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octubre 23, 2021
REPÚBLICA CHECA - Praga.
A 25 kilómetros de Praga se encuentra Celákovice. En esta pequeña ciudad amurallada descubrieron en 1997 un cementerio con tumbas de vampiros. Hoy se les conoce como los "Vampiros de Celákovice".
A lo largo de la historia se ha tratado de explicar la existencia de los vampiros. Algunos decían que el vampirismo no era un fenómeno sobrenatural sino enfermedades que todavía no estaban científicamente comprobadas, como por ejemplo la catalepsia (cuando la persona yace inmóvil sin signos vitales y regularmente es declarada muerta pero se encuentra en un estado semiconsciente o consciente). Otros pensaban que tenía que ver con actos de hechicería o magia negra.
Fue hasta el siglo XIX cuando el mito se convirtió en leyenda con dos escritos sobre vampiros. El primero fue un relato publicado en 1800 "Wake not the Dead" (No despiertes a los muertos) del alemán Johann Ludwig Tieck; y el segundo, la novela más famosa de la historia: "Drácula" de Bram Stoker, publicada en 1887.
Los pueblos eslavos comenzaron con el mito de los vampiros por el siglo XIV y se extendió por toda Europa hasta el siglo XVIII.
Los pobladores de Célakovice vivieron con la creencia sobre la existencia de vampiros. Se dice que gracias a la reconstrucción que sufrió en el siglo XX despertó la curiosidad de arqueólogos por los restos encontrados de la era paleolítica y de la cultura medieval. Por lo que en 1997, un arqueólogo de nombre Jaroslav Spacek descubrió un cementerio exclusivo de vampiros.
Lo que encontró Spacek fue catorce tumbas con personas enterradas acusadas de vampirismo. Los esqueletos tenían crucifijos en sus ataúdes, estaban amarrados boca abajo y a algunos les habían cortado la cabeza. Uno de los casos más espeluznantes es que algunos de estos "vampiros" tenían el cráneo con un clavo de hierro enterrado, otros la estaca en el corazón y uno más tenía un cuchillo clavado en la boca. Dice el arqueólogo que esto fue para evitar una mordedura a quien lo sacrificó. Se dice que estos vampiros datan aproximadamente del siglo X u XI.
En 2010, en un municipio de República Checa llamado Hrádek nad Nisou, se encontró el esqueleto de un presunto vampiro al que nombraron Tobías. El arqueólogo Petr Brestovansky, investigador de este caso, señaló que el entierro tenía las siguientes características:
● El esqueleto no estaba dentro del cementerio, sino a un metro de la barda, enterrado a tan solo 25 centímetros de la tierra y bocabajo.
● Tanto piernas como brazos tenían piedras encima (para que no escapara en caso de resucitar).
● Tenía monedas cerca de la mano –algo raro para esa época–, y a través de éstas se determinó que el hombre fue asesinado en el siglo XIV.
Aunque algunas teorías señalan que era un hombre con discapacidad porque presentaba cierta deformidad en la espalda, el arqueólogo considera que gracias a esto pudo ser acusado de vampirismo.
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