COMO HACER LAS PACES CON UN FAMILIAR
Publicado en
diciembre 25, 2009
No es fácil reconciliarse, pero con empeño se logra.
Por Amy LabodaANTES DE MORIR, en 1990, el padre de Jean Haley* repartió sus bienes entre sus nietos, y Lisa, su preferida, se llevó la mejor tajada. Jean instó a su hija a compartir la herencia equitativamente con sus cuatro hermanos, pero ella se opuso. Lisa, estudiante de enfermería de 34 años, alegó que necesitaba mucho el dinero, pues su esposo no tenía empleo y debían mantener a dos niños pequeños.
La reacción de Jean fue implacable. Se enojó tanto, que casi rompió la relación con su hija.Como Lisa vivía cerca de la casa de su madre, en Florida, fue a visitarla para tratar de hacer las paces. Jean le dijo que no quería hablar con ella y, durante varias semanas, se negó a contestar sus llamadas telefónicas. La separación le dolía mucho a Lisa, pues siempre habían sido muy unidas. A las dos les encantaba la jardinería, y los hijos de Lisa adoraban a la abuela.Después de varios meses de contacto mínimo, un día Jean sorprendió a Lisa: telefoneó para hablar con ella de sus plantas. La alegría de volver a oír la voz de su madre disipó en el acto el rencor que guardaba por el distanciamiento. "¡La extrañaba tanto!", recuerda la hija.En vez de hacerse reproches, encauzaron sus emociones de manera constructiva a fin de reconciliarse. En opinión del experto Neil Katz, ese paso fue fundamental para remediar el problema. "Hay que suturar la herida para que pueda sanar", afirma, "y para eso hace falta estar insatisfecho con la situación y dispuesto a cambiarla".Para resolver un pleito familiar se necesita tolerancia y empeño. La reconciliación a veces tarda años en alcanzarse. Y aunque el alejamiento puede deberse a diversas causas —un préstamo sin pagar, un comentario hiriente, una promesa rota—, Katz y otros expertos afirman que los conflictos suelen solucionarse tomando unas cuantas medidas básicas. "Para emprender esas acciones se requiere mucho dominio de sí mismo, constancia y valor", dice Katz, "pero se obtienen resultados". Si usted quiere reconciliarse con un familiar, siga estos consejos:1. ADMITA SUS FALLAS
Al decir de la experta Renana Brooks, las rupturas familiares pocas veces se deben a las faltas de una sola persona. "En la mayoría de los pleitos", señala, "cada participante tiene parte de culpa".
Así pues, para acabar con la discordia hay que ponerse en el lugar de la otra persona y reconocer con sinceridad los propios errores.Cuando Max Johnson, de Cincinnati, era adolescente, su madre se volvió una entusiasta participante de las actividades de su iglesia. Él no era muy devoto y se enfurecía cuando ella lo obligaba a asistir a los oficios religiosos. Acabó por irse de la casa y durante varios años se mantu-vo distanciado de su madre.Hizo falta que se casara y tuviese un hijo para que empezara a comprender las responsabilidades y las dudas inherentes a la paternidad. Quería ser el padre perfecto, pero no estaba seguro de cómo lograrlo. Tal incertidumbre lo hizo apreciar el esfuerzo de su madre.Se dio cuenta de que ella había tenido las mismas dudas y preocupaciones al criarlo, y que al tratar de inculcarle la fe religiosa sólo quería ayudarlo a convertirse en un adulto maduro y equilibrado."Ahora entiendo cuánto amor y energía dedicó a criarme", dice Johnson. Hoy en día telefonea y visita a su madre con frecuencia.2. BUSQUE EL REENCUENTRO
Jean Haley no decidió telefonear a su hija por mera ocurrencia, sino por el valioso apoyo que Lisa dio al resto de la familia en el tiempo en que estuvieron distanciadas. A un hermano que afrontaba un problema jurídico le consiguió un abogado, y ayudó a cuidar a los hijos de su hermana mientras ésta pasaba por una crisis en su matrimonio. Jean se enteró por ellos de la solidaridad de Lisa.
