Publicado en
octubre 05, 2021
JAPÓN.
En Japón cuentan una historia terrorífica relacionada con el invierno, el frío y la nieve. Yuki-Onna es un espíritu representado como una mujer alta, de larga cabellera y de gran belleza. Su piel es pálida, casi transparente y puede pasar desapercibida, flotando sobre los paisajes nevados del país. De hecho y como ocurre frecuentemente en la mitología japonesa, no tiene pies, provocando un aspecto aún más tenebroso. A pesar de su belleza, su mirada resulta escalofriante.
La Yuki-onna (雪女, la mujer de la nieve) es parte del folclore japonés, un espíritu o yōkai, el cual se manifiesta en una noche nevada, buscando su próxima víctima.
El espíritu puede transformarse en una nube de niebla o nieve si se siente amenazada, pero regularmente, es ella la que amenaza a quienes están agotados por luchar contra una tempestad de nieve. Este ser los encanta con su belleza inhumana, con sus ojos hechiceros que causan terror hasta el más valiente de los mortales. En ocasiones logra calmarlos, hasta el punto de causarles una plácida muerte mientras duermen en sus brazos, pero no todos tienen esta suerte, pues ella puede ser verdaderamente cruel.
Es difícil que la víctima elegida logre verla hasta que ésta se muestra por voluntad propia, ya que su piel es pálida, en ocasiones hasta transparente, y lleva un Kimono blanco o va desnuda por completo, para confundirse así con la nieve.
Sus matanzas llegan a aniveles insospechados, por eso algunos la consideran el mal mismo, aunque luzca tan hermosa y serena. Pero es esta misma apariencia la que le permite acercarse tanto a su presa, para utilizar su helada respiración y convertir sus cuerpos en cadáveres de hielo. A veces se hace seguir, hasta perder a los incautos en medio de la nada para que mueran de frio. Otra de sus tácticas es manifestarse sosteniendo un niño en brazos, cuando una persona bien intencionada le ayuda a cargar al niño, el buen samaritano se congela en el lugar al instante. Los padres que buscan a sus hijos son los que más caen en esta trampa.
OTRA LEYENDA, una de las más conocidas,considera como personajes principales a Oyuki y Minokichi.
La historia dice que dos leñeros, quienes en una noche de invierno se disponían a regresar a casa después de recolectar la madera del día, se encontraron con una fuerte tormenta la cual ya había cubierto de nieve el camino que siempre seguían; por lo que al ver imposible el trayecto comenzaron a deambular por el oscuro bosque en busca de ayuda o refugio. Finalmente encontraron una pequeña cabaña abandonada y se dispusieron a pasar la noche ahí esperando el sol del nuevo día.
El cansancio hizo que se quedaran completamente dormidos hasta que una ráfaga de viento abrió de golpe la puerta de la vieja cabaña despertando inmediatamente al más joven de los dos quien por impulso dirigió la vista hacia el lugar donde descansaba su compañero quedando impactado con lo que vio.
Una mujer se encontraba inclinada enfrente de su compañero quien ya se encontraba congelado. Ella tenia cabello largo y negro y vestía un kimono blanco como la nieve. El joven, llamado Minokichi, decidió orar para que aquella mujer no fuera un demonio.
La mujer volteó a verlo y sus miedos se confirmaron. Era el espíritu de una mujer con piel blanca y pálida cual sus ropas y sus ojos eran negros como la noche, y cuando abrió la boca, Minokichi pudo darse cuenta que no tenia dientes, ni lengua, era un vacío total.
Minokichi se resignó esperando el momento de su muerte, pero entonces la mujer comenzó a hablar con un tono dulce y cariñoso. Le confesó que pensaba quitarle su aliento como a su viejo compañero pero que le iba a perdonar la vida pues sentía lastima por Minokichi, ya que era muy joven y apuesto. Sin embargo, le advirtió que si algún día revelaba lo que había ocurrido en ese lugar, lo mataría sin dudarlo.
El joven, aún consternado, prometió callar lo ocurrido por siempre.
Después de haber dicho la amenaza, la mujer desapareció de la cabaña y con ello, también la tormenta.
Tiempo después, Minokichi ya había retomado su trabajo como leñador por lo que regresó a la rutina de internarse en el bosque diariamente. Un día, cuando regresaba a su casa, se encontró a una bella joven de largos cabellos negros quien se dirigía al pueblo en busca de trabajo. Minokichi al ver que ya era de noche, la invitó a hospedarse en su casa junto a su familia. La joven, muy agradecida, aceptó el ofrecimiento y se presentó ante ellos con el nombre de Oyuki.
Oyuki y Minokichi se enamoraron rápidamente y no pasó mucho tiempo para que ambos se casaran. De su unión nacieron tres hermosos niños y vivieron felices por muchos años. Minokichi era la envidia de todo el pueblo, pues tenía como esposa a una bella mujer quien también era una excelente madre y esposa ejemplar. Pero había algo raro en Oyuki que llamaba la atención del pueblo, parecía que no envejecía con el pasar de los años, pero Minokichi no le daba importancia, ya que él era sumamente feliz.
Un día, Oyuki se encontraba cociendo los kimonos de sus hijos y Minokichi entretejiendo unas sandalias que pensaba regalar a su esposa. Todo procedía en una hermosa tranquilidad cuando de repente Minokichi volteó a ver de reojo a su esposa y se dio cuenta del gran parecido que tenía con la mujer con quien se encontró en aquella noche fatal de invierno.
El hombre no pudo ocultar su nerviosismo por lo que su esposa le preguntó sobre su extraño comportamiento. Minokichi contestó que al verla entre las sombras le había recordado a alguien que conoció tiempo atrás; y decidió contarle la historia. Oyuki escuchaba atentamente sin decir ni una sola palabra mientras su marido seguía contándole con detalle acerca de aquella misteriosa mujer. Oyuki siguió callada mientras Minokichi, entre risas, admitió que quizás todo lo que vivió aquella noche habría sido un sueño.
Oyuki se levantó y miro fijamente a los ojos de Minokichi confesandole que ella era aquella mujer y que debía matarlo pues no había cumplido su promesa de callar lo ocurrido. Minokichi confundido y asustado no supo qué hacer, sin embargo, la mujer no lo atacó por el profundo amor que había sentido por él, así que le perdonó la vida nuevamente. Antes de irse, la mujer le advirtió que ahora él tendría que cuidar a sus hijos, pero si llegaban a quejarse por algo lo mataría sin dudarlo. Después de haber dicho esas palabras Oyuki desapareció sin dejar rastro. Nunca más fue vista ni por sus hijos, ni por su esposo quien se quedó lamentando su gran pérdida.
OTRAS LEYENDAS la muestran más agresiva, invadiendo los hogares, soplando ráfagas de viento a través de las puertas para matarlos de frio mientras duermen. Lo que sí es un hecho, es que ella disfruta viendo morir a sus víctimas.
Hay que tener cuidado con este espíritu, pues según las creencias, puede existir más de una Yuki-onna. Es probable que hayan surgido nuevos entes de las tantas muertes que ha ocasionado.
Fuentes del texto:
Leyenda de Terror /
Cuentos y Leyendas de Terror /
El Periódico