EXPO 70: COLOSAL ESPECTÁCULO EN JAPÓN
Publicado en
mayo 05, 2015
Torre del Sol.
En Osaka (Japón), la "Expo 70" deslumbrará a millones de visitantes desde el 15 de marzo en adelante.
Por Bill Hosokawa (Condensado de "EMPIRE").
LAS explanadoras han desarraigado las altas y verdes matas de bambú que decoraban las colinas de Senri, al nordeste de Osaka, en Japón. El canto de los pájaros ha sido remplazado por el zumbido de los motores diesel y el chirrido de las sierras mecánicas. De la greda cruda se han levantado fantásticas formas arquitectónicas que pronto serán la maravilla de los 40 millones de visitantes que se esperan. En este lote de 330 hectáreas se abrirá el 15 de este mes la Expo 70, la primera Feria Mundial de Oriente, que durará seis meses.
Japón solicitó por primera vez una exposición mundial en 1890, pero en esa época fue escaso el apoyo que encontró para su idea. Posteriormente se programó una feria para 1912, y hubo de ser cancelada por la muerte del amado emperador Meiji. En 1940 estaba ya muy avanzada la construcción para una exposición mundial en Tokio (se habían vendido más de 12 millones de entradas), cuando estalló la guerra en Europa. Si quedan todavía algunas de esas entradas, serán válidas para Expo 70.
El Japón, que hoy goza de una prosperidad sin precedentes y ha demostrado soberbias realizaciones técnicas y artísticas, se prepara para poner en escena un espectáculo tal como no lo ha visto nunca el mundo. Participarán con sus respectivos pabellones más de 70 países, tres provincias canadienses, los Estados norteamericanos de Washington y Hawaii y la ciudad de San Francisco, además de muchas empresas industriales japonesas. De las potencias principales, sólo estará ausente China roja. (En el Japón se resolvió que sería improcedente invitarla, puesto que no existen relaciones diplomáticas entre las dos naciones.) El costo total de Expo 70 pasará de 2000 millones de dólares. De las entradas —800 yenes (2,22 dólares) para adultos, 600 yenes para jóvenes y 400 yenes para niños menores de 14 años— se espera que sólo cubrirán los gastos de operación.
Pabellón japonés, en forma de flor de cerezo
ARTE Y MUSICA
En todas partes se reflejará el lema "Progreso y Armonía de la Humanidad". Expo 70 será un tributo a la busca universal de la armonía, entre hombre y hombre, entre el hombre y su medio, y entre nación y nación.
El visitante, según la época en que llegue, podrá gozar de muy diversas atracciones, entre las cuales se cuentan la Ópera Bolshoi, un desfile de elefantes de Tailandia, el drama trágico japonés Noh, el concurso de belleza de Miss Universo, tragedias griegas, el circo de animales de Bremen, guardias de tránsito de todo el mundo, la Ópera de Berlín, la Filarmónica de Nueva York, músicos de rock-n'-roll de muchos países, festivales de casi todas las naciones participantes, exhibiciones de patinaje en hielo, ballet acuático y juegos pirotécnicos.
También se podrán admirar unas 750 grandes obras de arte, incluyendo más de 30 de los tesoros nacionales japoneses —biombos, pinturas, brocados— y esculturas y pinturas prestadas del Vaticano, del Louvre y de muchos otros grandes museos del mundo.
En más de 200 restaurantes se encontrará de todo lo que uno quiera, desde un bocado hasta comidas de 28 naciones para gourmets. Una vez satisfecho el apetito, el visitante podrá pasear por un jardín japonés de 25 hectáreas de extensión, en el cual hay dos grandes lagos, una sinuosa corriente de agua, cascadas, árboles enanos, linternas de piedra, casas de té y una casa de huéspedes para personajes importantes.
La elipse norteamericana
MOVIMIENTO DE PERSONAS
Osaka es la segunda ciudad del Japón, e importantísimo centro comercial, con una población en el área metropolitana que se acerca a los ocho millones de personas. A pocos kilómetros de distancia se encuentran Kioto y Nara, cunas gemelas de la cultura japonesa, donde la voz profunda de las campanas de los templos flota todavía sobre los tejados de la ciudad a la hora del crepúsculo. Osaka y sus comunidades satélites están invirtiendo la enorme suma de 1600 millones de dólares para construir carreteras y puentes, mejorar el servicio ferroviario de superficie y subterráneo, ampliar las instalaciones portuarias y construir parques. Un nuevo y hermoso aeropuerto internacional ha convertido ya a Osaka en importante puerto aéreo.
El terreno de la exposición es como una bandeja de poco fondo, aproximadamente rectangular aunque con las esquinas redondeadas. Lo divide en dos partes una hondonada natural a lo largo de la cual se construyeron un ferrocarril y una carretera de seis carriles que conducen hasta la puerta principal, establecida en el centro geográfico de la exposición. Hay otras cuatro puertas distribuidas en torno al perímetro y conectadas entre sí por un sistema completamente automatizado de monorriel para transportar gratuitamente a 13.000 personas por hora. Todas las puertas están también unidas por un corredor de movimiento, que va dentro de un tubo de plástico transparente, con acondicionamiento de aire, construido a una altura de 3,50 a 5,50 metros del suelo. Este sistema conducirá a 9000 personas por hora.
Cerca del centro del terreno está la Zona Simbólica, coronada por un techo traslúcido de 300 metros de longitud por 90 de anchura. Atraviesa el techo una Torre del Sol, dentro de la cual hay un Árbol de la Vida de 49 metros de altura. Una escalera mecánica con capacidad para 3600 personas por hora lleva a los visitantes a lo alto, y les permite ir observando durante el ascenso modelos gigantescos de animales prehistóricos, muchos de ellos mecanizados, para darles mayor realismo.
