HABLANDO DE SEXO CON SUS HIJOS
Publicado en
noviembre 03, 2014
Este tema no es fácil de abordar para la mayoría de los adultos, particularmente cuando lo intentan con sus propios hijos.
Por Alessandra M. Rampolla.
En mi experiencia como Sexóloga Clínica y Terapeuta Matrimonial y de Familia, he encontrado que el principal problema que encuentran los padres respecto a la educación sexual de sus hijos no es que no quieran hacerse cargo de esta importante faceta de la enseñanza, sino que sencillamente... ¡¡¡no saben cómo hacerlo!!!
Inclusive, la experiencia de hablar sobre sexo con los niños puede resultar vergonzosa y sumamente incómoda para muchos padres. ¡Y esto tiene mucho sentido!
Piénsenlo... si sus padres nunca les hablaron de sexo, o si los mensajes que recibieron sobre esto en la niñez fueron negativos, ¡esta incomodidad no debería extrañarles para nada! La verdad es, que si uno mismo no se siente cómodo con el tema, se hace prácticamente imposible transmitir la información de la mejor manera. Por lo tanto, resulta imprescindible que los padres se eduquen correctamente primero para entonces poder, en consecuencia, educar bien a sus hijos.
LOS CONSEJOS
Puede ser que no sepan cómo iniciar alguna conversación sexual, o teman no saber cómo contestar diversos interrogantes... si este es el caso: ¡a aprender se ha dicho! Algunas alternativas para esta aventura educativa son:
• Leer libros sobre sexualidad, artículos de temas en particular para ir rellenando vacíos propios, o ver vídeos educativos para asegurarse de que la información que estarán presentándole a sus hijos es la correcta.
• Conseguir libros o vídeos como referencia para sus hijos y leerlos o mirarlos juntos y exhortar a su hijo/a a hacer preguntas.
• Consultar con un profesional de confianza. En este caso, asegúrense de que la persona a quien acudan tenga buen conocimiento y comodidad con el tema (sexólogo, psicólogo, médico, etc.). De nada sirve acercarse, digamos, al pediatra del niño –con quien tienen mucha confianza– si este se presenta incómodo con temas de sexualidad. Es igualmente importante que el profesional tenga mucho conocimiento del tema así como que sea una persona que les inspire confianza.
• Organicen sus pensamientos y practiquen. Es de gran ayuda tener bien claras las ideas que se pretenden transmitir. Escríbanlas y ensayen comentando los temas entre adultos. Si no pueden comentar el tema con otro adulto, seguramente no podrán hacerlo cómodamente con sus hijos. Recuerden que en la práctica está la perfección... y en temas de sexualidad, mientras más repetimos, más normalizamos, y menos raro o incómodo resulta el tema.
"Conocimiento es poder." ¡La buena información nos ayuda a tomar buenas decisiones!
LOS MIEDOS
También resulta muy importante que el adulto enfrente sus miedos respecto a su rol como educador sexual principal. No es para nada extraño que algunas de las siguientes ideas se presenten en la mente de un padre o una madre ansiosa por la responsabilidad que esto conlleva.
Miedo a no saber la respuesta correcta. No deberían avergonzarse si entienden que no tienen el conocimiento para educar a sus hijos en todos los aspectos sexuales en que necesitan educarse. La mayoría de los adultos no han recibido una educación sexual formal, y menos personas aún recibieron buena información sexual por parte de sus padres. Recuerden que no es necesario ser expertos en la materia para ayudar a sus hijos a conseguir respuestas a sus preguntas. Lo que sí es necesario es que les dejen saber que siempre pueden contar con ustedes para que les ayuden a encontrar respuestas a sus interrogantes.
Miedo a equivocarse. No importa cuán bien informados estén, SIEMPRE es posible equivocarse. Nadie es perfecto, y ¡nadie tiene que saberlo todo! En caso de una equivocación "de primera", siempre recomiendo que se mantenga absoluta honestidad ante el error. Un simple reconocimiento de ello y disculpas sinceras, en caso de que se ameriten, suelen ser suficientes.
