Publicado en
noviembre 05, 2009
Ganar amigos o concitarnos enemigos es cosa nuestra, pero al vecino de la casa contigua nos lo dispone Dios.
—G.K. Chesterton
El amor perdura cuando los enamorados aman juntos muchas cosas, y no cuando sólo se aman el uno al otro.
—Walter Lippmann
No todos repiten las hablillas. Algunos las mejoran.
—F.P.J.
Para tener más, hay que desear menos.
—T.T.
Un buen sermón nos hace preguntarnos cómo es posible que el predicador nos conozca tan íntimamente.
—L.A.T.S.
Las dietas para adelgazar sirven a la gente para ganar peso más lentamente.
—B.C.
Si comprendes que hoy no sabes tanto como ayer creías saber, hoy ya eres más sabio.
—P.C.
Hay demasiada gente que, empeñada en creer que cualquier tiempo pasado fue mejor, espera hallar en él un porvenir.
—A.H.G.
En ciertas circunstancias agobiantes, de urgencia o desesperación, las palabras soeces nos proporcionan un alivio que ni siquiera la oración podría darnos.
—Mark Twaín
¿Ha notado el lector que hasta la gente más atareada siempre tiene tiempo para decirnos lo ocupada que está?
—B.T.
Las palabras más taimadas en cualquier idioma son: Más el impuesto.
—M.Mc.