UN MOMENTO EN EL REINO DE LOS CIELOS (Peter Christen Asbjornsen)
Publicado en
octubre 04, 2023
Cuento Danés, seleccionado y presentado por Ulf Diederichs. Tomado de la recopilación hecha por Peter Christen Asbjornsen.
Había una vez dos hombres jóvenes que eran verdaderos amigos del alma. Se habían prometido el uno al otro que estuvieran donde estuvieran y por mucha distancia que les separase, cada uno iría a la boda del otro. Pero uno de ellos murió, y pasaron aún muchos años hasta que el otro se casó. Cuando estaba sentado a la mesa del banquete de bodas, al lado de su novia, y ya casi habían terminado de comer, vio entrar en la sala a su amigo muerto. De todos los allí reunidos, él era el único que podía verle.
El novio se levantó, fue a recibirle y se lo llevó fuera. Entonces el amigo muerto dijo:
—Aquí estoy, en tu boda, tal como te había prometido. El novio le preguntó:
—¿Cómo te va en el lugar en que estás? El amigo le contestó:
—Me va tan bien que es imposible describirlo con palabras. Si quieres, puedes venirte un momento conmigo y verlo con tus propios ojos.
—Sí —repuso el novio—, pero enseguida tendré que bailar con mi novia.
—Será sólo un momento —le apremió el amigo—. ¡Anda, vente! Y, así, se fueron juntos al cielo. Allí era todo tan bello que es absolutamente imposible describirlo. El amigo le dijo al novio:
—Date prisa en volver abajo. Tu novia te echa de menos y está sufriendo. Pero éste replicó:
—Bah, pero si sólo llevo aquí un momento. El amigo se dirigió a él por segunda vez:
—Date prisa, tienes que regresar, ¡todos te echan mucho de menos! Pero el novio volvió a contestar:
—Bah, pero si sólo llevo aquí un momento. Finalmente, el amigo le dijo por tercera vez:
—Ahora tienes que marcharte de una vez.
Cuando regresó a la tierra y llegó a la casa de la boda, le pareció que todo estaba muy cambiado. Tampoco vio ningún coche adornado ni oyó música. Entonces se sintió bastante inquieto y le preguntó a una mujer que salía de la casa:
—¿Es que no se está celebrando aquí una boda?
—¡Una boda! —contestó la mujer—. No. En esta corte, desde que el señor la abandonó hace muchos años, no ha vuelto a haber ninguna boda. Cuando yo era niña, mi abuela contaba que hace cien años se estaba celebrando una boda, pero el novio desapareció de repente poco antes de que tuviera que bailar con la novia y no volvió jamás.
El hombre comprendió entonces que había estado cien años en el cielo y que todos sus amigos en la tierra habían muerto. Le suplicó a Dios que le permitiera volver adonde había estado. Y Dios todopoderoso antendió a sus plegarias.
Fin