Así suele ocurrir, dice la psicóloga Mary Pipher. "Aun si dos o más miembros de la familia no se dirigen la palabra, siguen comunicándose a través de otros. Hay personas que pasan mucho tiempo usando este método indirecto hasta que por fin vuelven a hablarse".La comunicación, por supuesto, puede ser más directa. Hace algunos años, Timothy Stevens decidió cambiarse el nombre y esto provocó una ruptura con su padre. Furioso por lo que su hijo había hecho, éste telefoneaba de larga distancia para expresarle su indignación.Al principio Timothy pensó en cortar toda relación con su padre, pero luego comprendió que esto no iba a remediar las cosas. Como también se dio cuenta de que el teléfono no era el mejor medio para tratar de reconciliarse (para entonces ninguno quería hablar con el otro), empezó a escribirle mensajes con regularidad. Aunque el padre no contestó ninguna de sus cartas, el joven siguió enviándolas."Quería restablecer el contacto", cuenta Timothy, "pues sentía como si me hubieran arrancado una parte de mi vida".Durante ese doloroso periodo de silencio, su esposa le dio un hijo. Cuando el padre leyó la carta que Timothy escribió para darle la noticia del nacimiento del bebé, su cólera comenzó a disiparse. El flamante abuelo fue a visitarlos, decidido a hacer las paces con su hijo y a abrazar a su nieto."Me alegro de no haber renunciado a buscar la reconciliación", dice Timothy hoy en día.Según los expertos, escribirle al otro, ya sea una carta, una postal o un mensaje electrónico, es un acertado primer paso para reparar el vínculo roto. Permite hacer a un lado las emociones negativas que a veces despierta una llamada telefónica o una conversación directa."A quien escribe la carta le da oportunidad de expresar de mejor manera lo que siente", dice Mary Pipher, "y al que la recibe, tiempo para recapacitar".3. DEJE QUE OTROS AYUDEN
Un pleito entre familiares no sólo hace infelices a los protagonistas, sino también a hermanos, padres, otros parientes y amigos cercanos. Estas personas generalmente desean que se restablezca la armonía y están dispuestas a contribuir a que así sea.
Ralph Miller era un padre dominante que esperaba obediencia ciega de sus hijos. Cuando uno de ellos, Ed, le reveló que estaba enamorado de una chica llamada Nancy, Ralph reaccionó con disgusto e inquietud, pues la familia de la joven no le inspiraba confianza.Ed y Nancy acabaron por casarse. Para entonces, los hermanos de Ed coincidían con la opinión de su padre sobre la familia de su cuñada. En una ocasión, Nancy y la esposa de uno de los hermanos de Ed se hicieron de palabras y, tras el incidente, la pareja se distanció de la familia durante años.Un día, inesperadamente, Ralph murió. Al enterarse de la noticia, Ed telefoneó a su madre para darle el pésame, pero, aún resentido, decidió no asistir al entierro. Sus hermanos estaban furiosos.Un año después, la familia hizo planes para reunirse en el cementerio a colocar una placa en la tumba, pero no pensaban invitar a Ed. Entonces una tía de éste decidió intervenir para restaurar la armonía. Telefoneó a su sobrino para decirle que la ceremonia en el panteón sería la última oportunidad que tendría de rendir tributo a su padre.Una vez en el cementerio, la familia se sorprendió al ver llegar a Ed y a Nancy. La madre de éste se apresuró a darles la bienvenida, ansiosa por ver unidos de nuevo a los suyos. Hoy en día, Ed y sus hermanos están reconstruyendo vínculos."Hay al menos tres cosas que un pariente o un amigo puede hacer para ayudar a resolver un conflicto entre familiares", dice Neil Katz. "Proponerles un reencuentro inmediato, mediar para que uno de ellos dé el primer paso o alentar a ambos a hacer las paces".4. NO ESPERE MILAGROS
El objetivo de poner fin a un pleito no es resolver viejos desacuerdos, lo que quizá sea imposible, sino alcanzar cierto grado de reconciliación. Dar algunos pasos, como reunirse para celebrar en paz las fechas especiales, crea las condiciones para recuperar la confianza y la armonía.
Al tratar de resolver un conflicto familiar, "lo que importa es restablecer la comprensión y el afecto, no averiguar quién tuvo la culpa", dice la psicóloga Susan Heitler.Los pleitos entre familiares cambian las cosas, a veces para siempre. Hay que aceptar esto y aprender la lección para evitar que vuelva a suceder. Hacer las paces con un padre o un hermano suele ser difícil, pero vale la pena intentarlo.Jean Haley y su hija resolvieron su amarga disputa refrenando sus reproches. Siguieron disintiendo respecto al asunto de la herencia, pero acordaron no hablar más de ello. Fue un pacto que les ha permitido volver a estar juntas.Al regresar de una reunión familiar, Lisa me muestra orgullosa una foto que les tomaron a su madre y a ella: aparecen abrazadas y sonrientes. "Uno tiene que estar convencido de que necesita a su familia", dice. "Así es como lo logramos".* Se usaron seudónimos para proteger la vida privada de las personas.