Publicado en
mayo 20, 2021
ECUADOR - Guayaquil.
Cuenta la leyenda que Víctor Emilio Estrada era un hombre de fortuna, acaudalado y lleno de paciencia, un caballero de fina estampa.
Pero en esa época corrían rumores de que el caballero había hecho un pacto con el Diablo y que, cuando muriera, el mismísimo demonio acudiría a su tumba para llevárselo.
El supuesto pacto con el diablo que realizó Víctor Emilio Estrada, provocó temor a este personaje y por tal motivo, construyó una tumba de cobre; de ese modo, el demonio no podría interrumpir su descanso eterno.
Al momento de su muerte y cual fuere su última voluntad, fue enterrado en su tumba de cobre; en uno de los mausoleos más grandes del famoso cementerio de Guayaquil.
El demonio, tal cual tenía previsto de acuerdo al pacto, quiso llevarse su alma al infierno; pero en vista de que no podía por mucho que intentase, lo maldijo y dejó varios demonios custodios fuera de su tumba para que lo vigilaran y no lo dejaran descansar en paz.
Desde ese día, Víctor Emilio Estrada sale todas las noches a las 23 horas, con su sombrero de copa y su traje de gala hacia la puerta a conversar con las personas que se detienen a coger el bus en la parada.
Incluso hay taxistas que afirman haber llevado a Estrada hasta la puerta del cementerio, y otros que, a los minutos de haberse embarcado, se sorprenden al ver que el mismo ya no se encuentra en el taxi.
El Mausoleo de Don Víctor Emilio Estrada se encuentra ubicado en el cementerio de la ciudad de Guayaquil, entrando por la Puerta 8 y es considarada una obra de arte y forma parte de “La Guía de la Eternidad” Una ruta turística dentro de uno de los cementerios más hermosos del mundo.
Fuente del texto:
Leyendas de Ecuador