CUANDO LOS RECUERDOS SE ACABAN
Publicado en
septiembre 07, 2014
Entérese de cuáles son los problemas más frecuentes de la pérdida de la memoria y de cómo sobrellevarlos.
Por María Paulina Briones. Fotos: César Anchundia.
La memoria es el bien más preciado de los seres humanos. Nos permite situarnos en el tiempo y el espacio, recordar, soñar, pensar, hablar. Todo lo que somos es posible gracias a ella. En la actualidad, millones de personas en el mundo tienen problemas relacionados a la falta o pérdida de la memoria. Los motivos para que esto suceda son varios, desde un estrés crónico, hasta dolencias relacionadas con el envejecimiento natural de las personas.
Según el Dr, Salvador Peralta para el primero de estos casos hay solución. Se trata de técnicas de relajamiento que ayudan a que los actos que se han olvidado, se puedan recordar. Para el segundo de estos casos, el tratamiento es muy complicado. El 90% de las enfermedades que afectan a la memoria de los ancianos se divide en dos grandes grupos: La demencia vascular y la enfermedad de Alzheimer. Los médicos coinciden en que es dificil diferenciar entre estas dos, pero que es muy importante hacerlo ya que el tratamiento a seguir depende de la causa del mal.
La enfermedad de Alzheimer es degenerativa; se caracteriza por un deterioro intelectual progresivo en el que se pierden las funciones mentales superiores incluyendo memoria, juicio,cálculo, abstracción, razocinio.
Para el neurólogo Oscar del Brutto esta enfermedad sólo tiene tratamiento, pero no cura. "Usualmente es irreversible, o sea que tiende a discapacitar al sujeto. La enfermedad aparece en los ancianos, pero también se puede presentar en personas menores. El mal de Alzheimer ataca por igual a hombres y a mujeres". Su presencia en nuestra sociedad se explica porque la expectativa de vida ha crecido, entonces tenemos más ancianos, como consecuencia mayores probabilidades de observar su desarrollo. "La demencia vascular en cambio se puede presentar cuando los pacientes tienen hipertensión, colesterol alto, diabetes, tabaquistmo. Con el paso de los años estos problemas van deteriorando poco a poco el cerebro, hasta que viene el estado de demencia. Es muy frecuente que pacientes que tengan demencia vascular tengan Alzheimer".
¿QUE ES NORMAL OLVIDAR?
Los procesos de deterioro en personas de edad avanzada, son normales y propios de la edad. En la senilidad, las personas tienen trastornos de la memoria, se olvidan de las cosas que han hecho recientemente. Se hacen preguntas cómo: ¿Donde dejé la llave?, ¿Dónde guardé el dinero?
En muchos casos los problemas de memoria, no son tales sino más bien de atención. El Dr Peralta plantea que hay situaciones de estrés en donde se pueden producir olvidos de hechos recientes, pero estos constituyen trastornos de la atención. "La persona está angustiada, está estresada, está pensando en muchas cosas a la vez, de repente no atiende lo suficiente y no puede fijar en la memoria los hechos recientes. Hay situaciones de estrés traumático; una persona que es sometida a un trauma psicológico intenso que lo afecta. Por ejemplo, estar presente en un accidente o una explosión".
Cuando el olvido altera el desenvolvimiento de nuestra vida, hay un problema. Este es el caso de personas que no pueden ir a trabajar porque no encuentran la llave del carro. Entran a la cocina pensando que ahí está el baño, es decir, que se pierden dentro de su propia casa.
DIFICIL CONVIVENCIA
Los seres humanos debemos prepararnos y lo mejor que podemos hacer es informarnos sobre cómo sobrellevar estas enfermedades sin lastimar a quién la padece. En el Alzheimer, no es solamente la memoria la que falla, sino también la personalidad. Las personas pierden los hábitos, las buenas costumbres. Su comportamiento varía y lloran con facilidad, de igual manera se irritan. También pierden el sueño y el control de los esfínteres.
Las personas que desarrollan este tipo de problemas deben vivir siempre con un adulto responsable, al que hay que enseñarle un poco sobre la enfermedad y sobre todo, tener mucha paciencia. Generalmente se cree que cuando una persona empieza a olvidar a los que lo rodean, ya no es necesario comunicarse con ellos. Más bien se les debe hablar mucho.
Que la persona no conteste no significa, necesariamente, que no comprenda lo que se le está diciendo. La comunicación es el único vínculo que los mantiene en el mundo y no podemos dejar que se pierda.
Constantemente hay que reorientar al sujeto sobre la identidad de las personas que lo visitan, sobre la fecha y el lugar en donde están. Regañarlos tampoco es la solución, porque lo que provocaremos es que se sientan marginados, angustiados y abandonados.
TRATAMIENTO
El Dr. Del Brutto explica, que las medidas que se deben tomar para la Demencia Vascular, son preventivas; en sujetos menores de sesenta años que tienen factores de riesgo para tener infartos cerebrales (hipertensos, sedentarios, diabéticos o con colesterol alto). "Controlar los factores de riesgo hace que haya menos infartos cerebrales; por lo tanto el riesgo de demencia vascular va a ser menor".
Una vez establecida la demencia vascular es poco lo que se puede hacer. "Por el contrario en la demencia de tipo Alzheimer no hay forma de prevenirla. Una vez que se diagnostica existen medicamentos que permiten detener la progresión de la enfermedad, una vez que detiene, la plasticidad cerebral hace que el cerebro se regenere en parte. Si la medicación se inicia cuando la enfermedad está muy avanzada, no hay nada qué hacer".
Por otro lado, nos dice el Dr. del Brutto, "Es hora de que en nuestra ciudad, haya sitios especiales en donde estas personas puedan estar bien tratadas. Así como hay guarderías para niños, así debería haber instituciones que se encarguen de albergar a estos enfermos".
RECOMENDACIONES
1. Escribir los datos personales en la billetera o cartera. Rotular los sitios de mayor uso. (Aquí zapatos, toallas, llaves, etc.).
2. No hay que cambiarlos de su hábitat, porque se confunden y les cuesta mucho trabajo volverse a adaptar. Es preferible que se lo visite a que se los esté movilizando .
3. Hay que conversar con ellos; la mayoría de las personas piensa que como el enfermo no habla, no entiende. A veces pierden la facultad de hablar, pero siguen comprendiendo.
4. No cambiar el lugar que suelen los objetos que lo rodean sin antes comunicarles.
5. Acariciarlos, darles la mano, sostenerlos, abrazarlos. No forzarlos a que coman, duerman o se bañen. Se debe conducir a que realicen estas acciones sin gritarles, por ejemplo, diciéndoles "Tienes la blusa sucia, es hora de cambiarla". "He hecho una comida especial solo para ti". "No tengas miedo, yo te voy a cuidar mientras duermes". Cuando se utiliza la fuerza los enfermos suelen ponerse violentos o angustiados.
Fuente:
Revista HOGAR, Junio 1999