistema nervioso, en el que todo se mueve por impulso y a través de dichos impulsos llega la información, Depende del ser consciente, la forma y la velocidad con la que quiera llegar a tal o cual lugar en ésta u otra dimensión.
El universo completo está atravesado por líneas de fuerza que son autopistas cósmicas, que permiten enlazar puntos distantes y alcanzar distancias enormes con un mínimo esfuerzo de energía.
—En el espacio entre las Galaxias existen pliegues que funcio—nan como atajos; y son las naves madres, aquellas capaces de efectuar los viajes interplanetarios, ya que cuentan con fuentes de poder alimentadas por las energías de las estrellas y retro ali—mentadas en planetas como el tuyo.
Poseen la tecnología para actuar como condensadores dé la energía cósmica que abunda irradiada por cientos de miles de billones de calderas termonucleares, a la espera de ser recepcionada y destilada.
Una nave madre crea una atmósfera artificial y un cinturón energético capaz de captar y aprovechar todo cuanto existe allí en el espacio aguardando su utilización.
Mantenía mi reloj con el puño cerrado, tratando de librarlo del problema que me decía el guía, podría llegar a producirse. Sólo al llegar a Morlen pude verificar que aquel increíble viaje desde la Tierra a la luna de Júpiter se había realizado en ¡Tres horas terrestres! —¿Llegan ustedes a la velocidad de la luz?
— Sí pero en esta oportunidad no la utilizamos. habitualmente la sobrepasamos reimpulsándonos en el mismo momento del ingreso. Ello nos permite traspasar puertas dimensiónales e ingresar en otro tiempo y espacio que es controlable desde dentro.
Cuando un cuerpo alcanza velocidades superiores a la de la luz, se transforma en una unidad bioplasmática, esto es, en una 'materia diferente a la densa de la tercera dimensión, participan—do de otro estado vibratorio.
— ¿Se requiere una preparación especial para quien viva tal experiencia?
— Ciertamente que sí. Es más fácil para alguien que tenga conciencia de su continuidad existencial y de la atemporalidad de la evolución, sobrevivir a experiencias como éstas, pues, debe enfrentarse a la ruptura de las concepciones espacio—temporales y sujetarse a cambios físicos.
— Me podría alcanzar mi equipaje?, tengo allí anotadas cientos de preguntas que quisiera hacerles. Además les pediría me permitieran sacarles una fotografía, si es que me facilita la cámara.
— No te podemos acercar nada, pues todo ello está siguiendo su propio proceso.
— ¡No me vayan a estropear la cámara por favor!
— Si la sacáramos en este momento se estropearía. Además no te saldrán las fotografías por cuanto las condiciones de la nave hacen que la luz lo atraviese y penetre todo. Tu rollo ya está velado...
— Bueno, cambiemos de tema... A ver, díganme ¿Cuando ustedes se comunican con nosotros telepáticamente están en ese instante en el otro lado de la línea, o sea ustedes, están atentos?
—Se me ocurrió consultar.
Mientras estamos cerca o en la Tierra participamos de su temporalidad; pero en otros momentos los mensajes están en el ambiente como grabados, y al estar en esa condición quien recibe los comunicados se hallará en la situación pasiva que imposibilitará el intercambio de conceptos. En la comunicación hay un doble juego en el que deben conciliarse la elevación vuestra y posición en el nivel de sintonía, mediante las prácticas de respiración, relajación y concentración, con el envió de nuestras emisiones. La fluidez del mensaje depende del estable—cimiento de un puente que podemos llamar comunidad mental. Y así como puede y debe funcionar entre ustedes, y nosotros, también deben procurarlo entre ustedes, mismos; lo que les permitirá una comunicación integral.
— No sé que preguntarles. Tenía anotadas tantas cosas, pero ahora me encuentro bloqueado. Quisiera saber tanto!, es que necesitamos saber, sobre todo.
— Relájate y visualiza imaginándote en tu mente, el cuaderno donde anotaste tus inquietudes. Míralo e imagínalo abierto en gas páginas. Mentalmente lee las preguntas...
—¡Ya lo vi,! o mejor dicho, ya lo imaginé...! Sí funciona.
— Abrí los ojos, maravillado de poder ver tan claramente con la mente en mi memoria. El poder de la voluntad y una actitud positiva son capaces de permitirnos alcanzar lo que buscamos.
Al momento de abrir los ojos, la habitación estaba envuelta en una luminosidad verdosa y un arco de luz se formó entre dos cilindros del centro hexagonal.
— ¿Desde cuando se han venido manifestando en la Tierra? — Desde antes de que el hombre existiese en la faz del planeta. y no sólo nosotros, sino muchas civilizaciones bajo el patrocinio de los 24 ancianos.
— ¿Quiénes fueron los primeros en venir?
— Los de la Constelación del Cisne. A ellos les pueden llamar— aunque ya hay quienes lo hacen, "los padres antiguos" (el concepto de Padres Antiguos se confunde mucho en las escuelas y organizaciones esotéricas de tu mundo) quienes más tarde se hibridaron con la humanidad y les enseñaron conocimientos.
Los de la Constelación del Cisne descendieron en el planeta cuando éste aún se hallaba compuesto por mares ácidos, se instalaron en Colonias Submarinas en lo que hoy correspondería a la Antártida, pero cuando ésta se ubicaba en el Ecuador Terrestre.
Esta primera humanidad en la Tierra fue llamada humanidad Antártica y con sus experimentos contribuyeron con la naturaleza, sembrando vida y esporas en los océanos ácidos, y ayudando a su transformación poco a poco en mares alcalinos mediante reacciones químicas provocadas.
— ¿Siguen aún con nosotros en la Tierra?— No..., llegó el tiempo que marcharan pues el programa del planeta exigía aguardar a que la mano de la naturaleza hiciera lo suyo. Además la Tierra era muy inestable para acomodar aún una civilización en sus fangosos continentes y delgada y quebradiza corteza.
— ¿Ustedes, intervinieron en las historias que narra la Biblia?
—Sí, y no sólo nosotros... La Tierra es el resultado de más de un proyecto y experimento genético; hibridación y mestizaje; colonizaje; naufragios estelares y hasta deportaciones...
— ¡Cierto!, en todos los libros sagrados, tradiciones y leyendas existe mención explícita de ello. Pero la Biblia la consideramos en mi mundo un conjunto de libros que sintetizan la verdad inspirada por Dios a través de los profetas...
¿Ustedes qué opinan al respecto? ¿Poseen algo similar? — ¿Qué es lo que entienden ustedes por Biblia? Preguntó el guía. — Bueno, la Biblia es la recopilación de alrededor de 72 libros según sea la religión que se identifica con ella, porque hay iglesias que reconocen unos y rechazan otros, considerándolos apócrifos, esto es no canónicos o inspirados.
La Biblia está dividida en dos partes claramente diferencia—das: El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. El nombre "Biblia" surge del término "Biblón" que en griego significa "Libro", y deriva del nombre de una importante ciudad de comerciantes fenicios llamada "Biblos". Los diversos libros que componen el Antiguo y Nuevo Testamento fueron escritos en diferentes épocas, e incluso de cada libro hay varias fuentes y traducciones, por lo que cada día son más los estudiosos que coinciden con la opinión de que la Biblia ha sido mal interpreta—da, fragmentada, adulterada y distorsionada a conveniencia o por falta de rigor, a lo largo de su accidentada historia.
—Recuerdas muy bien todo lo que has aprendido a través de tu cultura, pero sabrás que para nosotros la verdad inspirada de Dios, está en todos los libros sagrados de todas las religiones y culturas, y en ningún lugar en particular. Y sobre tu pregunta de que si tenemos algo similar, te diré que sí y está aquí...
El guía dirigió su mano izquierda hacia el centro de su pecho, como a la altura del esternón.
— Ahora comprendo y siento aquello de que "Dios no ha dejado de hablar al hombre, sino que es el hombre el que no termina de aprender a escucharle".
— ¡Gracias por la explicación!.
En la Biblia se mencionan manifestaciones de Yahvéh o Jehová muy violentas y contradictorias; ¿Son ustedes o los otros visitantes, culpables de estas demostraciones de fuerza? Han tenido ustedes participación directa o indirecta en lo que ha desencadenado ahora la humanidad.?
— Ustedes, están teniendo una magnífica oportunidad para que a la luz de la experiencia del contacto de Misión Rama, como de otros grupos de contacto, puedan llegar a entender cómo se comporta la naturaleza humana y cómo surgen los mentalismos, o sea los afloramientos del subconsciente, las manifestaciones disfrazadas de la personalidad y el ego inferior, las influencias negativas del ambiente y hasta la acechanza de los bajos astrales.
Todo esto significa que hay una gran distancia entre lo que realmente ocurre, lo que el hombre cree e interpreta que ocurre y cómo lo acomoda cuando quiere transmitírselo a los demás.
Ustedes los terrestres tienen una habilidad única para com—plicarse la vida y dejar que se la compliquen los demás, y sabemos que en ello paradójicamente tenemos parte nosotros.
Lo que te quiero decir es que la historia es desfigurada por intereses y errores de percepción. Las cosas no ocurrieron exactamente como han sido escritas y narradas en los libros sagrados.
Reflexioné unos minutos dándole la razón al guía, por cuanto sabía que los libros del Pentateuco (los primeros cinco libros de la Biblia), adquirieron su forma definitiva trescientos años después de Moisés, en las manos de los escribas de Salomón; y en tantos siglos la visión del pasado tiende a redondearse exagerándose su carácter épico, moralista, etc.
Y en Rama ciertamente se habían producido errores garrafa—les durante todo su proceso, producto de la ausencia de espíritu crítico, inconstancia en el trabajo interior, relajamiento de la disciplina de vida o debido al interés de imponer o manipular las ideas y opiniones.
Siempre existe la sombra de los mentalismos en las recepcio—nes, en tanto, no tomemos conciencia, de que la posibilidad de cometer errores es algo latente y potencial en nosotros. Estar atentos y observadores nos librará de los peligros que esto trae consigo.
Se necesita voluntad para seguir, y madurez para extraer las enseñanzas de todo esto.
La Biblia fue escrita por hombres, y por ello está cargada de mentalismos, sin negar desde ya, su riqueza espiritual que ha iluminado la vida de tantas personas. Estos mentalismos han permanecido en los textos sagrados sin que con el paso de los siglos nadie se atreviese a cuestionarlos ó cayendo en los extremos, al hacerlo con vehemencia y de manera destructiva se ha caído en excesos de tensión, discrepancias, divisiones, dis—torsiones con respecto a las enseñanzas originales. También se ha dado el caso de que por querer justificar lo injustificable, entender lo incoherente y explicar lo absurdo, se ha llegado a explicaciones ingeniosas y forzadas.
Todo mentalismo adolece de defectos que lo podrían hacer fácilmente reconocible si existe la ecuanimidad, objetividad y criterio necesarios para cuestionar lo humano que contamina las cosas espirituales y sagradas.
Generalmente el mentalismo es la contradicción de la filo—sofía profunda del plan cósmico basado en el amor. Todo lo que atenta contra el amor y la justicia, no puede provenir de las mismas entidades generadoras de enseñanzas de comprensión, respeto y tolerancia máximas; por igual, aquello que procura el beneficio personal de alguien, o que explota la alabanza o el desprecio hacia otros, descarta la posible realidad de aquellos mensajes. —¿Todo lo negativo es producto del juego de nuestra mente egoísta?
—¡No!... no todo lo es, ustedes están sometidos a acechanzas de fuerzas igualmente superiores polarizadas hacia lo negativo y destructivo, estas fuerzas son las que muchas veces les ponen las trampas para destruirles y desviarles del camino correcto de la evolución y la conciencia, porque ellos y los que están detrás de ellos les temen.
La hermandad oscura ataca a través de los bajos astrales, que son entidades reclutadas entre aquellos seres humanos que se han dejado arrastrar por sus bajas pasiones e instintos, y que se han quedado atrapados en el mundo astral por su condición extrema—damente densa; también se incluye en éste contingente de esbirros, a otros seres creados por la Hermandad negativa.
Este poder siniestro que gobierna en la Tierra sabe bien que el hombre tiene la llave, aunque éste no recuerde que la posee ni de qué llave se trata. Hace lo imposible entonces por mantener la ignorancia y la inconsciencia, aunque ya hay quienes se están acercando (peligrosamente para el caos instituido) a las puertas del umbral.
La llave — como ya se te explicó antes — es la cruz, pero no como símbolo de muerte sino de la vida; es el equilibrio y el ascenso voluntariamente asumido. Es el riesgo de amor hasta el sacrificio, muriendo para renacer inmediatamente. La muerte ya a entiendes como renovación y trascendencia.
La puerta que es tu misión cósmica necesita del autoconocimiento, y del valor para asumir la llamada muerte mística del ego.
— Perdone que vuelva a la pregunta que hice hace un rato, pero me podría decir: ¿Quién o qué era Yahveh o Jehová.?
— ¡Quiénes eran, preguntas... Las dos palabras representan a la misma acción realizada por un grupo de entidades provenientes de la Constelación de Tauro, pertenecientes a la quinta dimen—sión.
— ¿Cómo se explica tanta agresividad e intolerancia en la Biblia?
— Dicha agresividad e intolerancia es propia del hombre en la Tierra, sujeto a la influencia de su inestable planeta, así como por la acción de fuerzas que al no poderlas controlar lo dominan. También se da el que muchas veces se quieren identificar estas actitudes en quienes ustedes asocian con la divinidad para entrar en el terreno de la justificación de acciones; pero ello no es así. Hay palabras y actitudes que se ponen en boca de Yahvé que nunca fueron dichas ni hechas así.
El hombre ya te lo dijimos antes —, crea sus dioses a imagen y semejanza de sus propias debilidades; y al final termina él, destruido por la traición y descuido progresivo de los valores.
Pero al verdadero Dios no lo ve, no lo llega a apreciar ni sentir; evita más bien el sentirlo y enfrentarlo, pues teme verse envuelto en su amor que lo obligaría a cambiar.
Las enseñanzas fueron dadas por los mayores, venidos desde tiempos inmemoriales que las transmitieron, y por los que las recepcionaron como herederos de los llamados profetas inicia—les. Con el tiempo el conocimiento se iba diluyendo, sustrayén—dose sistemáticamente la luz de las fuentes mismas, en beneficio de constituir y luego mantener una casta élite de privilegiados sacerdotes quienes en vez de continuar su nexo con las esferas superiores y la divinidad, acercando los hombres a la conciencia de su trascendencia, se constituyeron en estorbo y bloqueo de toda relación consigo mismos y los demás.
— Pero no se puede generalizar. Hay religiones muy positivas y muchos religiosos ejemplares y admirables.
— Ciertamente toda generalización es injusta, y hay buenos hombres y mujeres trabajando por la luz y el amor en todas las religiones y fuera de ellas también, existiendo una interrelación entre ellos al nivel de la Gran Fraternidad Blanca. Y gracias a ellos el mundo aún existe, pues sus oraciones, pensamientos y acciones han creado condiciones de positiva esperanza.
Las estructuras formales de las religiones vienen cayendo una tras otra en el juego de quienes realmente dominan el mundo, éstas deberán cambiar hasta romper las barreras y estructuras rígidas que han venido limitando la espontánea espiritualidad, hasta constituir una única gran religión, la del Amor y la Paz.
La única religión que habrá aprendido a no desunir sino más bien integrar a toda la creación.
— ¿Se puede hablar realmente de una historia sagrada?
— La vida de los seres es de por sí sagrada, y en consecuencia su historia que refleja la búsqueda parar llegar a reconectarse conscientemente con su Creador, lo es.
La historia de la interrelación cósmica operada en la Tierra viene desde mucho antes de que hubiese vida sobra la faz del mundo, y ha continuado incrementándose esa relación a medida que las condiciones han sido propicias, hasta llegar a una conexión directa a lo largo del desarrollo de la civilización, pero procurando evitar crear dependencias. Así tenemos el ejemplo del proyecto sumerio, el Egipcio, El Hebreo, El Olmeca, El Maya, El Tiahuanaco, Chimú, Azteca, Inca entre otros.
— ¿Si han existido tantos proyectos o experimentos, dónde queda aquello del pueblo escogido?
— La Tierra y la humanidad han sido seleccionadas pero no así un pueblo. El caso de Israel no es el del pueblo elegido, sino más bien, en un principio, una selección individual y relación directa con la persona de Abraham.
Es el típico caso de alguien programado y escogido con base a sus aptitudes para canalizar parte del Plan Cósmico en su versión terrestre y programar a su vez a su descendencia, perpetuando sus cualidades de inteligencia y guía.
— Voy comprendiendo... Abraham pertenecía a un clan semita instalado en Siria y a una familia que emigró hacia Ur de los Caldeos.
¿Pero, qué tan especial podía ser la persona de Abraham?
— Alguien fuera de serie como dirían ustedes. Un ser especial preparado en anteriores reencarnaciones sin perder la humildad de quien es necesario para las grandes tareas; era un antena por antonomasia, que supo canalizar conceptos, y hacerlos suyos a pesar de ser demasiado avanzados para su época, algunos de los cuales se cuentan hoy entre las concepciones de vanguardia, en materia de teología en la Tierra. Por ejemplo: el concepto recibido y transmitido por Abraham a su parentela sobre la existencia de un solo Dios, espiritual, invisible, sin apariencia alguna, incomprensible e inabarcable frente a tantos otros dioses conocidos de aquel tiempo que eran adorados en colosales templos.
— Sí, templos dedicados a Astartés, Moloc, Marduk, Bal, Ptah, Osiris, Horus, etc.
Centros religiosos que por su estructura y la de sus descomu—nales y monstruosas estatuas invitaban a traducir miedo en devoción.
Mi mente se transportó a los conocimientos que tenía refun—didos en mí, cuando estudiaba historia, tratando de recrear la ambientación que envolvió la vida del patriarca bíblico para entender el proceso que se me estaba explicando.
Resulta ser que 3.000 años antes de Cristo, los semitas emigran de Arabia Saudita debido a cambios climáticos opera—dos en la zona, instalándose una serie de clanes a lo largo de la media luna fértil que iba desde Canaán hasta Caldea. La familia de Abraham era uno de dichos clanes, el cual se instaló en lo que hoy corresponde a Siria, en la región de Arampadam en el pueblo de Haram. Posteriormente Teraj padre de Abraham (que era el nombre original de Abraham), emigra hacia Ur de los Caldeos, metrópoli de aquel entonces, en donde Abraham tendrá contacto con las imágenes bíblicas del Génesis, en versiones bastante distorsionadas propias del tiempo y de la herencia recibida por los Caldeos de los Sumerios y Acadios.
Más tarde llegará a tener contacto directo con ángeles o extraterrestres según la concepción de aquel tiempo, gracias a su sensibilidad y apertura mental. Este contacto le pondrá en ante—cedentes sobre una versión más cercana al relato original y a los acontecimientos. Así por ejemplo el Noé Bíblico no se detendría en el Monte Nisir en el Kurdistán, según la versión de la Epopeya de Gilgamesh, sino que terminaría por aparcar su arca en el Monte Ararat en Armenia, en la frontera entre Turquía y la Unión Soviética.
Una quiebra "económica" que es mencionada en el Talmud en forma anecdótica, llevó a Teraj a regresar a Haram, en donde a su muerte, su hijo es conectado para que se desplace hacia Canaán; zona programada para llevar a cabo algo...
— Un plan de actualización del despertar de la conciencia humana. —Ahora entiendo.... Abraham se instalaba en Canaán entre pueblos pequeños, comprando tierras y siendo acogido con sincero aprecio por la gente del lugar. Pero rápidamente estable—ce distancias en cuanto al comportamiento de las tribus locales, por cuanto las costumbres incluían sacrificios humanos en lo alto de los montes.
— Esa sangre derramada alimentaba energéticamente a la Jerarquía Negativa y aumentaba el Karma colectivo de la zona condenándola a acontecimientos nefastos futuros.
Permíteme terminar tu historia... con el tiempo los mensajeros extraterrestres le anuncian que va a tener un hijo y que Sodoma y Gomorra, ciudades donde habita su sobrino Lot serían destruídas.
¿Por qué destruyeron Sodoma y Gomorra? ¿Cómo pueden hablar de amor cuando se prestan a exterminar pueblos ente—ros?... !
— Ustedes tienen un equivocado concepto del amor y del respeto a la vida. Ponen grandes reparos en sancionar la maldad en alguien, pero no ponen reparo en aplastar un insecto por puro gusto, matar un ave por placer, coleccionar cabezas de animales en una sala, extinguir especies por deporte o por establecer una nueva moda. Sus "leyes" muy "humanas" están permitiendo que se extienda la semilla del mal en la Tierra, siendo benévolos con él, poderosos e inflexibles con el débil.
Entre nosotros existe una visión más equitativa y práctica de la justicia, basada en las leyes y principios universales. De acuerdo con esto, una vida o muchas pueden ser canceladas sólo si es estrictamente necesario para proteger el bien común, y en estricta defensa del orden y la libertad de la mayoría.
— ¡Me sorprende tanta frialdad!
— A nosotros nos sorprende tanta hipocresía en la Tierra, sólo se explica en la existencia de intereses creados. Nadie podría amputarse un dedo de la mano sin los dolores que esto supone y la tristeza que de ello deriva; primero por el dolor en sí y segundo, por quedarse sin un dedo; pero si en ello está involu—crado el que pueda perder la mano, el brazo o la misma vida.... Es cuestión de sentido común.
Cuando se conocen las leyes universales se puede actuar con justicia sin remordimiento alguno, en cuanto hay que aplicar una limpieza en función de un plan mayor.
— ¿Y cuál fue ese plan mayor?
— Canaán había sido seleccionado para colocar allí a la persona de Abraham para que allí se multiplicaran sus cualidades de guía espiritual a través de su descendencia. Esto porque Canaán es como bien lo sabes, un puente natural entre Asia y África; un lugar de paso a través del cual, muchos pueblos se movilizarían y debían ser influenciados ideológicamente, durante su tránsito.
— Entiendo, es como cuando alguien quiere anunciar un producto o vender una revista, procura hacerlo en aquellos lugares de mayor concentración de gentes, como en un aero—puerto o una estación de buses. ¿Canaán era algo así? ¡Un punto de encuentro!
— Ciertamente, y en cuanto a lo de Sodoma y Gomorra, no se podía permitir que aquel lugar se contaminara vibratoriamente con la degeneración.
— ¿Y quién habría sido Noé?
— Hay la suma de dos relatos distintos en el tiempo y en el espacio que se confunden alrededor de la persona de Noé o Ushnpitztin. Uno, era un sobreviviente atlante de la gran heca—tombe que sumió a Poseidonis bajo la terrible violencia de las olas en el fondo del Atlántico, quien se dirigió a través de las columnas de Hércules (el estrecho de Gibraltar), hacia el mar Mediterráneo. El otro personaje es un patriarca que logró atraer la atención sobre sí de los Directores del Plan, luego de reorga—nizar a grupos humanos, después de gravísimas inundaciones que acaecieron en Mesopotamia hace unos seis mil años.
Ambos acontecimientos distantes entre sí fueron causados por el mismo cuerpo celeste errante.
En una oportunidad anterior, ustedes me explicaron acerca de lo que se menciona en la Biblia en lo relativo al paraíso, como que todo ello había sido parte de un experimento cósmico a cargo de siete entidades llamadas los Elohim (nosotros ó los dioses según algunos traductores). Me interesaría conocer la versión completa del asunto, si fuese posible.
—Bien sabes que la Vía láctea como ustedes la llaman es una gran galaxia del tipo espiral y que posee más de 400.000 millones de estrellas. Ella gira sobre sí misma y se desplaza en él cosmos.
Esta galaxia es una, en millones de similares, y orbita junto con otras alrededor de una principal que los científicos de la Tierra han identificado con el nombre de Andrómeda ó M—31. Esta galaxia principal con sus satélites ustedes la conocen como el grupo local, nosotros como el universo local.
La Vía Láctea posee un gobierno compuesto por 24 entidades llamadas los 24 ancianos de la galaxia, pertenecientes a una sexta dimensión que constituye la regencia sobre todas las civilizaciones que en este cúmulo estelar, posee la capacidad de ayudarse y ayudar a otros que están en vías de evolución. No representan a civilizaciones específicas sino a la evolución misma.
Así como la Vía Láctea tiene su consejo, así también el centro del Universo local tiene su gobierno, llamado el Consejo de los 9 de Andrómeda, en el que las galaxias circundantes poseen representación, incluyendo los 24 ancianos. Esta fraternidad existente entre quienes han asumido roles gubernamentales se conoce como "la gran Hermandad Blanca de la Estrella", sim—bolizada por la estrella de seis puntas símbolo de la ley de correspondencia.
Existe también una jerarquía que está por debajo de los 24 ancianos compuesta por: Ingenieros Genéticos o Sembradores de Vida, llamados también los Elohim; les siguen a continuación los Guardianes y Vigilantes, y finalmente los instructores ó guías.
Los sistemas solares como comprenderás sobre pueblan una galaxia, la mayoría de ellos está conformado, por dos estrellas y sus respectivos planetas...
—¡Son binarios!— Acoté vanidosamente como si mi aporte fuese importante. —Exactamente, y también los hay de una estrella como el de ustedes. Es ésta clase de sistemas —los de una sola estrella—, los escogidos para realizar en ellos, experimentos para mejoramiento de la vida en el universo conocido. Pero sólo uno, de cada diez sistemas como el tuyo, y uno, de cada diez planetas, es seleccionado para algo mayor. — ¿Somos realmente un experimento?.
—Más bien, un "proyecto". El mismo que ha estado sujeto a múltiples interrupciones, eventualidades diversas, modificacio—nes sobre la marcha y adaptaciones de último minuto.
—¿Un proyecto de quién y para qué? ¿Acaso de Ustedes? —¡No!, no somos nosotros tan conscientes, como pasa concebir tal clase de iniciativas; pero sí tenemos la capacidad para ejecutarlas y llevar a cabo proyectos de tal naturaleza. Existen autoridades de otras dimensiones y otros universos, que disponen el lugar, el momento y las condiciones para actuar. Ellos son los que saben el por qué profundo.
Pronto sabrán de quien realmente procede el programa, y el por qué y para qué de todo el drama humano.
—¡¿Es entonces un drama?!....
—Tiene de todo, pero de lo que más posee es de Poema Épico... Pero déjame continuar y volver al punto de tu pregunta sobre el relato original.
