DE LOS ERRORES SE APRENDE
Publicado en
junio 22, 2014
Enseñe a sus hijos que de las equivocaciones pueden sacar grandes lecciones y no solo castigos.
Por Karina Bustamante (Sicóloga clínica infantil).
En la actualidad, la valoración de uno mismo se mide según los logros obtenidos y la aprobación de los demás, generando así que los errores sean sinónimos de fracaso. "El no reconocerse como ser falible, puede provocar ansiedad o depresión en los niños. La ansiedad se da por la necesidad de probar su valor personal, mientras que la depresión se produce como resultado de sus debilidades", afirma Karina Bustamante, sicóloga clínica infantil.
EVALUE LA FALTA
La gravedad de una equivocación dependerá de los estándares de evaluación de cada persona. Sea grave o no, es natural que las fallas se cometan, más aún si lo hace un infante dentro de su proceso de aprendizaje. "Lo que puede ser obvio para un adulto, para un niño no lo es; sin embargo, hacemos que actúe en función a nuestras expectativas, exigiéndole más de lo que puede dar; agrega la sicóloga.
TODOS NOS EQUIVOCAMOS
Al juzgar, criticar, reprender o castigar a su hijo cuando se equivoca, solo le está transmitiendo mensajes erróneos, como: "equivocarse es malo", "solo los tontos fallan", "debes ser perfecto". Juzgue el hecho como incorrecto, más no a él como malo o tonto por hacerlo.
Dígale que todos cometemos errores, que las personas somos diferentes y que cada uno posee fortalezas y debilidades que nos hacen únicos y especiales.
SU EJEMPLO VALE MAS
Sea su modelo y edúquelo a través de sus propias experiencias, demostrándole con ejemplos claros lo que usted aprendió luego de sus equivocaciones. Converse sobre lo que pasó y ayúdelo a comprender los resultados negativos de lo sucedido, ya que a veces los efectos naturales de sus actos serán evidentes y lo aprenderá por su cuenta. Evite decirle: "Yo te dije lo que iba a pasar", "por qué no me hiciste caso", "si me hubieras escuchado, seguro no te pasaba", pues lo que vendría a ser una consecuencia natural, se transformaría en un castigo.
MEJORE LA COMUNICACION MADRE-HIJO
• Escúchelo atentamente y tome con seriedad lo que le diga. En ciertas ocasiones, lo que para un adulto es absurdo, para un niño no lo es.
• Genere empatía; por ejemplo, dígale que entiende como se siente o que se sentiría igual que él en esa situación particular.
• Acéptelo y respételo con sus fortalezas, debilidades, diferencias, errores y aciertos.
• No se exceda al reprenderlo ni lo castigue por sus fallas, así solo creará mayor desconfianza.
Asesoría: Karina Bustamante (Sicóloga clínica infantil). Centro Sicológico Edutrec. Dirección: Urdesa, Las Monjas #129 y Víctor Emilio Estrada, 1er. Piso. Teléfono: 2389449
Fuente:
Revista HOGAR, Septiembre 2007