Miedo a que al hablar sobre sexo, se otorgue permiso para el sexo. Es un concepto erróneo pensar que hablar sobre sexo quiere decir que se exhorta la actividad sexual a temprana edad. Muchos padres temen que al discutir abierta y honestamente temas de sexualidad, sus hijos lo interpretarán como que se les está dando mano libre para hacer lo que quieran. ¡No es cierto! Se han realizado muchísimos estudios que demuestran que los niños que reciben información sexual por parte de sus padres suelen retrasar el comienzo de la actividad sexual en comparación con aquellos niños cuyos padres nunca se ocuparon por ofrecerles dicha educación. Más importante aún resulta que los niños que cuentan con información son más propensos a utilizar métodos anticonceptivos, a protegerse de enfermedades de transmisión sexual, y a evitar comportamientos sexuales de riesgo. En Suecia, donde la educación sexual es parte integral de la educación académica de todo estudiante, la evidencia estadística demuestra que el abuso sexual, la explotación sexual, el aborto, el suicidio, los embarazos adolescentes y las enfermedades de transmisión sexual existen con una prevalencia mucho menor que en los Estados Unidos y Puerto Rico.
LOS MITOS
Hablando de miedos que terminan convirtiéndose en mitos, pasemos entonces a desmentir algunos de estos últimos que más nos afectan en nuestra labor como educadores sexuales.
MITO #1: No se le debe hablar a los hijos sobre sexo hasta que pregunten... ¡¡¡Error!!! Desafortunadamente, no todos los niños preguntan... lo que no quiere decir que no quieran saber. Por otra parte, para algunos niños el silencio de los padres respecto al tema se convierte en un profundo mensaje de que el tema es prohibido o tabú. Otra posibilidad es que el niño ya haya escuchado información de parte de otra persona... esta información puede ser correcta o no, y hay que estar bien pendiente a eso, para poder –en su caso– corregirlo a tiempo.
MITO #2: Sólo dígale a sus hijos lo que cree que deben saber en ese momento. La verdad es que los padres siempre subestiman lo que el niño debe saber. No se le puede decir demasiado a un niño porque sólo va a absorber o entender lo que está preparado para procesar en ese momento. Aún si se le da una respuesta completa a un niño, no debe esperarse que porque ya se comentó el tema, ya el trabajo está hecho. ¡Es muy posible que el niño vuelva a repetir la misma pregunta varias veces hasta que capte por completo su respuesta! Por lo tanto, SIEMPRE deben mantenerse abiertas las puertas a la comunicación sexual. Permitan y exhórtenla con sus hijos.
MITO #3: Los niños no deben saber sobre sexo; deben permanecer inocentes y disfrutar de su niñez. Esta manera de pensar denota un reflejo de la niñez del adulto, donde seguramente la información sexual era considerada sucia, secreta, o tema exclusivo para adultos. La verdad es que todo ser humano es un ser sexual, desde su nacimiento hasta el momento de su muerte. Y los mensajes sexuales que se reciben a temprana edad pueden afectar la manera en que un niño se sienta con su cuerpo y su sexualidad en la adultez. Por otra parte, como comentamos anteriormente, "conocimiento es poder". Un niño que siente la comodidad de hablar con sus padres sobre sexo es mucho más propenso a comunicarse con ellos en el caso que exista algún comportamiento malicioso o abusivo de parte de otro adulto. El conocimiento es la única herramienta que pueden darle a sus hijos para protegerse y combatir estas posibles eventualidades. Ser víctimas de abuso o explotación sexual realmente es perder la inocencia.