Los 24 ancianos designaron a 7 seres, como responsables de la aparición material de la primera humanidad nativa del Planeta Tierra. Ya hemos hablado antes, de una primera humanidad de origen foráneo como fue la Antártida, a ésta se le sumarían otras más que vendrían a dar su aporte.
Cuando fue dispuesto el gran proyecto Tierra, modificación de vida y sistemas operativos de enseñanza, tu planeta era aún una masa informe de fuego con resquebrajadas costras de lava fundida enfriándose, flotando sobre un mar ígneo. No había aún ningún ser viviente.
Desde la que conocen como la constelación del Cisne, llegó el primer grupo de exploradores, investigadores y analistas científicos, los cuales se instalaron mucho tiempo después en una Tierra que dejaba vislumbrar tímidamente las primeras masas de líquido. Habitaron ellos, los océanos primigenios. Ellos se marcharon luego que su intervención aceleró los proce—sos naturales para la aparición de la vida. A éstos les siguieron los primeros colonos extraterrestres, los cuales se instalaron en la zona superior norte del planeta, por lo cual se les llamó; "Hi—perbóreos" ( Hiper = superior; y boreal = norte). Esto ocurrió en lo que ustedes conocen como Era secundaria.
Siendo la Tierra un planeta muy inestable, y temiéndose un accidente Cósmico por impacto de un cuerpo celeste, aquellos humanos instalados en estas colonias y cuyo centro o capital fue llamado Tule ó Tollán, empezaron a emigrar, quedando muy pocos cuando se produjo aquel desastre que precipitó el cambio de Era y la muerte de la mayoría de los grandes saurios, modificando violentamente la geografía de aquella novel isla del océano cósmico.
Será durante el Terciario que llegan en forma definitiva los "Sembradores de Vida ó Ingenieros Genéticos", llamados los "Elohim". Venían a finiquitar el proyecto, pues anteriormente habían reparado la gran mortandad y depredación producida por el accidente estelar. La idea ahora, era apurar la aparición de elementos humanos propios del planeta, que pudieran modifi—car poco a poco las condiciones operativas vigentes en el universo circundante, con la intención de beneficiar a la colec—tividad de civilizaciones.
Las modificaciones, alternativas nuevas y disminución de la violencia natural del planeta serían controlables a partir del dominio que podrían desarrollar los mismos seres.
—¡¿El Mundo se hace más estable cuando más estables son sus habitantes?! — Sí, pero ello no descarta el efecto que produce en la dinámica del cambio generado por los seres voluntaria—mente, los procesos naturales. Todo absolutamente está sujeto a modificación continua, pero controlable y previsible para los potenciales del ser humano.
Los siete Elohim se encargaron de llevar a cabo modificacio—nes genéticas en Proto—homínido, antepasados del hombre, en lugar seleccionado para ello, al sur de África y un continente hoy fragmentado y en gran parte desaparecido, llamado la Lemuria. Allí una gran nave espacial descendió procurando crear las condiciones artificiales en un gran ambiente propicio para la experimentación, para la aparición del hombre. Era una nave invernadero que contenía plantas, insectos y animales de diver—sos lugares para introducirlos aquí, y así incrementar la flora y fauna, con miras a hibridar y multiplicar las especies nativas.
Fueron varios los seres prehumanos incorporados al experi—mento, y que fueron sometidos en una primera etapa a modifi—caciones que procuraran una mayor adaptación a las exigencias del proyecto.
—¿No eran un Adán y una Eva?
—¡No! Eran varias parejas seleccionadas... Los Elohim tenían pensado adaptar una variedad de Andróginos al medio externo, por lo cual se experimentó con un primer grupo. Esto conseguiría la ventaja de que toda la energía sexual no estaría sujeta en un futuro a un desperdicio. Los seres sujetos al experimento podían controlar más sus pasiones, y más fácilmente podían desarro—llarse en lo espiritual y trascendente.
—Es cierto que el sexo, la mayoría de las veces actúa como un freno o estorbo para un desarrollo superior. No por nada, los santos de la cristiandad y los yoguis de la india, preferían el celibato.
—Amado hermano, el sexo es en su realidad, la más maravi—llosa experiencia de intercambio energético, y la mejor oportu—nidad para brindar amor con desapego al intentar entregarse mutuamente.
El ambiente de sensualidad fomentado por las fuerzas oscuras en la civilización terrestre, procura contaminar lo sagrado, corromper lo natural y perder al hombre en el vórtice de sus pasiones desenfrenadas.
Todo lo que se lleve a cabo con control, con el uso de la voluntad bien canalizada de forma constructiva, y con real amor, es sagrado.
—Hoy en día se presentan muchas opciones para trabajar con la energía sexual. Hay quienes hablan de trasmutación sexual, otros celibato, etc.
¿Cuál de ellas sería la opción correcta?
—Nadie podrá alcanzar la realización espiritual por el sexo, pues éste es sólo uno de los aspectos de la vida, como lo son el dormir, el comer, el respirar, etc. Son las actitudes que cada cual mantenga de acuerdo al nivel de conciencia adquirido frente a todo lo que constituye el diario vivir, lo que le permitirá avanzar y realizarse.
La verdadera trasmutación de la energía sexual en energía psíquica y espiritual se consigue no dejando que sea el deseo egoísta el que gobierne el coito en la pareja; y en el caso de quienes son célibes voluntarios, asumiendo con alegría su re—nuncia, y canalizando sus potenciales al servicio de la colecti—vidad en el nombre del amor.
Cada ser es libre de manifestarse en este sentido, pero respe—tando el derecho de los demás y respetando su propio templo interior. No hay que olvidar que en el acto sexual se halla inherente toda la fuerza de la creación, lo cual exige conciencia y respeto mutuo, por cuanto constituye una verdadera comunión sagrada.
Volviendo a los primeros seres del experimento, estos andró—ginos podían hacer las veces de macho o hembra. Pero ésta fase del proyecto no prosperó pues como te dije antes eran demasiado delicados y débiles para lo agresivo del plano. Se decidió entonces dar marcha atrás. A través de operaciones quirúrgicas... —¡La famosa costilla de Adán!
—Sí, a través de dichas operaciones se restituyó el orden inicial y volvieron a ser machos unos y otras hembras definitivos y definidos.
Dentro de la nave laboratorio sus antepasados fueron reunidos y aleccionados sobre cuál habría de ser su comportamiento. Se les dijo en aquella ocasión: "De toda planta, de todo fruto o semilla podréis comer sin que ello os contamine, pero por ningún motivo probaréis de las plantas que se encuentran en el área reservada, porque aquellas especies de vegetales son plantas alucinógenas, las cuales podrían provocar a ustedes visiones y percepciones para las que no están preparados aún, e impedirían que en un futuro cercano, desarrollaran las facultades que les corresponden para dominar y controlar, aquello que va más allá de vuestros sentidos físicos. Además, consumir estas plantas traería consigo el deterioro de las neuronas (células cerebrales), iniciando un proceso irreversible de muerte y destrucción celu—lar, que ni aún nosotros podríamos detener. Sus auras serían igualmente afectadas al quedar rasgadas y estarían a merced de entidades que siempre están al acecho...
Los Adanes y Evas aceptaron humildemente las restricciones, acatando las ordenanzas de los ingenieros genéticos. Pero uno de los Elohim, llamado "Gadriel", no estaba de acuerdo con las limitaciones del proyecto, además que fue influenciado por la entidad Lucifer. Buscó entonces reunir aparte a los terrestres y les dijo: "Probad de aquellas plantas, de las que se os recomendó guardar reserva. No hagáis caso a mis compañeros que son temerosos de que rápidamente podáis conseguir poder y conoci—miento. Además, como avanzaría la ciencia sin la experimen—tación".
—¿Es esa la Serpiente Antigua?
—El conocimiento no es malo, lo que es malo es ser inescru—puloso, indisciplinado o irrespetuoso frente a los procesos dis—puestos por jerarquías superiores. Así este ingeniero genético, transgredió el orden; se extralimitó y actuó egoístamente, con—virtiéndose...
—¡En una suerte de Dr. Frankestein!
—En una traba y primer tropiezo del género humano terrestre. —La serpiente es símbolo desde muy antiguo del conocimiento.
También se le vincula a la energía alojada en la base de la espina dorsal, que es la llamada a despertar los centro energéti—cos (chakras), con la forma de una serpiente enroscada, llamada Kundalini. La energía llamada así puede ser despertada y con—trolada a través de una preparación integral que incluye una vida equilibrada y metódica, que parte de ejercicios de respiración y continúa con una dieta alimenticia natural, gimnasia y medita—ciones. Propiamente todo lo que había aprendido en la Yoga en 1973.
—¡Y lo aprendiste bien!. Mantén la constancia, es lo único que te falta.
—Volviendo al relato, quisiera preguntar: ¿Cómo un ser supe—rior pudo caer en semejante tentación y a la vez seducir a quienes eran su responsabilidad?.
— Se vio influenciado por el medio en que actuaba y por aquel ser ultraterrestre del Universo Mental.
—¿La Tierra tiene malas influencias y fuerzas desbocadas? —¡No!, sólo que aquí las fuerzas de la naturaleza y la creación se hallan concentradas de tal manera que es comparable con un animal salvaje, que requiere ser domesticado. Si no aprenden a dominar las energías planetarias, estas terminarán por dominar—los y quizás hasta destruirlos.
Y volviendo al relato te diré que tus antepasados consumieron de aquellas plantas, seducidos por la curiosidad, y allí se llevó a cabo la primera experiencia por consumo de drogas que registra tu historia.
—¡Quién lo hubiera dicho, ni manzanas, ni fruta, ni sexo!... ¡Eran alucinógenos!... La Biblia no estaba muy lejos del relato original, quizás lo que faltó fue un poco de imaginación para proyectarse a través de las figuras simbólicas. Obviamente el mito y la leyenda que llegaron hasta el pueblo hebreo, procedían originalmente de Sumeria, y no de una revelación Cuando los seis sembradores restantes se enteraron de lo ocurrido, pero no al detalle (no supieron inmediatamente que su compañero había boicoteado el proyecto), consideraron que la curiosidad del hombre era tan peligrosa que hasta podría poner en peligro la propia existencia de ellos.
Su trasgresión podría encumbrarlos hasta donde fueran prácticamente incontrolables, por lo que temiendo lo imprede—cible, decidieron expulsarlos del invernadero y colocaron unos robots cuidando la zona reservada del laboratorio—invernadero. —¡¿Los querubines con espadas de fuego?!
—Tú lo dices... Al salir al exterior se dieron cuenta de que no eran los únicos sobre la Tierra y se mezclaron.
— Entiendo, a ello es lo que se refieren los libros sagrados cuando hablan de que Caín huyó hacia el país de Nod, límite con Edén donde halló a su mujer con la que se desposó.
Pero, ¿qué significado tiene el episodio de Caín y Abel? —La lucha entre los primitivos pueblos agricultores y los pastores, que va a marcar la historia de tu mundo.
—¿Y qué pasó con Gadriel, quien fuera el organizador de todo el desbarajuste?
— Cuando los seis Elohim se enteraron de la acción de su compañero, decidieron llevar a cabo una sanción, que consistió en dejarlo aquí en el planeta; convirtiéndose en el primer caso de deportado que ustedes conozcan.
—¿Y cuánto tiempo permaneció aquí?
—Algún tiempo, hasta que los Elohim regresaron para reco—gerlo y evaluar cómo había seguido el proceso humano terrestre. Los experimentadores habían perdido el control sobre el experi—mento, por lo que éste seguía su dinámica propia.
—Ustedes me hablaron de mentalismos en la Biblia, ¿me podrían especificar algunos?
—Recordarás lo que veníamos hablando acerca de Abraham y de como su esposa Sara por medio del cuidado y regeneración de órganos por parte de los visitantes, (los tres ángeles del encinar de Mambré en Hebrón), pudo concebir a Isaac el hijo de la promesa. Bueno, resulta ser que Abraham se sintió influenciado por los cultos locales de los cananeos, quienes sacrificaban a sus dioses, sus hijos primogénitos en lo alto de los montes; y sintió la necesidad de probarse a sí mismo, hasta qué punto es capaz de amar a su Dios que él sabe, que es el verdadero. No hablamos aquí de un Dios extraterrestre sino del verdadero Padre Universal al que Abraham tuvo acceso por fe, y se le fue corroborando a través de su contacto.
Abraham creyó escuchar que en aquel momento se le pedía que demostrara su amor y su fe sacrificando a Isaac. Librándose internamente una batalla en la que no se descarta la influencia de las fuerzas negativas, que siempre acechan la vida de las perso—nas que pueden influenciar positivamente a un amplio colectivo.
En el monte Moria, Abraham prepara el holocausto de su hijo, hasta que aparece una canépla o visor electrónico de las naves, y allí es reprendido y comprende que ese sacrificio no es necesario.
—Pero sí hubo un sacrificio, el de un animalito!
—Hay que ponerse en la mentalidad de aquellos hombres, hace 4.000 años.
La forma que ellos tenían de entender su relación con la divinidad, seguía los patrones de su vida diaria. El sacrificio era un presente.
Con la persona de Abraham y su descendencia, no se quiso crear una élite de gentes o un pueblo diferente, mejor que el resto sino más bien un grupo humano programado para el servicio a los demás; conscientes de su misión, de ser sabios guías espirituales y ejemplos de vida, como sacerdotes de la humanidad. Pero como se hizo caso omiso a las recomendaciones de mantener la pureza de la sangre, la programación genética empezó a sufrir distorsiones y con el tiempo el mensaje trasmitido sobre la base de actitudes, perdió la fuerza de su universalismo, desuniendo a los hombres, alentando mayores diferencias y elitismos.
—¿Y qué pasó con los 40 años en el desierto con Moisés? ¿Acaso no era injusto castigar a todo un pueblo a vagar por el desierto casi medio siglo?
—La cuarentena era necesaria, porque después de 400 años de esclavitud y cautiverio, el pueblo de Israel se había acostumbra—do a vivir sin libertad. Los cuarenta años representan la oportu—nidad para que aislados nacieran generaciones de personas libres que amaran la libertad y no desearan volver a la esclavitud de Egipto. La idea era que el pueblo aprendiera a organizarse y desarrollara su propia identidad. Recuerda que las condiciones no eran las mismas, cuando salieron Jacob y sus hijos de Canaán, eran un grupo de 60 a 80 personas, y volvieron casi 600.000 personas. El panorama era diferente, pues los pueblos cananeos ya no eran pequeños grupos aislados y primitivos, se habían organizado y crecido en torno a ciudades fortificadas.
—En la Biblia se mencionan castigos para el comportamiento humano, que son muy violentos. También se habla de la ley del Talión, ¿qué me pueden aclarar al respecto?.
—La Ley del Talión es la misma ley cósmica de Causa—Efecto. Refleja esta ley que todo en el universo es orden, por lo que cada cual cosecha lo que ha sembrado en actos, pensamientos y omisiones.
Moisés en lo alto del Horeb en el Sinaí, recibía "sugerencias" reveladas de lo alto por hermanos de las pléyades asignados en esa misión. Luego las retransmitía a Aarón —su hermano—, quien se las hacía llegar al pueblo a manera de imposiciones, para que la gente cambiara sus hábitos y aceptara nuevas y básicas reglas de conducta, higiene y convivencia.
Moisés, educado en Egipto como un príncipe e iniciado en conocimientos ocultos, entendía el mensaje a su manera, expre—sándolo así a su hermano quien lo interpretaba de acuerdo a sus concepciones hebreas, y se lo informaba a la gente como consideraba mejor, distorsionándose en mucho el mensaje ori—ginal.
—Aarón se las ingeniaba en complicar las cosas!..., le metía miedo a la gente, como muchos sacerdotes que en la actualidad apelan a la habilidad de intimidar con supuestos castigos divi—nos, para que la gente acepte cosas sin discernimiento; para que no piensen ni cuestionen su fe en el orden a establecerse. Recuer—do por lo leído, que Aarón ya tenía sus malos antecedentes cuando no pensó dos veces (ante la presión colectiva) en hacerles un becerro de oro para que la gente lo adorara.
¿Y ese iba ha ser el sumo sacerdote, representante del clero hebreo? —Comenté bastante contrariado.
—Aquello que entorpece y embrutece al hombre es el miedo.
Por miedo o por coacción no se puede alcanzar realizaciones trascendentales.
—Acabo de recordar que en la Biblia se relata acerca de una revelación sobre reglamentaciones sanitarias entre las que se incluía lo novedoso de lavarse las manos antes de comer. Todo ello sugerido, como bien dices, habría sido impuesto por quienes actuaban de intermediarios del mensaje.
¡Qué forma de complicarnos la vida, y dificultar lo sencillo! — Evitar las bacterias para impedir la disentería y la colitis, así como diversas enfermedades e infecciones que proceden de la insalubridad, y que allí en el desierto habrían sido fatales; recomendaciones que fueron mal interpretadas o por falta de cultura, omitidas y transformadas en rituales sin sentido ni explicación coherente.
— Recuerdo en un pasaje evangélico interrumpí yo nuevamen—te, que los fariseos criticaron a Jesús porque los apóstoles no se lavaban las manos a la hora de comer, y él mismo les contesta "Ustedes enseñan como mandamientos de Dios los preceptos de los hombres".
Ahora me doy cuenta de cómo la falta de entendimiento de la gente había llevado a que por no poder explicarles las razones fundamentales de cada cosa, se omitieran dichas explicaciones, y se las impusieran como órdenes; o quizás se menospreció la capacidad de la población de entender razones y hubo quienes se guardaron las razones profundas para sí de forma egoísta, como si ese conocimiento fuera el sustento de un nuevo Status.
Las enseñanzas impuestas como órdenes crearían nuevos hábitos a manera de una forzada disciplina interior sin concien—cia. Esto sólo originaría el que muchas cosas fueran adulteradas con el paso del tiempo y se convirtieran en tradiciones y rituales.
Quisiera recapitular para verificar si entendí bien, cuanto me han informado: resulta ser entonces que Israel no supone la idea de crear un pueblo diferente' sino crear genéticamente una comunidad de seres que pudieran ser guías espirituales. Y que Canaán como zona programada, pre—establecida, era el lugar indicado para que desde allí se centrara la difusión de un mensaje de cambio espiritual y de esperanza.
— Y no te olvides que los seres de las Pléyades que intervinieron durante todo el Éxodo nunca patrocinaron campañas milita—res, aunque no descuidaron el ayudar al pueblo cuando se ,encontraba en apuros o en momentos de grandes decisiones. La sugerencia de ellos fue siempre evitar los conflictos directos a tal punto que si analizas la historia, verás que se dieron grandes rodeos para evitar las más importantes plazas fuertes de la época. En todo momento se rehuyó la lucha directa y en campo abierto. Pero cuando no hubo más remedio se trató de fortalecer su moral para que no desaparecieran en manos de otros.
Tuvimos tema para rato, pues fueron dos horas muy bien aprovechadas. De pronto ante una señal de los que estaban en los paneles. Oxmalc que permanecía a mi lado, me tocó el hombro pidiéndome en voz baja que lo siguiera. Al ver mi retraso insistió que me levantara, por lo que le conteste:
— ¡No puedo, estoy atrapado por el asiento!
Me volvió a repetir que me levantara, que hiciera el intento de imaginarme que estaba parado. Lo hice, y cual no sería mi sorpresa al abrir los ojos, de hallarme parado sin que hubiese hecho esfuerzo alguno ni sintiera mayor movimiento. Las pier—nas me funcionaban bien, y no sentía adormecimiento alguno, pero sí un peso caliente que bajó súbitamente de la cintura a los pies, para luego sentirme perfectamente normal.
Fuimos caminando hacia la pared lisa al frente de la puerta de ingreso a la habitación hexagonal, de pronto se abrió la pared dejando apreciar un pequeño corredor de unos tres metros de largo, que se iba estrechando, y terminaba en un semicírculo de ventanillas amplias con un escritorio al pié.
Se acercó primero el guía, extrayendo de debajo del escritorio dos sillas de las ya conocidas. El se sentó y me dijo que me sentara a su lado. A continuación escuchamos el ruido del motor de un funicular, a continuación un sonido muy agudo que me sorprendió. Sentí algo de temor y miré hacia afuera, contem—plando las paredes del hangar conformadas por hexágonos de aluminio. De pronto las paredes empezaron a abrirse y la nave se fue desplazando hacia afuera, hallándonos rápidamente en espacio abierto, impresionándome la observación de un abismo insondable de profunda oscuridad.
Me encontraba absorto en las impresiones y sensaciones, cuando observé por el rabillo del ojo derecho las escenas más increíbles y emocionantes de mi vida. Allí delante de mí iba asomándose la visión espectacular de dos lunas que Oxmalc me confirmó eran de Júpiter. Una era de un color ocre rojizo con manchas como cráteres de un tono arcilloso y con intensas capas de color blanco azulino brillante, era Ganímedes o Morlen. La otra, más pequeña y a la distancia, se apreciaba de un color rojizo anaranjado.
Estaba atento a la observación cuando sentí una ligera presión sobre el rostro y las manos, algo de calor, como producto de la cercanía a los campos gravitacionales. Se produjo allí un brusco movimiento hacia la izquierda, quedando la imagen de Ganímedes sobre la parte superior derecha de las ventanillas. Pero me daba cuenta de que la mayor parte de la impresión se percibía visualmente, pues dentro de la nave no se percibían los movi—mientos.
Fuimos acercándonos a una velocidad vertiginosa, descendien—do sobre la superficie accidentada de aquella luna; y estando ya muy cerca se desaceleró la nave aterrizando tan suavemente que se hacían imperceptibles los desplazamientos si uno cerraba los ojos.
El contacto con el suelo fue extraordinariamente suave. Cuando habíamos estado descendiendo vi cómo la curvatura de Morlen se perfilaba, destacándose debajo de nosotros, montañas bajas en pequeñas cadenas.
Y a lo lejos, masas de hielo y cráteres, con un cañón profundo de donde se veía que provenían reflejos de luces y destellos. Mire a mi compañero de al lado, quien había estado al parecer evaluando todas mis reacciones; entonces él me dijo:
— ¿Sí, allí se encuentra una de nuestras ciudades. Las ciudades están alejadas unas de otras, pero permanecen unidas en un solo espíritu y mente.
Cada una guarda autonomía propia, y están tan bien organi—zadas, que cada una sin competir con las otras, aporta lo mejor de sí.
El aterrizaje se produjo sobre un lugar marcado en una extensa llanura de color marrón, destacándose una gran punta de flecha o triángulo que me hizo recordar de inmediato las figuras existentes en Nazca al Sur del Perú.
La última vez que vi el cielo desde las ventanillas de la nave, observé su forma exterior, la cual parecía una aspiradora anti—gua, con luces en los extremos.
Ya en el suelo me sobrevinieron una serie de sensaciones propias del nerviosismo, como fueron sentir un nudo en la garganta y mariposas en el estómago. Me imaginaba las cosas que allí me esperaban. Observé mi reloj sacándolo de debajo de la manga y vi que marcaba solo tres horas desde nuestra salida de Chilca.
Oxmalc me pidió que me levantara y le acompañara de retorno por el pasadizo, al salón hexagonal. Allí observé cómo los otros compañeros del extraterrestre guardaban los tubitos de vidrio debajo de los paneles y escritorios. Luego todos se reunían sobre el lado derecho de la habitación, atravesando una puerta descorrida, paralela a la que comunicaba con el punto de ingreso a la nave por el haz de luz.
Ingresamos juntos en un pequeño cuarto rectangular, cerrán—dose la puerta detrás de nosotros, quedando unos segundos allí, mientras éramos irradiados por luces rojas y azules que salían del zócalo, luego se abrió una compuerta y apareció una rampa extendida hacia adelante que llegaba hasta el suelo. Bajando por ella percibí la atmósfera exterior un poco pesada, como si me faltara oxígeno.
Sabía que allí en Morlen no había una atmósfera respirable, pues las grandes masas de gas metano lo impide; pero también sabía que los guías habían acondicionado a través de la tecnolo—gía y de su poder psíquico, atmósferas artificiales sobre sus ciudades muchas de las cuales se extienden en forma subterrá—nea, ellos no necesitan de grandes cúpulas de cristal o plástico para impedir que los gases se escapen, ni para cuidarse de meteoritos, basta según ellos de un gran poder mental colectivo positivo. Hasta el clima puede ser alterado por los estados mentales, me dijeron ellos.
A mis espaldas, y ocupando unas veinte veces el firmamento con relación al Sol como se ve en la Tierra, aparecía Júpiter el planeta gigante; la segunda estrella de nuestro sistema que nunca llegó a ser. Lo veía como un espejismo de colores y manchas no definidas. Al frente mío se veían muy pocas estrellas, y me puse a buscar entre ellas, a la Tierra, cuando en ese momento Oxmalc se me acercó y me mostró con su mano estirada una luminaria pequeña de un brillo azulino, diciéndome:
— ¡Esa es la Tierra!
La sensación que se produjo en mi interior fue indescriptible. Me sobrecogió una extraña y profunda melancolía. Me fije que hacia la izquierda, al borde de una cadena montañosa, se veía una estructura trapezoidal a manera de pirámide trunca. Oxmalc me explicó que eso era la sede de los Doce Menores de Morlen, el Consejo y gobierno de las Colonias; y que se encontraban allí, pendientes de la colonia terrestre, ya que la ciudad era la ciudad "Confraternidad", donde se hallan cerca de 12.000 personas extraídas de la Tierra en los últimos 300 años, evacuados algunos por su voluntad, otros rescatados de pasos dimensiónales que los atraparon, como es el caso de el " triángulo de las Bermudas", y algunos hasta rescatados de las manos de civilizaciones extrate—rrestres que tomaron gente con fines de investigación o manipu—lación.
— ¿Cómo son y qué buscan aquellas civilizaciones no positi—vas?
— Hay de todo en el Universo, y algunos pocos planetas tecnológicamente avanzados, no han podido superar sus ambi—ciones expansionistas y otros con un interés científico puro e inescrupuloso, que les ha llevado a extraer no sólo muestras de planetas como la Tierra, sino también animales y seres humanos para sus propios fines. En la actualidad, como ya te hemos informado, tu mundo esta protegido por rola cuarentena de aislamiento establecida por la confederación de Mundos de la Galaxia, en la que no cualquier civilización puede actuar ni intervenir.
— ¿Y qué me puede decir de aquellos que se perdieron en el Triángulo de las Bermudas, y ahora están con ustedes.? Pregunté mientras íbamos caminando por una amplia vereda en la llanura, acercándonos hacia el cañón.
