Publicado en
agosto 29, 2017
La teoría de los chakras es una auténtica medicina psicosomática. Muestra cómo a través de distintas prácticas se puede lograr la armonía entre el cuerpo y la mente.
Por Natalia de la Torre. Fotos: Thor Jurodovich.
La imagen de los chakras ha sufrido de abuso por parte de los terapeutas new age, que mediante técnicas más o menos coloristas y cuatro ideas exóticas hilvanadas prometen llegar a los centros de control más sutiles del ser humano. La traducción de los conceptos orientales al lenguaje occidental, sin contextualizarlos, provoca esa sensación de voladura que hace fruncir el ceño a los intelectos rigurosos. El espectáculo new age ha ocultado que la teoría de los chakras forma parre de una tradición milenaria con su propia coherencia.
Hablar con conocimiento de causa sobre los chakras exige estudios extensos, y emplearlos en una sala de consulta, mucha mesura y sensatez. No obstante, los chakras no son propiedad de eruditos y profesionales. Cualquier persona interesada en ir más allá de los atlas de anatomía occidentales puede encontrar en la teoría de los chakras un terreno fértil para ampliar y enriquecer el autoconocimicnto. Incluso puede atreverse a probar ejercicios como los que proponernos en este artículo.
La palabra "chakra" viene del sánscrito cakram, significa "rueda" o "círculo" y hace referencia a cada uno de los siete vértices energéticos situados en el "cuerpo simbólico" (linga sharira) o la "forma del deseo" (namarupa). Su función es la recepción, acumulación, transformación y distribución de la energía vital o prana. Esta energía influye sobre el equilibrio mental, emocional y físico.
Los chakras están alineados de manera ascendente desde la base de la columna vertebral hasta la parte superior de la cabeza. En las prácticas contemporáneas, a cada chakra se le asigna un color y son visualizados corno flores de loto con distinta cantidad de pétalos. Este modelo de los chakras es el del tantra shakra y ha sido adaptado en el budismo tibetano como la teoría vajrayana.
CORRESPONDENCIAS FÍSICAS
Los autores occidentales han querido ver una correspondencia de los chakras con las glándulas del sistema endocrino y con los plexos nerviosos del sistema nervioso autónomo. Por otra parte, quienes comparan tradiciones filosóficas encuentran similitudes entre los chakras y las visiones del ser humano descritas por el esoterismo judío (kabbalah) y el sufismo islámico.
Los textos tántricos más antiguos describen diferentes modelos con cinco, seis, siete u ocho chakras, pero a los largo del siglo XI se impuso el sistema de siete en las escuelas de yoga. En éste, los chakras se describen como energía que emana desde arriba, desde lo espiritual, y que gradualmente se hace concreta en el chakra más bajo, el muladhara. Ahí reside una energía —la kundalini— que puede movilizarse, elevándola a través de unos canales o nadis y pasando por los chakras hasta el sahasrara, sobre la cabeza. Cada chakra se asocia con determinadas funciones fisiológicas, emociones, elementos naturales o aspectos de la conciencia.
En el arte tántrico, los siete chakras tienen como símbolo una flor de loto distinta. Cada una muestra una combinación de colores y diseños simbólicos que informan de su asociación con determinadas divinidades, cualidades emocionales y morales —tanto negativas como positivas— y la afinidad con los elementos de la naturaleza, los sentidos o los sonidos. El yoga y la medicina tradicional india —ayurveda— entienden los chakras como un sistema dinámico.
Cuando hay equilibrio, la persona se siente físicamente bien, emocionalmente serena y espiritualmente realizada. La insatisfacción, en cambio, es síntoma de un desequilibrio, causado por los hábitos poco sanos, el entorno hostil o el estrés físico, psíquico o emocional. El desajuste puede obedecer a una situación de crisis pasajera o a acontecimientos que ocurrieron en el pasado y cuyas consecuencias se han cronificado con el tiempo. Por ejemplo, un niño cuya familia se mudaba cada año de casa puede sentir una falta de arraigo al lugar en la edad adulta que refleja un desarrollo insuficiente del primer chakra.
