Publicado en
octubre 02, 2009
¿Le gustan a usted las mujeres? —le preguntaron a un solterón.
—Si no me gustaran, me habría casado.
—Wimpi, en Viajes alrededor del sofá (Editorial Freeland, Buenos Aires)
Pocas cosas hay tan anticuadas como querer ser modernos.
—Sybrand van Eijck (Holanda)
GRATOS RECUERDOS. Un día dije en tono de regaño cariñoso a mi hijita:
—Señorita, si se descuida usted, voy a alzarla, a darle vueltas y abrazarla y besarla.
La pequeña abrió mucho los ojos y declaró, muy seria:
—Ahora estoy descuidada, mamá.
Entonces, la tomé en brazos con solemne actitud, le di varias vueltas y la besé muchas veces mientras ambas reíamos.
Sé que eso nos hizo bien; fue uno de esos momentos fugaces y maravillosos de auténtica comunicación entre madre e hija. Pudo ser sólo una efusiva y esporádica broma, pero la niña me pidió que repitiera varias veces ese juego, y llamó a su padre para contárselo. Después, volví a hacerlo de vez en cuando, para que el juego siguiera siendo atractivo. Me gustaba, sobre todo, cuando me encontraba en la cocina mondando zanahorias, o bien, cuando estaba escribiendo a máquina y ella acudía a decirme, con traviesa sonrisa: "Mamá, ahora estoy descuidada"...
Hoy, mi hija pesa ya 17 kilos; sé que dentro de poco no podré alzarla en brazos y darle vueltas. Pero, cuando pienso en buenos deseos, uno de ellos es que nuestro juego forme parte de los gratos recuerdos de su infancia.
—Liz Aurbach, en The Christín Science Monitor
Los amigos son la familia que elegimos tener.
—Jane Adams, en el Times de Nueva York
Un hombre se despide así de otro a la puerta de la oficina fiscal: "Como asesor tuyo en impuestos, te ofrecí que en caso de auditoría vendría contigo a la oficina fiscal; pero nunca te dije que entraría contigo".
—Lepper, King Features
TIMIDEZ. Mi sobrina llevó su automóvil, lleno de abolladuras y raspaduras, a un taller de reparaciones. Al mecánico le preguntó por qué esa mañana le había costado tanto trabajo echarlo a andar.
El mecánico dio unos pasos en torno del auto, como si desaprobará su pésimo aspecto, y respondió: "Probablemente no quiso andar por miedo de salir".
—D.W.B.
El escritor, que estaba sin blanca, discutía con su casero, que le cobraba la renta:
—No sabe usted lo que hace. Dentro de diez años, la gente dirá: "Aquí vivió Spencer, el novelista".
Pero el casero, impávido, le respondió:
—Si no me paga usted ahora mismo, empezará a decirlo desde mañana.
—Los Angeles Times Syndicate
A toda edad se puede pecar por demasiada juventud.
—Juan Zorrilla de San Martín, en El sermón de la paz
Las vacas tienen tarjetas de crédito en unas 60 granjas de Picardía y otras provincias de Francia. Las tarjetas son unos rombos amarillos que los animales llevan colgados al pescuezo. Cuando la vaca tiene hambre, se acerca a un pesebre electrónico que parece un aparato gigante para el despacho de cacahuates o rosetas de maíz. La tarjeta se adhiere a un tope magnético, y el aparato arroja una porción de alimento.
"Las vacas comen cuando están hambrientas, ni muy poco ni en demasía", explica Philippe Langlet, granjero de la región de Somme. "El menú diario de cada animal está registrado en la tarjeta, según su edad, su peso y la etapa de producción de leche, y de acuerdo incluso con su personalidad".
Hay vacas glotonas que devoran todo el alimento de una vez, y otras frugales que sólo toman bocaditos durante todo el día. La máquina siempre sabe lo que le toca a cada una, y no da ni un gramo de más. Langlet registra la información correspondiente una vez al mes en una pequeña computadora que hace funcionar el pesebre a control remoto. Y las vacas rumian su comida alegremente.
—D.G., en Le Ppint (Francia)
Había ido de compras y, al querer pagar una de mis adquisiciones, en vez de mi tarjeta de crédito, por error le entregué al vendedor mi tarjeta de donadora de sangre. La miró y me la devolvió, diciendo: "Está muy bien, señora. Pero aún seguimos solicitando dinero".
—R.A.K.
PEQUEÑO ENIGMA. Traté de explicarle a mi hijo de seis años la relación que había entre él, mi nuevo esposo y nuestro nene recién nacido. No quería emplear el término "medio hermano", porque temía que él rechazara al bebé, pero finalmente tuve que hacerlo. Mi hijo se quedó sentado un minuto, meditando lo que le había explicado; luego me dijo:
—¡Y cuando crezca será mi hermano completo!
—Shirley Bradshaw, en Woman's Day
Prefiero los sueños a las ilusiones. Sabemos que cuando soñamos tenemos los ojos cerrados; pero cuando estamos ilusionados, creemos que los tenemos abiertos.