— Como bien sabes, en la Tierra se abren puertas dimensiónales, umbrales en el espacio tiempo de manera natural, similares a los Xendras. En la actualidad esos vórtices se han multi—plicado en el planeta, siendo siempre más conocido, el que se encuentra entre las Bermudas, Puerto Rico y la Florida, zona donde el índice de desapariciones es mayor por un mayor tráfico marítimo y aéreo.
— ¡Exactamente pero si vieras, el ser humano por la misma potencialidad psíquica que posee, puede abrir y cerrar éstas y otras puertas dimensiónales. Los niños muy pequeños de tu mundo así como adolescentes en plena pubertad, liberan y canalizan tal cantidad de energía psíquica que logran abrir pasos entre las dimensiones corriendo el riesgo de perderse en ellos.
¡Quiere decir que aquellas personas que han desaparecido en el mundo no necesariamente habrían sido secuestradas, asesi—nadas o fugadas de sus hogares sino que podrían simplemente haber cruzado un umbral!?
Estarían atrapados en puertas generadas por ellos mismos! ....—O por sus compañeritos de juego...
¡Esto es increíble!.... ¿Y los gobiernos saben algo de todo esto? ¿Han hecho algo al respecto?
— Los Estados Unidos como nación poderosa del mundo han seguido experimentando con puertas dimensiónales desde su famoso Proyecto Philadelfia (5),
(5) En 1988 se cumplieron los 45 años del Proyecto Philadelfia, y con motivo de una rueda de prensa los periodistas bastante inquisitivos consiguieron que el presidente Ronald Reagan confesara que éste experimento había sido real.
Como se recordará, por las múltiples informaciones filtradas, éste proyecto consistió en la creación de campos magnéticos envolventes en una barco de la armada norteamericana recién salido de los astilleros llamado el U. S. Elrich. En el año de 1943 se iban a instalar dos potentes generadores uno en la proa y otra en la popa de la embarcación; para activarlos después y procurar hacer desaparecer el barco no solo a la vista y paciencia de los demás navíos de la Marina sino también hacerlo esfumarse de las pantallas del radar.
El proyecto tuvo un éxito inicial que superó las expectativas, y cuando el barco volvió a aparecer, la tripulación registró el desastre de cuerpos quemados por radiación; individuos que seguían apareciendo y desapareciendo intermitentemente hasta volverse locos. A nadie de esta tripulación se le permitió retornar a sus hogares; y a pesar de lo terrible de los acontecimientos, el gobierno norteamericano continuó investigando y experimentando los pasos dimensiónales.
En la actualidad, el cerro del Yunque en Puerto Rico, es un área reservada para sus fuerzas militares, han seguido desarro—llando dicho proyecto con la intención de lograr viajes a través del tiempo y del espacio. Esto como es natural, ellos lo mantie—nen en un secreto riguroso.
— ¡Cómo muchas cosas!... Pero, ¿Por qué no devuelven a las personas que se pierden en el triángulo?
— Hay bases en el mar, cerca de Puerto Rico de donde salen las naves que en momentos de peligro, realizan los rescates.
—¡ Cómo salvavidas en una playa de verano¡
— No siempre estas puertas dimensiónales están abiertas; generalmente dependen de la concentración de energía electro—magnética en el lugar. Y mucha de la gente atrapada sufre alteraciones en su constitución bioenergética, de tal manera que si se les devolviera inmediatamente después del rescate, podrían morir prematuramente pues de registraría un envejecimiento celular acelerado. Además las centrales de inteligencia de las grandes naciones los harían desaparecer eliminándolos en cen—tros militares de alta seguridad, internándolos allí, porque su sola presencia sería el testimonio definitivo de nuestra presencia en la Tierra y de la existencia de las puertas dimensiónales.
¿Y si ustedes no los llegaran a rescatar, a dónde se irían estas personas con sus barcos y aviones?
— Podrían aparecer en cualquier punto del espacio y del tiempo, perdiéndose indefectiblemente.
Me imagino que de pronto una sonda espacial terrestre va por el espacio, y el tremendo susto y desconcierto que le causaría, el ver flotando en el cosmos un barco o un avión de la segunda guerra mundial....
Íbamos caminando hacia el borde del cañón cuando me detuve un instante y no pude evitar inclinarme en el suelo al ver dos piedras con las que me sentí seguro de poder confirmar mi estancia en ese lugar. Las sujeté fuertemente en la mano dere—cha, quizás porque no quería que mis eventuales compañeros se dieran cuenta. Estas piedritas tenían múltiples colores, com—binándose sobre todo el marrón, verde y plomo; por su estructura parecían cristalizadas.
Oxmalc, mientras caminaba giró su rostro hacia mí y con una mirada seria me transmitió una idea que capté intensamente en mi cerebro; "No quieras demostrar a nadie nada. Si no, serás víctima de tu intento. No puedes ni debes convencer porque sería un esfuerzo inútil, nunca tendrías pruebas suficientes. Además no estás aquí para eso. Tu experiencia concreta no servirá a nadie mas allá de lo meramente anecdótico; lo que interesa es el mensaje de la experiencia interna, y eso no requiere ni de pruebas ni de piedras. Si te llevas eso que tienes entre manos serás prisionero de tí mismo y víctima en muchos sentidos de los demás.
Sentí y visualicé simultáneamente la realidad de los pensa—mientos del guía, entonces comprendí que no podía aferrarme a la aparente seguridad y tranquilidad que me podrían brindar dichos guijarros.....
Acercándome más hacia el borde del cañón, con las debidas reservas por mi temor aún no superado a la altura, pude observar en el interior de éste accidente geográfico, una ciudad. Había terrazas que iban descendiendo hacia la parte más baja y profun—da; dichas terrazas eran ocupadas por construcciones esféricas, domos y conos truncados, que se repetían a ambos lados de las laderas. Se podía apreciar a simple vista que la ciudad no era muy grande externamente, pudiéndose extender probablemente en forma subterránea sobre los lados a donde iban a parar unos puentes a manera de cilindros o tubos transparentes sujetos a recias columnas, que atravesaban el cañón de lado a lado, terminando en los taludes laterales. Se veían rampas que des—cendían de los andenes hacia la zona más profunda, en la que se apreciaba una profusa vegetación.
Cuando me encontraba mirando la extensión de la ciudad, Oxmalc me llamó en voz alta para que me reintegrara con ellos. Fui directo hacia ellos, observando sobre el lado izquierdo disimulada en el suelo, la entrada de un subterráneo. La puerta comunicaba con una especie de ascensor en forma de cilindro, el cual se cerró con nosotros dentro, y descendió con movimientos atípicos verticales y horizontales combinados; esto lo podía apreciar por una mínima inercia que se sentía.
Al abrirse este ascensor nos encontramos en un entramado de túneles de gran tamaño revestidos de unas lozas claras y brillantes que iluminaban el lugar. El suelo era de un material diferente ligeramente más blando y de color verdoso. Los cuatro seres que nos acompañaban a Oxmalc y a mí, se separaron, despidiéndose mientras mi compañero me indicó que siguiéramos solos.
Saliendo al exterior aparecimos en el fondo del cañón rodea—dos de vegetación, y sobre nosotros veíamos cúpulas construidas sobre las terrazas artificialmente aplanadas. El verdor a nuestro alrededor parecía haber sido extraído en su mayor parte de la Tierra; aunque naturalmente yo mismo no conozco todas las variedades y especies de plantas que existen en nuestro mundo.
Íbamos caminando sobre un empedrado muy sencillo y artís—tico, desde donde se veían decorativos cursos de agua que se combinaban con bosquecillos, flores y plantas diversas, que me hacían recordar los jardines japoneses. Desde aquel lugar Oxmalc me señalaba los diferentes lugares y los distintos ambientes locales, con su distribución y utilidad. Al estar mirando hacia arriba, vi pasar distintos tipos de naves, y en especial como un pequeño enjambre de objetos esféricos que se elevaban desde un lugar cercano. También observe a la gente que pasaba por los puentes, deteniéndose algunos a mirarnos, como si estuvieran concientes de la presencia de alguien nuevo. Mi reacción fue entonces levantar el brazo y saludar, algo que fue correspondido de inmediato por un grupo de personas que se habían reunido y a las que se les seguían sumando otros. Se nos acercaron entonces un grupo de seres altos, delgados y calvos de tez marrón rojiza que me hicieron recordar a Mardorx. Sus cabezas eran ovaladas, sin orejas visibles, con brazos bastante largos, vistien—do algunos unos trajes pegados al cuerpo, escamados algunos y otros lisos de color azul; había también quienes vestían túnicas largas blancas.
Al tenerlos frente a mí los reconocí como seres de Xilox. La delegación conformada como por unos quince individuos, se acercó rodeando a un anciano menudo de venerable apariencia quien vestía también una túnica blanca, con una especie de mantilla y un sombrero muy singular, que se parecía al que usan las holandesas, del mismo color que la ropa. El viejo hombre parecía de unos ochenta años o más y caminaba con las manos muy juntas.
Oxmalc me dijo que se trataba de Joaquín, uno de los Doce Menores de Morlen, y que los otros seres eran los instructores de la comunidad terrestre. Me explicó que el propósito de su presencia allí, era la de preparar a la gente que deberá ser devuelta a la Tierra, para ayudar a la humanidad en el proceso de cambio y transformación.
A todos los seres que se habían acercado, les extendí la mano para saludarles, a lo cual no reaccionaron; más bien me observa—ron fijamente, sin gestos que delinearan la menor sonrisa o señal de aprobación, lo cual me obligó a bajar mi mano.
Todos se veían tan serios, a excepción de Joaquín que mos—traba un rostro afable.
De pronto Oxmalc se disculpó despidiéndose, dejándome sólo con aquella comitiva; también los de Xilox cruzaron sus brazos sobre su pecho y se retiraron. Joaquín aprovechó ese momento para indicarme que era necesario mantuviera suma discreción sobre lo que recibiría allí y lo que me dirían; debido a que la falta de preparación de la gran mayoría de quienes me escuchaban, podía distorsionar las informaciones y reaccionar negativamente al no entender el significado profundo de lo dado.
¡Cuánta razón tuvo Joaquín cuando me advirtió la necesidad del silencio y la discreción! Tiempo después me arrepentiría de no haber sido cauto y haber contado abiertamente la experiencia por insistencia de algunos compañeros de los grupos, generando incredulidad y rechazo en propios y extraños.
Mientras conversaba con Joaquín, se nos acercaron alrededor de dieciocho personas acompañadas de un hombre alto de raza negra, con pelo algo encanecido y de rasgos bastante finos. Aquel hombre de apariencia terrestre era Xendor, uno de los 49 guías de la misión; hijo de terrestres nacido en Morlen, y que por su alto nivel de desarrollo psíquico como moral, fue integrado en último minuto dentro del equipo de guías. Reemplazó a la guía Xanxa de Apu, quien fue relevada de sus funciones, al haber trasgredido ciertos límites en la comunicación con antenas de la Tierra.
Esta mujer extraterrestre se equivocó al no guardar la distan—cia necesaria en su relación con los terrestres, y se dejó involu—crar en asuntos personales.
La compañía que rodeaba a Xendor la conformaban personas de diversas razas, quienes al acercarse a mí me hablaron en varios idiomas; pero al contestarles en castellano todos accedie—ron a expresarse así, cosa que me facilitó tremendamente la conversación.
La gente que se encuentra en la ciudad Confraternidad regis—tra diferencias en cuanto a su progreso y evolución, como ocurre en la Tierra, quedando a las generaciones venideras, adquirir colectivamente el nivel de desarrollo orgánico que lo facilite.
Me vi rodeado del grupo de personas, quienes se mostraban espontáneos y comunicativos; conmoviéndome cuando algunas personas me decían:
¡Animo, ya falta poco!
¿Poco para qué? — Pregunté sin poder ubicar a los autores de aquella frase.
— Para la evaluación antes de la gran transformación...— Dijo un hombre de unos cincuenta años de apariencia europea, que se adelantó hasta mí cogiéndome con su mano izquierda el cuello, mirándome con una paz que me penetró internamente.
— El mundo está convulsionado; ciego y sordo frente a los mensajes... Dije yo, algo entristecido.
— ¡Está tal como había sido anunciado!. Pero cada vez hay más bien que mal en el mundo! — Expresó entusiasmada una joven mujer.
¡Que gracioso es escuchar que a uno le recuerden lo que tantas veces yo le he dicho a la gente!. El mal está mejor publicitado, y el bien no es noticia que venda.
Me pueden decir, ¿Cómo se sienten al estar aquí?. Debe ser muy duro, ¿eh?
— ¡No lo es tanto, sabiendo todo lo que conocemos ahora! Contestaron en dúo dos personas del grupo.
— Y qué es lo que saben? _
— Conocemos lo que viene, por qué viene y para qué servirá — —refirió con seguridad una señora de cierta edad bastante canosa. — ¿Qué es lo que viene — Pregunté haciéndome el que no sabía a qué se refería.
— Eso lo vas a tener claro por tí mismo y ahora... Contestó interceptando la conversación el guía Xendor.
En ese momento un joven de apariencia y acento sudameri—cano me preguntó entusiasmado e ingenuo:
¿Cómo van las cosas por mi Tierra?...
— Supongo que ustedes. Sabrán bien como van las cosas por nuestros países.
Además me dijeron que hay extraterrestres que viven entre nosotros con una gran cuota de sacrificios evaluando permanen—temente el proceso de la humanidad, e informando sobre los cambios positivos y negativos que se producen.
— ¡Interceptamos también todas las transmisiones de las tele—comunicaciones y la vía satélite! — Habló con una gran seguridad un hombre que parecía ser militar.
¡Estamos preparados para volver!— proclamaron en coro una pareja de jóvenes.
Ante una señal de Xendor, el grupo se despidió deseándome la paz.
Nos quedamos solos con Joaquín.
No hay que perder tiempo... no se debe descuidar la preparación y el propósito para el cual se ha llegado a éste lugar dijo Joaquín como hablando para sí mismo, con la cabeza gacha y moviendo rápidamente las manos. — ¡Esa gente que has conocido se está preparando para volver y empezará a hacerlo a partir de Agosto de este año terrestre.
— ¿Pero qué mundo encontrarán?
— Un mundo en cambio mediante el trabajo de muchas personas como ustedes.
Cuando ellos lleguen deberán apoyarse mutuamente. Los que retornan se infiltrarán en el mundo con un estado mental superior que contribuya a sostener los cambios promovidos.
— ¿Será suficiente nuestro trabajo? — Pregunté dudando de nuestra capacidad.
— ¡No, no será suficiente, pero habrá que insistir con el concierto de muchas personas que se van comprometiendo.
— ¿Y cuantas personas serán necesarias para revertir el orden de las cosas?
—.La clave numérica la conocen y es la necesaria para crear una alternativa diferente y variar definitivamente el futuro.....
Serían necesarios 144.000 personas comprometidas y conscientes.
Veras que el número 9 está allí intrínsecas con su significado como número de nacimiento _y creación.
— Pareciera que no fuera mucho hallar 144.000 personas.
— No son muchos en relación con la cantidad de seres humanos que hay en la tierra, pero no creas que es fácil completar ese número con gente constante y conciente, que tenga la convicción de que puede "Crear lo que se cree"
— ¡Esa es la primera ley o principio universal del Mentalismo!. — Ciertamente que lo es, y para tu consuelo el futuro ha empezado a variar, y ciertos acontecimientos no se van a cumplir o van a ocurrir de otra manera, aminorados, reorientados en una forma positiva o acelerados. Esto porque cada vez hay más gente que va dándose cuenta poco á poco de la necesidad de crear un estado mental colectivo armónico que altere el destino al que la inconsciencia y el egoísmo han venido conduciendo.
¿Se ha empezado a alterar el futuro?
— ¡Sí, en una millonésima de grado!, pero lo suficiente como para que ya no necesariamente las cosas ocurran tal cual han sido profetizadas...
— Las profecías entonces no han sido dadas para que se cumplan sino para que no se cumplan. Esto es una gran noticia, y más escucharlo de ustedes.
— Tú ya lo habías venido escuchando, y te lo confirmamos: "El hombre puede y debe modificar el futuro, sembrando causas nuevas que generen nuevos efectos en la historia, y reorienten los acontecimientos."
— Ahora voy entendiendo para qué querían que viniera.
— Sí, ahora empiezas a saberlo... Y en verdad te digo, no volverás como viniste. Volverás identificado con el optimismo de quienes desde aquí se están preparando; porque habrás visto era de tu mundo cómo es que han empezado a operarse cambios que no tardarán en evidenciarse, y que representarán luces de esperanza.
— Creemos y confiamos en ustedes, ahora son ustedes, los que deben confiar en ustedes mismos.
Hasta ahora la Confederación ha venido manteniendo contacto con los gobiernos de las grandes naciones de la Tierra a través de sus cosmonautas para permeabilizar las frente al mensaje y la advertencia de un desenlace terrible que puede abatirse de un momento a otros sobre tu mundo. Sé que ya te han hablado de todo esto, pero bien sabes que no es nada fácil combatir al gobierno interno negativo, en su terreno y fuera de él, pues hay control psíquico sobre cierto sector de la humanidad, manipu—lando a quienes detentan el poder tanto en la política, la economía, la cultura y la religión.
— Sí me permite preguntarle, ¿Qué va a pasar finalmente?
— ¡El cambio!,¿No te has dado cuenta todavía. Ya llegó el tiempo para la humanidad y para ustedes como grupo....
— Pero, ¿El cambio del planeta, de la humanidad, de la misión....
No me podría explicar más claramente.
— ¡No hay tiempo! Velo por tí mismo...! Síguenos:
Joaquín se dio la vuelta y apuró el paso mientras Xendor que había permanecido silencioso, después de mirarme fijamente siguió al anciano; yo fui detrás de ellos. El ambiente de la ciudad, era de una indescriptible paz, con una música muy suave que inundaba todo con color y luz.
Mientras caminábamos pregunté si el retorno a la Tierra era lo que provocaba la ansiedad y excitación que veía en las personas del lugar.
El retorno más importante y trascendental: El del Cristo del universo material!... Sí Jesús resucitado, aquel que vivió en la Tierra hace 2.000 años, ¡Vuelve! y estará en Ganímedes al lado de los 24 ancianos, entre los meses que corresponden de tu tiempo a agosto y diciembre refirió Joaquín con entusiasmo pero sin perder la seriedad que había asumido.,
— ¿Y de dónde vuelve, dónde estuvo todo éste tiempo?
— En el centro de la Galaxia Principal de éste grupo local, esto es en Andrómeda. Esta Galaxia espiral actúa como punto de gravedad de las Galaxias Satélites como la Vía Láctea.
El vuelve de la séptima dimensión del Universo material respondió Xendor ante una indicación de Joaquín.
¿Y por qué de allí?
— Porque en el centro de las Galaxias se abren puertas dimensiónales entre los planos físico, mental y espiritual. Son puertas abiertas de arriba hacia abajo, no de abajo hacia arriba; recién con Jesús se produjo la doble conexión.
¡El en representación de toda la humanidad! — Siguió contes—tándome aquel moreno alto de contextura robusta, mientras el anciano maestro asentía con la cabeza y una sonrisa de satisfac—ción, parecía celebrar el conocimiento del discípulo.
— ¿Y cuál es la razón de su retorno?
— Vuelve para evaluar el cambio y la transformación de la humanidad. Su sola presencia sellará una etapa....
— Pero, ¿Su cuerpo es el mismo con el que resucitó?
— Es su cuerpo glorificado y que naturalmente no podía ser exactamente como el que tuvo antes, por ello trajo consigo problemas de identificación posteriores en los discípulos y seguidores.
Cuando María de Magdalena y los Apóstoles vieron al Maestro resucitado, lo vieron en un cuerpo revitalizado, con una aparien—cia juvenil. Ellos lo recordaban avejentado por el sufrimiento y por él conocimiento que tenía de su futuro martirio. Además al haber muerto como bien sabes, el cuerpo astral y el mental inferior también mueren, donde se encuentran la personalidad y el carácter; cuando él resucitó lo hizo sobre su mismo cuerpo el cual había sido elevado vibratoriamente a la cuarta dimensión, pero vuelve sin astral ni mental inferior, directamente con su mental superior ¡Su real ser¡
Llegamos por senderos adoquinados de piedra hasta el extre—mo opuesto del cañón, empezando a subir por unas rampas bien pronunciadas, hasta uno de los andenes superiores.
— ¡Hermano!— interrumpió el silencio breve y reflexivo, el guía Xendor— Es importante que no desaprovechemos ni un instante en que podamos compartir las enseñanzas que te llevarán a estar en mayor capacidad de resolver situaciones; pero deja, que nosotros seamos los que respondamos a las necesidades de información, porque éstas son relativas. Hay mucho a lo que aún no están preparados a saber y deben prepararse. Cuánto quisié—ramos decirles y darles a conocer, pero como aún no superan actitudes de impermeabilidad y superficialidad frente a los conocimientos, sería peligroso para ustedes, e irresponsable para nosotros, comprometerlos si no están listos.
Deben evitar distraerse con aquello sin importancia, valoran—do lo que sí la tiene. También deben desarrollar la capacidad de amar, mediante el servicio con desprendimiento, sólo así sabréis recibir para dar.
Deberán entender que a mayor disposición frente al amor, mayor comprensión y como consecuencia aflorará el conoci—miento en ustedes, proveniente de su real ser y recibirán de nosotros y de otros, mayor información.
Es importante que a través de las antenas en la Tierra formulen sus preguntas descartando aquellas malas recepciones, incompletas y mentalizadas. El vínculo de la comunicación exige mantener una armonía y vibración especiales que requie—ren a su vez, al grupo trabajando, analizando y cuestionando con crítica constructiva. La comunicación les mantendrá unidos y activos; ello también les permitirá verificar nuestra cercanía.
Experimentando y arriesgándose al fracaso con objetividad podréis distinguir cuando la pregunta preparada de antemano no recibe la respuesta idónea y coherente.
Nada ganan acumulando mensajes y teniendo antenas recep—tores, si no hay conciencia real de la responsabilidad de lo que reciben, pues todo aquello que se recepcione en perfectas con—diciones de preparación está sujeto a ser aplicado. Por ello les insistimos sobre la necesidad de prepararse para amar, para dar, y no den sin antes haberse preparado para hacerlo. De otra manera nadie aprovecharía lo recibido y compartido, sería mal interpretado y se desparramaría el conocimiento sin provecho alguno.
¿Cómo podré recordar todo cuanto me dicen? ; ¿Cómo podré transmitir todo lo que estoy captando y sintiendo, cuando regrese a la Tierra?
— Queda grabado en tu subconsciente... Cuando regreses habrás de ejercitarte en el retroceso consciente que has apren—dido. Además en tu cabeza existe un pequeño cristal que fue introducido con tu consentimiento para ser ubicado, en el se graba mucha información y cuando lo activas, la inspiración que recibes no es más que la conexión directa.
— Según la invitación que nos hacen: ¿Podrán responder a todas nuestras preguntas?
Entenderán todas nuestras respuestas? ¿Estarán preparados para romper todos sus esquemas mentales y cuestionar todo lo que creen y saben?
Después dijo esto Xendor, le contesté de inmediato con sumo respeto: —podemos intentarlo, pues todo es mejor que la oscuridad; además cada vez hay más personas dispuestas a una mayor entrega, lo único que se necesita es saber por dónde caminar qué ruta seguir, cómo hacerlo y cuándo hacerlo.
— El problema de ustedes es que buscan en un orden equivocado. Primero deberían buscar dentro de ustedes mismos a través del contacto interno, donde encontrarán la esencia de todas las respuestas; y luego fuera de ustedes, allí obtendrán, observando, la forma de todas las respuestas. Así tendrán también elementos de constatación. Y la forma es lo de menos, porque fundamen—talmente depende de la intención y actitud en lo que hagan. Hay muchas formas con las que puedes probar hasta encontrar la síntesis que te convenga y acomode, pero no olvides que es más importante la fe y la convicción en el trabajo.
¿Disculpen mi necesidad, pero ¿Cómo puede lograrse el conta—cto con nuestro yo superior, el real ser de cada uno?
— ¿Acaso no lo sabes? — intervino Joaquín sonriéndose..
Me di cuenta que estaba insistiendo por gusto en algo que yo mismo sabía. Queriéndome asegurar de lo evidente. Así murmu—rando dije:
— Quizás siempre lo hemos sabido pero nos cuesta enfrentarlo porque exige el esfuerzo de la auto—observación diaria y continua.
Exige valor para verse tal cual uno es, significa conocerse, aceptarse, perdonarse, respetarse y querer cambiar; y para ello no se necesita mayor ayuda que procurar estar consciente, ser responsable de cada acto, pensamiento e intención, dándonos cuenta que estamos viviendo y que la dinámica del universo es cambio y evolución.
¡Buscamos que nos recuerden a cada rato algo que ya sabemos¡...
— Y se lo recordaremos una y otra vez, pues para ello existen misiones como ésta.
Ante una seña de Joaquín, quien al parecer había sido el que más había disfrutado de la conversación, nos apuramos, recibí en ese instante un sorpresivo y cariñoso abrazo de aprobación por parte de aquel gigante que era Xendor.
Para que fuera aprovechando más la caminata, Xendor me narró sintéticamente el proceso de colonización del lugar y las dificultades que tuvieron al principio, así como el objetivo de reunir precisamente allí gente para ser preparada, fuera de la influencia vibracional de nuestro planeta.
Mientras ascendíamos veía el rostro de Joaquín, quien permanecía en silencio; y observaba su serenidad aún cuando me dejaba sentir algo así como una preocupación. Llegamos a un local de forma cónica que remataba en aparte superior y exterior, con una pirámide de cristal. Al cruzar la puerta de ingreso fuimos recibidos por tres personas de apariencia muy terrestre, uno de los cuales era un hombre al parecer japonés de unos 48 años según lo que le calculé, quien al hacer una venia me recordó los modales ancestrales de su raza y nación, los cuales obviamente no había olvidado ni perdido. Las otras dos personas eran un matrimonio de apariencia Europea el cual me refrió que llevaba sólo doce años en Morlen, y que habían desaparecido en la Zona de las Bermudas en un pequeño yate antes de una tormenta. Ellos me dijeron que estaban al tanto de las vicisitudes que en la Tierra habíamos pasado los del grupo y otras fraterni—dades.
