Publicado en
junio 15, 2021
MÉXICO - Zacatecas.
Ésta es una leyenda que me contó mi abuelo y que se desarrolla en las calles del estado de Zacatecas.
En una noche fría y lluviosa, un taxista, que durante el día casi no había tenido clientela, decidió prolongar su jornada. Ya entrada la noche, en una esquina, una señora vestida de negro le hizo la parada. El taxista se detuvo y ésta abordó el taxi. Le pidió que la llevara a visitar siete iglesias, a lo que el taxista se sorprendió, ya que era muy tarde, pero la señora insistió y le aseguró que no entraría, sólo las miraría desde afuera. El taxista accedió.
Una hora después ya habían visitado las siete iglesias, la mujer le dijo al taxista que la llevara al lugar donde la recogió. Al llegar, ésta le dijo al taxista que no tenía dinero para pagarle pero que no se preocupara ya que a tres cuadras vivía su hermano, así que le dio una tarjeta y un medallón de oro y le dijo que se lo entregara a su hermano y que éste le pagaría.
El taxista se dirigió al lugar indicado, y al encontrar al dichoso hermano le contó lo que había pasado. El hermano sorprendido, le dijo que eso no era posible ya que su hermana había muerto hace un año. Pero al ver que el taxista insistía en que sí había ocurrido, le pagó y hasta le regaló el medallón, el cual el taxista aceptó, y lo colgó en la parte delantera del taxi. Cuenta la leyenda que después de esa noche al taxista nunca le faltó clientela.
Laura M. O., UAMX (Zacatecas).
Extraído del libro:
"Leyendas urbanas y tradicionales en el México del siglo XXI", por Marco Antonio Molina.