EL VIEJO MÁS JOVEN DE HOLLYWOOD
Publicado en
abril 22, 2012
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"Joven. Viejo. Sólo son palabras", opina George Burns
Por Maurice Zolotow
Caricatura: © AL HIRSCHFELDA sus 84 años, George Burns es una de las estrellas de mayor renombre en Hollywood. Hace poco publicó un libro de anécdotas humorísticas: The Third Time Around ("Presente por tercera vez"). Ha grabado también su primer disco de música folklórica del oeste, y una de sus canciones, I Wish I Was Eighteen Again ("Quisiera volver a los 18"), figura en las listas de éxitos.
Le pregunté si realmente quería volver a tener 18 años, y contestó: "Cuando tenía esa edad salía con jovencitas. Ahora tengo 84 y salgo con jovencitas".George Burns es amable, encantador e ingenioso, y parece desafiar con dignidad la ley de envejecer. Come, bebe y fuma tanto que le provocaría un ataque cardiaco a los médicos. Su estómago es de acero templado. En la comida se sentó a estudiar la minuta."Voy a tomar cecina y procure que esté crujiente. Me gusta todo lo que hace ruido cuando me lo meto en la boca".Había estado viendo la película de Burns Oh God! Oh God! ("¡Dios mío! ¡Dios mío!"), que es continuación de Oh God! ("¡Dios mío!"), uno de los filmes de mayor atracción en 1977, donde representó a Jehová, personaje caritativo y algo pícaro, que en ocasiones llevaba ropa para cazar y en otras gorra para jugar al golf. En una época en que tantas películas reflejan una degradación trágica, George ha hecho un éxito de la dulzura, la virtud, la verdad y la bondad. Es cierto que en Going in Style ("Con estilo"), que coprotagonizaba con dos chicós llamados Lee Strasberg (de 78 años) y Art Carney (de 61), Burns dirigía el atraco a un banco. Pero de cierta manera todo resultaba dulce y agradable.El verdadero Burns es tan bondadoso, cortés y humano como los personajes que ha representado desde que se inició como estrella de cine a los 79 años. "Se requiere tanto esfuerzo para ser desagradable como para ser gentil", explica. "Prefiero volcar mis energías para ser amable. Y te diré algo: cuando procuras serlo, por lo general recibes más de lo que das".George Burns durante muchos años fue actor de teatro de variedades, estrella de la radio y de la televisión como mitad del equipo Burns & Allen. Era un cómico nato. Si alguna vez tuvo talento para actuar, en el sentido de adentrarse en un papel imaginario, nunca lo mostró hasta su participación en The Sunshine Boys ("Los chicos del Sol") de Neil Simons.Durante el rodaje de esta película Burns aprendió a compenetrarse en un personaje. En cierta escena tenía que llamar a la puerta de una habitación y cuando el inquilino la abriera, debía entrar. No podía representar satisfactoriamente esta escena, al parecer sencilla. Resultaba errónea y artificial. Sabía, aunque sin teorizar sobre ello, que estaba intentando "actuar" en vez de vivir y sentir. Por eso, cuando le preguntan sobre la actuación finge que es bien fácil."¿En qué consiste, después de todo, actuar?", pregunta. "Alguien me dice hola, y yo le digo hola. Una persona me invita a entrar y paso. Si no entro soy un mal actor, y si lo hago, soy bueno".Dice estas cosas con una voz cascada de barítono, un cigarro puro en la boca y un brillo burlón en la mirada. Quien haya intentado actuar alguna vez, sabe que representar cosas sencillas como decir: "Por favor, páseme la sal", es mucho más difícil que hacer de manera convincente una gran escena de histeria. Mientras filmaba The Sunshine Boys encontró una forma simple, natural y honesta de permitir que sus sentimientos y emociones penetraran en las palabras y acciones del filme. Cuando ganó su primer Oscar al Mejor Actor Secundario de la cinta, tenía 80 años.El nombre verdadero de George Burns es Nathan Birnbaum. Nació el 20 de enero de 1896 en un apartamento de un barrio pobre del sector bajo del lado este de Nueva York. Sus amigos íntimos aún le llaman "Natty". George tenía siete hermanas y cuatro hermanos. Cuando su padre murió tenía siete años, y su familia, que siempre había sido pobre, quedó aun más pobre. Cuando cumplió 15 sabía que quería ser estrella de teatro de variedades. Montó un