El señor japonés con su relato supe que lo era, me contó con mucho orgullo y con el ánimo de confraternizar, y después de que terminó de hablar la pareja, que él había desaparecido en el Pacífico durante la segunda Guerra Mundial. El era un oficial que tripulaba un avión Zero. Durante la Batalla habían diezmado su escuadrilla cuando algo pasó con los controles; sin que él hiciera nada especial vio como todo el paisaje aparecía al revés y el avión como si estuviese de cabeza y una nube de color verdoso que se le aproximaba a gran velocidad, o lo arrastraba hacia ella (esto no lo recordaba bien), luego una fuerte sacudida no recordando nada, hasta que se halló en el interior de una nave espacial, donde otras personas de origen terrestre lo tranquili—zaron y le explicaron la situación.
Me pidieron que ingresara al local en cuyo interior una luz verdosa cubría la habitación cónica. Una vez dentro, los cinco se cogieron de las manos, dejándome en el centro del círculo formado por ellos, quedando exactamente debajo de la pirámide del techo que proyectaba sobre mí un haz de luz que inicialmente veía blanco, luego cambió a dorado, siguió con rosado, verde, celeste y terminó con un violeta brillante, mientras esto sucedía Joaquín que estaba con el rostro iluminado y los ojos cerrados en actitud de concentración, sin su habitual gorro, dijo en voz alta: "EL QUE AMA LA LUZ HA DE VIBRAR EN EL QUINTO DE RAHMA. El que se entrega al plan del Altísimo conocerá sus designios; interpretará sus mandatos y realizará su existencia...El Quinto de Rahma es el tiempo de una humanidad predestinada al cambio y a la redención cósmica; a la muerte y al nacimiento. Su protección será el nivel de conciencia que obtenga y el amor que irradie. Su misión será trabajar responsablemente la restauración del orden cósmico y de la dinámica de la evolución... El que vibre en el quinto de Rahma sabrá que tiene el poder de cambiar el destino de su propia humanidad personal."
Terminó de hablar el anciano maestro, y la habitación quedó envuelta en un impenetrable silencio, hasta que tomó la palabra Xendor:
— El Quinto de Rahma es el despertador que ya sonó para que reaccionen quienes aún seguían dormidos para desarrollar su misión...
El cinco es el número de la magia; es el símbolo de la pro—tección con la que cuentas. Dicho esto nuevamente se hizo silencio.
— ¡Esta es la quinta humanidad, poderosa e ingenua, joven y bien intencionada! Habló el piloto japonés mientras mantenía los ojos cerrados y esbozaba una sonrisa de genuina alegría.
_ ¡Han nacido los nuevos esenios!. Dijo la mujer con visible entusiasmo.
¡Los profetas del Nuevo tiempo! Los que se prepararán para ser los depositarios del conocimiento antiguo.... Afirmó el esposo de aquella mujer.
Nuevamente sobrevino el silencio así como una penumbra de misterio que me estremeció profundamente. De pronto la luz apareció sobre mí, tímida y gradual; y junto con ella, una hermosísima y lejana música que parecía encerrar en su melodía un coro de voces; me puse a buscar con la mirada el origen de dicha música, y entonces me percaté de que me hallaba comple—tamente sólo, al parecer mis acompañantes se habían marchado aprovechando que me hallaba absorto.
Poco a poco la penumbra fue dejando ver en un extremo de donde me encontraba una especie de soporte como de cristal, en el cual se hallaba el mismo libro que observara en el interior de la nave en la que subí, el 18 de Abril de 1986. Fue en ese momento que escuché la voz de Joaquín que decía:
— Acércate hijo mío que a través tuyo y de todos los que por amor empezaron a morir a sí mismos, hoy empieza a cumplirse la misión Humanidad... —.
Acércate al libro y aliméntate de él... Este libro es parte de lo que hay en tu planeta y especialmente en Sudamérica, en el lugar en que las fuerzas positivas libran una gran batalla contra la oscuridad.
Tócalo, que a partir de éste momento, la Misión y los que en ella trabajan quedan consagrados al Profundo y a la Hermandad Blanca..... El Puente empieza a ser restablecido.
Me vi impulsado a tocar cada una de aquellas láminas de metal con una gran reverencia, mientras en mi pecho sentía como un fuego abrasador. Estaba maravillado, y no podía creer que estuviera allí, en aquel momento, viviendo tal experiencia.
A través de mis manos percibí impulsos como eléctricos y extrañas sensaciones así como imágenes que se multiplicaban en mi cuerpo y mente a gran velocidad, un gran calor, presión en la cabeza; muchas cosas se iban produciendo. Y mientras esto sucedía, nuevamente toda la habitación se encendió en luz verde brillante y delante de mí, en una pared de cristales se abrió un pasadizo.
Dejé el libro sintiéndome saturado de informaciones que demoraría mucho en dilucidar, y me fui adentrando tímidamente por aquel túnel. Habría avanzado unos diez metros cuando me encontré en una habitación octogonal de cristal, que tenía en el centro dos catafalcos o sarcófagos también de cristal traslúcido, separados unos tres metros uno del otro. En el interior de ellos se veían los cuerpos perfectamente conservados de dos ancianos de apariencia similar, vestidos con unas túnicas y mantos gruesos blancos. Sus rostros lucían espesas barbas y estaban enmarcados por cabellos blancos largos que resaltaban de una avanzada calvicie.
En los pedestales que sostenían las cajas mortuorias (se veía claramente que estaban muertos), había símbolos perfectamente reconocibles, idénticos a aquellos que los guías permanente—mente manejan.
Escuché nuevamente la voz de Joaquín que me decía: "Estos son los dos testigos... Henoc y Elías, aquellos que han venido cumpliendo su labor en otros cuerpos y momentos"
— ¿Por qué estan aquí? — Pregunté en voz alta.
Esos son sólo lo que fueron sus vehículos físicos, temporales; envases de cuando fueron extraídos de la Tierra. Son parte de la historia de tu mundo, y de la verdad de un proceso que no ha sido entendido.
En aquel instante, en el lado derecho de la habitación se descorrió una pared de espejos, dejando al descubierto un salón circular que contenía centenares de esferas del tamaño de un puño adulto, suspendidas en el aire, a una altura de metro y medio por un haz de luz que salía del suelo, debajo de cada esfera. El techo parecía como el de un planetario pues mostraba la distribución de estrellas, sistemas y Galaxias, en las paredes de la habitación que se fue iluminando poco a poco, apareció una pantalla que daba vueltas completas en 360 grados al cuarto, mostrando imágenes de lugares diversos que no eran la Tierra.
Después la imagen desapareció, oscureciéndose el lugar y volviendo a aparecer el techo estrellado. Empecé a caminar por en medio de las esferas y pregunté:
— ¿Cuál es el significado de todo esto? Escuché una voz que no pude relacionar con la de Joaquín ni con la de Xendor, que decía: ¿—Qué ves?
El cosmos y muchas esferas suspendidas por columnas de luz. — ¡ Tú lo has dicho! Todo mantiene el orden cuando se halla suspendido por la luz... El orden fue roto y la luz habrá de ser restituida. Buscad dentro de vosotros mismos la fuente de la luz, el valor y la fuerza; podréis restituir dicho orden con el amor que os caracteriza... ¡Esa es vuestra misión y destino! —Dijo la voz, sin poder hallar su procedencia.
— Pero,... ¿Por qué nosotros. Acaso todos los extraterrestres que nos visitan no poseen el mismo ó mayor amor que el que la humanidad de la Tierra posee?
La pantalla circular que rodeaba la habitación volvió a encenderse mostrando las imágenes de lo que parecía ser la estratosfera terrestre, e inmediatamente la escena de lo que parecía ser una persecución de un objeto o nave espacial pequeña por parte de otra un poco más grande.
¡Hay gran violencia en los cielos....! Sí, no todos los seres que llegan a tu mundo vienen con buenas intenciones..Algunos, que jamás han negado su simpatía a la disidencia y rebelión de los Oriones, han tratado de ingresar en el planeta para ayudar a que puedan fugarse aquellos que permanecen prisioneros en una cuarta dimensión. A través de la fertilización de seres humanos terrícolas, ellos podrían conseguir que reencarnaran aquellos que ejercen el poder siniestro. La Confederación como bien sabéis han dispuesto una cuarentena sobre este mundo para evitar la evasión. Ellos no pueden encarnar en la Tierra porque el común de los terrestres no poseen el nivel vibratorio que les facilitaría encarnar.
— Pero... ¡Un momento! En las biografías de aquellos consi—derados santos de la Antigüedad por parte de la Iglesia, se habla de que eran acechados por los demonios que querían posesio—narse de sus cuerpos. ¿Esto es posible?
— ¡Tú lo has dicho! Así es. Pero han sido pocos casos aislados los que se han producido en que no se ha podido controlar el que lleguen y traspasen el bloqueo.
— O sea que aquellas naves que se han estrellado en nuestro mundo como las de Nuevo México y otras habrían sido derriba—das por ustedes.
— ¡Pronto recibirán más información que complementará lo que has sentido a través de tu contacto con el libro! Habrán de vivir experiencias que les harán recordar conocimientos que reposan en vuestro interior, y finalmente, después que los recuerdos y las revelaciones los predispongan, recibirán el libro de la HISTORIA del PLANETA de TERCERA DIMENSION... "EL libro de las Vestiduras Blancas"
La pantalla que había mostrado hasta hacía poco el estallido del pequeño objeto, se apagó... Salí de la habitación como impulsado por una fuerza interna, llegando fuera de aquel local cónico, encontrándome allí con mis cinco acompañantes.
— Entiendo todavía muy poco, de todo cuanto se me ha venido transmitiendo, y además demasiadas piezas sueltas.— Declaré con cierto tono de reproche frente a la situación.
— ¡Exijan el conocimiento cuando merezcan esa responsabili—dad! Prepárense, trabajen con ustedes mismos... Habló Joaquín serio y tajante.
Las personas que allí estaban se fueron despidiendo arengán—dome a que no desfalleciéramos en el esfuerzo... Joaquín tam—bién se despidió agitando la mano derecha y moviendo la cabeza hacia los lados, diciendo:
¡Has visto y ya no eres ciego! Guía, guiándote!... Amor y Paz. Xendor me cogió el brazo y me invitó a seguirlo, bajando por las rampas que descendían hacia la parte más baja del cañón. Seguimos por los pasadizos de la ciudad rumbo a la zona de aterrizaje y despegue de las naves, en la parte lateral superior del valle.
Durante el camino Xendor me explicó que lo que faltaba recibirse como historia de la Humanidad, para asegurar el que no se volviese a repetir los errores del pasado por desconocimiento, iba a ser dado, cuando se produjera el contacto físico con la Hermandad Blanca de la Tierra, y cuando hubiesen sido eslabo—nados y conectados aquellos 144 y 24, que trabajarían en el conocimiento a recibirse. Me dijo también que no debíamos preocuparnos del cumplimiento de los detalles que no fueran nuestra responsabilidad, sino solo de aquello de lo que de nosotros dependía, haciendo eco de consejos anteriores.
Llegamos a la zona inicial, en la llanura desértica a través del mismo ascensor. A la distancia se veían entre resplandores, tres naves en forma de campana, con luces intermitentes en sus bases, con poderosos faros naranjas y verdes en la parte superior de una especie de cápsulas que lucían ventanillas azulinas.
Fuimos caminando hacia allí, cuando del interior de una de estas naves, se abrió una puerta o escotilla a la altura de las ventanillas. De la compuerta se asomó un ser de apariencia venusiana, con rostro triangular. tenía el brazo en alto y entonces Xendor se detuvo, giró sobre sí y cogiendome con las manos los hombros, trató de agacharse para acortar la diferencia de altura y mirándome me dijo:
— ¡TELL— ELAM!... Diles a todos que les amamos y confia—mos en ellos, y en la esencia divina que yace en cada uno. QUE TENGAN VALOR FRENTE AL CAMBIO. Estas naves vuel—ven a la colonia de Venus, son de Romelta. Harán escala para dejarte en la Tierra, si no, tendrías que quedarte varios meses aquí con nosotros, hasta que coincidiera con otro viaje de cambio de tripulaciones.
Recuerda a la gente con la que trabajas y a las personas a quienes llegas con tus palabras y sentimientos, que pedimos estar en ésta época tan trascendental y en este trabajo.
Hemos sido bendecidos con la conciencia; actuaremos en concordancia con lo que sentimos y con lo que sabemos. Cada día se sabrá más de acuerdo con la responsabilidad asumida. Amor y Paz!
— ¡Amor y Paz! —fue lo que le contesté a este gigante que me dio un sentido abrazo a desigual altura. Luego se alejó. En el cielo asomó una espectacular nave en forma de desmesurado cilindro, todo él iluminado por decenas de luces azules.
Me acerqué a los aparatos que se hallaban sobre la explanada, saliéndome al encuentro tres seres de apariencia venusiana, dos de los cuales por sus definidas formas femeninas se veía que eran mujeres. Su estatura como 1.70 mts., con pelo brillante rubio y ojos extremadamente claros. El varón tenía el pelo color cano platinado e igualmente largo. Me pidió él que les acompañara por una rampa que se extendía hasta la pequeña puerta de la nave. Así lo hice introduciéndonos en el interior de una estrecha habitación circular rodeada de pantallas. Había asientos dis—puestos al lado de mostradores o escritorios en el centro había un desnivel o piso hundido también circular que comunicaba con otra habitación más abajo.
Una compuerta se abrió al frente nuestro, dejando al descubierto un cuarto o espacio más reducido aún; fuimos hasta allí caminando alrededor de éste como salón de mandos. Por la puerta descorrida pude ver que había apoyados en la pared unos tres cilindros o torpedos transparentes un poco más grandes que el largo y ancho de un hombre normal. El guía varón abrió esta cápsula, pues en medio de ella le recorría un sello de bronce de unos quince centímetros de ancho, lo removió escuchándose el ruido de apertura de un vacío.
Fue en aquel momento que este ser se identificó con el nombre de Oniac, me pidió que le diera el buzo que llevaba puesto y que me acostara en el interior del cilindro. Ya sin mayor pena, me desnudé y me acosté dentro de la cápsula, la cual cerró presuroso el extraterrestre transmitiéndome con la mirada y mentalmente, que estuviese tranquilo y me relajara. Me encontré en breves segundos flotando ingrávido en aquel recipiente, sintiéndome bastante extraño, mientras pensaba y hacia un recuento de todo lo que habían significado aquellas intensas horas vividas. Al cabo de un rato la presencia de una pequeña esferita amarilla anaranjada que salió de la pared, y empezó a recorrer por fuera del cilindro toda la longitud de mi cuerpo me produjo un incontenible sueño. No sentí más nada hasta que despedía ya vestido, la nave a la distancia a pleno sol, en medio del desierto de Chilca al sur de Lima en el Perú.
Los días siguientes serían muy duros para mí tratando de asimilar aquella experiencia; quería profundizar su contenido y retener conscientemente cuanto había vivido. Marinita me ayu—dó a superar el choque que significaba el conciliar realidades tan brutalmente distintas como era lo cotidiano y doméstico, con semejante experiencia. Ella como siempre fue la fuerza que me permitió, mediante el diálogo y el interés respetuoso y compro—metido con la verdad, descubrir el significado profundo del despliegue realizado, pudiendo al final de aquel análisis llegar a identificarme mas con el rol que me correspondía en el proceso de la misión.
Nunca podré agradecer debidamente el amor de Marinita que con eficiente labor crítica y humildad, me ayudó a controlar el ego y a cuidar mi cordura.
CAPITULO V
LA CONVERGENCIA ARMONICA
Durante los siguientes meses se multiplicaron las experiencias astrales en que me veía reunido con muchas personas, en trabajos continuos de preparación y aprendizaje. Junto a esta facilidad que se vio beneficiada por la cercanía de los hermanos mayores, con naves que fueron observadas por la población de Lima y hasta captadas por algunos noticieros locales, fue aumentando también la capacidad de intervenir en curaciones hacia otras personas.
Sabemos por los mensajes y por lo que ellos nos han dicho, que la medicina extraterrestre es preventiva más que curativa, porque ellos consideran que las enfermedades se generan antes en la mente y el espíritu del individuo, y se manifiestan en el cuerpo.
Y tienen muchas veces su origen en las bajas vibraciones que la persona recoge en su contacto con los demás seres. Resulta ser que los terrestres somos sensibles y absorbemos la negatividad del ambiente, por lo que debemos no sólo ser conscientes del efecto nocivo que produce sobre nosotros la vibración ambien—tal, sino que también debemos aprender a limpiarnos de dicha contaminación. Hay pues dos tipos de contaminación, la mate—rial y la sutil y ambos son perniciosos; pero la segunda es más difícil de ser percibida y desarraigada de nuestra vida.
Existen muchas formas para que una persona se limpie de la carga de negatividad que recoge a diario en su relación con el medio que la rodea. Una forma sencilla y práctica es la de ducharse imaginando que el agua no sólo lo limpia de la suciedad, sino también de la negatividad absorbida. Mientras el agua cae, uno se debe frotar el cuerpo de arriba hacia abajo, para que las corrientes de energía permitan eliminar lo negativo. Esto es pues un ejercicio mental que requiere de una actitud positiva ó convicción para que cumpla su objetivo. Otra forma de limpiarse es tomar energía del sol al mediodía, procurando si el clima lo permite estar descalzo y con los pies en la tierra o sobre el césped. Con las manos por encima de la cabeza y bajándolas lentamente formando un arco alrededor nuestro.
Mientras esto ocurre uno imagina que toda energía negativa saldrá de nuestro cuerpo a través de los pies; se debe mantener una respiración lenta y profunda, por la nariz.
Como el hombre no sólo se alimenta con lo que come, sino también con lo que respira, lo que escucha, lo que ve y hasta lo que huele, será muy importante que organicemos nuestra vida de tal manera, que la alimentación integral se base en una selección adecuada de imágenes, olores y sonidos que eleven nuestra condición actual.
La alimentación, después de una respiración, es un punto básico en el desarrollo de la persona. Ya decía el filósofo griego "QUE EL ALIMENTO SEA TU MEJOR MEDICINA". Hoy en día hay mucha gente que muere de hambre, pero más son los que mueren por comer demasiado o lo que les hace daño. Así los Guías nos dieron reglas sencillas que mantendrían nuestro cuerpo sano y que ayudarían a prevenir las enfermedades. Estas son:
1.— Comer sólo cuando se tiene hambre
2.— Jamás comer hasta hartarse. Quedar satisfecho dejando espacio para la digestión.
3. Una dieta integral, basada en cereales integrales, verduras frescas, todo tipo de vegetales y frutas.
4.— El ayuno como forma terapéutica de limpieza orgánica, una vez a la semana o cada quince días, por espacio de un día. La preparación del día de ayuno requiere que el día anterior se consuma sólo frutas. Durante el ayuno se habrá de consumir bastante agua.
El ayuno no es como piensan muchos, algo vinculado exclu—sivamente a las religiones, y como un sacrificio; por el contrario, es la mejor medicina para combatir los males que nos aque—jan.
El ayuno fortalece la voluntad y permite la desintoxicación del cuerpo, pues nos obliga a eliminar las toxinas acumuladas. Es exactamente como la figura de un granero, al que continuamente le echamos forraje, y siempre consumimos lo que se encuentras encima, descomponiéndose lo que llevaba guardado tiempo antes.
Los resultados del ayuno no se dejarán esperar, pues la persona poco a poco, va sintiendo en su salud los beneficios, y el cuerpo cada cierto tiempo le volverá a exigir nuevas limpiezas. Pero recordemos que así como hay que entrar al ayuno suave—mente, también se debe mantener la misma recomendación para salir del mismo. No podemos de ninguna manera terminar un ayuno atosigándonos de alimentos por el tiempo que no comi—mos. Debemos terminar el ayuno con pocas frutas frescas, bien masticadas y en los siguientes días incrementar la dieta con verduras, cereales y demás.
Quien sepa alimentarse y mantenga el ayuno como costumbre y hábito de vida, jamás requerirá medicinas.
Como ya se ha dicho antes, los guías nos han hablado de los distintos medios por los cuales se puede establecer el equilibrio y la salud, empezando por las corrientes energéticas y niveles vibratorios. Así ellos han mencionado remedios y sistemas tan sencillos como la cura cromática, por colores, que incluye dietas alimenticias que giran sobre el color de los alimentos, depen—diendo de la ubicación de la enfermedad en el organismo. También han hablado de la curación por imposición de manos, cadenas de energía, curación en astral, etc. etc.,
Ciertamente que el ser humano tiene un sinfín de poderes y capacidades que desconoce, que de aplicarlas no tendría límites. Así, a través de la visión de la mente o clarividencia, la persona puede visualizar o percibir el aura del enfermo, y centrarse en uno de sus tres aspectos que es el relativo a la salud. Esta aura la constituyen los colores que aparecen flotando sobre el cuerpo o sobre zonas específicas, mostrando las enfermedades que la persona ha tenido, tiene o tendrá. Las enfermedades pueden aparecer como manchas doradas, amarillas, marrones naranjas, rojas, grises o negras. De acuerdo al color se podrá verificar si la enfermedad está sujeta a una operación quirúrgica, a tratamiento que lleve a superarla o que la misma vaya a acabar con la persona, o continúe con ella hasta el final de su vida.
La ventaja de la prospección clarividente del aura de la salud, está en que permite ubicar el verdadero epicentro de la enferme—dad; esto es, su causa y no su efecto. Sabemos que muchas enfermedades tienen síntomas similares, por lo que el médico algunas veces se encuentra tanteando posibilidades. Esperemos que algún día nuestros médicos sean antes que cirujanos, psí—quicos o qué sin pena alguna recurran a ellos cuando el caso lo amerite.
Se puede intervenir psíquicamente en todos los casos en que se requiera ayuda, sin forzar ni obligar a nadie a —tener que aceptarla; sabiendo que siempre la ayuda llegará, aunque no necesariamente cuando nosotros queramos ni la que nosotros pidamos. Si bien se puede intervenir siempre, los resultados no están en nuestras manos, pues depende de la recepción que tenga el enfermo. También depende de leyes que van muchas veces más allá de nuestra comprensión racional, y que tienen que ver con la ley de causa—efecto. Pero a pesar de todo esto, siempre la ayuda aporta algún alivio, y beneficio, para la persona afectada y quienes giran alrededor de ella.
Hay muchas cosas erróneas que se comentan en torno a las curaciones psíquicas que es bueno mencionar; no hay posibili—dad alguna de que una persona que ayuda a otras, sea luego víctima, de la enfermedad, o sea, no es posible que se le pase a uno que está ayudando, el mal de otro. La sola intención de ayudar, eleva las vibraciones y desarrolla la impermeabilidad frente a lo negativo. Tampoco hay lugar a que quien participe de la imposición, cadena u otros, quede agotado y extenuado porque jamás se facilita la energía del individuo. Sino que el canal de la ayuda actúa como instrumento de energías cósmicas superiores que trascienden las limitaciones temporales, creando un beneficio tanto para el enfermo como para el canal.
La llave que facilita las curaciones, es que la persona o personas que actúan en una ayuda a alguien, inspiren confianza y la tengan confianza en ellas mismas, así como que se hallen
Identificadas con la fuerza que representan. La ayuda en estos casos funciona a través de la sugestión y autosugestión, y la canalización de energías. Los primeros son los mecanismos con los que nuestra mente actúa; y la mayoría de veces, hay mayor poder en la persona ayudada que en la que ayuda. El actuar sobre alguien en forma solidaria y energética puede motivar a que el propio enfermo accione mecanismos de autocuración, que lo revitalicen por completo.
Una de las anécdotas más interesantes en cuanto a curaciones es que en muchos casos la persona ayudada no se cura inmedia—tamente sino que se agrava, y la enfermedad que hubiera durado un tiempo determinado, registra una crisis acelerada, y rápida—mente es superada, durando menos de lo que hubiese sido un proceso natural. Hay incluso casos en que la persona fallece, lo cual no necesariamente significa el fracaso de la ayuda sino la liberación de la persona del sufrimiento y la situación de impo—tencia por parte de la misma o de sus parientes.
En Rama hemos sabido de la existencia de una base orbital llamada COLUMO en donde un grupo de guías tienen a su cargo la ayuda a personas sujetas a enfermedades. El encargado o médico en Jefe es el guía ERJABEL. La nave tiene forma de disco compuesto de tres anillos de un color verde fosforescente, debajo de los cuales baja un largo apéndice cilíndrico. El dominio del espectro electromagnético hace que no sea vista ni captada ésta nave, desde cuyo interior se observa permanente—mente el planeta, haciéndose evaluaciones de los niveles de contaminación y deterioro de la atmósfera, para ayudar solapa—damente sin anuncios ni fanfarrias. En el interior de la nave médica hay una gran sala en forma de esfera, llena de pantallas y equipos técnicos, también hay un cuerpo humano de tamaño natural de cristal, en donde se realizan proyecciones de ayuda a gente de la Tierra ó para sus propias tripulaciones, restaurando el nivel energético o simplemente armonizando con irradiacio—nes de luz.
El cuerpo de cristal de la nave COLUMO, recuerda mucho al cráneo de cristal de roca, encontrando en Bélice en Centroamé—rica, en el asentamiento Maya de Lubantum, y que es de un grado de dureza tal, que deja sin poder explicar su confección. Su uso ritual vinculado a las curaciones crea un parentesco muy sospe—choso con los elementos extraterrestres que hemos venido cono—ciendo.
Las prácticas de curaciones en Rama han sido bastante frecuentes, pero sin llegar a centrar toda nuestra atención y trabajo en esa dirección, porque somos conscientes que si el origen de nuestros males está en la mente, en el espíritu, y en una vida desordenada e indisciplinada, es por allí por donde debemos empezar a restaurar el orden perdido.
En lo que iba del año de 1987, empezó a registrarse un movimiento al nivel de todos los grupos espirituales, filosóficos, etc. para canalizar luz y energía al planeta, sentando las bases de una real fraternidad y común —unidad mental. Este loable esfuerzo promovido por iluminadas conciencias, fue llamado: "CONVERGENCIA ARMONICA".
Un estudio exhaustivo de mitos y leyendas de la mayoría de los pueblos Americanos precolombinos, informaba que según los calendarios confrontados, estábamos en la época en que habría prometido retornar QUETZACOALT, Llamado por otros Kukulcán, Viracocha, Tunupa, Naylamp, etc. Y esto coincidía con la información dada en Morlen durante mi visita aquel año, en la que anunciaban la inminente venida y retomo del hijo del Hombre, de Jesús el Cristo a nuestro sistema solar.
