LA RISA, REMEDIO INFALIBLE
Publicado en
noviembre 12, 2015
Ilustración: Patrick McDonnell.
UN ABOGADO recién salido de la universidad era entrevistado por un despacho de prestigio que necesitaba llenar una vacante.
—¿Qué haría usted si un posible cliente le pidiera asesoría sobre una materia de la cual usted no supiera absolutamente nada? —inquirió un socio de la firma.
Sin vacilar, el joven respondió:
—Le diría que me dejara un anticipo de 1500 dólares y que me llamara a la mañana siguiente.
—¡Está usted contratado!
—Ohio Motorzst
UN VIAJERO que anda medio perdido ve a un campesino cerca de la carretera, en un maizal, con el oído pegado al suelo. Se detiene para pedirle que lo oriente, pero el campesino le pide que guarde silencio. El hombre vuelve a pegar el oído al suelo y escucha con mayor concentración que antes.
El forastero, incapaz de resistir la curiosidad, se arrodilla y hace lo mismo durante diez minutos. Por fin dice:
—No oigo nada.
—Yo tampoco —responde el campesino—. No se ha oído nada en todo el día.
—Executive Speechuriter Neusletter
EL MARIDO llega a su casa inesperadamente y encuentra a su esposa en brazos de otro hombre.
—¿Qué estás haciendo? —grita.
—¿Ya ves? —le dice la mujer a su amante—. Te dije que era tonto.
—Southeastern Oil Revieu
A UN SARGENTO le notificaron que el abuelo de uno de sus hombres había fallecido, así que, cuando pasó revista, vociferó:
—¡Soldado Smith! ¡Su abuelo murió!
Y el soldado Smith se desmayó.
Una semana después llegó la noticia del deceso de la abuela de otro recluta. El sargento volvió a reunir a sus hombres y gritó:
—¡Soldado jones! ¡Su abuela murió anoche!
El hombre rompió a llorar.
La rudeza del sargento llegó a oídos del capitán, quien le recomendó que, cuando uno de sus subordinados sufriera una tragedia, no lo anunciara tan de sopetón. A la vuelta de una semana, el sargento recibió la noticia de que el soldado Miller acababa de perder a su abuela. Recordando las palabras del capitán, hizo que se formara su pelotón y ordenó:
—Todos los soldados cuya abuela esté viva, que den un paso al frente... ¡Usted no, Miller!
—Don Cherry y Stan Fischler, en Grapes! A Vintage View of Hockey (Prentice-Hall Canada Inc.)
UN REPORTERO estaba entrevistando a un domador de leones novato.
—Entiendo que su padre también fue domador de leones —le dijo.
—Sí, señor. Y muy famoso.
—¿De verdad mete usted la cabeza en las fauces del león?
—Lo he hecho una vez nada más. Quería ver si encontraba a mi padre.
—Herbert Prochnow, en Speaker's and Toastmaster's Handbook (Prima)
UN SEÑOR entra en una joyería y pregunta el precio de un anillo.
—Cuesta quinientos dólares —le responden,
El hombre lanza un silbido y luego señala otro.
—Por ese tiene que silbar dos veces —sonríe la dependienta.
—El Semanario Nacional (México)
—SIEMPRE que mi esposa y yo discutimos, ella se pone histórica.
—Querrás decir histérica.
—No, quiero decir histórica: se acuerda absolutamente de todos mis errores, y de la fecha y el momento exactos en que los cometí.
—Ron Dentinger, en el Chronicle (Dodgeville, Estados Unidos)
CONVERSACIÓN entre vecinos:
—Fui a una boda el fin de semana pasado —comentó uno—, pero no creo que ese matrimonio dure.
—¿Por qué no? —inquirió el otro.
—Cuando la novia dijo: "Sí, acepto", el novio le gritó: "¡No me hables en ese tono!"
—Gary Apple, en Speaker's Idea File
DOS INDIVIDUOS entran en un bar y uno de ellos le dice al dependiente:
—Quiero un whisky doble. Prepáremelo rápido, antes de que comiencen las dificultades.
—A mí también déme uno doble antes de que comiencen los problemas —agrega el otro.
El camarero sirve de inmediato los tragos, que los clientes apuran en un decir Jesús. Luego les pregunta:
—Y, ¿quién va a pagar la cuenta?
—¡Vaya! —comenta el primer sujeto—: Parece que ya comenzaron los problemas.
—Jay Trachman, en One to One
MARIDO Y MUJER van caminando por el parque, y ven a una joven pareja que está sentada en una banca, comiéndose a besos.
—¿Por qué no haces tú lo mismo? —pregunta la esposa.
—Pero, mi vida —replica su marido—, ¡ni siquiera conozco a esa muchacha!
—G.R.H.