número de patinaje, trabajó con una foca y perros amaestrados, fue bailarín de zapateado y cómico; pero su mayor sueño era ser un cantante con cierto estilo refinado y suave.No pensaba que tuviera aptitud para la comedia, pero Gracie Allen sí. Ella era una chica católica irlandesa de San Francisco que quería ingresar al mundo del espectáculo. Se conocieron en 1923 en upa cita a ciegas. Para George fue un flechazo. En 1925 se divertían mucho y al año siguiente estaban casados. Su número conocido como Lamb Chops ("Chuletas de cordero") ya tenía fama.Se levantaba el telón y se les veía de pie en una calle. Mantenían un diálogo inconexo durante 15 minutos, más o menos, en los cuales George hacía las preguntas y recibía réplicas desconcertantes de una Gracie cándida y asombrada, sonriente e ingenua. El nombre del acto se debía al diálogo siguiente:—¿Te gusta amar? —preguntaba Burns.—No —respondía Allen.—¿Besar?—No.—¿Qué te gusta?—Las chuletas de cordero.—¿Puede una chica como tú, una pequeña, comerse sola una ración doble de chuletas de cordero?—Sola no puedo. Con papas sí...El matrimonio fue amoroso y feliz. Adoptaron dos niños; Sandra y Ronnie, y su mansión en Beverly Hills se llenó de juguetes, risas y de una vida familiar maravillosa. "Burns & Allen" se había convertido en uno de los principales programas de la radio estadounidense. Con el paso de los años él y Gracie representaron a sus personajes en unas 20 películas musicales. Ella se retiró en 1958 y él intentó actuar solo en la televisión, pero fracasó. Así fue como montó un número nuevo y empezó a trabajar en cabarés. En 1964 murió Gracie Allen.Durante casi un año George no pudo sobreponerse a su muerte. La vida sin ella no tenía sentido y estaba vacía. Todos los días iba al cementerio, se sentaba junto a su lápida y conversaba con Gracie. Quizá volvía a representar fragmentos de sus antiguos guiones: ¿Te gusta besar?... ¿Qué te gusta?... Chuletas de cordero...Y una noche, inmerso en su soledad y desesperación, no podía dormir. Se levantó, atravesó la habitación y decidió acostarse en la cama de Gracie. Esa noche, por primera vez desde la muerte de su esposa, durmió profunda y tranquilamente como si el espíritu de ella lo acompañara.Lentamente volvió al trabajo en programas especiales de la televisión, espectáculos en clubes nocturnos y su compañía productora para la televisión. Entonces, inesperadamente, se convirtió en una estrella de cine a los 79 años, ganó un Oscar a los 80 y hace poco estaba rodando su séptima película como actor.Interrogado por extraños y periodistas acerca del secreto de su longevidad y salud, probablemente responderá: "Beba tres cocteles diarios, duerma poco, coma alimentos fritos, haga el amor por lo menos cuatro veces por semana y fume cigarros puros".—¿Cuántos fuma usted diariamente? —le pregunté un día.—Unos quince. Tres médicos me dijeron que dejara los cigarros puros hace años; y de los tres, dos ya murieron y el tercero últimamente anda tosiendo una barbaridad.Ya que había representado tan bien el espíritu divino en el primer Oh God!, le pregunté sobre su religión. Contestó que no había practicado una religión desde que era joven, pero:—Creo en Dios. Creo que Dios está en cada persona, y por tanto no me enfado con la gente ni la odio. Si ocurre algo malo, lo olvido al momento. O al menos diez minutos después.—¿Cuál es el mejor consejo que daría a los ancianos y ancianas?—Que dejen la cama. Que se levanten tan pronto como sea posible después de despertar.El se levanta a las 6:30, hace ejercicio durante 20 minutos, nada otros 20 y después de desayunar conduce hasta su oficina."La mayor parte de la gente", comenta, "ensaya la vejez desde los 25 o 30 arios. Ya planean su jubilación a los 40. Aprender a envejecer es duro, así que la gente empieza por andar despacio, olvidarse de las cosas, se vuelve distraída y confusa. Cuando llegan a los 60 o 65 empiezan realmente a ser verdaderos ancianos, y cuando tienen los 70, aleluya, son un éxito total: ahora son viejos. Yo no quiero eso, y tampoco estudio para ser joven. Joven. Viejo. Palabras y nada más. No te enojes, intenta salir adelante y lo que tengas que hacer, hazlo hoy".