La convergencia armónica consistiría en una gran reunión de seres humanos, sin distingo de razas, sexos, color, religión, edad, condición social, etc.; en lugares de gran concentración ener—gética o puntos de gravedad de la colectividad humana, ya que fuesen éstos, lugares arqueológicos, montañas, parques centra—les en grandes ciudades, etc. La idea era pues reunir en forma simultánea, la mayor cantidad de personas posible los días 17 y 18 de Agosto, para realizar entre todos una significativa y sencilla ceremonia Maya "LA RESTAURACION DEL FUEGO NUEVO", algo así como la activación del fuego serpentino del propio planeta para su transformación, renovándose a todo nivel.
Por los días previos a la Convergencia Armónica me encon—traba en el Salvador en Centroamérica. La capital de esta pequeña nación hacia poco que había sido castigada por un fuerte sismo de graves consecuencias, pues había dejado la ciudad virtualmente en ruinas.
Nos hallábamos en el Lago Ilopango cerca de la capital, la noche anterior a la ceremonia organizada por distintos grupos esotéricos y espirituales, cuando un temblor de regular intensi—dad interrumpió la conversación que teníamos los del grupo Rama, sobre las implicaciones que podía tener en nuestro mundo el que tanta gente se uniera para desearle paz al planeta, creyendo en la paz y en el amor fraternal, y creando desde la esfera de la mente las condiciones para ello, bañando al mundo en esperanza. El sismo nos tiró al suelo, observando como se agitaban las aguas del Lago cercanas a nosotros.
Al día siguiente, en las pirámides de San Andrés (Antiguo asentamiento Maya—Tolteca) se llevó a cabo la gran reunión. El lugar era muy bello, rodeado de montañas bajas cubiertas de vegetación, en donde destacaban los montículos aún enterrados rodeados de zonas de cultivo. Unas cuatrocientas personas de diversas organizaciones y grupos se congregaron en la que otrora fuera de la plaza principal del complejo piramidal. La ceremonia fue conducida por los líderes y representantes de las diversas agrupaciones asistentes, quienes después tuvieron la oportuni—dad de dirigirse a la concurrencia, expresando sus planteamien—tos y alternativas para el momento actual, y las necesidades de unidad por el amor frente al futuro del mundo.
Cuando le tocó el tumo a la Misión Rama, aún era de día y el cielo lucia luminoso y azul. Fue en ese momento cuando hubo un avistamiento sobre el lugar; el mismo fue observado por todos. El apoyo era claro, pero no sólo al grupo rama sino al esfuerzo conjunto por sembrar la semilla acuariana, que habrá de germi—nar pronto en el terreno abonado de las conciencias que se van despertando. Era una gran luz blanca que se hizo presente en el firmamento; tenía el tamaño de una bola de ping—pong que se elevaba al oeste y se dirigía al este formando un arco por detrás de la pirámide mayor, hasta colocarse exactamente encima de la reunión para luego marchar en dirección sureste.
Los beneficios de las cadenas de ayuda para la paz mundial que se realizaron en la reunión mundial simultáneamente, no tardaron en dar resultados positivos, así vemos que los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Soviética firmaron el 9 de Diciembre de 1987, el tratado de desarme nuclear que llevaría a la desaparición de los mísiles de alcance medio. Cuanta admira—ción causó ver por las pantallas de televisión de todo el mundo, como en Rusia, contando con la presencia de técnicos norte—americanos, se desactivaron y desarmaron las ojivas nucleares, y luego en forma idéntica, ante técnicos rusos en los Estados Unidos, se desmantelaban los mísiles. Era un primer paso para hacer desaparecer las armas con las que los gobernantes y militares habían llenado de horror y desesperanza al planeta, y que son sólo el producto del miedo, el egoísmo y los intereses creados. Tanto dinero y esfuerzo convertido en chatarra cuando en el mundo hay tanto por hacer.
El número cuatro como símbolo activador, estuvo muy rela—cionado con todo lo relativo a la Convergencia Armónica, pues representa la preparación y la cruz, que es el símbolo del planeta; pero es una cruz de lados iguales metida dentro de un círculo.
Este símbolo es el mismo que el de adición, compuesto por dos líneas exactas que se cruzan asociándose con las cuatro direcciones, los cuatro elementos, las cuatro estaciones, etc.etc, Y esta cruz metida en el círculo señala a la raza negra como la raza original del planeta Tierra; representando también la paz y armonía que envuelven el equilibrio y el orden, que debe ser restaurado ahora y aquí, pero primero dentro de cada uno.
Según las ideas transmitidas en la Convergencia Armónica, los Mayas consideraban que Dios y las matemáticas son uno, y esto se ve confirmado también con el pueblo Hebreo, cuando nos encontramos que su idioma está compuesto por 22 letras, todas ellas consonantes (No usan vocales) que se relacionan directa—mente con los números, de tal manera que las primeras nueve letras del alfabeto representan las unidades; las siguientes nueve son las decenas y las cuatro siguientes son las centenas. El idioma hebreo a través del cual surge la Cábala, es un idioma ordenador que puede expresarse a través de cifras o al revés, códigos cifrados, que encierran un mensaje traducible en pala—bras. Este código matemático de información pertenece a al—guien que lo compartió, pero ¿A quién?.
Si recordamos lo dicho anteriormente, lo relacionamos con los seres procedentes de la Constelación Tauro, que revelaron conocimiento a través del Pueblo Filisteo (descendiente de Creta y de algunos atlantes sobrevivientes) así como a través del proyecto de la descendencia de Abraham.
Volviendo a la Convergencia, diremos que la idea era que de activar las fórmulas apropiadas, seríamos capaces de experi—mentar nuestra divinidad contactando con frecuencias vibratorias superiores. Se mencionaba la profecía del Pueblo del Arco Iris, la cual decía que para el año 1987 sería el tiempo cuando 144.000 iluminados instructores de la Danza del Sol desperta—rían totalmente su propia serpiente emplumada, ascendiendo en su interior a niveles de conciencia mayores, para llegar a constituir una fuerza de luz que ayudase al resto de la humanidad a despertar y a aprender a corregir su propio futuro. Se decía también que un maestro en la Danza del Sol es aquel que ha despertado, que ha equilibrado sus defensas para neutralizar sobre él, el efecto de la acechanza negativa; es aquel que ha ganado el sueño cuerpo—mente que honra todos los senderos, todos los maestros, todos los sistemas con respeto y tolerancia de la verdad compartida. Es aquel que ha descubierto que la verdad y el conocimiento deben ser descubiertos dentro de cada uno, creciendo la percepción del mismo con la madurez que vaya alcanzando el ser.
Terminaba el documento de la Convergencia Armónica dicien—do: "En Agosto de 1987, las varias ruedas serpentinas aladas empezarán a girar, a danzar nuevamente y cuando lo hagan las luces del Arco Iris ayudarán a despertar al resto de la humani—dad."
Nuestra identificación fue total con este movimiento, como debe haber pasado a muchos otros, por cuanto la información que se exponía coincidía con lo que habíamos venido recepcionando. Ahora si podíamos estar seguros de que el esfuerzo compartido daría los resultados positivos, porque no serían necesarios tantos para cambiar las condiciones del planeta, sólo los justos y necesarios, los demás serían arrastrados por la fuerza desplegada.
CAPITULO VI
EN CAMINO A UN VIAJE ATEMPORAL
El año de 1988 fue señalado por los guías como el tiempo adecuado para dar un mensaje grupal y qué mejor momento y oportunidad, que la Convención Internacional del Grupo Rama en Piura, ciudad del norte del Perú. Esa reunión había sido convocada para fines del mes de Enero, coincidiendo con un aniversario más del primer contacto o mensaje psicográfico recibido en el año de 1974
Se aprovechó de la gran concentración de delegados partici—pantes de diversos países, congregados en el lugar, para que a través mío se les comunicasen las instrucciones que servirían como un campanazo y despertador de conciencias. El mensaje dado en la inauguración de la Convención decía:
"Todos ustedes, han escuchado, durante el tiempo que están en la Misión, que Rama es un despertar de conciencia; una experiencia de contacto extraterrestre; un puente de luz; un puente de ayuda planetaria; una conexión de seres de otros mundos con la humanidad; pero ese puente y contacto no son nuevos. Ya lleva miles de años, no sólo preparándose dentro de éste planeta y fuera de él, sino también creciendo y madurando en las mentes y corazones de hombres que se han venido desarrollando sobre la faz de la Tierra desde hace más de 4.000 años.
En uno de los mensajes de los guías dice: "Descubrirán al final que el verdadero contacto que creían necesitar y necesita—ban tener, era el contacto con ustedes mismos... Esto no sólo se refiere al contacto interno de cada cual consigo mismo para una evolución espiritual, también involucra el contacto entre perso—nas, formando un grupo que vuelve a encontrarse en el tiempo sin tiempo, y que fueron preparadas desde hace miles de años, para este momento que bautizaremos: "Definición„. La definición consiste en que la humanidad se acerca a un final, pero un final de un estado de cosas, de una situación que debe acabar para bien de la humanidad.
Vamos a ir dejando la tercera dimensión de conciencia, para ir ingresando a un tránsito hacia la cuarta dimensión, también de conciencia, y en este proceso los Hermanos Mayores han espe—cificado el llamado que hacen los 24 ancianos, el cual consiste en una designación para que se labore directamente en el despertar colectivo, que viene a ser: El quinto de Rama.
Es algo así como un reloj puesto al lado de la cama; y este reloj en cuanto a su estructura, lo identificaremos con la Misión Rama y el llamado a la Misión.
Nosotros mismos al habernos acostado para dormir, hemos programado el reloj despertador de tal manera que habrá de sonar a una hora determinada; esa hora está relacionada con una clave numérica que ya estamos recibiendo todos nosotros de diversas maneras. Y la clave es 3333. Más no es simplemente cualquier número, ya que 4 veces 3, es el número 12, que significa uno de los objetivos de la Misión, de los cuales hemos estado hablando: La comunidad.
Hace 2.000 años muchos de nosotros estuvimos en comuni—dad y venimos a encontrarnos en el tiempo muchos siglos después con una gran caudal de vivencia comunitaria. Pero la verdadera comunidad que ambicionamos, es aquella que iremos alcanzando a través de la madurez adquirida con el caminar dentro de la Misión. Esa comunidad perfecta, es la comunidad mental; aquella que precisamente no conoce ni tiempo ni espa—cio, aquella que es simplemente "Sintonía". Sintonía con el plan, con el llamado y con el despertar.
Todos nos hemos puesto de acuerdo con despertarnos a una misma hora, a pesar de que cada uno se encontraba en su propia casa o estructura mental, y aún muy dentro de sí mismo sin conocerse ni conocer su misión. Hemos utilizado en este caso todos, un reloj de una misma confección o fábrica, quizás del mismo modelo. Y éste reloj es el llamado de la Misión Rama, que está fijado para que suene en la hora clave 6:33 AM, rompiendo nuestro sueño que como cascarón de preparación sutil esperaba su oportunidad, su tiempo.
Algunos reaccionamos como cuando el reloj despertador suena por la mañana muy temprano, simplemente lo apagamos, nos damos la vuelta y seguimos durmiendo. Habrá quienes ponen el reloj debajo de la almohada y lo van a tratar de asfixiar para que no suene, o lo tiran violentamente al suelo. Habrá quienes teniendo algo desarrollado el sentido de la responsabili—dad dejarán que suene hasta que se agote la cuerda y luego saltarán de la cama; otros se levantarán al primer sonido pero se quedarán dormidos sentados.
También habrá quien se despierte con el primer sonido y otros que lo harán antes de que suene; éstos últimos son los más responsables y conscientes, mientras que los anteriores son los que se debaten en la inconsciencia o porque les duran muy poco los estados conscientes. Los primeros ejemplos son los que hicieron oídos sordos a éste llamado para el cual ellos mismos se habían comprometido.
Y qué significa el haber hecho caso o no a éste llamado? Comparémoslo con nuestra vida diaria: Si nosotros no nos levantamos a la hora indicada, ¿Qué va a pasar?. No tendremos tiempo de arreglarnos, bañarnos o desayunarnos para tomar el bus a tiempo. Llegaremos tarde al trabajo y todo ello acarreará mil y un problemas, que nos impedirán cumplir con nuestros compromisos económicos y familiares. Esto es lo que a algunos de nosotros nos hará levantarnos de manera definitiva de la cama, porque si seguimos durmiendo, nos preocuparemos y estaremos angustiados por la tardanza y las consecuencias posteriores. Y ¿A dónde podríamos llegar tarde en todo esto? Podríamos llegar tarde a estar completamente conscientes, no pudiendo asumir el lugar, el puesto que nos toca a cada uno de nosotros, en los acontecimientos venideros.
Ciento cincuenta años antes de Cristo, un grupo de seres humanos (todos inquietos a través de la misma Comunidad Mental), dejaron diversos lugares de Israel y se reunieron en el desierto, a orillas del Mar Muerto; congregándose para preparar algo que era inminente, que podría ocurrir de un momento a otro, y para lo cual habían de estar preparados, alertas, vigilantes y despiertos. Esas personas eran los Esenios. Sabían que algo muy grande venía; lo habían logrado interpretar en las escrituras, y de alguna manera ellos sabían que su responsabilidad se relaciona—ba con la información. Sabían también que seguían recibiendo revelaciones; que ese vínculo jamás se había roto y que esa información, siempre presente y actualizada se iba a cumplir pronto.
Hoy en día, nosotros somos llamados por una fuerza miste—riosa que nos motiva de manera imperiosa, a ir al desierto, permaneciendo despiertos, aquel desierto es el de nuestro propio interior. Este nos invita al aislamiento, al contacto interno con uno mismo, y luego fortalecidos, la misma fuerza nos lleva a buscar el origen de ese llamado que estamos recibiendo, un llamado que es el producto de una Misión Cósmica; de algo que viene inspirado desde "arriba". Ya sabemos la fuente, son los ángeles de la antigüedad, los mismos mensajeros de hoy. Y los mensajeros nuevamente están haciendo el llamado, porque nuevamente estamos de alguna manera, preparando el camino; pero ahora en forma colectiva, compartimos la responsabilidad. Y en medio de nosotros se están preparando quienes tendrán que avisar al resto, que el camino ya está preparado para ser recorri—do, que el tiempo ya llegó y que ocurrirá todo cuanto estaba dispuesto que ocurriese.
Ahora lo único que podría resultar problemático es que desoigamos el llamado, prefiramos seguir durmiendo y perda—mos la oportunidad que nosotros mismos pedimos. ¡Qué proble—ma sería!... que no todos estemos preparados, que no todos asumamos nuestros puestos y que no estemos allí cuando y donde se nos necesite se nos necesite.
No nos consideremos nada especial. Sepamos que si nosotros no vamos a nuestro trabajo, obviamente que después de esperar—nos un tiempo prudencial, nos reemplazarán, pudiendo ser esto definitivo. Todos somos necesarios pero ninguno indispensable dentro de ésta Misión, que es una entre tantas que se están preparando para asumir un rol.
La vivencia comunitaria de los esenios, en el siglo primero antes de Cristo, la redacción y reproducción artesanal de los escritos sagrados (allí en medio de la soledad y silencio) era una forma de anticipar el gran cambio. Estar allí, trabajar allí significaba grandes renuncias, como exigen las grandes empre—sas y las grandes inversiones, como en la parábola de la Perla de Gran Precio. Había mucho trabajo que hacer, había que estudiar y prepararse bajo una autodisciplina, para delegar después, recibir y transmitir la información que con el tiempo y por la acción del engañador fue degenerada, alterada, contaminada, perdida. Hoy en día nos encontramos bajo una misma situación. Cuando tuvimos acceso en Marcahuasi a la caverna (6) y vivimos aquella experiencia con el anciano, él nos dijo que la Hermandad Blanca necesitaba miembros receptores de la posta que necesi—taba gente que sirviese de puente entre la Hermandad Blanca del Universo y la de la Tierra. A partir de ese momento, asumimos nosotros que Misión Rama debe establecer esa misma relación de comunidad que tenían los esenios, cortando sus lazos y dependencias anteriores, entre ellas el error. Sabíamos que llegaría el tiempo en que la forma exterior se reduciría a un nombre, que cual etiqueta, podría ser desechada sin mayor dolor; pues el ejemplo es evidente, todos sabían quienes eran los esenios pero nadie conocía quién era un esenio, porque era más un estilo de vida que una afiliación partidaria o sectaria. En la actualidad, sin necesariamente tener que ir al desierto, encontra—mos que estamos en el desierto de la vida espiritual. Sólos, pero paradójicamente más acompañados que nunca.
La inconsciencia general nos hace sentir la soledad y la incomprensión; pero bien sabemos que dicha incomprensión y hasta rechazo, nos otorga la libertad más plena, pudiendo valorar la soledad constructiva y mística en medio de la muchedumbre. Es por eso que ahora, y aunque no estuviese necesariamente juntos, en un mismo santuario, recinto, comunidad física, etc., la unidad que estamos estableciendo es a nivel espiritual es el puente que nuestro trabajo está creando, estrechándonos y rela—cionándonos para que algún día a través nuestro, se afirme una comunidad física concreta y material, donde se pueda entregar lo recibido de los mensajeros y desde allí al mundo entero.
(6)Ver Libro Los Guías Extraterrestres y la Misión Rama.
Allí se nos enseñará a descubrir lo que estaba guardado y como todo ello debía ser facilitado a la gran comunidad humana, preparando así el inminente retorno; porque todo esto obedece al Plan Mayor. Que venga sobre nubes o sobre naves nos debe tener sin cuidado, lo importante es estar preparados, despertando la conciencia, transformándonos.
Volviendo al ejemplo del despertador, llega el tiempo en que nadie nos va a despertar pues hemos ido madurando y ya no somos ignorantes, nadie nos va a sacar de la cama ni nos va a echar agua fría, como cuando nos querían enviar al colegio o la escuela. Si nosotros nos levantamos, todo costaría sacrificios, pero coronaremos con éxito nuestro gran esfuerzo; pero si no, la hora pasará y ya no habrá tiempo para nada, probablemente no nos acepten en el trabajo; y por no estar a la hora de la cuenta, no seremos tomados en cuenta... Eso depende de nosotros, de la fuerza de voluntad que hayamos desarrollado, de lo despiertos que nos mantengamos, vigilantes en el tiempo de prueba.
Les he hablado así, sin ser más directo porque la preparación de los hermanos aquí reunidos es bastante desigual; pero quien pueda captar lo que estoy diciendo trate de sentirlo y lo enten—derá, sabrá de lo que estoy hablando, lo que les puedo decir es que esa comunidad (mental) ya existe; que los 24 Ramas ya están ubicados, que los 144 Ramas de la Misión funcionando ya, en una vibración cada vez más ascendente y cada uno sin saberlo a ciencia cierta está ocupando el puesto poco a poco, y por ello, los guías el 30 y 31 de Marzo de 1987 me dijeron optimistamente que el plan se está cumpliendo...
Vine a dar un mensaje y ya lo hice, procuren estar atentos y sensibles. La Misión hay que madurarla, digerirla y valorarla. La real misión está dentro de nosotros. ¡Despertemos!".
Al final del mensaje canalizado conscientemente, hubo un sentir general de que se había recibido una señal, que había llegado una pauta importante, a la que cada uno de acuerdo a su propio crecimiento interior reaccionaría en mayor o menor medida. Con el tiempo verificaríamos la proyección y significa—do profundo de éste mensaje.
El año de 1988 se había iniciado auspiciosamente en el mundo, con la observación a los 33 días de un Ovni sobre los cielos de España. En Desojo Navarra, sede de la Asociación Adonaí para la Fraternidad Cósmica, también pudo ser visto el ingenio espacial trayendo como consecuencia una profunda reflexión en la comunidad de investigadores instalados en dicha localidad; hubo quien había visualizado la nave, ubicando un símbolo en la parte inferior del objeto el cual consistía en el número 33.
Una relación de intensa cooperación y sincera amistad con Licerio Moreno y el grupo Adonaí, permitió que fuera invitado para el mes de Junio a acompañarles en una reunión de carácter iniciático que ellos organizaron, para los días 23 y 24 de la Fiesta de San Juan, a realizarse allí mismo en Desojo, correspondiendo al Solsticio de Verano.
Una segunda invitación se iba a concretar antes que la primera, mostrando la importancia de la integración universalis—ta de los movimientos espirituales y de contacto. La agrupación Galacteus de origen Francés, me hizo llegar una carta de invita—ción donde me decían que fuera en nombre del Grupo Rama a intercambiar informaciones y compartir experiencias a todo nivel, la invitación, en esta oportunidad, era para viajar hasta la Polinesia, pues el grupo Francés se hallaba retirado en el Archi—piélago de la Sociedad, en medio del Océano Pacífico.
Abril fue el mes escogido para realizar la experiencia de integración con Galacteus, para lo cual aproveché un viaje a Chile para hacer la conexión hasta Tahití. En Chile la excelente coordinación de los Hermanos de la V Región de Viña del Mar y Valparaíso, permitió conseguir inmejorables auditorios para las conferencias, como el Teatro Municipal de Viña, el cual se llenó al máximo de su capacidad con más de dos mil personas.
Partí a la Polinesia desde Santiago en el agradable vuelo de una de las mejores Aerolíneas del Mundo sino la mejor, Lan Chile. Eran diez horas de vuelo hacia Papeete, la Capital de Tahití, cruzando sobre un océano azul interminable. Hicimos una breve escala de dos horas en la enigmática y misteriosa Isla de Rapa Nui conocida por todos como la Isla de Pascua a 3.800 kilómetros de las costas de Chile.
Tan alejada de todo y tan cerca de lo cósmico, ésta Isla de 160 Km2, de forma triangular, se yergue en el horizonte como una visión irreal. Su color va del naranja intenso al negro oscuro, por la lava volcánica dispersada en su superficie, procedente de la violencia hoy dormida de los volcanes Rano Raraku y Rano Kao entre otros.
Esta Isla fue descubierta en 1766 por un Holandés llamado Jacobo Roggenhen, quien la bautizó de acuerdo a la fiesta religiosa que se celebraba aquel día, y así le puso la Isla de Pascua Resurrección. Sus nombres nativos eran Matakiterani o Tepito Notehenue, que significan "Los Ojos que miran al cielo ó el ombligo del mundo"
Este accidente geográfico en medio de la inmensidad, es famoso por poseer un misterio aún no resuelto. Dispersas por toda la Isla se encuentran 900 estatuas de piedra, llamadas localmente "Moais". Son esculturas de bustos de hombres de frente plana y achatada, con orejas largas y nariz aguileña, estos personajes según las tradiciones recuerdan a los instructores traídos por el Dios "Make—Make" ó Pájaro de Fuego, que vino a su vez de lugares remotos. El misterio de Pascua se complica más cuando nos encontramos con 600 estatuas terminadas y 300 pendientes de culminación, sus tamaños van de los cuatro metros hasta los veintiocho metros; y su peso fluctúa entre las 30 y 80 toneladas. Y para complicar aún más el panorama, cada estatua tenía un sombrero de piedra de distinto tipo de roca y de varias toneladas de peso. Si la población nunca superó las 4.000 personas según los antropólogos, incluyendo niños, ancianos y mujeres, cómo explicar el derroche de esfuerzo en la confección, además del por qué de dispersarlas por toda la Isla. En toda la superficie se encuentran muros de piedras, trabajados con una perfección que recuerda a Tiahuanaco en Bolivia, o Cuzco en Perú. También se aprecian los cimientos de las casas construidas en forma de piraguas, que son típicos botes en forma lenticular. Todo esto podría relacionarse con expediciones para exploracio—nes que se sabe habrían emprendido los Incas en el Pacífico.
El avión aterrizó en una pista bastante corta que se halla en excelentes condiciones y que se encuentra en la parte más estrecha de la isla, al pié de uno de los volcanes. El aeropuerto es pequeño pero acogedor, y la gente es muy servicial y hospita—laria.
Todo está tan bien organizado que desde que uno baja del avión, los lugareños lo ayudan a ingresar en la magia del lugar. Se venden todo tipo de souvenir, muchos de los cuales son propios de aquellas paradisíacas Islas del Sur. Las largas horas de espera para reiniciar el vuelo a Tahití están planificadas como para que los visitantes puedan recorrer algunos de los puntos más significativos, realizándose un turismo bien aprovechado en transportes dedicados a dicho menester y los cuales se encuen—tran en excelentes condiciones. La temperatura ambiental es bastante alta.
Llegar a los emplazamientos de los Moais es una experiencia muy intensa. Se les ve allí a la distancia, silenciosos, aguardando agrupados en número siete, mirando hacía la lejanía en un ángulo que escapa al horizonte y prefiere perderse en el espacio. Se ve que fueron colocados con una "Misión": esperar, aguardar ¿Pero a quién o a qué?
Para mí el estar allí era respirar la historia y sentir las respuestas. Sabía que podía utilizar la dermóptica, que es la percepción de imágenes mentales del pasado a través del tacto.
Tocando las piedras y concentrándome podría quizás develar los secretos, que estaban allí a la espera de un testigo y deposi—tario. No desperdicié la oportunidad, por lo que me subí a la plataforma que servía de base a las estatuas; era un pedestal de piedra compactada y limitada por lajas de piedra. Coloqué mis manos tocando suavemente la superficie erosionada por el viento y la humedad. Con los pies juntos, relajado y respirando profundamente, centré mi atención en el entrecejo, dejando cerrar los párpados por sí solos. Me proyecté entonces a través de un túnel mental de luz, dejando que las imágenes brotaran por sí solas en mi mente libre de ideas. Al cabo de unos instantes, veía un gran círculo de personas en medio de las cuales aparecían dos hombres de cráneos largos y trajes brillantes; estaban todos como en actitud de oración. Sentía que aquellos extraños hom—bres dejaban un encargo a los lugareños, pidiéndoles que no se olvidaran de todo lo enseñado y lo sufrido, porque al parecer había habido como una guerra, y la lección debía ser aprendida; de allí en adelante supuestamente vivirían en paz.
La historia que capté mostraba la ceremonia al gran Pájaro de Fuego o nave espacial que vino y prometió regresar algún día. Por ello, todo cuanto se hiciera en la Isla en el futuro debía ser dirigido a mantener el recuerdo de la historia y de la promesa de volver.
Mis pensamientos volvieron a la actualidad cuando el guía y chofer nos llamaban para dirigimos a otras estatuas de la zona. Llegó después el tiempo de retornar al aeropuerto, habiendo transcurrido las horas al pié de los riscos y de la playa de una manera vertiginosa. Se veían a la distancia estatuas caídas, mal tratadas por la inclemencia de los elementos, otras carcomidas por el constante oleaje marino.
