LAS FUERZAS DEL AMOR SON PODEROSAS
Publicado en
diciembre 18, 2021
El famoso siquiatra Brian Weiss, autor de "Muchas vidas muchos sabios", habla de los traumas que ha ocasionado la violencia en el mundo, cómo se pueden superar y llegar a la sanación espiritual.
Por Carmen Schmitt.
Al siquiatra Brian Weiss —autor de Muchas vidas muchos sabios, best-seller con millones de copias en 35 idiomas— el atentado terrorista del 11 de septiembre en Manhattan y Washington D.C., lo golpeó de cerca. En el momento de la tragedia, su hija trabajaba en New York, ciudad donde también él nació hace 57 años.
Próximo a iniciar conferencias en San Francisco, Los Angeles y San Diego, suspendió todo programa: "Y así como siento profundo dolor por todos aquellos que han sufrido este shock, lo siento también por quienes escogieron asesinar. El corazón me pesa porque se ha infligido una pena innecesaria, ya que no estamos lideando con desastres naturales, sino con gente que premeditadamente mató a otras personas".
En medio del temor que aflige a la población mundial ante posibles nuevos atentados, este médico —egresado de la Universidad de Columbia y Yale, que fue profesor de la Universidad de Miami y durante 11 años jefe de Siquiatría del Hospital Mount Sinai en Miami Beach— reitera su planteamiento espiritual que, a su juicio, llevará a la sanación. Empezando por quienes vivieron los horrores de esa catástrofe.
—Aun antes de que se manifiesten los síntomas postraumáticos, existe el estrés traumático de hoy, que es real. Todas las personas afectadas por la tragedia de New York están sufriendo en estos momentos ansiedad, insomnio y pesadillas. Son reacciones típicas y normales, provocadas por dicho estrés.
—¿Cómo pueden superarlas?
—No es cosa de correr de inmediato al siquiatra, salvo que los síntomas sean graves y que no desaparezcan en un tiempo razonable. Sí, es necesario tener claro que en los próximos dos o tres meses, lo que la gente está sufriendo constituye algo normal. Las personas deben conversar sobre lo sucedido, tratar de comprender, poner los hechos en perspectiva; porque el paso del tiempo y una actitud comprensiva serán los ingredientes que permitirán superar los problemas. Con el tiempo todo se superará. Pero este atentado terrorista ha sido tan traumático, tan estresante, que todas estas reacciones son normales.
—¿Qué explicación le da usted a lo que ha sucedido?
—La violencia siempre ha sido parte de la existencia humana; siempre ha existido gente violenta que usa la religión de un modo perverso para sus propios fines. El corazón de todas las religiones es el amor, el perdón, la compasión. Esta tragedia es lo opuesto a lo que enseñan las grandes religiones. En mi último libro, Mensajes de los sabios, dos capítulos tratan sobre religión, sus similitudes y los valores que ellas comparten. Las similitudes son impresionantes, casi palabra por palabra. Por lo que éstas son acciones de unos pocos fanáticos. A nosotros sólo nos cabe reaccionar rechazando la violencia y, por el contrario, elegir compasión y amor. Por supuesto que debemos evitar que los culpables sigan adelante con sus planes, y se deben llevar a la Justicia. Pero, la única forma de evitar actos violentos futuros es mirando nuestra sociedad, minimizando la pobreza, ayudando en programas de salud y mejorando la educación.
—¿Debemos aceptar, sin embargo, que el mal existe?
—No lo sé. La gente tiene muchas formas distintas de entender lo que es el mal. En cierto modo, es ignorancia. La ignorancia existe y se puede decir que el mal también. Pero esto sería desconocer la naturaleza exacta del alma, por qué estamos aqui y cuál es nuestro propósito en la vida. Si somos capaces de entender esto, no se cometerían estos actos horrorosos. El mal existe, pero las fuerzas del amor, la compasión y la bondad son mucho más poderosas.
—¿Piensa usted que Estados Unidos está adoptando la decisión correcta?
—Es difícil decir cuáles son las decisiones correctas. Hasta el momento, sí. Hemos visto crecer el sentimiento de unidad y de mayor comprensión dentro del país. En la medida que los culpables estén dispuestos a continuar con sus atentados, nosotros debemos ser estrictos. Hasta este instante en que ambos conversamos, no nos hemos lanzado en una violencia irreflexiva. Todo ha sido razonable. Pero las perspectivas son a largo plazo. Es por esto que debemos mejorar la convivencia entre nuestras culturas, mejorar la salud y la educación universal, erradicar la pobreza y entender las similitudes entre las religiones. Nosotros somos seres espirituales, no sólo seres físicos. Debemos ver el propósito superior de nuestras vidas. No obstante, ello tomará tiempo, pues hay mucho trabajo que realizar en el planeta.