Tener información sexual correcta no tiene nada que ver con la inocencia. Tiene que ver con el desarrollo normal y saludable de cada ser humano. Durante la adolescencia, los chicos necesitan informarse sobre temas más profundos dentro de la sexualidad. No basta con ofrecer información sexual biológica, pues la realidad social en la adolescencia les expone a otros temas de importancia. Los adolescentes por lo general se encuentran con dos grandes obstáculos en el camino a convertirse en adultos sexualmente maduros. Primero que nada, muchos piensan que se supone que sepan todo lo que tienen que saber sobre sexo a los 14 años. Cuando se dan cuenta de que tal vez no sepan TODO, piensan que preguntar no es cool. El segundo gran problema que enfrentan los adolescentes es que, como vivimos en una sociedad sexualmente inmadura, no se acostumbra de hablar abiertamente sobre problemas de salud sexual, y los adolescentes se ven afectados por su propia falta de experiencia. Piensan que son invencibles y que nada malo les podría pasar. En esta etapa, por lo tanto, es muy importante que ya se haya establecido cierto conocimiento y cierta comodidad con la educación continua en cuanto a la sexualidad, porque si se espera a esta edad para comenzar a educar sobre el sexo, en muchas ocasiones resulta muchísimo más difícil y a veces hasta demasiado tarde.
Y bien, hasta aquí son todas simples indicaciones, y todo parece bastante sencillo, claro que MUCHO más difícil es estar frente a frente, ante una pregunta o situación capaz de ponernos los pelos de punta... recuerden, es nuestro deber educarnos primero, para poder cumplir satisfactoriamente la verdadera necesidad de enseñar y de hacernos entender ante nuestros hijos.
TIPS DE COMUNICACION
• Asegúrense de SIEMPRE dar información correcta. Sean honestos y abiertos, contestando las preguntas de manera cálida y natural. Las respuestas deben ser breves, acertadas, y de acuerdo con la edad y el desarrollo del niño.
• Sean padres "preguntables". Déjenle saber a sus hijos que siempre están dispuestos y deseosos de contestar cualquier duda que puedan tener. Si no conocen la respuesta .a alguna pregunta, nunca está mal decir que no saben.
• No esperen a que sus niños o sus adolescentes hagan preguntas o traigan el tema. En algunos casos, las preguntas nunca se realizan... lo que no quiere decir que no exista curiosidad. Es responsabilidad de los padres asegurarse de que sus hijos están bien enterados de todo.
• Estén pendientes a las oportunidades que se presentan para hablar sobre sexo. Algunos niños preguntarán sobre sexo, otros no. Si esperan a que esos niños hagan sus preguntas, puede ser que nunca tengan la oportunidad de ofrecer el conocimiento que ellos necesitan para crecer seguros y cómodos con sus propios cuerpos y sexualidad. Por lo tanto, aprovechen cada vez que salga algo en la tele, o cuando vean un artículo en el periódico, o escuchen una canción en la radio que presente determinado tema, para usarlo como excusa y entablar una conversación sobre sexualidad.
• Nunca está bien molestarse cuando un niño hace una pregunta relacionada al sexo; aún si resulta incómodo para uno. De ser el caso, pueden dejarle saber al niño que USTEDES no se sienten cómodos con el tema, o que no es el momento adecuado para sostener dicha conversación, pero que luego le facilitan la información o, en privado, le comentan sobre el tema. Y claro, luego HAY QUE HACERLO.
DEBEN SABER:
● Todo lo relativo a la anatomía, cambios físicos de la pubertad, y biología sexual.
● El uso correcto de métodos anticonceptivos y su potencialidad de eficacia.
● Detalles sobre enfermedades de transmisión sexual.
● Lo concerniente a las diferentes preferencias sexuales y expresiones de género (heterosexualidad, bisexualidad, homosexualidad, homofobia, travestis, transexualidad, etc.)
● Sobre el placer sexual femenino y masculino.
También deberían trabajarse los siguientes temas:
● Las destrezas para relacionarse interpersonalmente y tomar decisiones.
● Las destrezas para sentirse cómodos diciendo que NO.
● La autoestima y comodidad para relacionarse con su médico.
● Los efectos del alcohol y drogas relativos al comportamiento y la sexualidad
● El conocimiento de lo que deben esperar y aceptar en una relación sentimental.
Fuente:
Revista HOGAR, Julio 2007