Publicado en
agosto 22, 2017
Protege el hígado, es antioxidante y antiinflamatoria.
Por Laura Kohan.
Cada vez quedan menos dudas de la importancia de las especias en la dieta. Pueden multiplicar nuestros niveles de antioxidantes, mejorar nuestro tránsito intestinal, aliviar nuestro estrés, regular el metabolismo hormonal de algunas mujeres y, en general, mejorar todo tipo de carencias y patologías de nuestro organismo. Es difícil aventurarse en la elección de la mejor especia entre tanta pequeña joya aromática, pero dentro las más poderosas está, indiscutiblemente, la cúrcuma. De hecho, ya la farmacopea ayurvédica viene recurriendo a ella desde hace varios siglos para tratar la artritis, las molestias gastrointestinales y todo tipo de problemas con la piel. Pero, en realidad, ha despuntado claramente del resto en la última década, gracias a las investigaciones sobre la lucha contra el cáncer, ya que parece que a sus más que conocidas propiedades antioxidantes o antiinflamatorias se le ha sumado una de un valor terapéutico incalculable: la capacidad de inducir a las células cancerosas a la autodestrucción.
BÁLSAMO PARA EL HÍGADO
Si hay un órgano que va a salir beneficiado de la inclusión en la dieta de esta raíz, ése va a ser nuestro hígado, ya que lo protege de toxinas, le ayuda a que la bilis sea más fluida y puede colaborar, en algunos casos, en la lucha contra la hepatitis. Pero la cosa no se queda ahí. Una cucharadita de cúrcuma en las comidas diarias mejora la digestión, disminuye el colesterol, ejerce de expectorante en el caso de afecciones respiratorias o resfriados, reduce los niveles de glucosa en el caso de padecer diabetes, depura la sangre, mejora la circulación y una larguísima lista de beneficios asociados a éstos que tardaríamos varias páginas en enumerar.
COCINA AMARILLA
La cúrcuma es una raíz que, al igual que el jengibre. se puede consumir fresca, aunque fuera de los mercados asiáticos lo normal es encontrarla seca y pulverizada. Si tenemos la fortuna de conseguirla fresca y queremos secarla nosotros mismos, primero debemos pelarla bien y, a continuación, cocer su carne amarilla unos minutos. Tras dejar que se seque en un sitio aireado, la podemos moler y guardar en un tarro hermético. Con este polvo se elaboran algunas de las mostazas más populares que existen y es sin duda el ingrediente que da alma al famoso curry. Tanto desde un punto de vista nutricional como culinario, las verduras con las que mejor combina son las crucíferas, así que podemos añadir una cucharadita de cúrcuma al agua de cocción o al aceite donde salteemos nuestra verdura un par de segundos para que se potencie su sabor. Y, por sus excelentes propiedades conservantes, no debería faltar una cucharadita de cúrcuma en la elaboración de encurtidos, marinados o adobos. Por cierto, en muchos países se la conoce como el "azafrán indio", pero poco que ver tiene con éste. Aunque comparten la misma capacidad para teñir de amarillo, dan un sabor muy diferente a los alimentos que acompañan. Podemos, por supuesto, utilizar cúrcuma si buscamos un colorante más económico, aunque hay que moderar la dosis porque es mucho más fuerte y, si nos pasamos, puede amargar. Además, hay que recordar que, al cocinarla, se potencia su sabor. En general, podemos usarla en todo tipo de recetas, postres incluidos, y sólo deberán evitarla aquellos que sufran de úlcera gastroduodenal.
RECUADRO NUTRICIONAL: CÚRCUMA (10 g)
ENCURTIDOS CASEROS CON CÚRCUMA
Una forma rápida de transformar nuestras verduras en saludables aperitivos.
Ingredientes
• Media zanahoria grande
• Medio pimiento rojo
• 1 cebolla pequeña
• 1 pepino de piel fina
• 1 cucharada de sal
• 200 ml. de vinagre de manzana
• 2 cucharadas de azúcar moreno de caña integral
• 1 cucharada de semillas de mostaza
• 1 cucharadita de cúrcuma
Elaboración
Cortar la zanahoria pelada en rodajitas y el pepino sin pelar en rodajas gruesas. Picar la cebolla y el pimiento en tiras y mezclar todos los vegetales con la sal. Dejar reposar 3 horas y escurrir el líquido que suelte. Cocer el vinagre con el azúcar, la cúrcuma y los granos de mostaza durante 2 minutos, añadir las verduras y cuando vuelva a hervir, apagar el fuego. Guardar en botes de cristal esterilizados.
Fuente: REVISTA INTEGRAL - JULIO 2009