El avión partió del aeropuerto de Rapa Nui dejando atrás uno de tantos lugares en la Tierra, que hoy en día atraen el interés por lo misterioso. El vuelo siguió su aburrido itinerario de cinco horas más hacia otro pequeño espacio perdido en aquel inconmensurable universo azul. Ver Tahití a la distancia es un espec—táculo increíble, pues se le ve brotar con su verdor en medio del océano. En ese momento me hizo pensar en la singular belleza de este planeta de contrastes, que fácilmente los seres humanos estamos destruyendo y contaminando.
El Aeropuerto de Papeete es de una sobriedad exquisita, propia de los hoteles de lujo; e inmediatamente uno sabe que está en territorio colonial francés pues todo habla a gritos de la influencia Europea enclavada en ese exótico lugar.
Ni bien salí a la puerta del avión empecé a sudar y a sentirme incómodo por el calor húmedo que se respiraba en el ambiente. Ya dentro del aeropuerto tardé en encontrarme con los represen—tantes del Grupo Galacteus, a quienes de primera intención no reconocí pues esperaba hallar entre ellos a una pareja: Louis y Lucía, quienes habiendo estado en Lima les había conocido personalmente.
La comunicación fue en primer momento difícil pues los del grupo encargado de la recepción sólo hablaban francés; pero después llegó alguien que sabía inglés, lo cual solucionó en gran parte el problema, obligándome a desempolvar mis limitados conocimientos de ese idioma. Mi primera impresión del grupo fue la de un conjunto de gente relativamente joven, entre los 28 y 40 años, hombres y mujeres, con apariencia de artistas de danza o ballet. Algunas de las jóvenes muy bellas, lucían una brevisima ropa.
Uno a uno fueron saludándome y colocando sobre mi cuello collares de flores, resultándome muy jocoso el hecho, y la abundancia de las mismas que hicieron desaparecer mi cuello. Pasaron unos treinta minutos hasta que Louis, quien hablaba español llegó. Me encontró sumergido en un jardín de guirnaldas cuyo olor penetrante se mezclaba con mi sudoración, y rodeado de unas veinte personas de su grupo, lo cual le produjo una sonrisa de contento. Fue allí que se hizo la presentación oficial del grupo y de mi persona. Entre risas me manifestaron que les había sorprendido, pues a pesar de lo que Louis y Lucía les habían informado, ellos esperaban una persona de mayor edad. Me consultaron también si en aquel momento estuviese dispuesto a acompañarles a un show de baile tahitiano pero como por la diferencia de horaria me sentía muy cansado, me disculpé y les pedí que lo postergáramos para otro momento.
Además al día siguiente habríamos de tomar todos un nuevo avión desde Tahití, hasta la Isla de Bora Bora, distante una hora de viaje, en donde se hallaba la sede de la comunidad de ellos, llamada también "Motú".
Luego al despedirme del simpático grupo Francés, Louis me llevó en su auto hacia su casa, alejada unos quince minutos del centro de Papeete. Recorrimos unas carreteras envidiables para cualquier ciudad sudamericana, mientras ascendíamos por las faldas de una montaña de origen volcánico. El paisaje era alucinante. Mientras me extasiaba en la observación del lugar, Louis me explicaba el origen del grupo, el cual se remontaba a los inicios de la década de los setentas. En la época de los hippies, de lo sicodélico, de las largas patillas, las ropas floreadas, los pantalones palazo, la marihuana, la lucha contra la violencia, las guerras inútiles como Vietnam y las represiones estudiantiles en las universidades; era el tiempo de los gurús y los movimientos pacifistas, de Woostock y el Pop Art.
Esa fue la etapa inicial. Jean Paul Apple Guery, el líder del movimiento y del grupo, tuvo una experiencia de contacto telepático y de traslado dimensional mediante viajes astrales, que le permitieron sintonizarse con seres provenientes del Cen—tro de la Galaxia y del Universo, a los que él llama Comando Sumeriano. El grupo tuvo en su inicio algunos avistamientos muy intensos, en los que habría participado Apple Guery y algunos de sus más allegados.
Era la época en que sólo se vivía el momento y con mucha intensidad alcanzó a recalcar Louis, mientras sujetaba el volante y mostraba su pericia en el manejo, mientras íbamos de curva en curva.
¿Apple Guery es el único que recibe mensajes?— Pregunté aprovechando la breve pausa de Louis, al hacer un cambio y aumentar la potencia en la cuesta.
— Generalmente sí, y los demás procesamos la información y la estudiamos.
Hasta hace poco tiempo vivíamos en barcos en el lago interior de Bora Bora; era una verdadera comunidad acuática, una experiencia única. Pero desde hace unos años que logramos comprar entre todos el Motú, que es un terreno en el arrecife de Coral alrededor de la isla. Para ello vendimos la mayoría de los barcos.
— ¿Cuántos son ustedes?
— Somos unos setenta entre el Motú, una comunidad de Papeete, otros que viven en los barcos anclados allí también y algunos pocos como Lucía y yo, que vivimos aparte del resto, guardando nuestra intimidad.
El auto empezó a subir la cuesta más empinada que parecía no terminar jamás, con varias curvas peligrosas hacia el abismo de una montaña envuelta en el verdor tropical.
En una zona alta estaba la casa de Louis y Lucía, uno de los pocos matrimonios en la comunidad; y separados materialmente del grupo, por deseo propio sin que ello haya interrumpido la relación con su movimiento. Desde la casa había una vista impresionante de parte de la isla, el mar y de Morea, la otra isla al frente de Tahití, compuesta por una cresta de mediana altura de montañas erosionadas. El conjunto de estas Islas volcánicas se encuentra rodeado de arrecifes de Coral, que reflejan la riqueza de la vida acuática que abunda en la Zona. La isla considerada como la más hermosa del archipiélago es Bora Bora, pues el atolón que se ha formado a su alrededor ha creado un lago interior de una gran belleza, con arenas blancas de coral, palmeras y aguas transparentes como el cristal, otras aguamari—na, y según la profundidad azules como el cielo.
Lucía me recibió con mucho cariño. Ella es de origen Chino pues sus padres son de Hong Kong, que se establecieron en Tahití. Esta parejita me alojó en su hogar y allí pasé la noche pudiendo darme una refrescante ducha de agua fría.
Mientras cenábamos, Louis y Lucía me explicaron que Apple Guery se hacia llamar "IO" por todos los de su grupo, debido a que como él afamaba al haber ido evolucionando su contacto, la relación de todos con él no podía ser la misma. Así que el nombre distinto dependía del momento diferente. Me contaron también que el grupo tenía en Francia un centro que había sido dejado para que todos pudieran viajar a la polinesia, según las instruc—ciones que IO había recibido. Ese primer centro había sido donado por una señora mayor, que actualmente conformaba el grupo; y lo constituía un castillo con vastas tierras y jardines. Los muchos donativos recibidos de personas pudientes y adineradas, habían servido para constituir la pequeña fortuna que les permi—tía a Apple y al Grupo, realizar las diversas actividades que se proponían, así como agenciarse equipos electrónicos diversos y otros materiales.
Lo avanzado de la hora no permitió que pudiéramos seguir hablando sobre los antecedentes de Galacteus, por lo que me despedí de ellos y me fui a dormir. Al día siguiente el amanecer fue de una luminosidad encantadora, pudiendo observar desde mi ubicación el mar y Morea. Era una mañana fresca que invitaba a caminar y conocer; pero no había tiempo, había que prepararse para marchar hacia el aeropuerto.
Lucía, una joven menuda de sencilla belleza oriental había preparado un colorido y exótico desayuno compuesto de diver—sas frutas servidas sobre caparazones de conchas marinas, y decorado con flores típicas. Daba pena empezar a comer y arruinar aquel delicado arreglo. Ante la invitación para ingerir los alimentos, me permití hacer la bendición de los mismos, extendiendo las bendiciones hacia su hogar, agradeciéndoles su hospitalidad, lo cual les emocionó y se sintieron muy agradeci—dos por mis deseos para ellos.
Ya en el aeropuerto conocí a otros miembros del grupo que iban del grupo comunitario estable de Papeete. Todos aborda—mos el avión turbo hélice hacia Bora—Bora, sobrevolando en breves minutos Morea y luego otras Islas que están en el camino, apreciando el encanto de sus playas blancas rodeadas de vegeta—ción exuberante. Al cabo de sesenta minutos de escuchar la monótona vibración de las hélices, avistamos Bora Bora, el paraíso de los turistas. Gente rica de vacaciones, millonarios aburridos, mafiosos internacionales y empresarios pícaros que buscando el rincón más alejado del globo para ocultar su infidelidad, llegaban a la verdadera Isla de la Fantasía.
Un calculado aterrizaje sobre una pista corta pero adecuada para el tipo de avión, nos ubicó en la puerta opuesta del Atolón frente a la isla, donde se hallaba el Motu; desde allí había que tomar unas lanchas que llevan a los visitantes de Bora al flamante puerto y pueblo, conformado por no más de quince casuchas y una iglesia; en él, se destacaba un empobrecido puesto de venta de artesanías que nadie visitaba, y que no podía competir con los de Tahití.
Cruzamos el lago interior, quedándome maravillado por la belleza natural del lugar.
Una montaña a manera de un castillo medieval corona el centro de la isla, la cuál poseía un curioso parecido a la montaña de la película "Encuentros Cercanos del tercer Tipo".
En el pueblo nos esperaba una comitiva del grupo, que tenía dispuestos automóviles para movilizarnos. Me condecoraron con guirnaldas de flores como recibimiento característico y señal de bienvenida, convirtiéndose nuevamente mi cuello en una suerte de floristería ambulante. Fue en aquel momento en que una de las chicas encargadas del recibimiento me cogió la mano sin soltarme hasta que le expliqué que debía disculparme, pero que yo estaba casado, logrando que de inmediato me soltara y se alejara. Llevados a gran velocidad dejamos atrás los hoteles y moteles exclusivos, llegando vertiginosamente a la cara poste—rior de la isla, en donde estacionados los coches, bajamos a la orilla del lago. Me sorprendió encontrarme en un pequeño embarcadero, un bote de dos motores fuera de borda en forma de un gran cisne con sus alas desplegadas. Inmediatamente me pareció como extraído de una escenografía teatral. Allí nos recibieron unos hombres ataviados con brevísimas tangas. Su contextura era delgada y poco atlética de edad madura y rostro risueño, dándome la impresión por sus largos cabellos desorde—nados que eran artistas bohemios. Se mostraron en extremo amistosos lo cual me permitió entrar rápidamente en confianza. Les ayudé a cargar en el Cisne—bote unos envases de petróleo para los motores del Motu, que proporcionan la energía eléctri—ca. Veía entonces que se habían instalado llevando todos los adelantos a aquel exótico paraje.
Subidos en la embarcación se encendieron los motores y avanzamos hasta la barrera de coral a una velocidad moderada, pudiendo observar en nuestro viaje algunos de los barcos sobre—vivientes de la primera comunidad acuática. Nos íbamos acer—cando al centro de Galacteus y mi primera impresión en el instante en que llegábamos a la orilla de la playa, fue la de una ambientación de película. Palmeras de cocoteros, entre las que sobresalían una docena de domos y cúpulas blancas así como chozas y otras construcciones era el panorama que se me ofrecía. En la blanca arena se agolparon unas treinta personas que aguardaban con una gran curiosidad nuestro arribo. Inmediata—mente desfilaron ante mi vista unos cuantos ambientadores que colocaron en una parte alta, unas sillas plásticas blancas y delante de ellas una mesa ovalada. Me acerqué bajando del bote y en las sillas se sentó un hombre de baja estatura, de unos cincuenta años, con el pelo enrulado desteñido que le daba una coloración ligeramente azul. Su frente era amplia y despejada con tendencia a la calvicie.
Vestía un saco blanco de sport, una camisa de mangas largas azul oscuro abierta casi por completo a la altura del pecho, en el cual colgaban varias cadenas de oro de todo grosor, que soste—nían cantidad de dijes y cristales. Su pantalón era como las lycras que se usan para hacer aeróbic muy ajustado que no podía disimular su abultado vientre. Su rostro oculto detrás de sendos anteojos contra el sol, exageradamente grandes, de color azul me hacían recordar al cantante Elton John; parecía querer ocultar a alguien nervioso, que procuraba disimularlo con falsas sonrisas.
Sus manos plagadas de anillos cogían las manos de una de sus bellas acompañantes que se apretujaban a su derecha e izquierda sin sentarse. Fue impactante aquel primer contacto, porque no sólo yo me hallaba sorprendido, sino que veía que la reacción era mutua, quizás porque esperaba a un hombre mayor.
Se rompió el silencio cuando en inglés Apple Guery me saludó y yo le retribuí el saludo, siguiendo con los formalismos típicos. Me preguntó que tal había estado el viaje, invitándome de inmediato a que me sentara a su lado. Llamó presuroso a Louis para que actuara de traductor; me percaté entonces que nadie se atrevía a coger una silla, sino que más bien permanecían parados alrededor de nosotros como esperando una señal o una orden de "IO".
Rápidamente me hizo unas preguntas sobre el contacto, que procuré contestar de inmediato.
El sol nos caía perpendicularmente en ese momento, y como estábamos al descubierto, IO sudaba copiosamente por el saco que llevaba puesto, lo cual lo motivó a que me propusiera cambiar de sitio, no sin antes aclararme que durante los días que permanecería con ellos, hablaríamos a tres niveles; uno esoté—rico, otro exotérico y luego mesotérico; así que habría momentos en los que yo podría decirle, las cosas más importantes que no se pueden decir al común de las personas. Él a su vez haría lo mismo conmigo, porque según su apreciación, la mayoría no estaba preparada para cosas más profundas. Me desconcertó que se expresara así delante de toda su gente, pero era muy apresurado como para tener una opinión definitiva de ésta aventura que para mí se iniciaba allí.
Nos dirigimos a una construcción como gran choza sin paredes, muy ventilada, con techo de paja y en sombra, donde el ambiente era muy agradable. Había en ese lugar mesas, sillas y una gran cocina porque aquel era el comedor de la comunidad. Unos varones del grupo acomodaron las sillas en círculo y trajeron un sillón de mimbre con un grande y exótico espaldar que me hizo recordar a Julio Iglesias en la portada de un disco.
Del techo se hallaban suspendidos cantidad de objetos, entre ellos algunas navecillas espaciales de juguete como esas que se venden en cajas para armar.
Ante una señal de Apple, la gente se sentó en las sillas del círculo. A mí me habían acomodado en una silla que llevaba mi nombre pegado en un papel, a mi lado se puso Louis.
Teníamos al frente en el sillón a IO, quien se puso cómodo quitándose las gafas y el saco; entonces empezó la reunión, contestando las preguntas que él me había formulado antes sobre el contacto. Estuve alrededor de media hora relatándoles las últimas experiencias vividas y su significado, consiguiendo concentrar la atención de todo el grupo sobre mi narración, el cual celebraba con risas algunos comentarios cómicos que intercalaba. Louis se lució haciendo una traducción simultánea al francés. Con el desarrollo de la charla, el interés de todos se centró sobre mí, lo que a simple vista produjo incomodidad en IO, quien había puesto una pierna encima de uno de los apoyos laterales, sentándose de lado y llevándose la mano a la boca en señal de aburrimiento. Mientras miraba en todas direcciones, IO interrumpió en un tono airado diciendo que todo cuanto decía ya lo conocía pues había leído mi libro "Los Guías Extraterrestres y la Misión Rama". A él lo que le interesaba era saber cosas más profundas e importantes. Quería saber por ejemplo: si los guías habían hablado de él, de su misión y de su grupo.
Le dije que no, pero que ello se debía a que nosotros no habíamos consultado sobre eso, pero podíamos hacerlo si ellos querían, aprovechando el estar allí. En ese momento se puso muy contento, y entonces hizo que colocaran una silla a su lado derecho, muy cerca a él, y me pidió que me sentara allí, lo cual hice parándome y dirigiéndome hacia el nuevo asiento. Sentado ya, Apple Guery me cogió la mano izquierda con sus dos manos y me la empezó a acariciar, produciéndose en mí una gran repulsión, pero que traté de no manifestar esperando ver a dónde llegaba todo eso. Mientras esto ocurría, IO les dijo a todos' que tenían la gran suerte de contar además de él, conmigo; y ello venía dispuesto de las Jerarquías Superiores. Además también dijo con doble intención; que aunque yo fuera joven e inexperto en muchas cosas — lo cual generó risas de complicidad en los presentes—, sería muy interesante todo cuanto se habría de compartir. Fue en ese momento cuando se levantó y sin soltarme la mano, cosa que ya me estaba incomodando y ofendiendo, me llevó a un gran domo. Al entrar en él vi una gran esfera construida como un mecano, en cuyo interior había gran canti—dad de aparatos, como computadoras y sintetizadores de música, juguetes, una piscinita inflable para niños y colgando de los laterales, unas sabanas teñidas con pintura, decoradas con figu—ras de extraterrestres, jóvenes semidesnudas o hadas, estrellas y naves espaciales.
Alrededor de la esfera conocida como el "Atomium" un gran semi—círculo de escritorios donde había más computadoras; pero no todos los puestos las tenían, había algunos que sólo tenían cajas pintadas simulando máquinas. Lo que por todas partes se multiplicaba eran unos robotitos de pilas.
Me solté de la mano de este extraño líder y entró detrás de nosotros todo el grupo, sentándose en los escritorios de espaldas a la esfera donde IO penetró y se acomodó en una silla. El Atomium era un espacio reducido para máximo tres personas. Inmediatamente allí encendió su computador y su órgano elec—trónico; acompañándole, los demás hicieron lo propio, encen—diendo sus ordenadores, y los que no los tenían hacían la mímica. Al ver semejante despliegue teatral no sabía como reaccionar. Fue entonces cuando empezó el concierto de Apple Guery con música de sintetizador sin mayor armonía ni estructuración, por lo que se podía pensar en una improvisación del momento.
Quizás él se sentiría inspirado, aunque no me gustó nada lo que tocó.
Me senté en una colchoneta en el suelo mientras veía el espectáculo de personas mayores actuando delante de mí, jugan—do a la navecita espacial cual si fueran niños, crédulos de estar realizando algún proceso que después me enteraría llaman: de "Transferencia Sintética", con entidades del centro del universo.
IO, salió de su bola, al cabo de dos interminables horas, interesado en saber mi opinión sobre su conexión. Le contesté con una pregunta:
— ¿Qué significan aquellos robotitos de juguete sobre los escritorios?.
— ¿Qué?... Ah,! Los robotitos constituyen las unidades robóti—cas en las que cada uno del grupo se proyecta depositando en él todos sus males y procesos de desequilibrio, limpiándose... ¡Es hora de comer!
Al salir él de la habitación, todos le siguieron; atajando a Louis le pregunté qué seguía a continuación, y él me pidió que fuera con él, y así salimos juntos rumbo al comedor. Me sentaron en una mesa y una joven me atendió poniendo una bandeja de frutas para que consumiese; al frente de mi se puso IO servido por tres chicas, algunas de las cuales no se veían entre ellas con buenos ojos, como si sintieran celos; rivalizaban para ver quien atendía al líder y así conseguir quizás algún favor especial. El se veía que gozaba con esa situación, y que ya se había dado cuenta de que me percataba de cómo funcionaban las cosas allí. Durante el almuerzo siguió haciéndome preguntas, sobre cómo recibía—mos los mensajes, con qué periodicidad, cómo eran nuestras confirmaciones y si los extraterrestres nos respondían todo lo que les preguntábamos.
La hermana de Lucía me cedió gentilmente su domo habita—ción por los días que iba a permanecer en el Motu; por eso después del almuerzo Lucía me pidió que las siguiera a ellas por un caminito marcado por cocoteros pequeños y grandes bloques de coral; cruzamos una zona donde estaban construyendo un escenario para festivales musicales y coreografías que ellos mismos preparaban sobre la base de la música recibida por IO.
Llegamos al cabo de unos minutos al área de los dormitorios, cada micro casa posee una pequeña habitación cuadrada en la parte inferior que es la planta baja, de unos dos por dos metros, sin puerta, cubierta sólo por una cortina decorada. En el interior una hamaca, una mesita y una escalera hacia un segundo piso, más pequeño que el otro en forma de domo donde hay una cama y una pequeña biblioteca. Realmente era muy cómodo y fresco por ser sólo de madera pintada de blanco, para contrarrestar perfectamente el intenso calor imperante. Acomodé mis cosas en el domito y me puse a ordenar mis pensamientos, tratando de entender y no juzgar lo que estaba viendo.
En la tarde salí a caminar, para conocer los alrededores. Enfrente a mi habitación estaba la montaña Bora, el lago interior y el atolón con las instalaciones del Motu; mientras que a mis espaldas estaba el final del arrecife y el comienzo del mar abierto infestado de tiburones.
En la noche se produjo una nueva reunión, esta vez improvi—sada debido a que me encontré a Louis y nos pusimos a conversar; las demás personas se reunieron en torno nuestro, interviniendo y desarrollándose una animada conversación que duró como hora y media, la cual fue interrumpida por la sola presencia de IO, que hizo que todos se callasen. Al parecer había sido informado por una de sus chicas de lo que estaba ocurriendo. Con él allí nadie se atrevía a hacerme preguntas por lo que procuré hacerme el desentendido con la situación y seguí hablan—do, pero ni Louis traducía ya. Apple Guery se sentó y me empezó a inquirir sobre la misión que yo desarrollaba, cómo lo hacía, que le decía a la gente; si teníamos comunidades como las de ellos, o centros donde se pudieran interesar por la forma de trabajo que ellos venían desarrollando. Le expliqué entonces nuestra meto—dología, sobre la base de la meditación y la búsqueda del contacto interno con el real ser, y de la importancia del silencio, a lo que él respondió, que esa fase ya ellos la habían superado, y que ahora todos trabajaban sobre sus recepciones directas.
En ese instante se paró y como alma que va en pena salió caminando en dirección al domo central, siguiéndole todos y quedándome yo sólo en el comedor. Fui detrás de ellos por curiosidad, y vi como todos se sentaron en las colchonetas del suelo mientras IO permanecía parado delante de todos con una pequeña grabadora en la mano. Estaba vestido con una camisa negra de satín de mangas anchas, pecho descubierto y con su malla de lycra; cerró los ojos y luego los abrió empezando a caminar por toda la habitación hablando en voz alta.
"288,432,576,720,864,1008 ... Establecida la conexión para transferencia sintética de las energías. Estamos trabajando sobre las zonas críticas de nuestro mundo..."
Me había sentado al lado de Louis quién me iba traduciendo lo que IO decía, que se extendió por tres horas ininterrumpidas diciendo mas o menos lo mismo una y otra vez, en distintos órdenes, con palabras rebuscadas de una supuesta tecnología superior, que más bien parecía un trabalenguas.
A esto se sumaba el que por espacio de quince minutos cada hora, durante su monólogo, soltaba cantidad de códigos numéricos. Al final de dicho discurso que era seguido por todos con una concentración única y disciplina rígida, me sentí mareado y con gran cansancio mental, por lo que me fui a descansar.
La noche del primer día allí transcurrió tranquila, amanecien—do muy rápido y con una temperatura fresca y agradable. Me dirigí a las duchas comunes que se hallaban detrás de los domos. Estas estaban compuestas por una reja de cañas en forma de cuadrado, con pequeñas separaciones entre sí que llevaban a cualquiera que allí se encontrara a gozar de un show completo; supuse entonces que la misma convivencia había permitido que se superaran muchos prejuicios así como por su formación europea.
Pero como no era mi caso, fiel a mis tradicionales y principios traté de ver que no hubiese nadie para ducharme rápido y en privado, aprovechando lo temprano de la hora. De allí me fui al comedor en donde una de las chicas se me acercó y me mostró en un armario, un gavetero diciéndome en inglés, que ese era el que me correspondía, pues en su interior había alimentos diversos para varios días. Se lo agradecí; con los demás verificaría que no me resultaba tan difícil entenderles o hacerme entender, porque la necesidad misma de relacionarse creaba los mecanismos. Saludé aquella mañana a muchas personas que sonreían y se comportaban muy amables. Después de desayunar todos fueron convocados al domo principal para la concentración dirigida por IO. Yo también me sumé a la reunión, entrando al lugar y sentándome entre todos. Fue en ese momento que IO me llamó nuevamente a su lado en una especie de estrado con guirnaldas de flores y me dijo que si yo quería dar un mensaje de mis extraterrestres, podía hacerlo. A ello conteste:
Bueno,.... el sistema de recepción nuestro no es cuando uno quiere ni en cualquier momento. Requiere de condiciones muy especiales; pero si de mensajes se trata les podría dar el que nosotros hemos recibido ya antes y es el de que la mente del ser humano es capaz de revertir el futuro terrestre y enfrentar a las fuerzas negativas, es cuestión de fortalecer la voluntad a través de la disciplina y de una profunda definición espiritual. Hay que creer en el amor, el método no interesa; y si reflexionáramos sobre el real contacto necesario, comprenderíamos que es el de cada uno consigo mismo, sin alentar dependencias, pues nadie puede evolucionar por nosotros ni darnos la luz. La luz está en cada uno, potenciada, dormida como la flama en los carbones de la fogata. El fuego debe ser avivado y la luz estimulada. Un grupo es un estímulo, que nos alienta a comprometernos cada uno consigo mismo y a vencerse.
Mientras iba hablando y Louis traduciendo, miré fijamente a los ojos a todas las personas allí reunidas, pudiendo ver en ellos una luz o alegría interior que estaba empezando a encenderse.
La charla al parecer defraudó a IO, quien esperaba la tan ansiada consulta sobre él y su grupo, recibiendo a cambio algo que para él sonó a sermón. Se levantó y comenzó a dar vueltas como un león en una jaula, y se puso a hablar con la mirada baja, diciendo lo importante que era el trabajo que ellos hacían allí, pues la ayuda que recibían venía directamente de las Jerarquías Mayores. Después me enteraría de que la disposición interna del domo principal según IO, es la misma que la de una nave espacial del comando sumeriano, y que Galacteus actúa en la tierra como se deben comportar los sumerianos en el cosmos, transfiriendo las energías y los procesos aquí.
Apple aclaró que ellos no se moverían jamás de allí porque habían sido conducidos hasta ese lugar por las Jerarquías Supe—riores o los mismos extraterrestres.