Dos ramas del Árbol de la Vida llevan a los visitantes a la azotea, donde se exponen casas y ciudades del futuro, fotos en que contrastan la guerra y la paz, y una sección del espacio destinada a dar la sensación de estar flotando por la Vía Láctea. Después de esto, el visitante baja por la escalera mecánica a la seguridad de la Torre de la Maternidad. También bajo el techo de la Zona Simbólica está la Plaza del Festival, donde se celebrarán varias fiestas nacionales y otras conmemoraciones especiales. Se espera que llegarán muchedumbres inmensas, hasta de 420.000 personas, en los días de mayor afluencia.
Habrá dos lotes de estacionamiento con espacio para 21.500 vehículos. Se dispone de 3000 cámaras fotográficas para prestarlas a quien las solicite. Cuando llueva, se facilitarán en forma gratuita 10.000 paraguas. Se calcula que en un domingo corriente se separarán de sus padres 210 niños. Para reducir la confusión a un mínimo, tanto a los padres como a los niños se les dará a la entrada un número de identificación. Coches de patrulla llevarán a los niños perdidos a un centro donde se cuidará de ellos, y mientras tanto se anunciarán por medio de letreros eléctricos los números de identificación.
Cúpulas de burbuja para Francia
ALIMENTACION Y CAMAS
Aun cuando en las posadas japonesas distantes no más de una hora de la exposición habrá alojamiento para 82.000 personas, sólo hay 18.000 camas en los hoteles de tipo occidental. En la zona de Osaka 350 familias, en todas las cuales hay alguien que habla un idioma extranjero, se han comprometido a alojar en sus casas huéspedes a siete dólares diarios por persona, incluyendo el desayuno.* Para los visitantes que se hospeden en Tokio, los Ferrocarriles Nacionales han aumentado el servicio de su famoso tren proyectil Hikari, que hace el recorrido de 515 kilómetros entre dicha ciudad y Osaka en poco más de tres horas. Durante el período de mayor movimiento habrá nueve trenes (con capacidad para 25.200 pasajeros), que correrán cada hora en ambos sentidos entre las dos ciudades.
ENORME FLOR
Entre los pabellones de la Expo 70 se encuentran desde los edificios en forma de burbuja de Francia, hasta la pirámide de Bulgaria. Las paredes exteriores del pabellón canadiense, inclinadas a un ángulo de 45 grados, están recubiertas de espejos. El pabellón australiano tiene un gigantesco brazo basculante que se levanta como un cuello de pato. De su punta está suspendida una estructura de techo circular dentro de la cual hay una pantalla cinematográfica de 360 grados. El pabellón de la Columbia Británica se ha construido alrededor de gigantescos abetos Douglas (el mayor tan alto como un edificio de 17 pisos) cortados en los húmedos bosques de aquella provincia canadiense.
El edificio más grande, como es lógico, es el del gobierno japonés. Consta de cinco estructuras circulares hechas en forma de una enorme flor de cerezo, y que también simboliza los cinco continentes. En los pabellones del país anfitrión se observa desde la arquitectura clásica japonesa hasta estructuras de innovación futurista. Tal vez lo más extraordinario de todo es un salón de cine que tiene el aspecto de salchichas dobladas en U con las puntas enterradas en el suelo. Las salchichas están hechas de tela vinylon cubierta por fuera con caucho sintético, y se mantienen infladas por medio de bombas, de manera que permanezcan suficientemente rígidas para resistir el viento y las tormentas.
Torre de 32 pisos, de Rusia
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La orden dada por el director de la vasta feria, Taizo Ishizaka, activo hombre de negocios de 83 años de edad, de que se evite el comercialismo en las exhibiciones, ha dado lugar a muchas muestras imaginativas. La compañía Panadera Fuji construyó su edificio en forma de una hogaza de pan en rebanadas, pero en el interior se encuentra una colección de autómatas que sin duda fascinará tanto a los adultos como a los niños. Hay animales "robots" jugando, y hasta pájaros mecánicos que vuelan de un árbol a otro.
"VOLVERAN A REPETIRLO"
La roturación del terreno se inició el 15 de marzo de 1967, y la construcción comenzó exactamente un año después, con los tradicionales ritos ricchu (erección de poste) celebrados por sacerdotes sintoístas. Al acercarse la fecha en que debe quedar terminada la obra, los artesanos han venido trabajando hasta 24 horas seguidas.
Ha habido días en que parecía que no sería posible terminar a tiempo todos los pabellones, caminos, instalaciones de cañerías y servicios eléctricos. Pero Henry Gosho, director de relaciones públicas del pabellón norteamericano, recuerda lo que pasó en 1964, cuando Tokio se preparaba para los Juegos Olímpicos. Dos semanas antes de la fecha de apertura todavía no se habían armado las vigas de acero del último tramo de una carretera elevada que conducía al estadio. "A pesar de todo, el día de la apertura", recuerda Gosho con gran admiración, "los japoneses no solamente habían terminado la carretera elevada, sino que debajo de ella habían plantado árboles, y a los lados hermosas flores. En Osaka volverán a repetir esta proeza si se ven obligados a ello".
El pabellón de México, de inspiración leotihuacana, obra de Agustín Hernández
*Los informes relativos a alojamiento deben solicitarse a Visitors Department, 1970 World Exposition, Osaka, Japón.