—Usted, que ha aconsejado a jefes de Estado, ¿qué le recomendaría al presidente George Bush?
—Sé que el presidente Bush está poniendo lo mejor de sí para hacer las cosas lo mejor posible. Y eso es difícil, porque él recibe consejos de muchas partes, de personas con distintos sistemas valóricos y debe escoger la acción más apropiada. Lo que a largo plazo nosotros debemos realizar es construir puentes entre todas las naciones y las religiones. Estar conscientes de que, aunque existen bondad y valores en todas las religiones, hay una sola religión que es la del amor. Todos somos almas. Y aunque unas vivan en Afganistán y otras en los Estados Unidos, Sudamérica, Asia o cualquier parte, un alma es un alma y todas estamos conectadas. Lo que hace una afecta a todas las demás. Si el mundo es uno, yo espero que aprendamos con esta tremenda lección a renunciar a toda violencia, a ser más pacíficos y más compasivos. No será fácil. Sin embargo, uno puede ver las terribles consecuencias que la violencia genera. Creo que los recursos que se puedan destinar a educación, salud y alivio de la miseria en cualquier lugar del planeta, hará mucho bien en el mundo.
—¿A dónde nos puede llevar la sicosis en que estamos insertos?
—Creo que la situación parece peor de lo que realmente es. Si uno se sienta frente al televisor, concluirá que el medio está llenando mucho tiempo con información sobre la tragedia. La televisión puede focalizarse en un hecho pequeño, pero aumentarlo al enfatizarse la noticia a nivel nacional e internacional. Hay gente que ha comprado máscaras de gas, pero no es toda la gente. Lo que sí es un hecho es que la mayoría está sufriendo ansiedad, tiene miedo a volar y eso se está exacerbando. Todo regresará a la normalidad. Por supuesto, se deben tornar medidas de seguridad, pero no debemos sentirnos presos de la exageración provocada por los noticiarios.
—No obstante, al hablarse de guerra bacteriológica, ¿significa que debemos aceptar la muerte como algo más cercano?
—Nunca morimos verdaderamente. Somos almas, no solamente cuerpos. Nuestra alma sigue después de nuestra muerte física y se reúne con los seres queridos que fallecieron antes. Ella puede regresar a la tierra en un nuevo cuerpo, en un recién nacido, por lo que no debemos tenerle tanto miedo. Antes del atentado, todos quienes estaban en las torres del World Trade Center sabían que iban a morir: un poco antes o un poco después. Y eso lo sabemos por las enfermedades, los accidentes o el mismo envejecimiento. Ahora nuestro temor es morir por causas terroristas, por situaciones hostiles. Y la verdad es que somos almas, inmortales y eternas. Sí, en estos momentos el estrés es real. Para muchos es una situación que los desborda. Todos nos vemos afectados por esta tragedia; estamos de duelo por casi 7.000 personas inocentes que murieron en New York y en Washington. Uno escucha historias que destrozan el corazón. Sin embargo, debemos aprender de estos acontecimientos para que no se repitan. Siempre han existido divorcios, siempre hemos tenido violencia, siempre nos hemos herido unos a otros y debemos detener este ciclo sin sentido. Esa es la clave. Debemos escoger un mundo que sea seguro para vivir, donde podamos amarnos y criar a nuestros hijos. Eso es lo que esperamos que el Gobierno haga por nosotros. Proveer esa seguridad.
—Gloria Estefan expresó un día su deseo de realizar un filme con su primer libro. ¿Qué ha pasado con ello?
—Todavía está en proceso. Gloria desea desarrollar y escribir un libreto. Hicimos un intento en televisión que no resultó. Creo que ahora el proyecto se traducirá en una cinta más larga. Gloria tiene un gran corazón y es alguien en quien puedo confiar completamente, por lo que sé que hará un gran trabajo.
Y mientras espera llevar su obra al celuloide, Brian Weiss sigue dictando conferencias por todo el mundo.
Para obtener más información, contacta en www.brianweiss.com
Fuente:
Revista Vanidades, Ecuador, noviembre 13 del 2001