—Colaboración de José Manuel de Mendonca Tavares (Portugal)
¡Qué feliz soy desde que me he resignado a no serlo!
—Pedro Antonio de Alarcón, en El escándalo
¡EXCLUSIVA! Un reportero a quien se le encargó informar del desastre ocurrido en una mina de carbón envió un relato que empezaba así: "Dios vio el dolor que reina hoy en este pueblecito minero de Virginia Occidental y lloró".
En respuesta, el director del periódico le cablegrafió: "Olvídate del derrumbe en la mina. Entrevista a Dios".
—Citado por John Keasler, McNaught Syndicate
¡No hay derecho al doble criterio! Por decir "Sólo sé que no sé nada" la historia recuerda a Sócrates. A mi hijo, por decir lo mismo, lo reprobaron en la universidad.
—Aldo Cammarota
EJEMPLO DE DECENCIA. El propietario de una tienda de mascotas se lamentaba de que su loro sólo sabía decir "perdón", "gracias", "¿cómo está usted?", "buenos días" y "adiós".
—Pues tiene mucho mérito, le aseguré. —Hay persona capaces de pronunciar esas palabras.
—L.C.
Mi esposo, que es médico, pidió a uno de sus pacientes que comprara solución al cuatro por ciento de un anestésico local para cirugía menor. El paciente regresó al poco rato con dos botellas de solución al dos por ciento, explicando que el boticario le había dicho que dos botellas al dos por ciento equivalían a una botella al cuatro por ciento.
Molesto, mi marido le indicó que le devolviera al boticario las botellas. Y agregó:
—Pregúntele si se casaría él con dos niñas de diez años, si no encontrara una de veinte.
—R.P.G.
El periodista italiano Renato Giunti cuenta esta historia de una visita que hizo al gran Arthur Rubinstein:
Cuando ya me iba, me dio una caja de sus puros favoritos.
—Los guardaré toda la vida —le dije.
—¡De ninguna manera! —repuso Rubinstein—. Fúmeselos, amigo. Son unos puros tan exquisitos como la vida. La vida no se guarda. Se goza hasta el tope. No puede haber alegría sin amor y sin el disfrute de la vida.
—0ggi (Italia)
Antes abucheábamos al villano; ahora, compramos su libro.
—Bill Copeland. en el Journal (Sarasota, Estados Unidos)
Nada hay tan atractivo para el hombre como el encanto de un niño: no es imponente ni inspira temor. Es tierno y dulce; tiene un encanto espontáneo e inspira confianza.
—San Antonio de Padua
Un niñito fue escuchado cuando hablaba solo en el patio trasero de su casa; estaba vestido de beisbolista, con bate y todo: "Soy el mejor beisbolista del mundo", afirmó orgulloso. Entonces lanzó la pelota, pero no pudo batear. Como si nada, recogió la pelota del suelo, la arrojó otra vez y dijo: "Jamás ha existido mejor beisbolista que yo". Falló nuevamente. Se detuvo para examinar con cuidado el bate y la pelota. Luego lanzó una vez más, mientras aseguraba: "No hay en el mundo beisbolista más grande". Volvió a batear en el vacío.
—"¡Vaya, qué buen pitcher!", exclamó.
—Robert Schuller, en Life Changers (Revell)
Los inspectores aduanales canadienses que trabajamos en los puestos fronterizos de las carreteras padecemos con frecuencia irritación de garganta y ronquera, porque tenemos que hacernos oír a gritos a través de las ventanillas de los autos. Muchas veces nos vemos en la necesidad de hablar más fuerte que el ruido de los motores, los sistemas de aire acondicionado y los aparatos de radio.
Decidido a acabar con tal situación, se me ocurrió un remedio: ahora sólo muevo los labios sin emitir ningún sonido cuando supuestamente estoy haciendo la primera pregunta. Los automovilistas invariablemente apagan el radio y el motor, bajan el cristal y me preguntan qué dije.
—O.B.F.
Si una persona se comporta con rectitud aunque nadie la vea, eso se llama integridad.
—Los Angeles Times Syndicate
Una mañana, cuando salía de su casa rumbo a la escuela, un niño de 11 años rechazó el beso de despedida que iba a darle su madre, porque, según dijo, ya estaba grande para eso. La madre se quedó observándolo desde la ventana, y le complació ver que, a pesar de todo, el chico se detuvo bastante tiempo para abrazar a su perro.
—Colaboración de Larry Clardy
Es fácil identificar a las personas que no saben contar hasta diez. Están siempre antes de usted, en la fila de la caja rápida del supermercado.
—June Henderson, citado por Red O'Donnell en el Banner (Nashville, Estados Unidos)
En lo relativo a productividad, la abeja de ciudad le lleva gran ventaja a su prima campesina, ya que produce miel no sólo en mayor cantidad, sino también de mejor calidad.