Existen multitud de medios para recuperar el equilibrio entre los chakras. Las combinaciones de ejercicios, respiraciones, meditaciones y mantras, como las que proponemos en este artículo, son comunes. RudolfSteiner, fundador de la antroposofía, diseñó su propia y original práctica para desarrollar los chakras en el libro ¿Cómo se alcanza el conocimiento de los mundos superiores?
SAHASRARA
Simbolizado por un loto con mil pétalos, de color blanco o Moleta, se localiza sobre la cabeza, fuera del cuerpo. Sahasrara o chakra corona controla los demás. Cuando un yogui consigue elevar su kundalini hasta su sahasrara, experimenta el samadhi, estado místico de Unidad. Desde el punto de vista fisiológico, su papel se parece al de la glándula pituitaria, que segrega hormonas para controlar el resto del sistema endocrino y que también se conecta con el sistema nervioso central a través del hipotálamo.
AJNA
Ajna o chakra tercer ojo, situado en el entrecejo y simbolizado por un loto de color índigo con dos pétalos, es el chakra de la mente. Cuando se sueña o se visualiza, se ve a través del ajna. También es el chakra del tiempo, la percepción y la luz.
Cuando está en equilibrio, se goza de facilidad para conectar con nuestra intuición. En cambio, cuando está bloqueado, es bastante frecuente que se experimente confusión, dolores de cabeza, lapsus de memoria, pesadillas y dificultad para concentrarse.
Se relaciona con la glándula pineal. Como es sabido, ésta produce la hormona melatonina, que regula los ciclos biológicos del sueño y la vigilia.
VISUDDHA
Visuddha o chakra garganta, simbolizado por un loto azul con 16 pétalos, está detrás de la capacidad para tomar decisiones correctas, pero también del crecimiento personal y de la expresión de las emociones y los pensamientos.
Se encuentra ubicado en el cuello y su bloqueo causa decadencia física. Por el contrario, si está abierto, las experiencias negativas se transforman en sabiduría. Se asocia con la glándula tiroides, que produce hormonas esenciales para el crecimiento y la maduración.
ANAHATA
Anahata o chakra corazón se relaciona con la compasión, el amor, el equilibrio y el bienestar, pero su bloqueo implica la caída en debilidades como la arrogancia, el engaño o la indecisión.
Es el chakra de la inteligencia emocional. Tradicionalmente, se simboliza con un loto verde de 12 pétalos.
Se relaciona con la glándula timo, que además de ser parte del sistema endocrino, también lo es del sistema inmunitario, pues produce los glóbulos blancos encargados de defender el organismo frente a los agentes patógenos.
MANIPURA
Está situado en la zona del ombligo. Un loto de diez pétalos, de color amarillo, simboliza el manipura o chakra plexo solar, que se relaciona con la asimilación y la digestión. Por lo tanto, es el chakra encargado de distribuir la energía o prana por todo el cuerpo.
En los terrenos emocional y mental, está asociado al dinamismo y a la fuerza de voluntad. Su ubicación y función se equiparan al del punto denominado tan tien de la medicina tradicional china.
En el sistema endocrino, manipura parece asociado al páncreas y a las glándulas adrenales. Éstas, como es sabido, producen hormonas implicadas en la digestión y en la obtención de energía a partir de los alimentos.
SVADHISTHANA
Svadhisthana o chakra sacro, simbolizado por un loto naranja de seis pétalos, se localiza en el ombligo y se relaciona con la sexualidad y la creatividad. Es el chakra de lo inconsciente, de la capacidad para crear y para destruir. Es específicamente el centro del deseo sexual.
