Publicado en
agosto 24, 2014
Si a usted le resulta dificil lograr mantener una relación seria y estable, lea este artículo y trate de superar su temor a la vida en pareja.
Se ha preguntado por qué hoy en día hay tanta gente que posterga el matrimonio y, por supuesto, la llegada de los hijos? Personalmente, en varias ocasiones he escuchado a mujeres casadas que se quejan porque no tienen parejas con quienes salir, ya que sus amigos más cercanos o la mayoría de sus conocidos siguen solteros o cambian de novias (o novios) a cada rato. Y es que, al parecer, el hecho de que sea particularmente complicado tener amigos comprometidos o casados se debe a que en la actualidad hay una corriente que fácilmente deja entrever el miedo de los adultos a las relaciones serias. "La vida en pareja trae consigo un conjunto de elementos que son imprescindibles para una buena convivencia: comprensión, cariño, tolerancia, el planteamiento de objetivos en común, saber negociar, entre otras cosas. Definitivamente se debe dar lo mejor de uno para sobrellevar ese tipo de relación, pero cuando la persona se plantea si será capaz de afrontar todos estos cambios y, sobre todo, si considera que no tiene los recursos para lograrlo, entonces el temor comienza a surgir", explica la psicóloga clínica Karyna Bustamante, directora del centro psicológico Edutrec, de Guayaquil.
MIEDO DE ELLOS Y ELLAS
Seamos sinceros. Los hombres (sin ánimo de generalizar) son quienes más se aterran ante la idea de un compromiso serio. No obstante, por lo regular, los temores de ellos y los nuestros se basan en lo mismo. "Nunca se sabe qué sucederá en un futuro o si se va o no a fracasar, generando así, dudas frente a dar el gran paso. Por otro lado, la cantidad de matrimonios que terminan en divorcio es un factor que incide para que la decisión sea aún más compleja", añade la psicóloga. De igual manera, hay quienes no se animan debido a la estabilidad financiera que demanda una vida conyugal, lo que se vuelve aún más exigente con la llegada de los hijos o también, porque ya poseen una solvencia económica (generalmente los que pasan de los 30 años), adquieren bienes y un estilo de vida que no están dispuestos a sacrificar, así como la oportunidad de seguir cosechando logros académicos y profesionales.
Bajo una perspectiva más específica, en el caso del hombre, este siente mayor temor a perder su independencia, ya que considera que al casarse no podrá realizar ciertas actividades. Piensa que al estar comprometido, su libertad se verá limitada, por lo que no es raro escuchar a aquel que dice: "La amo, pero... No estoy listo para el matrimonio". Y finalmente, ¿cuándo se sabe si es o no el momento para dar ese paso importante? Es cuestión de comprometerse (de verdad), actuar con madurez y superar las inseguridades.
Según la especialista, a nosotras nos sucede algo similar. "Las mujeres, también percibimos temor por esa pérdida de autonomía, aunque adicionalmente, nos da miedo experimentar un cambio en nuestro rol, lo que nos conduce a cuestionarnos si al mantener una vida conyugal debemos dedicarnos únicamente a la casa y a los niños, dejando de lado las aspiraciones profesionales", aclara. Es verdad, ahora es común ver a mujeres de 30 años (o más) que recién empiezan a considerar —si es que lo hacen— la idea de formar una familia y cesar un poco su vida laboral para convertirse en la "señora de" y en madre. Algo que en otros tiempos era impensable.
RELACIONES "LIGHT", EL ESCAPE
Las personas que "salen" con diferentes parejas sin llegar a algo más formal con ninguna pueden presentar, definitivamente, un gran temor al compromiso y de hecho mantienen ese tipo de relaciones, con el fin de no involucrarse demasiado. Para la experta, estos individuos (tanto hombres como mujeres) incluso llegan al punto de buscar aspectos negativos en sus parejas para poder terminar la relación y así culpar al otro si las cosas no funcionan, cuando en realidad es el miedo lo que los empuja a alejarse de sus compañeros sentimentales.
La cantidad de matrimonios que terminan en divorcio incide para que la decisión (de comprometerse) sea aún más compleja':
LOS QUE NO SE COMPROMETEN...
● Pueden ser personas que sienten temor a aceptar responsabilizarse por sus actos, por sus decisiones y por los resultados de sus acciones.
● Quizás no posean la habilidad para afrontar ciertas dificultades, ya que de darse el caso, tienden a dar la espalda.
● Son seres a quienes les gusta tener todo bajo control, lo que resulta negativo al compartir una vida en pareja, ya que esta conlleva a situaciones nuevas que no siempre se pueden manejar.
● A veces son analíticos y buscan el más mínimo defecto en el sexo opuesto, volviéndose demasiado exigentes al involucrarse en una relación.
Asesoría: Karyna Bustamante. Psicóloga Clínica. Telf.: 2389449.
Fuente:
Revista HOGAR, Octubre 2008