Este descubrimiento tomó completamente por sorpresa a los zoólogos del University College, en Cardiff, Gales, que se han dedicado durante años a estudiar a las abejas. "La razón debe de ser que la abeja urbana tiene la ventaja de la concentración y la amplia variedad de las flores que se encuentran en parques y jardines", opina Kim Thomas, experta posgraduada de 27 años de edad, cuyas investigaciones pusieron de manifiesto la diferencia. "En la ciudad estos insectos disponen de abundantes flores durante toda la temporada de recolección, desde la primavera hasta el otoño. Por el contrario, en la campiña suele haber Un solo cultivo en hectáreas enteras de terreno, y una vez terminada la floración, esa zona ya nada les ofrece a las abejas".
—James Tucker, en The Sunday Times (Londres)
DEFINICIONES QUE NO ESTÁN EN EL DICCIONARIO
Adúltero: Hombre que se sale con la suya y con la ajena.
—Colaboración de Malicha García Facino (Santa Fe, Argentina)
Diccionario: Grueso volumen que nos enseña a deletrear palabras que podemos localizar si sabemos cómo se deletrean.
—Alfredo La Mont, en Definiciones (Ediciones Océano de México, Ciudad de México)
Navidad: Época de diciembre en que los comerciantes hacen su agosto.
—Pedro F. Miret, en El Universal (Ciudad de México)
PROVERBIOS
Una gran fortuna depende de la suerte; una pequeña, de la diligencia.
—Chino
La ignorancia no mata, pero, ¡vaya que hace sudar!
—Haitiano
La pobreza no es una desgracia, pero sí un gran inconveniente.
—Inglés
Cuando se necesita sal, el azúcar viene mal.
—Judío
Aunque llueva oro y plata en tierra extraña, y puñales y lanzas en nuestra patria, es mejor estar en nuestra patria.
—Malayo
Las personas, no importa de dónde sean, anhelan la cortesía.
—Norman Vincent Peale
Hace ya varios años que me retiré del ejercicio de mí ministerio, pero mi esposa todavía desempeña su antiguo papel de asistente sin sueldo. En estos días las actividades domésticas tienen.una—urgencia e importancia en nuestras vidas casi tan grande como las preocupaciones de esos ministros amigos que me hacen llamar por teléfono por sus secretarias porque no tienen tiempo para hacerlo ellos mismos. Si estoy afuera lustrando el automóvil, mi esposa dirá: "Está terriblemente ocupado. ¿Quiere dejar algún mensaje?" Un día en que regresaba de colgar la ropa oí que le decía a alguien en el teléfono: "¿Puede esperar? El ministro está hablando por la otra línea."
—Colaboración del reverendo Derrick Cuthbert (Sudáfríca)
La mayor compañía de traductores del Reino Unido, que es la Compañía Internacional de Traducciones Técnicas, recibió hace poco una llamada en la que le preguntaban si hacía traducciones al inglés.
—¡Por supuesto! ¿De qué idioma?
—Del inglés —contestó el cliente.
Luego aclaró que, como no había podido descifrar el contrato de alquiler con opción de compra de su auto, había decidido pedirles ayuda profesional.
—PHS, en The Times (Londres)
No basta amar a alguien a quien ponemos en un pedestal; también es necesario que la persona que amamos nos eleve a nosotros a ese mismo nivel.
—George Dor, en D'aussi loin que l'amour nous vienne (Léméac, Montreal)
Un cirujano, un arquitecto y un político discutían cuál de sus profesiones era la más antigua.
—Desde luego, la mía —aseveró el cirujano—. Dios la ejerció antes que nadie, cuando le quitó la costilla al hombre para hacer a la mujer.
El arquitecto habló entonces:
—Pero antes de hacer al hombre y a la mujer, Dios fue un arquitecto que le dio forma a la Creación y la sacó del caos.
—Precisamente. ¿Y quién hizo el caos? —preguntó el político.
—Il Giornale (Milán, Italia)
Año de elecciones es aquel en que los políticos quieren ayudarnos a salir de los atolladeros en que antes nos metieron.
—Gil Stern, citado en "Kup's Column" del San—Times (Chicago)
Generalmente, los amortiguadores de la defensa del coche de un político son más durables que sus promesas.
—Republican (West Point, Estados Unidos)
Las encuestas de opinión se han vuelto tan populares que en la actualidad hay más gente haciendo preguntas que contestándolas.
—Earl Wilson
El profesor a cargo de la sección de objetos perdidos en una escuela de Nueva Zelanda, redactó su informe al final de un día dedicado a los deportes. El informe comenzaba así: "Cuando quinientos muchachos y quinientas chicas se mezclan entre sí y se quitan y ponen la ropa una y otra vez, es inevitable que alguien pierda algo".
—Colaboración de N. Jones (Australia)
Un célebre cirujano suizo, cuyos pacientes tenían que hacer cita con meses de anticipación, no era afecto a hacer distingos entre su clientela. En cierta ocasión, una princesa ljegó al consultorio y el médico le indicó que tomara asiento, como si tal cosa. La princesa se escandalizó. ¿Sería posible que el médico no supiera quién era?
—¡Soy una princesa! —exclamó.
—Bueno —replicó el cirujano—. Entonces tome dos asientos.
—Marie Waife—Goldberg, en My Father, Sholom Aleichem (Simón & Schuster)