Está estrechamente vinculado al chakra inmediatamente inferior, muladhara. Las cualidades que se hallan dormidas en svadhisthana se expresan en muladhara. Está asociado a los testículos y a los ovarios, ya que éstos crean testosterona y estrógenos, hormonas involucradas en la reproducción y en el comportamiento sexual. También están relacionadas con cambios drásticos en el estado de ánimo.
MULADHARA
Sigmund Freud relacionaba la racanería con el estreñimiento. No se hubiera sorprendido de saber que muladhara rige, tanto el deseo de poseer como la eliminación. Simbolizado por un loto de cuatro pétalos, de color rojo, muladhara o chakra raiz se asocia al instinto, la seguridad, la supervivencia y el potencial básico del ser humano.
Se localiza en el periné (el conjunto de músculos que controlan la región genital y anal). De esta musculatura depende la capacidad orgásmica. Según la teoría tántrica, aqui reside o duerme la energía kundalini. que espera ser elevada hasta la fuente superior donde tiene su origen. Muladhara es la base de donde parten los tres canales (nadis) principales de energía (ida, pingala y sushumna).
UN MAPA DE LA CONCIENCIA
La milenaria sabiduría hindú ha plasmado en el sistema de los chakras un auténtico mapa de la conciencia corporal que integra lo que ocurre en la mente con la fisiología. Es una medicina psicosomática que todavía hoy inspira el ejercicio de una medicina holística e integrada.
LA PRÁCTICA DEL YOGA, con la adopción de posturas corporales precisas, la realización de respiraciones. las visualizaciones o los mantras, intenta influir sobre el estado de los chakras, aunque este sentido de la disciplina se ha popularizado mucho menos que los aspectos meramente físicos.
LA TERAPIA DE POLARIDAD, desarrollada por el doctor Randolph Stone a finales del siglo XIX, toma elementos del sistema de los chakras y de la medicina tradicional china, Ciertas posturas sencillas de yoga, una dieta basada en los alimentos vegetales frescos, plantas medicinales depurativas y una manipulación física suave forman parte de una estrategia sanadora cuyo objetivo es devolver el equilibrio al sistema energético que gobierna el cuerpo y la mente.
EJERCICIOS PARA ABRIR LOS SIETE CHAKRAS
Una combinación de movimientos y gestos, con visualizaciones y entonación de mantras potencia las cualidades de cada chakra.
MULADHARA
Con las piernas separadas del ancho de las caderas, sentimos que los pies mantienen un buen contacto con el suelo y giramos alternativamente el tronco a izquierda y derecha unos 90 grados.
Mientras realizamos el movimiento, musitamos el mantra om hari om y nos concentrarnos en el color rojo. Por ejemplo, se puede pensar en un campo de amapolas. El ejercicio activa la energía en su raíz y proporciona ganas de vivir, haciéndonos sentir seguros. Todos los ejercicios y disciplinas que ayuden a sentirse más estables refuerzan el muladhara.
SVADHISTHANA
En la misma posición inicial que en el primer ejercicio, colocamos las manos bajo el ombligo, abiertas y tocándose formando un cuenco como si quisiéramos recoger la energia sensual y creativa del bajo vientre
Una vez adoptada la posición, flexionamos un poco las rodillas y, poco a poco, las estiramos de nuevo, llevando las manos sobre la cabeza, en un amplio gesto de los brazos, que se abren hacia los lados.
Cuando las manos estén sobre la cabeza, las abrimos con las palmas hacia abajo, al tiempo que visualizamos una lluvia de energía benefactora que moja el cuerpo.
Mientras, entonamos el mantra shiva shakti y visualizamos una imagen dominada por el color naranja.
MANIPURA
Este ejercicio activa el chakra del ombligo, centro de la acción, la autoconfianza y el equilibrio entre sentimientos y sentido común.
Se trata de caminar lentamente, como si lo hiciéramos sobre nubes, y sin moverse del sitio. Las manos, con las palmas hacia adentro, se mueven delante del abdomen y acompañan los pasos, de manera que cuando una sube, la otra baja.