Contrariado y refunfuñando IO se fue del domo y dejó a su grupo abandonado, el cual recién después de unos diez minutos reaccionó, empezando a marcharse. Louis y Lucía se acercaron y me invitaron a bañarnos en el lago, lo cual disfrutamos por la claridad del agua y la poca profundidad. Así nos fuimos nadando hasta dos yates bastante estropeados por el óxido, los cuales estaban anclados como a unos quinientos metros de la playa. Fue un buen entrenamiento de natación, pues en la medida en que avanzábamos las profundidades fluctuaban entre los tres y cuatro metros. El regreso obviamente resultó más duro.,
En la tarde algunos de los miembros de Galacteus se me acercaron para conversar, algunos acompañados de Louis o de Lucía para traducir al español y otros solos o en compañía de una chica americana que traducía al inglés. Los diálogos fueron nuevamente interrumpidos por la presencia de IO que me pidió que lo acompañara con Louis porque iban a ir en el bote hasta la isla para recoger combustible y unos repuestos; así podríamos aprovechar para hablar cosas más profundas. Nos embarcamos enseguida acompañados por dos jóvenes, uno de los cuales tenía apariencia árabe por el color oscuro de su piel. Mientras avan—zamos, impulsados por el motor y las hélices, IO me dijo en voz baja que ese "negro" lo tenía en el grupo porque era sobrino de un jeque árabe y ello resultaba muy conveniente. Un comentario como ese, me sorprendió completamente, por la carga de racis—mo que contenía, y por la falta de respeto a sus propios seguido—res, mostrando en sus palabras— (en un inglés mal pronunciado) una falta total de escrúpulos; pero no dije nada, limitándome a observar.
Estuvimos hablando, respondiéndole sobre cómo estaba orga—nizado Rama en el mundo; cómo se difundía el mensaje; qué conexiones usábamos, etc. Cuando llegamos a la isla, nos esperaba otro hombre con galoneras de combustible y otros elementos. Me incorporé entonces para ayudarlos a cargar el bote, pero IO— (que permanecía sentado) me dijo que no me moviera, que los dejara trabajar pues su nivel era "inferior" al nuestro. Yo verdaderamente no sabía si reírme o qué, pues me sentía desconcertado de que alguien así pudiera mantener coac—cionado a un grupo tan grande de personas y sobre todo de europeos, a quienes uno imagina juiciosos y racionalistas, cuan—do su comportamiento personal era la contradicción total de los valores humanos propios de un guía.
En la noche se generó una nueva reunión improvisada en el comedor que gustó mucho a todos los asistentes, el tema fue la jerarquía oculta negativa del planeta o los que llamamos demo—nios, aclarando que hace unos 25.000 años fueron deportados a la Tierra un grupo de seres procedentes de Orión que se vieron envueltos en una rebelión y disidencia en contra de los planes de la Confederación de Mundos, que había concedido precisamente a esta civilización la gran responsabilidad (junto con los seres de la Constelación de Tauro) (Pléyades), de orientar los pasos del hombre en una fase final previa a la gran transformación que llevaría a la humanidad de este planeta, a cumplir con el destino asignado por el Plan Cósmico. El encargado de esa fase del proyecto, un extraterrestre de Orión llamado Satán o Satanás se hizo eco de una conspiración que venía de altas esferas, ponien—do en peligro el proyecto tierra. Satanás fue virtualmente depor—tado a la tierra con sus seguidores, obligado a cumplir con la labor asignada "por la razón o por la fuerza", pero al llegar a nuestro mundo se extralimitó en su función aportando conoci—miento antes de tiempo, alentando dependencias, ocultando informaciones que habrían sido claves para el hombre y hasta promoviendo el endiosamiento y la adoración, encaminando a la humanidad al abismo de la ignorancia y la superstición.
Propiamente Satanás le declaró la guerra psíquica al hombre, por el mismo temor a que éste desarrollara sus potenciales de Amor, de fe y de creación; porque el "Hombre puede crear lo que cree", que es la primera ley universal; el principio del mentalis—mo. Con el tiempo estos seres fueron perdiendo su corporeidad, quedando atrapados en una cuarta dimensión y desde allí atacan a través de entidades que ellos han creado o han reclutado de entre los seres humanos desencarnados que tuvieron vidas dege—neradas; "Los bajos astrales„.
Cuando nadie lo esperaba, apareció nuevamente Apple Guery que había estado escuchando oculto entre todos, e interrumpió la conversación afirmando que cuanto se estaba diciendo era demasiado importante por lo que debíamos escucharlo todos en él domo principal, así que hizo que todos se levantaran y se encaminaran hacia el local. Reunidos todos alrededor de la esfera de IO, éste me hizo sentar en el altar de guirnaldas mientras él empezó a caminar de derecha a izquierda muy nervioso y con la mirada baja, agitando los brazos y las manos, diciendo: Vuestro amigo nos ha estado compartiendo informaciones de quienes le contactan, muy interesante pero irrelevante para nosotros que mantenemos una comunicación superior con enti—dades que son mayores que los extraterrestres con los que él dice contactarse, y que proceden del universo.
Hizo entonces que uno de su grupo Jean Paul, de unos 45 años muy alto y robusto se acercara hacia mí y se sentara frente a mi, mientras Nadine una estilizada mujer que es bailarina profesional de Ballet estaba a mi lado traduciendo al español con ciertas dificultades. Ante una señal de IO, Jean Paul empezó a pregun—tarme en forma airada y grosera en tono de reproche.
— ¿Por qué los seres de los que hablaba han sido enviados a la tierra?
— Bueno, como decía, inicialmente para ayudamos, pero ellos actuaron equivocadamente— Contesté un poco nervioso por su actitud hacia mí.
— ¿Cómo los seres superiores no pudieron preveer el desatino cometido?
— Porque lo que en un momento puede ser una traba o estorbo en otro puede ser un estímulo que permitiría mayor mérito. Quizás las Jerarquías sabían que dichos seres tratando de impedir el cumplimiento de la misión y el proyecto, paradójicamente con su actitud ayudarían a que se realizara, y es el que el Plan consistía...
— Jean Paul, pregúntale en nombre de las Jerarquías ¿Por qué lo permitieron? Gritó Apple Guery quién se hallaba descontro—lado; interrumpiéndome.
—Por qué han permitido ésta ingerencia en la Tierra? ¿Con qué derecho nos han perjudicado? Dijo gritando violentamente y con rabia Jean Paul.
Las gotas de saliva me habían caído sobre el rostro obligán—dome a cerrar los ojos y voltear el rostro, mientras escuchaba las risas de IO y de algunos de sus seguidores.
Abrí los ojos y sonriendo, miré fijamente a los ojos de mi inquisidor y le contesté calmado y tranquilo:
— Si ustedes están en contacto con supuestas jerarquías supe—riores por qué no se lo preguntan directamente a ellos. Por qué tienen que hacerlo a través de mí.
Se produjo una carcajada general, logrando con mi respuesta, que se borrará la sonrisa de la cara de IO, e hiciera sentir mal a Jean Paul que miró a todos sin saber donde meterse y luego se marchó. Apple Guery queriendo cambiar el tema para evitar un mayor ridículo se abalanzó sobre algunos de su grupo, y dijo:
— Veo que hay unos pocos de ustedes...., que se identifican con esa forma de trabajo y de información ya "superadas„ por Galacteus, así que quisiera saber quienes son.
En ese momento dos jóvenes se levantaron y él les gritó ordenándoles en una forma muy dura y ofensiva que se largaran. Al poco rato sin decir nada más, miró a cada uno del grupo obligándoles a bajar la mirada y tras una sonrisa de satisfacción por haber resaltado su poder y autoridad, se salió.
Después de él todos empezaron a marcharse.
Al salir del domo Lucía y Louis me pidieron que le disculpara, que no sabían lo que le estaba pasando a IO. Yo les dije que no se preocuparan que era un típico ataque de celos, debido a que él se había acostumbrado a que la gente girara en función de él, alentando grandes dependencias impropias de la era de Acuario. Además como que no quería que la información llegase por otro medio que no fuese él, para a su vez darla él con su sello.
Al parecer hacia buen tiempo que se le había acabado su repertorio y estaba buscando alguien a quien extraerle informa—ción.
También su insistencia porque consultara a los guías sobre su labor y su grupo era por demás sospechoso porque mostraba a alguien completamente inseguro.
Caminamos bajo la luz de las estrellas por la orilla del mar y los invité a meditar bajo el hermoso firmamento; fue un bello trabajo que nos relajó a todos. Al concluir, Louis me dijo que hacía mucho tiempo que ellos no meditaban, porque IO les había dicho que eso era pérdida de tiempo para el momento actual, en que todos debían profundizar sus revelaciones.
Louis me volvió a decir que hacía mucho que no sentían esa paz que habían disfrutado en ese momento, porque había vuelto a percibirse a sí mismo.
Me daba cuenta que Apple Guery tenía al grupo permanen—temente ocupado en diversas tareas y trabajos, construyendo, ensayando danzas, confeccionando ropa y tiñendo telas. De ésta manera la gente no tenía mucho tiempo para pensar porque el resto del día él les hablaba durante dos o tres horas o porque los ponía de forma obligatoria a escuchar lo grabado por él en un cassette. Todo ello me parecía un terrible lavado cerebral disfra—zado de conexión extraterrestre o cósmica.
Al día siguiente, tercero de permanecer en Motu me dirigí temprano al comedor para encontrarme con Louis pero no lo hallé; vi entonces a una chica que casi se desmaya, llevándose la mano a la boca del estómago. Le pregunté qué le ocurría, y me dijo en inglés que estaba débil porque no había podido comer bien todos esos días pues no tenía dinero.
Al preguntarle cómo era el sistema que regía en el Motu, me enteré de que cada uno se pagaba su comida la cual era traída de Tahití y que a pesar de que la comunidad fue adquirida por todos, por cada día que se permanecía allí había que pagar algunos dólares... ¡Sólo por estar allí! Y a dónde iba el fondo que esto producía? De eso nadie hablaba pues supuestamente iba en inversiones sobre el lugar, resultaba ser que la mayoría del grupo trabajaba en Tahití y reunía un capital que le permitía estable—cerse por ciertos periodos de tiempo en el Motu, y al acabarse su dinero debían volver a trabajar.
Me angustió la situación de ella por lo que quise compartir mis alimentos; así que fui al gavetero; ante mi sorpresa, éste se hallaba completamente vacío. En ese momento apareció Apple Guery comiendo de un plato muy bien servido y sentándose en una de las mesas, me saludó diciéndome:
— Bon Jour! ¿Algún problema? — Preguntaba con una ofensiva y maliciosa sonrisa de burla.
— No, ningún problema le contesté no queriendo darle el gusto de que me viera preocupado por como habría de alimentarme. Inquirí después a unos muchachitos. ¿Dónde podría comprar algunos alimentos?, Contestándome que había que esperar a que cruzara al otro lado la barca.
Me fijé entonces que el Cisne—bote no estaba en la playa. Pregunté a qué hora volvería la barca pero no supieron darme información. Habría que llegar a la otra orilla distante varios kilómetros del arrecife, luego conseguir una movilidad hasta el pueblo; no sería nada fácil. Les pedí que me mantuvieran informado cuando por si había alguna novedad, pero sin hacerme caso se dieron la vuelta y se marcharon. Me fui a meditar dejando a IO, en el comedor riéndose y comiendo groseramente, mientras era atendido por varias de sus incondicionales preferidas. En ese momento me puse a pensar como aquel bello paraíso podía tornarse de un momento a otro en un infierno. Me hallaba parado frente al lago y la montaña de Bora, estaba reflexionando sobre si debía seguir allí o no, cuando vi pasar a IO y a todo su grupo que le seguía; iban al domo principal.
Al rato vino una de las chicas a llamarme diciendo que IO me estaba esperando, así que fui a enfrentarme a lo que fuera, pensando en que de pronto tendría la suerte de que me pidiera que me marchase por considerarme persona poco grata. Me encontré con todo el grupo sentado, mientras que Apple y Louis estaban parados con un libro grueso en las manos. IO habló entonces diciendo que era necesario que leyese aquella informa—ción para estar a su nivel. No le hice mucho caso, sonreí y salí afuera con Louis a un lugar al pié de la playa donde ya habían colocado de antemano dos sillas. Nos pusimos a ver el libro, que resultó ser la versión francesa del "Libro de Urrantia", libro éste conocido por ser la recopilación de una gran cantidad de psico—grafías recibidas por un grupo de contacto en los Estados Unidos en la década de los años 30. La sociedad Urrantia el mismo grupo organizado años más tarde, sacó los originales que estaban guardados en la bóveda de un banco y los publicaron en la década de los años cincuenta. Sabía que los mensajes habían sido publicados tal como se recibieron sin análisis previo; y por la experiencia propia de Rama bien sabemos que los mensajes siempre pueden contener preconceptos, prejuicios, afloramien—tos del subconsciente, etc. O sea siempre hay margen de error.
Aburrido al cabo de quince minutos por el calor del ambiente, el fastidio de la situación y la densidad del libro, me puse a observar a IO que nuevamente pasó al lado nuestro seguido por todo su equipo. Se situó a cierta distancia en la playa donde la gente se sentó y él fue caminando en el agua hasta el cisne bote que le salió al encuentro traído por dos seguidores. Se subió a la embarcación y desde allí con los brazos extendidos llamó a toda la gente para que corriera hasta donde él se encontraba. Los vi entonces correr a todos, hombres y mujeres peleándose por llegar primero, cayéndose vergonzosamente algunos en su de—sesperación por no quedarse atrás. Todo esto en una infantil demostración frente a mí, del poder que tenía sobre estas personas, llevándolo a humillarlas y manipularlas para saciar su excesiva egolatría y tranquilizar su miedo generado por el fantasma de la competencia de popularidad.
Sentí una lástima inmensa por todos esos hombres y mujeres que desde los años setenta lo habían acompañado, depositando en sus manos su juventud, sus expectativas espirituales y hasta su conciencia. Pero más lástima sentía por él, un hombre con actitudes afeminadas que no se resignaba a aceptar su galopante vejez, y que había traicionado tantas esperanzas. En un momento como el actual, tan difícil para la humanidad este hombre no sólo había perdido lo último del contacto que pudo haber tenido — si es que alguna vez lo tuvo— sino que estaba terminando de perderse arrastrando a mucha gente sensible y buena, que había preferido acallar sus conciencias para no aceptar que había perdido los mejores años de su vida siguiendo un espejismo en ese hombre.
Entre las cosas que me causaron una honda pena e indigna—ción, fue conocer que Apple Guery al igual que algunos líderes de grupos diversos, tanto de contacto como religiosos, disponen quienes de su gente se pueden casar y con quien, o hasta les prohíbe el amor profundo por considerarlo una "eyaculación del espíritu". Mientras esto ocurre y se da el patrocinio de la promiscuidad sexual, él naturalmente se permitía tener su harén particular no sólo conformado por bellas mujeres, algunas ya no tan jóvenes, sino también por algunos agraciados jovencitos.
De pronto IO dejó una vez mas a su gente y se dirigió hacia nosotros dos. Cuando llegó ante nosotros no dijo nada, simple—mente riendo se interpuso entre nuestras dos sillas separándonos pues estaban juntas las sillas y trazó un círculo alrededor de mí mostrando una impresionante sortija de oro con el rostro clásico del demonio y se marchó lanzando una sonora carcajada, que casi me hace aplaudirle por la actuación.
Obviamente me había querido intimidar usando métodos conocidos de la magia, que influyen sugestionándolo a uno si uno le da cabida a ello; también estaba tratando de romper todo posible nexo o lazo de amistad con Louis, para así terminar de aislarme de todos.
Mi compañero me preguntó de inmediato si me había dado cuenta de lo sucedido. El estaba asustado, por lo que le contesté que sí sabía lo que había pretendido, y que no me asustaba pues confiaba en Dios por encima de todo, y que los guías nos habían enseñado que a lo único que hay que temer es a nuestro propio miedo, porque el temor materializa el daño. El poder está en la mente de cada uno, y hay que utilizarlo para construir y no para destruir.
Si alguien nos desea mal, las posibilidades de que ese mal se materialice están en relación directa con la falta de voluntad y carácter que la persona tenga, lo que la hace sugestionable y capaz de usar su fuerza mental para autodestruirse.
Me despedí de Louis y me marché, aprovechando para darme un reconfortante baño de mar. Permanecí el resto del día cami—nando por la playa del lago interior; traté de nadar hacia los barcos luego, después de tomar aire y fuerzas, intenté seguir para ver si podía llegar nadando hasta la isla. Pero estaba tan lejos que las fuerzas no me alcanzaron y regresé exhausto. Ya en la playa del Motu vi a unas chicas desnudas tomando el sol, cosa que ya no me impresionaba pues era de esperarse en ese paraíso prisión que la libertad imperase; y ese ambiente ya me estaba resultando desesperante. Pensé de pronto tomar el cisne bote prestado sin avisar, para fugarme en él, pero tenía que planearlo bien por si acaso no aceptaran mi voluntad de marcharme, porque aún no conocía mi real condición en la comunidad.
La noche transcurrió tranquila mientras meditaba, y final—mente me acosté con el estómago vacío, escuchando los ruidos de la "música" de Apple Guery. Durante el sueño aproveché para proyectarme donde los guías pues necesitaba saber si mi presen—cia allí podría tener algún significado o si la experiencia podría ser beneficiosa para alguien; para mí ya estaba siendo un aprendizaje fuerte. La revelación de los Hermanos Mayores llegó haciéndome sentir que debía tener confianza y paciencia, pues mi presencia serviría como detonante de muchas situacio—nes positivas para esa gente. Quise creerles y así el resto de la noche mi astral viajó por diversos lugares siendo reconfortado.
Amaneció el cuarto día y ya no me acerqué por la cocina. Caminé por la playa y las cabañas saludando a la gente del grupo, pero me llevé la ingrata sorpresa de que nadie me devolvía el saludo y hasta hacían un rodeo, evitándome.
Comprendí entonces que estaban radicalizando las medidas de presión contra mí, por lo que me di anchas y aproveché la mañana para escribir mi diario con toda esa aventura. Hasta consulté en psicografía con los guías; ellos me ratificaron que mi presencia iba a traer un cuestionamiento útil en el proceso de todo el grupo. Pero para mí, era como haber sido lanzado al circo romano sin saber hasta dónde llegaría la situación y hasta dudando de si estaba preparado para una prueba como ésa.
Durante el día estuve paseando sólo por las playas, viendo si podía conseguir alguna ayuda para salir de allí, pues Louis y Lucía se habían desaparecido. Ya en la tarde, caminando por entre las cabañas se me acercó la chica americana quien me dijo con cierto temor a que la vieran, que todo lo que yo había dicho y hasta mi presencia, había sido muy buena para todos, porque los estaba haciendo reaccionar y cuestionarse. Mientras conversá—bamos, una de las preferidas de IO nos observó y se marchó a gran velocidad, seguro a acusarnos por la trasgresión y con ello quizás ganarse los favores del "Macho de la manada".
Resuelto a que me botaran de una vez de la isla, me fui al comedor y en una esquina empecé a hablar en voz alta para quien me quisiera escuchar. Cité los diversos programas y proyectos extraterrestres, y entre ellos hablé del que se había operado con el pueblo sumerio hace unos 6.000 años.
Al rato llegó Apple Guery dispuesto a la lucha al vean rodeado de mucha de su gente que iba interesándose en el tema pero al oírlo que estaba hablando se detuvo y empezó a escuchar no pudiendo ocultar su interés, sobre todo en lo relativo a la época sumeria. Me felicitó delante de todos, cosa que dejó extrañados a la mayoría. Me pidió que no siguiera allí sino que lo acompañara al domo, lo que me hizo asociarlo con todas las veces anteriores y me producía rechazo; al final lo seguí, pero seguro de mí mismo, pensando que aquella noche o me botaba o la cosa cambiaba para bien. Entramos con IO y Nadine en el interior del Atomium, nos sentamos dentro de la piscinita plástica, mientras preparaba IO las grabadoras de mano para captarme todo lo que dijera. La historia fue la siguiente:
"Las civilizaciones extraterrestres operativas en nuestro mundo, vienen de diversos puntos del universo local que componen nuestra galaxia La Vía Láctea y otras siete galaxias que giran en tomo a una galaxia principal que es Andrómeda.
El trabajo que se realiza en mundos como el nuestro es supervisado por seres de elevadas dimensiones, de un universo paralelo al material. Precisamente dentro del gran proceso de sembrado de vida aquí, y de búsqueda de la activación de la conciencia humana, un grupo de seres humanos fue transplanta—do desde. El Cáucaso y los montes Zagros, para ser colocado en Mesopotamia, fundándose con ello la civilización sumeria. Fue un implante, desarrollado por 144 seres superiores, instructores, llamados por la gente los Dioses Maestros que enseñaron a los hombres a organizarse mejor y desarrollar la cultura; fundaron pequeñas ciudades estados a manera de pequeños procesos comunitarios. Fueron también iniciando personas como guías del pueblo en tanto lo político como en lo espiritual llamándoles "Patesis". Pero el programa falló por la dependencia creada con los orientadores, que al marcharse dejaron a los sumerios a merced de pueblos bárbaros más agresivos, que los fueron acechando. El acelerado proceso cultural sumerio los hizo débiles siendo finalmente conquistados y absorbidos por sus agresores. Sumeria es en cierta medida un fracaso más de los programas de contacto y de las misiones en la Tierra"
Vi que IO estaba fascinado con la información que les estaba dando, y no podía ocultar, una gran sonrisa, mientras los de su grupo le ayudaban con otras grabadoras a captar todo lo que se venía diciendo. Me sentía cansado por lo avanzado de la noche y porque seguía en mi ayuno forzado, me disculpé y todos me despidieron agradecidos por lo transmitido.
A la mañana siguiente me fui a duchar; era el quinto día en el Motu, como no era tan temprano me encontré con la gente que ahora sí me saludaba con amplias sonrisas, y hasta me vinieron a buscar dos chicas en breves y transparentes túnicas para llevarme al comedor donde tenía servido el desayuno, lo cual sí me sorprendió. Allí fui atendido por ellas mismas. Al poco rato se sentaban a mi lado Louis y Lucía quienes también sonreían.
No podía creer que estuviera viviendo esa situación, y enton—ces más que nunca sentí deseos de marcharme. Surgió entonces una nueva conversación sobre los tiempos finales y lo que ello supondría para la humanidad; cuando fuimos interrumpidos por otra de las conocidas fanáticas de IO que no me veía con buenos ojos, llamando a todos a la concentración matutina. Me pareció curioso regresar al domo, y que IO vestido siempre en una forma extravagante con malla aeróbica rosada brillante y camisa blan—ca de mangas anchas, me acogiera con una sonrisa de aceptación.
Todos quedaron sentados alrededor nuestro pues fui invitado nuevamente al centro pidiéndome Apple Guery que dirigiera un mensaje a todo el grupo en el que los extraterrestres a través de mi, reconocieran que él era un príncipe sumeriano de los que vinieron hace miles de años al planeta. Como yo no sabía de dónde él había sacado tal idea, pues por leyes cósmicas sabemos que los seres superiores difícilmente encarnan aquí por diferen—cia vibratoria, a menos que hubiese un súper—plan preconcebido y los méritos del ser lo testimoniaran, y que obviamente no era el caso. Pues nunca hemos sido mejores de lo que ahora parece—mos; ya que somos el producto de nuestras vidas anteriores; IO no podía pretender considerarse así mismo un ser cósmico, puesto que aparte de ser ególatra y envidioso era alguien tan temperamental, que estallaba en gritos histéricos insultando a la gente, por quienes él no tenía el mínimo respeto, pues los utilizaba y vejaba a diestra y siniestra, sintiendo el placer de su dominio y del sometimiento de todos.
Apple Guery se sintió frustrado cuando el tema de mi con—versación aquella mañana fue el contacto individual de cada uno consigo mismo y de la importancia de avanzar a través del camino del amor en el servicio, como nos lo enseñan los hermanos mayores; y sobre todo cada uno por sus propios pies, sin buscar atajos. Narré el proceso con errores que nosotros habíamos tenido, los excesos de protagonismo y manifestacio—nes diversas del egoísmo.
Todo ello desconcertó a IO quien al ver el interés con el que la gente seguía mis afirmaciones se puso furioso, tratando de controlarse detrás de una sonrisa sarcástica e irónica expreso una vez más que la forma de Galacteus era diferente a la de Rama, y que el agradecía los aportes pero que a ellos no les servían, porque ellos trabajaban con energías muy superiores en transfe—rencias sintéticas, y que sus cuerpos estaban siendo preparados para marchar fuera de la tierra hacia mundos transcendidos.
Apple Guery entró a su atomium y se puso un casco de minero de aquellos que se usan para seguridad industrial de un color azul, con un signo en la parte delantera y se puso a tocar su música para dar rienda suelta a su frustración, y luego de dos horas de sonidos inarmónicos, salió con el casco puesto dicién—doles a todos que le siguieran. Muchos del grupo cogieron cascos similares, pero no todos; lo cual según me explico Louis, se debía al grado de compenetración en el grupo.
La fila india que se formó detrás de IO era bastante larga, compuesta por hombres y mujeres como extraídos de una compañía de teatro o danza moderna. Un grupo de chicas lucía sutiles vestiditos blancos compuestos por una brevísima mini—falda traslúcida que sólo mostraba pequeñas trusas interiores, que las diferenciaba de las demás por ser las escogidas del líder todopoderoso, como su propiedad personal.
Después de recorrer el Motú, llegamos a un gran círculo compuesto de restos de corales en un descampado libre de vegetación, muy cerca de unas plantaciones de vainilla que tienen ellos; IO fue quien dirigió a la gente, indicándole por dónde debía entrar al circulo, sin explicar a nadie la razón o motivo de tanto cuidado o del significado de ello; siempre mantenía la sonrisa burlona al ver que todos hacían lo que él les decía sin discutir. Hizo luego que todos se sentaran en el orden en que los había colocado, quedando yo solo, fuera del círculo. Entonces dijo:
— ¡Tú puedes entrar por dónde quieras!
