REMEDIOS DE SALUD INFANTILES
Publicado en
octubre 25, 2017
Por Manuel Núñez y Claudina Navarro.
Los problemas más frecuentes que sufren los niños pueden ser diagnosticados y tratados con éxito en casa. Sólo hace falta estar seguro de cuál es el trastorno y permanecer atentos a los síntomas de alerta que justifican la visita al médico. Los niños poseen la enorme ventaja de contar con un enorme potencial de recuperación. Los remedios naturales son mucho más recomedables que los medicamentos que se venden sin receta o que son prescritos para tratar la preocupación de los padres más que los problemas de los niños. De hecho, el tratamiento inadecuado de los síntomas agudos mediante analgésicos, corticoides o antibióticos puede favorecer la aparición de enfermedades de repetición o crónicas.
RESFRIADOS Y GRIPES
Como es sabido, no existe un tratamiento que cure los resfriados o la gripe, pero conviene realizar algunos cuidados para que los procesos no se compliquen y para que el niño los supere cuanto antes y con las mínimas molestias.
• Ante el primer síntoma de gripe o resfriado, conviene tomar vitamina C en forma de kiwi o de zumo de naranja.
• Beber a menudo ayuda a que el moco se fluidifique y se eliminen los gérmenes. Se recomiendan las infusiones de malva (Malva sylvestris) y malvavisco (Althea officinalis) con unas gotas de miel y una cucharadita de limón.
• Son muy recomendables las infusiones de jengibre fresco, a las que se pueden añadir miel, zumo de limón y una pizca de pimienta de cayena.
• Los lavados nasales con agua marina purificada –a la venta en farmacias– descongestionan las vías superiores.
• Los baños de vapor con aceite de eucalipto (Eucalyptus globulus) o tomillo (Thymus vulgaris) son antisépticos.
• Está indicada la sopa de cebolla o el siguiente remedio: se pica una cebolla, se le añade una cucharadita colmada de miel, se mezcla y se toma una cucharadita varias veces al día.
INFECCIONES DIGESTIVAS
Causadas por rotavirus y bacterias, los síntomas son muy desagradables para los niños –con síntomas como dolores abdominales, vómitos y diarrea–, pero se superan sin mayor dificultad. La complicación que se trata de evitar es la pérdida excesiva de líquidos.
• Se prepara un litro de infusión de hierba luisa (Aloysia triphilla) y se le añaden el zumo de dos limones, una cucharada sopera de azúcar moreno, una pizca de sal y otra de bicarbonato. A lo largo del día, el niño debe beber todo lo que pueda, incluso a sorbitos cada pocos minutos si no puede retener el líquido. También son útiles las infusiones de manzanilla e hinojo.
• Para comer, se recomienda arroz blanco con zanahoria y plátano. Una vez que se ha inicido la recuperación, está indicado el yogur.
• Son muy eficaces contra la diarrea los arándanos desecados. Les gustan y pueden consumir tantos como quieran.
DOLOR DE OÍDOS
Las otitis cursan con fiebre, mocos, dolor de oídos e incluso sordera transitoria. Puede ser causada por bacterias o virus. La infección se cura sin antibióticos en la gran mayoría de los casos.
• Un par de gotas de aceite de almendras dulces puede aliviar las molestias.
• Se corta finamente una cebolla, se introduce dentro de un saquito de algodón, se amasa con la mano y se coloca en la oreja durante media hora varias veces al día.
ANGINAS
Causadas por virus o bacterias, los síntomas más frecuentes son dolor de garganta y de cabeza, fiebre muy alta, enrojecimiento de las amígdalas y ganglios linfáticos del cuello hinchados.
• Se mezcla miel y zumo de limón a partes iguales y se toma de vez en cuando una cucharadita. Miel y limón ablandan la garganta y previenen la multiplicación de bacterias que puedan complicar la enfermedad. Hay que tener en cuenta que la miel no es recomendable para los menores de un año.
• Otro remedio consiste en aplicar envolturas húmedas en el cuello: se toma un paño de lino y se sumerge en agua a 18°C, se escurre, se dobla, se coloca alrededor del cuello y por encima se coloca una toalla. Se retira después de diez minutos.
ESCARLATINA
Comienza con una inflamación de la garganta por infección bacteriana y continúa con fiebre alta, hinchazón de lengua (que primero se cubre de una capa blanca y luego muestra manchas de color frambuesa), ganglios inflamados y erupción que comienza en el cuello y se extiende por todo el cuerpo. Hay que acudir al médico para que el proceso esté bajo control.
• Las envolturas de cuello y las infusiones de salvia (Salvia officinalis) alivian los síntomas.
PÓLIPOS NASALES
Muchos niños de cuatro a seis años tienen pólipos agrandados. Roncan, hablan de manera nasal y respiran por la boca. Los pólipos favorecen las otitis.
Para liberar las vías respiratorias son muy recomendables las irrigaciones nasales con agua de mar purificada y las inhalaciones de vapor. Se infusiona una mano de flores de manzanilla (Matricaria chamomilla) en litro y medio de agua, se deja reposar 15 minutos y se realizan las inhalaciones antes de dormir.
PICADURAS DE INSECTOS
Las picaduras de mosquitos, avispas y abejas son en general intrascendentes pero causan molestias agudas que pueden ser tratadas con medios naturales.
• Lo primero que hay que hacer es retirar adecuadamente el aguijón. No debe retirarse con los dedos (ya que se favorece la inoculación de más veneno), sino que se debe arrastrar con el canto de una tarjeta de crédito o un cuchillo poco afilado.
• Sobre la picadura puede ponerse una pasta hecha con una cucharadita de bicarbonato y unas gotas de agua. Se deja hasta que se seque. Suele ser más eficaz que los antiinflamatorios de farmacia.
¿CUÁNDO IR AL MÉDICO?
LA FIEBRE NO ES EL PROBLEMA
La fiebre es fruto de la lucha del organismo contra la enfermedad. No es un problema, sino parte de la solución. Por eso no se debe cortar prematura o innecesariamente. Vigilar la expresión de la fiebre ayuda a realizar un buen diagnóstico y el médico debe estar al tanto del proceso. Hay que consultarle en los siguientes casos.
• Más de 38°C en bebés de menos de tres meses.
• Más de 39°C en bebés hasta doce meses.
• Más de dos dias de fiebre en un niño menor de dos años.
• En niños de más de dos años, fiebre de mas de 38,5°C sin otros síntomas que indiquen el foco de infección.
• En niños de más de dos años, fiebre que dure más de cuatro días o más alta de 40°C.
• Fiebre acompañada de rigidez de nuca. Se aprecia porque el niño no puede sostener una hoja de papel apretando la barbilla, con la boca cerrada, contra el pecho.
• Fiebre con convulsiones.
SÍNTOMAS DE ALARMA
• Salida de pus por los oídos.
• Sangre en las heces.
• Gran apatía, somnolencia constante, confusión o desorientación.
• Más de siete dias con resfriado.
• Dificultades respiratorias, como silbidos o falta de aliento.
• Manchas que no desaparecen al estirar la piel.
• Ingestión de cualquier sustancia extraña.
• Golpe en la cabeza acompañado de vómito o mareo.
• Vómitos o diarrea que se mantienen durante más de un dia.
• Dificultad para mover una extremidad.
Fuente: REVISTA INTEGRAL - AGOSTO 2008