El mantra que hay que pronunciar es sita ram y el color que debemos visualizar, el amarillo. Se puede imaginar la intensa luz del sol.
Además de realizar este ejercicio o de practicar posturas de yoga que estimulen rnanipura, es importante tener en cuenta nuestra actitud general ante la vida. No deberíamos dejarnos arrastrar por las circunstancias de manera que perdamos el contacto con las necesidades del organismo. Hay que permanecer atentos a los niveles de energía física y mental, así como a las emociones.
Hay que detenerse a descansar siempre que lo sintamos necesario y afrontar sin miedo los conflictos que nos están restando energía.
ANAHATA
Al abrir el cuarto chakra, nos abrimos a la experiencia de la cercanía con los demás.
Estando de pie, con las piernas abiertas, inclinamos ligeramente el tronco hacia delante y flexionamos las rodillas cuidadosamente.
Después, colocamos las dos manos sobre el pecho con las palmas abiertas.
A continuación, abrimos los brazos hacia los costados y hacia el cielo, mientras estiramos las rodillas y recuperamos la posición erguida del principio. Al realizar este gesto, es como si intentáramos cubrir con nuestro amor a todos los que nos rodean.
El mantra que debemos susurrar es radha govinda, y el color que hay que visualizar, el rosa. Se puede imaginar una fuente llena de pétalos de rosa.
La estrategia más poderosa para abrir y equilibrar el chakra del corazón, y todos los demás, es la autoestima y el amor a los demás.
En la práctica del yoga se recomiendan las asanas en las que el corazón queda más alto que la cabeza.
VISUDDHA
Abriendo el chakra del cuello, se mejora la capacidad para expresar pensamientos y sentimientos.
De pie, se colocan las manos, tocándose por las palmas, alrededor del cuello, pero sin rozarlo.
El peso del cuerpo se apoya alternativamente en la pierna izquierda y la derecha, al tiempo que se gira el cuerpo unos 90 grados.
Se tararea el tono om tara y se visualiza el azul.
AJNA
Este ejercicio estimula el chakra de la frente, responsable de la fantasía y el sentimiento visceral.
Colocamos la mano derecha sobre la frente y la izquierda, sobre el occipital. La cabeza se mantiene recta sin tensión, mientras trazamos con la cadera el símbolo del infinito.
El mantra es gansesha y el color que debemos visualizar es el violeta (por ejemplo, un campo de lavanda).
Existen otras maneras de abrir el ajna. Una de ellas es intentar cada mañana recordar lo que se ha soñado.
No viene mal aislarse de vez en cuando de todos los medios que nos mantienen conectados con el mundo, sea el teléfono móvil, internet, la televisión o los diarios.
Un ejercicio interesante consiste en realizar una actividad a la que estemos acostumbrados con una venda sobre los ojos.
SAHASRARA
El chakra de la coronilla, situado en el punto mas alto de la cabeza o ligeramente por encima de ella, se abre hacia arriba y nos enlaza con el cielo y con lo divino. Aqui deben confluir las energías del conjunto de los chakras para crear un todo armónico.
En la posición de inicio, con las piernas separadas a la altura de las caderas, levantamos las manos hasta situarlas ligeramente por encima de nuestra cabeza, con las palmas siempre mirando hacia el suelo.
A continuación, las subimos y bajamos alternativamente.
Para visualizar el color blanco que corresponde a este chakra, se puede imaginar una luz intensa, aunque algunos autores también asocian este chakra con el color violeta.
El mantra que hay que cantar es el maha mantra.
Es el chakra de las facultades intelectuales más altas, pero no es el único que merece ser cuidado porque su equilibrio depende de la buena expresión del resto.
La meditación en cualquiera de sus formas es la mejor no actividad que puede practicarse para trabajar y poner en forma este chakra.
Fuente: REVISTA INTEGRAL - SEPTIEMBRE 2008