Ingresé al círculo y me senté en el suelo, pero IO me llamó para que me colocara en el centro donde había una tabla grande de madera. Empezó a dirigir entonces una pequeña gimnasia en el suelo y una activación de chacras que me pareció muy interesante. Luego lanzó un discurso a manera de improvisada recepción de mensaje, dando muchas palabras técnicas y poco contenido. Al término de esto llamó a Batu, uno de sus seguido—res más leales para que se acercara; a mí me hizo parar, y le ordenó a aquel seguidor suyo de unos treinta y cinco años de edad que se pusiera en cuatro patas en el suelo y pasara por debajo de mis piernas.... ¡Yo no lo podía creer! Y fue allí que Apple Guery me dijo:
¡Todos estos estan por debajo de tí y de mí, porque nosotros pertenecemos a esferas superiores!
Luego me dijo que si yo quería dirigir alguna práctica. Ante tan insólita propuesta, no sabía qué hacer, por lo que accedí pensando en que de pronto podría ser útil para todos el intercam—bio, así que comencé un ejercicio de recepción de energías, pidiendo que todos cerraran los ojos y colocaran las manos a la altura de los hombros, brazos flexionados y palmas hacia arriba. En ese instante IO interrumpió diciendo:
— ¡El que quiera quedarse a hacer la práctica que se quede!— Y él se marchó, llevándose con él a todos menos a Louis, Lucía y a su hermana.
Sin amilanarme continué la práctica hasta el final. Ellos comprendían que el haberse quedado significaba una definición para con el grupo, algo que quizás ellos mismos habían estado esperando y que halló su detonante.
Me invitaron a bañarme en el mar, y hacia allí nos fuimos. Con el día soleado y caluroso las olas nos acariciaban sobre los corales, que se multiplicaban con gran colorido y variedad entre las piedras.
En la noche nos reunimos nuevamente en el comedor, y mientras estaba hablando con Louis y algunos otros nos escu—chaban con suma atención, apareció IO con sus chicas, y me dijo de frente (como cuando un vaquero entra a matar o a retar en una cantina del viejo Oeste), que él se sentía defraudado por cuanto la información que yo le había suministrado no era lo suficien—temente importante que él hubiera esperado de mí— Y yo le contesté quede él no había recibido tampoco nada que justificara un intercambio de informaciones y aportes que beneficiaran a ambos grupos, porque el otro día hasta él mismo me había facilitado un libro que pertenecía a otra organización (Fundación Urrantia), y que yo ya conocía, pero en quien no creía del todo. Había pensado que el tendría algún libro o publicación, algo trascendente que justificara su supuesta conexión pero me daba cuenta por lo escuchado, que su conocimiento era muy pobre y poco original. En ese momento vi que se angustió e insistió mirando a todos que no era así que él tenía material publicado, y que él tampoco creía totalmente el libro de Urrantia.
Le dije que yo ya estaba cansado de sus tontos celos y envidia, que no era mi culpa que la atención del grupo se centrara sobre mí. Yo no quería quedarme con su gente, y que no había llegado allí para hacer proselitismo; además ellos me habían invitado, y que en el momento que quisiera me marcharía.
Me dijo que no podía marcharme mientras no se produjera un verdadero intercambio cosa que yo veía muy remota, porque no tenían ganas de seguir participando de ese absurdo. Y para mayor confusión, al hacer luego una comunicación psicográfica en mi casita, los guías me dijeron que tenía prevista la entrega de los cristales de cesio a toda aquella gente. ¡Qué locura!
El sexto día amaneció como todos los anteriores con aquel sol intenso que despierta a los miles de mosquitos criminales que sobre pueblan el lugar, llamándoles a banquetear con sus vícti—mas humanas. Al llegar al comedor vi que había cierto revuelo, pues aquel día vendría por la tarde un grupo de empresarios y turistas interesados en los espectáculos de baile y música de Galacteus, organizados en los tabladillos cerca de la playa.
El grupo estaba tratando de generar recursos habilitando como hoteles flotantes los dos barcos que quedaban en la laguna, y como centro de espectáculos parte de la comunidad para que la comunidad fuera auto—suficiente porque hasta allí se estaban comiendo las reservas de los donativos.
Me pidieron algunas personas, entre ellas la dulce Nadine y la querida Claudine, dos magníficas artistas y de gran calidad humana que por favor cooperara con ellos, pues cuando viniera el grupo de visitantes, se procuraría dar la imagen de un centro internacional para el encuentro de contactados famosos en el mundo, por lo que hablarían de mi persona. Les dije que no me importaba que usaran mi nombre en esa ocasión, y que les agradecía sus atenciones hasta ese momento.
Por la tarde llegó la comitiva, habiéndose montado un gran show para recibirlos, con bailes y música, que incluían cañones de luz, vestuario diseñado por ellos mismos. Fue realmente impre—sionante el montaje y la ambientación, porque detrás del esce—nario la luna iluminaba el lago, los barcos y la montaña de Bora.
A mí me presentaron como elemento decorativo y curioso en el lugar, pasando la comitiva por el Motú como quien va a los "Gift Shop o Centros de Souvenirs”, sin que se les viera un sincero deseo de promocionar el lugar turísticamente.
Al término del Show y de la partida de la comitiva, les sugerí discretamente a algunas personas del grupo, que me habían manifestado en secreto su deseo de meditar en las playas, el realizáramos de todas maneras la práctica aquella noche. De esto se enteró IO, quién fue avisado por sus eficientes informantes; por lo que él mismo vino llamando a todos a reunirse frente a mí y dijo sarcásticamente en voz alta:
— Nuestro amigo de los extraterrestres (risas), nos invita a una meditación suya. Vamos a ver que pasa.... ¡Sixto, te seguimos! En ese momento no sabía si seguirle el juego o qué hacer, hasta que al final decidí llevarlos al lugar donde venía meditan—do. Fuimos allí en fila india, todos siguiéndome.
Ya en el lugar, los hice sentarse y meditar en el ¿Quién soy yo?, durante una hora en estricto silencio, cosa a la cual, ellos estaban desacostumbrados, pués en el trabajo que hacían, todo era ruido y el martilleo constante de las palabras de los supuestos mensajes transmitidos por IO. Al final de la práctica les dije que si querían podíamos darnos un abrazo deseándonos mutuamente la paz. No tuve mucho eco al respecto pues todos se miraban y luego buscaban con los ojos al líder. Fui directamente entonces donde IO y lo abracé sorprendiéndolo, y le dije:
— ¡Somos hermanos en la luz!
— ¡No!... Sólo amigos — Fue la respuesta lacónica que me cayó como un baldado de agua fría.
Seguí abrazando al resto, festejándolo todos con risas y comentarios. Esto fue interrumpido una vez más por IO que les avisó a todos que había reunión en el domo. Así todos se dirigieron allí, acompañándole en una cola interminable.
Reunido todo el grupo en el local principal, Apple Guery se comportó grosero y ofensivo contra mí, amenazando a todos, diciéndoles que quién simpatizará con mis prácticas y enseñan—zas debía largarse inmediatamente.
Le dije que había recibido un mensaje en el que los guías decían que los iban a apoyar entregándoles los cristales de Cesio, que dentro de Rama es una iniciación poderosa y muy especial, siendo acompañada de estimulación de percepciones y de la conciencia.
IO más furioso todavía, gritó que ellos no necesitaban crista—les e iniciaciones que provinieran de seres inferiores a sus orientadores.
Esa fue para mí la gota que rebasó el vaso, por lo que me levanté y dije:
¡Es suficiente! Ya escuché suficiente y me voy!
Se produjo a continuación un silencio total pues salí molesto, y después vendría a saber que el silencio se mantuvo largo rato debiéndose, a que jamás nadie se le había enfrentado a IO; y el salir cuando él estaba hablando era una verdadera postura de enfrentamiento.
Aburrido y molesto, pensando en armar mi maleta muy temprano para marcharme a como diera lugar, me acosté, y al cabo de una hora escuché unos cuchicheos en la puerta de la cabaña; era todo el grupo que se llegó hasta el dormitorio, pidiendo hablar conmigo. ¿Por qué te marchaste de la reunión? Preguntó Alex, un hombre rubio muy fornido en nombre de todos los que lo acompañaban.
— Porque estoy aburrido de lo "patán" que es Apple Guery, de sus celos tontos y egolatría.
A ustedes les gusta que los pisotee, ofenda y maltrate. Quizás sean masoquistas; porque no concibo que, gente joven europea, forjados supuestamente en una mentalidad crítica y racional se hayan dejado envolver por alguien que como un niño malcriado está jugando con sus conciencias, aprovechándose de su inge—nuidad y ceguera.
— Si crees que te ha ofendido ve y habla con él replicó él mismo que venía siendo el vocero teledirigido del grupo.
— Ya nada tengo que hablar. Mañana temprano, a primera hora me marcharé y los dejaré solos, para que vuestro líder pueda dormir tranquilo como yo pienso hacerlo esta noche. ¡Buenas noches!
— ¡Pero no te puedes ir! Aún no han llegado a sintetizar y compartir la información entre ustedes dos.
— Todo cuanto quería compartir ha sido rechazado, así que como estoy de más, me voy y gracias por su hospitalidad. Hasta mañana.
Me fui a acostar en ese momento y poco a poco toda la gente se fue murmurando.
El séptimo día, soleado para variar, me planteaba el reto de ver cómo haría para irme del Motú. Había pensado todas las posibilidades, desde pedirles por favor las facilidades, hasta exigir que me hicieran cruzar al lado opuesto o tomar por asalto en una fuga digna de las películas el cisne—bote.
Me fui a duchar al baño público, dándome vuelta mientras unas chicas terminaban de bañarse, apurándome en regresar al dormitorio para acabar de armar mi maleta. Conseguí alistarla rápido y me iba a dirigir a la playa, pero pensé que debía limpiar el dormitorio que se había llenado de arena, agradeciendo la gentileza de la hermana de Lucía llamada Maggie. Y cuando salí a la puerta a botar la arena acumulada me encontré con una joven del grupo, que muy seria me preguntó por qué me iba. Le contesté en líneas generales lo mismo de la noche anterior y le agradecí su interés.
A los cinco minutos que ella se marchó, apareció Apple Guery sonriendo:—
— ¡Buenos días Sixto!
— ¡Buenos días y adiós!... Contesté tajante y sin mirarlo. ¿Por qué estas empacando?
— Porque me voy, y agradezco mucho tus atenciones, eres muy hospitalario. Pero me marcho para que se curen tus celos.
— El grupo no quiere que te vayas aún, no hemos terminado de intercambiar información. Sabrás que me he comunicado con el guía Xendor, y él me ha transmitido que tú como representante de la raza roja, debes seguir con el plan y preparar la experiencia.
¡Ah sí... Por mi parte ya he terminado y aquí lo que he aprendido es que éste grupo representa la antitesis de lo que debería ser un real grupo de contacto y de avance espiritual.
Aquí se endiosa al líder en una forma escandalosa, y la gente se somete a él de una manera dependiente para recibir revela—ciones, en vez de aprender a vivir como seres humanos y cada uno tener sus propias experiencias. Pero yo no les voy a cambiar su forma de pensar, sigan en su engaño y aislados del resto del mundo, hasta que el grupo se diluya y ya nadie soporte la farsa. Lo que no cambia para bien no permanece.
— ¿Pero y los cristales que tus guías dijeron que iban a compartir con nosotros?
— Si tú mismo dijiste que no los querías porque ustedes, no los necesitaban. ¿Acaso no lo recuerdas?. Así que nadie los obligará a que los reciban, ni ellos los desperdiciarán con ustedes.
— Pero no puedes irte sin cumplir tu misión!.... — Trató de presionarme IO.
— Mi misión es despertar conciencia en aquellos en quien o en quienes hay un sincero deseo de cambio y proceso de madura—ción interna, ustedes se han quedado en los setenta no han evolucionado desde aquellas concepciones e ideas. Sus cuerpos han envejecido pero sus mentes se han quedado en la adolescen—cia, resistiéndose a madurar y encarar la vida de otra manera; todo lo que realizan, sus diseños, su música aislados del mundo, lo mantienen así para no tener que comparar su mediocridad. Se resisten a envejecer y a enfrentar la vida de una forma responsa—ble, alejándose así del Plan cósmico, no siendo útiles ni a ustedes mismos. Si llega algún día a producirse una evacuación plantea—ría, puedes estar seguro que los hermanos mayores no pasarán por aquí.
Así que para bien de ustedes, y por mi propia dignidad de ser humano, ¡Me voy!
Llegué a la playa y dejé allí mi maleta. Busqué en el comedor a Louis y Lucía para despedirme pero no los veía por ningún lado. Cuando ya me disponía a quitarme los tenis y las medias para traer el bote hasta la orilla, apareció Louis quien me dijo: ¿Por qué te vas?
— ¡Te parece poco todo lo que hemos vivido en estos días!. Si ni siquiera sé como he podido soportar hasta ahora. Pero esto se acabó, me voy y no te preocupes pues me marcharé solo. No te obligaré a que me acompañes pues ya te enfrentaste suficiente—mente al grupo por mí.
— ¡Sixto, no te vayas por favor! Tú presencia es necesaria para todos.
Cuando dijo eso vi que también se habían acercado. Nadine y Claudine, aquellas chicas espigadas que me miraban con dulzura, haciéndome sentir hasta culpable por mi decisión. ¡Louis! Piénsalo bien, mi presencia está siendo un elemento disociador en tu grupo, puede llevarlo a quebrarse. Sólo si tú me lo pides me quedaría aquí. Pero lo hada sólo por tí, pero por favor no me lo pidas.
— ¡Sixto por favor quédate! Volvió a repetir Louis, sintiéndo—me comprometido con ello.
— Esta bien me quedare hasta mañana... Sentí temor de que me hubiesen manipulado a distancia por la vía del sentimiento; así que pedí mentalmente que los guías me protegieran.
— ¡Sixto eres un gran amigo! — Louis me abrazó y empezó a llorar como un niño. Inmediatamente se acercaron las dos chicas y me abrazaron también, agradeciendo mi decisión. Una suave brisa agitaba los cocoteros y las plantas del atolón. El cielo se estaba cargando de nubes y el calor húmedo iba aumentando con el transcurso de las horas.
Apareció al cabo de unos minutos Jean Paul, queriéndose disculpar por la actuación del otro día, diciéndome que a él le ordenaron actuar así, y que lamentaba mucho haberme ofendi—do. Le dije entonces que no se preocupara, que no me había afectado porque sabía que su comportamiento había sido teledi—rigido. Qué era él quién debía preocuparse.
Me llevaron al área de las cabañas donde Alex, Batu y otros miembros del grupo se hicieron presentes al rato. Traían folletos atribuidos a IO para dármelos a conocer e instruirme en la ciencia revelada a través de él. Estuve largo rato con ellos, hasta que me dieron un descanso, devolviendo mi maleta al domito.
IO estaba muy contento porque no me marchaba, y en un gesto de buena voluntad autorizó para que le explicara a una parte seleccionada de su grupo, unas quince personas de su confianza, los sistemas y prácticas que el grupo Rama realiza, asegurándose así que no los desviaría ni alejaría de su control.
IO me consultó si se pudiese dar de todas maneras la recepción de cristales, lo cual produjo en mí una sonrisa y un movimiento de cabeza; pensaba para mis adentros ¿Quién entiende a éste señor?
Al final terminé diciéndole que podría ser, siempre y cuando hubiese una preparación previa y ella no tenía que darla yo, sino como líder podría darla él mismo. Eso lo puso muy contento, pero me pidió pautas, para lo cual le recomendé un ayuno de un día, meditación y algunas concentraciones. Al cabo de un rato vi que llevó al grupo a meditar a la playa no durando más allá de quince minutos en su intento, después de lo cual se bañaron y jugaron en la playa como si fueran niños, hundiendo y persi—guiendo a quién él indicaba. Me acerqué a la orilla a mirarlos porque me preocupaba la inconsciencia en materia de tomar en serio un trabajo de preparación. Fue allí que algunas chicas que estaban observando, en minúsculos trajes de baño, me dijeron que tuviera cuidado, porque IO y todos orientaron su mirada hacia mí. Entonces se me fueron acercando, riéndose, dispuestos a hacerme una maldad para hacerse los graciosos. No me moví ni un centímetro y me puse a observarlos fijamente a los ojos, lo cual causó que bajasen la mirada y saliesen del agua como niños castigados. Pasaban a ambos lados en silencio, para irse a cambiar; asombrándose las chicas del desarme general produci—do.
En la tarde Nadine y Claudine junto con un pequeño grupo, me invitaron a ir en el cisne—bote hasta un lugar donde ellos pescan perlas negras y en donde hay fuertes corrientes, pues es el final del atolón, y la unión del lago interior con el mar. Allí con máscaras de buceo nos sumergimos, observando la diversidad de corales, peces y hasta la presencia de ostras inmensas, en un paisaje submarino alucinante. Al cabo de un rato de disfrutarlo intensamente, recordé que estábamos en el lado del mar, por lo que era la zona expuesta a los tiburones, así que no me sentí completamente seguro y quise salir a la superficie debiendo luchar contra la corriente que allí es fuertísimo. Al levantar la vista fuera del agua, vi a la distancia el cisne—bote y en él a todos mis acompañantes ya subidos, listos a marchar por lo que con gran esfuerzo traté de nadar hacia ellos. Llegué exhausto.
Partimos del lugar cuando ya las sombras de la tarde se abatían sobre la montaña de Bora. El agua tenía una coloración dorada por el atardecer y todo adquiría una brillantez mágica; aprecié la maravillosa mano del creador en el tesoro de la naturaleza y me sentí conmovido. Durante el camino de regreso me preguntaban diversas cosas, sobre todo las chicas, sobre el sexo entre los extraterrestres, porque ellos practicaban la trans—mutación sexual en la comunidad, esto es: una adaptación del Tantra Yoga de la India. La idea era no tener niños y poder canalizar toda esa energía a las transferencias. Les expliqué la relación exclusiva de pareja que se vive en Morlen y cómo los hijos lo son de toda la comunidad; y que son precisamente los niños donde se sintetizan los progresos y los procesos que un grupo humano está alcanzando. Sin niños ellos estaban conde—nados a desaparecer como movimiento y como mensaje. Des—pués de ésta conversación las vi silenciosas y abstraídas, sobre todo aquellas que ya habían pasado los mejores años de su vida, sin el consuelo de una pareja, de unos hijos, un hogar o un amor sincero, simplemente detrás de una ilusión. Porque la prepara—ción no consiste en aislarse sino en enfrentar la vida, viviéndola intensamente pero con una actitud diferente, la del crecimiento interior, siendo mas, para dar más; y es que la familia es el laboratorio experimental del amor, de allí lo podemos extender la otros, quizás a un grupo de afinidad pero lo que no podemos hacer es saltar u obviar etapas. Además aunque vayamos al fin del mundo, al paraíso, o al infierno, no podremos detener el inexorable paso del tiempo que al igual que fuego, consume y purifica. Había llegado el momento para que esa comunidad se enfrentara al tiempo y a la vida.
Ya en el Motú, me duché y fui al comedor a reunirlos a todos porque se acercaba la hora de la supuesta recepción. Todo el grupo se fue congregando, sintiéndose una gran expectación.
IO llamó a la gente para que nos dirigiéramos al gran círculo de coral, ingresando todos en el orden que dispuso el líder; cuando todos estaban dispuestos Batu le informó a IO de un avistamiento lejano sobre el lugar.
Quedé en el centro del círculo y se me dio la oportunidad de dirigir la recepción empezando a darse la materialización de los cristales en algunos de los asistentes. Las palmas relucían con un color azul brillante, observando que Apple Guery también los estaba recibiendo. Tenía como unos copos de nieve o helado sobre ambas manos que eran la misma energía concentrada, transformándosele al rato en una especie de escarcha que brillaba, hasta que al final alcanzó a tener la forma sutil de pirámides en las palmas.
Fue en ese momento que crucé sus manos en el pecho, pensando que el propósito de esta entrega por parte de los guías, era el que ésta persona y todo su grupo reaccionaran y alteraran el proceso que ellos mismos habían desencadenado, dándoles una oportunidad.
Le pedí entonces que como era su grupo, él mismo se los integrara a todos pero se limitó a observar a los demás y no ayudó por eso, tuve que pedirles a todos los que sintiesen el calor y el peso en sus palmas, que cruzaran las manos sobre su pecho. Pocos lo hicieron; ello motivó a Apple Guery a terminar la recepción diciendo:
— Nuestro amigo ha compartido algo con nosotros, ahora nosotros compartiremos algo con él.
Inmediatamente, ordenó que todas aquellas chicas de vestidi—tos blancos transparentes, que sumarían unas quince, se acerca—ran a mí y me rodearan haciendo un círculo y que estiraran sus brazos hacia adelante, con los puños cerrados inclinándolos en dirección hacia mis genitales. Esto como es natural me sorpren—dió y me puso nervioso por lo que pudiera suceder.
Al cabo de unos cinco minutos que me parecieron eternos por la tensión y la extrañeza. IO se fue y con él todo su grupo, quedando tan solo Louis y Lucía conmigo. Pude respirar enton—ces y con ellos me dirigí hacia el domito, sin pedirles explicación del significado de ese último ritual, pensando que podría ser una de tantas excentricidades de IO. Llegamos a la cabañita y nos quedamos conversando.
Louis me dijo que no había visto ni sentido sus cristales, por que él pensaba que no le había tocado en esa oportunidad, cosa que le confirmé, pues en él no se los había percibido. Y que aquella recepción era una emergencia para ayudar a personas que sí lo necesitaban, pues de ellas dependen otras. Ojalá dije les sean útiles y les ayuden en algo; los guías sabrán lo que hacen. Al rato vinieron otras personas del grupo, entre ellas Batí, un excelente dibujante y otros más, que dijeron haber sentido algo muy intenso y fuerte en sus pechos y manos. Lo curiosos fue que estas personas llegaron sin importarles si las miraban o acusa—ban. También fue sorprendente la llegada de IO, quien cogiendose el pecho decía que no los había visto pero sí había sentido algo muy fuerte. Aquella noche nos quedamos hablando hasta muy tarde del significado de los cristales, sus funciones y posibilidades como catalizadores de la energía de la luz violeta procedente del Sol Central de la galaxia.
El octavo día se inició con una atmósfera tranquila y de paz como si una tormenta hubiese pasado. Al salir a la puerta y descorrer la cortina violeta cubierta de diseños cósmicos, me encontré con IO quien estaba esperándome para hablarme a solas.
— ¡Gracias por todo!
Aunque su expresión aún contenía la sonrisa irónica del viejo zorro, me impactó su gesto y su presencia allí, devolviéndole las gracias. Él me invitó para que cuando estuviese listo, me acercara al domo principal.
El sol de aquella mañana no estaba tan intenso, y había una brisa marina refrescante.
Me apuré entonces en limpiar nuevamente el domo de la arena acumulada, y ésta vez dejarlo impecable. Mientras hacía esto se me acercó una chica del grupo, muy bonita ella, de origen Franco—Alemán y me preguntó si me gustase caminar por la playa, del lado del mar porque a esa hora allí no habría nadie. Me sorprendió la propuesta y se la agradecí, pero por respeto a ella y a mí le dije que lo sentía, pero no podía aceptar y que se lo agradecía. Además estaba preparando mis cosas para marchar.
Me dirigí al domo principal; allí estaba la mitad de la comunidad, y algunos seguían entrando y saliendo. En un momento en que ya la mayoría se había acomodado IO agradeció mi presencia y dijo ante todos, que en mí había encontrado a alguien de su nivel; y ello más que halagarme me hizo preocupar por los peligros que conllevaba marcar la pauta a otros y equivocarse. Fueron desfilando algunos hombres y mujeres entregándome algunos regalos para mi familia, de la que había estado hablando frecuentemente, y también hubo presentes para mí del sincero cariño de personas como Claudine y Nadine, y también un joven llamado Vincent, que el día anterior me había mostrado el álbum fotográfico de la comunidad donde se veía al grupo en los setentas y ochentas, confirmando las sospechas: Fiestas psicodélicas, bañándose todos desnudos, yoga, integra—ción en el campo. Habían vivido intensamente la moda aferrán—dose a una época que les exigió aislarse para sobrevivir.
La despedida en la orilla fue emotiva por el espontáneo aprecio manifestado por varias personas, que ya sin temor a ser observadas o acusadas expresaron su cariño y solidaridad cubrién—dome con collares de conchas marinas como es la costumbre polinesia como símbolo de un pronto retorno.
Las fotos se multiplicaron así como las escenas captadas en su cámara video por IO, quien sabría explotar muy bien las mismas, para publicitarse y dar a conocer su grupo más tarde.
Abordamos con Louis, Lucía y varias otras personas que regresaban a Tahití el cisne —bote, y nos fuimos alejando. Me parecía increíble el que se cumpliera el tiempo y pudiese marchar de aquel lugar. Más increíble fue el abordar el avión que despegó de Bora Bora, observando allí debajo aquel paraíso azul; los días que estuve parecieron una eternidad, que se fue transformando en una pesadilla y prisión de la que solo esperaba salir a como diera lugar. Quedaban tras de mí las intrigas, la guerra psicológica, la brujería y la magia negra practicada para evitar el cumplimiento de una misión que ellos mismos habían provocado. Al cabo de unos pocos meses muchos se retiraron, y no paso mucho tiempo después en que IO y el resto de la gente abandonaran definitivamente. Bora—Bora regresando a Francia.
Mi contacto con el grupo aún continuó durante dos días más, debido a que inexplicablemente el avión de Lan Chile se estropeó y llegó varios días después de la fecha prevista.
Durante ese tiempo estuve en la casa de Louis y Lucía, visitando Papeete y la comunidad que el grupo tiene en un local, Pero no fueron días tranquilos para mí pues hubo acechanzas de todo tipo, que buscaron desarmonizarme y desequilibrarme, debiendo librar una guerra feroz en mi interior que culminaría recién al llegar a casa.
Durante una cena en la casa de la comunidad en Papeete, escuché que por teléfono IO conversaba desde Bora, diciendo que él sabía que yo todavía no había podido viajar, y que ello estaba bien. Pensé que él lo decía porque tendría mejor oportu—nidad de conocer a las personas fuera de la influencia del Motú; pero ahora pienso que estaba relacionado con aquel extraño ritual que hicieron las jóvenes alrededor mío en el círculo de la última noche.
Como esos días estuve accesible porque Louis y Lucía traba—jaban, ellos me dejaron solo varias veces y en la comunidad, sin mayor compañía que ocasionalmente alguna chica, lo cual significó una prueba para mí, así también personas que querían conversar a solas conmigo que a veces eran del sexo opuesto. Como sabía que la tentación estaba en mí, traté de huir de las situaciones esforzándome en controlarme, y fue durísimo. Nunca había estado tan cerca de caer como en aquella situación.
Parte 2